miércoles, 24 de febrero de 2021

HÉCTOR RIAL

Se cumplen 30 años de la desaparición del legendario jugador madridista de los años cincuenta

El 24 de febrero de 1991, tal día como hoy de hace 30 años, el Real Madrid ganaba 2-0 en el Santiago Bernabéu al Zaragoza. En aquel partido de Liga debutaba con el conjunto blanco un jovencísimo Alfonso Pérez y los goles los anotaron Manolo Sanchís y Sebastián Losada en la primera parte. Una vez concluido el encuentro el técnico madridista, Don Alfredo Di Stéfano, tuvo palabras para uno de sus compañeros de equipo de la edad dorada de las Copas de Europa: "Antes de nada, me van a permitir que dedique esta victoria a la memoria de mi amigo Héctor Rial". Aquel mismo domingo el hispano argentino había fallecido a los 62 años víctima de una cruel enfermedad.

Con la muerte de Rial desaparecía uno de los futbolistas más importantes de la Historia del Real Madrid, uno de los principales artífices de los éxitos cosechados por el Madrid en aquella década de los cincuenta en la que se encumbró como el mejor Club del mundo. Su carrera estuvo muy ligada a la de Alfredo Di Stéfano que, según recogen todas sus biografías, fue su máximo valedor y quien recomendó su fichaje casi nada más llegar a Madrid. Don Alfredo pidió fichar a alguien que le devolviese la pelota cuando él se la pasara y el futbolista indicado era Héctor Rial, interior izquierdo del San Lorenzo de Almagro. Cuando en el año 2002 el diario Marca publicó aquel enorme ejemplar sobre el Centenario, incluyó un listado con los futbolistas más importantes que habían vestido la camiseta blanca según los votos de los lectores. Héctor Rial ocupó la posición número 25 con 216 votos recibidos. Sin embargo, no tengo claro que su figura esté realmente valorada. Rial ha sido uno de los mejores futbolistas que han vestido la camiseta blanca y quizás el hecho de haber coincidido con toda aquella constelación de estrellas que se juntaron en el Bernabéu por aquellos tiempos le haya perjudicado un poco, paradójicamente, al quedar su nombre en una especia de segundo plano a la sombra de los más grandes: Di Stéfano, Puskas, Gento...

Conociendo a Rial

José Héctor Rial Laguía nació el 14 de octubre de 1928 en Pergamino, Argentina. Sus progenitores eran españoles, su padre de La Ramallosa, cerca de Vigo, y su madre de Checa, Guadalajara. Ambos emigraron a Argentina para labrarse el futuro y allí contrajeron matrimonio. Tuvieron tres hijos, dos niñas y un niño, el pequeño, nuestro protagonista de hoy. Cuando el pequeño Héctor contaba con 4 años de edad la familia se trasladó desde Pergamino a Buenos Aires, concretamente al barrio de Almagro. Allí comenzó a darle patas a la pelota al tiempo que estudiaba y ayudaba a sus padres en el negocio de ultramarinos que regentaban. A los 12 años ingresó en la Escuela Industrial Otto Kraus para cursar los estudios correspondientes y a los 16 se decantó por el grado de técnico electromecánico, carrera que concluiría dos años más tarde. Al mismo tiempo, por supuesto, compaginaba libros y fútbol. Había empezado a jugar en un equipo llamado el Juventud de Mármol y a los 14 años ya había ingresado en el juvenil del San Lorenzo de Almagro, club por cuyas divisiones inferiores iría escalando hasta llegar a su primer equipo. Debutó en 1947, sin haber cumplido los 20, y permaneció tres años en el conjunto azulgrana. La inestabilidad del fútbol argentino de finales de los cuarenta y la famosa huelga de jugadores hicieron que en 1950 el joven Rial, como otros futbolistas argentinos, recalara en el balompié colombiano. Su equipo allí fue el Independiente de Santa Fe y allí en Colombia contrajo matrimonio, el 24 de julio de 1951. Y allí en Colombia coincidió también con otro argentino, Alfredo Di Stéfano, con el que incluso llegó a coincidir como compañero en un partido que enfrentó a futbolistas colombianos con futbolistas argentinos que actuaban en clubes del país cafetero. Se iniciaba una amistad que duraría toda la vida, aunque todavía faltaba tiempo para que los dos astros compartieran vestuario en el mismo club. Eso sería en España. Antes, en 1952, Héctor Rial probaba fortuna en un nuevo país, Uruguay, al fichar por el Nacional de Montevideo. En su primera campaña con su nuevo equipo, la escuadra consiguió el título de Campeones de Primera División. Al año siguiente, 1953, fueron subcampeones. En total Rial pasó 3 años en Montevideo antes de dar el gran salto al fútbol europeo. Nada más y nada menos que al Real Madrid. Corría el año 1954 y en su llegada a España tuvo mucho que ver alguien que le conocía muy bien...

