Memorias del Mundial de fútbol de hace dos décadas
¿Pero esto qué es...? ¿PERO ESTO QUÉ ES? Es el primer recuerdo que me viene a la cabeza cuando pienso en el Mundial de Francia 98. El monumental cabreo de Matías Prats que tanta gracia nos sigue haciendo a muchos se remonta a la jornada inaugural de la cita mundialista de hace ya dos décadas. Siempre presumo de haber visto aquel momento 'zapping' por excelencia en riguroso directo. Mientras los profesionales de TVE realizaban sus primeras apariciones de cara a lo que sería la cobertura del campeonato el presentador Matías Prats asistía atónito al baile de conexiones que entraban sin seguir el orden de la escaleta. Trataba de dar paso a Míchel y a José Ángel de la Casa, pero los que aparecían en pantalla eran José Mari Bakero o Miguel Ángel Nadal... Y de ahí, en riguroso directo, vino el famoso grito de Matías Prats. ¡Pero esto qué es! Cosas del directo...
Aquel miércoles 10 de junio de 1998 arrancaba el Mundial pero, para mí, lo hacía de forma muy diferente al de cuatro años antes. Estados Unidos 94 empezó el mismo día que me daban las vacaciones. El inicio de Francia 98, sin embargo, me
pilló en plenos exámenes, lo cual fue una... faena. Aun así, dejé los
libros y los apuntes por unas horas para no perderme el arranque de la
jornada inaugural. Un Mundial es un Mundial y se celebra cada cuatro años. El Mundial de 1994 me lo había tragado entero, incluso viendo aquellos partidos que se jugaban en plena madrugada. Pero claro, estaba de vacaciones... El de 1994 fue el último gran verano de mi vida. Los siguientes no serían iguales por circunstancias que no vienen a cuento de explicar ahora aquí. Cuatro años después la situación era bien distinta pero me las ingenié para poder ver bastantes partidos y entre libros y apuntes estuve al tanto de lo que sucedía en los terrenos de juego de Francia.
En lo estrictamente deportivo, el Mundial de 1998, último del Siglo XX, se vivió con la intensidad y la emoción propia de un evento de esta magnitud. Semanas e incluso meses antes de dar su pistoletazo de salida el espíritu de la Copa del Mundo ya flotaba en el ambiente. Al gallo Footix, la mascota de aquella edición, le vimos estampado hasta en los lugares más insospechados. 'La copa de la vida', la pegadiza canción oficial de Ricky Martin, sonó a todas horas en radios y televisiones. En los ordenadores jugamos con el FIFA Rumbo al Mundial 98 cuya portada, por cierto, mostraba al madridista Raúl ataviado con la camiseta de la Selección española. Y enviando códigos de barras de las bolsas de snacks de una conocida marca de patatas fritas te regalaban balones oficiales del Mundial, sin sorteo ni nada. Aún conservo empaquetado, sin hinchar y en perfecto estado un Tricolore de Francia 98. Nuevecito.
El Mundial arrancó el 10 de junio y la Final se jugó el 12 de julio de 1998. Un mes de fútbol en el que se disputaron 64 partidos entre los 32 equipos que participaron en su fase final. Era la primera vez que se congregaba tal cantidad de selecciones en una misma Copa del Mundo. Brasil, vigente campeona tras su triunfo en Estados Unidos, defendería su corona en Francia.
Fracaso de España
Recuerdo que tenía ciertas esperanzas de que España realizara un buen papel en Francia. No digo ganar... Pero sí hacer un buen papel. Hay que tener en cuenta que aquel Mundial empezaba sólo tres semanas después de que el Real Madrid ganara La Séptima, así que me encontraba en un momento de euforia futbolística. Supongo que al igual que todos los madridistas. El caso es que después de haber visto con mis propios ojos cómo el Real Madrid ganaba una Champions League pensaba que ya todo sería posible... No sé... ¿Por qué no llegar a unas semifinales y superar de una vez aquello de la maldición de los cuartos? En el equipo español además de los madridistas que acababan de ganar la Copa de Europa también había supervivientes del Barcelona que había ganado la edición de 1992. Se suponía, por tanto, que en la Selección había buen nivel. Javier Clemente convocó a los siguientes jugadores:
Porteros: Andoni Zubizarreta, Santi Cañizares y José Francisco Molina.
Defensas: Ferrer, Aranzabal, Alkorta, Abelardo, Hierro, Sergi, Iván Campo, Aguilera y Nadal.
