martes, 30 de junio de 2020

100 AÑOS DEL TÍTULO DE REAL

El Club recibió el derecho a utilizar esa denominación por parte del Rey

Este 29 de junio se han cumplido 100 años de la concesión al Madrid del título 'Real'. A partir de entonces, hace ya un siglo, el Madrid Foot-Ball Club pasó a denominarse Real Madrid. El 6 de marzo de 1902 la entidad se constituyó oficialmente pero no sería hasta 18 años después cuando la Mayordomía Mayor de SM el Rey concedió la distinción para llevar ese título en su nombre y colocar la corona en su escudo. El Club seguía dando pasos convirtiéndose en una sociedad cada vez más reconocida en el ámbito deportivo. El fútbol seguía creciendo tras dos décadas de expansión en España y ganaba cada vez más adeptos a medida que su influencia se extendía en todos los estratos sociales.

"Su Majestad el Rey (q.D.g.), se ha servido conceder con la mayor complacencia el Título de Real, a ese Club de Football del que V. es digno Presidente, el cual, en lo sucesivo podrá anteponerse a su denominación. Lo que de Real orden participo a V. para su conocimiento, y efectos consiguientes. Dios guarde a V. muchos años. Palacio 29 de junio de 1920. El Jefe Superior de Palacio", relataba la carta que recibió Pedro Parages, en aquellos momentos Presidente del Club. El Madrid Foot-Ball Club se convertía en Real Madrid Foot-Ball Club, denominación que se mantendría hasta el año 1931 cuando, con la II República, se retiró el título de 'Real' del nombre de la entidad y desapareció la corona del escudo que lucían los jugadores en sus uniformes. Tras el final de la Guerra Civil el Club volvió a su anterior denominación volviendo a ser Real Madrid ya de manera definitiva y hasta nuestros días.

sábado, 27 de junio de 2020

SE ACABA LA TEMPORADA 2019-20 EN BALONCESTO

Dos títulos para la Sección que dirige Pablo Laso

Se acabó la temporada 2019-20 para la Sección de Baloncesto del Real Madrid. Los blancos, vigentes Campeones de Liga, no podrán luchar por revalidar el título. El equipo ganó al Casademont Zaragoza por 97-88 en la última jornada de la Fase Final pero el encuentro ya no valía de nada. No dependíamos de nosotros y la victoria del Valencia sobre el Gran Canaria dejaba a los nuestros sin posibilidades de poder entrar en las semifinales. "Llevamos casi tres meses parados y nos quedamos fuera por el basket average. Hemos perdido dos partidos y por eso hemos quedado eliminados", señalaba Pablo Laso tras el encuentro en declaraciones recogidas por la web oficial del Real Madrid. "No me voy contento porque me hubiese gustado competir mejor y que el equipo llegara mejor. Me gusta siempre ganar. Si me preguntas por el momento en que se paró la temporada te digo que estábamos mucho mejor de lo que hemos llegado aquí", detallaba el técnico madridista.

Una pena. El Real Madrid no volvió del parón en su mejor versión y la campaña queda cerrada. Es una decepción no poder pelear por la Liga pero el ejercicio se cierra con dos títulos, la Supercopa de España y la Copa del Rey. La Euroliga se suspendió de manera definitiva el pasado 25 de mayo. Pero no lo olvidemos, la Sección sigue recopilando éxitos y un año más cierra la temporada con trofeos en las vitrinas. Por eso, pese a lo que acaba de pasar en Liga el balance es satisfactorio. "Creo que mi equipo ha estado magnífico. Los jugadores han estado muy bien. Ganamos la Supercopa. Nos costó arrancar pero luego el equipo cogió una buena velocidad de crucero. Íbamos segundos en la Euroliga y quedaban seis jornadas y segundos en la Liga y 11 por jugar, recibíamos al líder, y luego fuimos capaces de ganar la Copa del Rey haciendo un gran torneo", resumía Pablo Laso.

En las últimas 24 horas se ha escuchado y se ha leído de todo. Entiendo que sea el momento de las críticas pero creo sinceramente que este equipo merece nuestro aplauso, nuestro reconocimiento y nuestro apoyo. Se lo ha ganado. Hay que dejar trabajar a los que saben de cara al año que viene y confiar en este bloque de técnicos y jugadores que, con algunos retoques, seguro que volverá a deleitarnos como lleva haciéndolo estos últimos años desde que Pablo Laso se hizo con las riendas de la Sección. "En las buenas y, aún más, en las malas, orgulloso de este equipo, cuerpo técnico y la gente que lo rodea. Volveremos", escribía Sergio Llull en su cuenta de Twitter. Así será. Volverán. Mucho ánimo y muchas gracias por todo. Hasta la temporada que viene.

viernes, 26 de junio de 2020

30 AÑOS DE ITALIA 90

Apuntes de aquel Mundial de hace tres décadas con Míchel de protagonista

El 26 de junio de 1990, tal día como hoy de hace 30 años, España caía con Yugoslavia en los octavos de final del Mundial de Italia. Fue en la prórroga y con la desilusión de no llegar siquiera a cuartos, que solía ser nuestra meta habitual... Le dediqué en su día un par de entradas a esa cita mundialista y a la participación española en la misma. Ya expliqué en su momento que considero al de Italia mi primer Mundial, puesto que en el de México en 1986 los partidos se jugaban tarde y mi madre no me dejaba verlos. No obstante quería tener un pequeño recuerdo ahora que se cumplen tres décadas de aquella competición. 

El primer Mundial que vi me dejó sensaciones extrañas, seguramente porque la actuación española dejó mal sabor de boca. La eliminación frente a Yugoslavia acarreó críticas muy duras contra Míchel puesto que el gol que eliminaba a España lo anotó Stojkovic con un lanzamiento de falta en la prórroga en el que el madridista movió la cabeza pasando el balón por ahí para acabar en la escuadra de Zubizarreta. Las críticas, durísimas, acompañaron a la Selección desde antes de que arrancara oficialmente la competición. Y claro, la eliminación no hizo más que acrecentarlas hasta límites insospechados. La prensa fue muy dura y se cebó con algunos futbolistas, especialmente con los del Real Madrid, lo cual me dolió bastante, claro. Hubo jugadores que quedaron señalados. La Quinta del Buitre al completo pero, especialmente, Míchel. Aquel fue el Mundial del centrocampista madrileño. Si cuatro años antes Emilio Butragueño había sido el protagonista en México en Italia fue Míchel quien atrajo los focos, para lo bueno y para lo malo. Su actuación frente a Corea del Sur fue tremenda con aquel 'hat trick' de golazos y la inolvidable celebración del 'me lo merezco' el 17 de junio de 1990. El día de Yugoslavia también fue protagonista pero por los palos que le dieron. 

La eliminación había sido muy injusta porque el equipo de Luis Suárez no mereció caer aquella tarde de finales de junio. Tampoco tengo claro qué hubiera pasado de haber pasado la ronda de octavos. En cuartos nos hubiésemos cruzado con Argentina, que eliminó a los yugoslavos y probablemente hubiera eliminado a España. Stojkovic, que tan certero estuvo contra los nuestros, falló su penalti en la tanda que decidiría el ganador tras el 0-0 con el que acabó el encuentro. También Maradona falló el suyo en una ronda de lanzamientos en la que el guardameta Sergio Goycochea terminó siendo decisivo para la Albiceleste. Argentina acabó llegando a la Final. Qué hubiera pasado en un hipotético duelo contra España. A saber... O hubiese salido muy bien la cosa o hubiese sido otro petardazo más en cuartos de final. La famosa maldición de cuartos que tanto nos martirizaba antes del ciclo triunfal de la Selección entre 2008 y 2012. El Mundial de Italia 90 fue una decepción porque había muchas esperanzas puestas tras el de México. En 1986 el equipo de Miguel Muñoz cuajó una excelente actuación con un Butragueño en estado de gracia y uno de los mejores planteles que ha llegado a tener el combinado nacional. Los penaltis frente a Bélgica nos privaron de seguir adelante y Eloy fue quien quedó señalado por fallar su disparo desde los once metros. Quedó la sensación de que se podía haber hecho algo muy importante aquel año y, pese a que la Eurocopa de 1988 no fue nada bien, a Italia se acudió con unas expectativas muy altas. La columna vertebral de la Selección estaba compuesta por la Quinta del Buitre al completo, con la calidad habitual y la experiencia acumulada tras cinco años de éxitos en el fútbol español. Pero no, las cosas no salieron y la eliminación frente a Yugoslavia significó el final de una era para este grupo en el equipo nacional. Pardeza, que acudía a su primera gran cita, no volvería a jugar y el resto de componentes fueron perdiendo peso hasta su desaparición con la llegada de Javier Clemente. Butragueño no marcó ningún gol en Italia y Míchel fue señalado como el gran culpable por quedar fuera del Mundial. Chendo no volvería a la Selección... Entre unas cosas y otras, las sensaciones que me dejó Italia 90, desde un punto de vista 'madridista', fueron un tanto agridulces.

