martes, 28 de abril de 2020

EL DÍA DESPUÉS, CON LEWIN Y ROBINSON

Recuerdos del mítico programa de Canal Plus en el día del adiós de Michael Robinson

La muerte del ex futbolista y comentarista de radio y televisión Michael Robinson me ha traído a la memoria, irremediablemente, un montón de recuerdos de los primeros años noventa. La infancia y la juventud suele ser un periodo en el que el fútbol se vive con muchísima intensidad. Recuerdo mejor partidos, futbolistas y jugadas de hace un cuarto de siglo que de hace diez años. Pese a los libros, estudios  y exámenes se suele disponer de más tiempo libre y yo, por aquella época, además de ver todos los partidos que podía me tragaba los resúmenes dominicales, compraba el Marca, la revista Don Balón cada semana, la revista Real Madrid cada mes... Y los lunes a las 20:30 horas no me perdía 'El Día Después'.

'El Día Después' de Canal Plus arrancó en la temporada 1990-91 presentado por Nacho Lewin y Jorge Valdano. Un año después los directivos de la cadena privada decidieron emitirlo en abierto, sin codificar. Era septiembre de 1991 y Michael Robinson sustituyó al ex madridista iniciándose la etapa más recordada de ese programa. Con Nacho Lewin y Michael Robinson este espacio televisivo vivió sus mejores días y, en mi humilde opinión, su mejor versión. Desde que Canal Plus entró de lleno en el mundo del fútbol, en 1990, las retransmisiones dieron un gran salto de calidad en el apartado técnico gracias a un gran despliegue de medios. Multitud de cámaras, nuevos planos, imágenes superlentas... 'El Día Después' fue el complemento perfecto a las retransmisiones de los domingos por la tarde. Fue un programa revolucionario y novedoso. Sobre todo nos ofreció otro punto de vista sobre el fútbol. Por primera vez el foco de atención no se centró solo en lo que sucedía en el terreno de juego, también pudimos apreciar lo que sucedía en las bandas, en los banquillos, en las gradas e incluso en los exteriores de los estadios. Eso suponía dedicar tiempo y esfuerzo a lo que pasaba alrededor del fútbol, pero el resultado nos permitió conocer otra dimensión de este deporte. 

'Lo que el ojo no ve' fue el resultado directo de aquel novedoso tratamiento sobre el fútbol que nos ofrecía 'El Día Después'. En clave de humor, nos permitió conocer con detalle cómo vivían los partidos los entrenadores, las manías de algunos jugadores, incidentes fortuitos de los futbolistas, cánticos de las gradas... Todo un catálogo de caídas, golpes y momentos que, al día siguiente, en clase, todos comentábamos en corrillo y entre carcajadas. Clemente dirigiéndose a los jugadores rusos del Español, Bilardo y su 'pisarlo, pisarlo', Camacho mandando a freír puñetas a un jugador con un pequeño corte en la mano, Boerebach durmiéndose en la grada de El Plantío, el cántico de la plantilla del Cádiz a su masajista Rovira... La recopilación de momentos que nos dio esa sección es memorable... Su éxito llevaría a ponerle nombre a otro espacio del programa, 'Lo que el árbitro no ve', con el ex colegiado Joaquín Ramos Marcos analizando las polémicas arbitrales de la jornada. Pero no todo eran risas, también había tiempo para el análisis de equipos y jugadas que Robinson iba desgranando en aquella modernísima 'pizarra cibernética'. Más tarde lo haría con fichas en aquella enorme maqueta del Estadio Atocha. Otra sección que me encantaba era 'Lo Replús', la traca final con la que finalizaba el programa y que consistía en un elaborado videoclip con las mejores imágenes de la jornada. Goles y celebraciones a ritmo de música y con un estupendo trabajo de edición.

Todavía conservo un montonazo de cintas VHS con programas completos de 'El Día Después' y muchísimos fragmentos. Grababa todos los reportajes que emitían sobre el Real Madrid así como, obviamente, la sección de 'Lo que el ojo no ve'. No fueron años muy buenos para el Real Madrid, fueron los tiempos de las dos Ligas de Tenerife, de la bronca de Benito Floro en Lleida, que precisamente se emitió en este programa, de las lesiones de Prosinecki... Pero también fueron años de vivir el fútbol con muchísima pasión y de recordar a jugadores con imágenes diferentes y particulares. Imágenes como aquellas de Hagi botando un balón de fútbol como si fuera baloncesto, de Butragueño asediado por unas monjas que buscaban su autógrafo, de Ricardo Rocha llorando en Tenerife tras perder la Liga, de aquella chica de Oviedo que le pedía a gritos a Mendoza que renovara a Fernando Hierro, de Zamorano contando el origen de su apodo 'Bam Bam'... Pero si hay un momento que se me quedó grabado a fuego en la mente fue el de las imágenes del túnel de vestuario de Las Gaunas el día del regreso de Martín Vázquez al Real Madrid. Justo antes de saltar al terreno de juego, Ricardo Rocha trataba de darle instrucciones al recién llegado Rafa. Míchel, atento a la conversación, zanjaba el asunto diciéndole a su compañero de Quinta: "Tú haz lo que te salga de la po...". Jornadas después los tres protagonistas demostraron haber encajado con buen humor la emisión de aquellas imágenes. La cámara de Canal Plus les volvió a captar juntos en túnel de vestuarios antes de un partido y Míchel, riéndose, se tapaba la boca con la mano mientras Rocha y Martín Vázquez se tronchaban. Aquello era, desde luego, 'Lo que el ojo no ve'.

Pareja presentadora

Creo que buena parte del éxito de 'El Día Después' también residió en la buena química entre Lewin y Robinson. Había complicidad entre los dos presentadores. Me gustaba muchísimo el tono afable de Lewin, su manera de presentar amena y tranquila. Y el humor de Robinson con su castellano macarrónico que se convirtió en una seña de identidad. Se llegó a decir, no sé hasta qué punto será cierto, que se le pidió que no mejorara su español y que siguiese manteniendo ese acento tan característico y que tanto gustó al gran público. Michael Robinson tenía que hablar como hablaba Michael Robinson. Si no, no sería lo mismo. El dúo estuvo en pantallas a lo largo de las temporadas 1991-92, 1992-93 y 1993-94.

Lamenté muchísimo la marcha de Nacho Lewin. En la temporada 1994-95 el programa pasó a ser presentado por Robinson como conductor principal y Lobo Carrasco haciendo las labores de comentarista que hasta entonces hacía hecho el británico. Aquello no funcionó. La fluidez del castellano de Robinson no terminaba de ser suficiente para llevar las riendas de la presentación. Muy poco después se cambiaron los papeles, Robinson volvía a las tareas de comentarista y Carrasco se encargó de presentar... No era lo mismo. El programa ya no era lo mismo... Desde mi punto de vista Lewin dejó un hueco demasiado grande que no terminó de ser cubierto nunca. El programa seguiría con los años en diferentes plataformas y con diferentes presentadores, secciones y formatos, pero para mí 'El Día Después' siempre será el de aquellos tres años con Nacho Lewin y Michael Robinson. 

El programa arrasó entre los aficionados al fútbol y la popularidad de Michael Robinson se disparó hasta cotas increíbles. Fue todo un fenómeno mediático y siempre he creído que su fichaje por 'El Larguero' fue el impulso definitivo para el programa radiofónico nocturno de la Cadena SER. De hecho, muchos seguidores de 'El Día Después' empezaron a escuchar 'El Larguero' atraídos por el comentarista británico, que incluso llegó a contar con un espacio propio, 'La hora de Robin', en la emisora con la que tanto llegaría a colaborar hasta nuestros días. Publicó el libro 'Las Cosas de Robin' editado por El País-Aguilar en 1996 y colaboró con sus análisis en la obra por fascículos 'Fútbol' de RBA Editores. Pero por si algo le recordamos los jóvenes de los noventa es por ponerle cara al PC Fútbol, el famosísimo videojuego de gestión deportiva que llegó a causar tanto furor como 'El Día Después'. Gustase más o gustase menos, la voz de Michael Robinson ha formado parte del panorama futbolístico español durante los últimos treinta años con las retransmisiones de fútbol. Yo, desde luego, prefiero quedarme con su trabajo en 'Informe Robinson', espacio deportivo de muchísima calidad que nos dejó programas tan buenos y redondos como el dedicado al madridista Juan Gómez 'Juanito' con motivo del 20 aniversario de su desaparición o el más reciente sobre La Quinta del Buitre.

