martes, 30 de marzo de 2021

SOLER Y LAUDRUP TUMBAN AL ATLÉTICO

El Real Madrid ganó los dos partidos de la temporada 1995-96 al Atlético Campeón de Liga

La primera imagen que siempre me viene a la cabeza de Miquel Soler es una fotografía de Juan Navarro a doble página con la que la revista Don Balón ilustraba su extensa crónica del partido estrella de la jornada 34 del Campeonato Nacional de Liga de la temporada 1995-96. El líder, Atlético de Madrid, perdió 1-2 en el Vicente Calderón con el Real Madrid y el primer gol del encuentro lo marcó Soler. El defensa catalán levantó su brazo derecho y el dedo índice en la celebración, momento que el fotógrafo de Don Balón captó a la perfección. Esa imagen se me ha quedado grabada en la memoria desde hace un cuarto de siglo. Fue el único gol de Miquel Soler como madridista y, para mí, aquel fue su mejor partido de su única campaña con la camiseta del Real Madrid.

El partido se disputó el sábado 30 de marzo de 1996, tal día como hoy de hace 25 años. El Real Madrid seguía deambulando sin pena ni gloria por aquella desastrosa campaña. Hacía 10 días de la derrota con la Juventus que había supuesto la eliminación del Real Madrid de la Champions League. En otras palabras, ya no había opciones de ganar ningún título y el único objetivo era el de tratar de clasificarnos como fuese para la Copa de la UEFA de la siguiente temporada. Pero lo teníamos negro para entrar en Europa, las cosas como son. Tras perder en Turín regresamos al viacrucis de la Liga con un empate 1-1 en Anoeta frente a la Real Sociedad. El 27 de marzo, miércoles, en jornada entre semana, el Real Madrid perdió 1-2 con el Racing de Santander en el Santiago Bernabéu en un partido infumable de los nuestros. Aquella derrota no podía atribuirse a lo que yo llamaba 'El día tonto en el Bernabéu'. Qué va, qué va... Aquella temporada 1995-96 pinchar en casa se había convertido en algo habitual. No era sorpresa cuando perdíamos y ya no éramos capaces de llevar la cuenta de los puntos que se nos habían escapado de nuestro propio estadio. Entre lo que nos dejábamos en casa y lo que nos dejábamos fuera, la situación era más que preocupante. El Madrid era octavo clasificado. Os recuerdo que hace 25 años sólo los cinco primeros se clasificaban para Europa, es decir, teníamos dos equipos (Tenerife y Compostela) entre nosotros y la quinta plaza, que estaba en manos del Betis. Y el siguiente rival era el líder de la Liga, el Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón. Las sensaciones no podían ser más malas. Nosotros teníamos 51 puntos y el Atlético 72, 21 más que nosotros... Y allí que nos tocaba ir a jugar. Bueno... En el partido de la primera vuelta, en el Santiago Bernabéu, habíamos ganado 1-0 con gol de Raúl. ¿Y si había suerte y volvía a sonar la flauta? Aquella temporada estaba siendo tan rara que, a saber...

A media tarde de aquel sábado el Barcelona había ganado 0-1 en Albacete aferrándose a sus opciones de disputar la Liga al Atlético. Los azulgranas habían reducido la diferencia, de manera provisional, de 8 a 5 puntos. Pero faltaba por jugarse el derbi del Calderón. La intención de los de Antic era la de volver a los 8 puntos de diferencia. El partido arrancó a las 20.30 horas televisado en directo. En el Real Madrid, con las ausencias de Sanchís por decisión técnica y de Buyo, Quique Flores y Fernando Redondo por lesión, el técnico blanco Arsenio Iglesias alineó a Cañizares, Chendo, Alkorta, García Calvo, Fernando Sanz, Soler, Milla, Hierro, Laudrup, Raúl y Zamorano. A primera vista se puede apreciar que se trataba de un equipo bien armado atrás, como nos tenía ya acostumbrados Arsenio. El gallego sabía que sufríamos demasiado y toda precaución era poca. Más si cabe visitando al líder de la Liga. Y mira por dónde, resultó que la defensa y la portería fueron lo mejor del Madrid aquella noche.

El duelo arrancó con un toma y daca entre los dos equipos madrileños. En los primeros compases Raúl, asustando por banda izquierda en una jugada, entró en el área sorteando rivales, tras tocar con Laudrup, para meter un balón que nadie aprovechó. Fueron minutos de dominio alterno en los que Raúl volvió a intentarlo con una vaselina que salió alta por encima de la portería de Molina. Los rojiblancos probaron fortuna con un disparo lejano de Simeone y un lanzamiento de falta muy cerrado de Milinko Pantic que obligó a Cañizares a intervenir con acierto en el despeje. Al cuarto de hora la defensa local trató de enviar de cabeza un balón a su guardameta pero el esférico quedó corto y Zamorano se propuso alcanzarlo obligando al cancerbero a tirarse a los pies del chileno. Los de Antic se fueron creciendo y cada vez se aproximaban con más peligro al área de Cañizares, sobre todo con jugadas a balón parado. La baza de Pantic era importantísima. La defensa blanca tenía trabajo y las manos de Cañizares resultaron providenciales durante los mejores minutos del Atlético de Madrid. En ese periodo de acoso Geli falló un gol clarísimo al lanzar fuera, a bocajarro, un balón que parecía medio gol. Y de repente, cuando peor lo estaba pasando, el Real Madrid se sacudió la presión forzando un saque de esquina a cuyo remate no llegaron por poco ni Raúl ni Zamorano. Poco después, Miguel Porlán 'Chendo' realizaba uno de sus clásicos saques de banda con los que conseguía meter el esférico en el mismo área. Hierro, muy marcado, no pudo saltar y Zamorano se impulsó lo justo para rozar de cabeza al centro del área. Por allí, justo, se incorporó Miquel Soler y el lateral zurdo empalmó con fuerza un tiro ajustado al palo izquierdo anotando el 0-1 para el Real Madrid. Los blancos se ponían por delante pese a las ocasiones de las que habían dispuesto los anfitriones, que trataron de sobreponerse al mazazo del gol. Sin embargo los madridistas volvieron a generar peligro gracias a la inspiración de un Soler pletórico de confianza. Desde su banda izquierda, y tras hacerse con un balón que trataba de conducir Hierro, el lateral catalán montó una jugada de ataque con un perfecto pase largo para Laudrup. El danés, acosado por un solo defensor, metió un buen pase a la derecha del área para Raúl pero el joven delantero no llegó a tiempo y terminó saltando sobre Molina. Lo siguieron intentando los de casa pero no lo tenían fácil ante el buen hacer de la poblada defensa de Arsenio Iglesias. En la última jugada de la primera parte Cañizares estuvo atento para desbaratar una ocasión de Pantic, que se quedaba solo delante del guardameta blanco.

