viernes, 28 de junio de 2019

LA TEMPORADA 1993-94

Recordando las andanzas del Real Madrid de hace un cuarto de siglo

Hace veinticinco años acababa de sufrir una de las temporadas más malas que recuerdo de la Historia del Real Madrid. Luego las hubo peores, sí... De hecho un par de campañas después llegaría la hecatombe de la temporada 1995-96. Pero hace veinticinco años pensaba que no se podía hacer peor de lo que hizo el Real Madrid en la temporada 1993-94. Menuda pesadilla. Cómo sufrí a lo largo de la temporada 1993-94, menudo año que nos dieron... 

Para entender los antecedentes recordaré una vez más que la temporada 1990-91 fue mala pero no me dejó tan mal sabor de boca. Veníamos de cinco años de ganar Ligas y no había tantas urgencias. Además se ganó la Supercopa de España al Barcelona y en el tramo final de campaña, con la llegada de Radomir Antic, el equipo enderezó el rumbo y terminó el ejercicio de manera muy digna y logrando la clasificación para la Copa de la UEFA. La temporada siguiente, 1991-92, tuvo dos partes bien diferentes. Una primera, para mí, muy buena, y una segunda que fue un desastre y una cuesta abajo que se inició con la destitución de Antic. En cualquier caso, como ya recordé en su momento, mantuve la esperanza de ver al Real Madrid como Campeón de Liga hasta el último partido. Hasta Tenerife. Pero el Trauma de Tenerife lo cambió todo... Tenerife fue la tumba y mi punto de inflexión personal como aficionado del Real Madrid, el día que lo cambió todo y que cambió para siempre mi visión del fútbol y del Club que yo tanto quería. La temporada 1991-92 terminó siendo un mal recuerdo por culpa de Tenerife. El siguiente ejercicio lo viví ya de forma diferente, con los ojos de un aficionado 'adulto'. Volvimos a caer en Tenerife por segunda vez consecutiva y volvimos a perder la Liga el último día pero, como también explique en la entrada que dediqué a la temporada 1992-93, guardo buenos recuerdos de aquel año. La tendencia había sido totalmente diferente a la de la temporada 1991-92. El equipo no fue cuesta abajo sino todo lo contrario, mejorando poco a poco y llegando a la recta final de la campaña practicando un buen fútbol y siendo líder en la penúltima jornada. Se perdió la Liga como se perdió, pero el equipo había llegado bien al tramo decisivo, eliminó al Barcelona en el Nou Camp durante las semifinales de la Copa del Rey y finalmente se llevó el torneo del KO tras imponerse al Zaragoza en la Final disputada en Valencia. Sí, guardo bastantes buenos recuerdos de la temporada 1992-93.

Tal y como habían acabado las cosas llegué a pensar que había motivos para ser optimista de cara a la siguiente temporada 1993-94. Después de tantos cambios de entrenador en aquel turbulento comienzo de década Benito Floro había conseguido aguantar toda la campaña en el banquillo del Santiago Bernabéu e iniciaba un nuevo capítulo al frente del equipo. En principio la continuidad del entrenador tenía que ser algo bueno por pura lógica. Los métodos y las formas de trabajar del técnico asturiano ya habían sido asimilados por los jugadores por lo que yo pensaba que las cosas marcharían igual de bien en el siguiente curso. 

La plantilla 

El plantel con el que contaba Benito Floro para la temporada 1993-94 era bastante similar al de la 1992-93. Causarían baja Ricardo Rocha, el guardameta Juanmi y Juan Eduardo Esnaider, que sería cedido al Zaragoza. El martes 27 de julio de 1993 se presentó la plantilla en el Santiago Bernabéu con dos nuevos fichajes, el bilbaíno Rafa Alkorta y el brasileño Claudemir Vítor. Durante los últimos meses se había especulado muchísimo con el interés del Madrid por otro defensa brasileño, Cafú. De hecho, llegó a sonar como seguro refuerzo del Real Madrid... Sin embargo el fichaje no se concretó y en su lugar llegó su compatriota Vítor, que en principio llegaba hasta el mes de diciembre con opción de compra. También se presentaron con la primera plantilla los canteranos Carlos David Cano, que ocuparía la plaza de tercer portero, y Jesús Enrique Velasco, que ya había debutado con el primer equipo meses atrás en partido de Copa del Rey. En el acto de presentación estuvieron presentes todavía Juanmi y Esnaider que, como acabo de apuntar, finalmente recalarían en el Real Zaragoza. Y no estaban todos, faltaba un jugador. Ramón Mendoza anunció una "sorpresa" y días más tardes se incorporaría al Club Peter Dubovsky, un joven eslovaco que aterrizaba con la vitola de goleador y muy buenas referencias. Llegaba procedente del Slovan Bratislava y se daba la curiosa circunstancia de que ya había pasado por el Bernabéu en el enfrentamiento que ambos equipos mantuvieron en la Copa de la UEFA de la temporada 1991-92, un par de campañas atrás.

Así las cosas, la plantilla del Real Madrid para la temporada 1993-94 la compusieron los siguientes jugadores: Buyo, Jaro y Cano en la portería, Chendo, Vítor, Velasco, Nando, Sanchís, Alkorta, Ramis, Lasa y Villarroya como defensas, Hierro, Milla, Prosinecki, Toril, Luis Enrique, Míchel y Martín Vázquez como centrocampistas y en la delantera estarían Zamorano, Butragueño, Alfonso, Llorente y Dubovsky.

