viernes, 31 de julio de 2020

MORIR DE ÉXITO

El comienzo de la década de los noventa para el Real Madrid

La temporada 1990-91 de la que se van a cumplir 30 años fue de alguna manera una metáfora de lo que sería la década de los noventa para el Real Madrid. Fueron años muy difíciles y con menos éxitos de lo que los aficionados estaban acostumbrados. Cierto es que vivimos la mayor alegría del mundo con la consecución de La Séptima, pero también es cierto que desde el año 1990 el número de títulos a nivel nacional no es para tirar cohetes. En 30 años hemos ganado 9 Ligas y 3 Copas del Rey. Veníamos de ganar cinco Ligas consecutivas y desde entonces sólo hemos conseguido enlazar dos campeonatos (2006-07 y 2007-08). En los noventa sólo se ganaron 2 Ligas y 1 Copa, al margen de 3 Supercopas de España. Buena parte de lo que ha pasado desde entonces tiene su origen precisamente en la temporada 1990-91. Creo que el verdadero problema se manifestó, como he contado tantísimas veces, en la temporada 1991-92. La temporada 1991-92 fue crucial. Pero todo comenzó a gestarse un año antes...

¿Qué pasó en la temporada 1990-91? Para empezar creo que hubo un problema de 'falta de hambre'. Creo que después de cinco años en los que se ganaba una Liga detrás de otra se asumió que la Liga era fácil de ganar y que, se hiciese lo que se hiciese, caería en nuestro bolsillo sin excesivos problemas. Suena exagerado, pero no lo es. Pensémoslo detenidamente. Cinco años... Cinco años y cinco Ligas, un lustro viendo como el trabajo semanal, partido a partido, jornada a jornada, terminaba cada ejercicio allá por los meses de mayo o junio con el Real Madrid levantando el trofeo de Campeones. Media década con el Real Madrid siendo Campeón de Liga. De verdad creo que eso tiene que pasar factura de alguna manera a los directivos, a los futbolistas y a los aficionados. A los aficionados restando valor a un título que, seguramente, a finales de los ochenta se celebraba con menos intensidad. No había emoción. El Madrid era un rodillo que se paseaba por España y lo que debería ser motivo de orgullo se percibía como algo normal. A los futbolistas les debía de pasar lo mismo. Para los Butragueño, Míchel, Sanchís, Hugo, Gordillo y compañía ganar la Liga se había convertido en una rutina. Muchas veces se ha contado la anécdota de lo sorprendente que resultó para Fernando Hierro y Oscar Ruggeri ver que sus compañeros casi no festejaron nada el día que ganaron la Liga 1989-90. Para ellos era la primera, pero muchos de sus compañeros ya iban por la quinta. Eso genera una situación de 'falta de hambre'.

¿Y los directivos? Supongo que para los directivos la situación era idéntica. Ramón Mendoza ganó 5 Ligas en sus primeros 5 años de mandato. Supongo que se generaría una sensación de que la Liga se ganaba se hiciese lo que se hiciese, se fichase lo que se fichase o se diese de baja a quien se diese de baja. Daba igual, la Liga se acabaría ganando igual. Al igual que los futbolistas o los técnicos, los directivos también pueden equivocarse y cometer errores. Y, desde luego, en el verano de 1990 se cometieron algunos cuantos. La planificación no fue nada buena. Quizás las bajas de jugadores como Agustín, Esteban o Julio Llorente podían entrar en la lógica. Pero perder a dos de los mejores jugadores de la plantilla era un error que podía tener consecuencias. Las salidas de Bernd Schuster y Rafael Martín Vázquez fueron un lastre en lo deportivo. Sé que puede haber debate sobre si fue conveniente o no desprenderse de estos futbolistas. Siempre se suele comentar que el alemán tenía un carácter complicado y que lo que sucedió con motivo de la gira americana de mayo de 1990 no podía ser pasado por alto desde el Club. Con Rafael ya sabemos todos los problemas que hubo entre él y Mendoza, cuestiones que tenían que ver con el reconocimiento interno del jugador y con cuestiones de índole económico que provocaron su marcha a Italia. El tema es si aquellos capítulos pudieron resolverse de otra manera o no, por lo que está claro es que con la marcha de Schuster y Martín Vázquez perdimos a dos jugadores cruciales. Rafa había sido el mejor jugador del Real Madrid en la temporada 1989-90 explotando con Toshack. Schuster también había brillado y era uno de los mejores jugadores del mundo en su posición. Sus bajas se notarían muchísimo. Como también se notó la marcha de Oscar Ruggeri después de sólo un año con nosotros. Del once de gala de Toshack en la temporada 1989-90 se cayeron tres jugadores fundamentales. 

Teníamos a un equipo ganador pero creo que no se le valoró lo suficiente. El Real Madrid de la Quinta del Buitre jugaba un fútbol espectacular y durante cinco años fue un rodillo en España. En 1990 los miembros de la Quinta del Buitre andaban entre los 25 y los 27 años, estaban en su mejor momento y formaban la columna vertebral del equipo. Hugo estaba cerca de los 32 pero venía de hacer su mejor temporada. Hierro tenía 22 años, Chendo 29... El equipo todavía tenía cuerda por delante. La base era buena. El problema era la obsesión que había con la Copa de Europa. Las tres semifinales en la máxima competición continental sabían a poco para una afición y unos medios de comunicación que no tenían paciencia y tenían entre ceja y ceja la Copa de Europa que se resistía desde 1966. Eindhoven, en 1988, fue cuando más cerca estuvo y ahí se generó una herida que ya no cerraría hasta diez años más tarde en Ámsterdam. Pero para la Quinta del Buitre en conjunto Eindhoven fue la gran decepción de la que no se recuperarían. Aquella era la Copa de Europa de la Quinta del Buitre, la que no se ganó en 1988 por un lastimoso empate a cero en Holanda... O más bien por el empate a uno de un par de semanas antes en el Bernabéu. El caso es que las decepciones europeas fueron las que hicieron que no se valorara lo suficiente lo que se estaba consiguiendo en España. Ahora, treinta años después, todo el mundo valora lo que consiguió el Real Madrid de la Quinta del Buitre y muchos señalan a ese equipo como uno de los mejores de la Historia del Club. Lo fue por su calidad y por su juego. Y también por sus logros. Cinco Ligas consecutivas es algo que nadie ha conseguido desde entonces y ahora quizás entendamos lo complicado que resulta ganar cinco Ligas seguidas. Pero por aquel entonces muchos lo asumían como algo normal...