En los primeros compases del segundo tiempo Fernando Hierro trató de sorprender con un disparo desde el quinto pino que se marchó alto por encima del larguero. Pantic respondió enviando también por arriba otro saque de falta, su especialidad. El líder apretaba y volvió a tener otra oportunidad clarísima... Tras un saque de lateral Simeone se las ingenió para meter un globo al área superando por arriba a la defensa merengue y dejando a tres colchoneros rodeando a Cañizares. El portero del Real Madrid consiguió atrapar la pelota y se quedó tumbado en el suelo evitando el peligro. A los diez minutos Simeone realizó una falta por detrás a Fernando Hierro y el colegiado, Carmona Méndez, señaló la infracción. Parecía que vería la amarilla pero el argentino protestó con vehemencia y, por lo visto, insultó al colegiado, que no dudó en sacar la roja directa. El Atlético se quedaba con diez futbolistas. Incluso con uno menos los de Radomir Antic trenzaban jugadas de mérito. En aquel partido Soler estuvo tocado por la varita y frente a los que habían sido sus compañeros cuatro años antes cuajó seguramente su mejor partido con la elástica blanca. Tras una galopada suya por banda izquierda metió un pase al medio, por alto, que Zamorano, tras pugnar con un rival, consiguió prolongar a la derecha. Recibió Michael Laudrup, libre por todo el centro del campo durante todo el encuentro sin ataduras de obligaciones defensivas. El centrocampista nórdico avanzó con el balón controlado perseguido por un defensa mientras el meta salía un poco y se colocaba tratando de tapar su portería. Pero Laudrup consiguió disparar por el único hueco posible y acertó junto al palo para marcar el 0-2. La definición fue perfecta. Era el minuto 63 y todo se ponía de cara para un Real Madrid que dominaba el marcador y contaba con un futbolista más. El Atlético lo seguía intentando pero las contras del Real Madrid, con uno más, eran muy peligrosas. En una de ellas, de nuevo el protagonista Soler llegó al pico del área para enviar un pase perfecto al punto de penalti que Zamorano no consiguió conectar bien de cabeza. El lateral izquierdo catalán estaba haciendo lo que quería por su banda y en otra incorporación al ataque, tras combinar con Hierro, llegó al banderín de córner (aparentemente en falta, todo hay que decirlo) y recorrió unos metros de la línea de fondo para meter otro pase que Zamorano, de nuevo, no pudo aprovechar. Ya en la recta final, en el saque de una falta que los atléticos colgaron al área, Hierro despejó el balón con la mano de manera muy clara. El colegiado señaló el punto de penalti y mostraba la amarilla al capitán madridista, que ya tenía una tarjeta y, por lo tanto, debió dirigirse a vestuarios expulsado. Milinko Pantic fue el encargado de ejecutar la pena máxima desde los 11 metros y su disparo fue a la derecha de Cañizares. El portero, soberbio toda la noche, adivinó la trayectoria y llegó a tocar la pelota, pero no lo suficiente para evitar el gol de los rojiblancos. 1-2 en el minuto 84 y el Atlético se volvía a meter de lleno en la contienda, igualada en cuanto efectivos, diez jugadores para diez, en los últimos compases del choque. El líder achuchó en las postrimerías pero el Real Madrid defendió con mucho acierto y mucha seguridad atrás sin olvidarse de contragolpear cuando era posible. La última gran ocasión del Madrid, en el minuto 92, fue un disparo desde fuera del área de... Miquel Soler, cómo no. El balón del catalán se marchó alto por poco. La presión era del Atlético, que también mandó un balón por encima de la portería e intentó, sin éxito, desmontar a la defensa blanca. Pitido final y victoria 1-2 del Real Madrid. 

"Resucitó", tituló al día siguiente en portada el diario Marca, que señalaba que el Real Madrid "le hizo la pascua al Atlético" y que ponía "la Liga al rojo vivo". El semanario Don Balón, esa semana, también llevó el resultado del derbi a su portada. "El Real Madrid anima la Liga con su victoria en el derby", apuntaba la revista que titulaba la "La fiesta fue blanca" sobre una fotografía de García Calvo y Rafael Alkorta en plena celebración. Para la Revista Real Madrid, en su crónica del encuentro, el mejor del equipo había sido Santi Cañizares"El portero madridista estuvo inconmensurable, tanto debajo de los palos como en las brillantes salidas que realizó", argumentaba la publicación oficial del Club. La revista Don Balón, por su parte, había señalado a Rafa Alkorta como el mejor jugador del partido. "Dado el discreto nivel creativo del Real Madrid, su zona defensiva fue la que más sobresalió a lo largo del partido", argumentaba el periodista Juan Carlos Casas antes de destacar el papel del central bilbaíno. "En el poblado sistema defensivo de Arsenio, Alkorta es el rey, ya que está sobrado de cualidades para jugar de último defensa", sentenciaba Casas. Era cierto que la retaguardia había sido lo mejor del equipo blanco en el Vicente Calderón pero, además de los destacados por la prensa, recuerdo la buena impresión que me seguían dejando los jóvenes García Calvo y Fernando Sanz. Y recuerdo sobre todo el partidazo que, para mí, protagonizó Miquel Soler.

Aquel sábado 30 de marzo de hace 25 años nos fuimos a la cama pendientes del cambio horario. Dormiríamos una hora menos, pero los madridistas nos fuimos a la cama satisfechos por el respiro que nos daba el buen resultado del Calderón. No fue nuestro mejor partido de ese ejercicio, ni mucho menos. Las estadísticas del partido así lo reflejaban. El Atlético nos había superado en casi todo pero nosotros habíamos marcado dos goles de seis disparos y ellos solo uno de dieciséis intentos. Y ganamos. Ganó el que peor estaba. Tal y como marchaba la temporada era para estar muy contentos. No fue un encuentro brillante en lo técnico, pero sí muy intenso y disputado, un derbi que se sacó adelante con esfuerzo y trabajo, lo cual deja un buen sabor de boca cuando se consigue la victoria. El Real Madrid necesitaba los puntos en su lucha por entrar en Europa. Con ese triunfo consiguió avanzar un puesto en la clasificación para colocarse séptimo a 3 puntos del Betis, quinto en posiciones europeas. Pero además de los 3 puntos la victoria suponía un soplo de moral para la plantilla. Pese a lo mal que marchaban las cosas ese año, el conjunto blanco había sido capaz de ganar sus dos encuentros con el Atlético de Madrid. El conjunto de Radomir Antic, que estaba a punto de ganar la Copa del Rey al Barcelona, terminaría llevándose también aquella Liga, de tal manera que, en el año del doblete rojiblanco, resultó que el Real Madrid se impuso en sus dos compromisos ligueros con el Campeón de Liga.

ATLÉTICO DE MADRID: Molina, Geli, Santi, Solozabal, Toni (Roberto, 87'), Caminero, Vizcaíno (López, 68'), Pantic, Simeone, Penev (Juan Carlos, 76') y Kiko.

REAL MADRID: Cañizares, Chendo, Alkorta, García Calvo, Fernando Sanz, Soler, Milla, Hierro, Laudrup (Míchel, 85'), Zamorano (Luis Enrique, 82') y Raúl (Lasa, 90').

GOLES
0-1 min. 26 Soler
0-2 min. 63 Laudrup
1-2 min. 84 Pantic (penalti)

lunes, 29 de marzo de 2021

MI VIDA EN LA GALERNA

Libro sobre cine y Real Madrid de la mano de Emilio 'Athos' Dumas 

Hay buenos libros sobre cine. También hay buenos libros sobre fútbol. Pero no hay muchos que combinen estos dos mundos que levantan pasiones entre sus aficionados. Emilio Dumas Kremer (Madrid, 1961) va incluso más allá y nos presenta 'Mi vida en La Galerna', una obra en la que escribe sobre el Séptimo Arte y sobre el Real Madrid. No sobre fútbol, no... Sobre el Real Madrid. Habitual columnista de la revista de internet La Galerna, Dumas ha seleccionado sus mejores artículos para recogerlos en un volumen que hará las delicias de los cinéfilos madridistas. Bajo el sello de Editorial Círculo Rojo y con prólogo de Jesús Bengoechea Martí, creador y editor de La Galerna, Dumas recopila 89 textos de los casi dos centenares que ha escrito para este medio digital y los ordena por capítulos en 7 partes cuidadosamente organizadas de manera temática pero siempre con el balón y el celuloide como nexo de unión.

