miércoles, 25 de noviembre de 2020

ADIÓS A DIEGO ARMANDO MARADONA

Fallece el gran astro argentino del fútbol a los 60 años de edad

Noticia del día a nivel mundial. Se va un personaje histórico del fútbol. Este 25 de noviembre de 2020 nos deja a los 60 años de edad Diego Armando Maradona, un futbolista único, un genio con el balón en los pies que maravilló a todos los aficionados, fuesen del equipo que fuesen. A estas horas lloran todos. En Argentina, por supuesto, donde es poco menos que una deidad, en Nápoles, donde también se le considera un mito... También en España, por cuyo fútbol pasó vistiendo las camisetas del Barcelona y del Sevilla. Todos conocemos los graves problemas que tuvo fuera de los terrenos de juego, pero sobre el césped pocos jugadores han recibido un reconocimiento tan unánime por todo lo que hizo con la pelota pegada a la bota. Para muchos, ha sido el mejor futbolista de la Historia.

Las televisiones y radios han interrumpido sus emisiones y están modificando contenidos y programaciones para hablar de Maradona. Me imagino que esta noche las pantallas estarán inundadas con reportajes y documentales repasando su trayectoria. Las redes sociales están echando humo con mensajes de pésame desde que se conoció el fatal desenlace. Y en las redacciones los periódicos ya estarán preparando las portadas de mañana en las que, como es lógico, el 10 argentino será protagonista absoluto. Las mejores plumas y los mejores columnistas ya tendrán preparados preciosos y emotivos textos con los que se despedirán del 'Pelusa'. Yo, ahora, lo único que puedo hacer es evocar los recuerdos que me vienen a la cabeza sobre Maradona. Porque Maradona siempre estuvo ahí. Cuando yo nací Maradona ya estaba en la élite y cuando empecé a ver fútbol de niño el argentino ya tenía el estatus de estrella mundial. Fue el jugador más mediático del momento y un habitual de la publicidad de la época. Como anécdota contaré, en primer lugar, que llegué a pensar que una conocidísima franquicia de restaurantes de comida rápida era propiedad del futbolista por la similitud que yo encontraba entre la marca de esa cadena de hamburgueserías y el nombre 'Maradona'. Como el futbolista salía en anuncios de esa franquicia yo llegué a la conclusión de que esas hamburgueserías eran suyas. Lógica aplastante para un crío, claro...

Para los que fuimos niños en los ochenta Diego Maradona fue un icono de aquel fútbol y de aquella década. Por razones de edad no recuerdo prácticamente casi nada de su paso por el Barcelona, así que me ahorré disgustos como el de la Final de Copa o aquel gol en el Bernabéu estrellando a Juan José contra el poste en la Copa de la Liga de aquella temporada 1982-83, la de los cinco subcampeonatos. De hecho, juraría que el primer recuerdo que tengo de Maradona es el de la tremenda pelea que estalló al término de la Final de la Copa del Rey de 1984 con el Athletic Club. Fue su último partido con el Barcelona, equipo del que salió sin haber triunfado del todo a causa de las lesiones, antes de recalar en el fútbol italiano. De aquella campaña también recuerdo el álbum 'Diego Armando Maradona, sus driblings, sus goles' en la que "el mejor jugador del mundo" nos enseñaba a jugar a fútbol, como rezaba su portada. Una curiosa colección en la que además de cromos didácticos en los que el argentino explicaba todo tipo de golpeos y acciones se incluían los equipos de Primera División de la temporada 1983-84. Tras dejar la Liga española brilló en el Nápoles, donde se le considera un ídolo eterno. Allí jugó los mejores años de su carrera consiguiendo 2 Ligas, 1 Copa, 1 Supercopa y 1 Copa de la UEFA y de allí nos llegaban resúmenes e imágenes de goles imposibles, jugadas increíbles, acciones inverosímiles... Hacía lo que quería con aquella zurda de oro. Pero sobre todo le recordaremos por el Mundial de 1986. En México levantó el título de Campeón del Mundo y Diego Armando Maradona llegó a la cúspide de su carrera. Un Mundial en el que fue el protagonista absoluto con sus goles y jugadas llevando a los de Bilardo a la Final para ganarla. Argentina tenía un gran equipo, pero casi todos señalamos que, poco más o menos, fue Maradona el que ganó el Mundial prácticamente solo. La metáfora más clara de aquello es el tanto frente a Inglaterra en el que agarra la pelota cerca de su área y cruza todo el campo sorteando todo tipo de rivales que le salían al paso, uno tras otro, para terminar marcando gol. La jugada por la que se le recordará siempre, junto al gol con la mano. La 'mano de Dios'. De aquel Mundial también recordaré siempre el álbum de Cromos Barna, aquel con el que se podía ganar un Commodore 64. Era la colección que hacíamos los que no nos podíamos permitir completar la de los adhesivos de Panini y nos teníamos que conformar con los cromos de cartón. El de Maradona, con el que ilustro la cabecera de esta entrada, lo tengo fijado en la memoria como uno de las estampas de aquel año 1986 por una anécdota personal que no voy a comentar.

No puedo negar que le llegué a tener algo de manía en su momento. Quizás el hecho de saber
que había jugado en el máximo rival del Real Madrid me hizo verle con cierto rechazo. Sin embargo era innegable que se trataba de un fuera de serie que jugaba como nadie.
Era una celebridad y una de las figuras más importantes del mundo del fútbol y del deporte en general.  Con él se agotaron los adjetivos. Así que, llegados a este punto, supongo que no será extraño reconocer que hubiese sido un lujo haber podido contar con él en el Real Madrid. Cualquier equipo del mundo hubiese deseado tener a Maradona en sus filas. El Real Madrid también, por supuesto. En este sentido siempre he dicho que me llamaba mucho la atención aquella especie de buena sintonía que Diego tenía con el Real Madrid en general y con Ramón Mendoza en particular. Algo tendría que ver la presencia de Jorge Valdano, compañero suyo en la Selección y también Campeón del Mundo en México. Aquella visita a Madrid en diciembre de 1986 en la que incluso acudió al palco del Bernabéu para presenciar un partido del Real Madrid junto a Mendoza quizás despertó rumores de una posible incorporación al equipo blanco. Lo cierto es que en muchas entrevistas de la época se apreciaban ciertos guiños, como si Maradona se dejara querer... Insisto en que siempre tuvo buenas palabras hacia el Real Madrid y hacia jugadores como Butragueño, Míchel o Chendo, del que llegó a decir que había sido el defensa que mejor le había marcado sobre un terreno de juego. Lo demostró el lateral derecho en aquella eliminatoria de la Copa de Europa de la temporada 1987-88 frente al Nápoles. En un Santiago Bernabéu vacío, Chendo completó su actuación más recordada frenando a Maradona e incluso atreviéndose a tirarle un caño, aquel túnel bajo las piernas que propició el famoso comentario de Valdano sobre los "pajaritos disparándoles a las escopetas" durante la retransmisión de TVE. Aquella gran actuación de Chendo tuvo todo el mérito porque tenía delante al mejor jugador del mundo. A Chendo siempre le quedará esa satisfacción. De la misma manera que para el Real Madrid fue tan importante superar aquella eliminatoria. Dejar al Nápoles en la cuneta significaba eliminar al equipo "de Maradona".