"Yo fiché por el Real Madrid recomendado por Alfredo Di Stéfano. Alfredo me conocía de mi etapa en el San Lorenzo de Almagro y pidió al Club un jugador que le ayudara a enhebrar el juego... Cuando entré en el Real Madrid me di cuenta que era un club distinto", señalaría años después al diario ABC recordando su llegada al Club blanco. "Me llamó mucho la atención la organización. No he conocido ningún otro club igual. La directiva se preocupaba de los jugadores, de sus problemas personales y familiares. Nos encontrábamos muy a gusto y ahí residía gran parte de nuestro éxito", señalaba en declaraciones recogidas en la obra 'Historia viva del Real Madrid'. Di Stéfano sólo llevaba un año en el Real Madrid pero en su primera campaña como madridista el equipo blanco consiguió ganar la Liga 1953-54, un título que llevaba resistiéndose 21 años, desde la campaña 1932-33. Alfredo, además, había sido Pichichi y ya se había convertido en el principal referente del equipo. No es de extrañar que su voz tuviese peso en el Club y si el argentino pedía a Rial, sería por algo. Raimundo Saporta se puso a ello y Héctor Rial se convirtió en nuevo jugador blanco. Aunque hubo algunas reticencias iniciales por parte del público debido a un supuesto bajo estado de forma, el jugador supo dar la vuelta a la situación. Su debut oficial con la casaca blanca fue un tanto agridulce, una derrota en Chamartín 1-2 frente al Valencia, aunque le quedó el consuelo de ser precisamente él quien anotase el gol local mediante un bonito testarazo. Consiguió ver puerta en su primer partido con el Real Madrid. Bueno, en realidad lo hizo en sus tres primeros partidos. Anotó otro gol en el triunfo 1-3 frente a la Real en su segundo partido y en el tercero hizo uno de los 7 goles que el cuadro blanco le hizo a Las Palmas. Poco a poco las cosas se pusieron de cara y Rial se convirtió en uno de los mejores del equipo. En la temporada 1954-55 jugó 36 partidos oficiales y marcó 20 goles siendo el segundo máximo artillero de la plantilla sólo por detrás de Di Stéfano, que hizo 25. El Real Madrid ganó la Liga y la Copa Latina, cuya Final disputó con el Stade de Reims, al que se ganó 2-0 precisamente con dos tantos de Rial.