La pretemporada empezó con un partido amistoso en Albacete que concluyó con victoria para el Madrid por 0-1 con gol de Alfonso, dato relevante como luego veremos... Posteriormente se ganó 2-6 al Hércules en el Rico Pérez y 0-1 en Santander al Racing. Posteriormente el Real Madrid fue invitado a San Sebastián para la inauguración del nuevo Estadio de Anoeta. El duelo concluyó en tablas, 2-2, con dos goles de Butragueño. Hasta ese momento las cosas marchaban más o menos dentro de lo normal, con el equipo cogiendo el ritmo en los clásicos duelos veraniegos. Sin embargo, de repente, los resultados empezaron a dar la espalda al equipo... Jugamos un amistoso en Italia frente al Milán que concluyó con derrota 3-2. En aquellos momentos los 'rossoneri' eran el conjunto de moda en Europa y todavía coleaban los enfrentamientos contra ellos en Copa de Europa de finales de los ochenta que tanto daño nos habían hecho. Nos tenían tomada la medida y parecía que alcanzarles era una utopía. No sé... Tengo la impresión de que no vino nada bien jugar aquel partido. Era un amistoso, pero era como hurgar de nuevo en la herida. "La bestia negra, la bestia negra", se repetía en los medios... A continuación el Madrid se embarcó a una gira por Latinoamérica que tampoco se nos dio muy bien. 2-2 con el Universidad de Chile y derrota 2-0 con el Colo Colo. En Uruguay se empató 2-2 con el Club Nacional en el denominado Trofeo Independencia. El equipo blanco se llevó el trofeo, pero recuerdo que las sensaciones que dejaba el equipo no eran nada buenas. Y estábamos a finales de agosto, con la competición oficial a la vuelta de la esquina...

El último amistoso de la pretemporada se jugaría el 1 de septiembre con la disputa del Trofeo Santiago Bernabéu frente a otro equipo con tirón, el Inter de Milán. Por aquellos tiempos los equipos italianos daban miedo. Sirva como dato anecdótico que el Real Madrid se había presentado y había jugado durante el verano con la camiseta de la anterior temporada 1992-93 y que en aquel Trofeo Bernabéu estrenaría la nueva camiseta para la temporada 1993-94. Sería la última camiseta diseñada por Hummel para el Real Madrid. Frente al Inter el Real Madrid se puso 2-0 por delante pero los italianos consiguieron empatar 2-2 en la recta final, anotando su segunda diana en el minuto 84. Hubo que recurrir a los penaltis y se necesitaron la friolera de ¡22 disparos! para saber quién se hacía con el trofeo. Incluso los guardametas Buyo y Zenga tuvieron que tirar desde los once metros. Y marcaron, por cierto. En la tercera tanda de cinco disparos Fernando Hierro falló y dejó en bandeja la victoria para el Inter. Recuerdo escuchar el partido en el pueblo a través de la radio y me quedé hecho polvo... No. Aquello no funcionaba. Pensaba que después de lo visto en la temporada 1992-93 el Real Madrid volvía a rendir bien... Pero aquella pretemporada del verano de 1993 me dejó con la mosca detrás de la oreja. Todo aquello me daba mala espina... ¿Volvíamos a las andadas?

Se tuerce rápido

El sábado 4 de septiembre de 1993 arrancaba la Liga de la temporada 1993-94 para el Real Madrid y lo hacía en Pamplona, plaza siempre complicada para los blancos. Pero, mira por dónde, las cosas salieron muy bien y el Real Madrid sacó los dos puntos con una contundente victoria por 1-4. Alfonso, titular aquel día, abrió el marcador con dos goles, Butragueño aumentó la renta en el segundo tiempo y Míchel, de penalti, subía el 0-4 al marcador. En las postrimerías Osasuna marcó el tanto del honor por medio de un viejo conocido nuestro, Spasic. Ya se sabe, hay cosas que siempre han estado ahí. Lo de los 'ex' marcándonos goles da para un jugoso y extenso artículo, ya lo creo... Bueno. En cualquier caso, victoria con goleada en un partido en el que fueron titulares los tres nuevos fichajes: Alkorta, Vítor y Dubovsky. El Madrid iniciaba el campeonato siendo colíder y encaramado a la primera posición. Quizás había sido muy pesimista con la pretemporada... Al fin y al cabo los partidos de verano sirven en realidad para poner a punto el equipo. Lo importante era la competición oficial y el Madrid había empezado bien. Seguramente las malas sensaciones de la pretemporada eran infundadas y tampoco había que preocuparse en exceso. No había que preocuparse... ¿No?

Pues sí. Sí que había de qué preocuparse. El partido frente a Osasuna fue un puro espejismo y las cosas se torcieron por completo bien rápido. Segunda jornada de Liga y primera derrota. Y encima en casa, en el Bernabéu. Derrota 1-3 con el Valladolid, recién ascendido. Sorpresón y primer batacazo que venía a confirmarme lo que me había temido en la pretemporada. No sé por qué al equipo se le había olvidado todo lo bueno que había conseguido en la temporada 1992-93. Pues sí. El Valladolid se puso 0-3 en el Bernabéu jugando con diez por expulsión desde el minuto 23. Desastre absoluto. Sólo la entrada de Alfonso en el segundo tiempo le dio algo de mordiente al equipo. De hecho, el canterano fue quien anotó el gol del Madrid. Gol insuficiente, claro. Los palos que le cayeron al Madrid aquel día en la prensa... Algunos jugadores quedaron marcados por aquel partido. Fue el caso de Vítor, al que todo el mundo le puso ya la cruz al segundo partido y quedó sentenciado.