El hecho de que jugara en Italia y no en España supuso que las imágenes que nos llegaban de Maradona no fuesen tan abundantes... Pero las que llegaban eran espectaculares. Goles imposibles, jugadas increíbles, lanzamientos de falta perfectos... Hoy en día internet nos permite tener al alcance vídeos infinitos con los que podemos verle en acción, ya fuese en un partido de competición, en un entrenamiento o en un simple calentamiento. Maradona era así, puro espectáculo hasta en un simple calentamiento. Ejemplo, el famoso vídeo del 'Live is Life' de Opus antes de un partido en 1989. A falta de Calcio, a Maradona le podíamos ver en los Mundiales, porque en las Eurocopas, lógicamente, Argentina no participaba. Este comentario es de Perogrullo, lo sé, pero me da pie a recordar una divertida anécdota de infancia de la Euro 88. Los amigos del barrio tratamos de montar una Eurocopa jugando a las chapas pero José Mari se empeñó en que él quería jugar con Maradona y Argentina... Como éramos más niños que selecciones participando en aquella Euro de Alemania (8 equipos) al final montamos un Mundial. José Mari se salió con la suya y pudo llevar a la albiceleste en sus chapas. Con Maradona, claro. Porque a Maradona se le quería tener hasta en las chapas. Incluso cuando jugábamos al fútbol con balón, si alguien hacía una gran jugada decíamos que lo había hecho "a lo Maradona". Aunque, en realidad, fuese imposible hacer lo que hacía Maradona con la pelota. Aquel 1988, por cierto, le vimos en el amistoso que España y Argentina disputaron el 12 de octubre de 1988. De ese encuentro es la famosa fotografía en la que Maradona saluda cariñosamente al Buitre antes de arrancar ese encuentro que finalizó con empate 1-1.

Siempre suelo comentar que México 86 me pilló algo pequeño para ver aquellos partidos que se jugaban de noche y que el primer Mundial que realmente pude seguir completo fue el de Italia 90. Por esa razón guardo muchísimos recuerdos de aquel Mundial y de aquel Maradona. Ojo, que tuvo problemas físicos y no estuvo al cien por cien de sus posibilidades... De la cita italiana lo fácil sería rememorar las imágenes aquellas del 'Pibe' jurando en arameo cuando el público del Estadio Olímpico de Roma se puso a silbar el himno de Argentina... Pero yo tengo en la cabeza una cosa del primer partido, del duelo inaugural que enfrentó a la vigente Campeona, Argentina, con Camerún. Partido que ganaron los africanos, por cierto. El caso es que antes de iniciarse el partido, durante el calentamiento, la cámara de televisión enfocó a Maradona dando toques con el balón y resultó que el capitán albiceleste se golpeó la cara con la pelota, lo que me resultó tan gracioso en aquellos momentos que me hizo soltar una carcajada. Fue algo así como lo del 'Live is Life' pero con menos glamour. Una pequeña anécdota de la que nadie se acuerda, una tontería que se me ha quedado grabada en la memoria de aquel 8 de junio de 1990. Maradona seguía en lo más alto y pese a que Argentina no brilló como cuatro años antes, se plantó en la Final de nuevo. Y otra vez frente a Alemania. En aquella ocasión, sin embargo, la gloria se la llevaron los germanos...

Maradona volvió al fútbol español en la temporada 1992-93 para jugar con el Sevilla. Cumplía 32 años y venía del parón de quince meses por la sanción que se le había impuesto en Italia y que tantísimo revuelo había originado. Obviamente ya no era la mejor versión de Maradona pero seguía teniendo una calidad brutal e imponía mucho a los rivales el hecho de tener que enfrentarse al genio argentino. Como muestra, aquella portada del primer número de Don Balón que compré y que, bajo el título de "Antimaradonas", mostraba un montaje con las fotografías de López, Chendo y Ferrer, tres de los principales defensas de los grandes equipos de nuestro fútbol. "Quiénes y cómo marcarán al crack argentino", apuntaba la revista sobre el principal reportaje de aquella semana. Apuntar al respecto que la presencia de Chendo en aquella portada respondía, sin ninguna duda, al gran recuerdo que había quedado del ya mencionado partido de Copa de Europa frente al Nápoles de cinco años atrás. 

En cierto modo, fue una delicia poder volver a disfrutar semanalmente de un Maradona que seguía haciendo de las suyas. Además, con el programa 'El Día Después' de Lewin y Robinson en su apogeo teníamos secciones como 'Lo que el ojo no ve' que nos mostraban, por ejemplo, a Diego haciendo malabares con una pelota de papel de aluminio. Recuerdo su gran actuación contra nosotros en el Sánchez Pizjuán en un partido en el que no marcó gol pero dejó todas las pinceladas posibles de su toque y de su técnica. Quizás por eso el partido de vuelta en el Bernabéu me dejó tan buen sabor de boca. Al igual que había sucedido en Copa de Europa en 1987, la victoria 5-0 del 23 de mayo de 1993 resultó muy satisfactoria porque se consiguió frente al Sevilla "de Maradona". De aquel partido recuerdo una foto del Diario As en la que aparecía Diego hincando la rodilla en el césped del coliseo blanco, una alegoría de lo que había sido aquel encuentro. Guardo muy buen recuerdo de ese choque, un partido en el que el Real Madrid de Benito Floro demostró que había llegado en un gran momento de forma y de juego a la recta final de la temporada 1992-93. Maradona no pudo frenarnos aquel día, dicho con todo el respeto del mundo precisamente por eso, porque a sus 32 años seguía siendo considerado el más grande. Fue una pena que su aventura en el Sevilla sólo durase un año. Lo pienso de verdad. Hubiese sido un placer haber seguido teniéndole como rival y haber podido enfrentarnos más veces. Para la Liga española también hubiese sido positivo haber seguido contando con él...