La insatisfacción permanente por Europa y esa falsa sensación de que las Ligas se ganaban así como así pudo estar detrás de la descomposición de un equipo ganador. Los fichajes para la temporada 1990-91 no salieron bien. Como detallaba ayer, se incorporaron siete novedades. Regresaron los canteranos cedidos Santi Aragón y Juanjo Maqueda y se fichó al guardameta Pedro Jaro, al centrocampista Francisco Javier Pérez Villarroya, al ex azulgrana Luis Milla y a los foráneos Gheorge Hagi y Pedrag Spasic. Uno por uno todos eran buenos futbolistas, pero por unas razones u otras no terminaron de cuajar en aquella temporada 1990-91

Especialmente fallidos resultaron los extranjeros. En aquel fútbol con tres futbolistas foráneos los extranjeros tenían que ser siempre futbolistas que marcaran las diferencias. Jugadores especiales. Aquí es donde empezaron los problemas. Spasic y Hagi no mejoraron a Ruggeri y Schuster. Nunca he escondido mi absoluta admiración por Hagi, uno de mis futbolistas preferidos de la historia del fútbol, pero sí que es cierto que en su primera temporada con nosotros su rendimiento no fue el esperado. Brilló un año después, en la temporada 1991-92 y sigo creyendo que mereció jugar más años con nosotros. Pero en la temporada 1990-91 le costó muchísimo adaptarse a un nuevo país, a un nuevo fútbol y a unos nuevos compañeros y eso pasó factura en su rendimiento. Con Spasic la cosa fue peor. Por desgracia las cosas no le salieron bien y aunque en la recta final de la campaña, con Antic de entrenador, ofreció su mejor versión, no consiguió convertirse en el central que se esperaba tras el Mundial de 1990. Con el resto de jugadores tampoco hubo mucha suerte. Un fallo garrafal en el Trofeo Santiago Bernabéu dejó tocada la figura de Pedro Jaro, que no desbancó a Buyo en la portería. Villarroya jugó bastante sus dos primeros años como madridista y llegó a cuajar buenas actuaciones, pero era un futbolista más voluntarioso que técnico y no terminó de encajar. El caso de Luis Milla fue especial... Milla era un muy buen jugador, quizás no destacaba por su espectacularidad pero era muy efectivo y útil en la plantilla. Jugaría bastante pese a la competencia que tuvo durante su etapa madridista. Su problema en la temporada 1990-91 fue que nada más llegar se lesionó de gravedad. Fue el 12 de agosto de 1990, en el tercer partido de la pretemporada, un encuentro frente al Lazio en el que el turolense se destrozó la rodilla. Rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco interno de la rodilla izquierda. Pasó por quirófano y tuvo que padecer una larguísima recuperación que le impediría debutar en partido oficial con el Madrid hasta el 20 de abril de 1991.

Como podemos apreciar los fichajes no salieron bien por unas razones u otras. La lesión de Luis Milla nos hizo perder a un futbolista importantísimo nada más llegar. Hugo Sánchez también se lesionó de gravedad en abril de 1991. El equipo cambió mucho respecto al de la temporada 1989-90 y se notó más de lo previsto la ausencia de quienes no estaban o se habían marchado. Una mala planificación, el cansancio tras el Mundial de 1990 que pasó factura a muchos de nuestros jugadores, y no me refiero al aspecto físico, la falta de hambre y la ausencia de regularidad provocaron la llegada de tropiezos a los que el equipo no estaba acostumbrado tras cinco años triunfales. Todo se juntó derivando en un caldo de cultivo bastante negativo para un Real Madrid que cuajó una mala temporada. Tres entrenadores pasaron por el banquillo blanco ese ejercicio. Toshack, Di Stéfano y Radomir Antic llevaron las riendas de un equipo que sólo pudo levantar la Supercopa en diciembre con Don Alfredo como técnico. También es justo recordar que la base de aquel equipo siguió siendo la misma y estuvo a punto de ganar 2 títulos de Liga que se quedaron por el camino en Tenerife. Pero lo que está claro es que la temporada 1990-91 fue el inicio de una etapa de bastantes varapalos y disgustos. Sobre todo en las competiciones nacionales. Como suelo repetir muchas veces, los noventa fueron años muy duros para los madridistas.

jueves, 30 de julio de 2020

PRESENTACIÓN REAL MADRID 1990-91

Se cumplen 30 años del primer Real Madrid de los noventa

El lunes 30 de julio de 1990, tal día como hoy de hace 30 años, se ponía en marcha un nuevo Real Madrid de cara a la temporada 1990-91. "Se presentó el Madrid de los noventa", titularía en su revista oficial el Club. Se iniciaba un proyecto con bastantes novedades y, aunque no lo sabíamos, muchas cosas estaban a punto de cambiar. Hubo unas cuantas bajas, incluyendo algunos futbolistas de peso. Agustín, Esteban, Julio Llorente y, sobre todo, Schuster y Martín Vázquez emprendían nuevos caminos futbolísticos alejados del Bernabéu. A última hora también se cerró la marcha del argentino Oscar Ruggeri. El galés John Toshack seguía al frente de la nave en su segunda campaña en el banquillo blanco con el objetivo de lograr una nueva Liga e intentar el asalto a una Copa de Europa que se resistía desde 1966 y que en aquella época suponía una fuente de insatisfacción entre quienes no valoraban en su justa medida lo que estaba consiguiendo aquel Real Madrid de la Quinta del Buitre.

El principal protagonista de aquel día fue Luis Milla. El futbolista comenzó el día como azulgrana y tras pagar su cláusula de rescisión quedó desvinculado del Barcelona para presentarse por la tarde como nuevo jugador del Real Madrid. Se cerraba de esa manera un culebrón que se había prolongado demasiado en el tiempo. El último en llegar fue el que se llevó las mayores ovaciones aquella tarde de julio. En total fueron siete las novedades del equipo. Al turolense se unieron los canteranos Santi Aragón y Juanjo Maqueda, que regresaban al Club tras un año de cesión en el Logroñés, el guardameta Pedro Jaro, el ex zaragocista Villarroya y los nuevos extranjeros, el defensa yugoslavo Pedrag Spasic y el centrocampista rumano Gheorge Hagi.