Centrocampistas: Celades, Amor, Julen Guerrero y Luis Enrique.
Delanteros: Raúl, Morientes, Joseba Etxebarria, Kiko, Pizzi y Alfonso.
En aquel equipo había en aquellos momentos cuatro madridistas: Hierro, Raúl, Morientes y Cañizares, si bien el guardameta causaría baja aquel mismo verano para iniciar su etapa en el Valencia. Y también había un futuro jugador merengue. Iván Campo se incorporaría a la disciplina blanca después del Mundial. También había tres jugadores con pasado merengue como Alkorta, Alfonso y Luis Enrique, mal que le pesase a este último.
España estaba encuadrada en el Grupo D con Nigeria, Paraguay y Bulgaria. El Mundial arrancó para nuestro equipo nacional el 13 de junio frente a los africanos. Fernando Hierro puso el 1-0 para España con un lanzamiento de falta, pero Nigeria empató poco después en un saque de esquina y nos marchamos al descanso con el 1-1. Nada más reanudarse el juego Raúl, que afrontaba su primera gran cita con la Selección absoluta, marcaba el 2-1 al enganchar de primeras un pase largo desde el centro del campo de Fernando Hierro. Los madridistas estaban rindiendo bien. Pero en el minuto 73 llegó la jugada que muchos recordamos. Iván Campo no acertó a cortar el paso a un delantero nigeriano que llegó hasta línea de fondo y envió un pase al área sin ningún peligro... Y Zubizarreta... ¿Qué hizo Zubizarreta? Pues puso la manopla y desvió el balón para introducirlo en su propia portería. Un gol absurdo. Totalmente absurdo... Era el 2-2, pero es que no se sacó ni el empate. El equipo se vino abajo tras el empate y la sensación de inseguridad parecía constante. Iván Campo y Zubizarreta parecían unos manojos de nervios. Cinco minutos después un disparo lejano desde fuera del área significó el 2-3 para Nigeria. Quedó la sensación de que Zubizarreta tampoco estuvo acertado a la hora de encajar aquel tercer gol...
No nos engañemos. Nadie se esperaba la derrota frente a Nigeria. El problema es que, tratándose de un torneo tan corto, aquella derrota nos dejaba en el alambre y convertía en trascendental el segundo partido frente a Paraguay. Los paraguayos, que habían empatado 0-0 con Bulgaria en su primer partido, volvieron a empatar 0-0 frente a nosotros. Los nigerianos, por su parte, ganaron 1-0 a Bulgaria. Nigeria, por tanto, era primera de grupo con 6 puntos, mientras que Paraguay contaba con 2 puntos y nosotros sólo con 1. Para el tercer partido estábamos obligados a ganar frente a Bulgaria y esperar que Paraguay no le ganara a Nigeria, ya clasificada. Pero las 'Súper Águilas', que efectuaron cambios, perdieron con Paraguay 1-3 haciendo inútil nuestra goleada 6-1 frente a Bulgaria. Hierro adelantó a España de penalti y Luis Enrique hizo el 2-0. En la segunda parte Morientes firmó el 3-0, pero Paraguay, que había llegado al descanso 1-1 se adelantó 1-2 y después marcó el 1-3. Daba igual lo que hiciese España. Recuerdo cómo los nuestros seguían haciendo goles, pero ya no servían de nada... Los últimos casi ni se celebraban. Morientes hizo el 4-1, los búlgaros se metieron uno en propia puerta y Kiko marcó el 6-1 final en el descuento...
La verdad es que fue una decepción. España quedaba apeada en la primera fase y la sensación fue de fracaso. Resultó todo muy desagradable, además, puesto que había una guerra montada alrededor de la Selección... Una guerra tremenda. Muchísimos periodistas estaban enfrentados a Javier Clemente y a varios de los jugadores del núcleo duro del entrenador vasco. Además, alrededor del propio Clemente pivotaba otro conflicto, el de la guerra de medios que abanderaban José María García y José Ramón de la Morena, cada uno en su trinchera y con sus respectivos seguidores. García era íntimo de Clemente y De la Morena su principal enemigo, así que las polémicas entre partidarios y detractores del seleccionador estaban a la orden del día. Un ambiente que, desde luego, no podía beneficiar en nada al equipo nacional. El fracaso deportivo de aquel Mundial elevó la tensión hasta cotas insospechadas. Todos los medios que se oponían a Clemente pedían su destitución. Clemente siguió en el cargo pero estaba severamente tocado... En septiembre de 1998 una derrota frente a la insignificante Chipre le terminaría costando el puesto...
