Hace ahora dos décadas, en el verano de 1997, Rafa Alkorta
puso fin a su etapa como jugador del Real Madrid. Lo hizo con un título de Liga
bajo el brazo. El periplo del central con la elástica blanca se prolongó
durante cuatro temporadas. Dos Campeonatos de Liga, una Supercopa de España y su
participación en tres Mundiales (Italia 90, Estados Unidos 94 y Francia 98), una Eurocopa
(Inglaterra 96) y varias decenas de partidos internacionales con sus dos
equipos (Athletic Club y Real Madrid), avalan la dilatada carrera deportiva de
uno de los mejores centrales que han pasado por el fútbol español.
Alkorta fue un claro ejemplo de lo que en el fútbol se denomina un "stopper", es decir, un clásico defensa de contención que podía jugar tanto de central como de lateral. En el Madrid se le utilizó en el eje de la zaga. Veinte años después, me apetece echar la vista atrás para recordar la carrera de este defensa bilbaíno que demostró ser todo un profesional durante las cuatro campañas que se puso la camiseta blanca. Cuatro ejercicios en los que se entregó a fondo y demostró todas sus cualidades.
Sus inicios
Alkorta fue un claro ejemplo de lo que en el fútbol se denomina un "stopper", es decir, un clásico defensa de contención que podía jugar tanto de central como de lateral. En el Madrid se le utilizó en el eje de la zaga. Veinte años después, me apetece echar la vista atrás para recordar la carrera de este defensa bilbaíno que demostró ser todo un profesional durante las cuatro campañas que se puso la camiseta blanca. Cuatro ejercicios en los que se entregó a fondo y demostró todas sus cualidades.
Sus inicios
Nacido en Bilbao el 16 de septiembre de 1968, Rafael Alkorta
Martínez empezó a darle patadas al balón en el Colegio Félix Serrano de Indautxu siendo un niño. Junto a varios amigos recaló en su primer equipo, el Escolar Bilbao, que disputaba sus encuentros en la arena de Mallona. Tras dos años en alevines, con doce años recala en las instalaciones deportivas de Lezama para formarse en las categorías inferiores del Athletic Club de Bilbao. Su primer entrenador allí fue un histórico rojiblanco, Jesús Garay.
Empezó jugando de extremo por la derecha, pero poco a poco fue
retrasando su posición sobre el campo. Pasó a ser interior, después
medio centro y finalmente recaló en la defensa, donde cumplía a la perfección
con los roles de central o lateral. Polivalencia atrás, vaya. Txetxu Rojo fue el técnico de Lezama que más apostó por colocar a Alkorta como central, el puesto con el que se
terminaría consagrando el bilbaíno.
Poco a poco va quemando etapas en las divisiones inferiores del club de Ibaigane. Todavía con 15 años, unos pocos días antes de cumplir los 16, debutó en Segunda División con el Bilbao Athletic. Fue en la segunda jornada de la temporada 1984-85, marcada por una huelga de futbolistas profesionales. Un año más tarde, en la campaña 1985-86, disputa otros cuatro partidos en la categoría de plata. La temporada 1986-87 es la de su asentamiento en el filial del Athletic Club con Txetxu Rojo como entrenador. Termina ese ejercicio siendo ya una pieza fija del equipo. La temporada siguiente, 1987-88, la inicia también en las filas del Bilbao Athletic. Alkorta juega las siete primeras jornadas completas en Segunda División. No se pierde ni un minuto. Y no juega la octava porque Howard Kendall le reclama para el primer equipo...
Rafa Alkorta debutó en Primera División el 24 de octubre de 1987 en el Nuevo Zorrilla de Valladolid. Ganaron los anfitriones 1-0 con un gol de Manolo Hierro. Jugó también aquel día el pequeño de los Hierro, Fernando, futbolista que curiosamente había debutado sólo dos jornadas antes que Alkorta. Las carreras de ambos coincidirían a partir de entonces más de lo que se pensaban y terminarían siendo grandes amigos.
En el Athletic Club coincide todavía con algunos de los integrantes del equipo que había ganado las dos Ligas con Javier Clemente de entrenador. Sarabia, Urtubi, Argote, Gallego... Alkorta es uno de los jugadores destacados de una nueva generación de canteranos que se incorpora a la primera plantilla rojiblanca y que va tomando el relevo de los antiguos campeones. Poco a poco se fue afianzando en el eje central de la defensa bilbaína convirtiéndose en uno de los futbolistas más prometedores de finales de la década de los ochenta.
Con solo 21 años fue convocado por Luis Suárez para disputar el Mundial de Italia. Era la confirmación de que se trataba de un jugador de categoría que durante las tres siguientes temporadas se convirtió en uno de los pesos pesados de la plantilla del conjunto de San Mamés. Desde que había agarrado la titularidad con Howard Kendall en la campaña de su debut Alkorta promedió más de una treintena de encuentros de Liga por temporada. Fue titular con todos los técnicos que pasaron por el banquillo del Athletic Club: Kendall, Txetxu Rojo, Javier Clemente, Iñaki Sáez, Aranguren, Heynckes... Sólo durante la temporada 1991-92 pasó más tiempo fuera del campo que dentro. Y fue por problemas físicos. Concretamente, unos problemas musculares que le obligaron a acudir a Alemania para probar un novedoso método para rebajar el tiempo de recuperación. El tratamiento consistía en tener que tomarse cincuenta pastillas al día, tal y como demostró en un famoso reportaje emitido en su día por Canal Plus.
Al término de la temporada 1992-93, en la que ya había vuelto a sus números habituales, Rafa Alkorta acumulaba ya seis campañas en Primera División a sus 24 años. Internacional con la Selección y titular en su equipo, ya había despertado el interés de los dos grandes del fútbol español. Especialmente del Real Madrid...