Entre semana arrancó la competición europea. Aquella campaña nos tocaba jugar la Recopa de Europa en calidad de Campeones de Copa del Rey y el primer rival fue el Lugano. Se ganó 3-0 pero las críticas contra el equipo seguían en pie. Además se aludía al pobre nivel del rival, lo que a ojos de muchos restaba cualquier mérito al triunfo del Real Madrid. Además, de los tres goles uno había sido en propia puerta y otro de penalti. La cuenta la había abierto Dubovsky con su primer gol oficial con la camiseta blanca. Con el fin de semana volvió la Liga... Y otra derrota. Dos partidos perdidos en tres jornadas. 4-0 en Riazor con un Súper Dépor que aquel año confirmaría que los gallegos no eran ninguna sorpresa y que contaban con un auténtico equipazo. Siguieron los palos contra el Madrid en radios, televisiones y periódicos, claro... Pero cuidado que la cosa iba a seguir... Cuarta jornada de Liga, Real Madrid-Oviedo, segundo partido de Liga en casa... ¡Y otra derrota! 0-1  y tercera derrota liguera en cuatro jornadas. Obviamente no se hablaba de otra cosa que no fuese la "crisis" del Real Madrid. Ese día Claudemir Vítor jugó su último partido como madridista. Quedó relegado al olvido y en diciembre regresaría a su país. No volveríamos a saber más de él hasta que unos años más tarde nos dimos cuenta de que uno de los brasileños que había dejado desparramados por los suelos Raúl en el gol del Aguanís de la Copa Intercontinental de 1998 era nuestro ex jugador Claudemir Vítor... El triunfo 1-3 en Suiza frente al Lugano no sirvió como bálsamo, ni mucho menos. El Real Madrid era tercero por la cola ocupando puesto de promoción a Segunda y el siguiente rival era el Atlético de Madrid. Derbi en el Manzanares que concluyó con un 0-0 que resultó infumable para los paladares del periodismo deportivo de la época que exigía "buen fútbol" por encima de todo... La verdad es que el Atlético ese año tampoco estaba para tirar cohetes...

Lo cierto es que el Real Madrid estaba realizando un inicio de temporada deplorable. Recuerdo que estaba hundido. Todo eran burlas y cachondeo contra el equipo. Las críticas, feroces. Pero la verdad es que los resultados estaban siendo muy malos. De ese inicio de campaña hay un partido que recuerdo como trascendental. Fue la sexta jornada de Liga, un duelo frente al Racing de Santander que se jugaba entre semana, un miércoles por la noche. Recuerdo escucharlo por la radio, en mi habitación, sentado en la cama aterrorizado. Al descanso ganaba el Racing 0-1 con gol de Radchenko y me temía lo peor... No ganábamos desde la primera jornada y en caso de perder con el Racing caíamos a posiciones de descenso. Recuerdo escuchar la segunda parte aterrorizado. Pasaban los minutos y seguía el 0-1... El desastre estaba a punto de consumarse, pero a diez minutos del final Butragueño marcó el empate y casi en el minuto noventa un penalti permitió a Míchel anotar el 2-1. Ese partido fue muy importante porque no quiero ni pensar lo que hubiera pasado en caso de ver al Madrid en los puestos de descenso directo... Aquel triunfo corto y agónico fue más importante de lo que muchos se piensan...

El triunfo frente al Racing nos permitió tomarnos un respiro, pero la situación no se había enderezado, ni mucho menos. El panorama seguía siendo nefasto y había muchos jugadores a los que se les señalaba como culpables del mal momento que atravesaba el equipo. Había fallos en todas las líneas, pero sí que era cierto que el rendimiento de la delantera estaba siendo manifiestamente mejorable. Zamorano todavía no había visto portería en Liga. Sólo había marcado dos goles en la Recopa frente al Lugano. Butragueño tampoco estaba muy fino, sólo llevaba dos goles. No es de extrañar que en los programas radiofónicos nocturnos la pregunta fuese por qué no era titular en el equipo Alfonso. Recuerdo que la misma noche del partido frente al Racing el joven canterano era protagonista porque precisamente había jugado de inicio y una vez más había sido de los pocos que se salvaban de la quema. Objetivamente Alfonso estaba siendo el mejor del equipo pero no tenía un sitio fijo en el once de Floro, que seguía apostando por la pareja Butragueño-Zamorano. La pregunta era por qué el técnico asturiano no modificaba el esquema para incluir a Alfonso en un tridente ofensivo. De hecho, cuando jugaban los dos teóricos titulares, Alfonso jugaba como centrocampista por la izquierda, con el número 11. Y aun así era el que más peligro generaba y el que veía portería con más facilidad. Si algo había quedado claro en los primeros meses de la temporada 1993-94 fue que Alfonso Pérez estaba siendo el mejor jugador del Real Madrid. El delantero, llamado a suceder a Butragueño, había explotado y estaba siendo la gran revelación del inicio liguero... No es de extrañar que en la portada de la Revista Real Madrid de noviembre de 1993 el gran protagonista fuese el de Getafe. "Alfonso: Cerca de las estrellas", titulaba la publicación oficial del Club.

Fruto o no del debate lo cierto es que en la siguiente jornada Alfonso fue titular y Butragueño suplente. No se ganó pero se sumó un punto en una plaza que me provocaba terror por aquellos tiempos... Tenerife. Estaba todo muy reciente... No se me olvida, sábado 16 de octubre de 1993 en horario nocturno. El partido no se televisó y tocó escucharlo por la radio concluyendo más allá de la medianoche. Recuerdo la oscuridad en la cama y los nervios que pasé temiendo un nuevo tropiezo en aquella isla. Menuda pesadilla... El 0-0 final fue todo un alivio. Por lo menos no perdimos. Aunque tampoco ganábamos y el Madrid era decimocuarto clasificado. Volvía la Recopa esa nueva semana con la ida de los octavos de final y el Madrid se desplazó a tierras austriacas para medirse al Tirol Innsbruck. Se adelantó el equipo de Floro 0-1 con gol, cómo no, de Alfonso, titular de nuevo. Pero empataron los locales de penalti mediado el segundo tiempo y el duelo concluyó en tablas, generando de nuevo un torrente de críticas aludiendo al bajo nivel de nuestro rival y a la incapacidad de ganar del equipo blanco.