Al margen de lo que ocurría con nuestra Selección, un Mundial era una ocasión especial para ver en acción a futbolistas de otros países y otros equipos. Para los críos era nuestra oportunidad de ver a jugadores que actuaban fuera de nuestro país y a los que no veías jugar con asiduidad. Fue el Mundial en el que me encapriché con el guardameta alemán Bodo Illgner, que años más tarde recalaría en el Real Madrid dándome una gran alegría. Klinsmann, Matthaus, Brehme, Maradona, Gascoigne, Gullit, Van Basten, Higuita, Roger Milla... Camerún fue la gran animadora de aquel campeonato y el equipo que nos ganó el corazón a todos desde el partido inaugural en el que se impuso a Argentina.

miércoles, 24 de junio de 2020

ADIÓS A LUIS SORRIBAS

Jugó un partido de Copa con el Real Madrid en la temporada 1963-64

"El Real Madrid C.F., su Presidente y su Junta Directiva lamentan profundamente el fallecimiento, a los 75 años de edad, de Luis Sorribas Moya, jugador del Real Madrid en la temporada 1963-64, en la que se consiguió la Liga. El Real Madrid quiere expresar sus condolencias y su cariño a sus familiares, amigos y seres queridos. El Club hace extensivas sus condolencias a todo el madridismo". Con este comunicado informaba la entidad blanca este 24 de junio de la muerte de nuestro ex futbolista.

Nacido en San Rafael, Segovia, el 14 de septiembre de 1944, Luis Sorribas Moya disputó un único encuentro oficial con la camiseta del Real Madrid. Fue en la competición de Copa, una vez terminada la Liga que se adjudicaron los blancos. En dieciseisavos de final el Madrid quedó emparejado con el Indautxu de Rafael Iriondo, en aquellos momentos equipo de Segunda División. En el encuentro de ida los de Miguel Muñoz dejaron la eliminatoria sentenciada con un contundente 7-0 que permitía al técnico afrontar con más tranquilidad y menos presión el choque de vuelta en tierras vizcaínas. En aquel mes de mayo los madridistas también estaban inmersos en la recta final de la Copa de Europa, cuya Final jugarían contra el Inter de Milán. En tierras vizcaínas, y con la renta de siete goles en el zurrón, Muñoz pudo alinear un equipo de circunstancias en el que apareció Luis Sorribas. La escuadra estaba compuesta por: Betancort, Echarri, José Luis, Casado, Corcuera, Miera, Suárez, Luis Sorribas, Grosso, Yanko y Serena. Araquistain sustituyó en la portería a Betancort en el segundo periodo. Junto a Sorribas actuaron futbolistas poco habituales como el bilbaíno Echarri, que disputó sus únicos cuatro encuentros oficiales como madridista en aquella Copa de la temporada 1963-64 o el riojano José Manuel Valentín Corcuera que, al igual que Sorribas, sólo jugó con el Madrid en ese partido de vuelta frente al Indautxu. Los blancos vencieron 2-3 con tantos de Serena, Grosso y Yanko.

Aquel partido celebrado el domingo 10 de mayo de 1964 fue el único encuentro oficial en la élite futbolística para Luis Sorribas. Un partido en el que compartió terreno de juego con algunas auténticas leyendas madridistas de la época. Siempre digo que cualquier futbolista que haya defendido la camiseta del Real Madrid, aunque sólo fuese una única vez, merece todo el reconocimiento. Es el caso de este veterano que nos acaba de dejar. Me alegro de que el Club tenga estos detalles a la hora de reconocer y recordar a todos los que han vestido la camiseta blanca. Desde 'Historias del Real Madrid' quiero expresar también mi más sentido pésame a todos los suyos. Descanse en paz, Luis Sorribas Moya.

martes, 23 de junio de 2020

20 AÑOS SIN DUBOVSKY

El jugador eslovaco falleció en un accidente mientras se encontraba de vacaciones 

Octubre de 1993. Por primera vez me compraba dos ejemplares iguales de la revista Don Balón. Era el número 936, correspondiente a la semana del 5 al 11 de aquel mes. En portada Predrag Mijatovic, entonces jugador del Valencia y que años después nos daría La Séptima. En páginas centrales la revista regalaba un póster de Peter Dubovsky y ese era el motivo de que adquiriese dos ejemplares, uno para conservarlo intacto en la colección y otro para recortar fotografías y pegar el póster en la pared de la habitación. También recuerdo lo mucho que me costó que su cromo me saliera en los sobres de la colección de Ediciones Este. Era uno de los 'coloca' del álbum de aquel año. Dubovsky jugó en el Real Madrid en ese periodo de nuestras vidas en el que vivimos el fútbol de manera más intensa y especial, cuando estás pasando de la infancia a la adolescencia. Y a veces te encariñas de un jugador no sabes muy bien por qué. No sé por qué, pero yo quería con todas mis ganas que a Dubovsky le salieran bien las cosas en el Real Madrid.

Nacido en Bratislava, Eslovaquia, el 7 de mayo de 1972, Peter Dubovsky había destacado por su calidad técnica y su zurda exquista desde muy temprano. Con 19 años ya era Internacional con Checoslovaquia y jugaba con el Slovan Bratislava. Con el equipo de su ciudad natal se enfrentó al Real Madrid en la primera ronda de la Copa de la UEFA de la temporada 1991-92 y anotó el gol de los locales en el triunfo 1-2 del conjunto de Radomir Antic. Míchel adelantó a los blancos de penalti, Dubovsky de cabeza puso las tablas y Butragueño remachó a la red un balón repelido por el portero tras disparo de Prosinecki. En la vuelta los dos equipos empataron a uno. Alfonso cabeceó un centro de Villarroya para anotar el 1-0 y los foráneos igualaron con un centro chut con el encuentro ya casi terminado. Era el 1 de octubre de 1991 y era la primera vez que Peter Dubovsky, con el dorsal 10 a la espalda, jugaba en el Santiago Bernabéu. Pocos podían pensar, seguramente ni él mismo tampoco, que un par de años después volvería al mismo escenario pero para vestir la camiseta blanca.

Dubovsky aterrizó en el Santiago Bernabéu con 21 años en la temporada 1993-94, es decir, llegó muy joven y en una de las peores temporadas de la Historia del Real Madrid, lo que ya de por sí era un problema para un recién llegado que desconocía el idioma y que tenía que aclimatarse a la ciudad, a sus nuevos compañeros y a un equipo que vivió ese año un terremoto tras otro. Derrotas, críticas continuas al equipo, broncas, cambio de entrenador, más derrotas... 