La primera parte del libro, titulada 'Mi cine y el Real Madrid' consta de 29 capítulos y es la más representativa de la obra. Me llegó al alma el dedicado a 'La Gran Evasión', una de mis películas favoritas. Emilio Dumas hace gala de sus prodigiosos conocimientos del mundo del cine para relacionarlos con habilidad y acierto con los protagonistas de su otra gran pasión, el Real Madrid. Así, Raphael Varane es 'El hombre tranquilo' de John Ford, Luka Modric pasea su enorme calidad por las tierras de 'El Señor de los Anillos' o Zinedine Zidane protagoniza 'El Retorno del Rey'. Cinematografía y Real Madrid estuvieron vinculados, en su día, a través de las películas que hacía Don Alfredo Di Stefano o aquellos filmes en los que el Santiago Bernabéu servía de escenario o era utilizado para determinadas localizaciones allá por la década de los cincuenta y sesenta. Pero el autor va mucho más allá y deja volar su imaginación para trazar acertados paralelismos entre el cine y el Real Madrid con tal acierto que nos habla del madridismo de Kirk Douglas, Hedy Lamarr, John Williams, Henry Fonda, Clint Eastwood, Ennio Morricone, Olivia de Havilland, Maureen O´Hara, Charlton Heston y Buster Keaton. También es capaz de disertar sobre el suspense madridista de Alfred Hitchcock o trazar una argumentada semejanza entre Don Alfredo Di Stéfano y Spencer Tracy. Así, Emilio Dumas consigue ir saltando de actores a películas y de películas a actores como si fuese Zidane driblando contrincantes y construye magníficos relatos con la misma maestría con la que su adorado John Ford, omnipresente a lo largo de todo el libro, dirigía películas.

Las referencias a John Ford son constantes a lo largo de las más de 450 páginas que componen el libro. Emilio Dumas demuestra poseer un exhaustivo conocimiento del mundo de la cinematografía y de algunos de sus géneros más emblemáticos, sobre todo del western. No es ninguna casualidad la majestuosa presencia de Monument Valley en la portada, así como el desfile de todo un universo de personajes y actores de películas del Oeste. 'Centauros del Desierto', John Sturges, John Wayne, Clint Eastwood, 'Rio Bravo', 'Rio Rojo', 'Los Siete Magníficos', 'Grupo Salvaje', 'Centauros del Desierto'... O 'Misión de Audaces', película que me encanta, por cierto, y que Dumas cita como un filme cuyo título es claramente madridista, al igual que 'La Legión Invencible' o 'Pasión de los fuertes', entre otras muchas.

El listado de títulos y nombres que aparecen en el libro es descomunal y prolífico: 'Indiana Jones y La Última Cruzada', 'El sueño eterno', 'Ran', 'Raíces Profundas', 'Ben Hur', Claude Rains, Alfred Hitchcock, 'Doce Hombres sin Piedad', 'Los Pájaros', Gary Cooper, 'Capitanes Intrépidos', Bustor Keaton, James Stewart, 'Guerra y Paz', Jack Lemmon, 'Falso Culpable', Howard Hawks, Charles Chaplin, Robert Redford, 'Sin Perdón', 'Memorias de Africa', Tom Cruise, Sergio Leone, Errol Flynn, James Bond, Kevin Costner, 'El hombre que pudo reinar', Steven Spielberg, Ava Gardner, Orson Welles, 'El Planeta de los Simios', Brian De Palma… Todo justificadamente relacionado con el Real Madrid, de tal manera que uno siente la sensación de sentarse delante de una pantalla y ver a Zidane metiendo un gol junto a Viggo Mortensen, a Santiago Bernabéu llevando las riendas de 'La Diligencia', a Michael Laudrup driblando jugadores con música de Morricone de fondo o a Cristiano Ronaldo evitando las tarrascadas de los defensas rivales con las filigranas de Buster KeatonEmilio Dumas comparte sus recuerdos sobre los cines de verano o incluso realiza recomendaciones de películas como ‘El Álamo’, ‘55 Días en Pekín’, ‘Hatari’, ‘Murieron con las botas puestas’ o ‘El Hombre que mató a Liberty Valance’. En definitiva, una auténtica enciclopedia cinéfila cargada de actores, personajes, directores, compositores y títulos.

Cine y Real Madrid son el principal hilo conductor del libro, sí. Pero detrás de todo ello se esconde una obra autobiográfica. ‘Mi vida en La Galerna’ es un recorrido por la vida de su autor y un repaso pormenorizado del mundo cultural que le sirve para hablar del Madrid en el medio digital para el que colabora. Emilio Dumas, socio del Club blanco desde niño y con un madridismo inculcado desde la cuna por parte de familia, ha tenido contacto directo con muchas grandes personalidades de la historia de la entidad de Concha Espina. Persona muy culta, políglota y con mucho mundo recorrido y por recorrer a sus espaldas, este profesor de Historia y Lengua Española creció, por edad, con el Real Madrid 'yeyé' de Gento, Amancio, Pirri, Velázquez o Betancort en una niñez plagada de cómics de Tintín, libros de Sherlock Holmes, relatos de Edgar Allan Poe, entradas de cine y partidos del Real Madrid. ‘El Real Madrid de mi infancia’ es, de hecho, el título de uno de los capítulos del libro. La infancia y juventud es la etapa de nuestras vidas en la que más se disfruta del fútbol y en la que los ídolos balompédicos de los cromos comparten protagonismo con actores de cine, presentadores de programas de televisión, personajes de novelas o héroes de tebeos. Todos ellos forman una suerte de familia personal y todos tenemos una, la nuestra. Emilio Dumas se abre al público y a través de las páginas comparte con los lectores quienes fueron sus referentes culturales, consiguiendo que nos imaginemos al propio autor acudiendo con asiduidad a las proyecciones de los cines de barrio y sus programas dobles, leyendo una y otra vez las novelas de su antepasado Alejandro Dumas y Robert Louis Stevenson o escuchando la guitarra de George Harrison.

Música, literatura y todo tipo de disciplinas artísticas y culturales le sirven a Emilio Dumas para esbozar paralelismos con el Real Madrid. A lo largo de las páginas de ‘Mi vida en La Galerna’ vemos desfilar a todos sus referentes culturales: Shakespeare, Beethoven, Tom Petty, The Kinks, The Jam… Mitos del deporte como Manolo Santana o la tristemente desaparecida Blanca Fernández Ochoa o incluso programas de televisión como el 'Un, Dos Tres' de Chicho Ibáñez Serrador. Escritores como Peter Handke, personajes como Sherlock Holmes, figuras de comic como Tintín o Asterix, humoristas como Gila, José Luis Coll, Josema Yuste o Millán Salcedo, dibujantes como Antonio Mingote o Antonio Fraguas Forges... También compiten leyendas de otros deportes como Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa, Sergio García, Rafa Nadal, Carlos Sainz, Fernando Alonso, Magnus Carlsen, Gervasio Deferr, Jesús Carballo, Alberto Contador o Alejandro Valverde, todos ellos reconocidos aficionados del Real Madrid.

Leer este libro supone sumergirse en el universo del cine clásico, ver películas, leer novelas, escuchar discos y asistir a históricos partidos de fútbol. Todo un compendio de fútbol, cine y literatura en un ejemplar que rezuma muchísimo sentimiento y corazón en cada una de sus líneas, incluso para los que somos de generaciones diferentes pero nos sentimos identificados por el buen gusto de quien escribe y de su manera de disfrutar de tanta pasión por la cultura. Todos tenemos nuestro propio universo de ídolos y referentes. Emilio Dumas, en su libro, comparte el suyo y resulta gratificante compararlo con el de cada uno de nosotros. Siempre suelo repetir que todos nos acordamos perfectamente de dónde, con quién y cómo vimos determinados partidos y que eso genera un torrente de recuerdos y anécdotas que forman parte de nuestra trayectoria vital. El capítulo que 'Athos' dedica a las finales de Champions League que ha presenciado en vivo desde 1981 es un claro ejemplo de lo que acabo de exponer. Por cierto, la anécdota del alquiler del coche en Ámsterdam es desternillante y una muestra del buen humor e ingenio con el que nos vamos encontrando a medida que avanzamos página a página.

El colofón de recuerdos personales queda plasmado en los dos capítulos que cierran el libro, dos sentidos homenajes del autor a sus padres, ya fallecidos, a los que Emilio Dumas rememora con el cariño propio de un hijo agradecido a sus progenitores por todo lo que le han dado. Y por el madridismo inculcado, por supuesto.

