A la baja de Martín Vázquez se sumó la del futbolista alemán
Recordaba ayer en 'Historias del Real Madrid' la marcha de Rafael Martín Vázquez del Club en el inicio de su aventura por el fútbol italiano de cara a la campaña 1990-91. Por desgracia, aquella no fue la única baja sensible de aquel equipo que había arrasado en la temporada 1989-90. El siguiente en coger la puerta de salida fue otro de los pesos pesados del vestuario: Bernd Schuster.
Si bien es cierto que, como contaba ayer, la marcha de Martín Vázquez fue algo que se intuía y que se barajaba ya en los medios de comunicación durante semanas antes de concluir la Liga, lo de Schuster fue algo que me pilló por sorpresa. El desenlace de aquella 'historia' fue absurdo y se originó bien lejos del Santiago Bernabéu. Al otro lado del Atlántico.
La gira americana
La temporada 1989-90 había concluido la primera semana de mayo al finalizar la Liga. Quedaba un mes para el comienzo del Mundial de Italia, demasiado tiempo de inactividad para los jugadores que no habían sido convocados por sus respectivas selecciones. Aprovechando las circunstancias el Club organizó una gira por tierras americanas que llevaría al equipo blanco a jugar en países como México y Estados Unidos.
La expedición estaba compuesta por los miembros de la primera plantilla que no jugaban el Mundial, es decir, Buyo, Agustín, Lopetegui, Solana, Tendillo, Gordillo, Schuster, Parra, Aldana, Hugo Sánchez, Losada y Paco Llorente. Junto a ellos, acudieron canteranos del Castilla, algunos de los cuales ya habían debutado en el primer equipo. Se trataba de los jóvenes Antón, Maqueda, López Martín, Aragón, Vílchez, Urzaiz y Aguilá. Vílchez, Aragón y Maqueda habían regresado de su año de cesión en el Logroñés.
Y allí, en el continente americano, fue donde se rompieron las relaciones entre el Real Madrid y Bernd Schuster. El jugador aseguraba tener una lesión de espalda y prefería quedarse en Madrid para recuperarse de la dolencia. Desde el Club se llegó a afirmar que Schuster no quería acudir a la gira enfadado por la negativa de la entidad a permitir que la familia del jugador le acompañase durante aquel viaje. Sea cual fuese el motivo real, lo que pasó es que Schuster declaró desde Estados Unidos en un programa de radio que quería abandonar el Real Madrid al término de su contrato. Le quedaba un año por delante, la temporada 1990-91. En el Madrid, por lo visto, aquello no sentó bien.
La situación de Schuster era compleja al ocupar plaza de extranjero. El Real Madrid negociaba a finales de mayo la contratación del rumano Hagi por lo que había que liberar una ficha de extranjeros. Con Hugo Sánchez como Bota de Oro y estrella del equipo y el buen rendimiento de Schuster, la lógica hacía pensar que sería Oscar Ruggeri el que tenía todos los boletos para marcharse. Por lo visto, Toshack no estaba muy satisfecho con el argentino.
Sin embargo, la polémica generada por Schuster abría un nuevo panorama. El del cambio Hagi por Schuster. Esta opción tomó fuerza cuando el técnico John Toshack le comunicó al jugador en Estados Unidos que no contaba con él para la siguiente campaña y le recomendó que buscara otro equipo. Sin embargo, el alemán no quería ser traspasado. Quería cumplir su contrato en el Madrid y marcharse después.
Adiós a Schuster
La situación se resolvió en Madrid, a la vuelta de aquella gira en la que, además, el futbolista no llegó a jugar ni un solo minuto con el equipo. El jueves 7 de junio de 1990 Ramón Mendoza y Bernd Schuster llegaron a un acuerdo amistoso por el que ambas partes quedaban desvinculadas del año de unión que aún tenían por delante. El alemán recibió una importante suma de dinero y la carta de libertad. Era menos de lo que hubiera cobrado quedándose en el Madrid, pero teniendo en cuenta que Toshack decía que no contaba con el jugador y ante la posibilidad de estar un año en la grada, coger el dinero y quedar libre para negociar con otro club era una buena solución. Una buena solución para el futbolista, claro...
Aquello fue un error. Nos desprendimos de un jugador fabuloso por orgullo y cabezonería de todas las partes implicadas. El que salió beneficiado de todo aquello fue Jesús Gil, el presidente del Atlético de Madrid, que sondeó el fichaje del alemán aunque finalmente no llegaron a un acuerdo. Pasó el verano, se inició la campaña 1990-91 y Schuster, con 30 años, se encontraba libre y sin equipo. Algo increíble. Finalmente, en el mes de octubre, Gil volvió sobre sus pasos y terminó haciéndose con los servicios de Bernd Schuster. Durante tres temporadas el centrocampista rindió con su nivel habitual demostrando que el Madrid había metido la pata hasta el corvejón deshaciéndose de él.
Recuerdo con impotencia ver cómo Schuster jugaba como los ángeles en la acera de enfrente, con su dominio de balón, su manera de dirigir el centro del campo de su equipo, sus milimétricamente precisos pases largos, sus lanzamientos de falta, sus goles... Vamos, lo que le habíamos visto hacer con la camiseta blanca durante las temporadas 1988-89 y 1989-90.
Bernd Schuster jugó 88 partidos oficiales con el Real Madrid y anotó 16 goles en aquellas dos campañas como jugador merengue, diez en la primera y seis en la segunda. Ganó dos Ligas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España, una de ellas la correspondiente al doblete de la temporada 1988-89. En la temporada 2007-08 regresó al Real Madrid como entrenador para ganar la Liga y la Supercopa 2008-09.
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