En el Real Madrid triunfa valiéndose de todos sus extraordinarios recursos como futbolista. Jugador ofensivo, tenía un gran disparo, iba bien de cabeza y era un magnífico organizador. Utilizaba las dos piernas pero su zurda era exquisita y sus pases, milimétricos. Era tan bueno que hacía mejores a los demás. De hecho, todas sus biografías destacan que Rial fue fundamental en la explosión de un jovencísimo Paco Gento que había llegado al Madrid sólo un año antes que el hispano argentino. "Aunque no le gustaba tal definición, pasó a la historia como el lanzador de Gento, beneficiario durante el lustro dorado de los medidos pases de un futbolista de técnica exquisita, capaz de poner la pelota al pie con medio campo de por medio", describía sobre Rial el diario Marca. El libro 'Historia del Fútbol Español' editado por Época le ilustra como un futbolista "de gran precisión en el pase, hábil, sereno y peligroso en el remate". Esta obra también se hace eco de que Gento fue quien "más se aprovechó del extraordinario toque de balón de Rial", encontrando el cántabro "la mejor lanzadera" que podía imaginar. "Así que el Madrid se hizo, de buenas a primeras, con un triángulo mágico en la zona izquierda de su ataque, el mejor de Europa. Rial, desde la posición de interior, sacaba el compás, la escuadra y el cartabón y se la colocaba a su amigo Paco. Su amigo Paco, agradecido, corría la banda, enloquecía a su defensor y la ponía en el área. Y allí estaba Di Stéfano", describía sobre el juego de ataque de aquel equipo la obra dirigida por Jesús Ramos para la Revista Época en 1994

La primera campaña de Rial en nuestro país le abre incluso las puertas de la Selección. Su pasaporte español, por ascendencia de padres, le permitieron vestir la camiseta del combinado nacional debutando el 17 de marzo de 1955 en un partido España-Francia disputado precisamente en Chamartín pero que, lamentablemente, concluyó con victoria visitante 1-2. Un par de meses más tarde, el 18 de mayo de 1955, volvió a ser seleccionado para jugar un España-Inglaterra que acabó 1-1 con un gol suyo. A lo largo de los tres siguientes años jugaría otros 3 encuentros más con el cuadro estatal, un Portugal-España en junio de 1956, un España-Turquía en noviembre de 1957 con victoria 3-0 y un España-Portugal en abril de 1958 con triunfo 1-0. De aquella forma, Rial se despidió de la Selección ganando. En total fue 5 veces Internacional.

En la segunda temporada de Rial en el Madrid, temporada 1955-56, las cifras de Rial incluso mejoraron las del año anterior. Jugó 38 partidos oficiales y marcó 23 goles en todas las competiciones jugadas, incluyendo una nueva, la Copa de Europa. El de Pergamino brilló en el nuevo torneo, en el que jugó 7 partidos y anotó 5 goles, 2 de ellos en la gran Final. Tras superar al Servette, al Partizan de Belgrado y al Milán, el Real Madrid volvió a verse las caras con el Stade de Reims, al que había ganado la Copa Latina un año antes. El 13 de junio de 1956, en el Parque de Los Príncipes de París, se jugó el espectacular encuentro por el primer título continental. La enciclopedia 'Cien Años del Real Madrid' del Diario As destaca esa Final de la Copa de Europa como el mejor partido de Rial como madridista. No es para menos, puesto que el concurso del hispano argentino fue crucial. El duelo se inició con un 0-2 para los franceses en los primeros minutos pero Di Stéfano y Rial consiguieron igualar con el 2-2 que reflejaba el marcador al descanso. En el segundo tiempo los franceses se pusieron 2-3 pero Marquitos volvía a empatar para el Madrid. A falta de once minutos para la conclusión una carrera de Gento hasta la línea de fondo concluyó con un centro raso que Rial envió al fondo de las mallas subiendo al marcador el 4-3 con el que concluiría la contienda. El gol de Rial le daba al Real Madrid su primera Copa de Europa. "Los chicos hicieron un gran trabajo. Yo marqué dos goles, pero ganamos todos. Estoy muy feliz por ganar la primera Copa", señaló Rial en palabras recogidas por el coleccionable de As