‘Mi vida en La Galerna’ es un catálogo de madridismo, una enciclopedia de nostalgia compuesta por artículos que se pueden ir releyendo poco a poco y que, de algún modo, no dejan de ser una crónica deportiva y social del Real Madrid, puesto que muchos de los textos hacen referencia al día a día del Club tanto en fútbol como en baloncesto, Sección a la que también se dedican varios capítulos. Asimismo, esta lectura supone una explicación a lo que supone ser madridista y por qué el Real Madrid es lo que es para millones de personas. Conceptos como esfuerzo, trabajo y perseverancia ante las adversidades están presentes en todo momento.

Se agradece poder disfrutar de su lectura en formato físico. Para los que seguimos amando el papel los libros tienen algo muy especial que hace que se puedan apreciar, mucho mejor, textos que se han leído previamente en internet. Y ahora, además, tenemos la posibilidad de conservarlos en una estantería. “Espero que pueda gustar este recopilatorio, escrito, sobre todo, desde el corazón y el entusiasmo”, señala Dumas en el cierre del prefacio. Lástima que no se hayan podido incluir todos y cada uno de los artículos escritos por el autor. También es cierto que hubiese sido un ejemplar demasiado voluminoso... En cualquier caso, quien quiera leerlos puede hacerlo en la página web de La Galerna: madridismo y sintaxis, donde podemos constatar que intelectualidad y cultura no van reñidas con el fútbol.

martes, 23 de marzo de 2021

LA PRIMERA LIGA DE LA QUINTA DEL BUITRE

Se cumplen 35 años de la consecución de la Liga de la temporada 1985-86

El domingo 23 de marzo de 1986, tal día como hoy de hace 35 años, el Real Madrid conseguía proclamarse Campeón de Liga de la temporada 1985-86. No lo conseguía desde la campaña 1979-80 por lo que la expectación era máxima para una afición que llevaba 6 años esperando para cantar el Alirón. El primer lustro de los ochenta fue bastante complicado para el Club blanco, que llegó a perder dos títulos ligueros en las últimas jornadas de los campeonatos 1980-81 y 1982-83, además de sufrir decepciones como las del ejercicio 1982-83, el de los cinco subcampeonatos. Años difíciles en los que sólo se pudo celebrar la Copa del Rey de 1982 con el Sporting. Con la llegada de la Quinta del Buitre las cosas empezaron a cambiar y la temporada 1984-85 concluyó con dos títulos, la Copa de la UEFA y la Copa de la Liga. Tras la llegada de Ramón Mendoza y los extraordinarios fichajes de Hugo Sánchez, Gordillo y Maceda el equipo tuvo de nuevo la fuerza necesaria para competir, con garantías, por la Liga. Con el triunfo por 3-1 frente al Barcelona en la jornada 28 disputada el 8 de marzo de 1986 los azulgranas, segundos en la tabla, quedaban a ocho puntos de los madridistas, una ventaja más que cómoda para finiquitar el campeonato cuanto antes. En la jornada 29 la distancia se amplió hasta los 9 puntos al ganar el Madrid 1-3 en Cádiz y empatar el Barcelona 1-1 con el Celta, de tal manera que en la jornada 30 los de Luis Molowny tenían el título liguero a su alcance. Bastaba un empate frente al Valladolid para ganar la Liga.

El partido del Santiago Bernabéu arrancó a las 17.00 horas con el campo abarrotado de gente esperando ver a los suyos celebrando el campeonato en aquella tarde soleada del mes de marzo. El Real Madrid empezó dominando y generando llegadas aunque sin mucha claridad en los últimos metros. Valdano, Gordillo o Míchel se topaban con el guardameta Fenoy o con los defensas visitantes en sus intentos de perforar la portería. El guardameta argentino llegó a desviar a córner un potente disparo del Buitre. Los anfitriones habían saltado al campo con un conjunto muy ofensivo tal y como se podía en las fotografías de las alineaciones de esa campaña. Al tridente de ataque habitual formado por Butragueño, Valdano y Hugo Sánchez se le añadían efectivos del centro del campo con mucha pegada como en el caso de Juanito o del propio Míchel, que moviéndose por el centro solía incorporarse con facilidad a la hora de probar fortuna de cara a puerta. Un remate de cabeza de Gordillo también se marchó por encima del larguero. Las ocasiones se sucedían sin el desenlace esperado para los blancos. El Valladolid tuvo su oportunidad más clara en las postrimerías del primer tiempo cuando Víctor metió un gran pase al área para dejar a Yañez solo delante de Ochotorena. El guardameta madridista desvió el esférico aunque los pucelanos reclamaron penalti. Al descanso se llegó con el marcador inicial del 0-0. El marcador no se movió hasta que transcurrieron cinco minutos del segundo tiempo. Juanito botó una falta desde la izquierda iniciando una jugada que, tras varios toques y rechaces, concluyó con un fortísimo disparo de Míchel con la zurda desde fuera del área que se coló a la izquierda de la meta foránea. 1-0 para el Real Madrid con gol de Míchel, que ese mismo día celebraba su 23 cumpleaños. Con el marcador a favor el Madrid tuvo opciones de ampliar la renta, pero el Valladolid también dio señales de seguir metido en el encuentro. En el minuto 65, sin embargo, el cuadro merengue tuvo el 2-0 en la palma de la mano tras un claro penalti de Juan Carlos que Hugo Sánchez se encargó de ejecutar desde los once metros. No tuvo suerte, sin embargo, el mexicano, cuyo disparo fue repelido por la madera manteniéndose el 1-0 en el electrónico. El error de Hugo tuvo consecuencias porque sólo dos minutos después los de Vicente Cantatore empataron la contienda. Una falta botada por More casi en el centro del campo propició la internada de Yañez por la izquierda y el chileno envió un pase al área que Jorge Alonso, con Ochotorena ya vencido, sólo tuvo que empujar a placer, prácticamente a puerta vacía. Del 2-0 se había pasado al 1-1, resultado que también valía para ganar la Liga. Fueron los peores momentos del Real Madrid y los mejores minutos de un Valladolid que incluso tuvo algún balón para ponerse por delante. En el minuto 84, sin embargo, llegó el 2-1 para la escuadra de Molowny. Butragueño combinó con Juanito para meterse en el área y el genio de Fuengirola se la devolvió por alto. El Buitre centró a la izquierda con tanta fuerza que Hugo Sánchez no fue capaz de engatillar, pero Valdano, atento, sí que sacó la caña para enviar a la red subiendo el 2-1 al marcador. Pero ni mucho menos estaba aquello acabado. El Valladolid se volcó sobre el área local en los últimos minutos. Fonseca cabeceó un balón por alto y poco después obligó a lucirse a Ochotorena con un fuerte disparo. Y en el tiempo de descuento un saque de esquina de Eusebio desde la derecha fue cabeceado a gol por los visitantes, aunque el colegiado Gómez Ramírez lo anuló al percibir falta en ataque. El empate no hubiera cambiado el desenlace de la tarde puesto que el 2-2 también le hubiese servido al Real Madrid. Por si fuera poco, en Gijón el Barcelona, que se había adelantado con un gol de Marcos, pinchaba y cedía un empate 1-1 al igualar Quini. Lo dicho, daba igual. El Real Madrid era Campeón de Liga.

Las imágenes que se registraron tras el pitido final forman parte de la Historia del Club. Los futbolistas celebraron por todo lo alto aquella Liga que el madridismo llevaba seis años esperando. Los espectadores disfrutaron en las gradas viendo la vuelta de honor de los componentes de la primera plantilla, a los que se unió el propio presidente Ramón Mendoza corriendo con ellos sobre el césped. Hay imágenes muy emotivas como las de Mendoza abrazándose con Juanito. El malagueño, Camacho, Santillana, San José, Miguel Ángel o García Remón eran los supervivientes de la última Liga que habían ganado los blancos, la de la temporada 1979-80. Ellos habían sufrido muchos de los sinsabores de aquellos títulos que se escaparon en los albores de aquella década de los ochenta, así que esta nueva Liga de la temporada 1985-86 les resultaba muy especial. Para los jóvenes de la Quinta del Buitre era la primera. Unos y otros, veteranos y noveles, lo festejaron a lo grande y posaron para los medios gráficos en una famosa foto de familia que fue reproducida en la portada del boletín oficial del Club así como en periódicos y revistas. Cuerpo técnico y jugadores, algunos con ropa de calle como en el caso de Miguel Ángel, García Remón, Chendo, Salguero y Maceda, que no habían sido convocados para el choque con el Valladolid, se mostraban radiantes y felices.