La plantilla quedaba compuesta, por lo tanto, por Buyo, Jaro y Lopetegui como porteros. En defensa contábamos con Chendo, Hierro, Sanchís, Spasic, Tendillo, Gordillo y Solana. En el centro del campo: Míchel, Milla, Aragón, Maqueda, Aldana, Hagi, Villarroya y Parra. En la delantera: Butragueño, Losada, Llorente y Hugo Sánchez.

Eran unas cuantas novedades, aunque la base seguía siendo la de la plantilla que acababa de ganar la quinta Liga consecutiva para el Club. Un vistazo rápido a la plantilla podía hacer pensar en continuidad, pero lo cierto es que el equipo titular tendría tres bajas muy sensibles. Sobre todo dos. A Schuster y a Martín Vázquez se les echaría mucho de menos. Venían de hacer una buenísima temporada, sobre todo Rafa, que había sido seguramente el mejor jugador de la temporada anterior. Toshack sacó su mejor versión. Sin embargo ese verano se había marchado a Italia dejando un poco huérfana a la Quinta del Buitre. El técnico había formado un once tipo que nos aprendimos de memoria los aficionados a lo largo de la temporada 1989-90. Un año después faltarían Bernardo, Rafa y Ruggeri. No termino de entender por qué se le despachó tan rápido y después de un solo año en el Madrid. Las plazas de extranjeros solían propiciar situaciones así. Pero creo que su única campaña como jugador blanco fue positiva y, tratándose de un Campeón del Mundo con Argentina, creo que merecía haber seguido en plantilla. Al final resultó que se echó de menos a estos tres jugadores más de lo previsto.

Cerca de 40.000 personas acudieron al Santiago Bernabéu para ver la primera aparición de la plantilla de cara al nuevo curso. El equipo estrenaba además las nuevas equipaciones de Hummel. Las camisetas estaban en blanco a la espera de la firma de un nuevo patrocinador que terminaría siendo OTAYSA, firma que veríamos por primera vez en el pecho de los jugadores en el Trofeo Santiago Bernabéu. Hasta entonces, el equipo jugaría sin publicidad durante la pretemporada. Durante la presentación tomaron la palabra el presidente Ramón Mendoza, el técnico John Toshack y el capitán Miguel Porlán Chendo que lanzaron los habituales discursos de agradecimiento a la afición y prometieron pelear por las metas deportivas. Foto de familia y posado de los jugadores para los medios gráficos y después partidillo entre los integrantes del plantel. Toda una tradición la de aquellas presentaciones veraniegas que suponían el arranque de las pretemporadas. Aquel verano de hace 30 años el equipo blanco, que trabajó en Madrid, se estrenó el 5 de agosto en el Trofeo Ciudad Alicante y concluyó su ronda de amistosos el 29 de agosto frente al Milán en el citado Trofeo Santiago Bernabéu. El 2 de septiembre arrancaba de manera oficial la temporada 1990-91.

lunes, 27 de julio de 2020

20 AÑOS DEL ADIÓS DE FERNANDO REDONDO

El centrocampista argentino fue traspasado al Milán tras seis temporadas en el Real Madrid

Fernando Redondo tuvo su cromo de la colección Liga 2000-01 de Ediciones Este. Su imagen, sin embargo, finalmente quedó en la categoría de ‘baja’ puesto que el argentino no jugó aquella temporada en el Real Madrid. Su casilla en el álbum quedó rellenada por lo que los coleccionistas conocen como cromos ‘coloca’. Concretamente Geremi y el recién fichado Flavio Conceiçao fueron los encargados de ocupar el espacio que había dejado vacante el extraordinario centrocampista que aquel verano concluía el periplo madridista que había iniciado en 1994. El 27 de julio de 2000, tal día como hoy de hace 20 años, se ponía punto y final a la etapa de Fernando Redondo como jugador del Real Madrid. Después de seis temporadas ponía rumbo a Italia para vestir la camiseta del Milán. Atrás quedaban 228 partidos oficiales de blanco y cinco goles con los que ayudó a conquistar 2 Ligas, 2 Champions League, 1 Copa Intercontinental y 1 Supercopa de España. Asistíamos a la marcha de un jugador que dejó huella en el Real Madrid de los noventa. Dos décadas después muchos seguidores todavía lamentan la salida del que fuera su ídolo.

El adiós de Fernando Redondo supuso otro pequeño culebrón veraniego cuando ya había concluido la historia de Luis Figo, con desenlace positivo para el Madrid. El de Redondo no finalizaría de forma tan feliz. Al menos para quienes apreciábamos tanto al argentino... Aquel año ya no se hacían las tradicionales presentaciones estivales de los equipos. El Real Madrid había hecho la última en el verano de 1997. Eran otros tiempos. A comienzos del nuevo siglo las plantillas se reunían directamente en los lugares en los que iniciaban los stage de pretemporada y, como mucho, se hacían una foto familiar en chándal el primer día de trabajo. El 20 de julio de 2000 empezó a trabajar el equipo blanco con Fernando Redondo en la expedición que se desplazó a Nyon, lugar habitual en el que el Madrid solía arrancar las pretemporadas en los noventa. Mientras el jugador entrenaba con el resto de sus compañeros los medios de comunicación publicaban los rumores sobre su inminente marcha a Italia. Al parecer había un acuerdo entre Real Madrid y Milán para el traspaso del jugador. ¿Sabía algo Redondo o fue una operación efectuada a sus espaldas? Como siempre, por mucho que repasemos las hemerotecas y entrevistas posteriores con los protagonistas las versiones difieren unas de otras según quién hable. 

El astro incluso participó en los dos primeros amistosos, una goleada 0-5 frente al Stade Nyonnais local el 24 de junio y una derrota 4-3 frente al Servette un par de días después. Aquel día, 26 de julio de 2000, Fernando Redondo disputó sus últimos minutos con la camiseta blanca sin que ninguno lo supiésemos. José Martínez Pirri, director deportivo del Real Madrid en aquellos momentos, había llegado a declarar que Redondo no saldría del equipo. Cuando semanas más tarde, el 21 de agosto de 2000, el diario As publicó el conocido como ‘Informe Pirri’, un documento secreto que había elaborado en el mes de abril a petición de Lorenzo Sanz y en el que analizaba uno a uno y de forma pormenorizada a todos los jugadores de la plantilla, se confirmaba que Pirri no mentía. Para él, Redondo era un futbolista de peso y con jerarquía. "Gran profesional. Técnicamente es bueno con pierna izquierda, aunque juega demasiado horizontal, en corto y al pie. Físicamente es fuerte, muy trabajador… Es un jugador importante para el equipo por su trabajo, su profesionalidad dentro y fuera de los terrenos de juego y por lo que confían sus compañeros en él, explicaba Pirri, que dejaría el cargo poco después tras toda la polémica que se generó con la publicación de aquel informe.