No pudo ser. Volvió a Argentina y le volveríamos a ver en el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Maradona también fue uno de los nombres propios de aquella cita tan querida por los que vivimos con tanta pasión el fútbol de los noventa. Camino de los 34 años Maradona seguía siendo un auténtico líder para el combinado albiceleste. Una de las imágenes que seguramente todos tenemos en la cabeza de aquella Copa del Mundo es la de Maradona corriendo eufórico hacia la cámara de televisión celebrando su gol frente a Grecia. Fue su último gol con la Selección puesto que la otra imagen de Maradona que seguramente recordamos de ese Mundial es la del momento en el que abandonaba el terreno de juego hacia el control antidopaje en el que el resultado sería positivo y que terminaría propiciando el punto y final de la carrera de Diego en la Selección de Argentina. Ya no habría más Mundiales con Maradona en el terreno de juego. Jugó 91 partidos con el equipo de su país y anotó 34 goles. Quizás sea su estampa más conocida... Pienso en Maradona y lo primero que me viene a la cabeza es su imagen con la camiseta argentina de Le Coq Sportif. De nuevo le cayó una sanción de las gordas. Quince meses... 

De aquel periodo alejado de los terrenos de juego siempre tengo en la memoria otra visita de Maradona al Real Madrid. De paso por España, a finales de la temporada 1994-95, allá por el mes de mayo, realizó una visita a la Ciudad Deportiva para charlar con sus compatriotas Valdano, Cappa y Redondo, así como con el resto de componentes de la plantilla blanca. Hay una imagen que publicó Don Balón de aquel encuentro, del fotógrafo Juan Navarro, en la que se ve a Maradona charlando con Chendo y con Ramón Mendoza. Me gusta mucho esa fotografía porque, de nuevo, se apreciaba en ella el respeto y el reconocimiento a Miguel Porlán. Como ya he apuntado antes, Maradona llegó a significar mucho en la carrera de Chendo porque su mejor partido, o al menos el más recordado, lo había realizado frente al 'Pelusa'. Que Maradona reconociese que se lo había puesto tan difícil, y además sin llegar a utilizar los métodos tan expeditivos que solían emplear los defensas décadas atrás, era todo un elogio para Chendo, un defensor que completó una grandísima y longeva carrera en el Real Madrid pero con un perfil más bien bajo en cuanto a presencia en los medios y tirón mediático. Me gustaron mucho todos aquellos gestos de aprecio al de Totana por parte del que había sido mejor jugador del mundo.

Maradona volvería a jugar en las filas del Boca Juniors hasta los 37 años, cuando anunció su retirada. Cuatro años más tarde, el 10 de noviembre de 2001, se jugó su partido de despedida, un encuentro que enfrentó a Argentina con un combinado de estrellas mundiales en La Bombonera. Era un sábado, no se me olvida. Recuerdo que estaba con la cuadrilla en un bar enorme y que prácticamente todos los jóvenes que estábamos allí dentro estábamos mirando la pantalla de la televisión. En el fondo, todos sabíamos que aquello era algo histórico para los aficionados al fútbol. Era la última vez que veíamos en acción a Maradona... De todo lo que vino después no merece la pena comentar mucho. Como decía al comienzo de la entrada, tuvo muchísimos problemas fuera de los terrenos de juego. Eso también está ahí, no podemos negarlo. No tuvo mucha suerte en los banquillos. Pasó por unos cuantos equipos y llegó a ser seleccionador argentino en el Mundial de Sudáfrica... Pero está claro que donde realmente triunfó fue dentro de los terrenos de juego y no fuera. En todos los sentidos, además... Es ahí, en el césped, donde más disfrutó y donde más nos hizo disfrutar a los demás.

La muerte de Maradona nos deja sin otro de los grandes. Recuerdo cuando de niños siempre escuchábamos aquello de que los futbolistas más grandes de la Historia habían sido Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Desde 2014, cuando falleció Don Alfredo, ya se nos han ido tres de ellos y sólo el bueno de Edson Arantes do Nascimento se mantiene con vida. El tiempo pasa y todos nos vamos haciendo mayores. Y aunque los mitos siempre van a estar ahí no deja de ser triste que se vayan las personas. Hoy nos deja Maradona. Se va alguien que para los de mi generación ha estado siempre ahí y que, con una camiseta u otra, ha formado parte de nuestras vidas como aficionados al fútbol. Lo siento mucho. Descanse en paz, Diego Armando Maradona.

domingo, 22 de noviembre de 2020

DI STÉFANO VUELVE AL BANQUILLO

Se cumplen 30 años del comienzo de su segunda etapa como entrenador del Real Madrid

Le costó un poco decidirse, pero finalmente aceptó. El 22 de noviembre de 1990, tal día como hoy de hace 30 años, Alfredo Di Stéfano volvía a ponerse el chándal por última vez para iniciar su segunda etapa como entrenador del Real Madrid. Don Alfredo prestó un nuevo servicio al Real Madrid al aceptar sentarse en el banquillo del equipo blanco para suceder a John Toshack. Tras la salida del galés, Ramón Grosso y José Antonio Camacho dirigieron los entrenamientos en la Ciudad Deportiva de forma provisional y a la espera de la llegada de un nuevo técnico. El cese en plena temporada, en el mes de noviembre, suponía que no fuese tan fácil escoger al nuevo entrenador. Muchos de los preparadores que podían gustar en la casa blanca de cara a futuro se encontraban entrenando en aquellos momentos, así que lo lógico era que alguien se hiciese con el mando del vestuario de manera interina hasta final de temporada. Alguien de la casa... Ramón Mendoza echó mano de Di Stéfano, en aquellos momentos Asesor Presidencial, cuya última experiencia en los banquillos del fútbol español se remontaba a la temporada 1987-88 con el Valencia. Aunque según señalaban los medios el hispano argentino era un poco reacio a volver a entrenar, aceptó con la idea de dirigir a la escuadra hasta la llegada del nuevo técnico, sin cerrar las puertas a terminar la temporada si los resultados eran positivos.

La confirmación de Di Stéfano como entrenador se hizo oficial el miércoles 21 de noviembre con su comparecencia antes los medios de comunicación. Grosso y Camacho seguirían en el equipo en calidad de ayudantes y el nuevo cuerpo técnico lo completaría Fernando Mata como preparador físico. Don Alfredo se encargó de dejar bien claro que formaban parte de un equipo técnico y que formaban parte de "un triunvirato". Él sería el entrenador pero el equipo lo conformaría junto a sus dos ayudantes. "Temporalmente, me hago cargo del equipo, con la ayuda de Grosso y Camacho. Se inicia una nueva etapa en la que intentaremos hacerlo lo mejor posible. Si el Club no consiguiera contratar otro entrenador, trataremos de llegar lo más lejos posible", contaba el nuevo míster a los periodistas. En aquella rueda de prensa Di Stéfano confirmaba que hubo algunas dudas a la hora de aceptar el cargo. "Tenía algún recelo porque llevaba dos años sin entrenar, con tranquilidad. Pero, dada la situación, acabas metiéndote y situándote como entrenador. Estoy contento y deseando que todo salga bien", puntualizaba el entrenador, que también aseguraba que el triunvirato sería buenos para los jugadores: "Nos vamos a llevar de maravilla. Con la presencia nuestra, igual les estimulamos y juegan fenomenalmente". Por parte de Grosso y Camacho la disposición era buena: "El Club tenía que tomar una alternativa y nos parece bien, nos parece correcto. Esperemos que sirva para salir adelante. Vamos a trabajar con ilusión para que así sea". Al día siguiente, jueves 22 de noviembre, los tres preparadores salieron al césped de la Ciudad Deportiva junto a sus pupilos. Di Stéfano volvía a entrenar al Real Madrid, a quien ya había dirigido en las temporadas 1982-83 y 1983-84. "El Madrid siempre saca pecho, saldremos adelante", había dicho Di Stéfano de cara a esta nueva etapa.

