Se cumplen 15 años del último partido de Zinedine Zidane en el Santiago Bernabéu
El domingo 7 de mayo de 2006, tal día como hoy de hace 15 años, el Real Madrid disputaba su partido correspondiente a la jornada 37 del Campeonato Nacional de Liga. Los blancos, entrenados por aquellos días por Juan Ramón López Caro, recibían en el Santiago Bernabéu al Villarreal en un encuentro que, sin duda, quedó marcado en el recuerdo de los aficionados blancos por ser el último partido de Zinedine Zidane como madridista en el Santiago Bernabéu. Las imágenes del adiós del astro francés abrieron los bloques deportivos de esa noche en radio y televisión y fueron portada de la prensa al día siguiente. "Hasta siempre", titulaba el Diario As sobre una fotografía de Jesús Aguilera en la que se veía a Zidane, emocionado, despidiéndose brazo en alto del público que abarrotaba el estadio. "Grandiosa tarde de fútbol para despedir a 'Monsieur Glasgow'", añadía el periódico. "Zidane se despidió con lágrimas del Bernabéu", apuntaba por su parte Marca, que titulaba con un expresivo "Más llora el balón. Se va el que más lo mimaba" junto a una fotografía de Ángel Casas en la que también se contemplaba a Zidane en el emotivo momento del adiós al término del encuentro. Incluso ABC llevó a su primera página la fotografía de Zidane, con la camiseta de tirantes, despidiéndose del Bernabéu. "Zidane colgó las botas en el Bernabéu", señalaba el rotativo. El País, por su parte, no dedicó su fotógrafía principal al todavía jugador madridista pero sí que incluyó una pequeña imagen de Zizou avanzando el principal contenido de la sección de deportes: "Zidane dice adiós al Bernabéu con un gol y el Madrid empata (3-3) con el Villarreal".
Estaba claro desde el inicio que Zidane era el gran protagonista del día. El Real Madrid saltó al terreno de juego con una camiseta especial en la que debajo del escudo estaba serigrafiada la leyenda "Zidane 2001-2006". En las gradas, muchísimas pancartas en las que se podían leer mensajes como "Gracias Zizou" o "Gracias por tu magia". También se pudo ver una gran imagen con el rostro del francés y los aficionados confeccionaron un mosaico con cartulinas blancas decoradas con la camiseta del dorsal número 5. El de Zinedine Zidane.
El partido arrancó con los blancos dominando y adelantándose con un golazo de Julio Baptista. El brasileño fusiló la portería del Villarreal con una potente volea que significaba el 1-0 para los de López Caro. Los amarillos, sin embargo, empataron ocho minutos después en una jugada desafortunada para los blancos. En un saque de esquina el joven defensa Álvaro Mejía acabó alojando el balón en nuestra portería colocando el 1-1 en el marcador. El cuadro dirigido por el chileno Manuel Pellegrini, en cualquier caso, realizó una muy buena primera parte poniendo las cosas difíciles a los locales. Forlán, muy activo, anotó el 1-2 para los visitantes, que también enviaron un balón al palo en el primer tiempo. Roberto Carlos sacó otra pelota bajo palos. El Real Madrid empató en el segundo tiempo con el gran protagonista del choque. Zinedine Zidane, con un precioso y sutil toque de cabeza, consiguió alojar el balón en la red. Aquel sería su último gol en el Bernabéu y el público lo celebró por todo lo alto, claro. Pero quedaba partido por delante. A falta de cinco minutos para el noventa Sergio Ramos vio la tarjeta roja por unas manos clamorosas dentro del área. Penalti y expulsión. Forlán ejecutó desde el punto de castigo batiendo a Casillas y colocando el 2-3 en el electrónico. El Madrid, en la pelea por el segundo puesto de la clasificación, tenía pocos minutos para tratar de obtener algo. Y encima con diez jugadores. Afortunadamente apareció de nuevo Baptista para hacer el 3-3 con el que terminaría el encuentro.