El mismo 27 de julio de 2000, el día en el que se cerraba su salida al Milán, el diario Marca publicaba una entrevista con el jugador en la que el futbolista aseguraba que seguía en el equipo blanco. "Me quedo", entrecomillaba el rotativo madrileño destacando además varias declaraciones del protagonista. "Soy feliz en el Real Madrid... Para mí esta entidad es como si fuera mi propia casa", apuntaba un Fernando Redondo que incluso hablaba de futuro. "Me ilusiona mucho el proyecto deportivo de esta campaña.... He tenido la suerte de ganarlo todo y quiero seguir ganando", aseguraba el futbolista. Ese mismo día, mientras los lectores leían aquellas confesiones del argentino, el vicepresidente del Milán Adriano Galliani viajó a Madrid para cerrar el acuerdo. El futbolista firmó su contrato en Nyon y, según explicaba el diario Marca al día siguiente, lo hizo retirándose del entrenamiento. Literalmente en chándal, vaya. "Esta premura se debió a una petición expresa de Florentino Pérez, que exigía que el argentino firmase el contrato antes que él. El Real Madrid quería que el jugador se quedase", aseguraba el periódico dando a entender que había sido Fernando Redondo el que había forzado el traspaso. Según Marca, "El Madrid quería que se quedase y Florentino se negó a firmar si Redondo no lo hacía antes". El periódico, eso sí, también recogía palabras del centrocampista. "El traspaso lo pactaron los clubes; yo me siento madridista y no me voy por dinero", se defendía el jugador.

Fuese por la razón que fuese, el caso es que Fernando Redondo era nuevo jugador del Milán. Su polémica marcha llegó incluso a encender un conato de manifestación a las puertas del Santiago Bernabéu. Un par de centenares de aficionados protestaron por la venta del centrocampista, entre ellos el cantautor Quique González, que recordaba aquel día en una entrevista publicada en el primer número de la revista Líbero. “Fui con la camiseta y la colgué en la valla hasta que uno de seguridad la quitó. Mi novia no se lo podía creer”, explicaba el artista. Muchos interpretaron desde el primer momento que a Redondo se le había echado. El siguiente partido del conjunto de Vicente Del Bosque fue el amistoso celebrado con motivo del Centenario del Milán que concluyó con goleada 1-5 favorable al Real Madrid. Ese mismo día, 1 de agosto, Fernando Redondo fue presentado como nuevo jugador rossonero posando con su nueva camiseta. Y desapareció del mapa blanco. En el número de septiembre de 2000 de la Revista Real Madrid casi no se hacía ninguna mención a la noticia de la salida del argentino. Tan sólo había una pequeña referencia en el reportaje sobre la pretemporada en el que simplemente se recogía que “la nota emotiva la puso la despedida de Fernando Redondo. También se le citaba de pasada cuando se informaba sobre la Gala de la UEFA en la que el Club blanco fue uno de los protagonistas y en la que Florentino Pérez recibió la réplica de la Copa de Europa que acreditaba al Real Madrid como vigente Campeón de la competición tras su triunfo en París frente al Valencia. “Así mismo, el ex jugador del Real Madrid Fernando Redondo recibió el galardón  de mejor jugador de la pasada Champions League, y Raúl González el que le acredita como mejor delantero de la competición europea, liderando una votación en la que Luis Figo, actualmente en el Real Madrid, ocupó el segundo lugar”, informaba la publicación. No había más referencias al argentino en la revista oficial tras su adiós.

Una triste despedida

Fernando Redondo era un jugadorazo y era alguien muy querido por la afición. ¿Cómo podía salir de esa manera? Sinceramente es difícil de creer que Redondo, por voluntad propia, quisiera abandonar un Club con el que se sentía tan identificado. Su marcha generó malestar y polémica. Fue una de las noticias del verano aunque el asunto se despachó bastante rápido en comparación con lo que había pasado con Luis Figo. Y precisamente la llegada del portugués fue para muchos lo que ocasionó la salida del argentino. Los 10.000 millones que costó traer a Figo al Real Madrid convirtieron el fichaje del luso en el más caro de la historia del fútbol en aquellos momentos. Resultaba importante, por tanto, tratar de hacer caja con la venta de algún jugador. El Milán había mostrado mucho interés en hacerse con los servicios de Redondo y ofrecía una notable cantidad de dinero, se hablaba de 3.000 millones de pesetas, por un jugador que tenía 31 años. La oferta era buena, está claro, pero se trataba de vender a un símbolo, a un jugador con el que los seguidores se identificaban. Se habló también de un intento del recién elegido nuevo presidente de soltar lastre respecto a su antecesor en el cargo. Hay que recordar que durante el proceso electoral en el que se midieron Lorenzo Sanz y Florentino Pérez el futbolista se posicionó a favor de Sanz. Algunos interpretan que su salida tuvo mucho que ver con aquello y que Florentino Pérez se 'vengó' del centrocampista. Pero no tengo claro que eso fuese así, de hecho Fernando Redondo no fue el único jugador que apoyó públicamente a Lorenzo Sanz. Roberto Carlos, por ejemplo, también se posicionó con el presidente que le había traído al Real Madrid en 1996 y nadie pensó en deshacerse del lateral brasileño. Al menos, no trascendió que así fuese. No era cuestión de ponerse a hacer vendettas personales y cargarse a elementos de primerísimo nivel de la plantilla madridista.

