domingo, 13 de diciembre de 2020

ENTREVISTA CON SANTI ARAGÓN

Técnico del Área de Captación del Real Madrid y ex jugador de fútbol profesional

"EL GOL DE LA SUPERCOPA FRENTE AL BARCELONA ME AYUDÓ A DARME A CONOCER EN EL MUNDO DEL FÚTBOL"

Santiago Aragón Martínez (Málaga, 3-04-1968) se formó como jugador en la cantera del Real Madrid durante los años ochenta siendo parte de la generación que se conoció como la Quinta del Sabio. Debutó en Primera División con el equipo blanco en 1988 y posteriormente vivió dos etapas en la primera plantilla separadas por varias cesiones en el Espanyol, Logroñés y Valladolid. En la temporada 1992-93, tras iniciar una nueva campaña con el Real Madrid, termina recalando en el Zaragoza, equipo en el que jugaría el resto de su carrera deportiva de forma brillante hasta el término de la temporada 2002-03. Una vez retirado siguió trabajando en el Real Zaragoza dirigiendo en las categorías inferiores. En la actualidad forma parte del Área de Captación del Real Madrid siguiendo y analizando a jugadores con vistas a su incorporación a una cantera que él mismo conoció muy bien de joven. Con motivo del treinta aniversario de la consecución de la Supercopa de España 1990-91, en la que fue protagonista destacado, hemos charlado largo y tendido para repasar su carrera deportiva y recordar lo que supuso aquel famoso gol... Y es que Santi Aragón marcó lo que se conocía como 'el gol de Pelé'.

Historias del Real Madrid: 12 de diciembre de 1990. ¿Recuerdas esa fecha?

Santi Aragón: Sí. Sí que la recuerdo. Es una fecha muy marcada en la memoria. Sobre todo para la gente cercana, la familia y para todos los que me rodean. No sabía que se cumplían tres décadas ya, pero sí que me acuerdo, sí. Fueron unos meses un poco convulsos en el equipo porque hubo cambios de entrenadores. Alfredo Di Stéfano, que en paz descanse, en ese tramo de la temporada donde le tocó dirigir al Real Madrid confió en gente de la cantera y en ese caso a gente como Maqueda, Aldana o a mí nos dio bastante protagonismo. Nos dio bastantes minutos a los de la casa porque Alfredo Di Stéfano daba oportunidades a gente de la Ciudad Deportiva. Él creía mucho en la cantera. De hecho, él iba muchos fines de semana a vernos jugar. La verdad es que sí que tengo un excelente recuerdo de esa fecha y de esos meses.

HDRM: ¿Te acuerdas de esos dos partidos? Porque tú juegas los dos partidos, la ida y la vuelta.

SA: Sí. Yo tuve la fortuna de jugar la ida, que fue el día del famoso pisotón de Stoichkov a Urizar Azpitarte, y de jugar la vuelta. Traíamos ya un buen resultado de allí y en Madrid completamos un buen partido. Jugamos bien y nos sirvió para relanzar un poco al equipo porque, como te digo, fueron unos meses con mucho movimiento de entrenadores y nos costó un poquito arrancar en esa temporada.

HDRM: En el partido de vuelta le das el 3-1 a Hugo Sánchez y luego marcas tu famoso gol...

SA: Recupero un balón en su propio campo, en una presión a Nanu Soler, y le cedo el balón a Hugo Sánchez, que acompañaba la jugada, para que marque a puerta vacía. Y el último gol es el famoso, sí... 

HDRM: El extraordinario gol que recordamos todos...

SA: Recupero un balón en el medio campo, me logro equilibrar y golpeo el balón sorprendiendo a Zubi. Casi siempre, en esa época, los equipos de Cruyff jugaban con los porteros, en este caso Zubi, muy adelantados. Le sorprendí. La verdad es que fue un momento muy recordado porque los madridistas lo tienen en la memoria. En aquella época era también el boom de las televisiones y fue, un poco, como una manera de darme a conocer en el mundo del fútbol.

HDRM: ¿Fue un golpeo instintivo?