No tuvo mucha suerte, la verdad. Ni siquiera llegó a poder presentarse con el resto de la plantilla el 27 de julio de 1993. Quienes posaron como novedades ese día fueron Rafael Alkorta y Claudemir Vítor, pero el presidente Ramón Mendoza anunció que aún quedaba una "sorpresa". Se trataba de la llegada de Peter Dubovsky, que no fue presentado oficialmente y se incorporó directamente a los entrenamientos de Benito Floro el 4 de agosto. Allí en la Ciudad Deportiva se le realizaron las primeras fotografías como madridista vistiendo la camiseta Hummel de la temporada 1992-93, puesto que no se había estrenado todavía la nueva equipación del equipo. "Quiero ayudar al Madrid a ganar títulos", destacaba la Revista oficial del Club en la entrevista que le realizó al nuevo jugador blanco el periodista Javier Palomino. Una entrevista en la que Dubovsky incidía en su necesidad de aprender el idioma lo antes posible para salvar la barrera idiomática. Llegó sin saber una palabra de español, lógico, y con quien hizo rápidamente buenas migas fue con el chileno Iván Zamorano, que hablaba algo de alemán tras su paso por el St. Gallen suizo. Se le definía como jugador polivalente aunque en aquella entrevista se decantaba por actuar en el centro del campo mejor que en la delantera. Sin embargo, Dubovsky llegaba a España con la vitola de goleador después de haber sido el máximo realizador de Checoslovaquia en las temporadas 1991-92 y 1992-93. De ahí la portada de Don Balón en agosto de 1993 con la que se presentaba al jugador. "El nuevo fichaje del Madrid ha marcado 51 tantos en las dos últimas temporadas... Dugolsky", titulaba el semanario. 

De su primera entrevista en la Revista Real Madrid hay un pasaje muy importante y es el de las últimas palabras del jugador. Javier Palomino le pregunta qué le diría a la afición madridista y Dubovsky responde que quiere saludarla y agradecer "las muestras continuas de apoyo" recibidas. Pero añade algo más... "Me gustaría pedirles una cosa: Que tengan paciencia al principio, porque los inicios siempre son difíciles. Me gustaría que tuvieran paciencia conmigo, aunque yo intentaré no defraudarles", rogaba el nuevo futbolista del Real Madrid.

Dubovsky pedía "paciencia" y en el Real Madrid eso es muy difícil. Más aún si la situación es complicada. A primeros de octubre de 1993, cuando yo me compraba aquellos dos ejemplares de Don Balón y colocaba el póster de Dubovsky en la pared junto a mi cama, la situación del Real Madrid era terrorífica. En la cuarta jornada liguera el equipo de Benito Floro estaba en puestos de descenso directo y en la quinta conseguimos salir gracias al punto sumado en el empate a cero del derbi con el Atlético. Las críticas contra el juego del equipo en aquel partido disputado en el Calderón fueron feroces. En cinco partidos de Liga sólo habíamos ganado uno, el de la primera jornada en Pamplona por 1-4 frente a Osasuna. A continuación se perdió 1-3 en el Bernabéu con el Valladolid, 4-0 en Riazor frente al Deportivo y 0-1 de nuevo en el Bernabéu con el Oviedo. El inicio de la temporada 1993-94 fue un absoluto desastre que marcaría la trayectoria del equipo para el resto del año. Con sólo un mes de competición oficial a las espaldas uno de los nuevos fichajes, Claudemir Vitor, ya había sido sentenciado y desapareció del mapa señalado como uno de los principales responsables de la mala marcha del equipo. No volvería a jugar y regresaría a Brasil en diciembre con un pobre bagaje de tres partidos jugados con el Real Madrid.

El único respiro en aquel tremendo inicio de campaña llegó en la primera ronda de la Recopa de Europa que se jugó contra el Lugano. En el estreno europeo se ganó 3-0 y Peter Dubovsky fue el encargado de marcar el primer gol del partido, es decir, el eslovaco anotó el primer tanto del Madrid en aquella edición europea. Un gol precioso, por cierto, un centro al área de Míchel buscando a Butragueño que se pasó de largo pero que Peter, jugando de centrocampista con el 11 a la espalda, aprovechó ajustando el balón al primer poste casi sin ángulo. Un golazo. Recuerdo que a través de la televisión se apreciaba la intensidad con la que se celebró en el campo aquel gol. Francamente tengo la impresión de que había muchas ganas de ver al chaval triunfar. Por alguna razón Peter Dubovsky cayó en gracia. Se le veía como a un jugador que trabajaba, que no se metía en líos, no protestaba, no realizaba declaraciones altisonantes... De hecho, yo incluso diría que no realizaba declaraciones. Seguramente tenía mucho que ver la ya mencionada barrera idiomática pero, sobre todo, el carácter del jugador. Todos los que le conocieron y todos los perfiles biográficos que se le han dedicado mencionan a una persona muy tímida e introvertida. Se le achacaba cierta frialdad y quizás eso terminó transmitiéndose también en el campo. Quizás le faltó un poco más de 'mala leche' para triunfar en un Club como el Real Madrid...

En cualquier caso la situación del equipo, como acabamos de recordar, no era la más idónea para un futbolista recién llegado. Dubovsky fue titular en tres de los cuatro primeros partidos de Liga por lo que, de alguna manera, fue uno de los que 'pagó el pato' por los resultados del equipo. No le pasó como a Vitor, pero sí que es cierto que le costó un poco más entrar a jugar a partir de entonces. La competencia, además, era muy dura. Zamorano y Butragueño eran titulares fijos pese a que no firmaron su mejor campaña. De hecho, el chileno acabaría atravesando una durísima sequía goleadora que se prolongó durante una vuelta entera y el Buitre dejó síntomas de que sus mejores días ya habían pasado. A eso se sumó la eclosión de Alfonso, que hasta su lesión en enero de 1994 se destapó como el jugador más en forma del equipo. Aun así, a Alfonso le costó un poco ganarse un puesto en el equipo porque Benito Floro era reticente a cambiar de esquema de juego y para no tocar la delantera hacía jugar a Alfonso de centrocampista por el carril izquierdo, es decir, el puesto ideal donde Dubovsky podría destacar con su zurda prodigiosa y su capacidad ofensiva. En resumidas cuentas, tanto en la delantera como el mediocampo había que competir con Zamorano, Butragueño, Alfonso y Martín Vázquez. Contando al eslovaco había cinco jugadores de primer nivel para tres puestos. Había otro problema, además: Dubovsky ocupaba plaza de extranjero en una época en la que sólo podían jugar tres de los cuatro foráneos que había por plantilla. 

Al final hubo minutos para todos. El ostracismo de Vitor hasta terminar su cesión en diciembre propició que la limitación de extranjeros no fuese un freno para Dubovsky. Zamorano, Prosinecki y él podrían jugar juntos sin ningún problema. Por otra parte Butragueño perdió la condición de indiscutible que llevaba manteniendo a lo largo de toda su carrera y empezó a visitar el banquillo en algún partido, lo que dejaba una vacante arriba que podía ser cubierta por Alfonso. El caso es que hubo posibilidades de jugar, más aún cuando Alfonso se fastidió la rodilla en Barcelona para todo lo que restaba de temporada, abriendo la puerta también a jugadores del filial como Dani y Morales. El eslovaco participó en el triunfo 3-1 frente al Barcelona de la ida de la Supercopa que se adjudicaría el Real Madrid en el único momento de alegría de aquel complicado ejercicio. Entre unas cosas y otras Dubovsky llegó a participar bastante en su primera campaña como madridista disputando 36 partidos oficiales y marcando 2 goles. El segundo lo anotó en la jornada 30 de Liga, un emocionante encuentro con el Valencia en el Bernabéu en el que hubo que remontar el 0-1 de Mendieta. Dubovsky, que aquella tarde jugó de delantero centro con el 9 a la espalda, marcó el 1-1 con un disparo ajustado al palo. Con la zurda, por supuesto. Después marcaría Prosinecki el 2-1, Álvaro el 2-2 para el Valencia y Butragueño el 3-2 con el que se ganaría el partido. Fue el último triunfo de la temporada en el que participó Dubovsky. Tras el cese de Benito Floro y la llegada de Vicente Del Bosque las cosas no cambiaron mucho y se perdieron tres de los últimos cinco partidos de Liga. Dubovsky no participó en la Copa Iberia

Temporada 1994-95

De cara a la temporada 1994-95 parecía que las cosas mejorarían puesto que el nuevo entrenador, Jorge Valdano, manifestó en varias ocasiones que contaba con el jugador y arrancó la pretemporada jugando. Con el que no contaba era con Zamorano, así que mientras llegaba el fichaje de un nuevo delantero, presumiblemente extranjero, Dubovsky estaba llamado a ser uno de los tres foráneos del equipo junto a los recién llegados Michael Laudrup y Fernando Redondo. Al final Rubén Sosa no llegó, como se había llegado a barajar, pero resultó que Zamorano volvió a encontrar el olfato goleador en los torneos veraniegos y de descartado por Valdano pasó a titularísimo. Junto a Zamorano otro de los teóricos descartes, Amavisca, también encontró su sitio. La nueva lesión de Alfonso en la primera jornada de Liga supuso una oportunidad que el cántabro aprovechó primero jugando como delantero y después como centrocampista por la izquierda. Dubovsky, en cualquier caso, arrancó el mes de septiembre dentro de la dinámica del equipo. Jugó los noventa minutos acompañando a Zamorano en la delantera en el triunfo 2-0 frente al Logroñés de la segunda jornada y también fue titular en la Copa de la UEFA frente al Sporting de Portugal y en la tercera jornada en Albacete. En ese encuentro, sin embargo, la temprana expulsión de Luis Enrique a los 25 minutos obligó a Valdano a modificar al equipo y retiró al eslovaco para dar entrada a Chendo. No tenía suerte un Dubovsky que empezó a perder protagonismo. Dispuso de minutos en Moscú en Copa de la UEFA pero su siguiente aparición como madridista sería una metáfora de lo que fue su segunda temporada en el Real Madrid...