Este martes 28 de abril nos hemos despertado con la noticia del fallecimiento de Michael Robinson. Nos deja a los 61 años víctima de una cruel enfermedad con la que venía luchando desde octubre de 2018. Lamento mucho su muerte y desde aquí quiero enviar mis condolencias a su familia, compañeros y amigos. Descanse en paz.

domingo, 26 de abril de 2020

LA TEMPORADA 2009-10

Diez años de una temporada de transición para el Real Madrid

Recordaba ayer el partido en el que el Raúl González marcaba su último gol como futbolista del Real Madrid, un encuentro en Zaragoza en el que el 7 madridista inauguró el marcador con el que se conoce como "el gol del cojo". No contaba cómo terminó el partido. Los maños igualaron el marcador poco después y sería el brasileño Kaka el encargado de anotar, en el minuto 82, el gol del triunfo del conjunto blanco (de negro aquel día). El Real Madrid sumaba los tres puntos y se ponía con 86 en la tabla, a uno del Barcelona, que era líder. Faltaban cuatro jornadas por disputarse y la lucha por la Liga estaba abierta. No hubo suerte, sin embargo, el Real Madrid concluyó aquella temporada como subcampeón de Liga con 96 puntos, tres menos que el Barcelona, que alcanzó los 99. La temporada 2009-10 concluyó sin títulos y con una sensación de cierta decepción. La vuelta a la presidencia de Florentino Pérez había supuesto el inicio de un nuevo proyecto que trajo grandísimos jugadores al equipo pero el primer curso de aquella nueva etapa acabó en blanco.

El verano de 2009 fue uno de los más ilusionantes que se recuerdan en cuanto a fichajes. Manuel Pellegrini aterrizó en el Bernabéu como nuevo entrenador y junto a él llegaron varios futbolistas de relumbrón entre los que destacaron Cristiano Ronaldo, Kaka y Benzema. Ellos eran los pesos pesados de un grupo de incorporaciones que se completó con las incorporaciones de Xabi Alonso, Arbeloa, Raúl Albiol, Granero y Garay. Ellos eran los encargados de devolver la ilusión a la afición madridista tras el triste ejercicio 2008-09. Y, desde luego, muchísima ilusión se generó. Las presentaciones de los jugadores fueron multitudinarias, llenándose el Bernabéu en el caso de Cristiano. El diario Marca incluso obsequió posters gigantes de los nuevos fichajes. En cierto modo, aquel verano fue muy similar en cuanto a ilusión y grandes fichajes a los de los años 1994 y 1996. Sin embargo, con el paso de los años no se recuerda de la misma forma. El motivo es obvio, en las temporadas 1994-95 y 1996-97 el Real Madrid consiguió adjudicarse los títulos de Liga consiguiéndose así los objetivos marcados a comienzos de campaña. Los grandes fichajes dieron resultado inmediato confirmándose los buenos presagios que se respiraban durante las presentaciones veraniegas. En la temporada 2009-10 los resultados no acompañaron...

La Liga no fue mala. Los 96 puntos que se lograron suponían unos números bastante buenos. El equipo blanco ganó 31 partidos y empató 3 concediendo sólo 4 derrotas. El problema fue que el Barcelona, quizás en uno de sus mejores momentos, ganó el mismo número de encuentros, 31, pero sólo perdió 1, empatando los otros 6. De ahí la distancia de tres puntos sobre el Madrid. Curiosamente, los blancos anotaron más goles, 102 por los 98 del Barcelona. Pero los azulgranas sólo encajaron 24 goles por los 35 de los de Pellegrini. El problema fueron, además, las otras dos competiciones. En Copa del Rey se cayó en dieciseisavos de final con el Alcorcón tras perder en la ida 4-0, un resultado muy duro que dejó a Pellegrini contra las cuerdas ya para casi toda la temporada. No hubo remontada y en el Bernabéu los blancos ganaron por un insuficiente 1-0 que dejaba a los madridistas fuera del torneo a las primeras de cambio. En Champions League las cosas no marcharon mucho mejor y el Real Madrid cayó en octavos frente al Olympique de Lyon, con quien perdió 1-0 a domicilio y empató 1-1 en el Bernabéu. A primeros de marzo, al equipo sólo le quedaba la Liga, por la que peleó hasta el final sin fortuna. Temporada en blanco que supo a muy poco después de todas aquellas incorporaciones que nos habían hecho soñar en el verano de 2009.

sábado, 25 de abril de 2020

RAÚL Y CRISTIANO RONALDO

Diez años del relevo del dorsal número 7 del Real Madrid

Ayer los madridistas recordábamos con nostalgia los diez años transcurridos desde el último partido oficial de Raúl González con el Real Madrid. Del último partido y del último gol oficial de Raúl con el Real Madrid. Fue el 24 de abril de 2010 en La Romareda, precisamente el mismo escenario en el que había debutado en octubre de 1994. Quizás sea una tontería pero me gustan mucho esas casualidades, esa oportuna manera de cerrar el círculo. Debutó en Zaragoza y en Zaragoza jugó su último partido. Con 32 años no era tan mayor, cumplía los 33 en junio, pero llevaba tanto tiempo en el equipo que parecía toda una vida. 16 campañas nada más y nada menos... 

La temporada 2009-10 fue la de la llegada de los tres nuevos grandes cracks con los que el Real Madrid pretendía reverdecer los laureles, sobre todo en Europa, donde llevábamos varios años en los que el cuadro blanco era incapaz de llegar a las rondas avanzadas de la Champions League. Cristiano Ronaldo, Kaka y Benzema llegaron para darle aire fresco a las posiciones de vanguardia del equipo y Raúl perdió el estatus de titular indiscutible. De hecho, en el tramo final de la campaña era habitual del banquillo. En Zaragoza, en la jornada 34, Raúl fue suplente pero una lesión de Rafael Van der Vaart antes del cuarto de hora supondría la entrada al terreno de juego del 7 madridista. Curiosamente el propio Raúl tampoco acabaría el partido. En los primeros compases de la segunda parte el veterano delantero también cayó lesionado del tobillo. Justo antes de ser cambiado, sin embargo, pudo participar en la jugada del primer gol del partido. Disparo de Higuaín que el guardameta Roberto despejó, el rechace cayó a pies de Cristiano Ronaldo que disparó topándose de nuevo el balón con el portero local. El esférico volvió a quedar en los dominios del portugués, escorado junto a la línea de fondo. Cristiano envió un pase al área, donde se incorporaba Raúl para empujar a la red. Sí, Raúl marcó su último gol como madridista estando lesionado. Ese tanto quedó bautizado como "el gol del cojo". La celebración de Raúl y Cristiano Ronaldo juntos nos dejó imágenes de un momento histórico del Club. Tras marcar el 0-1 Raúl abandonó el césped sustituido por Benzema. La lesión no le permitiría volver a jugar con el equipo. Nadie lo sabía en aquellos momentos pero la temporada se había terminado para Raúl, que ya no volvería a vestir la elástica blanca en competición oficial.

Las fotos de la celebración de aquel gol no podían ser más simbólicas. Raúl marcó su último gol oficial como madridista a pase de Cristiano Ronaldo, que lució el dorsal 9 durante aquella temporada 2009-10 respetando la jerarquía de un mito del madridismo como Raúl. Me gustó mucho que llegaran a coincidir juntas en el mismo vestuario dos Leyendas del Club como ellos. En la siguiente campaña, 2010-11, con la marcha de Raúl el dorsal 7 pasó a la espalda de Cristiano Ronaldo y CR7 seguiría haciendo Historia honrando la mística de ese dorsal tan especial para el Real Madrid. Si los números de Raúl habían sido históricos llegando a ser el máximo realizador del Club con 323 goles, Cristiano se encargó de pulverizar todas las marcas de la entidad hasta alcanzar los 451 goles.

domingo, 19 de abril de 2020

ADIÓS A AURELIO CAMPA

Jugador del Real Madrid durante las temporadas 1953-54 y 1954-55

Este 19 de abril hemos conocido la noticia de la muerte de Aurelio Campa, jugador que vistió los colores del Real Madrid durante las temporadas 1953-54 y 1954-55. Campa nos ha dejado a los 86 años de edad. El Club ha emitido un comunicado oficial a través de su página web lamentando el fallecimiento del ex futbolista y la Asociación de Veteranos del Real Madrid también ha mostrado sus condolencias.

