martes, 15 de julio de 2014

25 AÑOS SIN LAURIE CUNNINGHAM

Se cumple un cuarto de siglo de la muerte del jugador británico

Hoy, 15 de julio de 2014, se cumplen veinticinco años de la muerte de nuestro ex jugador Laurie Cunningham. Desde Historias del Real Madrid, quiero tener un recuerdo para este jugador que nos dejó de forma prematura en accidente de tráfico.
No le vi jugar. Por desgracia, supe de su existencia aquel 15 de julio de 1989. Cuando las noticias hablaban del fallecimiento del entonces jugador del Rayo Vallecano, se mencionó que había llegado a España para jugar en el Real Madrid. Fue la primera vez que escuché su nombre. El Rayo Vallecano acababa de subir a Primera División para disputar la temporada 1989-90 junto a los grandes del fútbol español. Desconozco si Laurie, que contaba entonces con 33 años, hubiese seguido con los franjirrojos en Primera. Su contrato con los de Vallecas había concluido y por lo que leo en crónicas de la época, su continuidad no estaba clara.
La carretera impidió conocer el desenlace de la historia. El vehículo que conducía tal día como hoy de hace veinticinco años se salió de la calzada en la carretera de La Coruña e impactó contra una farola para después volcar. El jugador no llevaba puesto el cinturón de seguridad y salió despedido del coche.
Cuando eres pequeño, este tipo de noticias te impactan. Los jugadores de fútbol son ídolos que parecen superhéroes. Pero en realidad son seres humanos y las desgracias no hacen distinciones, como comprobé menos de tres años después, cuando la carretera se llevó por delante a otro ex madridista que, curiosamente, había jugado con Cunningham: Juanito.
Tiempo después, cuando durante mi adolescencia empecé a coleccionar todo el material posible sobre la historia del Real Madrid y sus futbolistas, cayó en mis manos un póster de Don Balón de la temporada 1980-81 con una alineación del equipo de aquella campaña. Aún conservo ese póster. Agachados, de izquierda a derecha, aparecen juntos Cunningham y Juanito. Cada vez que veo la imagen no puedo evitar pensar en la cruel ironía de que los dos aparezcan juntos en la foto.
En aquellos tiempos de la era pre internet, conseguir información no era tan sencillo como ahora. A base de paciencia y esfuerzo, fui consiguiendo recortes de periódicos, revistas antiguas, libros… con los que poco a poco pude obtener datos para conocer un poco más la biografía de aquel futbolista de color del Rayo Vallecano que murió en el verano del 89 y que había jugado en el Real Madrid.
Efectivamente. Laurie Cunningham llegó al Real Madrid una década antes de su trágica muerte, en el año 1979.
Su carrera deportiva
Nacido el 8 de marzo de 1956 en Londres, Laurence Paul Cunningham comenzó su carrera futbolística en el Leyton Orient de su ciudad natal. De padres jamaicanos, las crónicas de la época le describen como un portento físico con una extraordinaria habilidad para jugar al fútbol. Era delantero y jugaba ya en el West Bromwich Albion cuando, durante una eliminatoria europea frente al Valencia, llamó la atención del Real Madrid.
El conjunto blanco se hizo con los servicios de Cunningham, que se convirtió en el primer jugador inglés que vistió la camiseta del Real Madrid. Tenía 23 años y firmó por cinco temporadas.
Es más que obvio que no le vi jugar con el Madrid. Pero repasando vídeos suyos es más que evidente que se trataba de todo un jugadorazo. Actuó más como extremo izquierdo que como ariete con la camiseta merengue. Sin embargo, el futbolista sufrió un rosario de lesiones a lo largo de su trayectoria en España que impidieron ver su mejor versión.
Aun así, en su primera campaña con el Madrid, 1979-80, logra jugar un total de 41 partidos oficiales entre Liga, Copa y Copa de Europa y ve puerta en las tres competiciones, firmando 12 dianas. El equipo hizo doblete al adjudicarse el título de Liga e imponerse en la Final de la Copa del Rey al Castilla.
Fue en aquella primera temporada de blanco cuando jugó el célebre partido en Barcelona por el que siempre se le recuerda. El 10 de febrero de 1980 el Real Madrid se impuso 0-2 al Barça con goles de García Hernández y Santillana. Pero la figura indiscutible del encuentro fue Cunningham, que firmó una actuación memorable y fue ovacionado por el público del Nou Camp, algo que, lógicamente no se ha vuelto a repetir.
Comienzan los problemas
Su segunda temporada en el Madrid, la campaña 1980-81, estuvo marcada por una lesión en el dedo gordo del pie derecho, tras recibir un pisotón del bético Bizcocho en el Benito Villamarín el 16 de noviembre de 1980. Tuvo que ser operado en diciembre de 1980 y la recuperación transcurrió con serias complicaciones que derivaron en una segunda intervención quirúrgica.