SA: Fue algo que yo manejaba porque una de mis características era el golpeo de balón tanto en corto como en largo. Estaba acostumbrado a golpear de media y larga distancia cuando me acercaba al área. Era un golpeo que tenía muy trabajado y que mejoras con el tiempo, es algo que dominaba. Yo ya había marcado algún gol de esa factura en juveniles. No tan importante ni en un escenario como ese, pero sí había marcado algún gol en la antigua Ciudad Deportiva de esas características, golpeando desde el medio campo. Recuerdo un partido de juveniles contra el Valladolid, donde jugaba Onésimo, entre otros futbolistas... Fue rememorar un poco aquel gol que hice en su día en la Ciudad Deportiva pero haciéndolo en el Bernabéu y contra el Barcelona, el eterno rival.

HDRM: ¿Qué supuso aquel gol para ti en aquellos momentos?

SA: Sobre todo por mi familia y por la gente que, de alguna forma, estaba pendiente de ti, te alegras mucho por ellos. Yo había llegado a Madrid con 16 años y me había separado de la familia. Vivía en una pensión de la cual tengo grandes recuerdos con muchos jugadores que eran de fuera de Madrid. Nos ayudaron a todos a convivir en esas circunstancias. Te acuerdas de muchísima gente. También te das a conocer en un mundo como el fútbol profesional y te ayuda a centrar ese foco de todo lo que se genera alrededor del Real Madrid. En eso me ayudó.

HDRM: La repercusión de aquel gol fue muy grande. Los días siguientes me imagino que fueron tremendos en cuanto a entrevistas, reportajes...

SA: Sí, sí... Ya te digo que en aquel entonces empezaban las televisiones privadas... Fue un poco ser el foco de atención, sí. Pero ya sabes que cuando generas noticias en un club como el Real Madrid los siguientes días eres el foco de atención de la prensa. Fue algo novedoso para mí porque yo no estaba acostumbrado a tanta entrevista. Todo lo contrario, soy una persona reposada y tranquila. Aquello me alteró un poco el ritmo de vida, pero con los años te vas acostumbrando. Fue la experiencia de vivir esos días un poco a otro ritmo.

HDRM: Para llegar a aquella Supercopa de España de 1990 hubo antes un largo recorrido en la cantera del Real Madrid. Vamos a remontarnos en el tiempo y comencemos por el principio de todo. Tu padre, Santiago Aragón García, fue futbolista, ¿verdad? No sé si le llegaste a ver jugar...

SA: No le llegué a ver jugar. Tengo muchas fotos y luego, posteriormente, sí que le he visto porque Paco Grande en su programa 'Conexión Vintage' me dio la oportunidad de verle jugar. La verdad es que fue un reportaje muy bonito. Mi padre, aunque es de Sevilla, desarrolló su carrera profesional en Málaga durante la década de los sesenta y hasta los setenta. Él empezó en los juveniles del Sevilla, te hablo de hace muchísimos años, pero luego se trasladó a Málaga donde ya desarrolló su carrera profesional e hizo su vida. Allí nacimos mis dos hermanos y yo. También ellos han jugado, nos viene de familia esa afición y esa pasión por el fútbol. A mí me ayudaron mucho desde el principio, mi padre el primero, en el sentido de que siempre que tienes un padre con experiencia en el fútbol sabe un poco cómo se manejan estas cosas. Al principio no estaba muy pendiente de mí porque lo que quería era que me divirtiera y que disfrutara. 

HDRM: ¿Tú tenías claro desde pequeño que querías ser futbolista?

SA: Bueno, no te lo planteas. Al principio cuando juegas tienes siete, ocho o nueve años y no te planteas ser un jugador profesional. Lo puedes soñar, pero es que son años difíciles y es muy complicado llegar porque el embudo se hace más pequeño cada vez. Luego, cuando un equipo como el Madrid se fija en ti, sí que de alguna forma empiezas a pensar que puedes llegar a ser profesional del fútbol. Yo empecé a jugar en un equipo de Málaga, en el Puerto Malagueño, un equipo que me pillaba cerca de casa. Empecé a jugar allí en categoría infantil a través de un buen amigo que estaba conmigo en el Colegio Maristas de Málaga, donde estudiábamos. El Puerto Malagueño es un equipo muy conocido en Málaga, un equipo de solera del que han salido muchos jugadores. Como me pillaba al lado de casa intentas divertirte y disfrutar, porque con esas edades es lo que hay que pensar. A partir de ahí empiezo a jugar y un día, de buenas a primeras, llega una carta al club de que hay dos o tres jugadores de este equipo al que yo pertenecía a los que nos iban a hacer una prueba en Madrid. 

