Se cumplen veinticinco años del Mundial celebrado en el país transalpino
Hace un cuarto de siglo, la atención de los aficionados al fútbol estaba puesta en lo que sucedía en Italia. En aquel verano de hace veinticinco años se celebró el Mundial de 1990. Mi primer Mundial. El que más disfruté fue el de Estados Unidos en 1994, pero el primero que realmente vi fue el de Italia, puesto que en el de México 86 los partidos eran de noche y mis padres no me dejaban verlos. De España 82 no conservo recuerdos futbolísticos. Pero el de Italia, con horario europeo, lo pude ver en directo, por lo que siempre lo recordaré como mi primera Copa del Mundo.
Mi primera Copa del Mundo, por cierto, cuya mascota era... Pffff... ¿Cómo clasificarla? ¡Pues inclasificable! ¿Qué era aquello? Se trataba de una especie de muñeco del ahorcado hecho con pequeñas banderas italianas y una cabeza de balón. No he visto mascota más fea en mi vida... Y, siendo un niño, estas cosas te dejan marcado. Aún tengo guardadas cintas de vídeo VHS de aquel verano de 1990 de la marca JVC. La compañía nipona debía de ser sponsor oficial del Mundial, porque las cajas aparecían con el logotipo de aquel engendro que respondía al nombre de Ciao y que parecía cualquier cosa menos una mascota. Horrible, de verdad.
Por lo demás, recuerdo que fue un Mundial muy criticado por el nivel de juego ofrecido. La verdad es que a mí todavía se me escapaban un poco aquellos análisis tácticos y técnicos de periodistas y comentaristas. Pero sí que es verdad que fue un campeonato en el que se tuvo que recurrir a prórrogas y penaltis para resolver duelos en bastantes ocasiones.
El pichichi de aquel Mundial fue el italiano Schillaci, al que se le conocía como 'Totó'. Aquel sería su mayor logro como internacional, aunque no lo recuerdo como un jugador especialmente brillante. De hecho, aquel verano en mi cuadrilla le llamábamos 'Tonto', simplemente porque nos hacía gracia el paralelismo entre las dos palabras. No teníamos absolutamente nada en contra de aquel jugador, que conste. De hecho, ninguno sabíamos de su existencia hasta aquel Mundial. Así, el 'Totó' Schillaci pasó a ser el 'Tonto' Schillaci y cuando alguno de nosotros fallaba un gol claro le llamábamos 'Tonto'. Aquello no tenía ningún sentido, porque estábamos refiriéndonos al pichichi. En fin. Cosas de críos...
Italia 1990
La cita de Italia arrancó el viernes 8 de junio de 1990 y recuerdo perfectamente estar viendo en casa con mi padre el partido inaugural. Argentina, vigente campeona tras el triunfo en México cuatro años antes, se medía a Camerún, que fue una de las sorpresas de aquel Mundial. Los albicelestes eran los favoritos pero el combinado africano dio la sorpresa y se impuso 0-1. Recuerdo que justo antes de que arrancara el choque, la televisión mostró un plano en el que se veía a Diego Armando Maradona dando toques de balón antes del saque inicial. El astro argentino se golpeó la cara con la pelota y yo me eché a reír. Quizás aquello fue un presagio de lo que sería aquel primer partido del Mundial. El caso es que Camerún dio la sorpresa y ganó al Campeón del Mundo.
No sé por qué razón, pero los cameruneses se ganaron mis simpatías aquel día. Y lo más curioso es que a mi padre le pasó lo mismo. Era extraño. Mi padre, del Barcelona, y yo, del Real Madrid, apoyando a un mismo equipo de fútbol. Sí, también apoyábamos a nuestra Selección. Aunque con matices... Mañana le dedicaré una entrada exclusiva al papel de España en Italia 90 y ahí explicaré eso con más detalle.
Pues sí. Camerún ganó a Argentina. Aunque los argentinos consiguieron llegar a la Final del Mundial, que se celebró el domingo 8 de julio de 1990. Se midieron a Alemania, repitiéndose por tanto la Final de cuatro años antes en México. Los alemanes se tomaron la revancha en aquella ocasión y salieron del Olímpico de Roma con la Copa del Mundo debajo del brazo gracias a un gol anotado por Andreas Brehme desde el punto de penalti.
Camerún, por su parte, superó la Fase de Grupos en primera posición, por delante de Rumanía y de Argentina, que pasó como tercera de grupo. La Unión Soviética quedó fuera del Mundial al terminar última de aquel Grupo B. Los de la URSS sólo ganaron un partido, precisamente frente a Camerún. Y de goleada, además. Pero perdieron los otros dos encuentros frente a rumanos y argentinos. Los cameruneses, por su parte, hicieron lo contrario. Ganaron a Argentina y Rumanía y se convertían en una de las revelaciones, por no decir la gran revelación.
Su estrella, un tal Roger Milla que ya había jugado el Mundial de España en 1982, tenía por aquel entonces 38 años... ¡como mínimo! Eso era lo que decía mi padre, que me trataba de explicar que algunos jugadores africanos en realidad tenían más edad de la que indicaban los documentos oficiales puesto que podían haber sido registrados tiempo después de haber nacido. Esto no lo decía en sentido peyorativo, ni mucho menos. Al revés. Le daba mucho más mérito a lo que hacían Milla y sus compañeros. ¡De hecho, recuerdo que mi padre y yo nos hicimos hinchas acérrimos de Milla!
Camerún, cuyo portero era el españolista Thomas N'Kono, se plantó en octavos de final para medirse a Colombia en un partido que finalizó su tiempo reglamentario sin goles, por lo que hubo que recurrir a la prórroga. Y en aquella prórroga, ¿quién apareció? Pues sí, ¡Roger Milla! El particular héroe de mi casa anotó dos goles en el tiempo extra para que los cameruneses pusieran rumbo a cuartos de final. Los colombianos recortaron distancias en la recta final del encuentro, pero el triunfo y el pase fue para los africanos.
España no superó los octavos al caer con Yugoslavia, así que tocaba seguir animando a los cameruneses. Sin embargo, el sueño se terminó en aquella ronda. Camerún se midió a Inglaterra el domingo 1 de julio en un encuentro que también requirió de la prórroga para conocer su desenlace. ¡Mañana se cumplen 25 años de aquel duelo! Los africanos habían remontado un 0-1 para ir ganando 2-1 en la recta final. Pero un gol de Lineker desde el punto de penalti supuso el 2-2. Tras reanudarse el partido en el tiempo extra, otro penalti de los ingleses que volvió a transformar Lineker significó el 2-3 y el adiós de Camerún de Italia 1990. Aquel partido no llegué a verlo en directo. Llegué a casa tras jugar en la calle con los amigos y lo primero que hice fue preguntar a mi padre qué había hecho Camerún. Aún recuerdo perfectamente el mazazo que me llevé cuando me contó que les habían eliminado los ingleses en la prórroga y de penalti.
Sí. Estábamos ya de vacaciones en el colegio y pasábamos mucho tiempo en la calle jugando al fútbol. Qué nostalgia siento cuando recuerdo aquellos años... Aquellos largos veranos sin preocupaciones, sin deberes, y plagados de amigos, juegos y balones... La calle y el patio del Parvulario del barrio fueron testigo mudo de tantos y tantos partidos emulando a nuestros futbolistas favoritos... ¡Y alguno también emulaba al 'Tonto' Schillaci, para divertimento del resto, claro! Saltábamos una valla metálica para acceder al patio del Parvulario y allí nos tirábamos horas dándole patadas al balón. Aquel verano de 1990 fue muy futbolero, sin duda...
Precisamente por pasar tanto tiempo en la calle no podía ver todos los partidos que echaban por la televisión. Por eso siempre digo que Italia 90 fue mi primer Mundial pero que el que más seguí y disfruté fue el de Estados Unidos. En el de 1994 ya me tragué todo lo que echaron por la tele. En el de Italia, pese a que los horarios me lo permitían, vi unos cuantos partidos en directo, pero no todos. ¡Había que repartir el fútbol por la tele con el de la calle con los amigos!
Aún así, por supuesto, seguía los resúmenes, programaciones especiales, las noticias de informativos y telediarios... y estaba al tanto de todos los resultados por mediación de mi padre. Le preguntaba por partidos, jugadores, goleadores... Había muchos futbolistas que jugaban en la Liga española o que habían pasado por España, por lo que los chavales de la época estábamos al tanto de todos los futbolistas que estaban compitiendo en Italia. Y sin internet ni nada... ¡Benditos álbumes de cromos! ¡La cantidad de información que nos proporcionaban y la cultura balompédica que adquiríamos con ellos!
Madridistas en Italia
Por supuesto, en mi caso particular, siempre tenía un interés especial por saber qué hacían madridistas y ex madridistas. En aquellos tiempos en los que sólo podía haber tres extranjeros por plantilla los representantes del Madrid en Italia 90 fueron los de la Selección española y el argentino Oscar Ruggeri, que aquel mismo verano acabaría abandonando el Club. Bernd Schuster había renunciado a la Die Mannschaft años atrás y Hugo Sánchez no pudo estar presente debido a una sanción administrativa que supuso la ausencia por castigo de México.
Lo que sí que hubo en Italia 90 fueron muchos futbolistas que acabarían vistiendo la camiseta del Real Madrid. Algunos, como el rumano Hagi o el yugoslavo Predrag Spasić lo harían, además, justo en aquel verano del 90. Otros lo harían más tarde, como el brasileño Ricardo Rocha, que llegó al Madrid en la temporada 1991-92. El colombiano Freddy Rincón jugó una campaña en el Madrid, la 1995-96. Entre los campeones de Italia 1990 se encontraba el guardameta Bodo Illgner que en la temporada 1996-97 acabaría recalando en el Real Madrid. Y no está de más citar en este capítulo a Carlo Ancelotti. El ya ex técnico merengue disputó aquel Mundial como jugador de la Selección de Italia.
Y dejo para el final al conjunto de Yugoslavia. Además de Spasić, en aquel equipo estaban convocados Robert Prosinecki, Davor Suker y Robert Jarni. En total, cuatro de los integrantes de aquel combinado yugoslavo pasaron por el Santiago Bernabéu a lo largo de la década de los noventa. Aquel sería, además, el último Mundial para Yugoslavia, que meses después iniciaría un dramático proceso de desintegración que derivó en terribles conflictos armados.
El caso Valdano
Durante los meses previos al Mundial se especuló con la posibilidad de la vuelta a los terrenos de juego de Jorge Valdano, que había colgado las botas al finalizar la temporada 1987-88. Valdano llegó a entrenar con un equipo de las categorías inferiores del Real Madrid para tratar de volver a ponerse en forma y trabajó con la selección argentina durante la fase de preparación para el Mundial. Supongo que el técnico Carlos Bilardo quería contar con jugadores que habían sido importantes en el conjunto que se había proclamado campeón en 1986. Al final, sin embargo, la cosa no fructificó. Valdano se quedó a las puertas y unas semanas antes de arrancar la competición Bilardo le comunicó que quedaba fuera de la lista definitiva. No estuvo en el Mundial de Italia, pero como anécdota puedo comentar que en el álbum de cromos de Panini de Italia 90... ¡el cromo de Valdano fue editado como jugador de la selección argentina!
Por parte de la Selección Española, la presencia de madridistas fue bastante numerosa. Chendo, Sanchís, Hierro, Martín Vázquez, Míchel y Butragueño figuraban en la nómina de seleccionados. Junto a ellos había también varios futbolistas que acabarían recalando en el Madrid como Villarroya, Alkorta y Quique Sánchez Flores. Y también había dos ex madridistas. Ambos canteranos, además, el guardameta José Manuel Ochotorena y Miguel Pardeza.
Mañana, como ya he apuntado, hablaré de todos ellos en una entrada exclusiva sobre la participación española en aquel Mundial de hace veinticinco años.
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