No estaba siendo normal la marcha del Real Madrid en aquellos dos primeros meses de competición. Sin embargo, a finales de octubre las cosas se enderezaron un poco y empezamos a respirar. Hubo un partido clave al respecto, el duelo que enfrentó al Real Madrid con el recién ascendido Lleida en el Santiago Bernabéu en la jornada 8. Alfonso definitivamente se había convertido en titular y saltó al terreno de juego en el once inicial formando pareja con Butragueño. Zamorano, suplente, en el banquillo. El chileno seguía sin estrenarse como goleador en Liga. Nada más arrancar el duelo, sin embargo, Martín Vázquez cayó lesionado y el que entró al campo fue el chileno, de tal manera que se juntó en el campo, tal y como pedían muchos, una delantera con Alfonso, Butragueño y Zamorano. Bueno, pues resulta que aquel día salió todo de cara. Alfonso marcó el primer gol del partido para que el equipo blanco se marchara al descanso ganando 1-0 y nada más arrancar la segunda parte colgó un centro desde banda izquierda para que Zamorano, de cabeza, materializara el 2-0. Primer gol en Liga, por fin, para el chileno. Un gol muy suyo, por cierto, de perfecto testarazo. Poco después, Butragueño servía en bandeja el 3-0 de nuevo a Zamorano. El Buitre estuvo muy inspirado aquella tarde de domingo y a pocos minutos del final estableció el 4-0 con un bonito tanto. La puntilla la puso Míchel al transformar un claro penalti por mano dentro del área colocando el 5-0 en el marcador. El rival era un recién llegado a Primera, sí, pero recuerdo que aquella goleada fue balsámica y sirvió al equipo para rearmarse psicológicamente, que buena falta le hacía...

El 5-0 al Lleida fue el inicio de una buena racha de victorias para el Real Madrid. Se ganó 0-2 en Vallecas con dos nuevos goles de Zamorano, que parecía haber recuperado el olfato de cara a puerta. La vuelta frente al Tirol, en la Recopa, se despachó con un 3-0 gracias a los tantos de Míchel, Butragueño y Alfonso, que seguía de dulce. Victoria en Liga 2-1 frente al Logroñés, 0-3 en Valencia con Alfonso de nuevo abriendo la lata y 2-1 frente al Celta de Vigo en un duelo que recordaré siempre por el gol de Ramis. El defensa no se había estrenado en Liga todavía esa campaña y saltó al terreno de juego sustituyendo a Prosinecki con 1-1 en el marcador. Bueno, pues fue salir Ramis y el primer balón que tocó, gol. El de Tarragona marcó el 2-1 que sirvió para que el Madrid, que estaba con diez por expulsión de Milla, y a punto estuvo de marcar el 3-1 en otro cabezazo que acabó en el larguero. En cualquier caso, victoria del Real Madrid que sirvió para encadenar cinco triunfos consecutivos en Liga. Ya éramos cuartos en una clasificación en la que, transcurridas 12 jornadas, había... ¡seis equipos en cabeza con 16 puntos! Sí, éramos colíderes. Vamos, que no estábamos tan mal o al menos los teóricos rivales tampoco estaban para tirar cohetes. De hecho, aquel mismo fin de semana el Barcelona había perdido 0-1 en el Nou Camp con el recién ascendido Lleida. De todas formas, no convenía venirse mucho arriba. Sólo una semana más tarde el Real Madrid tropezaba en Gijón con un Sporting que remontaba el 0-1 de Prosinecki. Resultado final 2-1 y el Madrid finalizaba el mes de noviembre fuera de los puestos europeos. 

La Supercopa

La derrota frente al Sporting no llegó en el mejor momento porque era el partido previo a la ida de la Supercopa de España 1993-94 que enfrentaría a los vigentes campeones de Liga y Copa del Rey, es decir, Barcelona y Real Madrid. Parecía que nos habíamos recuperado un poco, pero la derrota en El Molinón volvió a disparar las alarmas y además tocaba medirse a los de Cruyff, que eran quienes se llevaban todos los elogios por aquella época. El encuentro de ida se disputó en el Santiago Bernabéu el jueves 2 de diciembre de 1993. Los menos optimistas nos cargamos de razones cuando los azulgranas se adelantaron 0-1 con gol de Stoichkov. Pero no. Resulta que aquella noche el Real Madrid lo hizo francamente bien y generó peligro sobre la portería rival. Nuestro gran protagonista aquella temporada, Alfonso, estableció el empate a uno antes del descanso aprovechando un pase de Hierro y picando el esférico por encima de Busquets. En el segundo tiempo Zamorano, de cabeza, adelantaba a los de Floro y a pocos minutos del final Míchel servía un balón a Alfonso para que el joven delantero colocara el 3-1 en el marcador. Magnífico resultado al término del primer encuentro por el título, aunque faltaba la vuelta. Pero qué duda cabe que aquella victoria sentó fenomenal. 

