Se cumplen dieciocho años de la consecución de la Copa de Europa de 1998
Hoy es 20 de mayo. Y desde hace ya dieciocho años esta fecha es muy especial para los aficionados del Real Madrid. Tal día como hoy de 1998 el Real Madrid se adjudicaba su Séptima Copa de Europa. La tan ansiada Séptima.
Es imposible que olvidemos aquel partido. Estoy convencido de que todos
y cada uno de los madridistas que vivimos aquel día nos acordamos
perfectamente de dónde vimos el partido, con quién lo vimos, cómo lo
vivimos, cómo cantamos el gol de Mijatovic...
Estoy seguro de que nos acordamos de todo aquello como si fuera ayer. Pero han transcurrido dieciocho años. La Séptima, por tanto, alcanza ya su mayoría de edad.
Y, sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, también estoy seguro de que casi todos los madridistas recordamos aquel 20 de mayo de 1998 como el más feliz de nuestros días como aficionados del Real Madrid. Para los más jóvenes porque era nuestra primera Final de la Copa de Europa. Para los más veteranos porque aquella Séptima Copa de Europa se había hecho demasiado de rogar.
Nada más y nada menos que 32 años habían transcurrido desde que en 1966 se había logrado el último cetro de la máxima competición continental. Por el camino, pinchazos y desilusiones como la de París en 1981. La Copa de Europa se
convirtió en una obsesión que nos causó demasiados disgustos y
sinsabores. Algunos crecimos con la sensación de que nunca llegaríamos a
ver a nuestro equipo alzar la preciada 'orejona' lamentando
oportunidades como las que quedaron sepultadas en Eindhoven.
Pero los disgustos y las frustraciones quedaron enterrados en la capital holandesa tal día como hoy de hace dieciocho años. Nuestra primera Copa de Europa 'en color'. Después vendrían más. La Octava, la Novena, la Décima... Momentos de inmensa alegría y satisfacción. Pero seguramente ninguna será como la Séptima por todo lo que significó aquella Copa de Europa que 'liberó' al madridismo.
Hoy 20 de mayo estamos de aniversario. Nuestra Séptima cumple dieciocho años y se nos hace mayor de edad. Y todos los que la vimos nacer la recordamos con muchísimo cariño y orgullo. ¡Felicidades!
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