Aurelio Campa Serrano nació en Madrid el 10 de mayo de 1933. Inició su carrera deportiva en el Betis cedido precisamente por el Real Madrid, club en el que se formó como jugador. Recaló en el equipo verdiblanco en febrero de 1953 para disputar lo que restaba de la temporada 1952-53. Regresaría al Club blanco, con cuya primera plantilla se estrenó en la temporada 1953-54, la primera de Di Stéfano en el Real Madrid. Ese equipo conquistaría el título de Liga que se resistía desde la campaña 1932-33. A sus 20 años el joven Campa, que ejercía de defensa central, contribuyó a la consecución del campeonato participando en dos encuentros. Debutó en Primera División en enero de 1954 en un partido disputado en Pamplona frente a Osasuna que concluyó con empate a uno. Era la jornada 16. Una semana más tarde jugaría en Chamartín frente al Athletic Club. Ese ejercicio también llegó a jugar la vuelta de las semifinales de Copa frente al Barcelona. En la siguiente temporada, 1954-55, el técnico uruguayo Enrique Fernández alineó a Campa en dos partidos de Liga, en la tercera jornada frente a Las Palmas con resultado favorable al Madrid por 7-0 y en la cuarta en Alicante frente al Hércules con empate 1-1 en el marcador final. No volvería a jugar en competición oficial con el cuadro madridista. En total, Aurelio Campa disputó 5 partidos oficiales con la camiseta blanca, 4 de Liga y 1 de Copa. Su paso por el primer equipo blanco se saldó con un palmarés de 2 Ligas y una Copa Latina.

Con 22 años, y tras dejar el Real Madrid, Campa recaló en Segunda División para vestir la camiseta del Badajoz, equipo con el que fue titular indiscutible a lo largo de toda la temporada 1955-56. Sólo se perdió un partido de Liga, disputando un total de 29 encuentros. En la recta final de aquella misma campaña recaló en Las Palmas para disputar la competición de Copa, jugando dos encuentros frente al Atlético de Madrid. La temporada 1956-57 la arranca también con la Unión Deportiva en Primera División, pero la falta de oportunidades le hace volver a Segunda con el Granada, equipo que ascendería ese ejercicio al concluir como Campeón de Liga de la división de plata. En la temporada 1957-58 vuelve de nuevo a jugar en Las Palmas y allí pasaría cuatro campañas, las tres primeras en la máxima categoría y la última, 1960-61, en Segunda División.

Desde 'Historias del Real Madrid' quiero expresar mi más sentido pésame a toda su familia, amigos y compañeros. Sirvan estas pocas líneas a modo de particular homenaje. Descanse en paz, Aurelio Campa Serrano.

EL TACONAZO DE FERNANDO REDONDO

Se cumplen 20 años del triunfo del Real Madrid en Manchester camino de La Octava

La portada de hoy del Diario As es preciosa. Fernando Redondo y el taconazo de la famosa jugada del argentino que concluyó con el gol de Raúl. Todo un acierto del rotativo, que ha sido muy oportuno a la hora de ofrecer una entrevista con el extraordinario centrocampista. Además de repasar su trayectoria en el Real Madrid el ex futbolista relata sus recuerdos de aquella excepcional jugada que ya es parte de la Historia del Real Madrid y del fútbol. "Veinte años no es nada", titula As en su primera página. Y es que, efectivamente, hoy se cumplen dos décadas de aquel partido que tan buenos recuerdos dejó.

Fue el miércoles 19 de abril de 2000, en plena Semana Santa. Tal día como hoy de hace 20 años. En cuartos de final de la Champions League el Real Madrid se medía al Manchester United de Ferguson, vigente campeón de la competición, un equipo con futbolistas de la talla de David Beckham, Ryan Giggs, Roy Keane, Andy Cole... La ida se había jugado en el Santiago Bernabéu y concluyó con empate a cero. Recuerdo que el resultado me pareció bastante bueno, el Campeón de Europa no había conseguido marcar gol y el no encajar en casa era una buena noticia de cara a la vuelta. Eso sí, en cualquier caso, para superar la eliminatoria había que obtener un resultado favorable en Manchester. Cualquier empate con goles nos valía. O ganar... El problema era que los 'diablos rojos' llevaban más de un año sin perder en Old Trafford. Pero ganamos. El Madrid, de negro aquella tarde noche, ganó el partido realizando una actuación portentosa. A los veinte minutos una acción entre Morientes y Salgado concluyó con el lateral derecho enviando un pase al área que Keane introdujo en su propia portería. Valía igual. 0-1 para el Real Madrid, lo cual suponía que ya no habría prórroga y que los locales necesitaban dos goles. El panorama mejoró todavía más en los primeros compases de la reanudación con el segundo tanto de los de Vicente Del Bosque. Steve McManaman condujo una contra y envió a Raúl por banda derecha. El 7 madridista avanzó escorándose un poco hacia el centro y, nada más pisar área, realizó un buen disparo con la zurda que con un ligero efecto salvó la estirada del cancerbero Van der Gouw. Golazo del Real Madrid y 0-2.

Tres minutos después llegó la memorable acción de Fernando Redondo. El capitán, por banda izquierda, trataba de avanzar contabilizándose hasta tres futbolistas locales en sus inmediaciones. El noruego Henning Berg era quien estaba casi encima presionándole y el argentino avanzaba quedándose cada vez con menos campo por delante y con la línea de fondo cada vez más cerca. Qué se le pasaría a Redondo por la cabeza para hacer lo que hizo... Una pura genialidad. De tacón, consiguió sacar el balón hacia la derecha haciéndole un caño entre las piernas a Berg, que no sabía ni lo que le acaba de hacer el madridista. Redondo quedó solo por línea de fondo y acertó a divisar la incorporación de Raúl, que llegaba solo y desde dentro del área sólo tuvo que empujarla a placer. 0-3 para el Real Madrid que estaba dando a domicilio todo un repaso a su rival. Cuatro goles necesitaba el Manchester United para superar una eliminatoria que el Madrid tenía más que encarrilada. David Beckham, con un fortísimo tiro, redujo distancias y casi al final Scholes fusiló de penalti a la escuadra para dejar el resultado final en un 2-3 favorable para el Real Madrid, que dejaba en la cuneta al Campeón y se metía en semifinales. Fue una noche maravillosa. Pero si quedó algo grabado en las retinas fue el taconazo de Fernando Redondo. Es lo primero que recuerdo todo el mundo de aquella noche, la genialidad de Fernando Redondo en esa jugada increíble que hemos visto tantas y tantas veces y que no nos cansamos de volver a ver.

De casi todos los jugadores de fútbol recordamos alguna acción o jugada emblemática. En el caso de los delanteros y de los jugadores ofensivos casi siempre suele ser un gol. De Raúl, por ejemplo, recordamos el 'Aguanís' de la Intercontinental de 1998, de Anelka el cabezazo de Múnich, de Zidane la volea de Glasgow... En algunas ocasiones, la trascendencia del gol permite entrar en la Historia, como le sucedió a Mijatovic con el gol de La Séptima. En otras ocasiones, la belleza del gol es suficiente para quedarse en la memoria colectiva de los aficionados, como pasó con las chilenas de Hugo Sánchez frente al Logroñés o Cristiano Ronaldo ante la Juventus. La espectacularidad de los disparos lejanos nos permite traer a la memoria a Santi Aragón en la Supercopa de 1990, a Hagi y su diana frente a Osasuna en 1992 o a Seedorf y su trallazo en el derbi frente al Atlético. A veces, la espectacularidad llega en la propia jugada del gol, como fue el caso de Bale en su carrera por banda durante la Final de Copa de 2014 o de Butragueño con aquel tanto frente al Cádiz sorteando rivales y haciendo regates imposibles. Para los jugadores que ocupan posiciones más retrasadas en el campo aumentan las dificultades para hacer gol pero, de todas formas, algunos defensas han conseguido dianas por las que siempre se les recuerda, como es el caso de Goyo Benito y su cabezazo frente al Oporto o de Mikel Lasa y su impresionante disparo desde 58 metros. A los porteros se les recuerda generalmente por partidos determinados, como le sucedió a García Remón en aquel encuentro en Odessa en el que se ganó su felino apelativo o a Paco Buyo con su actuación en Turín frente a la Juve en la Copa de Europa de la temporada 1986-87. De Zamora tenemos siempre en la cabeza esa postrera parada en la Final de Copa de 1936. A Iker Casillas sí que se le recuerda una parada concreta, la que le hizo al sevillista Perotti en el Sánchez Pizjuan. 