El Mundial sigue
España estaba fuera. Pero el Mundial siguió su curso. Francia 98 sirvió para ver en acción a lo más granado del panorama futbolístico del momento. Las grandes estrellas de los noventa estuvieron allí presentes. Klinsmann, Bergkamp, Matthaus, Del Piero, Maldini, Roberto Baggio, Vieri, Marcelo Salas, Alan Shearer, Ince, Scholes, Cafú, Bebeto, Leonardo, los hermanos Laudrup, Jorge Campos, Steve McManaman, Gabriel Batistuta, Zanetti, Zvonimir Boban... En aquel Mundial estaban todos los jugadores que conocíamos los que seguíamos el fútbol allá por los noventa. Incluso quedaban veteranos como el belga Enzo Scifo y estrellas emergentes del momento como Michael Owen y David Beckham.
En mi caso, y como siempre, también prestaba atención a lo que hacían los madridistas repartidos por las diferentes selecciones. Además de los mencionados jugadores españoles también estaban por allí Karembeu con Francia, Seedorf con Países Bajos, Roberto Carlos con Brasil, Mijatovic con Yugoslavia y Suker con Croacia.
Y tampoco me olvidaba de los ex madridistas. Zamorano estaba con Chile, Michael Laudrup con Dinamarca, Rincón en el equipo de Colombia, Ze Roberto con Brasil, Prosinecki con los croatas... Y, por supuesto, mi adorado Gheorghe Hagi con Rumanía. Aquel era su tercer Mundial consecutivo y deseaba que las cosas le salieran tan bien como en el de cuatro años atrás. Los rumanos ganaron a Colombia e Inglaterra y empataron con Túnez. Pasaron como primeros de grupo y para celebrarlo los jugadores se tiñeron el pelo de rubio dejando una de las imágenes del Mundial. Sin embargo, en octavos fueron doblegados por la mínima en su encuentro frente a Croacia y quedaron eliminados. Una lástima, pero por lo menos el 'culpable' había sido un madridista. Suker eliminó a los rumanos con un lanzamiento de penalti que tuvo que ejecutar dos veces a instancias del árbitro. El bueno de Davor marcó las dos veces y Hagi tuvo que hacer las maletas. Aquel fue su último Mundial, aunque todavía llegó a tiempo de jugar la Eurocopa del año 2000.
Brasil, Holanda, Croacia y Francia fueron las selecciones que se clasificaron para las semifinales. Brasil empató 1-1 con Países Bajos pero pasó a los penaltis, mientras que Francia ganó 2-1 a Croacia. Holandeses y croatas se jugaron el tercer y cuarto puesto y los balcánicos acabaron en el tercer cajón del pódium.
Zinedine Zidane Campeón
El 12 julio de 1998 se disputó la gran Final del torneo. Brasil contra la anfitriona Francia. Los galos aspiraban a su primer título mundial y lo hacían jugando en casa, con el factor campo y el público a su favor. Los brasileños, por su parte, buscaban su quinta Copa del Mundo y revalidar el triunfo de cuatro antes en Estados Unidos. En el fondo partían como favoritos. Contaban con un equipo muy potente en el que sobresalía Ronaldo Nazario, seguramente la estrella mediática del momento. Ronaldo, además, estaba rodeado de grandes futbolistas que realizaban un fútbol que muchos relacionaban con el espectáculo, como se desprendía en el famoso anuncio de Nike en el que los componentes de La Canarinha se ponían a jugar al fútbol en el aeropuerto... Pero no. Resultó que la gloria se la llevó Francia. Les Bleus se impusieron 3-0. Zidane anotó los dos primeros tantos con dos espectaculares cabezazos a la salida de un par de saques de esquina. Petit en el descuento puso la puntilla a una Brasil en la que no lució Ronaldo. Días después de la Final se conoció que antes del encuentro el delantero había sufrido un ataque de convulsiones. Su participación en el partido había estado en el aire... En cualquier caso, el Mundial concluyó con el rotundo triunfo de los franceses.
Fue el Mundial de Zidane. Para mí, el Mundial de Francia 98 es el Mundial de Zidane. Fue entonces cuando ya me entregué por completo al que para mí llegó a ser el mejor jugador de fútbol que había visto en toda mi vida. Zinedine Zidane ya me encandilaba como jugador de la Juventus. Qué miedo le tenía en la Final de Ámsterdam... Pero verle levantar la Copa del Mundo fue algo que se me quedó grabado. Para mí era el mejor del mundo y durante varios años le seguía en la distancia, aunque no fuese jugador del Real Madrid. No se me pasaba por la cabeza que algún día pudiese vestir la camiseta blanca. Me parecía tan bueno... Era imposible que la Juventus accediese a desprenderse de un jugador así. Pero a veces los imposibles se cumplen. Todavía doy gracias por haberle podido ver vestir la camiseta del Real Madrid en el año 2001.
Por supuesto, Zidane formó parte del once ideal que escogió la FIFA. Fabian Barthez en la portería, Lilian Thuram en el lateral derecho, Frank de Boer de central, Marcel Desailly como hombre libre, Roberto Carlos como lateral izquierdo, Dunga como medio defensivo, Michael Laudrup como centrocampista por la derecha, Edgar Davids por la izquierda, Zinedine Zidane como media punta y arriba Davor Suker y Ronaldo Nazario. Menudo equipazo...
En aquel once ideal había dos madridistas, Roberto Carlos y Davor Suker. También había dos futuros jugadores del Real Madrid, Zidane y Ronaldo. Pero la presencia de Roberto Carlos y Suker era un motivo de satisfacción y un buen síntoma. Confirmaba que el Real Madrid por fin tenía en sus filas jugadores de primera fila a nivel mundial. Siempre hemos tenido buenos jugadores, nadie lo duda. Pero desde la temporada 1996-97 habíamos dado el salto de calidad necesario para estar peleando de verdad en la primera línea futbolística. No era ninguna casualidad que aquel año 1998 hubiésemos ganado la Champions League. Por fin teníamos jugadores para luchar en Europa y para llegar a formar parte del once ideal de un Mundial de fútbol.
Me alegre muchísimo por el gran papel de Michael Laudrup en aquel Mundial de Francia. Fue su despedida del mundo del fútbol. Tras una temporada en el Vissel Kobe de Japón, Laudrup había vuelto a Europa para jugar una campaña en el Ajax, la de la temporada 1997-98. En Francia 98 jugó sus últimos partidos como profesional antes de retirarse y a sus 34 años completó un excelente campeonato. Dinamarca llegó a cuartos de final, donde cayó 3-2 con Brasil. Pero la imagen que dejó Michael fue excelente. Se marchó por la puerta grande. Un caballero y un extraordinario futbolista, como ya habíamos tenido ocasión de comprobar en el Real Madrid.
Suker, por su parte, fue el Pichichi del Mundial con 6 goles. Otro motivo de orgullo para los madridistas. Suker fue el líder de una Croacia que fue una de las revelaciones, o mejor dicho la gran revelación, con su tercer puesto en el debut de este país en la fase final de una copa del mundo. Con Suker se encontraban en aquella selección el ex jugador blanco Robert Prosinecki y Robert Jarni, futbolista del Betis que aquel mismo verano de 1998 recalaría en las filas del Real Madrid.
Y otro madridista que no olvidaría el Mundial de 1998 fue Christian Karembeu. El de Nueva Caledonia, jugador de la selección francesa, levantó la Copa del Mundo junto a Zinedine Zidane. Acababa de ganar la Champions League con el Real Madrid y en diciembre ganaría la Copa Intercontinental. De esta forma, Karembeu terminaría el año 1998 habiendo ganado Champions League, Mundial de Fútbol y Copa Intercontinental.
Epílogo
Aunque no fue tan especial para mí en lo personal como el de Estados Unidos tengo que admitir que guardo muy buenos recuerdos del Mundial de Francia 98. Me hubiese gustado haberlo disfrutado con más tiempo libre, para poder haber visto todos los partidos. Pero nos estábamos haciendo mayores y lo de Italia 1990 y Estados Unidos 1994 ya no se volvería a repetir... El último mundial del Siglo XX sirvió para ver por última vez en un Campeonato del Mundo a muchos futbolistas míticos de la década de los años noventa que ya no llegarían a la siguiente cita mundialista. Quedaba tan lejos... Cuatro años. Sería en el siguiente siglo y habría que superar la emblemática barrera del año 2000. El siguiente Mundial se jugaría en Asia, en Japón-Corea del Sur. Pero eso ya es otra Historia...
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