Fue el domingo 23 de octubre de 1994, el día de la vuelta de Fernando Redondo con el Compostela tras la lesión de pretemporada que le había dejado en el dique seco desde que arrancó la campaña oficial. El Madrid alineó de inicio al argentino junto a Zamorano y Laudrup. Como hasta entonces no había habido problema por la ausencia de Redondo el entrenador se olvidó de la limitación de tres extranjeros y cuando en el minuto 80 retiró a Luis Enrique para dar entrada a Dubovsky se dio la circunstancia de que los cuatro extranjeros estaban sobre el terreno de juego. Automáticamente el cuerpo técnico se dio cuenta del error y Valdano retiró de inmediato a Dubovsky, que sólo estuvo un minuto en el césped. El Madrid se quedó con diez al haber agotado los dos cambios y el Compostela sacó un empate a uno del Bernabéu aquella tarde. Definitivamente Dubovsky no tenía suerte. La vuelta de Fernando Redondo y el gran estado de forma de Michael Laudrup y Zamorano relegaron a Dubovsky a la condición de cuarto extranjero. Ahí sí que empezó a tener definitivamente un panorama muy oscuro para jugar. La siguiente aparición de Dubovsky con el Madrid llegaría en otro encuentro de mal recuerdo para la parroquia madridista, puesto que jugó la última media hora del partido contra el Odense. La eliminación de la Copa de la UEFA y la posterior eliminación de la Copa del Rey con el Valencia supusieron otra limitación más para jugar. Centrado en ganar la Liga el Real Madrid confió en un bloque de titulares que se mantendría ya hasta finalizar la campaña. Peter Dubovsky sólo dispondría de unos minutos como suplente en la jornada 28 frente al Zaragoza. Era el domingo 9 de abril de 1995 y ese día nuestro protagonista marcó un gol. Un golazo. Su tercer y último tanto como madridista. Tremendo disparo... ¡con la diestra! desde fuera del área que clavó cerca de la escuadra derecha. En la jornada 30, frente al Valencia, disputó sus últimos quince minutos oficiales como jugador del Real Madrid.

Su paso por el Real Madrid se cerró con 45 partidos oficiales y 3 goles. Una Liga y una Supercopa de España aparecen en su palmarés como jugador blanco. Dejó pinceladas. Hay quien le recuerda por su destreza con el balón en los entrenamientos. Cuentan que en la Ciudad Deportiva los futbolistas jugaban a tratar de colocar el balón encima de la red de la portería y que siempre ganaba Dubovsky con sus lanzamientos con la zurda. Nadie dudaba de la calidad de su pierna izquierda pero le faltó dar algo más para tener éxito en el Bernabéu. No triunfó, pero no fue un jugador maltratado por el exigente público blanco. De hecho, creo que se le tenía cierto aprecio. Y sus compañeros también le tenían en estima. Mantuvo una relación cercana con Zamorano y Amavisca, que le puso de nombre a su perro Dubo en honor a su amigo Dubovsky. Pero en el Real Madrid hacía falta algo más...

No siguió en Madrid. Peter Dubovsky se asentó en Oviedo junto a su novia y su segunda etapa en el fútbol español dejó huella entre los aficionados asturianos que le recuerdan con mucho cariño. Allí pasó 5 temporadas consagrándose como uno de los mejores jugadores del Oviedo de la segunda mitad de los noventa. Disputó 131 partidos oficiales y marcó 19 goles con la camiseta de los carbayones. Con sus virtudes y defectos se ganó al público del Carlos Tartiere, donde dio rienda suelta a su talento. A veces irregular, otras genial, Dubovsky era un futbolista distinto y decisivo. Se encontraba además muy a gusto en Oviedo, ciudad más tranquila que Madrid y que le recordaba mucho a su Bratislava.

La sección '75 preguntas' de la revista Don Balón publicó en una ocasión un formulario a Dubovsky en el que la penúltima cuestión que le hacían al eslovaco era ¿Prefiere vivir mucho, llegar a edad avanzada en estado precario o morir antes pero con calidad de vida? "Me gustaría tener buena salud siempre, y morir a los 100 años", respondía el jugador. No tuvo suerte... La tragedia se cruzó con él y se quedó en 28 años. Nos dejaba tal día como hoy de hace 20 años. El 23 de junio del año 2000 los espacios deportivos de los informativos comunicaban la noticia de la muerte de Peter Dubovsky, futbolista del Oviedo, en un desgraciado accidente mientras se encontraba de vacaciones en Tailandia

Impresiona conocer la muerte de un futbolista al que has visto jugar en tu equipo. Dubovsky, junto a Juanito y José Antonio Reyes conforman la nómina de los únicos jugadores a los que he visto jugar en el Real Madrid y que desgraciadamente han fallecido. Sentí muchísimo la muerte de Dubovsky. Tras su salida del Club blanco yo nunca retiré el póster de mi habitación. Estuvo allí colgado un buen puñado de años. Él y Hagi, pese a no triunfar en el Real Madrid, compartieron pared con los pósters de otras figuras de los ochenta y noventa como Juanito, Butragueño, Chendo, Hugo Sánchez, Laudrup, Redondo, Raúl, Suker, Mijatovic, Seedorf... Pero el póster de Dubovsky, realizado con una fotografía de Juan Navarro, no lo quité. Seguí su trayectoria en el Oviedo y me alegré mucho de que las cosas le marcharan bien allí. 

Que a Dubovsky se le recuerde con cariño en Oviedo me parece algo normal, pero sí que me ha sorprendido un poco descubrir a lo largo de estos últimos años que no soy el único madridista que le recuerda con aprecio. Los aficionados suelen ser un poco crueles en ocasiones con los futbolistas que no triunfan. Con Dubovsky creo que no fue el caso. No es una leyenda, no ganó grandes títulos y sólo dejó pinceladas con la camiseta blanca de lo que pudo haber sido. Pero quedó el respeto hacia un futbolista que no me cansaré de repetir que no tuvo nada de suerte con nosotros. Y, sobre todo, alguien que transmitía muy buenas sensaciones como persona. "Dicen que soy frío, pero me considero más calculador que frío y soy buena persona, quiero mucho a mis amigos", contaba el malogrado jugador en Don Balón. Hoy, veinte años después de su muerte, son muchos los que le recuerdan a través de las redes sociales con mensajes que demuestran que Peter Dubovsky dejó huella de alguna manera en lo personal y en lo futbolístico.

Desde 'Historias del Real Madrid' quiero tener mi pequeño homenaje para él con motivo de este aniversario. Se te recuerda con cariño, Peter. Descansa en paz.

domingo, 21 de junio de 2020

LA TEMPORADA 1994-95

Recordando la trayectoria del Real Madrid de hace un cuarto de siglo

La temporada 1994-95 fue una de las campañas más especiales de la década de los noventa, un decenio verdaderamente duro para los madridistas, sobre todo antes de la llegada de La Séptima. La Liga de aquel año dejó una huella imborrable por la ilusión generada, por el buen fútbol desplegado y por recuperar un título que se hizo de rogar desde 1990. Ganar aquella Liga suponía poner fin a una racha de reveses en el Campeonato Nacional que nos hizo valorar lo que había conseguido la Quinta del Buitre cinco años antes. Butragueño, Míchel, Sanchís y Martín Vázquez tardaron más de lo previsto en sumar su sexta Liga y cuando se recuperó el título la afición lo disfrutó por todo lo grande.