HDRM: Te iba a preguntar cómo se materializó tu llegada a la cantera del Real Madrid...

SA: El Madrid se puso en contacto con el club a través de un ojeador que tenía en Málaga. Entonces vamos dos o tres compañeros del equipo a hacer una prueba a Madrid a finales de la temporada. Te estoy hablando de junio o julio... Era 1984. De hecho, hace poco en una de estas limpiezas que haces por casa apareció la famosa carta de que te convocaban. Yo tenía 16 años. Fuimos a entrenar una semana y nos hicieron jugar dos o tres partidos. Me acuerdo que los veían Molowny, Vicente Del Bosque... Nos dicen al final de esas pruebas que nos podíamos ir a casa, pero a los diez o doce días nos llaman para decirnos que estaban interesados en que me incorporase al Real Madrid para la nueva temporada, que empezaba en julio-agosto de ese año. Al final se pusieron de acuerdo los clubes. En Málaga hubo un poco de revuelo porque mi padre en esos momentos pertenecía al cuerpo técnico del Málaga y no querían que un hijo de un entrenador del Málaga se fuera a Madrid, pero en realidad no habían demostrado interés en que yo fuera para Málaga. Cuando vieron que a lo mejor yo me iba al Madrid fue cuando mostraron interés. El resto de la historia, está escrita. Voy a Madrid y voy subiendo en el escalafón, como otros compañeros, hasta que llego al primer equipo.

HDRM: ¿Fue duro dejar Málaga e ir a Madrid?

SA: Eso fue un poco lo más difícil, separarte de tu entorno, de tus padres... Estamos hablando de los años ochenta. No es como ahora que con los medios de transporte Madrid está a dos horas de cualquier punto de España. En mi época tardabas siete u ocho horas en llegar a Madrid y no tenías la oportunidad de ver a tu familia... Y en esas edades es importante el calor y la compañía de ellos. Pero bueno, conocí allí a mucha gente que me ayudó en la pensión del Madrid. También a jugadores que llegaron con mi edad y con los que se hizo un buen grupo. Entre todos nos ayudábamos. Estaban Eduardo Vílchez, Santi Cañizares, Canales... Jugadores que luego han llegado a Primera División. En esos momentos te apoyas en ellos porque ellos están igual que tú. Estudiábamos por la mañana y entrenábamos por la tarde, ese era nuestro día a día. Luego competías los fines de semana con la ilusión de llegar algún día a vestir esa camiseta del Real Madrid en el Bernabéu.

HDRM: Háblame de la famosa pensión en la que se alojaban los chicos de fuera de Madrid...

SA: Era una residencia que tenía el Real Madrid, una especie de pensión donde estábamos catorce o dieciséis chicos. Ahora ya no, ahora ya tenemos una residencia súper lujosa y para mucha más gente. Pero en aquel entonces sólo teníamos esa residencia donde había un matrimonio de Zamora y una persona que hacía labores de tutoría, que se llamaba José Luis Goñi. Él trabajaba en el Club y era quien hacía de nuestro tutor, porque nosotros éramos menores. Era la persona que estaba pendiente de nosotros, nos marcaba las horas de salida, las horas de entrada, estaba pendiente de que fuéramos al colegio por la mañana... Estudiábamos en un colegio con el que el Madrid tenía concertados los estudios. Por las tardes entrenábamos y los sábados y domingos competíamos. La gente de Madrid se portó muy bien con nosotros. Como estábamos fuera de casa, los sábados y los domingos muchos de nuestros compañeros y sus familias nos invitaban a sus casas a comer y pasábamos la tarde allí con ellos. Era algo muy bonito y se establecían muchos vínculos. Son muy buenos recuerdos. Lo valoras ahora, con el tiempo. Nosotros estábamos fuera de casa y echábamos mucho de menos a nuestra gente, pero aquello te servía también un poco para que tuviéramos mucha relación con esos compañeros y que prácticamente fueran nuestra familia de Madrid.