¿Qué sucedió realmente? ¿Se le empujó a salir? Más o menos todos tenemos nuestras propias opiniones al respecto. De lo que no hay ninguna duda es de que no fue la mejor salida para Fernando Redondo. Se dio la circunstancia de que muy poco tiempo después el futbolista sufrió una grave lesión que le impediría casi jugar con los italianos y que prácticamente cortó de cuajo su carrera deportiva. Se rompió los cruzados de la rodilla derecha y se quedó sin jugar durante dos años pasando en blanco las temporadas 2000-01 y 2001-02. En un gesto que retrata a la perfección cómo era, Fernando llegó a renunciar a su sueldo mientras no estuviese recuperado. Pero con la rodilla destrozada la recuperación fue un auténtico calvario para él. Regresó a los terrenos de juego e incluso pasó por el Santiago Bernabéu para medirse al Real Madrid en partido de Champions League en marzo de 2003. Pero ya no fue el mismo. En 2004 puso punto y final a su etapa como jugador colgando las botas. A duras penas había alcanzado a jugar 33 partidos oficiales en cuatro campañas. Algunos entienden que, visto lo que sucedió con su lesión, su venta con 31 años terminó siendo una buena operación para el Real Madrid. Con los números en la mano quizás sí. Pero, claro ¿se hubiese lesionado de haber seguido en el Real Madrid? Eso nunca lo sabremos a ciencia cierta. Lo que al menos yo tengo claro es que resultó muy triste ver salir de esa manera a un futbolista tan especial.

domingo, 26 de julio de 2020

EL ADIÓS DE RAÚL

Se cumplen 10 años de la despedida de Raúl González como jugador del Real Madrid

El 26 de julio de 2010, tal día como hoy de hace 10 años, se oficializó el día del adiós de Raúl González Blanco como jugador del Real Madrid. En realidad no era un adiós, era un "hasta pronto", como señalaba en su portada el diario Marca. "Volveré", entrecomillaba el rotativo madrileño que llevaba a primera página la marcha de uno de los futbolistas más emblemáticos que han pasado por el Club. "El más grande después de Di Stéfano", puntualizaba el periódico. Se ponía fin a una longeva trayectoria de 16 temporadas en el primer equipo del Real Madrid. Toda una generación de madridistas había crecido viendo a Raúl como uno de los emblemas del Real Madrid de los noventa y de la primera década del nuevo siglo. Finalizada la temporada 2009-10 decían adiós al equipo Guti y Raúl poniéndose punto y final a toda una época. Raúl se marchaba habiéndose convertido en el máximo goleador de la Historia del Club superando a Don Alfredo. Cristiano Ronaldo se encontraba empezando su trayectoria con nosotros y terminaría superando a los dos, pero en aquellos momentos Raúl era el hombre récord de la tabla de goleadores históricos del Real Madrid

"He valorado todo con muchísima tranquilidad y lo que mejor le venía al Club y lo que mejor le venía a Raúl era tomar este camino. Por eso hemos llegado a este acuerdo. Ha sido una decisión muy difícil y muy complicada porque ha venido un entrenador nuevo que contaba conmigo y quería que me quedase. Pero tenía que verlo todo en perspectiva y en general. Al final he tomado esta decisión porque creo que es la mejor", argumentaba Raúl González en la rueda de prensa que ofreció a los medios de comunicación a modo de despedida. "Siempre te piensas que vas a jugar y a estar en el mismo Club, pero ha llegado este momento y es la decisión que hemos tomado. Ojalá que al Real Madrid le vaya muy bien. Ahí estaré animando. Y ojalá que el camino que voy a emprender sea positivo para mí", añadía el delantero, que tenía buenas palabras para la entidad y para todos los compañeros que le habían acompañado a lo largo de su trayectoria como futbolista del equipo blanco. "Me voy tranquilo, sabiendo que lo he dado todo. Como jugador lo he dado todo", aseguraba el 7 blanco.

Acompañado por el Presidente Florentino Pérez y el resto de directivos, Raúl se despidió en el palco de honor del Santiago Bernabéu posando con todos los trofeos que ha logrado a lo largo de su estancia en el primer equipo madridista. A continuación bajó al césped para saludar a los varios centenares de seguidores que se acercaron a despedirse del jugador. Raúl no pudo evitar las lágrimas. "Esta ha sido mi casa y en ella viví emociones únicas... Hoy empieza una nueva parte de mi vida. Han pasado muchos años desde la primera vez que me puse la camiseta blanca y ahora reafirmo mi compromiso con el Club y sus valores", había dicho el jugador. "Son muchos los hombres que forman parte de la Leyenda del Real Madrid y son muchos los que han dejado su huella en la Historia de este Club donde, como todos sabemos, la exigencia de perfección, de títulos y de victorias es gigantesca. Muchos han logrado conquistar aquí la gloria, la memoria, el respeto y el cariño de esta insuperable afición. Pero dentro de este conjunto de hombres extraordinarios son pocos los elegidos como máximos símbolos de lo que es y de lo que debe de ser el madridismo. Raúl posee el don indiscutible y el talento de responder al código sagrado de los principios más importantes de este Club. Raúl se ha ganado con su entrega infinita, con su trabajo incansable y con su amor al Real Madrid la devoción indiscutible de una afición que, esté donde esté, siempre le considerará como uno de los suyos", señaló Florentino Pérez en su discurso destacando el papel del jugador como figura emblemática de la entidad. 

Raúl fichó por el Schalke 04 alemán y siguió jugando al fútbol en la Bundesliga. Allí pasaría dos temporadas, 2010-11 y 2011-12, ganando una Copa y una Supercopa. Con 35 años puso rumbo a Catar para jugar otras dos temporadas en el Al-Sadd. Con este equipo volvería a Madrid para disputar el Trofeo Santiago Bernabéu. Fue el 22 de agosto de 2013 y el choque sirvió como homenaje al jugador. Con el Estadio repleto, aquel homenaje sirvió como auténtica despedida del futbolista. El delantero disputó la primera mitad del encuentro con el Madrid y la segunda con el Al-Sadd, dejando como momento icónico el traspaso de su camiseta con el número 7 a Cristiano Ronaldo. En 2015, Raúl González Blanco puso punto y final a su carrera deportiva en el New York Cosmos. Como había anunciado hace ahora 10 años, Raúl regresó al Real Madrid para entrenar en las categorías inferiores y en la actualidad es el entrenador del Castilla. Raúl está en su casa.

viernes, 24 de julio de 2020

20 AÑOS DEL FICHAJE DE LUIS FIGO

Se cumplen dos décadas de la llegada del futbolista portugués al Real Madrid

El 24 de julio del 2000, tal día como hoy de hace 20 años, Luis Figo posaba en el Santiago Bernabéu con la camiseta del Real Madrid. "Es Real", titulaba en portada el diario Marca. Y es que, efectivamente, había sido difícil de creer pero era algo "real". Luis Figo era nuevo futbolista del Real Madrid. El recién elegido presidente cumplió con su palabra y tal y como había prometido el astro portugués se enfundó la camiseta blanca. Fue la bomba del verano y uno de los fichajes más espectaculares de la Historia, un fichaje que sigue haciendo correr ríos de tinta dos décadas después.

