Se cumplen 25 años del regreso del centrocampista al Real Madrid
El domingo 4 de octubre de 1992, durante la Asamblea General del Club, el presidente Ramón Mendoza anunció "una sorpresa" en forma de fichaje que se concretaría en pocos días, a lo largo de la siguiente semana. Frente a los socios compromisarios el presidente trató de levantar un poco el ánimo de la afición. La noche anterior el Real Madrid había caído en Riazor con el Deportivo en un encuentro en el que llegó a ir ganando 0-2 con goles de Hierro y Zamorano pero terminó perdiendo 3-2. El comienzo de campaña estaba siendo un poco complicado. Se habían disputado cinco jornadas de Liga y ninguna de las tres salidas del equipo se habían saldado con victoria. Se perdió en Barcelona en el primer partido, se empató en Gijón con el Sporting y se perdió en Coruña. Sólo se habían ganado los dos partidos en el Bernabéu frente al Burgos y al Albacete. En la Copa de la UEFA se había superado la primera ronda frente al Politehnica de Timisoara pero el empate a uno del encuentro de ida en Rumanía había levantado duras críticas. La situación tampoco era tan mala, pero ya se sabe cómo es la prensa en estos casos y cómo se aprovechan los tropiezos para darle palos al equipo.
Benito Floro no lo estaba teniendo fácil en sus primeras semanas de competición oficial con el equipo. Acababa de llegar al Club pero la paciencia no ha sido nunca una de las virtudes de la afición. El técnico trataba de aplicar sus ideas y sus esquemas de juego intentando sacar el mayor rendimiento posible a los jugadores de su plantilla. Ya desde el verano había hecho hincapié en la necesidad de reforzar la banda izquierda del equipo. Llorente y Villarroya no terminaban de convencerle del todo y probaba con Luis Enrique para el puesto de interior izquierdo. Quizás la "sorpresa" de la que había hablado Ramón Mendoza estaba destinada a solucionar ese problema. Las primeras especulaciones apuntaban a la inminente llegada de un nuevo jugador extranjero. Sin embargo en un par de días surgió un nombre. Y no de un extranjero precisamente. El Real Madrid negociaba la vuelta de Rafael Martín Vázquez.
Es curioso, pero muchos no recuerdan que Martín Vázquez no volvió a Madrid desde Italia, sino desde Francia. El centrocampista había sido fichado por el Olympique de Marsella en agosto de 1992 procedente del Torino. Debutó en la Liga francesa el 9 de agosto anotando un gol al transformar un lanzamiento de falta directa frente al Toulouse. Sin embargo, la adaptación a su nuevo equipo no terminó siendo del todo satisfactoria y el jugador perdió protagonismo... Según trascendió después, aquel mismo verano Benito Floro se había interesado por la situación de Martín Vázquez con la intención de incorporarlo, pero el jugador ya se había comprometido con los galos. Cuando en el mes de octubre se volvió a barajar la posibilidad de recalar en el Bernabéu todas las partes implicadas trataron de llegar a un acuerdo. Al Real Madrid le venía bien la incorporación de un futbolista de la calidad de Martín Vázquez que, además, no ocuparía plaza de extranjero. El jugador salía beneficiado en lo profesional y en lo personal con su vuelta a casa. Y el Olympique liberaba una plaza de extranjero desprendiéndose de un futbolista que no terminaba de encajar en sus esquemas de juego. En definitiva, todos salían ganando. Ramón Mendoza y Bernard Tapie, máximo mandatario del Olympique, se pusieron manos a la obra. En
un primer momento incluso se llegó a especular sobre un posible trueque
entre ambos clubes por Martín Vázquez y Robert Prosinecki. Pero no fue así. Los dos clubes negociaron únicamente el
traspaso de Martín Vázquez. La operación se cerró de manera satisfactoria en Madrid el
jueves 8 de octubre. Esa noche, el Real Madrid venció 2-0 al Valencia con goles de Hierro y Prosinecki. En el palco, Mendoza vio el partido
junto a Bernard Tapie con el que ya había sellado un acuerdo. Rafael Martín Vázquez volvía a ser jugador del Real Madrid dos años después.
El hijo pródigo
Se trataba de la vuelta del hijo pródigo. Un matrimonio de conveniencia, puesto que tanto Martín Vázquez como Ramón Mendoza se vieron obligados a tragarse los reproches mutuos que se habían dedicado desde que rompieron relaciones en el año 1990. Durante su estancia en Italia el centrocampista llegó a asegurar que no había ninguna posibilidad de regresar al Madrid mientras Mendoza fuese presidente.