Quizás la imagen más famosa de aquella fiesta del 23 de marzo de 1986 la protagonizaron dos viejas leyendas del Club. Como suele ser habitual en la Liga desde tiempos remotos, las celebraciones casi nunca se pueden hacer con el trofeo de Campeones. El Club se las ingenió para hacer un pequeño apaño que resultó muy recordado. Desde el cielo aterrizó un helicóptero en el césped del Santiago Bernabéu y de la aeronave descendieron los ex jugadores José Martínez 'Pirri' y Goyo Benito portando una pequeña réplica del trofeo de Liga. Obviamente, se trataba de uno de los trofeos que el Club ya tenía en sus vitrinas, pero al menos servía para dar un poco de lustro a la celebración. Camacho, capitán del equipo, fue quien recibió el trofeo de manos de Pirri y Benito. Los dos, ya retirados, por cierto, formaban parte del equipo que había ganado la última Liga en 1980. José Antonio levantó aquel trofeo junto a sus ex compañeros y amigos dejando para el recuerdo unas preciosas imágenes y fotografías, las más icónicas de aquel desenlace de Liga anticipado. Faltaban cuatro jornadas para la conclusión del Campeonato Nacional, pero el Real Madrid ya era el Campeón de la temporada 1985-86. Hoy se cumplen 35 años de todo aquello.

REAL MADRID: Ochotorena, Sanchís, Gallego, Camacho, Martín Vázquez (Santillana, 77'), Míchel, Juanito (Cholo, 86'), Gordillo, Butragueño, Hugo Sánchez y Valdano.

VALLADOLID: Fenoy, Torrecilla, Gail, Andrinua, Juan Carlos, Eusebio, More, Minguela, Jorge (Aravena, 68'), Yáñez y Víctor (Fonseca, 61').

GOLES
1-0 min. 50 Míchel
1-1 min. 67 Jorge
2-1 min. 84 Valdano

lunes, 22 de marzo de 2021

EL PRIMER PARTIDO DEL REAL MADRID DE BALONCESTO

Se cumplen 90 años del primer encuentro de la legendaria Sección

El 22 de marzo de 1931, tal día como hoy de hace 90 años, el Real Madrid disputó el considerado como su primer partido oficial de Baloncesto. Recordaba el pasado 8 de marzo la publicación en el diario ABC de la nota en la que solicitaban interesados en practicar baloncesto en el seno del Club blanco. Aquellas breves líneas son consideradas como el nacimiento de la creación de la Sección de Baloncesto del Real Madrid bajo el liderazgo y la tutela del pionero Ángel Cabrera, que fue quien consiguió hacer funcionar el equipo y quien impulsó también la creación de una competición de escuadras de Castilla entre las que estaba, por supuesto, el nuevo Real Madrid. La sección de básquet madridista se estrenó con una derrota frente al Dumping Basket-Ball Club, un encuentro en el que participó el propio Ángel Cabrera. Junto a él formaron otros cuatro integrantes: Luis Hoyos, Emilio Gutiérrez, Midel y Middelman. La fecha de este partido, 22 de marzo de 1931, es la que se suele recoger como fecha oficial del nacimiento del Real Madrid Basket-Ball. Sin la figura actual del entrenador y en campos exteriores, sobre tierra, se disputaban aquellos primeros partidos de baloncesto que empezarían a captar la atención de quienes se aficionaban a este deporte en el que despuntaban estudiantes sudamericanos o españoles con pasado en América, generalmente por motivos familiares o de estudios. 

El 2 de abril de 1931, en la segunda jornada del campeonato, se registró la primera victoria oficial de la Sección al ganar el Real Madrid al Ministerio de Marina, al que se doblegó por 9-5. Los marcadores de la época no tenían nada que ver con los actuales y los tanteos, como es lógico, eran muy exiguos. Aquella victoria sería la primera de muchas para un equipo que con el tiempo se convertiría en legendario. El Real Madrid ha contado con numerosas secciones deportivas en el pasado pero sólo la de Baloncesto ha llegado a nuestros días compartiendo protagonismo con el equipo de fútbol. Parte importantísima del Club de Concha Espina, el Baloncesto ha dado muchísimas alegrías a los aficionados madridistas y es todo un referente europeo y mundial. Sus numerosos títulos y trofeos han servido para engrandecer la Leyenda del Real Madrid como entidad deportiva. A lo largo de estos 90 años de Historia la Sección de Baloncesto del Madrid ha ganado:

35 Campeonatos de Liga

28 Copas de España

7 Supercopas de España

10 Euroligas (Copas de Europa)

5 Copas Intercontinentales (Mundial de Clubes)

4 Recopas de Europa

1 Eurocup

1 Copa Korac

1 Copa Latina

Tampoco hay que olvidarse de los 11 Campeonatos Castilla, 20 Torneos Comunidad de Madrid o de los 8 trofeos en el extinto Trofeo Marca. Por su relevancia y prestigio también es justo mencionar los 26 triunfos en el también extinto Torneo de Navidad, de enorme popularidad y que muchos aficionados recuerdan con mucho cariño, así como de una enorme cantidad de torneos de todo tipo de carácter amistoso que han servido para que el Real Madrid se convirtiese en todo un embajador del deporte de la canasta en España, en Europa y en el mundo.

domingo, 21 de marzo de 2021

UN AÑO SIN LORENZO SANZ

Aniversario de la desaparición del ex presidente del Real Madrid

Este domingo se cumple un año de la muerte de Lorenzo Sanz, presidente del Real Madrid entre 1995 y 2000, que nos dejó el 21 de marzo de 2020 a los 76 años de edad. En los últimos días, a través de las redes sociales, sus hijos Lorenzo y Fernando se han encargado de recordar su figura tanto en el plano deportivo como, lógicamente, en el más personal. Pero, sobre todo, el ex mandatario blanco ha estado en boca de todos los aficionados madridistas gracias al precioso documental que el pasado jueves 18 de marzo emitió el canal Vamos de Movistar+

Con el apoyo y el impulso de Fernando Sanz se puso en marcha la elaboración de este extraordinario trabajo que bajo el título de "El Real Madrid de Lorenzo Sanz" repasa aquella etapa de la Historia del Club y el protagonismo de un hombre que cambiaría el rumbo de la entidad devolviéndola a la primera línea del fútbol europeo. Muchísima calidad en un producto audiovisual con el sello y el aroma de los clásicos reportajes de Canal Plus o Informe Robinson. Con el testimonio del periodista Paco González, gran amigo de Lorenzo, se realiza un pormenorizado repaso de la presidencia de Sanz mostrándonos cómo era el Real Madrid en 1995 y cómo evolucionó desde entonces hasta las elecciones del año 2000 en las que tiene que abandonar el sillón presidencial, todo ello aderezado con las intervenciones y los puntos de vista de ex jugadores de la época como Pedrag Mijatovic, Raúl González, Fernando Hierro o Roberto Carlos. También vemos cómo fueron los años posteriores del ex mandatario y los dramáticos acontecimientos que rodearon su muerte el año pasado, todo ello con un tacto exquisito pero con una gran emotividad. Su mujer y sus hijos cuentan cómo fueron sus últimos días. Un triste final para un hombre que nos hizo tan felices en su momento y al que se le debe todavía un multitudinario y sentido homenaje, como reconoce el propio Florentino Pérez, que también participa en el programa. Los minutos finales del documental son un desfile de figuras recordando con mucho cariño a su ex presidente: Míchel Salgado, Sergio Scariolo, Manolo Sanchís, Iván Helguera, Clarence Seedorf, Fernando Redondo, Steve McManaman, Davor Suker, Christian Panucci y Fernando Morientes