Fue algo tremendo por lo que Figo significaba en Barcelona y para el Barcelona. Después de cinco años en el Camp Nou el centrocampista portugués era toda una referencia para el club azulgrana. Se trataba de uno de los capitanes y era uno de los jugadores más queridos por una afición que se identificaba con él. ¿Cómo pudo acabar vistiendo la camiseta del Real Madrid? Resultó ser un golpe tremendo para el máximo rival, puesto que se quedaba sin un futbolista referente, mientras que el Madrid se reforzaba con uno de los mejores jugadores del mundo, seguramente el futbolista del momento, tal y como acababa de demostrar en la recién acabada Eurocopa del 2000.

Muchos no se lo terminaron de creer del todo hasta el mismo día de la presentación, pero en realidad Florentino Pérez había sido muy tajante durante la campaña electoral: "Si salgo elegido, Figo será jugador del Madrid y si no es así pagaré la cuota de todos los socios".

Sinceramente creo que nunca llegaremos a saber la verdad de la Historia al 100%. Sabemos gran parte de lo que sucedió, en lineas generales, pero hay determinados flecos que no quedan esclarecidos del todo y que varían según la parte interesada que lo cuente. No creo que haya mentiras, pero sí flecos y detalles que no creo que se resuelvan nunca. 

domingo, 19 de julio de 2020

EL REAL MADRID DE HUGO SÁNCHEZ, GORDILLO Y MACEDA

35 años de la presentación del nuevo Real Madrid para la temporada 1985-86

El viernes 19 de julio de 1985, tal día como hoy de hace 35 años, se ponía en marcha de forma oficial el nuevo proyecto de Ramón Mendoza al frente del Real Madrid. Recién elegido, el nuevo mandatario presentaba a su nuevo Real Madrid, un equipo que ya contaba con una extraordinaria base a la que apuntaló con tres fichajes extraordinarios con los que conformó una de las mejores plantillas que ha tenido el Club a lo largo de su Historia. Hugo Sánchez, Rafa Gordillo y Antonio Maceda llegaron para rematar un equipo de ensueño.

Entre 40.000 y 50.000 aficionados se acercaron aquella calurosa tarde del mes de julio al Santiago Bernabéu para presenciar el tradicional acto con el que antiguamente arrancaban las pretemporadas. Los equipos, con casi todos sus fichajes ya presentes, posaban para los medios gráficos y sus seguidores con una primera toma de contacto.

El Real Madrid de la temporada 1985-86 estaba compuesto por: Miguel Ángel, Agustín y Ochotorena en la portería, Chendo, Camacho, Sanchís, Maceda, Salguero, Solana, San José y Bonet en la defensa, Gallego, Gordillo, Míchel y Martín Vázquez en el centro del campo y Santillana, Juanito, Valdano, Butragueño, Cholo y Hugo Sánchez en la delantera. La lesión de Miguel Ángel, que se había roto la tibia y el peroné en el mes de mayo, en partido de Copa de la Liga disputado en Gijón, supuso la repesca de García Remón como tercer guardameta, lo que originó la anécdota curiosa de que en la foto de plantilla de la temporada 1985-86 figuren cuatro porteros: Agustín, Ochotorena, Miguel Ángel y García Remón. Esa temporada Miguel Pardeza fue cedido al Zaragoza, equipo con el que ganaría la Copa del Rey, pero una vez acabada la Liga regresó al Real Madrid a tiempo para disputar dos encuentros de la Copa de la Liga, competición en la que también actuaron los canteranos Francis, León y Martos.

sábado, 18 de julio de 2020

LOS NÚMEROS DE ZIDANE ENTRENADOR

Con la Liga 2019-20, el francés acumula 11 títulos como míster del Real Madrid y se coloca como el segundo técnico con más trofeos

Zinedine Zidane fue extraordinario como jugador, entre los más grandes de la Historia, y está siendo muy grande como entrenador. El técnico sigue agrandando una leyenda que inició en 2016 cuando se hizo cargo del equipo para sustituir a Rafael Benítez y ganó la Champions League. Desde entonces ha ido recopilando trofeos hasta situarse como el segundo entrenador más laureado de la Historia del Real Madrid sólo por detrás de toda una institución del Club blanco como Miguel Muñoz, que ganó 14 títulos. Zizou lleva ya 11. El último la recién conquistada Liga número 34, que se suma a la Supercopa de España de una temporada que todavía no ha concluido.

Miguel Muñoz y Zinedine Zidane encabezan un listado al que también hay que sumar a Luis Molowny, que ganó 8 títulos, a Vicente Del Bosque, que ganó 7, a Leo Beenhakker, que ganó 5 y a Pepe Villalonga, que ganó 4. Lo más sorprendente son los números que maneja el francés, que gana un título cada 19 partidos. También es justo recordar, en cualquier caso, que en la actualidad el equipo participa en competiciones que no existían en tiempos de Miguel Muñoz, como es el caso de las Supercopas

En estos momentos la vitrina de Zidane alberga 3 Champions League (2015-16, 2016-17, 2017-18), 2 Mundiales de Clubes (2016 y 2017), 2 Supercopas de Europa (2016 y 2017), 2 Ligas (2016-17 y 2019-20) y 2 Supercopas de España (2017-18 y 2019-20). Hasta el momento ha dirigido al Real Madrid en 209 partidos oficiales con un balance de 141 victorias, 42 empates y 26 derrotas. Es el tercer entrenador con más encuentros de la Historia del Club por detrás de Miguel Muñoz (605) y Vicente Del Bosque (246).