El Real Madrid venció 2-1 al Athletic Club y empató a cero en Sevilla antes de afrontar la vuelta de la Supercopa en Barcelona. El choque se jugó el jueves 16 de diciembre de 1993. A los veintiún minutos Zamorano remató de espléndido cabezazo un centro de Mikel Lasa y llevó el balón a las mallas poniendo el 0-1 en el marcador. El Barcelona necesitaba marcar tres goles para forzar la prórroga y cuatro para llevarse el trofeo. Pero no lo consiguió. Bakero en el segundo tiempo marcó el 1-1 con el que acabaría el duelo. El Real Madrid era Campeón de la Supercopa de España. Qué contradictorio todo... Con lo mal que había empezado la campaña y el Madrid se llevaba el primer título de la temporada 1993-94. Segundo título para Benito Floro como técnico del equipo blanco y una grandísima alegría para los aficionados del Real Madrid que vivíamos una época con demasiados reveses y disgustos. Qué bien supo aquella Supercopa de España... Los jugadores trataron de dar la vuelta de honor pero no llegaron a completarla por el lanzamiento de objetos desde la grada. No importaba. Lo que importaba era que el trofeo se iba a nuestras vitrinas. Un título menor, sí, pero un título oficial, al fin y al cabo.

Por desgracia, pronto quedaría claro que aquel iba a ser el único momento realmente feliz de aquella temporada tan dura. De hecho, sólo tres días después de ganar la Supercopa el Real Madrid volvió a pinchar en Liga en el partido correspondiente a la última jornada de 1993. 2-0 frente a la Real Sociedad en aquel famoso partido en el que Gracia Redondo, que tan buenos recuerdos nos traía, expulsó a Hierro en el primer tiempo originando la airada reacción de Fernando. "No sabes cómo jod...". Quinta derrota en Liga y ocho jornadas sin ganar de dieciséis. Los sinsabores estaban siendo tantos que incluso me alegraba de victorias en partidos amistosos e intrascendentes en lo deportivo, que no en lo social. Me refiero al partido contra la droga que se disputó en el Santiago Bernabéu antes del parón navideño, el martes 21 de diciembre 1993. Triunfo con goleada, 6-1, para el Real Madrid frente a un combinado de la Liga. Goles de Butragueño (2), Prosinecki, Dubovsky, Alfonso y Milla. Qué recuerdos de aquellos partidos contra la droga de comienzos de los noventa...

1994, seguimos mal

¿Año nuevo, vida nueva? El Real Madrid arrancó 1994 con una victoria 2-0 frente al Albacete. Emilio Butragueño marcó un bonito gol con la zurda para abrir el marcador. Esa semana había Copa del Rey con la ida de los octavos de final frente al Atlético de Madrid. Resultado, 2-2 y ventaja para el Atlético con dos goles en campo contrario. No había tranquilidad y encima tocaba desplazarse al Nou Camp. Fue el sábado 8 de enero de 1994 y el resultado es por todos sabido. Aquello fue un mazazo en toda regla. Afortunadamente un año después, exactamente 364 días después, el Real Madrid devolvería el 5-0 al Barcelona. Pero aquel 8 de enero de 1994 vivimos una de nuestras noches más tristes como aficionados del Real Madrid. Las desgracias se acumulaban. Además del revés por la dolorosa derrota se sumó la pésima noticia de la lesión de Alfonso...

Todo salía mal. Nuestro jugador más en forma en lo que llevábamos de temporada caía lesionado de gravedad en Barcelona. Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Adiós a la temporada. En su mejor momento deportivo Alfonso tenía que pasar por el quirófano y se perdía lo que restaba de la campaña 1993-94. Se perdía incluso el Mundial de Estados Unidos 94 cuando ya era uno de los fijos en las convocatorias de Javier Clemente.

A la derrota en Barcelona le siguieron dos triunfos, el 2-3 en el Calderón en la accidentada vuelta de la Copa del Rey (expulsiones, penaltis, goles) que permitió al Madrid seguir en el torneo del KO y el 3-2 en Liga frente al Zaragoza. Sin embargo las sensaciones que había alrededor del equipo eran malísimas. Las críticas eran durísimas, los palos estaban a la orden del día en una prensa que nos machacaba con la palabra "crisis". Crisis, crisis, crisis. Cuántas veces escucharíamos esa palabra durante la temporada 1993-94. Todo mal. Todo mal. Hasta el estado del césped del Santiago Bernabéu estaba mal y era motivo de críticas y de mofas... En la jornada 20 el Real Madrid empató 0-0 con Osasuna, que era colista. Aquel día las críticas fueron feroces. El Madrid no consiguió marcar gol, de hecho hasta Míchel tiro por encima de la portería un penalti que le habían hecho a Dubosky. Nah. Todo mal. En los periódicos y en las radios ponían al equipo a caer de un burro y la gente, la verdad, es que estaba ya hasta las narices. Por lo visto el juego del equipo era muy pobre. No se jugaba a nada, se decía. Qué duros fueron los años noventa. Era la época de aquel "menos millones y más cojones" que le cantaban los aficionados a los jugadores desde la grada o en los entrenamientos de la Ciudad Deportiva. La época de las almohadillas al campo al finalizar el encuentro. De hecho, el día del Osasuna el partido terminó con el lanzamiento masivo de las almohadillas de los asientos. Recuerdo que uno pasaba vergüenza con todo aquello. Sufría muchísimo con todo aquello. Me dolía el Real Madrid.

