sábado, 26 de mayo de 2018

FINAL EN KIEV

A pocas horas de conocer el nombre del nuevo Campeón de Europa 

Una nueva Final de la Champions League para el Real Madrid. Hoy nos medimos al Liverpool en el choque más importante de una temporada que, a nivel de clubes, finaliza ya para nosotros. A las 20.45 horas comenzará a rodar el balón en el Olimpiyskiy de Kiev. Esta noche, en la ciudad ucraniana, conoceremos al equipo Campeón de la edición de la temporada 2017-18.

Desde que abrí el blog 'Historias del Real Madrid', allá por 2012, esta es la cuarta Final que vivo como madridista. Así que se está volviendo como una especie de ritual para mí esto de sentarme delante de la pantalla del ordenador a pocas horas de dar comienzo el partido para escribir unas líneas a modo de previa personal... Pocas cosas nuevas se me ocurren respecto a las citas anteriores. Podría escribir exactamente lo mismo que escribí de cara a la Final de Lisboa de 2014, la Final de Milán en 2016 o la Final de Cardiff del año pasado. Nervios, muchos nervios de cara a un partido tan importante. Nervios que empiezan a notarse ya en las vísperas y que se van incrementando a media que se acerca la hora del partido. Sé que no es bueno pero, lo siento, no lo puedo evitar...

Escribía el año pasado que a Cardiff no llegábamos con la presión de otras ocasiones precisamente porque veníamos de ganar la Champions en Milán frente al Atlético y porque nos presentábamos con dos trofeos en las últimas tres ediciones. No había urgencias históricas pero sí que había un reto, el de encadenar dos títulos consecutivos. Algo que en parte, claro, también era una presión. Este año 2018 sucede algo parecido... Cuarta Final en cinco años  y con tres Champions en el bolsillo. No debería de haber presión por urgencias históricas pero sí que hay un reto, el de encadenar tres títulos consecutivos, algo que no se ha conseguido con el actual formato de competición. Habría que remontarse a los años setenta para encontrarnos a dos equipos que consiguieron ganar tres Copas de Europa de forma seguida, el Ajax y el Bayern Munich

Nosotros, hoy, estamos en disposición de volver a hacerlo. Aunque ya sabemos que no será nada fácil. Como todos los años suelo recordar, esto es fútbol y en un partido se puede ganar o se puede perder. La derrota forma parte de las opciones del juego. Siempre recuerdo que no hago esta apreciación con idea de ponerme la venda antes de la herida. Lo hago porque creo que es necesario aceptar la realidad y ser conscientes de lo que puede pasar. Sólo así se valora la dificultad de lo que está en juego y se aprecia mejor la recompensa en el caso de conseguirla. Pase lo que pase en las próximas horas mañana tendremos que levantarnos y continuar con nuestras vidas. Pero, dependiendo de lo que pase con el balón, lo haremos un poco más tristes o más contentos. Es lo que genera el fútbol. Los aficionados lo sabemos muy bien...

Hay que salir a por todas. Hay que intentarlo. Para eso hemos llegado hasta aquí. Es el fruto de todo un año de trabajo... Las ganas que hay siempre de ganar y de ir pasando rondas y eliminatorias, todo con el objetivo de plantarse en la Final y levantar la Copa. Pero sólo uno lo consigue. Así es el fútbol y así es el deporte. Es complicadísimo llegar a una Final y más difícil aún es conseguir coronarse como Campeón. Los escollos han sido muchos y, como siempre, se ha tenido que superar a equipos muy complicados que tenían el mismo propósito que nosotros. Estar en Kiev en el partido decisivo. París Saint-Germain, Juventus, Bayern Múnich... Rivales muy complicados que también querían estar en la situación en la que está hoy nuestro equipo. Pero queda el último paso, el más difícil...

Séptima final de la Champions League para los madridistas de mi generación. Y las mismas sensaciones de nervios e inquietud, como hace un año en Cardiff. Como hace dos años en Milán. La misma emoción que hace cuatro años en Lisboa. Pasan los años y uno no deja de acordarse de cómo fue el día de la Final de Glasgow de 2002, de la alegría de volver a disfrutar de una Final como sucedió en París en el 2000 y de la ilusión con la que vivimos la Final de Ámsterdam de 1998.

Ojalá que esta noche las cosas terminen igual de bien que en todas esas ocasiones y que los madridistas podamos celebrar la Decimotercera Copa de Europa. Sería una gran alegría para todos nosotros. Ojalá. 

Mucha suerte al equipo. ¡Y Hala Madrid!

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