Llegada a Madrid
La llegada de Alkorta al Real Madrid fue un tanto curiosa, puesto que se fraguó a espaldas del propio jugador. El futbolista se marchó de vacaciones siendo rojiblanco y a su vuelta se enteró de que su propio club le había vendido al Real Madrid. Era el verano de 1993. El Real Madrid pagó cerca de 300 millones de pesetas al Athletic de Bilbao para hacerse con los servicios del internacional vizcaíno. Aquella venta no pudo sentarle peor a la hinchada del Athletic Club, que veía en Alkorta a uno de sus máximos referentes dentro del terreno de juego. Durante la presentación del equipo rojiblanco en San Mamés, de cara a la temporada 1993-94, los aficionados no perdonaron al presidente, José Julián Lertxundi, la venta del futbolista y recibieron con una sonora pitada al máximo mandatario rojiblanco, que no fue capaz de concluir su discurso ante la total desaprobación del público congregado en 'La Catedral'.
Poco a poco va quemando etapas en las divisiones inferiores del club de Ibaigane. Todavía con 15 años, unos pocos días antes de cumplir los 16, debutó en Segunda División con el Bilbao Athletic. Fue en la segunda jornada de la temporada 1984-85, marcada por una huelga de futbolistas profesionales. Un año más tarde, en la campaña 1985-86, disputa otros cuatro partidos en la categoría de plata. La temporada 1986-87 es la de su asentamiento en el filial del Athletic Club con Txetxu Rojo como entrenador. Termina ese ejercicio siendo ya una pieza fija del equipo. La temporada siguiente, 1987-88, la inicia también en las filas del Bilbao Athletic. Alkorta juega las siete primeras jornadas completas en Segunda División. No se pierde ni un minuto. Y no juega la octava porque Howard Kendall le reclama para el primer equipo...
Rafa Alkorta debutó en Primera División el 24 de octubre de 1987 en el Nuevo Zorrilla de Valladolid. Ganaron los anfitriones 1-0 con un gol de Manolo Hierro. Jugó también aquel día el pequeño de los Hierro, Fernando, futbolista que curiosamente había debutado sólo dos jornadas antes que Alkorta. Las carreras de ambos coincidirían a partir de entonces más de lo que se pensaban y terminarían siendo grandes amigos.
En el Athletic Club coincide todavía con algunos de los integrantes del equipo que había ganado las dos Ligas con Javier Clemente de entrenador. Sarabia, Urtubi, Argote, Gallego... Alkorta es uno de los jugadores destacados de una nueva generación de canteranos que se incorpora a la primera plantilla rojiblanca y que va tomando el relevo de los antiguos campeones. Poco a poco se fue afianzando en el eje central de la defensa bilbaína convirtiéndose en uno de los futbolistas más prometedores de finales de la década de los ochenta.
Con solo 21 años fue convocado por Luis Suárez para disputar el Mundial de Italia. Era la confirmación de que se trataba de un jugador de categoría que durante las tres siguientes temporadas se convirtió en uno de los pesos pesados de la plantilla del conjunto de San Mamés. Desde que había agarrado la titularidad con Howard Kendall en la campaña de su debut Alkorta promedió más de una treintena de encuentros de Liga por temporada. Fue titular con todos los técnicos que pasaron por el banquillo del Athletic Club: Kendall, Txetxu Rojo, Javier Clemente, Iñaki Sáez, Aranguren, Heynckes... Sólo durante la temporada 1991-92 pasó más tiempo fuera del campo que dentro. Y fue por problemas físicos. Concretamente, unos problemas musculares que le obligaron a acudir a Alemania para probar un novedoso método para rebajar el tiempo de recuperación. El tratamiento consistía en tener que tomarse cincuenta pastillas al día, tal y como demostró en un famoso reportaje emitido en su día por Canal Plus.
Al término de la temporada 1992-93, en la que ya había vuelto a sus números habituales, Rafa Alkorta acumulaba ya seis campañas en Primera División a sus 24 años. Internacional con la Selección y titular en su equipo, ya había despertado el interés de los dos grandes del fútbol español. Especialmente del Real Madrid...
Llegada a Madrid
La llegada de Alkorta al Real Madrid fue un tanto curiosa, puesto que se fraguó a espaldas del propio jugador. El futbolista se marchó de vacaciones siendo rojiblanco y a su vuelta se enteró de que su propio club le había vendido al Real Madrid. Era el verano de 1993. El Real Madrid pagó cerca de 300 millones de pesetas al Athletic de Bilbao para hacerse con los servicios del internacional vizcaíno. Aquella venta no pudo sentarle peor a la hinchada del Athletic Club, que veía en Alkorta a uno de sus máximos referentes dentro del terreno de juego. Durante la presentación del equipo rojiblanco en San Mamés, de cara a la temporada 1993-94, los aficionados no perdonaron al presidente, José Julián Lertxundi, la venta del futbolista y recibieron con una sonora pitada al máximo mandatario rojiblanco, que no fue capaz de concluir su discurso ante la total desaprobación del público congregado en 'La Catedral'.
En septiembre de 1993 la revista Real Madrid presentaba a
los nuevos fichajes del equipo para la recién estrenada temporada. Javier De
Echeberria entrevistaba al jugador, que se mostraba contento e ilusionada con
su llegada al Madrid. “Vengo a uno de los mejores equipos del mundo. Un equipo
que juega para ganarlo todo. En el Athletic también deseábamos ganarlo todo,
pero siendo realistas, difícilmente podíamos competir con los grandes equipos.
Ahora llego a un Club que está acostumbrado a ganar. Que es un serio aspirante
en todas las competiciones en las que participemos, y para ello vamos a
trabajar y a luchar a fondo, pero qué duda cabe que también hay que contar con
los demás”, argumentaba el recién llegado
En aquella primera entrevista Alkorta se mostraba satisfecho
con la acogida que había tenido en su nuevo vestuario. “A algunos de mis nuevos
compañeros ya les conocía por haber coincidido con ellos en la Selección
Nacional y guardo un buen recuerdo de todos ellos, como compañeros, además de
ser todos grandes futbolistas”, aseguraba el central. “Sé que la competencia va
a ser dura y habrá que ganarse el puesto en cada minuto, trabajar duro para
estar en el once titular”, avanzaba el bilbaíno. Javier De Echeberria le
preguntaba al futbolista que sentiría el día que pisara San Mamés con la
camiseta blanca después de tantos años en el Athletic. “Seguro que me
emocionaré, pero será unos instantes. Es cierto que he pasado muchos y buenos
años en el Athletic, pero desde el instante que firmé por el Real Madrid voy a
defender sus colores a muerte, sin reservas de ningún tipo”, respondía de
manera tajante Alkorta con unas palabras que fueron directas al titular de la
entrevista: “Voy a defender a muerte al Real Madrid”.
