Repaso a la trayectoria de la Selección en México 86
Después de haber visto a España ganar un Mundial, en el año 2010, y alzar las dos últimas Eurocopas, tengo la sensación de que muchos se han acostumbrado al éxito y consideran que tenemos casi la obligación de llegar siempre lo más lejos y ganar cada gran torneo que disputa la Selección. Pese a lo que nos pasó en Brasil hace dos años parece que algunos se han olvidado de que las cosas no siempre han sido así de bonitas, ni mucho menos.
Tampoco es justo sentenciar que antes no ganábamos nada, como se solía decir antes de la reciente época de los grandes triunfos. España había ganado la Eurocopa de 1964, fue subcampeona en la de 1984 y Oro Olímpico en 1992. Pero sí que es verdad que el infortunio se cruzaba en nuestro camino más de lo que nos hubiese gustado. Contratiempos que levantaron aquel muro que parecía infranqueable, el de los famosos "cuartos de final". Y aquella leyenda de los cuartos de final se gestó con tropiezos dolorosos como el del Mundial de México de 1986.
Destino, México
El equipo español esperaba poder borrar en México el ingrato recuerdo que había dejado el Mundial celebrado en España en 1982. El fracaso en 'nuestro' Mundial se había paliado con el subcampeonato cosechado en la Eurocopa de Francia de 1984. Corrían buenos tiempos. Miguel Muñoz había devuelto la ilusión al público que habría vibrado con aquella clasificación para la Eurocopa que certificamos con el inolvidable 12-1 a Malta. En la Eurocopa, sólo la anfitriona Francia nos pudo frenar en la Final con aquellos goles de Platini. Dos años después, llegaba el momento de confirmar el buen momento de la Selección. En un Mundial, además.
La de México 86 fue la séptima participación de España en una fase final de Copa del Mundo. El equipo dirigido por Miguel Muñoz se ganó su presencia en México tras terminar en primera posición la fase de clasificación que se inició en octubre de 1984 y concluyó en septiembre de 1985. Ganó cuatro partidos y perdió dos. España, con 8 puntos, superó a Escocia, Gales e Islandia.
En el año 1986, pocas semanas antes de que el balón comenzara a rodar en México, se celebraron las finales de las tres competiciones europeas de la época. Y en las tres hubo equipos españoles. El Barcelona jugó en Sevilla la Final de la Copa de Europa frente al Steaua de Bucarest. El Real Madrid disputó la Final de la Copa de la UEFA a doble partido con el Colonia alemán. Y en la Recopa, el Atlético de Madrid se medía al Dinamo de Kiev. De los tres representantes de la Liga española sólo el Real Madrid consiguió alzarse con el triunfo en la Copa de la UEFA. El Atlético cayó con los soviéticos 3-0 y el Barcelona, pese a jugar en Sevilla como 'local' empató 0-0 y perdió en los penaltis con los rumanos.
En cualquier caso, los clubes de nuestra Liga dejaron claro que el fútbol español podía llegar lejos en el panorama internacional. Tengamos en cuenta que por aquella época había limitación de extranjeros en los equipos, por lo que el abanico de jugadores seleccionables para el combinado nacional era muy amplio. Un abanico, además, de buenos futbolistas, como se acababa de comprobar a la hora de analizar lo lejos que habían llegado nuestros clubes en las competiciones europeas.
La lista de Miguel Muñoz para el Mundial estaba compuesta por Zubizarreta, Urruticoechea y Ablanedo como porteros, Tomás, Camacho, Maceda, Goikoetxea, Julio Alberto y Chendo como defensas, Víctor, Gordillo, Señor, Gallego, Francisco, Calderé y Míchel como centrocampistas, Butragueño, Carrasco, Quique Setién, Poli Rincón, Julio Salinas y Eloy como delanteros.