El primer lustro de los noventa fue complicadísimo para un Real Madrid castigado por los reveses europeos y por las dos Ligas perdidas en Tenerife en las temporadas 1991-92 y 1992-93. La temporada 1993-94 fue desastrosa para el Real Madrid. La Supercopa frente al Barcelona fue la única alegría de un ejercicio en el que nos pasó de todo. La eliminación de Copa con el Tenerife, la sequía goleadora de Zamorano, el cese de Benito Floro, el equipo fuera de la lucha por el título... 12 derrotas y 7 empates. 19 partidos sin ganar en aquella Liga y unas críticas durísimas y constantes a lo largo de todo el año generando un ambiente irrespirable alrededor del equipo que transmitía muchísimo pesimismo.

¿Y cómo se combate el pesimismo? Pues con optimismo, generando ilusión. En el tramo final de la temporada 1993-94 lo que más nos interesaba a los madridistas eran las noticias sobre los nuevos fichajes que se barajaban y el nuevo Real Madrid que se estaba gestando.

Real Madrid 1994-95

El nuevo Real Madrid para la temporada 1994-95 se presentó el 19 de julio de 1994 en el Santiago Bernabéu. La cifra de aficionados que se congregaron aquel martes en el estadio nos dan una idea de la expectación generada en el madridismo con el equipo: 55.000 espectadores, cifra récord para la época. Nunca antes se habían juntado tantas personas para ver la presentación, que no dejaba de ser un acto protocolario para hacer una primera foto oficial, escuchar las primeras palabras de presidente y capitán y corretear un poco en el césped para los fotógrafos y reporteros gráficos. En cualquier caso aquellas presentaciones veraniegas, hoy en día desaparecidas, tenían mucho encanto, sobre todo para los más pequeños que acudían al campo en aquellos calurosos días estivales para ver a sus ídolos. El nuevo ciclo del Real Madrid también suponía cambios en el uniforme. Tras ocho años con nosotros la firma danesa Hummel dejaba de vestir a los blancos y en su lugar sería Kelme la que se encargaría de surtir de material deportivo al equipo.

El Real Madrid iniciaría el curso con la siguiente plantilla: Buyo, Cañizares y Contreras como porteros. Chendo, Quique Sánchez Flores, Hierro, Sanchís, Nando, Alkorta, Lasa y Alberto Marcos como defensas. Laudrup, Redondo, Milla, Sandro, Míchel, Martín Vázquez y Luis Enrique como centrocampistas. Butragueño, Alfonso, Dubovsky, Dani, Amavisca y Zamorano como delanteros. También estuvo con el equipo en la presentación el delantero Ismael Urzáiz, a la espera de encontrar nuevo equipo. El canterano, que había regresado al Club tras su cesión en el Rayo Vallecano, saldría nuevamente fuera recalando en el Salamanca de Segunda División, equipo con el que conseguiría el ascenso a Primera esa misma temporada 1994-95.

sábado, 20 de junio de 2020

EL HOMENAJE A GORDILLO

Se cumplen 25 años del amistoso entre los dos equipos del legendario futbolista

Más que merecido. Merecidísimo. Rafael Gordillo Vázquez es una Leyenda del fútbol español. El martes 20 de junio de 1995, con la Liga ya acabada, Betis y Real Madrid volvían a enfrentarse de nuevo en el encuentro que servía de Homenaje al grandísimo futbolista que había vestido las camisetas de ambos equipos. Tal día como hoy de hace 25 años el gran Gordillo se despedía del Betis poniendo punto y final a una etapa que se había iniciado en la temporada 1976-77. Doce campañas en el primer equipo verdiblancos en dos etapas separadas por su ciclo de siete años en el Real Madrid. En total, 15 temporadas en Primera División y 3 en Segunda División para un jugador cuya carrera se prolongó a lo largo de tres décadas. Jugó en los setenta, en los ochenta y en los noventa.

Las gradas del Benito Villamarín estaban repletas para despedir a Gordillo. En los prolegómenos el homenajeado, acompañado por su mujer Isabel, recibió varios regalos y recuerdos "Siento una emoción muy grande y estoy muy orgulloso de estar aquí hoy", decía el jugador al micrófono de Antena 3 Televisión, que emitió el partido en directo. Ramón Mendoza, como presidente del Real Madrid, le entregó una placa por parte del Club blanco. José León le entregó otra por parte del Betis. Allí estuvieron presentes todos sus amigos y ex compañeros. Por parte del Madrid se acercaron a la grada del Villamarín figuras como Butragueño, Hugo Sánchez, Camacho o Ricardo Gallego. "Es un día triste porque me voy del fútbol, pero hoy estoy muy orgulloso de estar aquí y feliz porque veo que estoy con toda mi gente", comentaba el todavía jugador del Betis arropado por los suyos. Sus padres, sus hijos... Todos estaban allí. Su madre incluso reconocía que nunca había visto jugar a su hijo en un campo de fútbol, pero aquel día no podía perdérselo.

El partido
arrancó a las 22.00 horas dirigido por el colegiado Martín Navarrete y fue una fiesta entre los dos equipos que acababan de jugar un par de días antes en el Santiago Bernabéu con motivo de la última jornada de Liga. Raúl abrió el marcador pasada la media hora rematando con la zurda un balón atrás que le había puesto Peter Dubovsky, su compañero en la delantera aquel día. Un disparo cruzado de Cuéllar supuso el empate a uno poco antes del descanso y tras la reanudación llegó un carrusel de cambios entre los dos equipos. Fernando Hierro pudo volver a adelantar al Madrid con un disparo de falta pero el esférico fue repelido violentamente por el larguero. En el minuto 77 Cañas quiso rendir su particular 'homenaje' a Gordillo con un centro desde la banda izquierda, eso sí, utilizando la diestra con el exterior, para servir un balón a Kowalczyk dentro del área. El polaco resolvió con habilidad y acierto ante la salida de Cañizares poniendo el 2-1 en el electrónico. El Real Madrid apretó en el tramo final y alcanzó las tablas gracias a un tanto de Alfonso, muy atento a la hora de aprovechar un balón que no atajó correctamente el guardameta Diezma para marcar el definitivo 2-2.

El momento estelar del encuentro se registró, como no podía ser de otra manera, cuando Rafael Gordillo abandonó el terreno de juego en el minuto 23 del segundo tiempo. El partido se detuvo y el homenajeado empezó a recibir los abrazos, uno por uno, de todos sus compañeros y de los jugadores del Real Madrid. Gordillo se acercó al banquillo madridista para fundirse en un abrazo con su gran amigo Míchel, presente aquella noche vestido de calle puesto que no había reaparecido todavía como jugador tras su lesión en Anoeta. Tras abrazar a todos los integrantes de la expedición blanca Rafael regresó al césped para iniciar una emotiva vuelta de honor al estadio saludando a todo el mundo y recibiendo por última vez el atronador y sonoro cariño del público verdiblanco. No pudo contener las lágrimas. "Era muy difícil, por mucho que te quieras hacer el duro. Es difícil pasar este trago", reconocía a los periodistas en el túnel de vestuarios. Los medios gráficos incluso le acompañaron al interior, casi hasta la misma ducha. "Estoy emocionado. Me he emocionado muchas veces durante el partido y estoy muy contento por lo que me ha hecho la afición", declaraba Gordillo al final del evento. Una noche para el recuerdo.

Supuestamente aquel Homenaje se trataba de su despedida del fútbol aunque luego resultó que el de Almendralejo decidiría prorrogar un año más su carrera aceptando una oferta del Écija, equipo sevillano que justo acababa de ascender a Segunda División y que consiguió contar durante una temporada con el gran Rafael Gordillo. Tenía 38 años y disputó un total de 20 partidos entre Liga y Copa del Rey en la temporada 1995-96. Aquella sí que fue, esta vez sí, su última campaña como jugador en activo. Rafael Gordillo Vázquez disputó su último partido como profesional el 19 de mayo de 1996, con 39 años.