Cuando no hay goles de por medio resulta más complicado protagonizar acciones por las que ser recordados. Pero también hay casos... De Chendo siempre se recuerda el caño a Maradona, de Paco Llorente sus regates en Oporto en aquella misma Copa de Europa de la temporada 1987-88... A Di María le recordamos dejando sentado a Puyol en aquel duelo con el Barcelona. De Benzema recordaremos en el futuro aquel maravilloso regate por línea de fondo en el Calderón marchándose de tres defensores... Y hablando de Benzema, cómo olvidarnos de la genialidad de Guti en Riazor con aquel pase de tacón... Con un taconazo recordamos a Guti y con otro taconazo recordamos a Redondo.

Fernando Carlos Redondo marcó pocos goles con el Real Madrid. Con la camiseta blanca anotó concretamente 5. Era un jugador con una calidad técnica exquisita pero no le vimos prodigarse mucho en ataque. De hecho, el mejor gol que le recuerdo no lo hizo con la elástica merengue sino con la del Tenerife, con aquel formidable disparo en San Mamés en la temporada 1992-93. En realidad, no era su cometido sobre el césped. Elegancia a raudales, Redondo era un mediocentro que dirigía con maestría y que sujetaba él solo el centro del campo del equipo. Con clase y pundonor se ganaba el aprecio y la admiración de todos los aficionados ofreciendo actuaciones sobresalientes como la de la noche de Dortmund en 1998, camino de La Séptima, o el encuentro de París para ganar La Octava en el año 2000. Y camino de aquella Final nos regaló esa obra de arte que firmó en Manchester tal día como hoy de hace 20 años.

MANCHESTER UNITED: Van der Gouw, Gary Neville, Stam, Berg (Sheringham, 62'), Irwin (Silvestre, 45'), Beckham, Scholes, Keane, Giggs, Cole (Solsjkaer, 62') y Yorke.

REAL MADRID CF: Iker Casillas, Michel Salgado, Iván Campo, Karanka, Roberto Carlos, McManaman (Julio Cesar, 90'), Redondo, Helguera, Savio (Geremi, 64'), Raúl y Morientes (Anelka, 73').

GOLES
0-1 min. 20 Keane (p.p.)
0-2 min. 50 Raúl
0-3 min. 53 Raúl
1-3 min. 65 Beckham
2-3 min. 89 Scholes (penalti) 

miércoles, 15 de abril de 2020

CAMPEONES DE LIGA 1989-90

Se cumplen 30 años de la consecución de la quinta Liga consecutiva del Real Madrid de la Quinta del Buitre

Los titulares fueron poco originales pero obligatorios. "La Quinta Liga del Buitre", señaló en su portada Don Balón. "La Quinta de la Quinta", señalaría en la suya la Revista Real Madrid. El 15 de abril de 1990, tal día como hoy de hace 30 años, el Madrid de Butragueño, Míchel, Sanchís y Martín Vázquez certificaba la consecución de su quinta Liga seguida. Junto a ellos Hugo Sánchez, Gordillo, Chendo, Solana y Agustín también completaban el ciclo de ese lustro en el que se ganó una y otra vez el campeonato nacional de la regularidad.

Fue en un partido disputado en Valladolid que finalizó, curiosamente, con empate a cero. Toda una ironía tratándose de un equipo que se pasó aquella temporada masacrando a sus rivales y cosechando goleadas a su favor. Los de John Toshack finalizarían la campaña con la marca de los 107 goles, el récord que seguiría vigente hasta que el propio Real Madrid lo superase en la temporada 2011-12. Pero aquel domingo el encuentro disputado en el José Zorrilla concluyó sin goles. El equipo blanco, aquella tarde de azul, salió con el once de gala de aquella temporada, el que los aficionados recordamos de carrerilla: Buyo, Chendo, Sanchís, Hierro, Ruggeri, Gordillo, Míchel, Schuster, Martín Vázquez, Butragueño y Hugo Sánchez. Hacía falta sumar un punto y un punto se sumó para cantar el alirón. De aquel título de Liga de la temporada 1989-90 siempre se suele recordar que se celebró de manera un tanto austera, sin mucho ruido. En la última jornada sí que se montaría una buena fiesta en el Santiago Bernabéu, pero en Valladolid los futbolistas no fueron muy efusivos, lo que sorprendió un poco a los nuevos como Fernando Hierro o Ruggeri. Era la jornada 34 y todavía faltaban cuatro encuentros para cerrar la temporada oficial del equipo.

Aunque en aquellos momentos parecía que lo de ganar la Liga se había convertido en una rutina que no tenía valor el Real Madrid estaba firmando una de sus mejores etapas. No se ganó la Copa de Europa, cierto, pero aquel lustro de la Quinta del Buitre sí que tenía valor. Y creo que en la actualidad, con la perspectiva, es cuando podemos darnos cuenta del mérito de aquel equipo que jugaba tan bien y que consiguió algo que no se ha vuelto a repetir. Han pasado 30 años, tres décadas completas, y ningún equipo ha vuelto a enlazar cinco Ligas consecutivas, algo que sólo ha conseguido el Real Madrid entre las temporadas 1960-61/1964-65 y 1985-86/1989-90. Desde entonces sólo hemos ganado 8 Ligas y sólo hemos podido encadenar dos de ellas seguidas, las correspondientes a las temporadas 2006-07/2007-08. Ahora que nos cuesta tanto ganar Ligas es de justicia valorar lo que consiguió aquel Real Madrid que dejó tan buen recuerdo a los aficionados en lo futbolístico y que nos hizo disfrutar tanto. La obsesión por la Copa de Europa es lo que perjudicó la imagen del equipo por aquella época, pero no hay que olvidar que se ganaron dos Copas de la UEFA y que se jugaron tres semifinales consecutivas de Copa de Europa. Estuvo tan cerca... Una lástima que no se pudiese poner la guinda de la 'Orejona' a una etapa muy fructífera en cuanto a títulos, sobre todo nacionales. En cualquier caso, la Quinta del Buitre conquistó su quinta Liga y también hizo Historia.

lunes, 13 de abril de 2020

LA OCTAVA COPA DE EUROPA DE BALONCESTO

Se cumplen 25 años de la Final de Zaragoza ante Olympiacos

El 13 de abril de 1995, Jueves Santo para más señas, el Real Madrid se proclamó Campeón de Europa de basket. Como suelo decir, La Octava de baloncesto llegó tres años antes de La Séptima de fútbol. Para mí fue la primera Copa de Europa que le veía ganar al Club. Había visto las dos Copas de la UEFA así como la Copa Korac de la temporada 1987-88 y las Recopas 1988-89 y 1991-92, con aquella canasta postrera de Rickey Brown, pero no había visto ganar el máximo trofeo continental en ninguno de los dos deportes. La Sección de Baloncesto llevaba 15 años esperando la Copa de Europa, desde la Final de Berlín frente al Maccabi de 1980. Teníamos, además, muy cerca la tremenda desilusión de 1993. El Real Madrid de la temporada 1992-93 había dado un gran salto con la incorporación de Arvydas Sabonis y los de Clifford Luyk consiguieron hacer el doblete de Liga y Copa del Rey. El equipo se clasificó para la Final Four de El Pireo junto al PAOK, Benetton Treviso y Limoges. Los franceses fueron nuestro rival en un partido diputado un 13 de abril, tal día como hoy, que concluyó con victoria de los galos. Fue un golpe muy duro porque las esperanzas estaban por todo lo alto con nuestro equipo, que después incluso perdió el partido por el tercer puesto frente a los griegos. El título se lo llevaría el Limoges, que se impuso al Benetton Treviso.