El documental es de una emotividad tremenda. Imposible evitar un nudo en la garganta durante su visionado, sobre todo por los buenos recuerdos que evoca. Para los que andábamos entre los 15 y los 25 años aquel Real Madrid fue tremendamente especial y nos regaló La Séptima. Revivir aquellos años supone recordar capítulos de nuestras propias vidas en una época en la que el fútbol estaba tan presente y volver a ver a los futbolistas que idolatrábamos en nuestra adolescencia y juventud. Con el visionado del programa tan reciente y coincidiendo con este primer aniversario de su fallecimiento es normal que afloren tantos buenos recuerdos de hace 25 años, cuando Lorenzo Sanz acababa de acceder a la presidencia del Club y se encontraba trabajando en la configuración de aquel nuevo Real Madrid con el que, por fin, terminaríamos ganando la Champions League. No es de extrañar que para promocionar el documental Vamos haya utilizado la famosa fotografía de Lorenzo a hombros de Seedorf y Fernando Sanz besando el trofeo de la Copa de Europa. La fotografía, de Raúl Cancio, fue portada del Diario As el 21 de mayo de 1998 y me atrevo a decir que se trata de una imagen histórica, un icono de aquel Real Madrid y de aquel triunfo. Lorenzo Sanz trabajó para conseguir aquello. Y por eso le recordamos, por darnos la mayor alegría deportiva de nuestras vidas. Muchas gracias, Lorenzo. Descansa en paz.

sábado, 20 de marzo de 2021

LOS PARTIDOS CON LA JUVENTUS DE 1996

Se cumplen 25 años de la eliminación del Real Madrid en su primera participación en la Champions League

El miércoles 20 de marzo de 1996, tal día como hoy de hace 25 años, el Real Madrid perdía en Turín 2-0 con la Juventus y quedaba apeado de Europa cerrándose así su primera participación en la nueva Champions League. Terminó siendo una decepción, otras más, de aquella temporada 1995-96 que resultó ser una tortura de principio a fin. La pena fue que afrontamos el partido de vuelta con un teórico buen marcador tras el gran partido de la ida y todo se fue al traste demasiado rápido. Era la única competición en la que seguíamos vivos y además la clasificación para Europa no estaba nada clara por lo mal que nos iba en la Liga. Aquella eliminación europea certificaba que la campaña terminaría sin títulos y resultaba ser la puntilla para un equipo que necesitaba una urgente remodelación. Aunque faltaban un par de meses para cerrar la campaña Turín era el final de un ciclo en la Historia del Real Madrid.

La temporada 1995-96 fue la de nuestro estreno en la Champions League. La última participación en la máxima competición continental se remontaba a la temporada 1990-91, cuando el Spartak nos dejó fuera de la antigua Copa de Europa. Cinco años después el formato de competición había cambiado y el Real Madrid afrontaba ese nuevo asalto europeo con un equipo que acababa de ganar la Liga 1994-95 con Valdano, teóricamente con futbolistas importantes, pero que desde que había echado a rodar el balón a finales de agosto casi no daba pie con bola y tropezaba cada dos por tres. Sin ir más lejos, el estreno europeo de aquella campaña fue una derrota 1-0 con el Ajax, vigente Campeón de la competición. Posteriormente ganamos 2-0 al Grasshopper suizo y goleamos 6-1 al Ferencvaros la noche en la que Raúl marcó sus primeros goles europeos con un 'hat trick'. En el quinto partido de la fase de grupos nos llevamos una bofetada de realidad con la derrota 0-2 en el Bernabéu frente a un Ajax que hizo lo que quiso con nosotros en un partido horroroso. Pocas veces he pasado tanta vergüenza como aquella noche. No se trataba de un problema de actitud, lo que pasaba era que ellos eran infinitamente mejores que nosotros. La superioridad de aquel Ajax era brutal y la sensación era la de que no teníamos nivel para competir de verdad en Europa. En el último partido de la liguilla ganamos 0-2 al Grasshopper y el Real Madrid se clasificó para los cuartos de final como segundo de grupo con 10 puntos (3 victorias, 1 empate y 2 derrotas) por detrás del Ajax, lógico. El problema, insisto, eran las sensaciones. Sensaciones de que no llegaríamos lejos por lo mal que marchaba la temporada y por la superioridad de los rivales. Y encima, resultó que el rival para cuartos de final sería la Juventus...

Había otro problema para el Real Madrid: la presión histórica. Desde 1966 no ganaba la Copa de Europa. La sombra de esa Copa de Europa que no llegaba pesaba desde hacía 30 años y parecía que nunca llegaría... Cuántas decepciones y decepciones para generaciones enteras de aficionados madridistas. Cuántos grandes entrenadores y cuántos grandes jugadores lo habían intentado una y otra vez sin conseguirlo. Un año, otro, otro, otro y otro... De hecho, lo he comentado en el blog muchas veces, yo estaba convencido de que nunca vería al Real Madrid ganar una Copa de Europa. Eran los tiempos del 'Síndrome del Transworld Sport', así que no resulta difícil imaginarse cómo veía a aquella Juventus que contaba con futbolistas como Peruzzi, Del Piero, Ravanelli, Vialli... Llevábamos tantos tropiezos en Europa en los últimos años que había un cierto complejo que nos llevaba a pensar a muchos que los jugadores rivales siempre eran mejores que los nuestros. Además, el fútbol italiano daba miedo por aquellos tiempos. El Calcio. Pues resulta que contra aquellos titanes nos teníamos que jugar el pase a semifinales...

El partido de ida 

Miércoles 6 de marzo de 1996. El encuentro arrancó a las 20.30 horas y se emitió en directo por Televisión Española. Y, mira por dónde, resultó que nos terminó saliendo uno de los mejores partidos de la temporada. Tanto miedo, tanto miedo y, al final, hicimos una de nuestras mejores actuaciones de esa nefasta campaña. Se cumplía esa especie de leyenda que dice que, le vayan bien o mal las cosas, el Real Madrid siempre se transforma en Europa para ofrecer su mejor cara. Y aquella noche sucedió eso. En competiciones nacionales sufríamos y tropezábamos de un partido a otro. Pero aquel 6 de marzo el equipo blanco fue el de las grandes ocasiones. Todos dieron su mejor versión. Sin ir más lejos, siempre suelo recordar que ese encuentro de ida con la Juventus fue el mejor partido de Rafa Alkorta con la camiseta del Real Madrid. En aquella poblada defensa que utilizaba Arsenio Iglesias el bilbaíno fue un auténtico muro y a su lado no desentonó en absoluto García Calvo. Redondo estuvo imperial en el centro del campo y Laudrup recordó su mejor versión, la de la temporada anterior. Y Raúl, cómo no... El mejor futbolista del Madrid aquella temporada. A sus 18 años ya era la principal referencia del equipo y marcó gol a los veinte minutos. Jugada por la izquierda del ataque madridista y balón de Zamorano a Laudrup que, dentro del área, cede a la derecha viendo la incorporación del joven delantero madridista. Raúl fusiló con la zurda ajustando al palo derecho de la portería de Peruzzi. Además del gol, Raúl dejó aquella noche una de las imágenes icónicas de su carrera deportiva cuando no se arrugó a la hora de enfrentarse, en un lance del partido, con el veterano Pietro Vierchowod que, con 36 años, le doblaba en edad. La imagen fue captada por varios reporteros gráficos y fue publicada por la Revista Real Madrid, aunque la versión más conocida es la que tomó el fotógrafo Raúl Cancio para el diario El País. Raúl, ceño fruncido, cara a cara con su rival.

