Tal día como hoy, 19 de julio, del año 1994, se presentaba el Real Madrid en el Santiago Bernabéu frente a 55.000 personas. Ahora pueden parecer hasta pocas, pero hace dos décadas aquello supuso todo un récord que ilustra la ilusión que se había generado en el madridismo. Tras cuatro años de continuas decepciones en el campeonato de Liga, el Madrid había conformado una plantilla de ensueño que había devuelto la alegría a los aficionados.
Fueron varias las novedades que presentó aquel día el equipo, pero sin duda, había dos nombres por encima del resto: Michael Laudrup y Fernando Redondo. Sobre ellos habíamos depositado las esperanzas de regeneración de un equipo que partía con el claro objetivo de recuperar el cetro futbolístico nacional.
En la actualidad ya no se hacen presentaciones como aquellas. Recuerdo que durante los años ochenta y casi toda la década de los noventa eran habituales estos actos con los que se abría el telón de las pretemporadas. Los equipos fichaban lo que necesitaban antes de empezar a trabajar. A mediados del mes de julio, aproximadamente, hacían una puesta en escena en el estadio para la que se convocaba a los medios de comunicación. Así, se hacía la foto de familia de la nueva plantilla, se obtenían las primeras imágenes y fotos de los nuevos fichajes, y se escuchaban las primeras declaraciones del presidente, del entrenador y del capitán. Eran discursos protocolarios y breves en los que se prometía generalmente “trabajo” y el esfuerzo necesario para alcanzar los objetivos marcados.
La temporada 1993-94 no fue para tirar cohetes. Ya lo he explicado varias veces aquí en ‘Historias del Real Madrid’. Al margen de la Supercopa, el equipo cayó en las principales competiciones frente a sus particulares bestias negras de la época. El cese de Benito Floro y la llegada temporal de Vicente Del Bosque no evitaron que el equipo cayera a la cuarta plaza de la clasificación en el último partido de Liga. En la Recopa nos eliminó, por segundo año consecutivo, el PSG. Y en Copa del Rey el encargado de echarnos a la calle fue el Tenerife de Jorge Valdano.
El conjunto dirigido por el ex jugador madridista ya nos había dejado sin dos Ligas y nos apeaba de la Copa el 1 de febrero de 1994. Jorge Valdano llegó a decir aquello de que esperaba devolverle algún día al Madrid lo que le había quitado. Y precisamente en aquel mismo año recibió la llamada para hacerlo. En la recta final de aquella temporada 1993-94, se iniciaron los contactos para que Jorge Valdano volviese al Bernabéu como entrenador.
Pensando en el futuro
Allá por los meses de marzo y abril de 1994 ya era casi un secreto a voces que Valdano sería el entrenador del Real Madrid. La temporada avanzaba a trompicones para el Madrid y a los aficionados, entre tantas críticas al equipo desde los medios de comunicación, que hacían siempre leña del árbol caído con cada derrota inesperada, cada empate o cada eliminación, no nos quedó más consuelo que desear acabar la campaña de la mejor manera posible y pensar en la siguiente. Los posibles refuerzos del equipo sonaban muy pero que muy bien...
A la más que posible llegada de Valdano se unía la posibilidad de que el argentino viniese acompañado desde Tenerife del jugador estrella del conjunto chicharrero, su compatriota Fernando Redondo. Se trataba de uno de los futbolistas estrella de la Liga española y el Madrid necesitaba jugadores de ese calibre en una plantilla que, por desgracia, no parecía sobrada de calidad.
Pero, sin duda, el rumor que realmente nos ponía los dientes largos, provenía de Barcelona. El danés Michael Laudrup finalizaba su contrato con la entidad blaugrana y no parecía nada satisfecho con su situación personal. La llegada del brasileño Romario le había convertido en el cuarto extranjero del equipo y había pasado a visitar el banquillo con más asiduidad de lo que le hubiese gustado. Su relación con Cruyff se deterioró y empezó a rumorearse la posibilidad de que el futbolista cogiese el puente aéreo para jugar en el Real Madrid.
Si los rumores no iban mal encaminados, tenía buena pinta esa especie de revolución que se estaba cocinando en el Real Madrid. Ramón Mendoza estaba haciendo todo lo posible por reforzar el equipo con el mayor número posible de estrellas.