La llegada de Di Stéfano al banquillo le sentó bien al equipo durante unas semanas. Se estrenó ganando 3-0 frente al Betis y encadenó cinco partidos consecutivos con victoria incluyendo los dos triunfos ante el Barcelona, con goleada incluida en el Bernabéu, en la Supercopa de España. Aquel sería el único título de la temporada y el único en el palmarés de Don Alfredo como míster del conjunto blanco. La Supercopa supuso un respiro pero pronto volvieron los problemas... El final de año y el comienzo de 1991 fueron un suplicio para el Madrid, que perdió 4 partidos en 5 jornadas situándose en la sexta posición de la tabla. Dos victorias ante Castellón y Sevilla, la segunda con goleada 7-0, frenaron la caída pero después llegaron dos empates consecutivos. Se ganó 2-0 al Zaragoza en la que sería la última victoria con Di Stéfano de entrenador y, a partir de ahí, caída libre del equipo. 1 empate y 5 derrotas, incluyendo las eliminaciones en Copa del Rey frente al Atlético de Madrid y en Copa de Europa frente al Spartak. Alfredo Di Stéfano no acabó la campaña y dejó el equipo. No pudo dar con la tecla. El Madrid era sexto cuando se cesó a Toshack y era séptimo, fuera de puestos europeos, cuando se marchó el hispano argentino. 

En total, Alfredo Di Stéfano dirigió 21 partidos al Real Madrid en su segunda etapa como técnico madridista. Se ganaron 9 partidos, se empataron 3 y se perdieron 9. La convulsa temporada 1990-91 se concluyó con Radomir Antic en el banquillo.

sábado, 21 de noviembre de 2020

LORENZO SANZ, PRESIDENTE

Sucedió a Ramón Mendoza en la presidencia del Real Madrid en el año 1995 

El 21 de noviembre de 1995, tal día como hoy de hace 25 años, se iniciaba la presidencia de Lorenzo Sanz Mancebo en el Real Madrid. La dimisión de Ramón Mendoza un día antes le permitió convertirse en el máximo mandatario blanco tras ser proclamado en una reunión de la Junta Directiva. El hasta entonces vicepresidente primero de la entidad, de 52 años, había llegado al Club en 1985 junto a Mendoza y siempre fue considerado como su sucesor natural. Los complicados momentos por los que atravesaba el Real Madrid en lo económico, social y deportivo aceleraron los acontecimientos que llevaron a la marcha de Mendoza tras diez años en el sillón. Eso propició el salto a primera línea de Sanz.

En su primera comparecencia como Presidente, Lorenzo Sanz apareció acompañado por sus directivos Francisco Bustos, José María López Tejero, Juan Manuel Herrero, Carlos Escudero, Juan Palacios y Antonio Méndez trasladando un mensaje pacificador de concordia y de optimismo de cara a la recuperación financiera de la entidad. "Sé que no es una tarea fácil y rápida, pero esta Junta Directiva que presido tiene las soluciones para ir equilibrando la economía del Club. Pido un margen de tiempo suficiente para aportar esas soluciones económicas", aseguraba Sanz. "Quiero ser el presidente de una Junta Directiva que pase lo más desapercibida posible. No queremos estar en los medios de comunicación de manera continua, porque eso no es bueno para la Sociedad. Yo espero que de esta manera empecemos a hablar de deporte, de los éxitos de los equipos de fútbol y baloncesto", argumentó también el nuevo presidente, haciendo alusión a su intención de pasar inadvertido, algo con lo que desde luego parecía querer distanciarse del modo de proceder de Ramón Mendoza, hombre tremendamente popular y muy habitual en los medios de comunicación. "El Real Madrid está por encima de las personas, de los nombres, y nosotros estamos dispuestos a que la tradición continúe", matizaba. De cara a la nueva etapa que se iniciaba el Presidente realizaba un llamamiento a la masa social: "Las puertas del Real Madrid están abiertas a todos los madridistas que quieran colaborar y prestar su ayuda". Lorenzo Sanz iniciaba con muchas ganas su etapa al frente del Club y su intención era hacerlo todo lo mejor posible para satisfacer los deseos de la afición. "Espero ganar la confianza de los madridistas. Sólo pido tiempo, nosotros vamos a dedicar todo nuestro trabajo y esfuerzo por el bien del Real Madrid", afirmaba Sanz.

En diciembre de 1995 la revista Real Madrid, en su número 74, informó de todo lo que había sucedido en el plano institucional en aquel convulso mes de noviembre. "Lorenzo Sanz Presidente. Aquí paz y después gloria", titularía en su portada la publicación oficial del Club. En las páginas 4 y 5 la revista ofrecía una carta del nuevo presidente a los madridistas. "Ser presidente supone la coronación de ese maravilloso sueño que posee toda persona que ama este Club y siente que puede contribuir a engrandecerlo. Asumo esta presidencia con el respeto que imprime llevar las riendas de una entidad que para muchos, y entre ellos me incluyo, es muchísimo más que una institución deportiva", escribía Sanz. "Es evidente que tras los acontecimientos acaecidos recientemente, quiero mirar hacia el futuro con vuestro apoyo y con vuestra crítica constructiva. Hay que trabajar por el Real Madrid, que no es ni de la Junta Directiva ni de los socios compromisarios, sino del conjunto de los socios, de los hombres y mujeres del Real Madrid, de la gran familia madridista", añadía. Sanz se dirigía a la masa social y al madridismo en general para ponerse a su disposición y para comentar algunos aspectos referidos a la situación del Club. "Esta Junta Directiva que presido está marcada por la fe, la ilusión y las ganas de trabajar. Conoce los problemas y las posibles soluciones. Y desea exponeros un proyecto ilusionante. Por eso os pido tiempo, el necesario para llevar adelante nuestros proyectos e ideas. Debéis exigirnos, pero dando un margen de confianza. Debéis juzgarnos, pero después de un plazo. Y si en el futuro lo hacemos mal, no dudéis que las urnas estarán para deslegitimarnos. Pero si lo hacemos bien, que es lo que espero y deseo, habremos cumplido el objetivo de engrandecer nuestro Club. Y estoy convencido de que somos capaces de sacar a esta Entidad adelante", concluía la misiva del nuevo Presidente del Real Madrid.