El público que abarrotaba el Santiago Bernabéu aquella noche vibró con su equipo. Además del gol el conjunto blanco dispuso de varias ocasiones muy claras. Incluso el propio Alkorta llegó a realizar un peligrosísimo disparo a puerta que perfectamente pudo haber sido el segundo. Redondo también rozó el gol. Y, sobre todo, Zamorano, que no estuvo afortunado de cara a portería y desperdició un par de ocasiones muy claras, una solo ante Peruzzi. El primer tiempo había sido increíblemente bueno. En el segundo periodo se bajó un poco el listón, sobre todo a raíz del cambio de Laudrup por Míchel a falta de media hora para el final. El danés lo estaba haciendo muy bien y su marcha la notó el equipo y le dio un poco más de aire a la Juve. No hubo más goles y el resultado final fue de 1-0. Partíamos con ventaja para la vuelta y no habíamos encajado gol en casa. A priori, se puede decir que era un resultado que todos hubiésemos firmado antes de empezar. El propio Arsenio Iglesias había dicho en rueda de prensa que se conformaba con ganar "medio gol a cero". Bueno, pues ganamos 1-0 y ofreciendo una muy buena imagen. Pero, claro, después del buen partido que habíamos hecho la sensación era que se nos había escapado una grandísima oportunidad de haber logrado una renta mucho mayor o de, por qué no, haber dejado la eliminatoria medio resuelta. Y no había sido así. ¿Sería suficiente con el 1-0?

REAL MADRID: Buyo, Chendo, Alkorta, García Calvo, Luis Enrique, Soler (Quique Flores, 27'), Hierro, Redondo, Laudrup (Míchel, 60'), Raúl y Zamorano.

JUVENTUS: Peruzzi, Ferrara, Torricelli, Carrera (Pessotto, 75'), Vierchowod, Sousa (Jugovic, 60'), Conte, Deschamps, Lombardo (Padovano, 45'), Del Piero y Ravanelli.

GOL
1-0 min. 20 Raúl

El partido de vuelta

Había motivos para estar, digamos, intranquilos. Tras el buen partido con la Juventus volvimos a la rutina de la Liga y lo hicimos con una derrota 3-0 en Tenerife, nuestra isla favorita por aquellos tiempos... Aquella era la realidad. Después vino el partido del Bernabéu con el Albacete en el que, como recordé hace cuatro días, ganamos 2-0 pero perdimos a varios futbolistas. Se lesionaron Buyo y Fernando Redondo y acabó tocado Iván Zamorano. El chileno hizo un esfuerzo y estuvo a punto de jugar en Turín, pero el mismo día del partido un percance de última hora le apeó de la alineación. Soler no estaba disponible desde el encuentro de ida. Sanchís y Amavisca tampoco tenían el alta médica y Fernando Hierro estaba sancionado... Nos tocaría jugarnos la temporada a todo o nada con un equipo de circunstancias, sin algunos de nuestros mejores jugadores y a domicilio, en Italia.

El miércoles 20 de marzo de 1996 el Real Madrid saltó al terreno de juego de Delle Alpi con el siguiente equipo: Cañizares, Quique Flores, Chendo, García Calvo, Alkorta, Lasa, Míchel, Milla, Laudrup, Raúl y Luis Enrique. El partido arrancó a las 20.30 horas, de nuevo televisado en directo por Televisión Española. Un cuarto de hora aguantamos sin encajar. Alessandro Del Piero ejecutó un lanzamiento de falta en las inmediaciones de la media luna, el balón consiguió pasar la barrera entre García Calvo y Luis Enrique, botó en el área pequeña sin que Cañizares consiguiera atraparlo y entró a gol. 1-0 para los de Marcello Lippi. Nuestra ventaja quedaba anulada y faltaba todavía casi todo el partido. Poco después de reanudarse el segundo tiempo llegó el mazazo que más nos temíamos. En jugada de ataque local, Padovano recibió a la izquierda y cruzó el balón ante la salida de Cañizares. Alkorta, en carrera hacia la línea de gol, no llegó a tiempo para evitar el tanto y el esférico besó las mallas subiendo el 2-0 al marcador. Ya no había posibilidad de prórroga. El Madrid necesitaba marcar un gol como fuera para seguir adelante. En el minuto 69 se complicaron más las cosas al ver Alkorta la tarjeta roja que nos dejaba con diez, aunque poco después, en el 76, Torricelli también recibía la roja y le tocaba encarar los vestuarios quedando el último cuarto de hora con un diez para diez. Este dato de las rojas también refleja la tensión y la intensidad con la que se afrontó el partido por parte de los dos equipos. Lo que pasa es que, claro, éramos nosotros los que estábamos contra las cuerdas en busca del gol. Míchel había dejado su sitio en el campo a Juan Eduardo Esnáider en un intento de Arsenio de acumular efectivos de ataque cerca del área. Con el argentino, la verdad, pareció mejorar un poco el cuadro madridista, que aquella noche jugó con la equipación morada de Kelme. Y casi al final, cuando el partido agonizaba, tuvimos la última gran oportunidad. Una falta en las inmediaciones del área local. Michael Laudrup tocó el balón para Esnáider y el delantero envió el esférico a Luis Milla. El turolense disparó a puerta con un tiro raso que se marchó a centímetros del palo derecho de la portería de la Juve. Ahí estaba... Ese gol lo hubiese cambiado todo. Todo. Con ese gol hubiese seguido adelante el Real Madrid. Lo habíamos tenido bien cerca, tan cerca que a falta de tres minutos para el noventa tuvimos en nuestras manos el pase a semifinales. No pudo ser. El resultado no varió y el choque concluyó con el 2-0 para los italianos. El Real Madrid, eliminado.

La sensación fue muy extraña. Una sensación de que, a pesar de lo mal que marchaban las cosas en el equipo, habíamos tenido la posibilidad de pasar la eliminatoria. Lo habíamos tenido en la mano y la Juventus no había sido nada del otro mundo. Cuánto lamentamos no haber marcado más goles en el partido de ida, con las ocasiones que habíamos tenido. Se nos habían escapado vivos. Y cuánto nos acordaríamos de aquella ocasión de Luis Milla en las postrimerías del partido de vuelta. Qué verdadera lástima. La Juventus siguió adelante y se enfrentó en semifinales al Nantes francés, al que también eliminó para plantarse en la Final. Por el otro lado del cuadro el Ajax se deshizo del Panathinaikos para acceder también al partido definitivo, que se jugó el 22 de mayo de 1996 en el Estadio Olímpico de Roma. El encuentro concluyó con el resultado de 1-1 y tras una prórroga sin goles el título se decidió en los penaltis venciendo los italianos desde los once metros. Sentí mucha envidia aquella noche de la Final y me dolió mucho pensar que el Real Madrid podía haber estado ahí. Habíamos tenido contra las cuerdas al equipo que terminó ganando la Champions League de 1996

Decía al principio de la entrada que Turín fue el final de un ciclo en la Historia del Real Madrid. Y es que era así. Varios de los jugadores que actuaron en Turín (Quique Flores, Míchel, Laudrup, Luis Enrique, Rincón y Esnáider) ya no estarían en el equipo en la siguiente campaña. Lorenzo Sanz ya estaba trabajando en un nuevo proyecto. El presidente tenía que acertar a la hora de dotar al Real Madrid de un cuerpo técnico y de unos jugadores que elevaran el nivel de calidad del equipo. Lo consiguió. Dos años más tarde, en 1998, el Real Madrid se vengaría de la Juventus al conseguir La Séptima en Ámsterdam frente a los italianos. Al final, resultó que el Real Madrid sí que ganó la Champions League. Pero, para ello, hubo que construir un nuevo equipo con jugadores extraordinarios que nos devolvieron a la élite europea. Un nuevo proyecto que arrancó para tratar de dejar atrás capítulos como el de aquella eliminación del 20 de marzo de 1996, hace hoy un cuarto de siglo.

JUVENTUS: Peruzzi, Torricelli, Vierchowod, Pesotto, Porrini, Jugovic (Di Livio, 46'), Deschamps, Conte, Del Piero (Marocchi, 90'), Vialli y Padovano (Lombardo, 75').

REAL MADRID: Cañizares, Quique Flores (Rincón, 56'), Chendo, García Calvo, Alkorta, Lasa, Míchel (Esnaider, 66'), Milla, Laudrup, Raúl y Luis Enrique.