El viernes 9 de octubre de 1992 la sala de trofeos del Santiago Bernabéu sirvió de escenario para la presentación a los medios del nuevo jugador blanco. Martín Vázquez y Mendoza comparecieron ante los periodistas juntos y en un tono conciliador. El jugador posó con la elástica blanca de Hummel y todo fueron buenas palabras. "Yo quiero lo mejor para el Madrid y con este fichaje el equipo es el que sale ganando", manifestó el presidente. "El pasado no existe, sólo el futuro. Está aquí por su deseo de volver y por el deseo del Madrid de que vuelva. Estamos satisfechos de su regreso sin fisuras ni medias palabras", argumentó Mendoza. "Martín Vázquez ha regresado a su casa de siempre", apostilló. El jugador, por su parte, declaró que su vuelta a Madrid suponía "un reto" muy importante. "He vuelto a mi ciudad y estoy muy satisfecho por ello", apuntaba un Rafa que hablaba de "reconciliación" entre las dos partes. "Hay ocasiones en la vida en las que piensas una cosa y luego haces otra. Estoy muy contento de volver al Real Madrid. Nunca he sido rencoroso, el pasado hay que dejarlo de lado y mirar hacia adelante", declaraba.
Del reencuentro salió ganando el equipo, algo que agradeció Benito Floro. "Este fichaje es una sorpresa del presidente que al equipo le viene fenomenal", manifestó el entrenador en declaraciones recogidas por la revista Don Balón en su número 885. "La vuelta de Rafa es un acontecimiento extraordinario que entra de lleno en mis sistemas", apuntaba Floro. "Martín Vázquez no es un parche, es un jugador que vuelve a un sitio del que nunca se debió ir", apostilló el míster.
Don Balón dedicó una interesante conversación con el jugador en su sección La entrevista a fondo en la que Martín Vázquez analizaba lo que había sido su paso por Italia y Francia. "Estos años me han servido mucho como experiencia personal y profesional y ahora, tras cerrar una etapa, he vuelto a abrir otra que coincide con una anterior que viví", le contaba Rafa al periodista Juan Carlos Casas. "Estoy satisfecho de mis meses fuera de España. El Torino era un equipo recién ascendido y, tras clasificarlo para la Copa de la UEFA llegamos a la Final. En la Liga, en una temporada quedamos quintos y y en la otra terceros. Mi paso por Turín lo considero un triunfo aunque las malas lenguas lo vean de otra manera", argumentaba un Martín Vázquez que negaba que el fichaje de Enzo Scifo supusiese que el Torino dudara de su rendimiento. "Para nada. El belga Scifo no me hizo daño en lo deportivo aunque a nivel periodístico éramos unos enemigos a muerte. La prensa nos quería enfrentar diciendo que éramos incompatibles sobre el campo, pero entre nosotros no había ningún problema como lo demuestra el hecho de que compartiésemos habitación en los hoteles", contaba el centrocampista.
En esa entrevista el madrileño también se refería a su efímero paso por el Olympique de Marsella. "De las semanas en Francia no se debiera hacer ninguna valoración porque fueron muy extrañas. Primero me fichan y todo el mundo tan contento, pero al mes todo era diferente. Yo llegué con ilusión, pero el trato hacia mí cambió de repente. No sé aún qué pensar", reconocía Martín Vázquez. "Todo parecía indicar que no iba a ser muy feliz allí. En el Olympique había un ambiente un poco raro hacia mi persona", sentenciaba el futbolista. "No acepto que se diga que no he triunfado en el Olympique porque considero que he estado a un buen nivel", añadía a la hora de hacer balance. "En estos cambios inciden siempre los factores clásicos; el período de adaptación, la nueva experiencia que supone el idioma, tener nuevos compañeros... Todo ha influido para que quizá no respondiera a las expectativas que mi presencia había despertado y, más aún, teniendo en cuenta que el Olympique iba detrás de mí desde hacía varios años", detallaba.