A duras penas, Cunningham pudo regresar al equipo al finalizar la campaña de cara a jugar la Final de la Copa de Europa en París. Reapareció en el partido de homenaje a Pirri el 15 de mayo de 1981 en un encuentro entre el Real Madrid y la Selección española disputado en el Santiago Bernabéu. El choque concluyó con empate a uno y el gol madridista, el del empate, lo anoto… Laurie Cunningham.
El 27 de mayo, el Real Madrid cae en el parisino Parque de los Príncipes por 1-0 con el Liverpool. Un equipo inglés, precisamente, es el que priva a Cunningham de convertirse en Campeón de Europa.
Se cerró la campaña 1980-81 sin títulos. El dedo de su pie le causó muchos problemas al jugador británico. Pero las cosas se complicaron mucho más justo antes de empezar la siguiente temporada, la 1981-82. Ahora era la rodilla izquierda la que le daba problemas con una rotura completa del ligamento interno. Tras ser intervenido se inició un proceso de recuperación durante el cual el futbolista no terminaba de encontrarse cómodo. Temía que había algo que no marchaba bien en la articulación. Y estaba en lo cierto. La rodilla requirió una segunda operación, esta vez del menisco exterior de la misma pierna izquierda.
La mala suerte que arrastraba Cunningham con las lesiones no era ni medio normal, sobre todo teniendo en cuenta que a lo largo de su carrera no había sufrido ningún percance. De mala manera consiguió actuar en algún partido en marzo de 1982. Pero era evidente que no estaba apto para rendir en plenas facultades. Total, ocho partidos oficiales y un gol. Entre los encuentros disputados, eso sí, el de la Final de la Copa del Rey en Valladolid frente al Sporting. Fue el 13 de abril de 1982. Se impuso el Real Madrid 2-1 y, al menos, Cunningham pudo añadir un nuevo título a su palmarés.
Las lesiones impidieron a Cunningham actuar con regularidad en el Madrid y le privaron de poder estar presente en el Mundial de 1982 que se celebró en España. La rodilla izquierda seguía sin estar recuperada del todo y a los problemas físicos, por si no eran pocos, se añadió un terrorífico drama familiar en julio de aquel año 1982. La esposa del hermano del jugador y dos de sus hijas murieron en terribles circunstancias que prefiero obviar aquí. Pero no es difícil imaginarse el calvario por el que pasó el deportista.
Tras dos operaciones en el dedo pulgar de su pie derecho y otras dos en la rodilla izquierda, Cunningham se pasa dos años sin apenas tocar el balón. A finales de la campaña 1982-83, el futbolista regresa a las Islas para jugar en calidad de cedido con el Manchester United.
En la temporada 1983-84, Cunningham juega en el Sporting de Gijón cedido por el Real Madrid. Era el último año de su contrato con la entidad del Santiago Bernabéu. En El Molinón, Laurie juega a las órdenes de su ex entrenador en el Madrid, Bujadin Boskov. Con los números en la mano, el jugador pudo volver a sentirse plenamente futbolista. Superó la treintena de partidos con los asturianos y fue titular toda la temporada.
Con el Sporting concluyó el periplo de Laurie Cunningham en la Primera División española. En la temporada 1984-85 jugó en Francia con el Olympique de Marsella, en la 1985-86 en el Leicester City y en la 1986-87, con treinta años, volvió a España para jugar con el Rayo Vallecano en Segunda División. La siguiente campaña, 1987-88, la reparte Cunningham entre el Charleroi belga y el Wimbledon. Con los ingleses, además, gana el último título de su carrera al adjudicarse la FA Cup. Doblegaron en la final al Liverpool. Tenía 32 años.
Su siguiente capítulo futbolístico, el último, desgraciadamente, fue la ya mencionada temporada 1988-89 con el Rayo Vallecano. Su segunda etapa con el Rayo Vallecano, de  nuevo en Segunda División. Aquella temporada, Cunningham marcó un gol en Liga. Se lo hizo, curiosamente, al Castilla, filial del Real Madrid, que dirigía su ex compañero de vestuario Vicente Del Bosque.

Sus números
En total, Laurie Cunningham disputó 66 partidos oficiales con el Real Madrid y anotó veinte goles con la camiseta blanca. Ganó una Liga y dos Copas del Rey.

Fue Internacional Sub-21 en seis ocasiones e Internacional absoluto en otras seis. De hecho, Cunningham fue uno de los primeros futbolistas de raza negra que representaron a Inglaterra, junto con Benjamin Odeje y Vivian Alexander Anderson. Ellos abrieron el paso a la selección, a finales de los años setenta, a los jugadores de minorías étnicas. Todo un ejemplo de integración que merece ser destacado en su biografía, sin ninguna duda.
En el momento de su muerte, Laurie Cunningham dejó mujer e hijo en España.
Hoy, cuando se cumplen veinticinco años de su desaparición, quiero tener un recuerdo, con todo mi cariño, hacia su figura.
Estoy seguro de que descansa en paz y de que, a pesar de que las cosas no le salieran del todo bien, se siente orgulloso de haber pasado por el Real Madrid. Yo, desde luego, estoy orgulloso de que un futbolista de su categoría vistiese la camiseta de nuestro equipo. ¡Muchas gracias Laurie!

No hay comentarios:

Publicar un comentario