Rafa Alkorta llegó al Santiago Bernabéu con la complicada misión de sustituir a Ricardo Rocha en el eje de la defensa. El brasileño jugó en el equipo blanco en las temporadas 1991-92 y 1992-93 ofreciendo un excelente rendimiento. Sobre todo en su primera campaña. La última pregunta que se le hacía a Alkorta en aquella primera
entrevista para la revista oficial del Club iba en esa dirección. “Sabes que
vas a jugar en un puesto que ha sido ocupado por una persona que dejó una
gratísima huella en la afición madridista. ¿Cómo crees que vas a ser recibido?"
El central respondía cauto pero seguro de sus posibilidades. “Espero, con mis
actuaciones, ganarme la confianza de la afición. Yo voy a darlo todo para que
así sea. Pero lo que sí quiero dejar claro es que yo no he quitado ni voy a
ocupar el puesto de nadie. Yo estoy, simplemente, a las órdenes del
entrenador”.
A muchos aficionados del Real
Madrid no les sentó bien la marcha de Rocha, que en dos años
se había convertido en uno de los preferidos de la grada por su
contundencia y su entrega. Hacer olvidar al brasileño era un duro reto
para el recién llegado Alkorta. Afortunadamente, la aclimatación fue rápida para el
bilbaíno, que conocía a muchos de sus nuevos compañeros después de coincidir
con la mayoría de ellos en la Selección. En 1993 ya era todo un habitual en
el equipo nacional. Alkorta jugó su primer partido con la camiseta blanca en el
primer partido de la pretemporada, un amistoso en Albacete que ganó el Madrid
0-1 con gol de Alfonso. Alkorta se hizo con la titularidad.
Aunque el propio Alkorta rechazaba la etiqueta de “fichaje
estrella” del Madrid de aquella temporada, lo cierto es que lo era. Fue la
incorporación más importante del equipo y quizás por ello en octubre de 1993 la
revista oficial del Club volvía a publicar una nueva entrevista con el defensa
vasco. “Alkorta: el león blanco”, anunciaban en la portada del número 50 de la
revista Real Madrid. En esta ocasión era el director de la publicación, J.J.
López Soto, quien hablaba con el nuevo futbolista merengue a lo largo de cinco
páginas. López Soto arrancaba citando la “responsabilidad” que había recaído
sobre el bilbaíno a la hora de ocupar una posición muy discutida en el equipo a
lo largo de aquellos últimos años. “Responsabilidad sí, miedo no. Además, no
entiendo por qué la gente dice que el puesto de central es un puesto maldito.
Por aquí han pasado muy buenos jugadores, pero por unas u otras causas
(lesiones, cambio de equipo, o porque el entrenador creía conveniente que tenía
que venir otro a jugar) no ha habido uno que se asentara en el puesto, pero de
ahí a ser un puesto maldito… Por eso sé que es una responsabilidad grande para
mí, pero miedo, ninguno”, apuntaba Rafa Alkorta.
Hay que contextualizar este fragmento de la entrevista. Es
cierto que durante varios años se habló mucho de aquella supuesta 'maldición' en
el eje de la defensa del Real Madrid. Sólo un par de meses antes, la revista
Don Balón publicó un reportaje titulado “la maldición del central” en el que se
aludía al hecho de que desde la retirada de Goyo Benito el Real Madrid no había
encontrado a un sustituto de garantías y recopilaba a los distintos fichajes
que habían pasado por el puesto. José Antonio Salguero, Fraile, Metgod, Maceda,
Mino, Tendillo, Ruggeri, Spasic, Nando, Rocha… Es cierto que durante una década
no hubo un jugador que se afianzase con el puesto para acompañar a Manolo
Sanchís. No obstante, jugadores como Maceda o Tendillo habían cubierto buenas
actuaciones.
El mismo Ricardo Rocha era un buen ejemplo. Su salida no
tenía mucho que ver con su rendimiento, que había sido bueno. El nombre de
Rocha no se citaba en la entrevista de López Soto pero era evidente que se
aludía al defensa brasileño cuando el director de la revista preguntaba a
Alkorta si había miedo a las comparaciones. “No, porque a mí no me gusta
compararme con nadie; yo soy como soy y el que lo quiera entender, que lo
entienda, y el que me compare con otro, será su problema, el mío no, desde
luego”, respondía Alkorta.
Tras dos meses en Madrid, Alkorta se había hecho una idea de
lo que era el Real Madrid. “Sí, me he dado cuenta, por ejemplo, que he llegado
al mejor Club del mundo, tanto por historial, por la manera de comportarse en
sus relaciones con los jugadores y por lo que aspira a ganar. Sin duda han sido
dos meses intensos y muy positivos”, aseguraba Alkorta, que acababa de cumplir
25 años pocos días antes, el 16 de septiembre de 1993. “Creo que 25 años es una
edad ideal para llegar a un equipo como el Real Madrid. Además, hay que tener
en cuenta que ésta es mi séptima temporada en Primera División, luego tengo ya
una cierta veteranía, conozco los entresijos del fútbol de élite y mentalmente
estoy bastante maduro. Es, en definitiva, la edad justa para llegar a un gran
equipo”, sentenciaba el jugador.