BETIS: Jaro, Jaime, Gordillo, Ureña, Vidakovic, Josete, Márquez, Alexis, Stosic, Cuéllar y Calderón. También jugaron Diezma, Aquino, Merino, Quico, Kasumov, Cañas, Menéndez, Olías, Sabas y Kowalczyk.

REAL MADRID: Buyo, Chendo, Nando, Sanchís, Lasa, Milla, Alfonso, Laudrup, Amavisca, Dubovsky y Raúl. También jugaron Cañizares, Quique, Hierro, Alkorta, Redondo, Sandro, Luis Enrique y Zamorano.

GOLES 
0-1 min. 32 Raúl
1-1 min. 41 Cuéllar
2-1 min. 77 Kowalczyk
2-2 min. 90 Alfonso

jueves, 18 de junio de 2020

FIN DE FIESTA DE LA LIGA 1994-95

Se cumplen 25 años del cierre oficial de la temporada 1994-95 para el Real Madrid

El domingo 18 de junio de 1995, tal día como hoy de hace 25 años, terminaba la Liga 1994-95 con unos cuantos equipos jugándose algo. No era el caso del Real Madrid, que ya era Campeón de Liga, pero sí de su rival, un Betis que necesitaba un punto para entrar en Europa. Para los blancos lo más importante era el fin de fiesta de una temporada muy especial aunque aquella jornada 38 acabase con una derrota, la primera en el Santiago Bernabéu de aquella Liga. Siempre tuve dudas sobre si denominar a este partido como 'El día tonto en el Bernabéu' de la temporada 1994-95 pero lo cierto es que no lo considero como tal por dos razones. La primera es que al no haber nada en juego y ser ya Campeones se puede entender que el rendimiento ese día no fuera el habitual. La segunda es que ese apelativo del "día tonto" se lo llevó esa campaña, sin ninguna duda, el encuentro frente al Odense. Al fin y al cabo, en aquella tarde de mediados de junio de 1995 el Real Madrid estaba de celebración. 

El encuentro arrancó a las 19.00 horas con el Madrid apretando. No había nada en juego clasificatoriamente hablando pero sí que había dos objetivos individuales. Por un lado Paco Buyo peleaba por el Zamora precisamente contra el portero del Betis que, curiosidades del destino, era nuestro ex guardameta Pedro Jaro. Por otra parte Iván Zamorano quería aumentar su cuenta de goles, es decir, que si el chileno marcaba incrementaba el número de dianas para su Pichichi y, de paso, le echaba un 'guante' a su portero. Los blancos, además, salieron al terreno de juego con el equipo de gala de aquellos momentos: Buyo, Quique, Hierro, Sanchís, Lasa, Luis Enrique, Redondo, Laudrup, Amavisca, Raúl y Zamorano. Valdano no hizo concesiones en el último partido oficial de la temporada y lo único llamativo fue la ausencia de Martín Vázquez, que no seguiría en el Club y no pudo despedirse jugando.

Empezó bien el Madrid, que nada más echar a rodar el balón ya tuvo una ocasión en las botas de Zamorano. Los blancos atacaban y dieron trabajo a Jaro, que realizó otro tremendo paradón al chileno justo antes de que llegara el 0-1 de la tarde. Y es que el Betis se fue entonando y acabó realizando un gran partido. Al fin y al cabo era el que realmente se estaba jugando algo. Aquino, de fuerte disparo con la zurda, fusiló a Buyo anotando el gol con el que se llegaría al descanso. Tras la reanudación los visitantes siguieron buscando la meta local y tras varios intentos lo consiguieron de una forma un tanto sorprendente. Una falta bastante lejana y escorada por la derecha fue ejecutada por el argentino Aquino y el balón, tras dar un par de botes, acaba entrando por el palo izquierdo de la portería del Real Madrid. Al parecer el segundo de los botes despistó un poco a Buyo puesto que daba la impresión de que el cancerbero blanco pudo haber hecho algo más para evitar el gol. Y con dos goles a su favor el conjunto de Serra Ferrer pudo manejar a placer la situación aguantando en defensa y saliendo a la contra con peligro. Michael Laudrup, Zamorano, Fernando Hierro de cabeza o Quique Flores lo siguieron intentando pero Pedro Jaro siguió sin ser batido. Con aquel 0-2 el Real Madrid terminó la Liga como el equipo más realizador pero el equipo menos goleado fue el Betis. Los nuestros encajaron 29 goles y los verdiblancos 25 de tal manera que Pedro Jaro, que aquella misma temporada había aterrizado en el equipo hispalense procedente del Real Madrid, se adjudicó el Trofeo Zamora. El suplente de Buyo durante los anteriores cuatro años se reivindicó, además, en el propio Santiago Bernabéu. En el fondo me alegré un poco por él. Ya que no pudo ser para Buyo por lo menos se lo llevó un ex de la casa que no había tenido mucha suerte. Era la primera vez en su historia que un guardameta del Betis se hacía con el galardón al portero menos goleado de la Liga española. Los béticos, que habían ascendido de Segunda esa misma campaña, terminaron el campeonato como terceros y celebraron allí en el césped del Bernabéu su clasificación para la Copa de la UEFA.

La fiesta madridista

Pero la celebración 'gorda' era la del Real Madrid, cinco años después... Las celebraciones por el título de Liga no tuvieron mucho que ver con las últimas que se habían hecho. Al ser mediados de junio y concluir los partidos sin ser las nueve de la noche todavía había luz solar y no se pudo hacer un espectáculo nocturno de luces como sí se hizo al término de las temporadas 1988-89 y 1989-90. Además, hubiera sido repetir otra vez lo que habíamos visto sólo tres días antes en el Homenaje a Butragueño. Sí que hubo elementos clásicos de la época para las celebraciones como el detalle de los globos aerostáticos surcando los cielos desde el centro del campo y aquel rótulo color azul de "Campeones" elevándose también rodeado de pequeños globos antes de comenzar el partido con el Betis. Los chicos de la cantera, representados por los jugadores del Infantil y del Juvenil A, hicieron pasillo a los mayores. Al término del encuentro saltaron uniformados al césped todos los futbolistas de la primera plantilla incluyendo a Emilio Butragueño y Alberto Rivera, el joven canterano que había debutado con gol la jornada anterior. Volvíamos a ver a Míchel de corto por primera vez desde su lesión en diciembre. El presidente de la Federación Española Ángel María Villar, en presencia de Ramón Mendoza, entregó el trofeo de Liga al capitán Manolo Sanchís y todos los jugadores dieron la vuelta de honor al campo. Todo amenizado por los aplausos, el ruido de los petardos y la narración por megafonía de Matías Prats padre. Los reporteros gráficos dejaron testimonio del momento con cientos de fotografías en las que los jugadores se turnaban para ir posando con el trofeo. Y, por supuesto, la foto de familia de toda la plantilla que había conseguido devolver al madridismo la Liga, aquella Liga tan deseada durante aquellos últimos meses y que tanta ilusión nos hizo.

Se acabó. Un par de días después el Real Madrid disputaría el partido homenaje de Rafael Gordillo en el Benito Villamarín, pero la temporada 1994-95 estaba oficialmente terminada. El Real Madrid era Campeón.

REAL MADRID: Buyo, Quique, Hierro, Sanchís, Lasa, Luis Enrique (Alfonso, 63'), Redondo, Laudrup (Sandro, 71'), Amavisca, Raúl y Zamorano.

BETIS: Jaro, Jaime, Ureña, Vidakovic, Josete, Cañas, Alexis, Merino, Stosic (Sabas, 67'), Cuéllar y Aquino (Olias, 86').

GOLES
0-1 min. 20 Aquino
0-2 min. 50 Aquino

ADIÓS A ISIDRO BRUNET

Futbolista del Real Madrid en la temporada 1957-58

El Real Madrid ha informado este jueves 18 de junio de la muerte de Isidro Brunet Prat. El ex jugador, de 85 años de edad, militó en el Club blanco durante la temporada 1957-58.