HDRM: ¿Te acuerdas de los entrenadores que tuviste en las categorías inferiores?

SA: Sí, hombre, claro. Desde Sebastián Fleitas, que fue el primero de ellos, hasta Toni Grande. Paco Alonso, Juan Gea, Juan Santisteban, Mariano García Remón, Vicente Del Bosque... Sí, claro. Me acuerdo de todos. Todos me ayudaron mucho. Para nosotros era una experiencia y un aprendizaje súper importante y nos enseñaron todo. Sólo tenías que escucharles y aprender para después intentar poner en práctica todo lo que te decían. Me acuerdo también de la gente del Club. Era un Club muy familiar. Me acuerdo de Miguel Malbo, Alberto García, Asenjo... Gente no muy conocida pero que ponía su grano de arena para que estuviéramos lo más cómodos posible. Al final, el objetivo era formar personas y formar deportistas. Lo bonito sería que todos pudiéramos llegar pero, al final, si no llegas al primer equipo, te estás formando para poder desarrollar tu carrera profesional en otro club en Primera División si tienes las condiciones para llegar. Esa es la experiencia mejor que te puedes llevar.

HDRM: Entrenabais en la Ciudad Deportiva. ¿Veíais a los jugadores del primer equipo del Real Madrid?

SA: Sí, estaba más accesible que ahora. Antes los jugadores del primer equipo estaban más cerca. A mí el que más me ayudó fue Juanito, que en paz descanse, paisano mío y que siempre se preocupó mucho por mí y porque estuviera bien. Algunas veces también me llevaba a su casa a comer y se preocupaba porque estuviera cómodo. Era paisano y como tenía un corazón como el que tenía, tan grande, me ayudó muchísimo. Él era uno de los jugadores más importantes del primer equipo y él tiraba de todos con ese carácter tan campechano. Me hizo conocer a muchos jugadores, a Ricardo Gallego, Míchel... Todos estos estaban muy pendientes de los jugadores de la cantera. Además, era gente que había salido también de la cantera. Sabían de alguna manera lo que se necesitaba y te daban muchos consejos. 

HDRM: ¿Te fijabas en algún jugador en concreto?

SA: A mí es que el jugador que más me gustaba de siempre era Juanito. Bueno, te fijabas en muchos... En Vicente Del Bosque también, porque jugaba en mi posición y me fijaba mucho en él. Siempre te fijabas en muchos jugadores que habían pertenecido al Real Madrid, claro que sí. Pero de Juanito tengo muy buenos recuerdos, muy bonitos... Se portó de maravilla conmigo. Bueno, se portaba con todo el mundo bien, pero conmigo especialmente tenía mucho vínculo.

HDRM: En aquellos años de mediados de los ochenta os juntáis una buena generación de futbolistas en el Juvenil y en el Castilla. Sois los que posáis para aquel extraordinario reportaje de 'Historia viva del Real Madrid' publicado por ABC. Eduardo Vílchez, César Gómez, Maqueda, Caminero, Cañizares... Os bautizaron como la 'Quinta del Sabio', aunque ya sabes que a Eduardo no le gusta mucho ese nombre...

SA: Como habían sacado la 'Quinta del Buitre' y la habían bautizado así, posteriormente intentaron sacar más "quintas" y nos pusieron ese nombre. Pero lo importante fue que se trataba de una generación muy buena. No todos tuvimos la suerte de poder jugar en el primer equipo pero sí que nos dio el Madrid la oportunidad de hacer carrera en Primera División, que eso es con lo que nos tenemos que quedar. Surgimos en un momento en el que estaba la Quinta del Buitre y eran chicos con un nivel muy alto, así que costaba hacerse un hueco ahí. Ellos estaban en su plenitud y eran la base del equipo. Nosotros lo que queríamos era jugar y agotábamos todas las posibilidades de jugar porque, ya que estabas tan cerca, las querías agotar.