En aquella entrevista Alkorta hablaba de sus objetivos más
inmediatos. “A nivel personal espero integrarme totalmente en la plantilla,
llegar a ser un jugador querido por la afición y ganar títulos. Sueño con
llegar a una final o acabar la Liga y poder levantar los brazos y decir que
eres campeón. Eso tiene que ser un sentimiento increíble”. “En el plano
deportivo me ha sorprendido el nivel de exigencias que hay aquí, de la
competitividad que hay, por ejemplo, en los entrenamientos, de que hay una
calidad tremenda y la gente va a muerte porque sabe que entrar en el once
titular es superdifícil. Por otra parte, sorprende la gente que el Madrid lleva
detrás. Los recibimientos espectaculares en los sitios a los que hemos ido a
jugar este verano, el asedio de los aficionados en el hotel, algo que con el
Athletic yo no conocía. Todo esto demuestra que el Madrid es un Club grande
donde los haya”, argumentaba un Rafa Alkorta que volvía a reafirmarse en su
compromiso con su nuevo equipo. “Para ello voy a poner lo que siempre he tenido
como santo y seña en mi vida profesional: humildad, respeto a la gente, lucha y
honradez; éstas son mis promesas”, concluía el futbolista bilbaíno.
Rafa Alkorta llegó al Real Madrid con muchas ganas. Pero lo
cierto es que, a nivel colectivo, las cosas no empezaron del todo bien aquel
ejercicio. El Real Madrid solventó el primer encuentro de Liga con un rotundo
triunfo en Pamplona ante el Osasuna por 1-4, pero perdió los siguientes tres
partidos y los nervios afloraron incitados, como suele ser habitual, por una
prensa histérica en los momentos de crisis. Algunos jugadores quedaron
señalados, como Claudemir Vitor, que tras sólo tres partidos desapareció de las
alineaciones y regresó a Brasil en el mercado invernal. No fue el caso de
Alkorta, que se mantuvo en el equipo titular a lo largo de aquella convulsa
temporada 1993-94.
La sangre no llegó al río y el Real Madrid fue enderezando
el rumbo poco a poco. En diciembre, el equipo merengue ganó la Supercopa contra
el Barcelona de Johan Cruyff, al que derrotó por 3-1 en el Bernabéu y frente al que
empató 1-1 en el Nou Camp. Primera temporada y primer título para Rafa Alkorta, titular en ambos encuentros. Por desgracia, aquella Supercopa fue sólo un espejismo. Al Real Madrid no le fueron nada bien las cosas en una campaña muy convulsa. El equipo fue apeado a las primeras de cambio en la Copa del Rey frente al Tenerife y en la extinta Recopa de Europa el equipo cayó en semifinales contra el PSG. Se sentaba ya en el banquillo Vicente del Bosque, que había sustituido a Benito Floro después de la famosa derrota en el campo del Lleida. En Liga el Madrid acabó cuarto.
Los pobres resultados de la temporada 1993-94 obligaron al Club a reforzar la plantilla de cara a la temporada 1994-95. Un nuevo proyecto que se puso en manos de Jorge Valdano, que regresó al Real Madrid para liderar a un equipo con bastantes caras nuevas. Los fichajes de Michael Laudrup, Fernando Redondo, Santiago Cañizares,Quique Flores y José Emilio Amavisca sirvieron para incrementar la calidad de una plantilla en la que, a pesar de todo, ya había jugadores de enorme y contrastada valía. Uno de ellos, por supuesto, era Rafa Alkorta. El bilbaíno afrontaba su segundo ejercicio en un buen momento de forma y con la experiencia adquirida en la temporada anterior. La llegada de Fernando Redondo al centro del campo suponía que Fernando Hierro retrasara su posición al eje de la defensa, su puesto natural. En principio, la pareja de centrales titular sería la formada por Hierro y Alkorta. Aunque, curiosamente, en el primer partido de la pretemporada en Suiza el acompañante de Alkorta fue Nando. Lo que está claro es que Valdano y Cappa confían en el bilbaíno. Alkorta fue titular en los tres primeros amistosos de pretemporada... Pero una lesión en el mes de agosto le terminaría pasando factura.
Los pobres resultados de la temporada 1993-94 obligaron al Club a reforzar la plantilla de cara a la temporada 1994-95. Un nuevo proyecto que se puso en manos de Jorge Valdano, que regresó al Real Madrid para liderar a un equipo con bastantes caras nuevas. Los fichajes de Michael Laudrup, Fernando Redondo, Santiago Cañizares,Quique Flores y José Emilio Amavisca sirvieron para incrementar la calidad de una plantilla en la que, a pesar de todo, ya había jugadores de enorme y contrastada valía. Uno de ellos, por supuesto, era Rafa Alkorta. El bilbaíno afrontaba su segundo ejercicio en un buen momento de forma y con la experiencia adquirida en la temporada anterior. La llegada de Fernando Redondo al centro del campo suponía que Fernando Hierro retrasara su posición al eje de la defensa, su puesto natural. En principio, la pareja de centrales titular sería la formada por Hierro y Alkorta. Aunque, curiosamente, en el primer partido de la pretemporada en Suiza el acompañante de Alkorta fue Nando. Lo que está claro es que Valdano y Cappa confían en el bilbaíno. Alkorta fue titular en los tres primeros amistosos de pretemporada... Pero una lesión en el mes de agosto le terminaría pasando factura.
La convalecencia de Alkorta fue bien aprovechada por Manolo Sanchís. El capitán, a sus 29 años, cuajaría una de sus mejores campañas como madridista al lado de Fernando Hierro. Ambos estuvieron inconmensurables atrás durante toda la campaña, lo que relegó a la suplencia tanto a Rafa Alkorta como a Nando. El bilbaíno sólo jugó nueve partidos de Liga, 1 de Copa y 4 de Copa de la UEFA. 14 partidos en total para una campaña que en lo colectivo terminó bien gracias a la consecución del título de Liga. Cabe apuntar la curiosidad de que, a pesar de ser suplente
con Valdano, el seleccionador Javier Clemente siguió manteniendo una fe ciega en
Alkorta, que durante aquel año alternó la suplencia en el banquillo del Real
Madrid con la titularidad en la Selección. Clemente conocía bien a Alkorta, al
que había tenido bajo sus órdenes en su segunda etapa como técnico del Athletic
Club, en la campaña 1990-91.