Isidro Brunet nació en la localidad de Terrassa, Barcelona, el 19 de agosto de 1934. Sus inicios como futbolista se remontan al año 1949 y vistió las camisetas de equipos como Sant Pere y Olot. Debutó en Segunda División con 20 años en las filas del Tarrasa, en la temporada 1954-55. Allí completaría tres campañas antes de dar el salto al Real Madrid. Dada su juventud y la enorme competencia que había en una plantilla plagada de estrellas Brunet sólo pudo jugar dos partidos oficiales. Debutó en Primera División con la camiseta blanca en la sexta jornada, un triunfo 0-2 en Jaén disputado el 20 de octubre de 1957. Volvería a jugar un segundo encuentro a domicilio el 15 de diciembre de 1957, aunque en aquella ocasión el Real Madrid perdió 2-1 en casa del Celta de Vigo. Fueron sus dos únicos encuentros en la máxima categoría, aunque contribuyó a la consecución de la Liga de aquella campaña en la que el Real Madrid también se adjudicó la Copa de Europa. En la temporada 1958-59 recaló en el Córdoba, en Segunda División y allí actuaría durante dos ejercicios antes de regresar a su casa para volver a jugar con el Tarrasa. Se desenvolvía en posiciones ofensivas como delantero y anotó el gol número 1000 de la historia del club catalán, del que también llegó a ser entrenador y directivo.

El Real Madrid ha emitido un comunicado en el que lamenta su fallecimiento y el primer equipo ha guardado un minuto de silencio en el Estadio Alfredo Di Stéfano antes de dar comienzo a su encuentro de Liga con el Valencia. Los jugadores lucen brazaletes negros en señal de duelo por la desaparición del ex jugador.

Desde 'Historias del Real Madrid' quiero expresar mi más sentido pésame a toda su familia, amigos y compañeros. Sirvan estas pocas líneas a modo de particular homenaje. Descanse en paz, Isidro Brunet Prat.  

martes, 16 de junio de 2020

EL VÍDEO 'BUTRAGUEÑO, LA LEYENDA'

El documental sobre la carrera del Buitre también cumple 25 años

"Desde mi punto de vista este vídeo es una fiesta al fútbol y espero que lo disfrutéis", decía el 'Buitre' a modo de presentación en los primeros minutos del documental 'Butragueño, La Leyenda'. Coincidiendo con el punto y final de su etapa como jugador del Real Madrid salió a la venta un vídeo VHS en el que se realizaba un detallado repaso a su carrera en el Real Madrid y en la Selección. El futbolista, en el césped de un Santiago Bernabéu vacío, rememoraba los años de su infancia en los que acudía al estadio acompañando a su padre para ver a jugadores como Pirri, Amancio, Santillana o Juanito y recordaba que nunca tuvo la oportunidad de tener un vídeo con imágenes de sus ídolos. "He disfrutado mucho jugando al fútbol y no quiero que a algún niño le pase lo que me pasó a mí cuando quería tener el vídeo de mis ídolos", explicaba Emilio Butragueño sobre la decisión de sacar adelante aquella cinta documental.

Lo que contaba Emilio en aquellos primeros minutos de presentación era cierto. Él personalmente fue el que puso en marcha la idea de producir un vídeo con imágenes de su trayectoria deportiva y se puso en contacto con Matías Prats para su elaboración. El encargo quedó finalmente en manos de otro periodista de TVE, Paco Grande, que ya había dado muestras más que evidentes de su destreza a la hora de elaborar documentales sobre fútbol con trabajos como aquella espectacular pieza sobre Carlos Santillana emitida en 'Estudio Estadio' el día de su despedida o el magnífico trabajo sobre la Historia de la Copa del Rey. 'Butragueño, La Leyenda' se hizo a toda velocidad y en tiempo récord. Apenas transcurrió un mes entre que el 'Buitre' hizo público en rueda de prensa su marcha del Real Madrid, un 18 de mayo de 1995, y su partido homenaje, el 15 de junio. En ese corto periodo de tiempo Paco Grande se encargó, él solito, de elaborar un guion, conseguir las imágenes, seleccionar goles de las 12 temporadas que Butragueño jugó en el primer equipo madridista, realizar las gestiones para conseguir entrevistas, hablar con los protagonistas, grabar y montar... Un duro trabajo montando día y noche, eligiendo imágenes y editando en poco tiempo mientras cargaba, de aquí para allá, con pesadas cintas U-matic, Betacam o de 1 pulgada. El esfuerzo tuvo su recompensa y el documental, todo un precursor de los actuales 'Conexión Vintage', llegó a los kioscos y grandes almacenes para estar a disposición de los aficionados que deseaban adquirir tal recuerdo en el momento del adiós del astro madridista.

'Butragueño, La Leyenda' fue un documental producido por Infosa Servicios S.A. y la locución del mismo la realizó Matías Prats. Cuenta con imágenes cedidas mayoritariamente por TVE y también por Telemadrid, así como con fotografías de los diarios deportivos Marca y As. La banda sonora corre a cargo de una cuidada colección de piezas seleccionadas por el director José Luis Flores que incluye obras, según se recoge en los títulos de crédito finales, de autores como Grieg, Carl Orff, Strauss, Beethoven, Mozart, Granados y Vivaldi. Mientras suena la música clásica podemos ver todo tipo de goles y jugadas en imágenes que contaron con el visto bueno del propio Emilio Butragueño, que se implicó mucho en sacar adelante el vídeo. El documental recoge todo el esplendor del Real Madrid de la Quinta del Buitre prestando especial atención a episodios clave de aquella etapa como fue el debut en Cádiz del 5 de febrero de 1984, las remontadas en las Copas de la UEFA, el partido frente al Anderlecht, la Final de 1986 frente al Colonia, su debut con la Selección frente a Gales o, cómo no, el inolvidable encuentro del Mundial de México 86 frente a Dinamarca. Además podemos ver en acción a todos sus compañeros de equipo, destacándose las asociaciones que llegó a formar con futbolistas como Juanito, Santillana, Hugo Sánchez o Míchel. Algunos de ellos aparecen hablando en el propio documental, que recoge los testimonios de sus compañeros de quinta Míchel, Martín Vázquez y Sanchís, entrevistados en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. También se recogen los testimonios de Don Emilio Butragueño Benavente, padre del jugador, de Alfredo Di Stéfano, entrenador que le hizo debutar en el primer equipo, y Ramón Mendoza, presidente del Club en el año 1995.

Dos ediciones lanzadas

Lo que desconoce mucha gente es que se hicieron dos ediciones de este vídeo. En la primera, que salió al mercado coincidiendo con los días del Homenaje, se incluía el documental propiamente dicho en el que se repasa de forma exhaustiva su carrera deportiva. Pero se hizo una segunda edición en la que se incluyen diez minutos más con imágenes correspondientes al partido homenaje frente a la AS Roma del 15 de junio de 1995. Ese material se incluía sin la narración de Matías Prats utilizando de fondo la música de la Sinfonía nº9 de Beethoven. Es un pequeño resumen con las mejores jugadas del partido, los goles y los actos finales en los que Butragueño realizó la vuelta al campo y acabó siendo manteado por sus compañeros. Este nuevo fragmento aparece en la segunda edición incrustado justo antes del tramo final con la despedida del protagonista en el césped de un Santiago Bernabéu vacío. Podemos decir, en definitiva, que la segunda edición del vídeo era una versión ampliada y actualizada.