HDRM: ¿Cómo fue el contacto con el primer equipo? ¿Entrenabas con ellos antes del debut?

SA: Nosotros ya íbamos con el primer equipo en alguna pretemporada. Lo típico, te llevan un poco para verte aunque luego te bajen. Yo recuerdo una pretemporada con el primer equipo en Holanda con Beenhakker. Luego, posteriormente, te subían cuando tenían problemas de lesiones o durante algunos tramos de temporada que te subían, unas veces más, otras veces menos, dependiendo de las necesidades. Fue algo progresivo. Ramón Grosso, que casi siempre era segundo entrenador, también tenía mucho contacto con la cantera y conocía de primera mano a los jugadores más destacados. También fue una persona que me ayudó mucho, tanto él como su familia.

HDRM: ¿Te acuerdas del día de tu primer partido con el primer equipo? Es el partido de Vigo en el que debutáis con el Real Madrid León, Mandía y tú.

SA: Sí, fue justo antes del partido de vuelta con el PSV. Ese fue mi debut en Primera División. Fue el 16 de abril de 1988. Esa semana Beenhakker dio descanso a la mayoría de los titulares e hizo un equipo con gente de la primera plantilla y fuimos bastantes del filial, como cuatro o cinco jugadores, si no recuerdo mal. Y la verdad es que fue un buen debut porque empatamos a cero y recuerdo de aquel partido que estaba Santillana, que estaba Ricardo Gallego, Camacho, Maceda... Había jugadores de mucho calado y de mucha historia del Real Madrid en ese partido. Empatamos a cero y pudimos ganar. Con ese partido aportamos un poco a que luego el Madrid fuese Campeón, porque esa temporada 1987-88 se gana la Liga. Contento y feliz por haber aportado aunque sólo fuese en ese partido. De alguna forma lo tengo como un buen recuerdo. Nos dieron además una pequeña copa en miniatura a los que participamos y la tengo en casa guardada con muchísimo cariño.

HDRM: En la siguiente temporada, 1988-89, estás en el Castilla y a mitad de campaña vas al Español cedido...

SA: Yo ya llevaba bastantes años en el Castilla y en ese verano tuve alguna oferta para salir pero no quise marcharme porque estaba jugando en Segunda División con el Castilla. Pero a mitad de temporada el Español me reclama. Estaban las cosas un poco difíciles allí en Barcelona. Dada la relación siempre buena que tienen históricamente el Español y el Madrid me voy allí. El año anterior había estado Sebastián Losada, cuando juegan aquella Final con el Leverkusen en la UEFA. Yo voy al año siguiente y allí estamos José Aurelio Gay, Mandía... Yo llego en febrero de 1989. Fue la primera experiencia en un equipo de Primera División fuera del Madrid. Era distinto. Un vestuario adulto, conviviendo con otro tipo de gente, en una situación difícil porque el Español estaba en los puestos de abajo en la Liga. Jugué muy poco. Clemente me reclamó pero él salió al mes de estar yo allí. Luego vinieron entrenadores de la casa y confiaron más en gente veterana. Yo era joven y la verdad es que no jugué mucho, pero bueno, fue una experiencia más del fútbol y saber que no todo es tan bonito. Ese año descendimos y volví a Madrid.

HDRM: Después viene otra cesión de cara a la temporada 1989-90. Al Logroñés.