Refuerzo en la portería
Santiago Cañizares, portero del Celta de Vigo, era otro de los nombres propios del momento. Canterano madridista, había sido tercer guardameta de la primera plantilla durante la temporada 1988-89. Tras una nueva campaña en el Castilla, jugó en el Elche y en el Mérida, donde tuvo de entrenador a Juan Gómez 'Juanito'. En 1992 fichó por el conjunto gallego proclamándose Zamora de la temporada 1992-93 junto con el deportivista Liaño.
En la temporada 1993-94 le había llegado la internacionalidad. Fue en el célebre partido de clasificación para el Mundial de Estados Unidos frente a Dinamarca. Aquel 17 de noviembre de 1993, Cañizares había sido convocado por Clemente ante la ausencia de Lopetegui. El azar quiso que Zubizarreta viese la tarjeta roja a los diez minutos de partido y tuviese que entrar a jugar el joven Cañizares, con su dorsal 13 a la espalda. Era su debut en la Selección, pero firmó una actuación sobresaliente. Hierro marcó el gol que clasificaba a España para el Mundial, pero junto a él, el otro héroe del partido fue Santiago Cañizares, que salió del choque absolutamente consagrado. Lógicamente, Cañizares era otro de los nombres que empezaron a sonar con fuerza para el futuro Madrid 94-95. Poco a poco, los aficionados íbamos imaginando cómo encajaban las fichas sobre el tablero. Sonaban refuerzos para todas las líneas...
Los medios de comunicación aprovecharon la situación para empezar a satisfacer nuestro ansia de ver el equipo que se estaba fraguando para la siguiente temporada. Nunca olvidaré un reportaje de Don Balón que firmó Ferrán Correas allá por el mes de mayo de 1994. A dos páginas, y sobre una bonita foto panorámica del Santiago Bernabéu, aparecían las fichas de los jugadores que, presumiblemente, compondrían la plantilla del Real Madrid de la temporada 1994-95. Aparecían los montajes fotográficos, con la camiseta del Real Madrid, de Laudrup, Redondo y Quique Flores. El lateral derecho del Valencia finalizaba su contrato con el conjunto che y su llegada al Santiago Bernabéu estaba casi cantada.
Aquello generaba ilusión, aunque en el reportaje hay algunos ‘lanzamientos a la piscina’ que luego quedaron en nada. Se apunta, por ejemplo, que el canterano Cano sería el tercer portero del equipo por detrás de Buyo y Cañizares. Sin embargo, Carlos David Cano entró en la operación Cañizares y jugó en el Celta de Vigo la temporada 1994-95. Había algunas ausencias en el centro del campo de aquel ‘collage’ a doble página. Pero lo más llamativo era la delantera. Junto con Alfonso, Butragueño y el canterano Dani, aparecían dos ‘fichajes fantasma’. Uno era el sportinguista Juanele, que había adquirido cierta notoriedad con el equipo de Gijón y que acabó siendo uno de los 22 convocados por la Selección para el Mundial de Estados Unidos. Sobre el otro jugador quiero extenderme un poco más. Era Rubén Sosa.
El uruguayo Rubén Sosa, que había jugado en el Zaragoza de mediados de los ochenta, tenía 28 años y militaba en el Inter de Milán. Entre mayo y junio de 1994 sonó con muchísima fuerza como refuerzo del Real Madrid. El chileno Iván Zamorano encadenó una mala racha de diecisiete jornadas de Liga sin marcar gol. Pese a que su primera temporada en el Madrid había sido muy buena, Zamorano fue señalado como uno de los principales culpables de la mala situación del Madrid. Se pidió su cabeza y el club le buscó sustituto. Jorge Valdano no contaba con él. Todo parecía indicar que Rubén Sosa sería el nuevo delantero del Real Madrid. En la portada de la revista del Real Madrid de julio-agosto de 1994 aparece el uruguayo del Inter sosteniendo en sus manos la elástica del Real Madrid.
Los fichajes van llegando
El 18 de mayo de 1994 el Milan ganaba en Atenas su quinta Copa de Europa al golear al Barcelona 4-0. Michael Laudrup no jugó aquel partido. Cuatro días antes, el sábado 14 de mayo, Djukic fallaba el penalti más famoso de la historia del Deportivo de La Coruña. Al día siguiente, domingo, finalizaba el campeonato de Liga. Aquel 15 de mayo, el Madrid perdía en La Romareda 4-1 con el Zaragoza. Nos caíamos del pódium de la clasificación. Se acabó una temporada que dejó mal sabor de boca. Realmente el equipo pedía a gritos un buen lavado de cara. La siguiente cita futbolística era el Mundial que, como ya recordé aquí en Historias del Real Madrid, arrancó el 17 de junio en Estados Unidos.