viernes, 20 de noviembre de 2020

EL ADIÓS DE RAMÓN MENDOZA

Se cumplen 25 años de la dimisión del Presidente del Real Madrid entre 1985 y 1995

Cuando Ramón Mendoza dejó el Real Madrid se marchó el Presidente que había llevado las riendas del Club desde mi más tierna infancia. Tenía la sensación de que llevaba toda la vida en el cargo... Él había sido el que había apuntalado el Madrid de la Quinta del Buitre con los grandes fichajes que dieron pie a una de las etapas más brillantes de la entidad. El Presidente de la Quinta del Buitre. El de las 5 Ligas consecutivas. Había hecho cosas muy buenas, sobre todo en sus primeros cinco años de mandato, y otras no tan buenas, sobre todo en sus últimos cinco años. Pero, para lo bueno y para lo malo, Mendoza siempre había estado ahí, con su estilo inconfundible y sus peculiares formas. La verdad es que se hacía raro pensar en un Real Madrid sin Ramón Mendoza al frente...

Pero, ¿cómo se había llegado a todo aquel embrollo? La dimisión de Mendoza fue un capítulo más de la terrorífica temporada 1995-96 a la que tantas veces hago mención. Lo que pasó en el Real Madrid aquella temporada, madre mía... A la mala situación deportiva se unieron problemas extradeportivos de todo tipo. La situación social del Club tampoco pasaba por su mejor momento y las aguas bajaban revueltas para Mendoza, que venía de ganar las elecciones que se habían celebrado el 19 de febrero de aquel mismo año 1995 frente a los candidatos Florentino Pérez y Santiago Gómez Pintado pero que no había conseguido pacificar a una oposición cada vez más hostil tomando como base para sus argumentos la complicada situación económica que atravesaba la entidad de Concha Espina.

El detonante de todo fue el varapalo de la Asamblea del domingo 22 de octubre de 1995 en la que se rechazaron las cuentas del ejercicio 1994-95. Pese al revés Mendoza advirtió que no pensaba dimitir, como le habían sugerido algunas voces en el momento de la suspensión de la sesión. Sólo un día después, el lunes 23 de octubre, Lorenzo Sanz realizó unas declaraciones que fueron recogidas en su portada por el diario Marca. "Once años en el poder desgastan", afirmaba el vicepresidente, al que todos veían desde hacía tiempo como el sucesor natural de Ramón Mendoza.

A finales de octubre la revista Don Balón ya avisó de la inminente proclamación de un nuevo presidente. El número 1046 correspondiente a la semana del 30 de octubre al 5 de noviembre de 1995 presentaba en su portada a Lorenzo Sanz y unas declaraciones en exclusiva: "Ha llegado mi hora". El entonces vicepresidente era muy claro: "La etapa de Mendoza toca a su fin. Si todo va bien, tras la asamblea del 26-N seré presidente". Sanz incluso hablaba de lo que más preocupaba en aquellos momentos: "Estoy capacitado para resolver la situación económica del Club". El tema ocupó las primeras ocho páginas completas de la publicación, lo que ofrece una idea de la importancia de lo que se contaba. Los periodistas Santi Trubat y Juan Carlos Casas firmaban un trabajo en el que se decía: "Aunque estaba cantado, el relevo se producirá antes de lo previsto por culpa del fracasado pacto entre Mendoza y Florentino Pérez". Se referían a la famosa fotografía del martes 24 de octubre en la que ambos aparecían estrechándose la mano tras una reunión "por el bien del Madrid". Sólo habían pasado nueve meses desde las elecciones. Al parecer Mendoza y Pérez pretendían adelantar unos nuevos comicios, lo que ofrecería a Florentino una nueva oportunidad para acceder a la presidencia. "A mí no me interesan las reuniones que puedan tener Mendoza y Pérez. Ni uno ni otro están legitimados para convocar elecciones, ni la Junta va a pactar con nadie", advertía Lorenzo Sanz en una declaración recogida por Don Balón. El semanario, por cierto, resumió la situación de crisis con una serie de viñetas humorísticas a lo largo de las ocho páginas en las que, con caricaturas, básicamente se contaba que Mendoza había gastado mucho dinero en fichajes para dejar un Real Madrid ganador a Lorenzo Sanz. Pero dado que no había tanto dinero como Mendoza creía, el presidente le pedía a Juan Miguel Villar Mir que le avalara prometiéndole la presidencia, lo que despertaba el malestar de Lorenzo Sanz, vicepresidente y sucesor natural de Mendoza. Tras el fracaso de la Asamblea General entraba en escena Florentino, lo que terminaba haciendo perder la paciencia a un Lorenzo Sanz que se sentía traicionado. La historieta terminaba con Mendoza marchándose por la puerta de atrás.

El runrún en los medios durante aquellos días indicaba que Mendoza podía abandonar el cargo antes incluso del día 26 de noviembre, fecha de la Asamblea en la que los compromisarios debían aprobar las cuentas rechazas el 22 de octubre. Mendoza trataba de marcharse dejando la situación pacificada pero ese objetivo era un tanto difícil a causa de la indignación que los componentes de la Junta Directiva sentían tras enterarse de la reunión que el todavía Presidente había mantenido con Florentino Pérez. No había posibilidad de pactos. La Junta estaba con Lorenzo Sanz. "No tengo ningún interés de estar en donde no estoy a gusto", declaraba por su parte el mandatario blanco. La suerte estaba echada para Ramón Mendoza. "Me largo", avanzaba. La pregunta era cuándo se haría efectiva la marcha. ¿Llegaría a la Asamblea?