En la temporada 1994-95 el Real Madrid estuvo dirigido por Zeljko Obradovic, joven técnico que se había retirado como jugador en 1991 y que con sólo 34 años había ganado la Liga Europea con el Partizan de Belgrado en la temporada 1991-92 y con el Joventut de Badalona en la campaña anterior, 1993-94. Al hacerse con sus servicios el Real Madrid tenía muy claro cuál era el objetivo. La Copa de Europa. El equipo, con Sabonis y Joe Arlauckas como principales estrellas, no tuvo su mejor campaña en el ámbito doméstico cayendo en las semifinales del playoff de la Liga ACB y en las semifinales de la Copa del Rey. Pero en Europa las cosas marcharon muchísimo mejor. Los blancos superaron en cuartos de final a la Cibona de Zagreb, a quien vencieron a domicilio 78-82 y en el Palacio de los Deportes por 82-70 en un encuentro que dejó un gran recuerdo entre los aficionados. El Real Madrid estaba en la Final Four, que además ese año se disputaría en 'casa', concretamente en Zaragoza, entre los días 11 y 13 de abril de 1995. El destino quiso que nuestro rival en semifinales fuese, precisamente, el Limoges, nuestro verdugo de 1993. En nuestra plantilla todavía quedaban integrantes de aquella dolorosa semifinal que pudieron desquitarse y el Madrid venció a los franceses con un marcador de 49-62 favorable a los nuestros y habiendo protagonizado un gran partido en el que superó con claridad el entramado defensivo de los de Bozidar Maljkovic. El Madrid estaba en la Final y el rival sería el Olympiacos, que superó 58-52 en la otra semifinal a los también griegos del Panathinaikos.

La Final

El partido decisivo se disputó dos días después, 13 de abril de 1995. En el duelo por el tercer y cuarto puesto el Panathinaikos doblegó 91-77 al Limoges y se llevó la 'medalla de bronce'. Pero lo que importaba era el encuentro por el título. El partido, retransmitido en directo por La 2 de TVE, nos tuvo en vilo a todos los madridistas, pegados a la gran pantalla ante la posibilidad de ver a los nuestros coronándose como campeones. El Real Madrid empezó muy bien el partido escapándose relativamente pronto en el marcador para manejar después con cabeza la ventaja. Santos se encargó del norteamericano Eddie Johnson, la estrella del equipo griego, y los blancos se movieron al son de Sabonis y Joe Arlauckas. Al descanso el equipo ganaba de 10, 38-28. Todo el equipo sumó y aportó, permitiendo a Obradovic manejar con criterio la presencia de Sabonis en la cancha a partir de su tercera falta. Antonio Martín cumplía en su lugar, José Miguel Antúnez dirigía con acierto y acabaría anotando 12 puntos, García Coll se encargaba de anular a Giorgos Sigalas, Ismael Santos aportaba estabilidad a los nuestros, José Lasa también tuvo minutos... Minutos que corrían a favor de los madridistas, que llegaron al tramo final con una ventaja que no podía escaparse. El Club llevaba mucho tiempo esperando aquello y los esfuerzos postreros de los jugadores de Iannis Ioannidis no dieron fruto... Inolvidable aquella última canasta de Pep Cargol colgándose del aro y levantando los brazos en señal de triunfo. Rabia y alegría. 73-61. "Por fin, ya está", señaló Sabonis al micrófono de TVE nada más concluir el choque. Se había conseguido. El Real Madrid, Campeón de Europa. "Es el 14 mejor día de la Historia del Real Madrid. Ocho copas de baloncesto y 6 de fútbol. 14 Copas de Europa", decía el presidente Ramón Mendoza.

En el momento de la victoria resultó muy emotivo acordarse de una persona que ya no estaba con nosotros, del verdadero artífice de aquel logro. "Este trofeo lo hemos ganado para Mariano Jaquotot y para su familia, hombre que toda la vida quería esto y que ha hecho un gran proyecto... Era un hombre impresionante, una excelente persona", señalaba Zeljko Obradovic al periodista de TVE Nacho Calvo. Jaquotot había fallecido meses antes, el 15 de agosto de 1994, víctima de una cruel enfermedad. Su último servicio al Club había sido el de contratar a Obradovic para dirigir al equipo y tratar de ganar una Copa de Europa que desgraciadamente no pudo disfrutar en vida. Todos los integrantes del equipo se acordaron de él aquella noche.

Chechu Biriukov, capitán del equipo, recibió el trofeo. Un trofeo, dicho sea de paso, que no hacía justicia al título conquistado. Aquella escuálida figura de un jugador saltando con el balón siempre me pareció más propia de un torneo de mus que de una Copa de Europa. Con lo bonitos que eran aquellos trofeos que se ganaron en los sesenta y setenta y que tan bien lucían en las vitrinas del Club... No, el de 1995 no fue el trofeo más bonito que hemos visto, pero lo realmente importante era lo que significaba, lo que representaba. La Copa de Europa. Aquel título fue muy especial para una generación de jugadores. El propio Biriukov, por ejemplo, que no llegó a disputar ningún minuto de la Final, pudo retirarse levantando el máximo título del baloncesto continental. Casi todas las grandes leyendas que han pasado por la Sección de Baloncesto del Real Madrid pueden presumir de haber ganado alguna Copa de Europa. Biriukov, por ejemplo, jugó con algunos de ellos: Rullán, Corbalán, Iturriaga, Romay... Pero él no la tenía, Josechu fue víctima de esa larga travesía por el desierto que duró quince años. Era de justicia que una leyenda como él se pudiera marchar con su Liga Europea debajo del brazo. Lo mismo sucedía con el mismísimo Sabonis, que "por fin" lograba ganar la Copa de Europa y lo hacía en su última campaña en España antes de marcharse a la NBA. También era de justicia que un 'monstruo' de su calibre pudiera irse a hacer las Américas con la satisfacción de haber ganado ese título. Aquella Final de Zaragoza permitió sumar una Copa de Europa a jugadores que pasaron bastantes temporadas en el Club y a los que también les tocó vivir otros sinsabores. Los Antonio Martín, Antúnez, Cargol, Santos... Todos pusieron su granito de arena, los que jugaron más y los que jugaron menos.

Lo habían conseguido. Nuestro equipo estaba en lo más alto y seguía liderando el palmarés de la competición. "Madrid VIII. Rey de Europa", tituló el diario Marca en su portada del día siguiente. Con qué orgullo fui a comprar el periódico... No me lo podía creer. No se me olvidará nunca la alegría que sentí aquella noche viendo ganar aquel título. Por aquellos tiempos estaba convencido de que no vería ganar nunca una Copa de Europa a nuestro equipo de fútbol y trataba de imaginarme cómo sería ganar una Champions League. Parecía algo imposible... Precisamente por eso le di tanto valor a lo que acaba de conseguir nuestra Sección de Baloncesto. Gracias a ellos había podido sentir la enorme satisfacción de ver al Real Madrid proclamado como Campeón de Europa.

lunes, 6 de abril de 2020

ADIÓS A RADOMIR ANTIC

El técnico serbio dirigió al Real Madrid desde marzo de 1991 hasta enero de 1992

Este 6 de abril ha fallecido Radomir Antic, entrenador de dilatada trayectoria en los banquillos del fútbol español. El técnico serbio nos deja a los 71 años tras una larga enfermedad contra la que venía luchando durante los últimos meses. De nuevo una triste noticia relacionada con una personalidad con pasado vinculado al Real Madrid tras las recientes pérdidas del ex presidente Lorenzo Sanz y del legendario defensa Goyo Benito. Antic dirigió al equipo blanco en el tramo final de la temporada 1990-91 y permaneció en el banquillo madridista hasta su cese, al término de la primera vuelta de la Liga 1991-92. Después ejerció de manager general hasta la conclusión de aquella campaña. Se trata del único entrenador que ha trabajado en el Real Madrid, Atlético de Madrid y Barcelona.

Radomir Antic nació en la localidad de Zitiste, Serbia, el 22 de noviembre de 1948. Jugó en Yugoslavia y fue Campeón de Liga con el Partizan de Belgrado en la temporada 1975-76. Continuó su carrera como futbolista en Turquía, donde también se adjudicó un campeonato de la regularidad vistiendo la camiseta del Fenerbahçe, antes de realizar su primera escala en España. Antic, que ejercía como defensa, fichó por el Real Zaragoza jugando con el equipo aragonés las temporadas 1978-79 y 1979-80. En 1980 dio el salto al fútbol británico al comprometerse con el Luton Town, con el que se retiraría cuatro campañas más tarde, en 1984. Su trayectoria como entrenador arrancó en la temporada 1985-86 en el Partizan de Belgrado. Después de tres ejercicios con el cuadro de la capital yugoslava regresó a España para ponerse al frente del Real Zaragoza durante las temporadas 1988-89 y 1989-90, donde tuvo de segundo a Víctor Fernández. En el primero de esos dos ejercicios consiguió clasificar a los suyos para la Copa de la UEFA.

