lunes, 27 de mayo de 2019

DON LUIS DE CARLOS

Se cumplen 25 años de la muerte del que fuera presidente del Real Madrid entre 1978 y 1985

El 27 de mayo de 1994 fallecía en Madrid a los 87 años Don Luis de Carlos Ortiz, presidente del Real Madrid entre los años 1978 y 1985. Él era el máximo mandatario del Club cuando yo empecé a ver fútbol de niño pero, sinceramente, de aquella época no recuerdo absolutamente nada sobre su figura. Nada. Eran tiempos en los que los críos sólo estábamos pendientes de los jugadores, de lo que sucedía en los terrenos de juego y de los cromos. Del fútbol. Lo que pasaba en los despachos era algo que resultaba totalmente ajeno para los que pasábamos nuestro tiempo libre dando patadas al balón en el patio o en la calle. Fue con Ramón Mendoza cuando empecé a ser consciente de la relevancia que tenía el presidente de un club de fútbol.

Con los años fui conociendo de su existencia a través de alguna entrevista que se publicaba y a medida que me fui interesando por la Historia del Club empecé a conocer más en profundidad la biografía de este personaje tan significativo. Don Luis de Carlos fue, ni más ni menos, que el presidente que tuvo que tomar las riendas del Real Madrid tras la muerte de Don Santiago Bernabéu... Casi nada.

Durante las siete temporadas que presidió el Club el Real Madrid consiguió 2 Ligas, 2 Copas del Rey  y 1 Copa de la UEFA, precisamente el último título que levantó el equipo en vísperas de dejar el cargo. Pocos días después de conseguirse ese título europeo Ramón Mendoza sucedió a Luis de Carlos y fue ya con el nuevo presidente con quien se consiguió la Copa de la Liga con la que se cerró la temporada 1984-85. Durante aquel periodo que fue de 1978 a 1985 la Sección de Baloncesto del Real Madrid también completó un gran palmarés con 1 Copa de Europa, 1 Copa Intercontinental, 1 Supercopa de Europa, 1 Recopa de Europa, 5 Ligas, 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de España.

viernes, 24 de mayo de 2019

UN LUSTRO DE LA DÉCIMA

Se cumplen cinco años de la consecución de la Champions League de la temporada 2013-14

Sábado 24 de mayo de 2014. Una fecha histórica para los aficionados del Real Madrid. Hoy se cumplen cinco años de ese día tan especial. El de la consecución de La Décima, esa Champions League que se hizo tanto de rogar... El cabezazo de Sergio Ramos, la prórroga, el gol de Bale, las celebraciones en Lisboa, la rueda de prensa de Ancelotti, las celebraciones de madrugada en Cibeles...

Me imagino que para los aficionados más jóvenes el gol de Sergio Ramos es el equivalente al gol de Mijatovic para la generación que vivimos La Séptima. Para nosotros, los que ya vamos siendo más mayores, el tanto de Mijatovic será el gol más importante y La Séptima la mayor alegría deportiva de nuestras vidas. Eso será siempre así. Pero tendremos que reconocer que lo de La Décima será también por siempre uno de los momentos más emotivos que habremos vivido como aficionados del Real Madrid. No al nivel de la Champions League 1997-98, pero muy cerca y con sensaciones bastante similares. Grandísima alegría, en cualquier caso.

Estos triunfos, estos días tan gloriosos y emotivos, se quedarán ahí para siempre. Los recordaremos hasta el día en el que nos vayamos. Y siempre recordaremos perfectamente dónde los vimos, con quién los vimos y cómo los vivimos. Yo me acuerdo perfectamente de los días previos, del día de la Final, del texto que estaba escribiendo aquí en 'Historias del Real Madrid' unas pocas horas antes de que echara el balón a rodar en Lisboa... Hoy, cinco años después, quiero contar una confidencia. Cómo viví y qué se me pasó por la cabeza durante aquel partido.

Si alguien se ha pasado alguna vez por el blog sabrá que siempre he sido muy pesimista con esto del fútbol. Quedé marcado por el trauma de Tenerife y desarrollé el Síndrome del Transworld Sport. El fútbol es un deporte y tengo grabado a fuego que la derrota es una posibilidad cada vez que el equipo salta al terreno de juego. Teniendo en cuenta esta premisa lo más lógico sería pensar que sufrí horrores durante la Final de Lisboa viendo cómo el reloj corría y el Madrid perdía 0-1 con el Atlético...  Pues nada de eso... Todo lo contrario!