Y todo lo que va mal puede empeorar. Aquel enero de 1994 fue nefasto en lo deportivo. ¿A dónde íbamos después del partido de Osasuna? A Tenerife. ¡A Tenerife! Todavía tenía muy reciente las dos Ligas que acabábamos de palmar allí. Muy recientes. La de 1991-92 y la de 1992-93. Sí, en Liga habíamos empatado 0-0 en octubre... Pero el equipo estaba instalado ya definitivamente en la mediocridad y me resultaba aterrador tener que jugar otra vez allí. Además una eliminatoria de Copa del Rey. Y es que tenía motivos para temerme lo peor. Derrota. Otra derrota en Tenerife. ¡Otra derrota en Tenerife! 2-0 al descanso y un pequeño atisbo de esperanza con el 2-1 de Zamorano de cara a la vuelta. Entre medias, otro tropiezo con un empate a cero en Valladolid. Y la vuelta, la vuelta de la Copa frente al Tenerife... ¿Habría remontada en el Bernabéu? Pues no, obviamente no. Durísima derrota en el Santiago Bernabéu por 0-3. Fue el martes 1 de febrero de 1994 y el partido se retransmitió por TVE, así que tocó aguantar en directo la hecatombe. El Real Madrid lo intentó con muchas ganas, pero a la media hora se quedó con diez por expulsión de Milla y antes del descanso los tinerfeños marcaron el 0-1. El panorama no podía pintar peor de cara a la segunda parte. Pero sí que podía empeorar el asunto, sí... El Tenerife marcó el 0-2 y Zamorano también recibió tarjeta roja. Había que marcar cuatro goles con nueve jugadores. Pfff... Aquello era imposible. Ya en el tramo final llegó el 0-3 y otra expulsión, la de Sanchís, de tal manera que el Real Madrid terminó el partido con ocho hombres sobre el césped. Y eliminado. El Tenerife era nuestra 'bestia negra'. Aquella misma noche Jorge Valdano, técnico del equipo que nos había privado de ganar dos Ligas y que nos acababa de dejar en la cuneta en la Copa del Rey, dijo en rueda de prensa aquello de "espero algún día devolver lo que he quitado al Madrid".

A Valdano le marchaban las cosas muy bien en Tenerife. A Floro, sin embargo, le caían unos palos tremendos día sí y día también en el Madrid. Obviamente resultados como aquel frente al Tenerife no ayudaban en nada. Los rumores de cese estaban a la orden del día. Todo el mundo estaba cuestionado en el Club en aquellos momentos. Ramón Mendoza tampoco se libraba. Presidente, entrenador, jugadores... Todo el mundo estaba en la picota. Pero, claro, especialmente los principales actores de la escena puramente deportiva, es decir, técnico y futbolistas.

Una plantilla cuestionada

Aquel Real Madrid de la temporada 1993-94 tenía buenos futbolistas pero era evidente que no resultaba suficiente para competir al máximo nivel. Por lo que sea. Jugadores fuera de forma, estrellas que iniciaban su declive, fichajes que no se terminaban de adaptar, lesiones... El caso más paradigmático era el de Iván Zamorano. El chileno, que se había destapado como un gran goleador para el Real Madrid en la temporada 1992-93, vivió un curso 1993-94 muy malo. Como acabamos de ver Zamorano tardó cinco partidos en ver portería con su doblete frente al Lugano, en la Recopa, y sus primeros goles en Liga no llegaron hasta la octava jornada de Liga con su doblete frente al Lleida. Después encadenó unas semanas con mayor acierto hasta que en la jornada 14 alcanzó los 8 goles. Y ahí se quedó. Desde el mes de diciembre de 1993 Zamorano cayó en una sequía muy preocupante. Salvo sus dos goles en la Supercopa y otros dos goles en la Copa del Rey el delantero se llegó a tirar más de cuatro meses sin marcar, algo increíble en un ariete del Real Madrid. No marcó frente al Sevilla en la jornada 15 y su siguiente gol en Liga no llegó hasta la jornada 34, precisamente frente al Sevilla. Es decir... Una vuelta entera sin marcar! Lo dicho, increíble. Después sólo marcaría otros dos goles más en una goleada frente al Albacete. Acabó la campaña con 11 goles en Liga. Su temporada fue muy mala y su pésima racha casi le cuesta su salida del Real Madrid. Zamorano recibió muchas críticas y su mal momento fue incluso motivo de burlas y chistes en algunos programas de humor de televisión. Coincidió además que el futbolista al que Zamorano había venido a sustituir en el Real Madrid, Hugo Sánchez, jugó aquella temporada 1993-94 en el Rayo Vallecano y, pese a contar ya con 35 años, sus números fueron mejores. El mexicano llegó a materializar 16 goles jugando en el modesto club madrileño. Marcó más goles que Zamorano y que Luis García, el delantero centro del Atlético de Madrid...

Pero no era Zamorano el único futbolista cuestionado aquella temporada. Por aquella época los futbolistas extranjeros eran referentes y estaban llamados a marcar las diferencias. Vítor había fracasado y había vuelto a su país y Prosinecki seguía recibiendo palos por todos los lados. Todos sabíamos que era un futbolista extraordinario, pero su etapa en España estaba siendo un calvario desde el día que llegó. No le salían las cosas... No le salían las cosas. Las expectativas con él habían sido muy altas pero el rendimiento no era el esperado. Las lesiones casi no le dejaban levantar cabeza y cuando jugaba las críticas eran durísimas hasta el punto de ser considerado uno de los principales motivos del mal momento que vivía el Real Madrid. Un mal momento que se contagió a muchos jugadores. Las lesiones también frenaron a Martín Vázquez, Butragueño había acentuado su declive pese a chispazos esporádicos de calidad, Sanchís tampoco estaba en su mejor momento... En el banquillo el panorama no resultaba muy alentador para muchos suplentes. Nando, fichado el año anterior, perdió muchísimo peso y pasó a jugar esporádicamente. Jugadores como Paco Llorente o Villarroya quedaron relegados al ostracismo más absoluto y prácticamente no jugaron. Jaro no llegó a jugar ni un minuto en competición oficial. Daba la sensación de que el nivel de la plantilla era muy bajo... Fueron los tiempos más duros de lo que yo califico como 'Síndrome del Transworld Sport'. Los futbolistas de cualquier equipo parecían siempre mejores que los del Real Madrid. Y las noticias que se escuchaban sobre la economía del Club tampoco hacían presagiar que hubiese muchas opciones de fichar a grandes cracks que marcasen la diferencia como sucedía en otros clubes.