Zidane es el hombre ideal para dirigir al Real Madrid y lo ha demostrado una vez más. Un hombre de la casa que conoce muy bien el Club y que no dudó en regresar al frente del equipo en un momento tan difícil como el que atravesaba mediada la temporada 2018-19. Poco a poco ha ido enderezando el rumbo de la escuadra blanca para volver a llevarlo a pelear por los títulos pese a que a comienzos del presente ejercicio algunos dudaban de él. De hecho, incluso en algunas fases complicadas de la presente temporada hubo quien abogaba por un cambio de entrenador. Una vez más ha quedado demostrado que lo mejor es tener paciencia y concluir las campañas con el mismo entrenador. Nada de ceses. Zinedine Zidane es un magnífico gestor de vestuarios. Hay que confiar en él. Huye de las polémicas en público pero responde con firmeza cuando tiene que hacerlo. Cuenta con el respeto del mundo del fútbol por todo lo que ha sido y también es una figura de peso dentro del Real Madrid, lo que le da autonomía para tomar las decisiones que él cree oportunas respecto a los futbolistas de su plantilla. Aunque a veces no lo entendamos desde fuera hay que tener en cuenta que él está dentro del vestuario y sabe más que nosotros. Siempre cede el protagonismo a sus jugadores, a los que destaca por encima de sí mismo en los momentos del triunfo. Sabe adaptarse a las circunstancias. Este año, por ejemplo, no ha podido contar con un Hazard en plenitud o con un Marco Asensio que había quedado fuera de combate en pretemporada. Pero se las ha ingeniado para sacar el mejor rendimiento posible de quienes ya estaban y ha construido un equipo muy sólido. Ahí está el mérito de un entrenador. Adaptarse a las piezas que tiene. Cuando hay jugadores para jugar bien al ataque se juega más vertical, como sucedió en la temporada 2016-17. Cuando ha tocado reforzar la retaguardia lo ha hecho, como esta temporada. Con un equipo más rocoso se ha adjudicado esta Liga 2019-20 demostrando que hay diversas maneras de jugar y que todas son válidas si se hacen las cosas bien y se cuenta con los futbolistas ideales para cada esquema. Zidane reparte más minutos de lo que la gente cree. Es cierto que ha contado con una columna vertebral muy definida, pero luego la ha complementado dando participación a muchos de sus jugadores. En cierto modo este año ha repetido un poco la fórmula de la Liga 2016-17, aquella del equipo A y el equipo B que tan buenos resultados nos dio entonces. Eso es bueno para tener en guardia al mayor número de efectivos posibles listos para participar en cualquier momento. Vinicius, Rodrygo, Mendy, Valverde... Eso es muy positivo de cara a los torneos largos. La Champions League le ha consagrado como uno de los más grandes pero Zidane le da muchísima importancia a la Liga, algo que particularmente me gusta porque entiendo que el Real Madrid debe mejorar su palmarés en la competición nacional. El propio Zizou ha manifestado en numerosas ocasiones que la Liga es el título más difícil. "Es el día a día", señala con razón. Para la Champions League no es necesario tanto trabajo de mentalización, todos sabemos de sobra que es la competición más grande y la que más nos satisface. Pero me tranquiliza saber que contamos con un entrenador que valora también los títulos del campeonato nacional de la regularidad. Zidane ha disputado 3 Ligas completas (2016-17, 2017-18 y 2019-20) y ha ganado dos. No está nada mal.

viernes, 17 de julio de 2020

EL REAL MADRID EN LA LIGA 2019-20

El equipo blanco se adjudica el título de Liga gracias a una gran solidez

¡Y van 34!, titula el Diario As en su edición de hoy viernes. ¡Inolvidable!, reza por su parte Marca. Qué bonitas son las portadas de los periódicos al día siguiente de conseguirse algún título. Como en las grandes ocasiones, portadas a doble página que pueden utilizarse como posters por su gran formato y por las preciosas fotografías que suelen utilizarse para su elaboración. Hoy, por ejemplo, Zidane manteado por sus jugadores y los futbolistas del Real Madrid levantando el trofeo que les acredita como Campeones de Liga. Como desde hace tantos años esta mañana he cumplido la tradición de comprar los dos diarios para conservarlos en una ya densa colección.

Hoy se han llevado a cabo los actos institucionales de la celebración del título de Liga en la Ciudad Real Madrid con la presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid y el Alcalde y las habituales entregas de placas, réplicas de trofeos y camisetas. Escenario poco habitual, claro. Campeonato extraño el de esta temporada 2019-20 que todavía no ha terminado pese a que nos encontramos ya a mediados de julio. Las dramáticas circunstancias a nivel mundial mandan y han condicionado todo en nuestras vidas. Todo. También al fútbol, esa cosa que es la más importante de las menos importantes. Con toda la que nos está cayendo casi no dan ganas de pensar en el fútbol pero, como decía ayer, si esto sirve para distraernos un poquito, para sacarnos una sonrisa, pues bienvenido sea este triunfo del Real Madrid. Desde luego, esta será una de las temporadas y de las Ligas que no olvidaremos nunca por lo especial que ha sido a todos los niveles. En cierto modo, me ha recordado un poco a la Liga del Play Off de la temporada 1986-87, aquella que fue tan larga y que constó de dos fases. Este año hemos visto algo parecido, aunque no estaba previsto. El parón nos ha dejado dos tramos separados de una Liga que concluye este mismo fin de semana con la jornada 38 y el Real Madrid siendo ya Campeón.

Me hacía mucha ilusión que el Real Madrid ganara esta Liga. Por alguna razón que no termino de entender le doy mucho valor a los números y a las efemérides. Acaban de cumplirse 30 años de la quinta Liga de la Quinta del Buitre, la de la temporada 1989-90. Los tiempos aquellos en los que las Ligas caían una detrás de otra en las vitrinas del cuadro blanco. Desde entonces no hemos tenido mucha suerte con la principal competición a nivel nacional y en estos 30 años hemos ganado 9 Ligas. Quizás este dato nos debería hacer reflexionar sobre lo difícil que es ganar una Liga y otorgarle el valor que tiene. Por diversos motivos resulta muy complicado ganar una Liga y eso nos debería servir para valorar los éxitos del pasado y entender la importancia que tiene ganar una Liga en la actualidad. El propio Zinedine Zidane en sus declaraciones suele sostener la idea de que las Ligas le saben incluso mejor que las Champions. "La Liga es la hostia", dice con ese tono tan campechano y simpático que adopta los días de celebración. Quizás sea exagerado porque una Champions es una Champions, está claro, pero también es cierto que ganar una Liga supone la recompensa a todo un año de esfuerzo y de trabajo. Supone además ganar un título y que tu máximo rival deportivo no lo haga, es decir, hasta cierto punto se puede decir que es una especie de 2x1. El caso es que estoy muy contento con la consecución de este título de Liga.