La temporada 1956-57 arrancó con muy buenas perspectivas para el de Pergamino. Marcó en el primer partido oficial de la campaña, un 6-0 frente al Condal en la primera jornada de Liga. Pero el infortunio se cruzó en su camino y en la segunda jornada, en un encuentro que finalizó con tablas 0-0 frente al Español, Rial cayó lesionado. En una jugada el madridista pisó mal y su rodilla sufrió una rotura del ligamento lateral interno. Lesión grave que le obligó a pasar por el quirófano. Era el 16 de septiembre de 1956 y tuvo que ausentarse de los terrenos de juego varios meses. Su reaparición llegó en abril de 1957, en la jornada 28. El futbolista reapareció en el momento que más se le necesitaba, a tiempo de participar en el tramo trascendental en el que el equipo se lo jugó todo. Dos victorias a domicilio frente a Las Palmas y Zaragoza le otorgaron al Real Madrid el título de Liga. Entre ambos partidos, jugó también la ida de las semifinales de la Copa de Europa frente al Manchester United, al que se ganó 3-1 con Rial abriendo el marcador con el primer gol del choque. En la vuelta, en Old Trafford, el Madrid sentenció el pase con un 2-2 y Rial, de nuevo, marcando uno de los goles. Héctor había vuelto por todo lo alto y su recta final de campaña fue extraordinaria. Además de ganar la Liga el equipo blanco se llevó de nuevo la Copa de Europa ganando la Final a la Fiorentina y se adjudicó también la Copa Latina ganando al Benfica en la Final por 1-0. Rial acabó la temporada 1956-57 con 14 partidos oficiales disputados y 3 goles, todos ellos importantes.

En la temporada 1957-58, superados definitivamente todos sus problemas físicos y las molestias residuales, Rial volvió a sus cifras habituales y volvió a brillar a gran nivel. Fue su campaña más productiva en cuanto a partidos oficiales jugados con 40 y además hizo 22 goles. Con Luis Antonio Carniglia dirigiendo la plantilla, el Real Madrid prosigue con su racha triunfal de éxitos y títulos. Ese año suman un nuevo título de Liga y otra Copa de Europa, la tercera consecutiva, al doblegar 3-2 al Milán. Kopa, Marsal, Di Stéfano, Rial y Gento formaban una grandísima delantera. Aunque será otra la que recuerdan de memoria casi todos los aficionados...

La temporada 1958-59 es la de la llegada de Ferenc Puskas al Real Madrid y es la única campaña en la que coinciden juntos los integrantes de esa delantera histórica que muchos se saben de carrerilla: Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Se la consideró en su momento como la mejor delantera de la historia del fútbol. La llegada de Puskas, sin embargo, tuvo sus consecuencias. Una de ellas fue el cambio de posición en el campo. Tal y como contaba la enciclopedia 'Cien Años del Real Madrid', publicada por el Diario As, Rial "siempre jugó en la izquierda, donde se sentía muy cómodo, y cuando le tocó alterar su posición y alinearse en el carril del ocho, su rendimiento decayó mucho. Nunca se adaptó". Rial jugó 31 partidos oficiales entre Liga, Copa y Copa de Europa, pero su aportación de goles desciende a 13. La competencia es muy dura con tantos jugadores de gran nivel. En aquella famosísima delantera había auténticos dioses del mundo del fútbol: Balones de Oro, el futbolista que se retiraría con más Copas de Europa, el mejor artillero del Siglo XX... Formar parte de todo aquello era todo un privilegio. Curiosamente esa delantera que con tanta fascinación se recuerda sólo aguantó junta un ejercicio, el de aquella temporada 1958-59. Kopa se marcharía al año siguiente rompiéndose una sociedad mágica. Antes, por supuesto, llevaron una nueva Copa de Europa a las vitrinas del Bernabéu aunque en la Final, frente al Stade Reims, no jugó Puskas y los goles los pusieron Mateos y Di Stéfano.