En resumidas cuentas, pocos jugadores parecían dar la talla aquella temporada 1993-94. Y encima el único que había 'explotado' de verdad, Alfonso, había caído lesionado de gravedad. De aquella campaña pocos se salvaron de la quema. Quizás destacó la polivalencia de Luis Enrique, que jugó aquel año prácticamente en todas las posiciones, sobre todo de lateral derecho y el habitual buen rendimiento de los dos jugadores más en forma en el Real Madrid de comienzos de los noventa: Hierro y Míchel. Hierro fue el gran referente del Madrid de comienzos de esa década. Y Míchel, pese a cumplir 31 años, seguía siendo el mejor. Incomprensible su ausencia en la Selección de cara al Mundial de Estados Unidos. Pero Clemente ya le había puesto la cruz encima hacía mucho tiempo. No contaba con él pese a encontrarse en su mejor momento profesional. Una pena.

Dani y Morales

Los jugadores en baja forma y las lesiones terminaron propiciando que se echara mano de la cantera, lo que ofreció su cuota de protagonismo a dos jóvenes delanteros que debutaron en Liga el 5 de febrero de 1994 frente al Deportivo de La Coruña: Dani García Lara y José Luis Morales. Los dos fueron titulares en la delantera del equipo de Floro en aquel choque tan importante. Recibíamos al líder, que nos sacaba 7 puntos de ventaja, en el Santiago Bernabéu. Perder nos dejaba ya absolutamente descolgados en Liga por lo que el choque era de una importancia más que evidente. Pero el equipo estaba en cuadro. Luis Enrique y Butragueño lesionados. Zamorano no podía jugar por la roja directa que había visto frente al Tenerife en Copa. Así que, lo dicho, a Floro no le quedó más remedio que tirar de los delanteros del filial. Dani jugaba su primer partido oficial mientras que Morales había dispuesto de unos minutos en Copa del Rey. Y precisamente José Luis fue el que se erigió en protagonista aquella noche. Hubo un respiro y frente al líder el Real Madrid ganó 2-0 con goles del debutante Morales y de Míchel

El triunfo frente al equipo de Arsenio Iglesias nos volvió a dar un respiro en cuanto a resultados se refiere. El equipo ganó 0-1 en Oviedo y 1-0 al Atlético de Madrid en el derbi disputado en el Bernabéu. En la siguiente salida se ganó 1-3 al Racing de Santander, de tal manera que se encadenaron cuatro triunfos consecutivos. La racha se cortó, cómo no, frente al Tenerife, que sacó un empate a uno del coliseo blanco. Pero estaba a punto de llegar lo peor. Otras dos derrotas que traerían cola y consecuencias...

PSG y Lleida

Cuartos de final de la Recopa de Europa. Los de Floro se volvían a topar con el PSG, equipo que les había eliminado un año antes en la Copa de la UEFA. Duelo para la revancha... Que no sería tal. Derrota de los blancos 0-1 en casa que ponía la eliminatoria muy cuesta arriba teniendo en cuenta cómo estaba marchando la temporada. Tres días después los blancos afrontaban la jornada 27 de Liga visitando al colista Lleida. Y otro disgusto. Derrota 2-1. La derrota en Lleida precipitó los acontecimientos. Y no sólo fue la derrota ante el colista... Hubo noticia extradeportiva, por así decirlo. Trascendió una grabación de Canal Plus en la que los micrófonos captaban la tremenda bronca que Benito Floro dedicó a sus jugadores en el descanso del encuentro, con el Madrid por detrás en el marcador. La bronca era tremenda. Tremenda. Los espectadores del programa 'El Día Después' pudieron escuchar perfectamente y con subtítulos, por si había alguna duda, el discurso del míster asturiano a sus pupilos. Benito Floro fue destituido y siempre ha dicho que el motivo de su cese fue aquella grabación que se hizo pública. Lo cierto es que, a ojos de muchos aficionados, aquella grabación le benefició un poco. Floro fue despedido con aplausos por parte de algunos seguidores que se identificaban con el discurso de fondo de aquella bronca en la que pedía a a sus jugadores que ganaran el partido sin excusas y exigía, por decirlo finamente, 'hombría' a sus discípulos. Para los periodistas, sin embargo, todo aquello no hacía más que demostrar que a Floro se le habían acabado los argumentos futbolísticos y que no era entrenador para el Real Madrid. Creo que se fue tremendamente injusto con él. No se le trató nada bien durante su etapa como técnico del Real Madrid.

En cualquier caso, Floro estaba fuera. Le sustituyó un hombre de la casa que, con los años, se convertiría en el nuevo apagafuegos del Real Madrid, como había hecho Luis Molowny tantas veces. Vicente Del Bosque se hizo cargo por primera vez del primer equipo del Real Madrid. Le acompañaba en el banquillo Rafa Benítez. Debutaron en la jornada 28 de Liga con una goleada 5-2 frente al Rayo Vallecano. Curioso partido que se disputó como local en el Vicente Calderón y que se quedó en el recuerdo por la gran actuación de Robert Prosinecki, autor de dos goles. Hierro marcó otros dos, uno de ellos un precioso disparo de espuela, y Butragueño completó el marcador. Con Del Bosque, Prosinecki vivió sus mejores duelos como madridista en una recta final de campaña que no dejó de ser convulsa. Se jugó la vuelta en París frente al PSG. Butragueño adelantó a los madridistas 0-1 y al descanso la eliminatoria estaba igualada. Un tanto de los franceses en el segundo tiempo nos privaría de seguir en la competición. Y eso que, en el último minuto, el colegiado se tragó un clamoroso penalti a Velasco que nos pudo haber otorgado la remontada a domicilio. Pero nada, estábamos fuera de Europa. Un año más...