SA: Sí. Vuelvo a Madrid y es cuando se produce el traspaso de Ruggeri y nos mandan en paquete para allá. Vamos Vílchez, Maqueda, Rosagro y yo. Estaba también José María, pero él no va en el paquete nuestro. Él ya había fichado por otro lado, no dentro de esa operación. En la operación de Ruggeri nos incluyen a nosotros cuatro más un dinero. Es la segunda experiencia en un equipo profesional y además desde el principio de temporada, algo distinto a llegar a mitad de campaña. La verdad es que se hace un gran grupo de gente joven y de gente veterana. Allí coincidimos con Quique Setién, Manolo Sarabia, Alzamendi... Estaba como entrenador José Luis Romero. Los que vamos del Castilla estamos casi todo el tiempo juntos porque cogemos dos casas en el mismo edificio, así que íbamos a comer al mismo sitio siempre... Siempre estábamos juntos. Fue un año estupendo porque el Logroñés estuvo a punto de clasificarse para la UEFA, se quedó a dos puntos. El año fue muy bueno y con muchas experiencias, muy positivas todas. Igual que el año anterior no fueron tan positivas, ese año fue justo lo contrario. Éramos un buen grupo de jugadores en una ciudad pequeña, un equipo muy familiar, equipo humilde... La verdad es que se hizo una gran temporada en Logroño y de hecho la recuerdan todavía. Cuando posteriormente hemos ido y coincidimos allí con gente, la recuerdan muy bien. Fue un año que nos hizo crecer mucho a todos. A los que íbamos jóvenes porque te empapabas de la gente tan experimentada que teníamos como Setién o Sarabia, que nos ayudaron mucho a conocer un poco lo que era el mundo del fútbol. Además, todo el mundo en Logroño nos ayudó mucho. Recuerdo el sitio al que íbamos a comer, que era el Buenos Aires, un restaurante de allí que prácticamente era nuestra casa. Pasábamos comidas y cenas allí. Como te digo, fue un año muy entrañable y lo tenemos en el recuerdo muy presente.

HDRM: Termina ese año y vuelves a Madrid. Pero antes, acudes a la gira americana del Real Madrid.

SA: Al final de esa temporada en Logroño hay un Mundial, el de Italia, al que no van algunos jugadores del primer equipo del Real Madrid. Así que hacemos una gira por América con jugadores que no van a ese Mundial como Schuster, Hugo Sánchez, Rafa Gordillo, que tampoco va... La experiencia fue muy buena, aunque lo pasamos fatal en un vuelo... Lo pasamos muy mal, muy mal... Si hablas alguna vez con alguno que estuvo también te lo comentará. 

HDRM: Sé que lo pasasteis mal en algún partido por el tema de la altura...

SA: Lo de la altura, sí, también lo pasamos mal porque jugamos en Toluca. Pero lo del vuelo... No sé si fue Monterey-Los Ángeles, pero nos tocó una tormenta eléctrica en pleno vuelo y al avión sólo le faltó ponerse boca abajo. Al ser una tormenta eléctrica las bolsas de aire, los rayos y los truenos fueron muy importantes y dimos cada tumbo en el avión que lo pasamos muy mal. Lo pasamos muy, muy mal. De hecho, cuando lo hemos recordado hemos llegado a la conclusión de que fue el peor vuelo que nos ha podido tocar. Es, con diferencia, el peor viaje de avión que he tenido.

HDRM: ¿Qué más recuerdas de aquella gira?

SA: Allí jugamos varios partidos en varios sitios. Y al final de esa gira, en el aeropuerto de Dallas, Toshack nos comenta y nos va diciendo a cada uno el futuro o lo que tiene pensado para cada uno de nosotros. A mí, en el aeropuerto de Dallas, es donde me comenta que en la siguiente temporada voy a estar en la plantilla del Real Madrid. Aquello fue... Fue un notición para mí porque era muy difícil en nuestra época poder llegar a formar parte de la plantilla. Imagínate para un chico que ha salido de su casa a los dieciséis años... ¡Se cumple el sueño! Y la siguiente temporada es la del famoso gol de la Supercopa. Toshack empieza de entrenador pero en noviembre cambian de técnico.

HDRM: ¿Cómo vives esa temporada 1990-91 en el Real Madrid?

SA: Hubo cambios de entrenadores y el equipo no estaba acostumbrado a este tipo de cambios. Tenía la experiencia del Español, pero la situación era distinta porque en aquel caso estabas luchando por los puestos de abajo. En el Real Madrid tienes que estar todo el rato en los puestos de arriba de la clasificación, en el Madrid te expones a estar siempre en lo más alto. Entonces se vivió de la mejor manera posible... Son cambios que no gustan porque te adaptas a una forma de entrenar y a una forma de trabajar. Vino en este caso Don Alfredo Di Stéfano, con el que tengo lo mejores recuerdos como entrenador y como persona, una persona de mucha experiencia en el fútbol, de mucho aprendizaje... Sabía transmitirlo, sabía contarlo y era una persona muy cercana. Te daba muy buenos consejos y te intentaba ayudar en todos los sentidos. Ha sido uno de los jugadores más grandes que ha tenido el fútbol y el Madrid, por supuesto. Sólo tenías que escucharle y aprender.