El miércoles 15 de noviembre de 1995 el diario Marca titulaba a toda página con la noticia. "The End". Como si se terminara una película... Sobre fondo negro el periódico llevaba a su portada un collage con imágenes significativas de lo que había su trayectoria como máximo mandatario del Real Madrid. Arriba, a la derecha, entrecomillaban el "Me voy" del todavía presidente. "Ramón Mendoza ya ha tomado la decisión de abandonar la presidencia del Real Madrid. El día elegido es el próximo lunes. Tras despedirse de la plantilla y del resto de directivos, dará el relevo en el cargo, por decisión de la actual Junta, a Lorenzo Sanz. Medida que debe ser refrendada por una Asamblea extraordinaria. De esta manera, Ramón Mendoza cierra una etapa del Real Madrid que ha durado diez años, 6 meses y doce días. Me voy…. Y aquí paz y después gloria", titulaba Marca. Según indicaba el diario, Mendoza había emplazado a la prensa al próximo lunes pero dejaba bien claro que la decisión la había tomado sin recibir ningún tipo de presión y que únicamente obedecía a razones personales. José Félix Díaz recogía declaraciones del todavía presidente blanco. "Era la única solución. Me voy por motivos personales y porque creo que es lo mejor para el funcionamiento de la sociedad. El tema de los avales es algo que se resolverá de cualquier modo pero no es un obstáculo en ningún sentido para la marcha de la sociedad. Creo que lo mejor y más útil que puede pasar al Real Madrid es que Ramón Mendoza se vaya del Real Madrid", señalaba Mendoza. "El único acoso que he sufrido es el de la Prensa. Esta directiva no es capaz de echarme. Me voy porque quiero y porque no quiero hacer daño a la entidad", añadía. Mendoza no quiso confirmar si Lorenzo Sanz pasaría a ser el nuevo máximo dirigente y sólo sentenciaba que quedaría como presidente quien eligiese la Junta Directiva. Pese a las preguntas de José Félix Díaz, Mendoza no quiso decir nada sobre Lorenzo Sanz salvo que había quedado "muy bien" con él. Lo único claro era que él lo dejaba. "Me iré por donde entré, por la puerta. Aquí paz y después gloria. La verdad es que me quedo muy a gusto conmigo mismo", sentenciaba.

Día del adiós

El lunes de 20 de noviembre de 1995, tal día como hoy de hace 25 años, Ramón Mendoza se despidió de la plantilla de jugadores. En su último partido como presidente, el sábado anterior, el Real Madrid venció 1-0 al Atlético de Madrid, líder de la clasificación, con un tanto de Raúl. Qué cosas... En un año en el que las cosas salieron tan mal en lo deportivo resultó que el Madrid le fue a ganar sus dos partidos al equipo que terminaría ganando la Liga... Ramón se pudo marchar del palco con una victoria. "A partir de ahora iré a mi sitio a chillar al árbitro y al presidente", recogía en su portada Marca. Antes de marcharse ofreció una comida a sus jugadores y cuerpo técnico. Mendoza se sentó a la mesa escoltado por el capitán Sanchís, a su derecha, y el entrenador Jorge Valdano, a su izquierda. Sanchís, en nombre del resto de sus compañeros, pronunció unas emotivas palabras de agradecimiento y le regaló un reloj a modo de recuerdo. El almuerzo transcurrió en un tono muy distendido.

El siguiente paso fue el de presentar su dimisión irrevocable ante la Junta Directiva, acto con el que puso punto y final a su presidencia. Después escenificó un acto ante los medios de comunicación en el que pronunció su famoso discurso de despedida. Acompañado por Nemesio Fernández Cuesta, que se marchó con él, Mendoza se presentó junto a algunos de los trofeos que el Club conquistó durante su mandato. Allí estaba la Liga, la Copa de la UEFA, la Copa de Europa de Baloncesto de aquel mismo año... Fiel a sí mismo hasta el final. Su despedida fue muy a lo Ramón Mendoza... "Comienza, por tanto, el funeral deportivo de 'corpore insepulto' por el alma del que fue presidente del Real Madrid Ramón Mendoza, ahora ya incinerado y en lo sucesivo solamente el socio 772. Yo soy en este funeral el oficiante. Sentaros, queridos representantes de todos los medios de comunicación. Os quiero, antes de nada, pedir perdón por si algo no funcionó bien entre nosotros por culpa mía en estos largos años. Donde quiera que esté, siempre contaréis con mi afecto", leyó el ya ex presidente, que había sacado unos apuntes escritos de su propio puño y letra. Lo dicho, genio y figura hasta el último día. "Me voy harto de tanto acoso de pequeños tiburones y de deslealtades precipitadas", detalló en una intervención en la que, sin embargo, también afirmó: "No quiero hacer sangre". En aquella comparecencia tan peculiar hubo momentos emotivos como cuando recordó a quienes ya no estaban: Mariano Jaquotot, que había fallecido un año antes, Fernando Martín... También tuvo palabras para su pareja Jeannine Girod, para sus hijos, para Raimundo Saporta...

Y se marchó. El presidente con el que el Real Madrid había ganado 26 títulos. El que más tiempo había permanecido en el cargo por detrás de Don Santiago Bernabéu... Un personaje tremendamente popular que ocupó páginas y páginas en la prensa. Se marchaba uno de los rostros más carismáticos del mundo del deporte y de la alta sociedad de la década de los ochenta y de los noventa. Como aquel mismo día anunció, su siguiente proyecto sería el de escribir un libro que se titularía 'Dos pelotas y un balón'. Sabiendo cómo era Mendoza aquello parecía otra de sus clásicas ironías, pero no era una coña, no. Era cierto. El libro, editado por El País Aguilar, fue presentado unos meses más tarde... Desvinculado del Real Madrid, Ramón Mendoza Fontela falleció el 4 de abril de 2001 a los 73 años mientras se encontraba de vacaciones en Bahamas.

jueves, 19 de noviembre de 2020

JOHN TOSHACK, CESADO

Se cumplen 30 años del cese del técnico galés del Real Madrid

Me llama la atención que la Revista Real Madrid, en su número correspondiente al mes de diciembre de 1990, le dedicara tan poco espacio a una noticia tan relevante. El 19 de noviembre de 1990, tal día como hoy de hace 30 años, el presidente Ramón Mendoza comparecía ante los medios de comunicación para anunciar la destitución de John Benjamin Toshack como entrenador del Real Madrid. Una pequeña pieza informativa resumía de forma bastante breve lo que había sido el final de la etapa del galés al frente del conjunto blanco. Ilustraba la noticia una fotografía de la rueda de prensa en la que se hizo pública la decisión de la Junta Directiva. Ante los micrófonos, el presidente Ramón Mendoza, el propio Toshack, y los vicepresidentes Lorenzo Sanz y Mariano Jaquotot.

No llegó al año y medio. 54 partidos oficiales dirigió en su primera etapa madridista el técnico que, prácticamente, fue contratado para tratar de ganar la Copa de Europa. En España el Real Madrid de la Quinta del Buitre arrasaba. También lo hizo con el propio Toshack, con quien el equipo logró una Liga, la 'quinta de la Quinta', con el famoso récord de los 107 goles. Pero las cosas se torcieron pronto en su segunda temporada y el míster protagonizó un cese a mitad de temporada que no se había producido en el Real Madrid desde que Amancio fue apartado del banquillo en la temporada 1984-85.