Zinedine Zidane no había concluido el choque. Unos minutos antes del pitido final había sido sustituido. El público le había despedido con aplausos pero una vez finiquitado el choque el jugador francés tuvo que saltar de nuevo al césped. Se había cambiado la camiseta con Juan Román Riquelme y, con la elástica amarilla en el brazo, se dirigió al césped para recibir el calor y el cariño de su público. Todo el Bernabéu, rendido, puesto en pie para ofrecer un atronador aplauso al mejor jugador del mundo en aquellos momentos. A Zidane se le veía emocionado. Y todos nos emocionamos viéndole así. Lloró el balón, como mencionaba Marca. Lloró el fútbol, más bien. Estábamos asistiendo al final de una era y nos despedíamos de uno de los grandes de la Historia del fútbol. Fue un momento irrepetible. No fue un partido homenaje como tal pero, al final, terminó siendo un acto de homenaje. Una despedida improvisada pero muy emotiva. Algo parecido a lo que habíamos visto el día del adiós de Míchel diez años antes. De hecho, hubo muchos paralelismos entre las despedidas de estos dos legendarios jugadores. Míchel también se había marchado del Bernabéu marcado gol y curiosamente, esos partidos no fueron sus últimas actuaciones con la elástica merengue. De hecho, Zidane jugaría su último partido con la camiseta del Real Madrid unos días más tarde, el 16 de mayo de 2006, en Sevilla. Ese fue su último encuentro de competición de clubes y, por cierto, también marcó uno de los goles del Real Madrid en la derrota 4-3 del cuadro madridista frente a los hispalenses.
Zidane, cerca de cumplir los 34 años, había decidido poner punto y final a su carrera como futbolista pese a tener todavía un año de contrato por delante. Creo que todavía le quedaba fútbol para haber jugado esa temporada que tenía firmada, pero él no lo veía así. Se sentía cansado y, al parecer, con la sensación de que ya no podía dar el cien por cien. Siempre fue un caballero y un señor y lo demostró también entonces renunciando al año de contrato y perdonando el dinero que le hubiese correspondido. Estos gestos no son habituales en el mundo del fútbol. Pero Zizou es así. Decidió poner el punto y final en el Mundial de Alemania que se celebró ese 2006 y donde demostró, insisto, que todavía estaba para jugar. Zidane, al que la Selección iba a "jubilar", según algunos periodistas, cuando España y Francia se cruzaron en octavos de final, lideró a los galos hasta llevar a su equipo nacional a la Final frente a Italia. El día 9 de julio de 2006 fue el del adiós definitivo de Zidane del fútbol. Nada más y nada menos que peleando por conseguir su segunda Copa del Mundo. No pudo ser, pero nos dejó aquel espectacular gol de penalti a lo Panenka ajustando al larguero. Y aquel remate de cabeza que casi significó el 1-2 para Francia... Y, sí, el cabezazo a Materazzi. Una lástima verle expulsado en su última imagen como futbolista. Pero los genios son así. Y aquello, en cierto modo, también fue historia... Los detalles conocidos posteriormente sobre las circunstancias que rodearon aquel encontronazo nos hicieron empatizar un poco con Zizou, aunque no aprobemos su reacción a la provocación del italiano. Pero, insisto, los genios son así y, en ocasiones, también sacan su 'genio'.
Aunque ya había vivido una década antes las despedidas de Butragueño y Míchel, recuerdo el aluvión de sentimientos que me provocó la marcha de Zidane aquel 7 de mayo de 2006. Fueron cinco años fabulosos en los que, al margen de títulos o victorias, disfruté con el jugador. Admiraba a Zidane antes de que fichara por el Real Madrid y para mí fue un orgullo y una enorme satisfacción verle de blanco. Lástima que no hubiese llegado antes. Lo que me hubiese gustado verle en el centro del campo junto a Fernando Redondo. Imaginarse a Zidane en el Real Madrid con 24-25 años... Como en otros casos de grandes jugadores, Zidane llegó tarde, con 29 años. Y sin embargo, nos regaló un lustro inolvidable de fútbol. Fue un privilegio poder disfrutar de Zinedine Zidane como jugador y verle hacer todas las cosas que hacía con la camiseta de mi equipo. Pocos jugadores tan técnicos, tan elegantes, tan admirados... Hacía magia con cada toque de balón. Cada acción era una obra de arte y pocos futbolistas me han hecho sentir lo que sentía viendo jugar a Zidane. Tal día como hoy de hace 15 años sentía que se marchaba el mejor futbolista que yo había visto jugar hasta ese momento. Se marchaba el más grande y, como a todos los madridistas, me dolió en el alma. Sólo nos quedaba dedicarle nuestra agradecida despedida. Gracias, Zidane...
REAL MADRID: Casillas, Míchel Salgado (Cicinho, 60'), Sergio Ramos, Mejía, Roberto Carlos, Beckham, Pablo García (Guti, 60'), Zidane (Raúl Bravo, 88'), Robinho, Baptista y Raúl.
VILLARREAL: Barbosa, Javi Venta, Peña, Quique Álvarez, Arruabarrena, Riquelme, Tacchinardi, Senna, Forlán (Josico, 87'), Guille Franco (Sorín, 45') y José Mari (Guayre, 72').
GOLES
1-0 min. 22 Baptista
1-1 min. 30 Mejía (p.p.)
1-2 min. 38 Forlán
2-2 min. 66 Zidane
2-3 min. 85 Forlán (penalti)
3-3 min. 87 Baptista
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