Tras presentarse como nuevo jugador blanco Rafa Martín Vázquez se incorporó a la expedición de la Selección que se desplazó a Irlanda del Norte. Aquel fin de semana no había Liga y su segunda etapa como jugador blanco se retrasó hasta el domingo 18 de octubre en Las Gaunas frente al Logroñés. Ganó el Real Madrid con un 0-3 y el primer gol de los blancos lo anotó, nada más y nada menos, que Rafa Martín Vázquez. Un 'redebut' que no pudo ser más satisfactorio. El recién llegado se convirtió en fijo de las alineaciones de Benito Floro. Una semana más tarde volvía a jugar en el Santiago Bernabéu en el triunfo por 2-0 frente al Athletic Club de Bilbao. Martín Vázquez cuajó un excelente encuentro e intervino en los dos goles de su equipo facilitando un centro desde la izquierda para que Zamorano cabeceara a la red y propiciando la jugada del segundo tanto, obra de Butragueño. Martín Vázquez cerró el mes de octubre como titular en el triunfo a domicilio por 0-1 en Zaragoza. En aquel partido, por cierto, volvieron a reunirse en un terreno de juego todos los integrantes de la Quinta del Buitre y allí se tomó la famosa fotografía que suele ilustrar numerosos artículos y piezas periodísticas sobre este grupo de jugadores.
En el mes de noviembre de 1992 la revista oficial del Club, en su número 40, llevaba a su portada al futbolista que había si noticia a lo largo de las anteriores semanas. "Esta es mi casa", titulaba la publicación con una fotografía de Martín Vázquez en la Ciudad Deportiva vestido con la camiseta del equipo y señalándose el escudo. En el interior, un extenso reportaje sobre su carrera y una entrevista de J. J. López Soto con el futbolista. "Se le ve feliz porque vuelve a estar en el sitio por el que tanto luchó. Es difícil imaginarse un Real Madrid sin Martín Vázquez, como también lo es un Martín Vázquez sin el Real Madrid. Hubo lágrimas el día de su marcha y las ha vuelto a haber con su regreso. Aunque hoy, las lágrimas son de felicidad", escribía el director de la revista. El futbolista destacaba lo bien que había ido el reencuentro con sus compañeros. "El ambiente es muy bueno, hay mucha alegría porque se hace un trabajo serio, pero muy variado, y todos los jugadores estamos muy unidos", indicaba un Martín Vázquez satisfecho por cómo había sido su vuelta a los terrenos de juego con la camiseta blanca. "Estoy muy contento por cómo ha salido todo. Esto es el principio de lo que puede ser esta Liga para el Real Madrid, seguir sumando puntos, y yo, si es posible, seguir marcando goles. Creo que he tenido suerte y tengo que darle gracias a Dios por ello", apuntaba el jugador, que tenía además palabras para Benito Floro. "Tengo que manifestar que le estoy muy agradecido ya que me dio plena confianza", señalaba el centrocampista.
En la entrevista para la revista Real Madrid se mencionaba el hecho de que Martín Vázquez no podría jugar en competición europea esa temporada puesto que ya había jugador en Copa de Europa con el Olympique de Marsella, lo que le impedía alinearse con el Madrid en la Copa de la UEFA de aquella temporada 1992-93. "Sí, y no creas que no lo siento, tanto por el equipo como por mí mismo. Personalmente es un 'palo'. Pero, mira, hay que aceptarlo. Lo importante es que estoy aquí y voy a ayudar al equipo tanto en el terreno de juego como fuera de él", expresaba el jugador, que lanzaba un mensaje para la afición. "Siempre he dado todo por el equipo y lo seguiré dando", sentenciaba.
La vuelta de Rafael Martín Vázquez fue una gran noticia para el Real Madrid. Pese al malestar que generó su marcha a Italia entre muchos aficionados hay que reconocer que dejarle salir en 1990 fue un error. Siempre he pensado que las salidas de Schuster y de Martín Vázquez mermaron al equipo, que quedó muy tocado. Se trataba de dos futbolistas fundamentales que se encontraban en un momento de forma extraordinario. No fue casualidad que con su marcha el Club entrara en una etapa de incertidumbre en la que los éxitos y los títulos comenzaron a ser esquivos con nosotros. Siempre conviene tener en plantilla a los mejores jugadores posibles y cuando Martín Vázquez abandonó Madrid acababa de completar su mejor campaña con la camiseta madridista. Se trataba, probablemente, del mejor de los integrantes de la Quinta del Buitre, futbolísticamente hablando. Renunciar a su presencia en el equipo no nos benefició en nada. Dos años y medio después, afortunadamente, los destinos de ambas partes volvieron a encontrarse...
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