lunes, 30 de diciembre de 2019

EL ADIÓS DE SEEDORF

Se cumplen 20 años de la marcha del jugador neerlandés

1999 no fue un buen año en lo deportivo para el Real Madrid. Tras la consecución de la Copa Intercontinental de 1998 el equipo no terminó de funcionar. La temporada 1998-99 no acabó muy bien, de hecho el técnico Guus Hiddink no llegó a terminarla y fue sustituido por John Toshack. El problema fue que con el galés las cosas tampoco marcharon muy bien en los primeros meses de competición de la temporada 1999-00. En resumidas cuentas, que deportivamente hablando el año natural 1999 fue un desastre. Muchas polémicas, muchas derrotas... Los años noventa en todo su esplendor. Lo he dicho muchas veces en el blog... Qué difícil fue ser madridista en los noventa. Para rematar la faena, en los últimos días de diciembre de 1999 conocimos la noticia de la marcha de Clarence Seedorf. Lo que me faltaba. Uno de mis jugadores favoritos dejaba el equipo a media temporada...

No lo entendía. No podía entender que se marchase uno de los mejores futbolistas de la plantilla. Con lo que había costado disponer de futbolistas de primer nivel en el Real Madrid y nos deshacíamos de un jugador extraordinario. El de Surinam, que ya había sido Campeón de Europa con el Ajax en 1995, recaló en Madrid después de una campaña en Italia con la Sampdoria. Clarence Seedorf fue uno de los grandes fichajes de Lorenzo Sanz en aquel extraordinario verano en el que se construyó el Real Madrid de la temporada 1996-97, el 'Madrid de las Estrellas' que dirigió Fabio Capello y que sentaría las bases del conjunto que después ganaría La Séptima en 1998. Se integró desde el primer día y resultó ser un futbolista decisivo desde el primer momento que se enfundó la camiseta blanca. Titular indiscutible desde el primer día y haciendo gala de un poderío arrollador en el centro del campo pese a su juventud. Parecía todo un veterano pese a contar con sólo 20 años de edad...

Clarence Seedorf brilló con luz propia siendo uno de los protagonistas de la Liga 1996-97 que se ganó con Capello. Por supuesto también fue pieza clave en el Madrid de Heynckes que ganó la Champions League y en el de Hiddink que se llevó la Copa Intercontinental. Sin embargo, en 1999, la situación comenzó a torcerse un poco, sobre todo con la llegada de John Toshack, técnico con el que no haría buenas migas. Seedorf  jugó con Toshack pero pareció perder algo de peso, era sustituido más de lo previsto e incluso empezó a sentarse en el banquillo. Eran tiempos algo convulsos para el equipo. No podemos olvidarnos de imágenes como la de aquella tremenda discusión que protagonizó el propio Seedorf con Mijatovic a mitad de partido el día de la derrota en Riazor, aún con Hiddink de entrenador. Fueron meses muy complicados para el equipo con un bajón de rendimiento de todos los componentes de la plantilla. Obviamente, los jugadores de más calidad suelen ser los señalados en estos casos y Seedorf ocupó el punto de mira de las críticas. En agosto de 1999, en plena pretemporada, surgieron los rumores de que en Italia estaban interesados en el regreso de Seedorf y todo aquello coincidió con la decisión de Toshack de dejar fuera del equipo al neerlandés en algunos amistosos. El técnico pedía más implicación y trabajo a su jugador, que además tenía competencia en el centro del campo: Savio, McManaman, Geremi... Seedorf todavía contaba con el apoyo del público en su pulso con el técnico, pero el futuro del jugador no estaba claro. El 21 de agosto de 1999 arrancó la Liga con un triunfo del Real Madrid en Mallorca pero el de Surinam no jugó. Las preguntas de los periodistas se centraban en Seedorf y el presidente Lorenzo Sanz tuvo que salir al paso asegurando que no deseaban la marcha del jugador. Pero no había terminado agosto y ya se hablaba de un acuerdo con el Inter de Milán. En el Trofeo Santiago Bernabéu el centrocampista volvió a la titularidad y cuajó una gran actuación que coronó con un gol y volviendo a recibir el calor del público. ¿Se reconducía la situación? Pues no. Antes de concluir el mes Seedorf cayó lesionado tras recibir en un entrenamiento la entrada de Iván Campo, con el que ya había tenido algún roce meses antes...