Técnico de carácter

John Benjamin Toshack fue cocinero antes que fraile. Nació en Cardiff, Gales, el 22 de marzo de 1949 y fue un futbolista de élite que inició su carrera profesional en las filas del Cardiff City, conjunto con el que ganaría 4 Copas de Gales. En la temporada 1970-71 dio el salto al Liverpool, donde se consagró como delantero centro y compartió protagonismo con Kevin Keegan. Allí ganó 2 Copas de Europa, 3 Ligas, 2 Copas de la UEFA, 1 Copa de Inglaterra y 1 Charity Shield. En 1978 pasó a ser entrenador jugador con el Swansea City, donde ejerció hasta 1983. Tras colgar las botas de forma definitiva y centrándose ya en sus labores como técnico llegó a Portugal para dirigir al Sporting de Lisboa en la temporada 1984-85. Un año después, en la temporada 1985-86, llegó al fútbol español para coger las riendas de una Real Sociedad en la que permanecería cuatro ejercicios consiguiendo éxitos más que notables como la Copa del Rey de 1987 frente al Atlético de Madrid o los subcampeonatos de Liga y Copa de la temporada 1987-88. Toshack fue ganando enteros posicionándose como uno de los entrenadores del momento.

A Leo Beenhakker le costó el puesto la Copa de Europa. El Real Madrid dominaba con claridad las competiciones domésticas pero la obsesión en el Club era la Copa de Europa que se resistía desde el año 1966. Con el técnico neerlandés el Madrid hizo un fútbol de lujo llegando a su cima futbolística en la temporada 1987-88. Pero la noche de Eindhoven dejó una herida profunda en la plantilla, en el cuerpo técnico y en el Club. Eran tan buenos que la inercia ganadora se mantuvo, pero lo cierto es que la Copa de Europa de la Quinta del Buitre se desvaneció frente al PSV. Las cosas ya no serían del todo igual... En la temporada 1988-89 el Real Madrid siguió gobernando en España pero en la Copa de Europa llegó alguna polémica para Beenhakker como el partido en el que dejó en el banquillo a Butragueño para jugar con Paco Llorente, lo que originó un tirón de orejas público por parte de Mendoza. Pero, sobre todo, lo peor fue la eliminación, de nuevo en semifinales, frente al Milán. La goleada 5-0 en Milán dejó al Real Madrid fuera de Europa y a Beenhakker fuera del Real Madrid. Acabó la temporada, pero ya se sabía que no seguiría. Los resultados eran magníficos. Leo se marchó ganando Liga, Copa del Rey y Supercopa de España y habiendo llegado a las semifinales de la Copa de Europa. Sí, el 5-0 fue un resultado durísimo, pero el Milán tenía un equipazo y era mejor en aquellos momentos. El Club, los aficionados, los periodistas... Todos se resistían en admitirlo, pero la gran oportunidad de ganar el máximo cetro continental había pasado ya... Sin embargo, había tal obsesión con la Copa de Europa que todos los éxitos recientes no bastaron. El Real Madrid quería un nuevo entrenador y el escogido fue John Benjamin Toshack.

En su ejemplar del mes de junio de 1989 la Revista Real Madrid ofreció un completo reportaje de 6 páginas en el que se presentaba a John Toshack como futuro entrenador del Real Madrid. La temporada todavía no había terminado. "John Benjamin Toshack será el nuevo entrenador del Real Madrid para las dos próximas temporadas, tras el acuerdo al que llegó con el presidente Ramón Mendoza. El galés se hará cargo del equipo el 1 de julio. No obstante, Toshack no quiere perder el tiempo y ya está trabajando en la planificación del futuro Real Madrid, que tendrá como objetivo principal la consecución de la Copa de Europa", señalaba la publicación oficial del Club. Más claro, agua. Sin rodeos. A Toshack se le fichaba para tratar de ganar la Copa de Europa. Era un reto, pero como explicaban en la revista, era un reto que le atraía. El galés tenía contrato con la Real Sociedad hasta 1991 pero había llegado a un pacto con los directivos donostiarras en caso de una oferta del Real Madrid. "Si otro club del mundo se hubiera interesado por mí yo estaría todavía en San Sebastián, así de claro. Creo que es un ejemplo de ambición profesional entrenar al Real Madrid", señalaba el míster.

La fama de hombre duro fue una de las etiquetas que le abrieron las puertas del Real Madrid. Muchos consideraban que a los componentes de la Quinta del Buitre les faltaba algo de carácter en Europa, sobre todo después de la marcha de los grandes veteranos que permanecían en el equipo a mediados de los ochenta. Los pinchazos en semifinales de la Copa de Europa, sobre todo el del Milán, despertaron una fuerte corriente de críticas sobre los Butragueño, Míchel, Martín Vázquez... Algunos pensaban que había que exigirles más. Y el que exige, en un equipo de fútbol, es el entrenador. Toshack, que se calificaba a sí mismo como un "cabrón simpático", rechazaba sin embargo aquella imagen de hombre duro. "No es cierto que sea serio, hay poca gente que tenga más alegría que yo. Y no soy nada duro, tengo un corazón mucho más blando de lo que la gente se pueda imaginar. De lo que sí soy plenamente consciente es de lo que representa el club al que vengo y de la responsabilidad que he adquirido", señalaba en el citado reportaje de la Revista Real Madrid. John Toshack era muy suyo, con aquel destrozado castellano y un acento muy cerrado que no terminó de evolucionar nunca. En las ruedas de prensa se hizo muy popular aquel famoso 'no comment' que tanto utilizaba... Y eso que no era muy dado a morderse la lengua y solía decir lo que pensaba. En ocasiones podía parecer incluso hasta agresivo con sus propios jugadores, originándose algunos roces como en aquella ocasión en la que dijo que él había sudado más en el banquillo que algunos de sus futbolistas en el campo y Paco Llorente contestó: "Si Toshack suda más que algunos jugadores es porque le da el sol en el banquillo y está gordo". Tremendo. Pues eso...

En lo estrictamente deportivo, la temporada 1989-90 se solventó con un nuevo paseo militar en la Liga. Toshack empezó haciendo algunas modificaciones que no terminaron de salir, como la de colocar a Chendo de líbero, pero pronto entendió que no era cuestión de ponerse a hacer muchos experimentos con un equipo que contaba con una columna vertebral muy definida y que funcionaba. Porque el equipo funcionaba, lo que ocurre es que la obsesión por la Copa de Europa hizo que la percepción que había en torno al Real Madrid fuese más negativa de lo que en realidad debía de ser. Y lo que son las cosas... Tantas vueltas con la Copa de Europa y resultó que aquella campaña la eliminación llegó mucho antes de lo esperado. Cosas del sorteo, todo hay que aclararlo. El primer rival de aquella edición 1989-90 fue el Spora Luxemburgo al que se doblegó con un global de 9-0 (0-3 en Luxemburgo y 6-0 en el Bernabéu) pero el segundo, en octavos de final, fue el Milán. El choque con el vigente Campeón llegaba muy pronto. El encuentro de ida, en Italia, se perdió 2-0 el 18 de octubre de 1989. En el encuentro de vuelta se ganó 1-0 con un tanto de Butragueño, pero no bastaba. Pesó mucho aquel segundo gol en Italia que había llegado de penalti injusto por señalar el árbitro el punto de castigo tras una falta de Buyo fuera del área. No había remedio. Se había plantado cara a un grandísimo rival que volvería a ganar la Copa de Europa ese año, pero el 1 de noviembre de 1989 el Real Madrid estaba fuera de Europa. Una pena puesto que de haberse jugado meses más tarde aquella especie de 'Final' adelantada quizás el desenlace pudo haber sido distinto. El Real Madrid de Toshack fue mejorando con el paso de las semanas y con un once muy definido fue cosechando goleada tras goleada. El 5 de abril de 1990 jugó la Final de Copa que se perdió con un Barcelona en superioridad numérica por la expulsión de Hierro en el descuento de la primera mitad. El equipo no se resintió y en Liga siguió con su paso firme hasta terminar llevándose el título de calle. Se superó por primera vez la barrera de los 100 goles dejando en 107 un récord del fútbol español que no se movería hasta la temporada 2011-12. El balance era muy bueno y las sensaciones eran buenas. Al menos de cara al aficionado. "Si no ganaba la Liga me echaban", declararía Toshack.