Temporada 1995-96
La siguiente campaña, la dolorosa temporada 1995-96, arrancó con las mismas perspectivas que la anterior para nuestro protagonista. El timón de la defensa seguía en manos de Hierro y Sanchís en detrimento de Alkorta. Pero claro... Todo fue tan mal aquel año que terminó habiendo muchos cambios sobre la marcha. Tras medio campeonato de Liga marcado por la irregularidad y los tropiezos hubo relevo en el banquillo. Jorge Valdano fue destituido y Vicente del Bosque se hizo cargo del equipo por segunda vez de manera transitoria. Fue un solo encuentro en el que los madridistas se pasearon por San Mamés logrando un contundente 0-5. Arsenio Iglesias, que se había retirado meses antes tras su exitoso periplo en el Deportivo, volvió al ruedo deportivo para dirigir lo que restaba de temporada. Una de las decisiones del nuevo entrenador fue reforzar la línea defensiva del equipo madridista y uno de los beneficiados fue Rafa Alkorta, que recuperó la titularidad perdida durante la etapa de Valdano al frente del equipo.
En marzo de 1996, en su número 77, la revista Real Madrid ofrecía una entrevista con el defensa vasco. El título no podía ser más significativo. Rafael Alkorta. Un titular de lujo. Javier De la Calle hacía con el jugador un repaso de aquel periodo de tiempo en el que el central estuvo ausente de las alineaciones iniciales. “He pasado un año y medio complicado, pasé de llevar siete u ocho años siendo titular a de repente ir al banquillo”, reconocía el jugador. “Fue una situación dura, pero lo he llevado mejor de lo que pensaba. Aprendes cosas. Ya conozco las dos caras del fútbol”. El periodista aludía al talante con el que el jugador asumió la suplencia. "Para mí era importante tener buen ánimo. Mira, he pasado momentos malos, pasé semanas en las que entrenaba horrible y me encontraba fatal. Había momentos que no podía casi resistir la tentación de explotar. Tenía dos opciones: o tomármelo a mal, hacer declaraciones malas y entrenar mal, es decir, estar negativo, o todo lo contrario: intentar no crear problemas a nadie y trabajar para que no se notara que era suplente. Está claro que la mejor opción era la segunda. Por eso he estado muy centrado y he trabajado mucho. Además tenía la Selección, en donde no podía hacer el ridículo. Había gente que esperaba que hiciera el ridículo, y me enfrenté a todo de la mejor forma posible: trabajando”, contaba Alkorta.
Temporada 1995-96
La siguiente campaña, la dolorosa temporada 1995-96, arrancó con las mismas perspectivas que la anterior para nuestro protagonista. El timón de la defensa seguía en manos de Hierro y Sanchís en detrimento de Alkorta. Pero claro... Todo fue tan mal aquel año que terminó habiendo muchos cambios sobre la marcha. Tras medio campeonato de Liga marcado por la irregularidad y los tropiezos hubo relevo en el banquillo. Jorge Valdano fue destituido y Vicente del Bosque se hizo cargo del equipo por segunda vez de manera transitoria. Fue un solo encuentro en el que los madridistas se pasearon por San Mamés logrando un contundente 0-5. Arsenio Iglesias, que se había retirado meses antes tras su exitoso periplo en el Deportivo, volvió al ruedo deportivo para dirigir lo que restaba de temporada. Una de las decisiones del nuevo entrenador fue reforzar la línea defensiva del equipo madridista y uno de los beneficiados fue Rafa Alkorta, que recuperó la titularidad perdida durante la etapa de Valdano al frente del equipo.
En marzo de 1996, en su número 77, la revista Real Madrid ofrecía una entrevista con el defensa vasco. El título no podía ser más significativo. Rafael Alkorta. Un titular de lujo. Javier De la Calle hacía con el jugador un repaso de aquel periodo de tiempo en el que el central estuvo ausente de las alineaciones iniciales. “He pasado un año y medio complicado, pasé de llevar siete u ocho años siendo titular a de repente ir al banquillo”, reconocía el jugador. “Fue una situación dura, pero lo he llevado mejor de lo que pensaba. Aprendes cosas. Ya conozco las dos caras del fútbol”. El periodista aludía al talante con el que el jugador asumió la suplencia. "Para mí era importante tener buen ánimo. Mira, he pasado momentos malos, pasé semanas en las que entrenaba horrible y me encontraba fatal. Había momentos que no podía casi resistir la tentación de explotar. Tenía dos opciones: o tomármelo a mal, hacer declaraciones malas y entrenar mal, es decir, estar negativo, o todo lo contrario: intentar no crear problemas a nadie y trabajar para que no se notara que era suplente. Está claro que la mejor opción era la segunda. Por eso he estado muy centrado y he trabajado mucho. Además tenía la Selección, en donde no podía hacer el ridículo. Había gente que esperaba que hiciera el ridículo, y me enfrenté a todo de la mejor forma posible: trabajando”, contaba Alkorta.
Javier De la Calle comentaba que resultaba curioso que “una
actitud tan correcta y caballerosa” fuese cuestionada desde algunos frentes
acusando al jugador de conformista. “Nunca me acostumbré a esta situación pero
tampoco arrojé la toalla, como decían algunos. Lo que pasa es que un
determinado sector de la prensa no entendía que no explotara de una vez.
Siempre que venían a preguntarme les decía: “Mirad, os voy a decir lo de
siempre: no me voy a meter con nadie, sigo igual, sé que soy suplente y ya
está: no hay ningún problema. Y lo decía de corazón. Por fortuna en ningún
momento perdía la esperanza. Todas estas cosas me mantuvieron en alza, con
ganas de que llegara este momento: la deseada titularidad”.
Rafa Alkorta hablaba en aquella entrevista de lo que había
supuesto la llegada de Arsenio Iglesias al banquillo madridista. “En el fútbol,
los cambios de entrenador siempre conllevan reacciones. No hay que decir ahora
si Arsenio es mejor que Jorge, porque con Valdano ganamos una Liga y jugamos
muy bien, es cierto, pero la verdad es que habíamos entrado en un tumulto de
negatividades terribles que hacían que hacían que el equipo no marchara bien.