A finales de marzo de 1991 el Real Madrid llamó a su puerta para tratar de reconducir la situación de un equipo que no pasaba por su mejor momento. Tras cinco años de éxitos el conjunto blanco se encontraba eliminado de la Copa del Rey y de la Copa de Europa, lejos de la cabeza de la Liga y con temores de quedarse fuera de los puestos europeos. Radomir Antic llegó con la misión de tratar de clasificar al Real Madrid para la Copa de la UEFA y se sentó en un banquillo por el que ya habían desfilado esa misma temporada John Toshack y Alfredo Di Stéfano. Con el nuevo entrenador el Real Madrid perdió sus dos primeros encuentros de Liga, pero después encadenó una racha de nueve partidos seguidos puntuando, ocho de ellos con triunfo. Antic cumplió con el objetivo marcado y lo hizo, además, muy bien. El equipo acabó el campeonato en un digno tercer puesto, lo cual tenía su mérito teniendo en cuenta la mala trayectoria que llegó a llevar. Ramón Mendoza, que acababa de renovar su mandato en las elecciones presidenciales del Club, había sondeado al italiano Arrigo Sacchi y había llegado a un acuerdo con el colombiano Pacho Maturana para dirigir al equipo blanco en la siguiente campaña. El problema era que Antic lo había hecho muy bien y contaba con el respaldo del vestuario, se había ganado a los jugadores. Se le ofreció la posibilidad de incorporarse al organigrama técnico del Club pero el míster lo que quería era seguir entrenando, iniciar una campaña desde el principio. Finalmente fue ratificado en el cargo y Radomir Antic empezó la temporada 1991-92 como entrenador del Real Madrid. No la terminó. Pese a la buena clasificación del conjunto blanco, con el que lograría el título honorífico de 'Campeón de Invierno', fue cesado el lunes 27 de enero de 1992 siendo el Real Madrid líder.

Su siguiente trabajo como entrenador llegó en febrero de 1993 al ser contratado por el Oviedo. Con los asturianos concluyó aquella temporada 1992-93 y dirigió a los carbayones dos campañas más, 1993-94 y 1994-95. Después regresaría a la capital para dirigir al Atlético de Madrid en la que sería su etapa más exitosa. Con el conjunto colchonero haría historia al conseguir el doblete de Liga y Copa del Rey de la temporada 1995-96. Dirigiría a los rojiblancos dos ejercicios más, 1996-97 y 1997-98. En la temporada 1998-99 fue requerido de nuevo por el Atlético para la recta final de una campaña en la que ni Arrigo Sacchi ni Carlos Sánchez Aguiar dieron con la tecla. Se repitió el guion en la temporada 1999-00 en la que, de nuevo, el serbio fue reclutado para sustituir al inquilino del banquillo del Vicente Calderón, en aquella ocasión Claudio Ranieri. Sin embargo, aquel último episodio de Antic con los rojiblancos no concluyó bien al consumarse el descenso a Segunda División del Atlético de Madrid. En la temporada 2000-01 volvió a entrenar al Oviedo y en el tramo final de la 2002-03 dirigió al Barcelona alcanzando el honor de ser el primer preparador, y único hasta el momento, que ha pasado por los denominados tres grandes del balompié español. Su última experiencia en los banquillos de nuestro país data de la temporada 2003-04, cuando dirigió por un breve periodo al Celta de Vigo. Posteriormente, Radomir Antic sería seleccionador de Serbia entre 2008 y 2010, dirigiendo a la escuadra de su país en el Mundial de Sudáfrica 2010. Sus últimos trabajos como técnico le llevaron al fútbol chino en 2013 y 2015.

En la memoria

Al margen de sus obligaciones como entrenador, Antic también será recordado por su papel de comentarista en medios de comunicación y emisoras de radio con su tan particular modo de hablar. Sé que muchos madridistas no le tenían aprecio precisamente por esa faceta suya de comentarista. Cada cual puede tener sus opiniones. En cualquier caso considero justo reconocer su buen hacer como entrenador del Real Madrid. Creo, sinceramente, que lo hizo muy bien y que mereció, por lo menos, haber terminado lo que empezó. Se lo había ganado.

Radomir Antic llegó al Real Madrid en un momento complicadísimo y cumplió con creces. Inició un nuevo proyecto, el de la temporada 1991-92, que empezó con grandes resultados pero que no pudo terminar por razones absurdas. No entendí aquello. No entendí aquel absurdo cese del 27 de enero de 1992, a mitad de temporada, justificando aquel despropósito con el argumento de que el equipo no daba "espectáculo". Absurdo, se mire por donde se mire. Antic sufrió una campaña de críticas durísimas por parte de la prensa, especialmente de un sector muy concreto, y Ramón Mendoza terminó cediendo a la presión mediática. Aquello no fue justo y fue un tremendo error. 38 encuentros oficiales dirigió Radomir Antic al Real Madrid en los diez meses que permaneció en el Club, entre marzo de 1991 y enero de 1992. El balance fue de 27 triunfos, 5 empates y 6 derrotas. En lo que a la Liga se refiere, fueron 22 victorias, 4 empates y 4 derrotas. Si analizamos sus números en la temporada 1991-92 los datos son abrumadores: 14 victorias, 3 tablas y sólo 2 derrotas en 19 partidos. En el momento de la destitución de Antic el Real Madrid optaba a todos los títulos. El Madrid era líder y aquel cambio de entrenador no benefició absolutamente en nada al equipo, que terminó perdiendo la Liga en aquella nefasta última jornada de Tenerife y que cerró la campaña sin títulos. Y todo porque, según los 'entendidos', el equipo no jugaba bien. No jugaba bonito. No daba "espectáculo"...

Muchísimas veces he pensado en cómo hubiera acabado la temporada 1991-92 si Radomir Antic no hubiese sido destituído. ¿Qué hubiera pasado? Es imposible saberlo... Pero yo sigo convencido de que aquella Liga se hubiese ganado. Creo, de verdad, que con Antic se hubiese ganado la Liga y que no hubiese sido nada descabellado pensar en la Copa de la UEFA. Sinceramente pienso que había muy buen equipo con una columna de jugadores como Buyo, Rocha, Hierro y Hagi que se encontraban en su mejor momento, con los integrantes de la Quinta del Buitre sin llegar a la treintena y con mucho que decir todavía, con jóvenes muy prometedores como Alfonso y Luis Enrique, con los Chendo, Milla, Lasa y compañía cumpliendo en sus diferentes cometidos... Futbolistas que rindieron a gran nivel sobre todo con Antic, que supo resucitar al vestuario desde su llegada al Club recuperando la mejor versión de muchos de ellos o incluso descubriendo lo que nadie sabía, como por ejemplo que Hierro podía ser un centrocampista con una capacidad ofensiva descomunal. El técnico serbio fue el que se 'inventó' aquello de adelantar a un Fernando Hierro que se hartó de marcar goles y que incluso llegó a pelear por el 'Pichichi' luciendo en algún partido el número 9 a la espalda. Con Antic pudimos ver por fin el gran jugadorazo que era Hagi o lo acertado que fue el fichaje de Ricardo Rocha. Antic se ganó además el afecto de sus pupilos, que tampoco entendieron las razones de su cese y que le respaldaron públicamente tras conocerse aquella absurda decisión.

De lo que no hay duda es que Antic dejó huella entre los jugadores que tuvo a sus órdenes. Varios de ellos no han tardado en hacer públicas sus condolencias tras conocerse la triste noticia. "Lamento mucho la muerte de Radomir Antic, que fue mi entrenador en el Real Madrid. Mis más sinceros sentimientos a su familia y amigos. Que Dios lo tenga en buen lugar", escribe Ricardo Rocha en su cuenta de Twitter. Literalmente "devastado" se manifiesta Míchel. "Grande en todos los sentidos de su vida y jamás te estaré lo suficientemente agradecido. Sé que lo sabías pero no está de más que te lo lleves para siempre. Eras un padre que el fútbol me puso en la vida. Mis abrazos de amor a mi otra familia y en especial a nuestra Vera", publica el ex centrocampista. "Esta tarde nos ha dejado un genio de los banquillos y un gran hombre", asegura Paco Buyo en su cuenta. "Día muy triste para el fútbol. Se va una gran persona de la que tuve placer de disfrutar como entrenador. Toda mi fuerza y apoyo para su familia. Descansa en paz, Radomir", expresa Luis Milla. "Llegaste para hacernos resurgir y lo conseguiste, luego no pudiste acabar tu proyecto pero si lograr nuestro respeto y afecto. Radomir Antic, por la persona y por el hombre de fútbol. DEP", indica Manolo Sanchís. La cuenta oficial de los Veteranos del Real Madrid también lamenta el fallecimiento del ex entrenador y el Club ha emitido un comunicado oficial en el que expresa sus condolencias a familiares y amigos, "condolencias que se hacen también extensivas a toda la familia madridista y a los clubes a los que representó durante toda su trayectoria deportiva como jugador y como entrenador".