En diciembre de 1958 la colección 'Ídolos del Deporte', dirigida por José Luis De Echarri, dedica su revista semanal al jugador hispano argentino, un monográfico titulado "Rial. Un gambeteador con remate". Se trata de una extraordinaria biografía sobre el ya veterano futbolista, que acababa de entrar en la treintena convertido en toda una leyenda en activo del equipo blanco. En aquel número 36 de la publicación, Rial hablaba de la buena sociedad que había formado con Gento, ya totalmente consagrado como una de las grandes estrellas del Real Madrid. "Gento es el mejor extremo español, por velocidad y por juego... En realidad, él ha contribuido muchísimo a mis aciertos, lo mismo que yo he procurado ayudarle a él, porque estaba convencido de su calidad. Hace años, lo único que le impedía triunfar era un problema de moral en los partidos ante público, porque en los entrenamientos hacía todo eso que ahora el espectador le ve realizar con tanta facilidad, y que entonces no acababa de salirle bien", señalaba Héctor Rial a la revista. La publicación recordaba que su contrato con el Madrid finalizaba en 1962 pero el interior no quería hacer especulaciones sobre su futuro. "No sé ahora lo que haré en 1963...", decía un Rial que tampoco tenía claro lo que haría una vez retirado. "No he descubierto todavía si tengo facultades para entrenador", afirmaba al redactor de 'Ídolos del Deporte'.

Pero el paso del tiempo es inexorable. Con 31 años, en la temporada 1959-60 se reduce drásticamente su participación en el equipo. Juega 9 partidos, 5 de Liga, 3 de Copa y 1 de competición europea, la derrota 3-2 en casa del Niza en la ida de los cuartos de final. Por cierto, que el segundo tanto merengue lo marcó precisamente el propio Héctor. La vuelta la solventaría el equipo blanco con un rotundo 4-0 que dejaba abiertas las puertas de las semifinales. Rial participó de esta manera en la consecución de La Quinta Copa de Europa. La temporada 1960-61 fue su último ejercicio como madridista, pero a duras penas consigue disputar 2 partidos oficiales. En la jornada 4 de Liga participó en el triunfo 2-0 con el Español y el 20 de noviembre de 1960 disputó su último choque oficial como madridista. Fue en el Luis Sitjar de Mallorca con resultado final de 1-1. Miguel Muñoz alineó en aquella ocasión a Vicente, Casado, Pachín, Miche, Ruiz, Vidal, Bueno, Rial, Simonsson, Pepillo y Canario. Precisamente el brasileño fue quien anotó el tanto de los visitantes. Se trataba de un equipo de circunstancias puesto que el técnico madridista reservó a varios titulares de cara al trascendental partido de vuelta frente al Barcelona en la Copa de Europa, el del gol de Evaristo. Rial no llegó a terminar la temporada. El domingo 16 de abril de 1961 el hispano argentino se despidió del público del Bernabéu en un encuentro amistoso en su honor frente al Angers de la Liga francesa. En un día de tiempo desapacible, según las crónicas periodísticas, cerca de 20.000 personas acudieron al estadio madridista para decir adiós a Rial. Ganó el Real Madrid 7-2 con goles de Canario (2), Puskas, Simonsson (2), Manolín Bueno y el homenajeado Rial, de cabeza. Al descanso vencían los blancos 5-0 y tras el descanso llegaron los otros dos goles locales. Tras el 7-0, los visitantes golpearon dos veces. Triunfo contundente en el adiós de un gran jugador que ponía rumbo hacia Chile para jugar unos meses con la Unión Deportiva Universitaria.

Rial cerró su etapa como jugador del Real Madrid tras 7 temporadas en las que disputó 169 partidos oficiales y anotó 83 goles, casi una media de un gol cada dos encuentros. En su palmarés como futbolista del Real Madrid figuran 5 Copas de Europa, 1 Copa Intercontinental, 2 Copas Latinas y 4 Ligas.

Tras finalizar su breve etapa chilena y ya totalmente desvinculado del Real Madrid, Rial siguió en activo y fichó por el Español, equipo con el que disputó la temporada 1961-62. Debutó anotando el que sería su único gol con los blanquiazules. En Barcelona participó en 9 partidos oficiales, 6 de Liga, 2 de Copa y 1 de Copa de Ferias. Disputaría una temporada más como profesional en Francia, la 1962-63, jugando con el Olympique de Marsella. Camino de los 35 años colgaría las botas definitivamente.