No teníamos la suerte del año pasado. Y cuando las cosas van al revés de cómo
deben ir en un equipo como éste, al final siempre paga el ‘pato’ el ‘míster’. Y
es evidente que cuando llega un entrenador nuevo la motivación es especial
porque todos partimos de cero. La titularidad está ahí y eso hace que el equipo
vaya para arriba”, contaba el vizcaíno.
"Estoy viviendo un momento muy bueno, de nuevo me siento
inspirado. Creo que ha concluido una época que afronté con la mayor dignidad,
siendo positivo, y que ahora estoy en una etapa diferente, estoy jugando con
continuidad, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Ahora me siento más
útil para el equipo y eso es muy importante. Creo que ha terminado una época
complicada por las razones que fueran –que no se las he pedido a nadie- y que
ahora es otra cosa. Ser titular reconforta mucho. He vuelto a sentir el
‘gusanillo’ de antes de los partidos, y te garantizo que es una sensación muy
agradable”, confesaba.
Efectivamente, Alkorta recuperó todo el protagonismo en el
equipo tras la marcha de Valdano. Vicente Del Bosque le alineó de titular en el
siguiente partido al cese del técnico argentino. En Bilbao, curiosamente en su
querido San Mamés, fue donde Rafa Alkorta volvió al once inicial en un choque
disputado entre semana y que concluyó con un rotundo 0-5 favorable al cuadro
madridista. Cuatro días después debutaba Arsenio como nuevo entrenador del
equipo y Alkorta siguió de titular. La principal medida que adoptó el nuevo
míster fue la de reforzar la línea defensiva aumentando su número de efectivos.
Quizás de cara al espectador podía resultar menos atractivo, pero la precaria
situación del equipo pedía a gritos una medida así. Jugadores como Alkorta y
Chendo recuperaron protagonismo en una zaga a la que también se incorporaron
nuevos valores como Fernando Sanz y García Calvo. A pesar de todos los
esfuerzos la temporada 1995-96 no acabó nada bien. Pocos partidos quedaron para
el recuerdo aquella nefasta campaña. El mejor, fue el de la ida de los
cuartos de final de la Champions League frente a la Juventus. El Real Madrid
doblegó a los italianos 1-0 en un buen partido de los nuestros, que merecieron
más. Y aquel día, por cierto, Rafa Alkorta estuvo brillante y disputó uno de
sus mejores encuentros como madridistas, resultando decisivo a la hora de
frenar a los Del Piero, Ravanelli, Vialli y compañía.
Por desgracia, el Madrid cayó en la vuelta, en Turín. En
Liga el equipo terminó en sexta posición quedando fuera de competiciones
europeas. Tocaba revolución en el equipo, pero mientras el Club movía fichas e
iba cerrando nuevas contrataciones, Rafa Alkorta ponía rumbo a Inglaterra para
disputar la Eurocopa 96 con la Selección española junto a otros madridistas
como Fernando Hierro, José Emilio Amavisca, Santi Cañizares y Luis Enrique. A
la vuelta de aquel torneo, Alkorta se encontraría un Real Madrid muy diferente.
Tras la desastrosa campaña 1995-96 la directiva de Lorenzo Sanz apostó por Fabio Capello. El técnico italiano llegó a Madrid con el propósito de liderar un nuevo proyecto deportivo para la temporada 1996-97. Con el nuevo míster llegarían jugadores de la talla de Pedja Mijatovic, Davor Suker, Clarence Seedorf, Roberto Carlos, Secretario y Bodo Illgner. El Real Madrid, como el resto de las escuadras, se reforzó con ahínco para afrontar la temporada gracias a la enorme inyección económica que recibieron los clubes desde las televisiones. Entraba en vigor la Ley Bosman, lo que suponía que los jugadores comunitarios no ocupaban plaza de extranjero y se abría el abanico de opciones para fichar. Muchas novedades en la plantilla del Real Madrid. Pero, curiosamente, uno de los tres jugadores que más minutos acumularon esa campaña fue Rafa Alkorta.
El futbolista se encontraba “en su mejor momento”, como
titulaba Javier de la Calle a la entrevista que le realizó al bilbaíno para el
número 86 de la revista oficial del Club, publicada en enero de 1997. Alkorta
se encontraba inmerso, en aquellos momentos, en su cuarta campaña como jugador
del Real Madrid. “El balance es muy positivo. Siempre que se está en un equipo
grande puedes sacar conclusiones productivas. Aunque haya pasado etapas en las
que no jugaba, o estaba en el banquillo, creo que la experiencia hasta ahora es
totalmente buena para mí”, apuntaba Rafa Alkorta, que a sus 28 años era titular
y pieza indispensable en el equipo. “Desde luego, ahora tengo una edad ideal
para la práctica del fútbol que coincide además con una línea de continuidad
importante. Todo ayuda mucho, por eso se puede decir que sí, que estoy en mi
mejor momento, en un estado que espero mantener durante mucho tiempo”,
sentenciaba el futbolista.
En el primer tramo de aquella entrevista el jugador
realizaba varias reflexiones de índole personal en las que reconocía las dudas
iniciales que tuvo allá por 1993 en el momento de aceptar el pase al Real
Madrid por lo “perfectamente integrado” que estaba en su Bilbao natal. También
mostraba, eso sí, la satisfacción de su adaptación a la ciudad. “Es cierto,
estoy encantado de haber venido a Madrid. La verdad es que al principio dudé,
pero es por lo que tú dices, porque allí me veía perfectamente adaptado. Pero
tengo que decir que apenas sufrí problemas de integración. Ahora soy muy feliz
en Madrid, tengo grandes amistades en esta ciudad maravillosa, y por supuesto,
siento el orgullo de jugar en uno de los mejores equipos del mundo”, indicaba
un Rafa Alkorta que también contaba que no había tenido ni el más mínimo
problema por el hecho de ser vasco. “Siempre se me ha tenido mucho respeto aquí
en Madrid, y se lo tengo que agradecer a los madrileños”, apuntaba.