Temporada 1990-91 

El Real Madrid 1990-91 era diferente al de la temporada 1989-90. Se marcharon jugadores muy importantes, sobre todo Martín Vázquez y Schuster. Martín Vázquez había brillado con Toshack, con quien más adelante volvería a coincidir en el Deportivo, y firmó su mejor ejercicio como madridista. Su baja sería significativa, como la del alemán, uno de los mejores centrocampistas europeos. Agustín, Julio Llorente y Esteban también cambiaron de aires, al igual que Óscar Ruggeri. Con el argentino, que dejó el Bernabéu tras una sola campaña con nosotros, eran tres los titulares que dejaban el equipo. Para suplirlos regresaron los cedidos Santi Aragón y Juanjo Maqueda y se fichó a Luis Milla, Pedro Jaro, Villarroya, Pedrag Spasic y Gheorge Hagi. Pero ya desde la pretemporada había síntomas de que las cosas no iban a marchar como antes. Las nuevas piezas tenían que encajar y adaptarse, especialmente los extranjeros. Y Luis Milla, que venía para jugar de titular, se lesionó de gravedad el domingo 12 de agosto de 1990 en la Final del Trofeo Ciudad de la Línea. Rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco interno de la rodilla izquierda. Más de medio año de recuperación por delante. A estos problemas se unieron roces como el que protagonizaron Mendoza y Toshack a raiz de las críticas que el técnico recibió por alinear en el Torneo Ciudad de Palma a jugadores que la organización consideraba que no eran titulares. El presidente madridista desautorizó a su propio técnico y se sumó a las críticas... A pesar de que el Real Madrid ganó el torneo. La actitud de Mendoza llevó a que la revista Don Balón le dedicara un editorial máximo mandatario blanco. "Mendoza ha vuelto a meter el remo hasta el fondo inmiscuyéndose en unas funciones, las del entrenador, en las que no debería tener competencia, y menos él, siempre tan atareado con asuntos que nada tienen que ver con el Real Madrid", escribía la dirección del semanario. El clima no parecía ser el más tranquilo posible, por lo que se entiende unas declaraciones de Toshack recogidas por la prensa: "Tengo ganas de que empiece la Liga para descansar". 

Pues sí. Después de una pretemporada algo desconcertante que acabó con la derrota frente al Milán (otra vez) en el Trofeo Santiago Bernabéu arrancó  la Liga 1990-91. Pero Toshack no pudo descansar mucho. Se empezó ganando 1-0 al Castellón, marcador que no dejó muy satisfechos ni a público, acostumbrado a los marcadares espectaculares de pocos meses atrás, ni a periodistas. Las críticas ya hicieron acto de presencia con aquel triunfo y se incrementaron con la primera derrota, que llegó en la segunda jornada, partido en Sevilla que finalizó 2-0. Los resultados mejoraron en las siguientes jornadas y el inicio de la Copa de Europa fue positivo al superar al Odense con un 1-4 en Dinamarca y un 6-0 en el Bernabéu. Sin embargo, en el mes de octubre la Liga se puso muy cuesta arriba con marcadores adversos. Tres empates consecutivos, 1-1 en Atotxa con la Real, 0-0 con el Logroñés en el Bernabéu y 0-0 con el Oviedo en el Carlos Tartiere, supusieron quedarse a cuatro puntos del líder, el Barcelona, en la tercera posición de la tabla. En la Copa de Europa cogimos aire con una goleada 9-1 frente al Tirol Innsbruck. Pero para cerrar octubre volvimos a tropezar en Liga. Una derrota dura, además, al caer 2-1 en el campo del recién ascendido Burgos. No habíamos llegado todavía a la décima jornada y el Real Madrid caía a la cuarta plaza. Ni que decir tiene que Toshack estaba en la cuerda floja. El Real Madrid llevaba años sin vivir una situación similar en Liga, donde había gobernado con mano de hierro los anteriores cinco años. En la jornada 10 se ganó al Español 2-1 con doblete de Butragueño. En la vuelta de la Copa de Europa con el Tirol se empató 2-2 para cerrar una eliminatoria más que resuelta ya en el Bernabéu. Fue el partido que sirvió para que Sebastián Losada lograra el gol 400 del Real Madrid en la máxima competición continental. La cosa terminó de descarrilar el sábado 17 de noviembre de 1990. El Real Madrid perdió 2-1 en el Luis Casanova con el ValenciaAl descanso el equipo perdía 2-0 y en el segundo periodo sólo se pudo recortar distancias con un penalti transformado por Hugo SánchezEl equipo era sexto en la tabla, a un paso de quedarse fuera de puestos UEFA. El balance en 11 jornadas de Liga era de sólo 5 victorias. 3 empates y 3 derrotas eran una losa importante llevando tan poco de competición.

Como suele suceder en el fútbol la cuerda se rompió por el lado de siempre, el del entrenador. El lunes 19 de noviembre de 1990 John Benjamin Toshack dejó de ser entrenador del Real Madrid. "La crisis ya cortó una cabeza", titulaba el diario Marca al día siguiente. "Toshack, cesado... Y el Madrid, desconcertado", añadía el rotativo madrileño, que en primera página realizaba un pequeño resumen de la situación que atravesaba el banquillo madridista. "Tras prolongar inútilmente la agonía del galés, el club no tiene sustituto".

"Lo que más siento es marcharme sabiendo que no he conseguido la Copa de Europa", destacaría el diario Marca en su portada del jueves 22 de noviembre. En primera página aparecía una fotografía del galés sosteniendo uno de las seis primeras copas continentales de la sala de trofeos del Santiago Bernabéu. "Gánala tú, Alfredo", titulaba el rotativo haciendo referencia a su sustituto en el banquillo madridista.