HDRM: El problema es que tampoco termina la temporada y llega Antic. Tanta inestabilidad, ¿afecta a los jugadores?

SA: No es muy agradable, desde luego. No es agradable. Durante los meses que estuvo Di Stéfano se ganó la Supercopa, lo que pasa es que luego en Liga no andábamos muy bien y al final vino Antic, que recuperó un poco la regularidad del equipo y terminó la temporada. Yo con Antic no jugué mucho, la verdad, porque tanta inestabilidad a los jóvenes nos afecta bastante, sobre todo a la hora de darnos minutos y de darnos más confianza. Se terminó bien la temporada y al final de esa campaña existe la posibilidad de venir a Zaragoza, pero en un principio no se da. Empiezo la temporada 1991-92 sabiendo que lo voy a tener complicado y difícil para jugar. Pero cuando estás ahí agotas todas las posibilidades para tratar de jugar.

HDRM: Y acabas esa temporada 1991-92 en el Valladolid.

SA: Sí, a mitad de temporada como veo que no juego nada y que apenas participo... El Valladolid estaba en mala situación, en una circunstancia parecida a la del Español. Vamos para allí con la idea de intentar ayudarles pero desgraciadamente no se da. Vivo otra experiencia negativa en el sentido de que hay mucha inestabilidad. Yo fui porque estaba Maturana y por aprender más con un entrenador como él, que en aquel entonces tenía mucho prestigio, pero las cosas no se dan y Maturana está tres o cuatro semanas, por lo que se repite para mí la misma situación que con el Español. Eso sí, juego bastantes partidos en Valladolid, dieciocho partidos, y meto tres goles. Pero descendemos.

HDRM: En la temporada 1992-93 vuelves al Real Madrid.

SA: Eso es, vuelvo al Madrid otra vez, con Benito Floro. Comienzo la temporada y me lo ponen difícil otra vez. Tengo alguna oferta pero no pienso en ella. Las cosas van medio regular, no juego mucho, pero en el mes de marzo el Zaragoza tiene una baja por lesión. Antiguamente no había apertura de mercado, estaba siempre abierto y no había fechas para fichar. Entonces el Zaragoza se interesa otra vez en mí tras algunas intentonas de años anteriores. Estuve en el Real Madrid hasta los 24 años, cuando tienes que decidir entre quedarte allí y esperar y esperar o buscar de alguna manera la carrera por otro lado. Fue una decisión dura porque no te gusta irte de un club al que has llegado muy joven, pero al final tienes que dar ese paso. Vi que Zaragoza era una buena oportunidad para mí y vine en marzo de 1993. Los últimos diez o doce partidos los juego con el Zaragoza, que se guardó una opción de compra. Y las cosas fueron bien. Me adapto muy bien a la ciudad. Yo ya estaba casado y mi mujer también se adapta bien a la ciudad y decidimos quedarnos en Zaragoza, donde desarrollé mi carrera profesional, donde más éxito he tenido y donde he fijado de alguna manera mi residencia y mi vida.

HDRM: Recuerdo que marcas gol en tu primer partido con el Zaragoza...

SA: Sí, marco un gol que saca los pañuelos. ¡En el Bernabéu también sacamos pañuelos el día de la Supercopa! Tengo una anécdota con un directivo, con Javier Paricio, que ya no vive el pobre, y cuando llegamos al vestuario él me da la enhorabuena porque habíamos empatado con ese gol, que fue muy bonito. Él me dijo: "El primer día y ya has sacado pañuelos". Yo le dije: "Javier, esto no va a ser todos los días". Paricio me respondió: "¡Aquí es muy difícil sacar pañuelos!". Yo le respondí que ya lo sabía y por eso le insistía en que no iba a ser así todos los días. La verdad es que había un grupo muy bueno allí en Zaragoza y un entrenador con ideas muy buenas. Encajamos todos en una misma idea y disfrutamos mucho con aquel equipo.

HDRM: Allí en Zaragoza, además, os juntáis una buena colonia de ex madridistas...

SA: Estaban Pardeza, Solana, Esteban... Estaba Aurelio Gay, con el que coincidí en el Castilla y en el Español. Luego ya se enganchan Juanmi, Esnáider...

HDRM: Una época muy feliz, imagino...

SA: Sí, muy feliz y muy gloriosa. La gente nos recuerda con mucho cariño. Ganamos la Copa del Rey, la Recopa de Europa... Luego, en la Liga, hicimos buenas clasificaciones. La gente tiene un gran recuerdo de aquel equipo, fueron años donde los aficionados zaragocistas disfrutaron mucho. Me formé como jugador en el Real Madrid, donde me dieron todas las oportunidades y esa formación que te dan, y donde realmente hago el recorrido de mi carrera profesional más importante fue en Zaragoza, donde más se me recuerda. Así que muy felices y muy contentos de haber desarrollado mi carrera y de haber fijado mi residencia aquí en Zaragoza. Son muchos años, mis hijas han nacido aquí...

HDRM: En la actualidad trabajas en el Área de Captación del Real Madrid. 

SA: Sí. Llevo desde el año 2016 y es un trabajo que me gusta, que me llena, intentando captar jugadores de la misma forma que en su día nos captaron a nosotros con 16 años. El círculo se cierra, ¿no? Cada día tenemos que ver más partidos, realizar más informes y estar atentos a jugadores talentosos y jugadores especiales para que puedan incorporarse a las categorías inferiores del Real Madrid. Trabajamos entre Madrid y Zaragoza. Con todas las cosas y los adelantos que hay ahora puedes trabajar desde casa, viendo partidos... Los desplazamientos son mucho más rápidos y de alguna forma estamos entre Madrid y Zaragoza.

HDRM: Para terminar. ¿Qué balance haces de tu paso por las categorías inferiores del Real Madrid?

SA: La experiencia la recuerdo con muchísimo cariño. Si hablas con gente de nuestra generación todos te dirán lo mismo. Es una forma o una fórmula con la que te han enseñado a crecer, con la que te han enseñado a formarte... Te han enseñado a tener momentos de mucha felicidad, también mezclados con momentos más tristes... En aquellos momentos siempre te apoyabas en el compañero, en el amigo y en el cariño que te podían dar las personas de alrededor, porque al final eso es una escuela de la vida, formarte con gente que está como tú. Esos años los recuerdas con muchísimo cariño. Aunque ya el contacto no es tan directo es fácil de cultivar la relación que puedas tener con distinta gente aunque hables de tiempo en tiempo, porque como es alguien que ha estado tan cercano... Al final, prácticamente, es como si nos viéramos diariamente aunque no nos veamos. Esos lazos con todos aquellos compañeros son difíciles de olvidar, ¿sabes? Aunque cada uno tenga su familia, cada uno viva en su ciudad o cada uno viva su vida... Pero son vínculos para toda la vida. El contacto no es diario, pero para cualquier cosa que se necesite estamos ahí y estamos encantados de saber los unos de los otros.

2 comentarios:

  1. Excepcional entrevista. Muy completa. Me ha resultado muy interesante lo que cuenta de su paso por las categorias inferiores. Personalmente siempre pense que debería haber jugado más, pues calidad le sobravaba, pero claro en aquella epoca solo había dos cambios y el centro de campo era muy potente con Hagi, Milla, Michel y luego Martin Vazquez aunque con las lesiones de Prosinecky se le podia haber dado más oportunidades en el primer año de Floro.
    Enhorabuena por tu trabajo.

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    1. Muchísimas gracias. Me alegro de que te haya resultado de interés.
      Yo también creo que fue un jugador que pudo haber actuado mucho más por su gran calidad pero, como muy bien explicas y como apunta el propio Santiago en la entrevista, resultaba difícil encontrar un hueco debido a la enorme competencia que había en aquellos momentos.

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