Por supuesto, la entrevista también entraba en detalle en
conceptos meramente deportivos. En enero de 1997 el Real Madrid de Capello
gobernaba la clasificación de Primera División con paso firme hacia el título
honorífico de ‘Campeón de Invierno’. Cerca del ecuador del campeonato era un
buen momento para desgranar lo que habían sido los primeros meses de trabajo
con el técnico italiano y Javier de la Calle le preguntaba a Alkorta en qué
había variado el Real Madrid desde la llegada de Fabio Capello. “La principal
variación es en el tema de la disciplina. Capello es un hombre muy recto en
todo, que exige el cien por cien del rendimiento, y eso nos ha venido bien.
Quizá éramos un equipo que necesitaba que nos estuvieran pinchando
constantemente”, contaba el defensa al periodista, que encontraba paralelismos entre
el sistema de juego del Madrid y el de la Selección. “La verdad es que Capello
y Clemente tienen un sistema de trabajo parecido, ambos juegan mucho con la
presión, con el robo de balón en la mitad del campo para adelante con la
intención de llegar y hacer oportunidades de forma muy rápida, es un juego muy
vertiginoso, que a veces se juega bien y otras se piensa en lo práctico. Tiene
parecidos, pues, y eso me ha ayudado a no tener que cambiar en exceso mi ‘chip’
cada vez que juego con la Selección”, desgranaba Alkorta.
La buena actuación de Alkorta y del resto de compañeros de
la zaga del equipo habían propiciado que el Real Madrid fuese en aquellos
momentos uno de los conjuntos menos goleados de la Liga. El jugador bilbaíno
contaba el secreto del buen hacer de la defensa del conjunto blanco. “Se basa,
ante todo, en lo perfectamente ordenado que está todo el equipo en el campo. No
encajamos goles porque cuando el rival tiene el balón, estamos obsesionados por
recuperarlo. Hay que valorar que la presión que realizamos nos supone un
desgaste físico tremendo, pero merece la pena. Se consiguen buenos resultados”,
confesaba un futbolista que junto a su gran amigo Fernando Hierro formó una
pareja excepcional aquella temporada en el eje de la defensa. “Con Fernando
Hierro todo resulta fácil. Es un jugador tremendo. Ahora estamos formando un
buen tándem, igual que cuando lo formó con nuestro compañero Manolo Sanchís.
Hierro tiene como virtud estar permanentemente concentrado, habla mucho, y
luego tiene muy buena colocación y una capacidad de mando muy importante”,
contaba sobre el malagueño.
En el tramo final de la entrevista, Javier de la Calle se
interesaba por saber qué le pedía Alkorta al futuro. “Que las cosas sigan como
hasta ahora, tanto en el Real Madrid como en la Selección. Con el combinado
nacional estamos en una buena línea, y con el Madrid espero que, aunque todavía
queda mucha Liga, al final sigamos ocupando el liderato, como hasta ahora”,
apuntaba un Rafa Alkorta que valoraba el reciente triunfo frente al Barcelona
en lo que se calificó como ‘el partido del siglo’. “Ese partido sirvió para
distanciar un poco a nuestro más directo rival en ese momento, para confirmar
nuestro buen momento de forma y para ganar en autoestima, en reforzar nuestra
idea de que estamos en el buen camino. Pero todavía queda mucho para el final”,
reconocía el defensa con cautela. Alkorta tenía muy claro lo que el equipo
tenía que hacer para terminar llevándose aquella Liga 1996-97. “Seguir arriba,
no perder esa privilegiada posición. Para ello hay que mantener la
concentración en todos los partidos, imponer un ritmo fuerte y seguir
demostrando en el campo que podemos ser los mejores”, aseguraba respecto a lo
que la plantilla tenía que afrontar a lo largo de los siguientes seis meses.
Rafa Alkorta realizó una campaña soberbia. Fue uno de los tres jugadores más empleados por Capello. 40 partidos de Liga, los mismos que el guardameta Illgner. Sólo Raúl, con 42 partidos, les superó. Alkorta jugó aquellos 40 encuentros completos y sin perderse ni un minuto. Le sacaron ocho tarjetas amarillas y no vio ninguna
roja ese año. Sólo se perdió dos partidos de Liga, el primero en la jornada 26
por acumulación de tarjetas y el de la jornada 42, con el equipo ya Campeón.
Por cierto, en aquella última jornada de Liga, sin Alkorta en la defensa, el
equipo perdió en Vigo... ¿Casualidad?
El de Bilbao fue uno de los futbolistas clave de aquella escuadra que se llevó
la Liga 1996-97 con récord de puntos. “El último partido ante el Atlético
de Madrid será difícil de olvidar, permanecerá guardado en mi memoria para
siempre. Ha sido impresionante. El ambiente de las gradas, la tensión de la
semana… Al final hemos conseguido la victoria y de paso el título. El gran
objetivo que nos habíamos fijado al principio de temporada estaba conseguido”,
declaró Alkorta tras proclamarse Campeón de Liga.
Aquel fue, probablemente, el mejor año de su extensa
carrera deportiva. Pero expiraba su contrato como jugador blanco. En el Real Madrid deseaban la continuidad del jugador al que, por supuesto, le pusieron la renovación encima de la mesa. No obstante, razones familiares y de índole personal le empujaron a regresar a Bilbao con su padre y con su hermano Oskar.
El jugador puso fin a su periplo merengue de cuatro temporadas en las que jugó un total de 134 partidos oficiales con la camiseta del Real Madrid. Marcó tres goles, dos en Liga en la temporada 1995-96 y uno en Copa del Rey en la 1996-97. Alkorta se marchó del Santiago Bernabéu con dos títulos de Liga y uno de Supercopa de España. También se llevó la experiencia de haber jugado en las tres competiciones europeas de la época, Champions League, Copa de la UEFA y Recopa de Europa.
El jugador puso fin a su periplo merengue de cuatro temporadas en las que jugó un total de 134 partidos oficiales con la camiseta del Real Madrid. Marcó tres goles, dos en Liga en la temporada 1995-96 y uno en Copa del Rey en la 1996-97. Alkorta se marchó del Santiago Bernabéu con dos títulos de Liga y uno de Supercopa de España. También se llevó la experiencia de haber jugado en las tres competiciones europeas de la época, Champions League, Copa de la UEFA y Recopa de Europa.