'Butragueño, La Leyenda' es un documental magnífico que, un cuarto de siglo después, sigue vigente como testimonio y recuerdo de uno de los futbolistas más queridos y admirados por los seguidores del Real Madrid. Goles, partidos, títulos, grandes jugadas, extraordinarios futbolistas y un reflejo perfecto de lo que fue aquel equipo de la Quinta del Buitre. Muchos aficionados aún tienen en sus videotecas y archivos este documental que, desde luego, merece ser conservado. Sin duda es recomendable su digitalización teniendo en cuenta que las cintas VHS, con el paso del tiempo, comienzan a deteriorarse tal y como yo mismo acabo de percatarme, por desgracia. No olvidemos que han transcurrido ya 25 años. Cinco lustros del final de una época muy entrañable en lo futbolístico y de la marcha de un jugador emblemático con el que crecimos muchos niños. El impacto de su figura quedó perfectamente ilustrado con las palabras que escribió Paco Grande para echar el cierre al documental: "Se va un mito, un fenómeno social, el hombre que dio un nuevo aire al fútbol español, el futbolista por el que un día suspiraba toda Europa y que fue símbolo del Real Madrid durante once años, un ejemplo de conducta en el deporte y un modelo de civismo y templanza, sereno, elegante. Un símbolo generacional. A partir de ahora nace La Leyenda del Buitre".

lunes, 15 de junio de 2020

25 AÑOS DEL HOMENAJE A BUTRAGUEÑO

Emilio Butragueño recibía el cariño del público en la noche de su despedida como jugador del Real Madrid

"El Buitre dijo adiós... Y voló", titulaba el Diario As al día siguiente en su portada. En realidad no fue su última aparición con la camiseta del Real Madrid, tres días después posaría con el resto de sus compañeros para recoger el trofeo que acreditaba al equipo como Campeón de Liga de la temporada 1994-95 en la fiesta final de la última jornada celebrada en el Santiago Bernabéu. Pero sí que fue su despedida como futbolista blanco. Su gran noche. El jueves 15 de junio de 1995, tal día como hoy de hace 25 años, Emilio Butragueño recibía el homenaje del público del Santiago Bernabéu y se cerraba una etapa muy especial de la Historia del Real Madrid

Tuvimos tiempo para intentar asimilarlo. Emilio Butragueño jugó muy poquito aquella temporada 1994-95. El nuevo Real Madrid de Jorge Valdano necesitaba caras nuevas y el Buitre quedó relegado al banquillo y a la grada. Sólo participó en 12 encuentros siendo titular en 3 y jugando completo nada más que uno. Marcó un gol frente al Racing de Santander el 9 de octubre de 1994, el que sería su último gol oficial con la camiseta blanca, y jugó su último partido el 22 de enero de 1995 sustituyendo a Laudrup en el último cuarto de hora del triunfo 4-0 frente al Celta de Vigo. No le volvimos a ver más. La juventud pedía paso aunque, curiosamente, no fue Alfonso su sucesor sino Raúl, la nueva estrella que había debutado a lo grande esa misma campaña procedente de la cantera. Emilio terminaba contrato el 30 de junio y era obvio que no seguiría en el Madrid. Aun así, la confirmación de su marcha fue un shock para una afición que le apreciaba mucho. Fue el jueves 18 de mayo de 1995 en una rueda de prensa que congregó a numerosos periodistas para escuchar las palabras del Buitre. "Mi adiós al Madrid es lo más conveniente. Hace tres semanas que se lo comuniqué al presidente", señaló en una comparecencia en la que también estaba el propio Ramón Mendoza. El jugador avanzaba que seguiría jugando al fútbol fuera de España. No se sabía en qué equipo y aunque todos los medios deslizaron en su momento que el futuro inmediato de Butragueño estaba en Japón, destino habitual de los jugadores veteranos allá por los noventa, terminó siendo el Atlético Celaya de México su último club como futbolista. Lo que sí se conoció era el nombre del rival elegido para el partido homenaje que se jugaría el 15 de junio, la AS Roma. Ese día disputaría Butragueño su último partido como jugador madridista puesto que, como el propio Emilio confirmó, le había pedido a Valdano que no le alineara en la última jornada contra el Betis.

De cara al homenaje el Real Madrid se 'reforzó' con dos fichajes puntuales para la ocasión: Rafa Gordillo y Hugo Sánchez volvían a enfundarse la camiseta blanca para acompañar al Buitre de tal forma que la alineación madridista en el Homenaje traería buenos recuerdos de aquel Madrid de los ochenta. Buyo, Chendo, Hierro, Sanchís, Gordillo, Martín Vázquez, Hugo Sánchez, Butragueño... Pena que Míchel no estuviese ya recuperado de su lesión para haber tenido al grueso de la Quinta del Buitre al completo. Redondo, Laudrup y Luis Enrique completaron el once del conjunto que dirigía Jorge Valdano.

El partido fue una fiesta en la que, lógicamente, Emilio Butragueño fue el gran protagonista. Su padre realizó el saque de honor y el Buitre fue el único jugador que estuvo sobre el campo los noventa minutos. Además, participó en todos los goles. Le dio el pase a Luis Enrique para que el asturiano anotara el 1-0 a los veinte minutos. El 2-0 llegó con un centro al área del Buitre que Hugo Sánchez envió a las mallas con la consiguiente voltereta en lo que fue todo un guiño a la dupla de ataque del Madrid del segundo lustro de los ochenta. En el segundo tiempo Rafa Alkorta hizo el tercero tras incorporarse al ataque y hacer una pared con Emilio. Faltaba el gol del gran protagonista y la oportunidad llegaría casi en el último minuto con un lanzamiento de penalti. El Buitre ejecutó desde los once metros ajustando al palo derecho y el portero Lorieri se tiró del lado correcto adivinando la dirección del disparo, por lo que estuvo a punto de repeler el balón en lo que hubiera sido una auténtica p... Afortunadamente no lo consiguió y el esférico acabó en la red. Era el 4-0 y el último gol de Butragueño como futbolista del Real Madrid. El broche perfecto para su homenaje. Todos sus compañeros corrieron a celebrarlo con él. Amavisca y Dubovsky le subieron a hombros junto a la grande ofreciendo como estampa una de las muchas grandes imágenes que nos dejó la noche.

A la conclusión del partido los focos del Santiago Bernabéu se apagaron. Luces y láser como en las fiestas de celebración de un título. Dos fotografías de Butragueño fueron proyectadas sobre el césped mientras un haz de luz iluminaba al jugador, que recibía el calor de todo el público. Emilio realizó una vuelta al campo entre los aplausos y ovaciones de los espectadores. Para acabar, sus propios compañeros de equipo le mantearon por los aires de tal manera que el Buitre, efectivamente, "voló", como titularon al día siguiente los diarios deportivos. "El madridismo se emocionó en el adiós al Buitre. El Bernabéu despidió a su último mito en una noche para el recuerdo", señalaba el periódico Marca en primera página.

Todo salió perfecto. El Homenaje estuvo a la altura y sus imágenes se incluyeron en el documental 'Butragueño, La Leyenda' que se comercializó aquel mismo verano de 1995 en kioscos y grandes almacenes.

Fue todo una mezcla de alegría y de tristeza. Butragueño se marchaba por la puerta grande, con el cariño y el calor del público, con un homenaje que resultó ser espectacular, con un título de Liga bajo el brazo... Pero al mismo tiempo era el final de una época. Era un ídolo para toda una generación de aficionados. Los más críos habíamos crecido viendo siempre a Butragueño en el Real Madrid. En mi caso, mis primeros recuerdos sobre el fútbol arrancaban en la temporada 1983-84, la de su debut con el primer equipo. Es decir, el Buitre siempre había estado ahí. Se iba a hacer muy raro no tenerle en el equipo. Pero era ley de vida. Recuerdo que estaba en plena época de exámenes pero aquel jueves por la noche dejé los libros a un lado durante un par de horas para ver el partido por televisión y grabarlo en vídeo. Era un momento histórico y sentimental en la Historia del Club. Emilio Butragueño abandonaba el Real Madrid y entraba en la Leyenda.

REAL MADRID: Buyo (Cañizares, 45'), Chendo (Quique, 45'), Gordillo  (Lasa, 37'), F. Hierro (Nando, 45'), Sanchis (Alkorta, 45'), Redondo (Milla, 45'), Luis Enrique (Alfonso, 45'), M. Vázquez  (Dubovsky, 45'), Hugo Sánchez [(Raúl, 37', Amavisca, 66')],  Laudrup (Sandro 45') y Butragueño.

AS ROMA: Lorieri, Aldair (Cappioli, 33'), Lanna  (Annoni, 82'), Statuto  (Benedetti, 66'), Petruzzi (Colonnese, 75'), Carboni (Borsa, 85'),  Moriero, Piacentini, Giannini, Totti y Fonseca.

GOLES  
1-0 min. 20 Luis Enrique 
2-0 min. 29 Hugo Sánchez 
3-0 min. 77 Alkorta 
4-0 min. 89 Butragueño (penalti)