Tras su retirada 

Héctor Rial, una vez retirado, siguió ligado al fútbol al encaminar su futuro laboral como entrenador. En España se estrenó en los banquillos dirigiendo al Mallorca en la temporada 1965-66 y vivió sus mejores años como técnico de Primera División a finales de los sesenta con el Pontevedra. Especialmente llamativa fue la campaña 1968-69, en la que el conjunto gallego sólo encajó 23 goles en contra. En la obra '75 Años de la Mejor Liga del Mundo', editada por el diario Marca, se menciona ese episodio describiendo como "un fortín contra el gol" el estadio de Pasarón. "Esta temporada, el Pontevedra de Héctor Rial iguala la mejor defensa de la historia en campo propio, al recibir sólo 2 goles en 15 partidos (el Córdoba lo consiguió cuatro temporadas antes)", señalan en la publicación de Marca. Después, Rial entrenó en Primera División al Zaragoza en la temporada 1969-70 y a Las Palmas en la 1970-71. Posteriormente dirigiría al Deportivo de La Coruña y al Elche en Segunda División. También dirigió a la Selección Olímpica española entre 1971 y 1972. Fuera de nuestras fronteras trabajó como auxiliar para la Selección Argentina y fue técnico de los equipos nacionales de Arabia Saudí y El Salvador. También entrenó a nivel de clubes en México, con el Guadalajara, o en su Argentina natal, con el Estudiantes de La Plata.

Cuando en la temporada 1986-87 el diario ABC confeccionó su obra 'Historia viva del Real Madrid' entrevistó a Rial, que echó la vista atrás para repasar su paso por el Santiago Bernabéu. "Teníamos un gran equipo, el mejor de Europa, sin duda", recordaba con nostalgia Rial antes de describir a algunos de sus compañeros de vestuario de la época. "Zárraga, por ejemplo, era un jugador muy regular y de gran seguridad... Kopa era un monstruo. Su técnica era de las mejores que yo he visto... Alfredo Di Stéfano era muy completo y de él se ha dicho prácticamente todo", recordaba sobre algunos de ellos. "Nunca olvidaré mi paso por el Real Madrid. Los éxitos deportivos fueron muchos y de gran trascendencia como, por ejemplo, las cinco Copas de Europa consecutivas. Pero lo que tengo en mayor estima es haber pertenecido a una institución como la madridista y haber hecho los amigos que hice. Todo ello me sirvió para mi propia formación como hombre", aseguraba Rial a los autores de la obra de ABC.

Por aquellos tiempos, a finales de los ochenta, Rial estaba ya afincado de manera definitiva en España. Se llegó a rumorear una posible incorporación del hispano argentino al cuerpo técnico del Real Madrid en caso de que Luis Aragonés hubiese recalado en el banquillo madridista tras la marcha de Luis Molowny, pero aquella operación no se cerró. Lo cierto es que Rial siguió en los banquillos casi hasta su último año de vida. Regresó al Pontevedra para dirigir al cuadro gallego las temporadas 1988-89 y 1989-90, en Segunda B

Enfermo de cáncer falleció en Madrid el 24 de febrero de 1991. Sólo tenía 62 años. Se le incineró en el cementerio de la Almudena a donde acudió una nutrida representación del Real Madrid formada por excompañeros con los que jugó, madridistas de otras épocas del Club y los componentes de la primera plantilla de aquella temporada 1990-91. De todo ello informaba la Revista Real Madrid en su número 22 correspondiente al mes de marzo de 1991. "Quienes le conocían bien hablan de una persona excepcional, de un hombre íntegro y sencillo, amigo de sus amigos, noble y sincero. Los que le vieron jugar dicen que 'fue el mejor', hombre de corte técnico y juego elegante, exponente de una raza sin sucesión, que amó los colores del Real Madrid hasta el final. El madridismo entero vive una jornada de luto y dolor. Nos ha dejado uno de los más grandes", recogía la publicación oficial del Club.

Héctor Rial fue uno de los primeros futbolistas de la época dorada de las Copas de Europa que nos dejó. Hoy, en el trigésimo aniversario de su desaparición, es un buen día para recordarle y para reivindicar su figura. Leyenda del Real Madrid.

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