Hay un apunte muy curioso a destacar a estas alturas de su recorrido biográfico. Cuando
Rafa Alkorta llegó al Real Madrid en la temporada 1993-94, su sustituto en el
Athletic Club fue Iñigo Larrainzar, al que se le fichó de Osasuna. Pero con la temporada ya avanzada se asentó en la defensa rojiblanca un joven vitoriano que sobresalía en el filial: Aitor Karanka. ¿Y quién fue el sustituto de Alkorta en el Real Madrid en
la temporada 1997-98? Efectivamente… ¡Aitor Karanka! Ambos jugadores tuvieron
trayectorias profesionales casi calcadas.
En septiembre de 1997, la revista Real Madrid publicaba una
entrevista con el nuevo central madridista. Incluía una columna de opinión en
la que Rafa Alkorta describía a Karanka como jugador. Aprovechando la ocasión
que le brindaba la revista del Club, Alkorta se despedía de los madridistas.
“Tengo que deciros que deciros que pasé unos años inolvidables en Madrid y
quiero agradeceros lo bien que os habéis comportado conmigo en todo momento. Me
he sentido como en mi casa y sabed que de verdad os llevo en el corazón. Aitor
puede estar tranquilo en ese sentido. Sé que entre todos le haréis tan feliz
como yo lo he sido. Nunca os olvidaré. Un abrazo, y mucha suerte”, fueron sus
palabras.
Vuelta a Bilbao
Cerca de cumplir los 29 años, Rafa Alkorta inició su segunda etapa como
‘león’. Regresaba a San Mamés con experiencia y títulos. De haber seguido con
la casaca blanca, aquella temporada 1997-98 hubiera podido levantar la
Champions League con el Madrid en Amsterdam. Aun así, pudo saborear el
subcampeonato de Liga y la clasificación para la máxima competición continental
con el Athletic Club, un logro deportivo de mucho valor para la entidad
rojiblanca. En su segunda etapa en Bilbao nuestro protagonista fue de más a menos. Los años iban pasando y el físico le castigó mucho a Alkorta. La espalda le dio muchos problemas en la recta final de su carrera deportiva. A duras penas llegó a jugar seis partidos en su último ejercicio en activo.
Cinco campañas duró el segundo capítulo de Alkorta como
jugador del Athletic Club. Al término de la campaña 2001-02 el bilbaíno colgó las
botas con 33 años. Se había especulado la posibilidad de seguir en el Paris Saint-Germain, equipo dirigido entonces por Luis Fernández, técnico que había entrenado a Alkorta en el Athletic Club. Finalmente, no pudo ser. En total, disputó 425 partidos oficiales, 294 de ellos con
el Athletic. Anotó 9 goles a lo largo de su carrera y fue internacional en 54
ocasiones.
Epílogo
Tras su retirada Alkorta ha seguido vinculado al mundo del fútbol como comentarista deportivo en varios medios de comunicación. Tanto en radio como en televisión le hemos podido escuchar hablando, con propiedad, de un deporte al que le dedicó tantos años de su vida como jugador. Y también ha dado el salto a los banquillos. Fue segundo entrenador con su gran amigo Míchel en el Olympiacos griego y volvió a ejercer como segundo de nuevo con Míchel en el Olympique de Marsella en la temporada 2015-16. Aunque no cierra las puertas a dirigir a un equipo, Alkorta reconoce que se siente muy a gusto y satisfecho colaborando con los medios a modo de comentarista.
Me apetecía mucho dedicarle una entrada personalizada en mi blog. Guardo muy buenos recuerdos de su etapa con la camiseta blanca. El comportamiento de Rafa Alkorta durante su estancia en el Real Madrid fue ejemplar en todos los aspectos. Como futbolista y como compañero fue un profesional de los pies a la cabeza tal y como reconocían todos los que jugaron a su lado. “Humanamente admirable”. Así le calificó Jorge Valdano en una ocasión, y no es para menos. Detrás del que fuera un duro y expeditivo central se esconde un hombre alegre, con un tremendo sentido del humor y una personalidad marcada hasta el punto de poseer rasgos de líder. El éxito nunca le cambió. Sencillo, atento, sincero y bromista, sobre todo muy bromista, Alkorta pertenece a ese grupo de deportistas con un carisma especial que le hace ser querido y admirado por el gran público.
Tras su retirada Alkorta ha seguido vinculado al mundo del fútbol como comentarista deportivo en varios medios de comunicación. Tanto en radio como en televisión le hemos podido escuchar hablando, con propiedad, de un deporte al que le dedicó tantos años de su vida como jugador. Y también ha dado el salto a los banquillos. Fue segundo entrenador con su gran amigo Míchel en el Olympiacos griego y volvió a ejercer como segundo de nuevo con Míchel en el Olympique de Marsella en la temporada 2015-16. Aunque no cierra las puertas a dirigir a un equipo, Alkorta reconoce que se siente muy a gusto y satisfecho colaborando con los medios a modo de comentarista.
Me apetecía mucho dedicarle una entrada personalizada en mi blog. Guardo muy buenos recuerdos de su etapa con la camiseta blanca. El comportamiento de Rafa Alkorta durante su estancia en el Real Madrid fue ejemplar en todos los aspectos. Como futbolista y como compañero fue un profesional de los pies a la cabeza tal y como reconocían todos los que jugaron a su lado. “Humanamente admirable”. Así le calificó Jorge Valdano en una ocasión, y no es para menos. Detrás del que fuera un duro y expeditivo central se esconde un hombre alegre, con un tremendo sentido del humor y una personalidad marcada hasta el punto de poseer rasgos de líder. El éxito nunca le cambió. Sencillo, atento, sincero y bromista, sobre todo muy bromista, Alkorta pertenece a ese grupo de deportistas con un carisma especial que le hace ser querido y admirado por el gran público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario