Se cumplen veinte años del gol con el que se empezó a ganar La Séptima
El gol de Karembeu al Leverkusen. Sí, ya sé que marcó dos goles a los alemanes en aquella eliminatoria de cuartos de final de la Champions League 1997-98. Pero, por supuesto, me refiero al gol del partido de ida, el del miércoles 4 de marzo de 1998. Tal día como hoy de hace 20 años el Real Madrid empataba 1-1 con el Bayer 04 Leverkusen gracias a aquel famoso punterazo de Christian Karembeu. Era el primer gol del neocaledonio con la camiseta blanca. Cuando en el pasado mes de enero recordaba la historia del fichaje de Karemebu aquí en 'Historias del Real Madrid' cerraba aquella entrada recordando lo decisivo que fue este jugador en la consecución de aquella Champions League del año 1998. Contaba entonces que a todo el mundo le viene a la cabeza el gol de Mijatovic en la Final de Ámsterdam cuando se habla de La Séptima, pero que para mí hubo un momento crucial en aquella Copa de Europa. Y ese momento crucial fue el del gol de Karembeu, sin ninguna duda.
Desde que arrancó aquella edición de la Champions League para el Real Madrid, el miércoles 17 de septiembre de 1997, tuve buenas sensaciones. Aquel día goleamos 4-1 al Rosenborg BK noruego. Y, por primera vez en muchos años, empecé a ser un poco optimista respecto a una competición europea. Teníamos un buen equipo. Había calidad y buenos futbolistas. Por primera vez empecé a considerar que a lo mejor teníamos opciones reales de poder acceder a esa Copa de Europa que se resistía desde hacía más de tres décadas.
Ganamos 4-1 al Rosenborg BK, 0-2 al Oporto y 5-1 al Olympiacos. Empatamos 0-0 con los griegos y perdimos 2-0 en Noruega con el Rosenborg BK en el único momento de dudas que tuve durante aquella campaña europea. Afortunadamente, goleamos 4-0 al Oporto en el Santiago Bernabéu y el equipo de Jupp Heynckes accedió a los cuartos de final.
Allí, en cuartos, nos esperaba el Bayer Leverkusen. Equipo alemán. Con lo mal que lo pasaba el Real Madrid con los equipos alemanes... Especialmente durante los partidos que se jugaban en Alemania. Por aquella época, cada vez que se jugaba en casa de algún equipo teutón, los periódicos nos recordaban todas las desgracias y catástrofes que habíamos protagonizado por aquellas tierras cada vez que nos habíamos cruzado en alguna de las distintas competiciones europeas. Que no habíamos ganado allí nunca como visitantes y todo ese rollo... Sobra decir que aquel cruce con el Leverkusen inspiraba temor entre muchos aficionados. Y con razón, todo hay que decirlo. El partido sería una auténtica prueba de fuego para el Real Madrid.
Había motivos para tomarse aquello muy en serio. De hecho, acabábamos de sobrepasar el primer cuarto de hora de juego cuando los alemanes se adelantaron en el marcador con un fuerte disparo de Beinlich que les sirvió a los locales para batir la meta de Bodo Illgner, que había tomado el relevo de Cañizares y se estrenaba en competición europea con la camiseta del Real Madrid. Con esa diana nos entraron las preocupaciones. A ver si resultaba que otra vez íbamos a hincar la rodilla en Alemania... La verdad es que el Real Madrid jugó un partido muy serio aquel día. Incluso dispuso de ocasiones muy claras, como un par de balones que enviaron al larguero Hierro y Savio. No era la típica sensación de vernos superados por el rival, pero lo cierto es que bien avanzada la segunda parte el resultado seguía siendo de 1-0. El cronómetro corría en contra, pero a falta de un cuarto de hora llegó el rayo de esperanza. El punterazo de Karembeu, aquel balón raso y cruzado que se coló en la portería germana. Dios... Cómo grité aquel gol. Qué alegría, que subidón de adrenalina. De verdad, qué importante fue aquel gol... Qué importante fue aquel gol... No perdimos en Alemania. Aquello fue un soplo de autoestima de cara a la vuelta. Y, lo que es más importante, con aquel gol nos poníamos por delante en la eliminatoria. Lo que cambia todo con un gol... De estar por detrás y obligados a ganar en casa por dos goles a estar por delante y bastarnos un 0-0 en el Bernabéu para acceder a las semifinales. Las puertas de la esperanza estaban abiertas...
Allí, en Leverkusen, se empezó a ganar La Séptima. Aquella Champions League fue muy importante para todos los madridistas de mi generación. Y no sé si valoramos en su justa medida lo que significó aquel partido y aquel gol en Alemania. Yo, desde luego, lo tengo muy claro. Para mí aquel gol fue trascendental. Llevo dos décadas diciendo que aquella Copa de Europa se empezó a ganar en Leverkusen con el gol de Karembeu. Fue tal día como hoy, un 4 de marzo, del año 1998. Hoy se cumplen veinte años de aquel partido tan especial y de aquel gol con el que el Real Madrid se empezó a quitar viejos fantasmas de encima y se lo empezó a creer de verdad. El Real Madrid podía volver a ser Campeón de Europa. Aún quedaba la vuelta en el Bernabéu, las semifinales y la gran Final. Pero con el gol de Karembeu en Leverkusen se empezó a ganar La Séptima.
BAYER 04 LEVERKUSEN: Heinen, Worns, Nowotny, Zivkovic, Emerson (Lootner, 88'), Ramelow, Lehnhoff (Feldhoff, 70'), Heintze, Beinlich, Rink y Kirsten.
REAL MADRID: Illgner, Panucci, Hierro, Sanchís, Roberto Carlos, Karembeu, Seedorf, Redondo, Savio (Amavisca, 87'), Raúl (Morientes, 70') y Mijatovic.
GOLES
1-0 min. 17 Beinlich
1-1 min. 73 Karembeu
Yo hace mucho que también pienso lo mismo. Quizás Karembeu no ha tenido perfil de ser un jugador de largo recorrido en el Madrid, pero si fue clave en romper un maleficio con el gol que no nos hacía ni ganar, era un simple pero maravilloso empate. Eso, en Alemania.
ResponderEliminar