Entre unas cosas y otras, Clarence Seedorf no pudo jugar su primer partido oficial de la temporada 1999-00 hasta finales del mes de septiembre, en el tercer partido de la fase de grupos de la Champions League frente al Porto que se ganó 3-1. Seedorf ingresó en el campo en el segundo tiempo sustituyendo a McManaman. Su primera titularidad llegó en el siguiente partido, una derrota en el Bernabéu frente al Valencia. No acabó el partido. Seedorf seguía en el Real Madrid pero las cosas resultaron complicadas. Se tiró en el banquillo como suplente más de lo que deseaba y aquello le incomodaba. Para colmo, los resultados no terminaban de salir. Derrotas, empates... Octubre fue un mes muy complicado y John Toshack aguantó hasta primeros de noviembre siendo cesado, curiosamente, tras un triunfo 2-3 frente al Rayo Vallecano. Una desafortunada frase, aquella del porcino volando por encima del Bernabéu, fue lo que colmó la paciencia de Lorenzo Sanz, que se cargó a su técnico para recurrir a Vicente Del Bosque en su tercera etapa como 'apagafuegos' al más puro estilo Molowny. La relación entre Toshack y Seedorf quizás no fue la más deseable, así que la llegada de un nuevo entrenador podía ser un punto de inflexión para el neerlandés. Con Del Bosque Seedorf jugó de titular salvo en un encuentro de Champions League frente al Rosenborg en el que saltó al terreno de juego en el segundo periodo. A priori la situación personal del futbolista no parecía mala, pero no dejó de haber nunca un 'runrún' entorno a él. Y algunos tropiezos del equipo no ayudaban a que las sensaciones en torno al equipo fueran muy positivas, sobre todo tras las dos derrotas consecutivas en Liga frente al Celta, 1-0, y al Zaragoza, 1-5 en el Bernabéu con una bronca tremenda. Seedorf fue titular en los dos choques. Clarence estuvo ausente dos jornadas de Liga pero jugó el último partido del año 1999, un triunfo 1-3 frente al Alavés en Mendizorroza. Aquel 21 de diciembre de 1999 vistió por última vez la camiseta madridista en competición oficial.

La noticia se confirmó el 24 de diciembre de 1999. Había acuerdo entre las partes para el regreso de Seedorf a Italia. Seedorf era nuevo jugador del Inter, que había vuelto a la carga tras el interés del que se habló en el mes de agosto. Los italianos ofrecían 4.000 millones de pesetas al Real Madrid, una cantidad muy elevada. Desde el Club se pusieron en contacto con el padre del jugador para trasladar la información de que habían recibido tal oferta y el jugador, que se encontraba de vacaciones, entendió que si el Real Madrid se planteaba aceptarla, o no la descartaba ya de entrada, significaba que no se le valoraba lo suficiente y que lo mejor era salir de Madrid. Pese a que jugaba mucho no se sentía titular indiscutible. O eso es lo que se trasladaba... Aparentemente el adiós de Seedorf atendía a razones deportivas. Los argumentos sobre su marcha, en realidad, trascendieron en los medios de comunicación. Al parecer, problemas económicos y de liquidez empujaron al Club a vender al futbolista. Casi todo el mundo desde fuera lo entendió así. La tesorería de la entidad no pasaba por su mejor momento y los 4.000 millones de pesetas resultaban una cantidad muy elevada y difícil de rechazar. Eso sí, como ahora vamos a ver, esa nunca fue la razón oficial y todo se justificó aludiendo a cuestiones deportivas que no estuvieron nunca del todo claras.

Nada más comenzar el nuevo año, en enero de 2000, la revista oficial del Club publicaba una extensa entrevista con el entonces ya ex jugador blanco en la que el propio protagonista argumentaba las razones de su marcha. "Seedorf se explica", rezaba el titular en portada bajo una bonita fotografía en blanco y negro de Jorge Iglesias. "Clarence Seedorf explica su adiós del Real Madrid", titulaba en páginas interiores Francisco Navacerada. "Todo se resolvió en menos de veinticuatro horas. Y en ese espacio de tiempo, Clarence Seedorf dejó de ser jugador del Real Madrid para sellar su compromiso con el Inter de Milán. El conjunto italiano siempre fue uno de los equipos que más pujó por el holandés y ahora llegó con 4.000 millones de pesetas que permiten al centrocampista fichar por el conjunto transalpino. En estas líneas, Clarence explica a los lectores de la Revista Real Madrid las razones que le impulsan a abandonar nuestro Club. Clarence se despide con muestras de cariño hacia los que fueron sus compañeros y seguidores. Se cierra una etapa y se inicia otra, ahora en Milán. Pero siempre nos llevará en el corazón", escribía Navacerrada.

"Las negociaciones han sido rápidas. El acuerdo entre el Inter y el Real Madrid se cerró muy pronto, con mi padre presente en las negociaciones y dando el visto bueno a todo. Creo que era lo mejor para todos", explicaba el futbolista. Francisco Navacerrada preguntaba a Seedorf por qué decidió marcharse. "La situación era complicada para mí. Llegó un momento en el que notaba que no contaba lo suficiente para los entrenadores, y llegado a ese punto lo mejor era iniciar una nueva etapa en otro lugar, donde pudiera desarrollar todo mi juego", respondía el de Surinam. Al menos de manera oficial la marcha de Seedorf respondía a motivaciones de carácter deportivo. ¿Era un adiós sin rencor? "Desde luego. Eso quiero que quede muy claro. Si llegamos a esta situación es porque considero que es lo mejor para todas las partes. Esta decisión no puede hacerme olvidar los buenos años que he vivido en Madrid. Aquí he sido feliz, he compartido grandísimos momentos tanto en lo personal como en lo deportivo. Han sido tres años y medio maravillosos, en los que he disfrutado de la grandeza de este Club", aseguraba en tono conciliador el centrocampista, que sólo tenía buenas palabras para los seguidores madridistas: "A los aficionados quiero agradecerles el apoyo que me han mostrado en todo momento. Gracias a ellos mi adaptación fue fantástica. Ellos me hicieron comprender la grandeza de este club, el mejor de la Historia. Siempre los llevaré en el corazón".

Futbolista legendario

Muchas veces he pensado en lo que podía haber conseguido de haberse quedado con nosotros. Siempre he creído que Clarence Seedorf era un jugador para haberse tirado con nosotros por lo menos una década. Disputó un total de 158 partidos oficiales y marcó 20 goles con la camiseta blanca. Sólo tenía 23 años cuando abandonó el Club y se retiró a los 37. De haber seguido con nosotros en diez años podría haber alcanzado cifras de absoluta leyenda, siempre y cuando las lesiones le hubiesen respetado. En las tres campañas completas que jugó de blanco no bajó nunca de los cuarenta partidos: 42 en la 1996-97, 48 en la 1997-98 y 52 en la 1998-99. Haciendo un cálculo rápido, y tirando por lo bajo, se puede aventurar que Seedorf podría haberse plantado con 30 años y unos números de alrededor de 400 partidos oficiales y entre 60-70 goles. Tras su marcha de Madrid jugaría 3 temporadas en el Inter y 10 en el A.C. Milán, equipo que abandonaría en 2012 con 36 años. Colgó las botas en el Botafogo de Brasil. ¿Podemos imaginarnos a Seedorf jugando en el Real Madrid con 36 años? ¡16 años en el Real Madrid! ¿Cuántos partidos hubiese jugado? ¿Cuántos goles habría marcado? ¿Cuántos títulos hubiese ganado?

En realidad, todas esas preguntas no son más que elucubraciones sin respuesta. Hipótesis. Ciencia ficción. Nadie puede saber qué hubiese pasado de haber seguido con el Real Madrid. En cualquier caso, lo que sí que tengo absolutamente claro es que se marchó antes de tiempo y que perdimos a un jugadorazo que nos hubiera regalado grandes actuaciones. Era un futbolista extraordinario, uno de los mejores centrocampistas que he visto en el Madrid. Él y Fernando Redondo fueron mi debilidad y me alegro de haberles podido ver juntos en el Real Madrid. Eso sí, menos tiempo del que a mí me hubiese gustado...

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