No sé por qué pero resulta que esa ha sido una de las Finales que más tranquilo he visto, sin contar la de La Octava, de la que, por cierto, hoy también estamos de aniversario. La verdad es que no lo entiendo porque me pongo siempre muy nervioso con los partidos del Real Madrid. Pero resulta que aquel día no. Aquel día, jugándonos una Copa de Europa con el Atlético de Madrid, resultó que vi el partido con tranquilidad y una fe ciega en la victoria. Puede parecer soberbia y chulería, sí, pero juro que no tenía nada que ver con eso. Simplemente que, no sé por qué, estaba convencido de que aquella Champions League iba a ser para el Real Madrid. Es la única vez que me ha pasado. Es como si hubiese vuelto a ver el fútbol con los ojos de cuando era niño, sin presiones y nervios, simplemente disfrutando del fútbol. El cronómetro avanzaba y yo no dejaba de repetirme por mis adentros "no vamos a perder, no podemos perder". Así una y otra vez. La primera parte había sido complicada pero en el segundo tiempo el Real Madrid fue de menos a más hasta llegar a dominar con claridad. Perdíamos 0-1 pero yo estaba seguro de que marcaríamos. No sólo eso. Estaba seguro de que marcaríamos y que ganaríamos la Final. Estaba convencido de que el gol del empate acabaría llegando. Pasaban las jugadas y yo me iba diciendo "ahora marcamos, ahora viene el gol". Se acababa el tiempo pero yo seguía igual. "Ahora viene el gol. Ahora marcamos"

Sí que tengo que reconocer que llegué a titubear un poco allá por el minuto 88, más o menos... "Ostras... ¿Vamos a perder la Final? Casi es el minuto 90". Pero automáticamente volví a pensar que no perdíamos la Final. Cuando en el tiempo de prolongación llegaron aquellos dos lanzamientos de saque de esquina yo volvía a estar convencidísimo de que llegaría el gol que forzaría la prórroga. Sacamos el primero, la pelota volvió a acabar en córner y cuando Modric se dispuso a botar de nuevo el esférico yo me decía "ahora, ahora viene el gol. Ahora viene el gol". Y, efectivamente, llegó el gol de Sergio Ramos. Y la locura. Ese gol es Historia. Y tras el gol, ya sí, el convencimiento de que nos llevábamos La Décima era total. El equipo había llegado al tramo final del partido como un cohete y el subidón de moral que supuso forzar la prórroga hacía que aquello no se pudiese escapar. Y así fue. El gol de Bale, el gol de Marcelo, el gol de Cristiano Ronaldo... 4-1. Campeones.

Pero hay otra cosa, otra imagen que no olvidaré jamás de esa Final de la Champions League. Mi hermana no vivió el partido con la misma tranquilidad que yo y cuando Sergio Ramos cabeceó el balón a la red rompió a llorar de emoción y de alegría. Sentir ese momento de felicidad y ver a mi hermana viviendo ese momento con tanta intensidad fue algo increíble. Menudo estallido de felicidad. Qué cosas nos hace vivir el fútbol y el Real Madrid, parece increíble.

Esa imagen de las lágrimas de mi hermana me acompañará siempre como uno de los momentos más emotivos y bonitos que he vivido como seguidor del Real Madrid. Aquello era alegría. No olvidaré nunca ese sábado 24 de mayo de 2014. Cinco años ya...

domingo, 19 de mayo de 2019

LA COPA IBERIA DE 1994

Tal día como hoy de hace 25 años el Real Madrid ganaba 3-1 a Boca Juniors en el partido de ida de la nueva competición

Ha pasado un cuarto de siglo y todavía no tengo claro si hay que contabilizar o no en el palmarés del Real Madrid la Copa Iberia. En teoría se trataba de un título de carácter oficial y debería constar como tal en el palmarés internacional del Club. Pero por alguna razón ese trofeo no aparece por ningún lado recogido y casi nadie se acuerda de él. Seguramente el carácter efímero de su existencia, ya que sólo se jugó una edición, contribuyó a que este torneo quedara en el olvido.

La Copa Iberoamericana, que por lo menos para mí quedó en la memoria como la Copa Iberia, nació con el propósito de enfrentar al Campeón de la Copa de Oro de la CONMEBOL y al Campeón de la Copa del Rey de la Real Federación Española de Fútbol. El Real Madrid participó en la Copa Iberia en calidad de Campeón de la Copa de la temporada 1992-93, la misma que le había servido para jugar la Supercopa de España frente al Barcelona, la única alegría que nos llevamos los madridistas aquella temporada 1993-94.