Como se puede apreciar, el Real Madrid tuvo una buena representación en la Selección española. Camacho, Gordillo, Maceda, Chendo, Gallego, Míchel y Butragueño. Manolo Sanchís era uno de los fijos, pero la grave lesión que sufrió en el mes de abril frente al Inter de Milán en las semifinales de la Copa de la UEFA le dejó fuera del Mundial. En su lugar acudió Chendo, que había debutado con el combinado nacional a principios de aquel mismo año y que acudía a su primera gran cita con la Selección absoluta.
México 1986
De la participación de España en el Mundial de México hay un libro absolutamente imprescindible que se titula 'Cuando éramos los mejores', sobre el que ya escribí en su día aquí en 'Historias del Real Madrid'. Aprovecho de nuevo la ocasión para volver a recomendar su lectura. Las anécdotas que se recogen del ambiente que había en aquella selección y de todo lo que sucedió durante la concentración en México son dignas de conocer. Algunas son desternillantes y otras surrealistas. Prefiero no comentar ninguna aquí. De verdad, el que pueda que lea el libro porque no tiene desperdicio desde la primera página a la última.
En lo estrictamente deportivo, el Mundial de México comenzó de manera oficial para España el 1 de junio de 1986. Ese día el equipo de Miguel Muñoz se enfrentó, ni más ni menos, con Brasil. Empezó con derrota. 0-1 para los cariocas, aunque España no mereció caer. De hecho, aquel partido se recuerda por el gol que el colegiado, el australiano Bambridge, no concedió a Míchel. Un 'gol fantasma' totalmente legal pero que no subió al marcador.
Fue en un saque de esquina de Víctor desde la izquierda. Su centro al área lo cabeceó Maceda para ceder el balón a Míchel en la frontal del área. El centrocampista lanzó un fortísimo disparo y el balón, tras golpear violentamente el larguero, rebotó hacia abajo entrando clarísimamente a gol. Sin embargo, el bote dentro del área sacó la pelota sin que árbitro ni juez de esquina pareciesen percatarse de que la pelota había entrado, como demostró una famosa foto de la época publicada por la revista Interviú. De nada sirvieron las protestas en el campo de los jugadores españoles. Aquel gol hubiese puesto 1-0 por delante en el marcador a España. Pero se mantuvo el 0-0 y Brasil se adelantaría después con un tanto de Socrates en el 62'.
De aquel partido frente a Brasil salió mal parado nuestro defensa Antonio Maceda, que recayó de sus problemas de rodilla y tuvo que regresar a España de manera precipitada. Aquel 1 de junio de 1986 se despidió del Mundial y de la Selección, con la que ya no volvería a jugar más. Maceda no se terminó de recuperar. Se pasó más de un año en blanco y sólo llegó a disputar dos partidos oficiales más con el Real Madrid antes de retirarse de manera definitiva al término de la temporada 1988-89.
España enderezó el rumbo en su segundo partido, en el que doblegó a Irlanda del Norte 1-2. Emilio Butragueño inauguró pronto el marcador con un tanto madrugador y Julio Salinas anotaba el 0-2 poco después de rebasarse el cuarto de hora. Los norirlandeses redujeron distancias pero los de Miguel Muñoz lograron retener el triunfo. Aquel partido dejó una imagen inolvidable para el recuerdo, la de José Antonio Camacho jugando con un aparatoso vendaje en la frente. Colin Clarke, autor del gol rival, le clavó los tacos en un lance que se produjo pocos minutos antes del descanso. Al capitán español le tuvieron que coser la herida y pese a los puntos disputó toda la segunda parte.
En el tercer partido para España de aquel Grupo D en el que estaba encuadrada la Selección se superó a Argelia con un claro 0-3. Ramón María Calderé, por partida doble, y Eloy, pusieron los goles del combinado español.
España se clasificó para los octavos de final, por tanto, como segunda de grupo por detrás de Brasil, que ganó los tres partidos y obtuvo seis puntos. España sumó cuatro con sus dos triunfos. El hecho de clasificarse en segunda posición significaba que nos teníamos que enfrentar al primero de otro grupo. En concreto nos cruzaríamos con el primer clasificado del Grupo E, en el que jugaban Alemania Federal, Dinamarca, Uruguay y Escocia.