La Liga de la temporada 2019-20 deja unos cuantos nombres propios y una idea que deberíamos tener clara. Ser seguros atrás y encajar pocos goles es importantísimo para ganar. Sí, es una afirmación de Perogrullo, lo sé. Pero es necesario recordarlo porque son muchos los que se empeñan en ponderar el juego de ataque como única forma de jugar, como sinónimo inequívoco de espectáculo. De hecho, lo acabamos de ver, son numerosas las voces que critican el juego del actual Real Madrid con un claro propósito de desprestigiarlo y de infravalorar el logro de ganar la Liga. Llevamos casi treinta años con el mismo cuento y a mí es algo que ya me cansa. A cuenta del manido "espectáculo" echamos a Antic (QEPD) en enero de 1992 y tiramos a la basura lo que estaba siendo una buena temporada. Y todo por argumentos etéreos. El espectáculo, el juego bonito, el ataque, el toque, el tiqui-taca... Seguro que ya casi nadie se acuerda de cómo jugaba el Real Madrid de la temporada 1991-92. Lo que quedó es Tenerife. El fútbol consiste en ganar y no ganamos. Eso es lo que quedó. Tirar una Liga que seguro que se hubiese ganado de haber mantenido al entrenador hasta final de temporada. Hay muchas formas de jugar al fútbol y todas válidas, por mucho que algunos nos traten de vender lo contrario. Lo demás ya es cuestión de gustos. Respeto que a cada uno le pueda gustar más o menos una forma de jugar, por supuesto. Pero el fútbol es un juego en el que lo que se busca es ganar. Y cuando se gana, no me cansaré de repetirlo, es porque estás haciendo algo bien. Lo demás son florituras. Pero si ganas, estás haciendo algo bien seguro.

Durante muchos años el hecho de recibir numerosos goles y de regalar demasiado atrás nos ha costado muchos puntos y quién sabe cuántos títulos. Los equipos de fútbol se construyen desde atrás y si no recibes gol, no pierdes. El empate lo tienes. A partir de ahí, los goles son los que te dan la victoria. Pero no encajar te lo pone todo mucho más fácil. Si repasamos números y estadísticas de temporadas pasadas veremos que hacíamos muchísimos goles, pero también encajábamos muchos. Demasiados. El último Trofeo Zamora que se llevó un portero del Real Madrid se lo adjudicó Casillas en la temporada 2007-08. Por cierto, el único que ganó el guardameta a lo largo de su extensa carrera de blanco. Para encontrar el anterior tenemos que remontarnos a Paco Buyo en la temporada 1991-92. En los últimos treinta años sólo en dos ocasiones hemos contado con el cancerbero menos goleado de la Liga

Este año Thibout Courtois lo tiene en la mano. Y es que ha sido uno de los destacados de este Real Madrid. Su temporada ha sido colosal, como la de Sergio Ramos y Varane. Los tres han blindado la portería del equipo que se ha quedado en diecinueve ocasiones sin recibir gol, 18 con Courtois y 1 con Areola. Al excelente rendimiento de Ramos en defensa hay que sumar su extraordinaria aportación ofensiva, y es que el capitán ha sido el segundo máximo realizador del equipo con 10 tantos, sólo por detrás de Karim Benzema. El francés, figura indiscutible del Real Madrid esta temporada, nos ha ganado a todos los aficionados con su extraordinario fútbol. El centro del campo ha brillado con Casemiro, Modric y Kroos, sí. Pero Courtois, Varane, Ramos y Benzema han sido los pilares fundamentales de este equipo. Y, por supuesto, Zinedine Zidane en el banquillo. De Zidane escribiré con más calma mañana, pero es justo destacar su gran manejo del vestuario y su capacidad para sacar provecho de la plantilla. Resulta curioso el dato de que 21 futbolistas de la plantilla hayan conseguido marcar gol esta temporada. Sólo Militao, Brahim y Odriozola, al margen de los porteros, se han quedado sin ver puerta en Liga. Los demás han aportado todos su granito de arena. Hasta Marco Asensio, que nada más pisar el césped por primera vez tras su larguísima recuperación la enchufó con un golazo. 

La pretemporada del verano de 2019 sembró dudas, para qué lo vamos a negar. Veníamos de hacer una nefasta campaña 2018-19 y aquel amistoso del 7-3 desató la histeria. Los empates frente a Valladolid y Villarreal de las jornadas 2 y 3 nos hicieron tragar saliva pero en realidad el equipo fue cogiendo el ritmo de la competición pese a que los refuerzos no terminaron de cuajar. No ha sido la temporada de Hazard por culpa de las lesiones y tampoco Jovic ha dado lo que se esperaba de él. En su lugar ha sido la vieja guardia la que ha respondido. Los que ya estaban. Varane, Ramos, Casemiro, Modric, Kroos, Benzema... Todos ellos han dado lo mejor de sí mismos para que, con la colaboración del resto de componentes de la plantilla, se consiguiera la regularidad necesaria para ganar una Liga. Lo sorprendente es que los tropiezos y las derrotas llegaron la mayoría de las veces en lugares y frente a rivales inesperados, casi siempre de la zona media-baja de la tabla. Perdimos con el Mallorca, empatamos con el Celta de Vigo en el Bernabéu, caímos con el Levante y con el Betis... Especialmente dura fue la derrota en el Villamarín justo antes del parón. Veníamos de arrebatarle el liderato al Barcelona tras ganar 2-0 en el 'clásico' y ese día frente al Betis se jugó rematadamente mal, se perdió y quedamos relegados a la segunda posición. Después vino lo que vino y los tres meses de parón forzoso. A la vuelta, el equipo lo bordó. El Real Madrid ha sido sin discusión el mejor equipo tras el regreso a los terrenos de juego y los 10 triunfos en 10 partidos nos han dado una Liga más que merecida. Los resultados frente a los equipos punteros de la clasificación han sido muy buenos a lo largo de toda la campaña. Ganamos en casa a Barcelona y Atlético y empatamos en el Camp Nou y en el Wanda. Ganamos los dos partidos al Sevilla, al Getafe, a la Real Sociedad... 

La Liga de la temporada 2019-20 ya es Historia. La del parón de tres meses, la de la extraordinaria racha de 10 victorias tras la vuelta a los terrenos de juego, la que jugamos en el Estadio Alfredo Di Stéfano por las obras en el Santiago Bernabéu, la que se celebró sin acudir a la Cibeles ofreciendo todo un ejemplo de civismo ante las circunstancias actuales, la que terminó a mediados del mes de julio... La Liga 34 no la podremos olvidar, no... "Inolvidable", como titula hoy Marca en su portada. Mañana, siguiendo la tradición, toca volver al kiosco para comprar los periódicos y guardar los posters del Campeón de Liga. La colección sigue creciendo con el paso de los años.