La Liga había terminado la semana anterior. Era año de Mundial y la inminente cita de Estados Unidos supuso que la Liga terminara a mediados del mes de mayo. El Campeón fue el Barcelona, que sacó provecho de aquel penalti que falló Djukic en el último minuto y que le hubiese dado el título al Deportivo. Aquel fatídico sábado 14 de mayo casi toda la España futbolística lloró con la mala suerte del Súper Dépor. Cuatro días después, el miércoles 18 de mayo, se disputó la Final de la Champions League en la que el Milán de Fabio Capello y Panucci barrió al Barcelona con un aplastante 4-0. La temporada a nivel de clubes estaba acabada... Pero un día más tarde, el jueves 19 de mayo, el Real Madrid tenía partido...

El encuentro de ida de la Copa Iberia se jugó a las 22.00 horas de un día en el que había diluviado sobre Madrid. El terreno de juego, desde luego, no estaba en las mejores condiciones... El partido se retransmitió además en directo por el primer canal de TVE, lo que contribuyó a que la entrada en el Santiago Bernabéu fuese bastante pobre. No había muchas ganas de fútbol después de una temporada tan complicada y accidentada... Estábamos más pendientes de los posibles fichajes y andábamos a vueltas con la posibilidad de que Fernando Redondo y Michael Laudrup se pusieran la camiseta blanca.

El encuentro empezó muy bien para el Madrid porque, nada más arrancar el partido, los argentinos se quedaron con diez por expulsión de Navarro Montoya. El guardameta desbarató una ocasión manifiesta de gol del Real Madrid con las manos fuera del área y se marchó a vestuarios con la consiguiente tarjeta roja. Con uno más el Real Madrid fue mejor, aunque no consiguió ponerse por delante en el marcador hasta pasada la primera media hora y a balón parado. Fernando Hierro ejecutó un lanzamiento de falta con un fuerte disparo raso que atravesó la barrera por bajo y entró a gol. Era el 1-0 con el que se llegaría al descanso. En el segundo tiempo los de Vicente Del Bosque pudieron aumentar su renta con un precioso gol de Martín Vázquez que, en jugada personal y tras deshacerse de dos rivales, colocó una preciosa vaselina en la escuadra del palo largo. El linier, sin embargo, invalidó la jugada por fuera de juego de los dos delanteros merengues. José Luis Morales, que saltó al césped sustituyendo al titular Dani, fue el encargado de distanciar a los de casa en el marcador. Bonito gol el del 2-0. Pese a su corta estatura el canterano cabeceó perfectamente a la red un centro desde la derecha de Velasco. Repitió Morales con el 3-0 en una acción en la que sólo tuvo que empujar a placer un pase de la muerte de Míchel desde la derecha. Boca Juniors recortó distancias en las postrimerías tras una buena jugada de ataque que finalizó McAllister con un potente disparo con la zurda ajustado al palo derecho de la portería de Buyo

Partido de vuelta

La vuelta se jugó el 25 de mayo de 1994. El Real Madrid saltó al terreno de juego de La Bombonera con un once de circunstancias, puesto que ya no contaba con los futbolistas que habían sido convocados con la Selección para disputar el Mundial. Faltaban Hierro, Alkorta y Luis Enrique. Tampoco comparecían por lesión Butragueño, Dubovsky y Sanchís. Del Bosque puso de inició un curioso equipo con muchos jóvenes del filialBuyo, Chendo, Nando, Antía, Marcos, Velasco, Míchel, Milla, Martín Vázquez, Prosinecki y Dani. También jugaron Ramis y Morales.

El equipo blanco tuvo altibajos en este encuentro. Se adelantó Boca Juniors en el minuto 40 por mediación de Da Silva con un tiro que llegó a pegar en Buyo pero que acabó en la red. Ya en el segundo tiempo Míchel estuvo a punto de empatar el partido tras recibir un centro de Martín Vázquez y lanzar una preciosa vaselina que el guardameta local sacó con una espectacular intervención cuando el esférico entraba a gol. Hubo ocasiones. Los locales enviaron un balón al larguero y después Prosinecki probó fortuna con otra vaselina desde lejos que el portero mandó a córner. Naveda marcó el 2-0 que ponía en ventaja a los argentinos en la lucha por el título. Afortunadamente un gol de Luis Milla volvía a colocar al Madrid por delante en el computo global con un 4-3 que terminaría siendo decisivo. Fue en un saque de esquina que concluyó con el turolense fusilando a la red desde dentro del área. El Real Madrid incluso estuvo a punto de empatar el partido en una acción en la que Velasco no supo resolver delante de la portería. El resultado, en cualquier caso, era suficiente. Boca Juniors ganó el partido 2-1 pero la Copa Iberoamericana era para el Real Madrid.

