Tengo muy frescos mis recuerdos del mes de octubre de 1994. Tan frescos, que me produce cierto vértigo pensar que han transcurrido ya veinte años. A nivel personal y a nivel deportivo recuerdo aquel mes de una manera nítida. Aún así, sabiendo de memoria qué es lo que me iba a encontrar, durante los últimos días he pasado bastante tiempo husmeando entre pilas de ejemplares de la revista Real Madrid, montañas del semanario Don Balón, cientos y cientos de recortes, periódicos de la época... Todo perfectamente ordenado de manera cronológica y meticulosa, de tal manera que resultaba fácil regresar a 1994 y constatar, negro sobre blanco, que la memoria, afortunadamente, me sigue funcionando bastante bien. Ojalá siga así muchos años.
El homenaje a Juanito, los síntomas evidentes de estar viviendo la recta final de la carrera de Butragueño en el Real Madrid, la sorprendente revelación de Amavisca, el debut, por fin, de Fernando Redondo, el lío del partido con el Compostela... El mes de octubre de 1994 fue prolífico en cuanto a datos, apuntes, noticias, anécdotas y curiosidades sobre la historia del conjunto merengue. Basta con echar un vistazo a las últimas entradas que he realizado en 'Historias del Real Madrid' para corroborarlo.
El día 29 de octubre de 1994, en Zaragoza, un chico de 17 años, Raúl González Blanco, delantero del Real Madrid C que entrenaba Toni Grande, debutó con el primer equipo. Entonces no lo sabíamos, pero los aficionados estábamos asistiendo al inicio de la carrera de uno de los mejores jugadores que han pasado por el club.
El equipo era líder en Primera División. Tras cuatro duras temporadas yo ya había aprendido la lección. Ganar no era tan fácil como había terminado creyendo de niño tras cinco años de triunfos ligueros consecutivos. La Quinta del Buitre me terminó malacostumbrando al éxito durante un lustro que recuerdo con mucha felicidad. Pero desde Barcelona, entre 1990 y 1994, me habían dado una buena bofetada de realidad para enseñarme que la vida no es tan bonita como parece cuando eres un crío. Y que las cosas, para conseguirlas, hay que pelearlas a muerte sin tener nunca la garantía de que vayas a conseguir la meta buscada. De todo hay que sacar una lectura positiva. Hasta de lo malo. Y los años de sequía y vacas flacas me enseñaron a valorar muchísimo los años de bonanza.
El Real Madrid de Jorge Valdano había iniciado la campaña 1994-95 con muy buen pie, confirmando las expectativas generadas durante el verano. Y entonces, yo ya era plenamente consciente de que había que disfrutar aquello porque, por desgracia, en el fútbol nunca sabes cuándo la suerte y la fortuna te van a volver a dar la espalda.
Por aquel entonces, yo ya llevaba algo más de dos años recopilando todo tipo de información sobre el Real Madrid que caía en mis manos. Me encantaba bucear en el pasado y descubrir todo lo relacionado con la historia del Madrid. Sus estrellas, sus logros, sus récords... Ya por aquel entonces empezaba a formar mis primeros álbumes de fotografías de jugadores, germen inicial del archivo personal que aún hoy, dos décadas después, sigo completando e incrementando campaña tras campaña.
Prestaba atención al primer equipo, a la sección de baloncesto... a la cantera... Y precisamente de las categorías inferiores surgían los nombres de algunos jugadores que despuntaban y prometían bastante de cara al futuro. Empecé a familiarizarme con ellos. Los recuerdo de memoria a casi todos. Algunos no llegaron a triunfar. Otros sí que lo hicieron. Bastantes llegaron a jugar en el primer equipo durante los siguientes ejercicios, y algunos incluso llegaron a ser importantes e hicieron carrera en el Real Madrid. Entre los García Calvo, Víctor, Álvaro Benito, Guti y unos cuantos más, había un delantero del que hablaban maravillas: Raúl.
El 29 de octubre de 1994 Raúl González debutó con el Real Madrid en partido oficial. Pero aquel no fue su primer encuentro vistiendo la camiseta del primer equipo. Aquella campaña 1994-95 el Madrid disputó muchos encuentros amistosos con los que los suplentes podían seguir en forma y poniendo en práctica los conceptos que se trabajaban en los entrenamientos y, al mismo tiempo, se integraban jugadores de la cantera.
Así, por ejemplo, el 6 de septiembre de 1994, el Real Madrid jugó frente al Oviedo un encuentro amistoso en el Carlos Tartiere que finalizó con empate a dos. Junto a los Buyo, Chendo, Sanchís, Martín Vázquez o Butragueño actuaron chicos como Gerardo, Jovicevic, Contreras, Santamaría, Luis Martínez, Javi López... y Raúl. Sus cifras le avalaban. Raúl González era uno de los delanteros más prometedores de la cantera y aquel mismo día, fue el encargado de establecer el 2-2 definitivo en el marcador. Primer partido, primer gol.
El madrileño volvió a jugar con el primer equipo sólo unos días antes de producirse su debut oficial. Fue su primer partido 'internacional', por así decirlo. Fue un partido en Alemania, frente al Karlrsruher germano. En aquella ocasión, Raúl fue el único canterano que jugó en un equipo formado por futbolistas del primer equipo. Sustituyó a Emilio Butragueño y, de nuevo, marcó un gol. 1-3 venció el Real Madrid aquel martes 25 de octubre de 1994. El sábado 29, el equipo jugaba partido de Liga en Zaragoza y Jorge Valdano ya tenía decidido hacerle debutar.
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