Desde 'Historias del Real Madrid' también quiero expresar mi más sentido pésame a toda su familia, allegados y compañeros. Sirvan estas pocas líneas a modo de particular homenaje y recuerdo. Descanse en paz, Radomir Antic.

jueves, 2 de abril de 2020

ADIÓS A GOYO BENITO

Leyenda del Real Madrid con la Laureada, ejerció de defensa entre los años 1969 y 1982

Este 2 de abril ha fallecido a los 73 años de edad Gregorio Benito, legendario defensa del Real Madrid entre las temporadas 1969-70 y 1981-82. Nos deja otra leyenda del Club blanco y lo hace, además, en una fecha muy especial para los madridistas, el mismo día en el que se recuerda la muerte de su gran amigo Juan Gómez 'Juanito'. Tras padecer una larga enfermedad los acontecimientos sanitarios de los últimos días han precipitado el fatal desenlace poniendo punto y final a la vida de un deportista muy querido por el gran público blanco. El Real Madrid, a través de sus canales de comunicación, así como ex jugadores y compañeros han publicado por redes sociales mensajes de condolencia.

Gregorio Benito Rubio nació en la localidad de Puente del Arzobispo, Toledo, el 21 de octubre de 1946. Desde muy joven destacó en la práctica deportiva e hizo sus pinitos en el atletismo llegando a proclamarse campeón nacional de jabalina a nivel escolar. Sus comienzos en el mundo del balompié se remontaban a sus años en el equipo del colegio, previos a ingresar en las categorías inferiores del Real Madrid. "Yo estudiaba en los Salesianos de Atocha y jugaba en el equipo de fútbol. Un día nos enfrentamos a los juveniles B del Real e hice un buen marcaje a su delantero centro, se llamaba Aparicio y luego sería un gran jugador. A partir de entonces me ficharon para el equipo juvenil del Madrid", recordaba el propio Benito en un reportaje sobre su figura publicado en la obra 'Historia Viva del Real Madrid' de ABC. Como juvenil alcanza la internacionalidad y posteriormente pasaría por el equipo Amateur. A los 19 años debuta en Segunda División con el Rayo Vallecano en la temporada 1966-67, en calidad de cedido. Con los franjirrojos también disputaría la campaña 1967-68. El servicio militar, en Sidi Ifni, le impidió jugar en la temporada 1968-69. Después, iniciaría una próspera y fructífera carrera en el primer equipo del Real Madrid.

Años de blanco

Benito formó parte de la primera plantilla madridista de la temporada 1969-70. Debutó en partido oficial a finales de septiembre de 1969 en partido de Copa de Europa frente al Olympiakos de Nicosia con victoria blanca por 6-1. Su primer partido de Liga lo jugó el 26 de octubre de 1969 en San Sebastián con victoria 1-2 frente a la Real Sociedad. Esa campaña disputaría 31 partidos oficiales, 20 de Liga, 8 de Copa y 3 de Copa de Europa. Convenció a Miguel Muñoz y se integró en un vestuario en el que brillaban los componentes del Real Madrid de los Ye-yé y en el que todavía estaba una leyenda del calibre de Paco Gento. Esa campaña se culminó con el título de Copa tras vencer en la Final al Valencia por 3-1 con Benito de titular.

Gregorio Benito triunfó y se consolidó como defensa central. A lo largo de la década de los setenta se convirtió en fijo en el eje de la zaga madridista. Adquirió fama de duro. "Se me criticaba mi dureza en el campo, pero un central tiene que ser duro", señalaba en declaraciones recogidas por ABC. En un fútbol físico y contundente, el defensor madridista destacaba por su buen hacer. El 9 de mayo de 1971 debutó con la Selección española en un partido que ganó el combinado de Ladislao Kubala por 0-2 en Nicosia frente a Chipre. Jugó los 90 minutos. Sería el primero de los 22 encuentros que disputaría con el equipo nacional entre 1971 y 1978. Sin duda se trataba de un jugador que encajaba a la perfección en el estereotipo de la "furia roja" que él representaba, el de los jugadores que suplían la falta de técnica con entrega, trabajo y esfuerzo desde el minuto uno hasta el pitido final. No quiere esto decir que se tratara de un mal jugador, ni mucho menos, pero era obvio que destacaba más por su contundencia atrás que por su creatividad o su capacidad para conducir el balón. En cualquier caso, la dureza de la que tanto se habla cuando se recuerda a Benito era algo común en aquel fútbol de los setenta que le tocó vivir. Él no era el único defensa con fama de jugador expeditivo porque todos los futbolistas lo eran por aquella época, sobre todo los zagueros. Temido y respetado por sus adversarios, a Goyo Benito le llamaban 'Hacha Brava' y se suele recordar siempre la famosa anécdota del jugador Biri Biri rogándole aquello de "por favor, señor Benito, no me pegue más".

Fuera de los terrenos de juego Benito era un hombre campechano y formal, además de contar con un más que evidente sentido del humor, tal y como se desprendía de aquellos reportajes familiares que publicaba el antiguo Boletín Oficial del Real Madrid. En ellos solía aparecer con su esposa Paula, una asturiana con la que contrajo matrimonio en la iglesia de San Pablo de Gijón el 2 de julio de 1970 en una ceremonia en la que actuó de testigo el guardameta blanco Andrés Junquera. Fruto de aquella unión nacerían los tres hijos de la pareja. "Entrenarme todos los días me gusta más que el comer, no hay otro secreto para mantenerse siempre en forma", declaraba en un bonito reportaje publicado en mayo de 1973 con texto de José María García Baro y fotografías de Raúl Cancio en las que le vemos posando con su mujer e hija en el jardín de su hogar o con su automóvil, un Seat 1430 amarillo. Entre las respuestas del entrevistado, que analizaba cómo era su día a día, aparecían algunos datos que nos permiten conocer cómo eran las sesiones de trabajo de la época. "Lo más entretenido es el partidillo, que a veces se transforma en el partidazo... El bueno de Moleiro nos anima a unos y a otros y hasta nos cruzamos algunas apuestillas estimulantes para ponernos en tensión y rendir más", detallaba Benito corroborando la competitividad que se respiraba en unos entrenamientos en los que, no obstante, la sangre no llegaba al río. "Jugamos lo mejor que sabemos y podemos, porque es, además, lo que nos recomienda el 'míster', pero evitamos los encontronazos y como buenos hermanos nos respetamos unos a otros por la cuenta que a todos nos tiene", puntualizaba el defensa, que también confesaba lo mal que lo pasaba en los partidos de baloncesto que organizaba Miguel Muñoz. "Ahí llevo todas las de perder, porque no me ha llamado Dios por ese camino", decía un Benito que destacaba las dotes para ese deporte de los porteros García Remón y Miguel Ángel. "Son como Emiliano, pero algo más bajitos y morenos", sentenciaba.

Más serio se mostraba el jugador, lógicamente, cuando se trataba de hablar de las lesiones. Y es que, pese a su fama de futbolista rudo y contundente, los duelos que protagonizó sobre el césped le llevaron a pasar varias veces por el quirófano. En las semifinales de Copa de 1975, frente al Zaragoza, Benito acabó con fractura de menisco. "Me han quitado el menisco y me han reforzado el ligamento. Me repondré en las vacaciones y estaré en el Bernabéu en la presentación del equipo", contaba al Boletín Oficial del Club. Era la tercera vez que pasaba por camilla después de haber sido intervenido por primera vez de la rodilla siendo jugador del Rayo y posteriormente de la nariz en 1971. En diciembre de 1977, tras jugar lesionado un partido frente al Atlético de Madrid, volvió a pasar por quirófano por cuarta vez. Rotura de menisco externo. Y tenía pendiente una inminente nueva operación de nariz. En febrero de 1978, en plena recuperación tras su última intervención, el Boletín Oficial publicaba una entrevista con el jugador en la que repasaba todos aquellos percances y hablaba de los duelos que mantenía con los delanteros de la época. "Hay que estar a las duras y a las maduras, que el fútbol es para hombres. La verdad es que nunca me ha gustado quejarme cuando me han dado leña a mí... Por eso no me gustan ni los quejicas ni los chivatos, esos que están protestando a los árbitros en todos los partidos, 'que si me ha dado, que si me ha dejado de dar'... ¡Que se preocupen de jugar al fútbol en bien de su equipo, que hay muchos que lo necesitan!", expresaba Goyo Benito. Preguntado sobre qué jugadores se quejaban más de sus entradas, el toledano respondía: "Pues es curioso, pero hay un grupo de hombres, de formidables jugadores, los mejores delanteros centro de España y del mundo, que nunca se han quejado. Tienes el caso de Garate, Quini, Quino... Y fuera de nuestras fronteras, tampoco. Se habrán podido quejar, como Muller y Jordan, por ejemplo a los que anulé siempre, de que en alguna ocasión les empujara. Pero de ser violento, jamás. Y que conste que juego de la misma forma con unos que con otros".