España había certificado su pase a octavos el jueves 12 de junio. Le tocaba esperar rival, y el contrincante saldría al día siguiente, viernes 13, del espectacular duelo Alemania Federal-Dinamarca. Fueron los daneses los que se llevaron el partido doblegando a los alemanes por 2-0 y terminando como primeros de grupo. La primera fase de Dinamarca fue espectacular ganándose el apelativo de la 'Dinamita Roja'. Por allí andaba un tal Michael Laudrup que años después demostraría su clase y talento en los campos españoles. Junto a él, clásicos como Morten Olsen, Preben Elkjær Larsen... En su primera participación en un Mundial las sensaciones que ofrecieron fueron magníficas. Ganaron sus tres partidos y accedieron a octavos con seis puntos, nueve goles a favor y sólo uno en contra. Vencieron 0-1 a Escocia, 6-1 a Uruguay y 2-0 a Alemania Federal.
La gloria del Buitre
Ya sabíamos el rival para octavos. El encuentro frente a Dinamarca se jugó el miércoles 18 de junio de 1986. Con la imagen que habían dado en la primera fase, en la que incluso se habían impuesto a la poderosa Alemania, que acabaría alcanzado la Final del campeonato, es lógico que los daneses partiesen a priori como favoritos en aquel duelo que se celebró en el Estadio La Corregidora de Querétaro.
Sin embargo, aquella fecha, aquel estadio, aquel partido, se hicieron un hueco con letras de oro en la legendaria carrera deportiva de uno de nuestros futbolistas: Emilio Butragueño. Mañana se cumplirán treinta años de aquel partido y le dedicaré una entrada monográfica a ese partido en el que se consagró a nivel mundial el joven delantero madridista.
Lo que pasó aquel día es recordado por todos. Butragueño anotó aquel día cuatro goles convirtiéndose en una de las estrellas de aquel Mundial de México. Cuatro goles con los que España consiguió remontar y eliminar a Dinamarca. Los daneses se adelantaron 1-0 con un gol de Jesper Olsen de penalti en el minuto 33. En el minuto 43, sin embargo, Butragueño igualó el partido con un tanto de los denominados 'psicológicos'. Inolvidable aquel gol sobre la portería que se encontraba en el fondo en el que unos aficionados españoles habían desplegado una gran pancarta en la que podía leerse el lema 'Asturias con la Furia'. Se llegó al descanso en tablas. Y, en el segundo tiempo, llegó el delirio. Exhibición de España, que terminó imponiéndose 1-5. En aquella segunda parte el Buitre marcó tres goles más, uno de penalti, y el central del Athletic Club Andoni Goikoetxea anotó otro más, también de penalti.
La euforia se desató en España. Llegábamos a cuartos de final lanzados, con una victoria de las que da prestigio, ante un potente rival y ofreciendo una muy buena imagen.
Cuartos de final
España afrontó el partido de cuartos de final con mucha confianza y un estado de optimismo desatado entre la afición después de la contundente victoria frente a Dinamarca. El rival, no obstante, era de los buenos: Bélgica. Los belgas contaron con muy buenos jugadores y buenos equipos en la década de los ochenta. Jean-Marie Pfaff, Eric Gerets, Enzo Scifo, Jan Ceulemans...
El partido se disputó el domingo 22 de junio de 1986 en el Estadio Cuauhtémoc de Puebla. Estaba claro que los belgas no eran ninguna perita en dulce. Y lo demostraron adelantándose en el marcador en el minuto 35 con un tanto de su capitán. Ceulemans recibió un preciso centro desde la izquierda y se sacó un cabezazo inapelable picando el balón a gol. Al descanso se llegó con ese 1-0 para los belgas. En el segundo tiempo España apretó y apretó en busca del empate... Y llegó, llegó. El empate llegó. En el minuto 85 Juan Señor se sacó un espectacular zurdazo desde fuera del área para fusilar a Pfaff y establecer el 1-1 con el que se llegaría al final del tiempo reglamentario. Fue un auténtico golazo.