Con las competiciones de clubes ya terminadas, llegó el momento de que los fichajes que con tanta fuerza habían sonado durante las anteriores semanas, se fueran oficializando. Antes de acudir con la Selección de Argentina, Fernando Redondo estampó su firma con el Real Madrid. Jorge Valdano ya tenía el 'cerebro' para el Real Madrid 1994-95.
Con los argentinos llegaron el resto de refuerzos. No hubo sorpresas. Michael Laudrup fichó por el Real Madrid siendo quizás la llegada que más me ilusionó. Junto a ellos, Santiago Cañizares, Quique Sánchez Flores y un joven procedente del Valladolid al que no le habíamos prestado casi atención pero que daría mucho que hablar. Según aseguraban los medios, José Emilio Amavisca sería incluido en alguna operación de canje con otro jugador o sería cedido.
El que no terminaba de llegar era Rubén Sosa. Las negociaciones no iban tan bien como se suponía y además estaba el problema de encontrarle una salida a Iván Zamorano. Problema para los que querían su marcha, claro. Recuerdo que yo estaba absolutamente convencido de que el chileno era muy válido para el equipo. Además, el jugador tenía contrato con el Madrid y quería quedarse en el equipo.
Y así fue pasando el mes de junio de 1994. Cargado de ilusión, comencé a disfrutar de mis vacaciones viéndome todos los partidos de fútbol del Mundial y pensando en el futuro inmediato del Real Madrid. ¡Menudo equipazo! Entre Laudrup, Redondo y lo que había ya en casa, como Fernando Hierro, Luis Enrique, Alfonso, Míchel… Y Valdano en el banquillo. Un técnico que se había ganado el respeto con el fútbol que había practicado el Tenerife durante los anteriores ejercicios. Sí. Aquello prometía...
La presentación
Y por fin llegó el día de la presentación del equipo. El Mundial acabó el domingo 17 de julio con el triunfo de Brasil. Dos días más tarde, el martes 19 de julio de 1994, es decir, tal día como hoy de hace veinte años, el nuevo Real Madrid se puso en marcha bajo una tremenda expectación. La ilusión que se había generado durante el anterior trimestre hizo que algo más de 55.000 personas se acercaran al Santiago Bernabéu para ver a sus nuevos ídolos.
Aún conservo el ejemplar del diario Marca del día siguiente, 20 de julio, en el que se recoge la información de aquel acto multitudinario. En portada, el titular, '55.000 amores’. “Nunca en la historia la presentación de un equipo convocó a tanta gente”, apuntaba el diario, que decoraba su primera página con un acróstico con la palabra REAL.
Aquel día el Real Madrid estrenaba equipación. La firma española Kelme era el nuevo proveedor de material deportivo del club. Recuerdo que, para no dañar el césped, que acababa de ser remodelado, los jugadores y el cuerpo técnico saltaron al verde sin botas de jugar. En su lugar utilizaron calzado deportivo sin tacos.
El diario, en su doble página central, incluía una especie de póster en el que analizaba uno por uno a todos los jugadores de la plantilla. “Con este Real Madrid si se puede soñar”, rezaba el titular de esa doble página. Y tanto que se podía soñar. Yo lo llevaba haciendo durante los anteriores tres meses... Y, por fin, se había hecho realidad. Allí estaban juntos mis ídolos de la Quinta del Buitre junto con los nuevos fichajes.
Los internacionales españoles que estuvieron en Estados Unidos, Hierro, Alkorta, Cañizares y Luis Enrique fueron inmortalizados en una curiosa fotografía en la que el asturiano aún mostraba los estragos del codazo de Tassotti. Su tabique nasal había sido operado y el jugador lucía en el acto una férula en la cara. Secuelas del Mundial que acababa de finalizar. Otro curioso detalle de la presentación de aquel día fue el de la fotografía de los recién llegados. Junto a Valdano, Laudrup, Redondo, Cañizares, Quique Flores y Amavisca posó Ismael Urzaiz. El jugador navarro, canterano del Real Madrid, había regresado de su cesión al Rayo Vallecano y a la espera de un nuevo destino se presentó con la primera plantilla. Urzaiz jugó la temporada 1994-95 con el Salamanca, con el que logró el ascenso a Primera División.
Sí. Tal día como hoy de hace veinte años se presentaba el equipo. Y tras la presentación, llegaba la hora de ponerse a trabajar. El Real Madrid se desplazó a Nyon, Suiza, para iniciar una pretemporada en la que seguirían generando ilusión. Pero eso ya es otra Historia.
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