Sólo quedaba la Liga y los resultados fueron irregulares. Se ganó 3-4 al Logroñés y 3-2 al Valencia en un emocionante encuentro que se resolvió en las postrimerías. Dubovsky anotó esa tarde de sábado su primer gol en Liga con el Madrid. A continuación se perdió 3-2 en Vigo con el Celta, equipo que siempre nos daba complicaciones. En el Bernabéu se empató 2-2 con el Sporting y en San Mamés se perdió 2-1. Estaba clarísimo que el Madrid no pelearía por la Liga. En Sevilla nos dimos un respiro al ganar 0-1 con gol... de Zamorano. Ya no nos acordábamos de cuándo había marcado su último gol en Liga. El chileno anotó frente a su ex equipo y los de Del Bosque sumaron dos puntos en un duelo que acabamos con diez por expulsión de Chendo. Pero nada, era dar un paso adelante y otro atrás. Ganamos fuera y en la siguiente jornada perdimos en casa. Derrota 0-2 con la Real Sociedad. Otra derrota. Otra... ¿Cuántos partidos habíamos perdido ya?

A finales de abril y principios de mayo de 1994 la situación del equipo era tan decepcionante que los aficionados estábamos más pendientes de las novedades que se barajaban de cara a la siguiente temporada que a lo que faltaba por jugarse. La revista oficial del Real Madrid llevaba a su portada, sin rodeos, a Jorge Valdano como nuevo entrenador e informaba de la contratación de Quique Sánchez Flores. Los aficionados estábamos ilusionados con los nombres que se barajaban de cara al Real Madrid de la temporada 1994-95. Las informaciones apuntaban a la incorporación de dos grandísimos jugadores, el danés Michael Laudrup y el argentino Fernando Redondo. Don Balón publicaba un reportaje en el que se avanzaban otros nombres y así, entre futuribles y la confirmación de nuevos fichajes, los madridistas levantábamos el ánimo. Pensábamos a futuro. Lo que quedaba de la temporada 1993-94 no era muy alentador... Ganamos 1-4 al Albacete, pero a continuación perdimos 0-1 en el Bernabéu con el Barcelona y en la última jornada fuimos goleados 4-1 en Zaragoza. Caímos del pódium y finalizamos el campeonato en cuarta posición. Una decepción tremenda. La Liga acabó llevándosela el Barcelona tras fallar el Deportivo un penalti en el último minuto que les hubiera dado el título a los de Arsenio Iglesias. Aquel fatídico penalti de Djukic... Cuatro días después el Milán de Fabio Capello arrolló al Barcelona en Atenas con una goleada 4-0 que permitió a los italianos levantar la Champions League.

La Copa Iberoamericana

La temporada oficial estaba acabada... Pero todavía faltaba un pequeño capítulo. La Copa Iberia nacía con la intención de medir al Campeón de la Copa del Rey de la Federación Española de Fútbol con el Campeón de la Copa Oro de la CONMEBOL. El Real Madrid participaba tras ganar el torneo del KO el año anterior y se enfrentó al Boca Juniors. El partido de ida se jugó el 19 de mayo de 1994 en el Santiago Bernabéu y finalizó con victoria de los blancos por 3-1. Hierro y Morales, por partida doble, anotaron para los blancos. El 25 de mayo se disputó la vuelta y los argentinos se impusieron 2-1. Un gol de Milla permitía que el global de 4-3 favorable a los blancos le diera el trofeo al Real Madrid. Se trata de un título fantasma puesto que, a pesar de ser oficial, nunca se le suele contabilizar en el palmarés. Con el paso de los años este título ha quedado en el olvido. La competición no volvió a disputarse jugándose sólo aquella edición de 1994, lo que contribuyó a que la Copa Iberia se quedase en el limbo.

Epílogo

Al margen de aquella Copa Iberia, la Supercopa de España fue el único título que llevó a sus vitrinas el Real Madrid en la temporada 1993-94. Una campaña durísima con muchísimos sinsabores y muchísimos incidentes. Hubo temporadas peores después, pero recuerdo que sufrí muchísimo a lo largo de toda aquella campaña. A la plantilla le faltaba dar un salto de calidad y no llegaba con lo que había para disputar en condiciones los títulos en juego. Todo aquello fue un ejemplo de lo que fueron los años noventa para el Real Madrid, tiempos muy duros en los que jugar en Europa resultaba ser un suplicio, en los que los cambios de entrenador eran habituales y en los que faltaba estabilidad a todos los niveles. Fue un año en el que pasaron muchas cosas y pocas buenas, en el que equipos como Tenerife o PSG pasaron a engrosar el listado de bestias negras del Real Madrid y en el que el menosprecio y las críticas hacia el equipo y sus jugadores fueron constantes. No deja de ser curioso que, como ya he apuntado líneas atrás, los mejores recuerdos de esa temporada fueron los de la ilusión que se despertó entre los aficionados de cara al equipo que se empezó a construir de cara a la siguiente campaña. Estaba claro que el Real Madrid necesitaba nuevos jugadores y una nueva dirección técnica. Por aquella época la prensa le daba muchísima importancia a la vistosidad del juego y se alababa el juego de ataque, por lo que la apuesta por Jorge Valdano, ex jugador del Club, resultaba ilusionante. Con el argentino llegarían nuevos futbolistas con los que se podría pelear por la Liga, título de gran relevancia por aquellos tiempos y que se había alejado del Bernabéu durante los últimos cuatro ejercicios... Pero eso ya es entrar en otra Historia.

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