El gol de Señor hizo justicia al dominio y la insistencia del cuadro de Miguel Muñoz. Al menos, se forzó la prórroga. Pero en el tiempo extra el físico les pasó factura a los contendientes. Ninguno de los dos equipos consiguió batir a su rival, así que la prórroga concluyó con el 1-1 aún vigente en el marcador. Tocaba resolver el choque en los penaltis. En juego, una plaza para acceder a las semifinales del Mundial. Meterse entre los cuatro mejores. El desenlace de aquella fatídica tanda de penaltis... Bueno, también esas cosas son historia...
Señor, el autor del gol del empate, fue el primer lanzador de España. Engañó a Pfaff y marcó por la izquierda. Los belgas tampoco fallaron. Nico Claesen marcó. 1-1. El siguiente en lanzar era Eloy Olaya, que había sustituido a Julio Salinas mediado el segundo tiempo. Y paró Pfaff. El guardameta adivinó el lanzamiento y atajaba el balón. Les tocaba el turno a los belgas y Scifo marcaba el 2-1 poniendo a los belgas en ventaja. A continuación le tocaba lanzar a un madridista. Chendo, que jugó aquel día su primer partido en un Mundial y fue titular, fue el encargado de realizar el tercer lanzamiento de España. Anotó. Pero Hugo Broos tampoco fallaba y superaba a Zubizarreta. Seguíamos por detrás. El siguiente en acudir al punto de penalti fue Butragueño. El Buitre tomó carrerilla y la clavó por la escuadra. 3-3. Pero Vervoort tampoco erraba y subía el 4-3 al término de la cuarta ronda de disparos. El quinto lanzamiento para España lo ejecutó Víctor, con toda la presión del mundo. Si fallaba, España quedaba eliminada. No falló. Víctor clavó su disparo. 4-4. Pero a Bélgica le quedaba el último penalti. Si marcaba, pasaría a semifinales. Zubizarreta tenía que detener el disparo para poder seguir con los lanzamientos. O Van Der Elst fallarlo. Pero no falló, no falló...
Bélgica anotó todos sus lanzamientos y se impuso 5-4 a España logrando el pase. Después de toda la ilusión generada, la eliminación fue un mazazo para la Selección y para sus seguidores. Lógicamente, por desgracia, un nombre propio quedó para el recuerdo de aquel día: Eloy Olaya. El jugador del Sporting falló el penalti que nos terminó costando la posibilidad de acceder a semifinales. Eloy pasó a formar parte de ese ramillete de jugadores a los que, injustamente, se les recuerda por un fallo o un error que acaba siendo decisivo. Cardeñosa en Argentina 1978, Eloy en México, Julio Salinas en Estados Unidos 1994... En el deporte pasan estas cosas. Unas veces se gana y otras se pierde. Cara o cruz. En México, aquel 22 de junio de 1986, cayó cruz.
¿Qué hubiese pasado de no haber fallado Eloy aquel penalti? ¿Hasta dónde hubiésemos llegado si la fortuna nos hubiese sonreído un poco más frente a Bélgica? Quién sabe... En el siguiente partido nos hubiésemos cruzado con Argentina, a la postre campeona, así que quizás la albiceleste nos hubiese apeado del torneo. O quizás no... En cualquier caso son todo conjeturas y fantasías. La realidad es que nos quedamos fuera alimentando de esta manera aquella leyenda negra de los cuartos de final con los que nos volveríamos a topar en Estados Unidos en 1994, en Corea en 2002...
Fue un a pena. La participación española en México 86 dejó un grato recuerdo entre la afición española. Había un muy buen equipo y la sensación siempre fue la de que podíamos haber hecho algo más. Podíamos haber llegado un poco más lejos... Durante años se recordó aquel Mundial como una de las mejores actuaciones de la Selección. Para mi generación aquella fue una espina que tardó muchos años en sacarse. Y sin embargo, personalmente, recuerdo todo aquello con mucho cariño y con nostalgia...
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