GOLES
1-0 min. 15 Del Piero
2-0 min. 52 Padovano

martes, 16 de marzo de 2021

EL ÚLTIMO PARTIDO DE BUYO

Se cumplen 25 años de su última aparición oficial como guardameta del Real Madrid

El titular de la crónica que hizo de aquel partido la Revista Real Madrid no podía ser más acertado: “Victoria con sabor amargo”. Con el equipo blanco deambulando por la clasificación de la Liga 1995-96 y peleando por entrar en Europa las únicas esperanzas de conseguir un título para los de Arsenio Iglesias estaban depositadas en la Champions League. Frente a la Juventus, en el encuentro de ida de los cuartos de final, disputado el 6 de marzo, el marcador había sido favorable al cuadro blanco pero con una renta demasiado corta de cara a la vuelta. El 1-0, gol de Raúl, quién si no aquel año, era poco premio para lo que se había visto en el Santiago Bernabéu. Para complicar más las cosas al duelo de Turín llegaríamos con muchas bajas, algunas de peso, a causa de las lesiones que se registraron en el partido frente al Albacete disputado el sábado 16 de marzo de 1996, tal día como hoy de hace 25 años. De la alineación titular frente a los manchegos perdíamos a Zamorano, Redondo y Buyo. Nadie lo sabía, pero aquella tarde el guardameta de Betanzos disputaba su último partido oficial con el Real Madrid

Se trataba de un choque correspondiente a la jornada 31 del Campeonato Nacional de Liga. Veníamos de perder 3-0 en Tenerife una semana atrás y con la cabeza puesta en el partido del siguiente miércoles en Italia con la Juve. El Madrid, de inicio, dominó sin demasiados apuros a un Albacete concentrado en tareas defensivas. Como venía siendo habitual aquella campaña las mayores acciones de peligro madridistas fueron protagonizadas por Raúl. Al canterano se le marchó por el lado izquierda de la portería un fuerte disparo tras empalar un centro desde la banda. Pero los contratiempos empezaron a acumularse a los 23 minutos cuando Fernando Redondo fue cazado por detrás en una dura entrada de Josico que le hizo retorcerse de dolor… El argentino tuvo que ser retirado en camilla con rotura del ligamento externo del tobillo izquierdo. Le sustituyó el colombiano Rincón. Míchel, que aquella tarde se movió mucho por el centro del campo dirigiendo al equipo junto a Laudrup, fue el encargado de poner los mejores balones a los jugadores de vanguardia. Un centro suyo lo cabeceó fuera por muy poco Zamorano. En el minuto 29 un balón de Míchel al área lo recogió Luis Enrique y el asturiano, rodeado por cuatro futbolistas visitantes, encontró el hueco para disparar con la zurda y batir al guardameta Balaguer subiendo al marcador el 1-0 con el que se llegaría al descanso. En el segundo periodo los blancos siguieron insistiendo pero sin suerte en los metros finales. El colegiado Fernández Marín no señaló un más que posible penalti sobre Luis Enrique en una incursión del 21 blanco dentro del área.

 Y en el minuto 63 llegó otra lesión, la segunda del Madrid. En una de las escasas aproximaciones del Albacete el visitante Jesús se las ingenió para efectuar un fuerte disparo raso desde la medialuna del área madridista. El tiro, muy ajustado al palo izquierdo, hubiese sido gol de no ser por la oportuna estirada de Paco Buyo. Pero precisamente en esa misma acción el guardameta se lastimó y en el acto empezó a realizar gestos ostensibles de dolor. No pudo seguir. Ironías de la vida, aquella misma semana se había especulado con la posible titularidad de Santiago Cañizares y, aunque no de la manera que algunos habían previsto, el canterano terminó jugando al tener que sustituir al de Betanzos. Nadie podía saberlo, pero se estaba registrando un momento histórico... El público del Santiago Bernabéu acababa de presenciar la última parada de Francisco Buyo.

Ajenos al destino de su portero, el partido frente al Albacete siguió su curso con Cañizares defendiendo el marco merengue. El siguiente en marcharse con molestias sería Iván Zamorano, al que sustituyó Quique Flores pasando Chendo a jugar de libre por delante de la joven pareja de centrales del Castilla, perdón, por aquel entonces Real Madrid B, Fernando Sanz y García Calvo. Raúl lo seguía intentando arriba y hasta Freddy Rincón probó fortuna con un increíble trallazo a la media vuelta desde fuera del área que repelió el poste derecho de la portería foránea. El segundo tanto no llegaba y tal y como marchaba la temporada aquello era sinónimo de no poder estar tranquilos. Un error atrás podía dar al traste con todo y en el minuto 90 el Albacete se encontraba merodeando por el área y metiendo el susto en el cuerpo a más de uno, aunque el incorporado Cañizares finalmente se hizo con la pelota. Acto seguido, por fin, llegó el 2-0 para el Madrid con un gol obra de, quién si no, Raúl. El joven delantero recibió un pase en profundidad de Rincón y dentro del área consiguió deshacerse con acierto de Vasijevic para sacar un disparo con la zurda y superar a Balaguer. No quedaba tiempo para mucho más y el 2-0 resultó ser la sentencia. El Madrid sumó tres puntos pero perdió a tres hombres que no pudieron jugar en Turín, donde el Madrid cayó con la Juventus 2-0.

A la larga, el peor parado de los tres lesionados frente al Albacete fue Francisco Buyo. Atendido por los servicios médicos del Club y tras la pertinente resonancia magnética se le diagnosticó una rotura fibrilar con hematoma. El periodo de recuperación inicial oscilaba entre los diez días y las dos semanas. Sin embargo, el portero ya no se volvió a colocar bajo los palos y Santiago Cañizares fue el encargado de defender la portería del Real Madrid hasta la conclusión de aquella temporada 1995-96. Con 38 años, Francisco Buyo terminó viviendo la renovación del Real Madrid de Lorenzo Sanz sin el protagonismo del que había disfrutado hasta entonces. Con Fabio Capello no dispuso de oportunidades quedando relegado a ser el tercer portero de la plantilla. Cañizares jugó el primer partido de la Liga 1996-97 pero el técnico italiano quería otro guardameta y el elegido fue el alemán Bodo Illgner, que debutó nada más llegar a Madrid, en la segunda jornada, y que ya no soltó la titularidad en todo el ejercicio. Cañizares, al que se le volvió a alinear en la última jornada, sólo disputó 2 partidos oficiales esa campaña. Buyo, ninguno. El gallego sólo fue utilizado en encuentros de carácter amistoso y aunque recibió ofertas de otros equipos no quiso cambiar de aires. Finalizada la temporada 1996-97 no fue renovado y decidió colgar las botas, por lo que se despidió del fútbol en activo tras pasarse la temporada en blanco. Tenía 39 años y era el futbolista más veterano de la Liga en aquellos momentos. No pudo cumplir su deseo de llegar jugando a los 40.

Atrás quedaban 11 campañas como madridista desde su llegada en la temporada 1986-87. 454 partidos oficiales y un palmarés con 6 Ligas, 2 Copas del Rey y 4 Supercopas de España, además de 2 Trofeos Zamora al guardameta menos goleado de la Liga en las temporadas 1987-88 y 1991-92. Muchísimos recuerdos y muchísimas paradas. Aquella que le hizo a Josito del 16 de marzo de 1996 terminó siendo su última acción en competición oficial. Hoy se cumplen 25 años.

REAL MADRID: Buyo (Cañizares, 63'), Chendo, Fernando Sanz, García Calvo, Lasa, Luis Enrique, Míchel, Redondo (Rincón, 28'), Laudrup, Raúl y Zamorano (Quique Flores, 75').

ALBACETE: Balaguer, Coco, Ortega (Mario, 68'), Tomás, Sotero, Josico, Vasijevic, Jesús, Salazar, Luna (Escaich, 76') y Pedro Riesco (Bjelica, 58').

GOLES
1-0 min. 29 Luis Enrique
2-0 min. 90 Raúl