Un mes más tarde, en marzo de 1978, la portada del Boletín del Real Madrid tenía como protagonista a Goyo Benito. "Vuelve Benito", titulaba la publicación oficial del Club sobre una imagen del jugador en acción controlando un balón junto al guardameta Miguel Ángel. "Después de dos intervenciones quirúrgicas consecutivas que le han tenido apartado del equipo una larga temporada, Benito vuelve a su puesto de central en la defensa madridista, justo cuando se inicia lo que podemos llamar el 'sprint' final de la Liga. En él puede ser Benito una de las piezas fundamentales del conjunto", podía leerse a pie de foto. Jugador muy profesional, seguía siendo todo un baluarte de aquel Real Madrid de Molowny en el que brillaban con luz propia futbolistas como Juanito, Santillana, Sol o Camacho... Hombres de garra y pundonor. De bigotes, como los que lucían Miguel Ángel, Del Bosque, Stielike o el propio Goyo Benito. De hecho, aquel bigote se había convertido en una de sus señas de identidad. Un sello, una marca de la casa. Igual que su valentía, bravura y entrega. Benito tenía muy claro su objetivo cuando saltaba al campo: "Mi única manía es que no se me escape el hombre a quien marco".

Gol al Porto

Una cosa eran los marcajes al hombre y otra cosa marcar goles. Hizo pocos con la elástica blanca pero uno de ellos siempre ha sido muy recordado. "El más importante de mi vida", como solía reconocer él mismo. Fue el 7 de noviembre de 1979, en la vuelta de los octavos de final de la Copa de Europa de la temporada 1979-80. El Porto había ganado en la ida 2-1. Un gol de falta de Cunningham mantenía vivas las esperanzas para los de Boskov de cara al encuentro del Bernabéu. Aquella noche 120.000 personas abarrotaban las gradas del coliseo blanco. Había que ganar 1-0 para pasar la eliminatoria... Pero los minutos corrían y el gol no llegaba. "Quedaba menos de un cuarto de hora para el final y estaba harto de ver que en los córners siempre agarraban a Santillana y a Roberto y no había manera de marcar de cabeza", contaba Benito en una entrevista al Diario As. El defensa se decidió a subir pese a que el entrenador le instaba a quedarse atrás para no dejar solo al ariete luso Fernando Gomes. "Me acuerdo que Cunningham tiró el córner con ese efecto que sabía poner. Entré como un toro, dispuesto a llevarme por delante a quien fuera. Le di de cabeza con toda mi alma, como si fuera un chutazo con el pie. Y entró... Se me echaron todos mis compañeros encima y formamos un sándwich en el césped que me dejó triturado. De broma le dije a Pirri que nunca más volvería a marcar un gol, porque no merecía la pena acabar hecho fosfatina. También me acerqué a Charly (Santillana) para decirle que aprendiera a marcar de cabeza", rememoraba de aquel histórico momento. Fue su único gol en competiciones europeas. "Marqué otros al Zaragoza y al Recreativo. Suficiente, ¿no? Leche, que yo era defensa", sentenciaba en aquella entrevista para As.

Tras la marcha de Pirri a México en 1980 lució el brazalete de capitán. No obstante, su participación fue menguando en sus dos últimas campañas como madridista. Goyo Benito superaba la treintena y el físico empezaba a pasar factura. Tenía la etiqueta de "duro" encima, pero las operaciones quirúrgicas, los golpes, las fracturas, los encontronazos, conmociones... El domingo 28 de diciembre de 1980, en encuentro de Liga frente al Valladolid en el Bernabéu, Benito fue retirado en camilla a la media hora. Otra grave lesión de rodilla que le obligaría a pasar de nuevo por el quirófano, quedando apartado de los terrenos de juego para todo lo que restaba de la temporada 1980-81. No le quedó más remedio que ver desde la barrera cómo aquel Madrid de los García perdía la Final de la Copa de Europa en el Parque de Los Príncipes frente al Liverpool. ¿Quién sabe qué hubiera pasado con Benito en la defensa? Volvió a los entrenamientos de cara a la siguiente campaña, pero su presencia en el equipo no llegó a la decena de apariciones. Disputó su último partido del campeonato liguero el 2 de enero de 1982 ante la Real Sociedad, curiosamente el equipo frente al que había debutado en Liga. Su último partido oficial lo jugó en cuartos de final de la Copa del Rey, en un derbi frente al Atlético. Se retiró al término de aquella temporada 1981-82 que el Real Madrid cerró llevándose precisamente esa Copa, curiosamente igual que en la primera campaña de Benito como jugador del conjunto blanco. Tenía 35 años, pero se le echó muchísimo de menos. Tras su retirada el Real Madrid tardó en encontrar un jugador que se asentara en el eje de la zaga blanca de manera continua. Por unas circunstancias u otras fueron muchos los jugadores que desfilaron por el puesto, unos con más suerte que otros: García Navajas, Fraile, Salguero, Bonet, Metgod, Maceda, Mino...

Goyo Benito disputó un total de 420 partidos oficiales a lo largo de las trece campañas que vistió la camiseta del primer equipo madridista y marcó 3 goles. Consiguió ganar 6 Ligas y 5 Copas. Subcampeón de la Recopa de Europa 1970-71 y Subcampeón de la Copa de Europa 1980-81, los títulos continentales fueron los únicos que se le resistieron durante su etapa en activo. En cualquier caso se ganó el afecto y el reconocimiento de la afición blanca y es uno de los pocos jugadores a los que se les concedió la Laureada del Club.

El Real Madrid le tributó un merecidísimo homenaje el 12 de septiembre de 1984 frente al Tottenham Hotspur, en aquellos momentos vigente Campeón de la Copa de la UEFA. Benito, que llevaba dos años retirado, volvió a entrenar con el primer equipo durante varios días para volver a ponerse a punto junto a sus ex compañeros y participar en el partido. Goyo salió en el once titular y aguantó los primeros 19 minutos en los que le tocó marcar al ariete británico Clive Allen. El encuentro concluyó con victoria para los blancos por 1-0 con gol de Bonet. Al término del choque, el homenajeado, que ejerció aquella noche de capitán, fue izado a hombros por sus compañeros, que le dedicaron multitud de gestos de cariño entre los aplausos del público congregado en el Santiago Bernabéu. Emotiva despedida para toda una leyenda que colgaba las botas de manera definitiva.

Tras su retirada se dedicó a los negocios y regentó un par de locales, uno de ellos el tan citado pub Lancaster que servía de lugar de reuniones para tantos futbolistas. También jugó con el equipo de veteranos del Real Madrid, con cuya asociación colaboraba. Llegó a ejercer de relaciones públicas del Club y trabajó en la secretaría técnica del Rayo Vallecano. En las elecciones del Real Madrid del año 2000 apoyó a Florentino Pérez y ejerció de asesor deportivo del nuevo presidente. Por desgracia, su estado de salud, estos últimos años, no era muy bueno. "El Real Madrid ha estado en todo momento a su lado en su lucha contra la enfermedad que padecía desde hacía más de década", señala el Club en el comunicado oficial emitido a través de su página web. "Hoy el madridismo está de luto en recuerdo de uno de los más grandes defensas de nuestra historia", concluye la nota.

Se nos va otra leyenda. Desde 'Historias del Real Madrid' quiero expresar mi más sentido pésame a toda su familia, amigos y compañeros. Sirvan estas pocas líneas a modo de particular homenaje. Descanse en paz, Gregorio Benito Rubio.