La de 1994 fue la única edición que se jugó. La Copa Iberia no se volvió a disputar. No cuajó y seguramente por eso ha quedado en el olvido. El hecho de que el segundo partido se disputara en medio de una gira americana seguramente también contribuyó a que la Copa Iberia pasara a recordarse como una competición de carácter amistoso, lo que también puede explicar que muchos no le concedan a este trofeo su carácter oficial. De hecho, sinceramente, yo mismo nunca lo recuerdo como un título oficial, a pesar de que lo era. Ni siquiera el propio Real Madrid en su página web recoge este trofeo en el palmarés oficial del Club. La UEFA tampoco la reconoce, y ahí está la principal razón de que ese trofeo se haya quedado en el limbo. Al no haber sido organizada por la confederación europea la Copa Iberoamericana parece que no existió. Las pocas referencias que hay sobre ella la citan como un torneo amistoso.

¿Es justo? ¿Por qué nadie reconoce esa Copa Iberia? Al fin y al cabo era un título oficial. Un título menor, por supuesto, pero un título oficial. Porque en realidad lo era.

REAL MADRID: Buyo, Velasco, Hierro, Alkorta, Lasa (Fernando, 75'), Míchel, Milla, Prosinecki (Sandro, 45'), Martín Vázquez, Dani (Morales, 67') y Zamorano.

BOCA JUNIORS: Navarro Montoya, Soñora, Simón, Moya, McAllister, Peralta, Saldaña, Sergio Martínez (Pogany, 3'), Da Silva (Carranza, 67'), Marcico (Farias, 89') y Basay (Tapia, 70').

GOLES
1-0 min. 34 Hierro
2-0 min. 70 Morales
3-0 min. 79 Morales
3-1 min. 85 McAllister

lunes, 6 de mayo de 2019

ADIÓS A JUNQUERA

Muere Andrés Junquera, jugador del Real Madrid entre 1966 y 1975

Este lunes 6 de mayo de 2019 hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de Andrés Junquera, guardameta del Real Madrid en los sesenta y setenta. Nos deja a la edad de 73 años.

Andrés Avelino Zapico Junquera nació el 23 de abril de 1946 en la localidad asturiana de La Felguera, en Langreo. Se inició en el mundo del fútbol en equipos de su ciudad natal despuntando en la demarcación de portero y llegó a jugar en Segunda División con el Langreo debutando en la categoría de plata en la temporada 1964-65. Tras destacar en la campaña 1965-66 le llegaría la oportunidad de fichar por el Real Madrid. Tenía 20 años y una gran carrera por delante.

Junquera llegó al Real Madrid que acababa de ganar la Copa de Europa de 1966. En su primera campaña como madridista no llegó a debutar en competición oficial pero pudo aprender de dos compañeros legendarios como Antonio Betancort y José Araquistain. En su segundo ejercicio como jugador blanco, temporada 1967-68, no sólo debutó sino que se hizo con la titularidad y ganó el Trofeo Zamora al guardameta menos goleado de Primera División. Fue su mejor campaña en el Bernabéu disputando 22 partidos de Liga, 1 de Copa y 4 de Copa de Europa, un total de 27 partidos oficiales. Además ganó su segundo título de Liga. Posteriormente alternaría partidos oficiales con suplencias a lo largo de varias campañas en las que compartió vestuario con cancerberos de primer nivel, algunos de ellos auténticas leyendas de la portería del Real Madrid. Además de Betancort y de Araquistain pelearon por el puesto con Junquera nombres como Mendieta, Borja, Corral, Miguel Ángel o García Remón. Inició la temporada 1975-76 con el Real Madrid pero fichó por el Real Zaragoza, debutando con los aragoneses a finales de noviembre de 1975. En total pasaría tres temporadas en La Romareda, las dos primeras en la máxima categoría y la tercera en Segunda División, 1977-78, en la que el equipo conseguía el ascenso de vuelta a Primera División. Sería su última campaña como profesional. Una lesión de rodilla le hizo colgar los guantes con 32 años, edad relativamente joven para un portero.

Sobrio y seguro, Andrés Junquera se pasó casi una década a disposición del Real Madrid cumpliendo cuando se le requería por parte del cuerpo técnico. Con su trabajo y esfuerzo contribuyó a hacer un poco más grande al Real Madrid. Disputó un total de 74 partidos oficiales bajo los palos de la portería del equipo blanco a lo largo de nueve temporadas. Ganó 5 Ligas (1966-67, 1967-68, 1968-69, 1971-72 y 1974-75) y 3 Copas (1969-70, 1973-74 y 1974-75) además del galardón individual del Trofeo Zamora de la temporada 1967-68.

Desde 'Historias del Real Madrid' quiero expresar mi más sentido pésame a toda su familia, amigos y compañeros. Sirvan estas pocas líneas a modo de particular homenaje. Descanse en paz, Andrés Avelino Junquera.