Hace veinticinco años, el centrocampista madrileño atravesaba su mejor momento
Rafael Martín Vázquez cuajó su mejor campaña en el Real Madrid hace veinticinco años. El centrocampista le robó el protagonismo a sus compañeros de la Quinta del Buitre y se erigió en el mejor jugador del equipo durante la campaña 1989-90. Con el permiso de Hugo Sánchez, claro está. El mexicano fue el Pichichi de la Liga con 38 goles. Pero es que Martín Vázquez, desde su posición de interior izquierdo, aportó la friolera de 14 tantos al total de dianas alcanzadas por aquella máquina demoledora que trituró a sus rivales en el campeonato nacional estableciendo el famoso récord de los 107 goles.
Martín Vázquez era un jugador extraordinario. Era el benjamín de la Quinta del Buitre y, pese a que su participación fue fundamental en aquel Madrid de la segunda mitad de la década de los ochenta, quizás siempre estuvo en una especie de segundo plano. Las genialidades de Butragueño, el carisma y la regularidad de Michel y la sobriedad y elegancia de Sanchís eclipsaron a un jugador al que le costó sobresalir en aquella conjunción de estrellas con la que contaba el equipo.
Sin embargo, para los entendidos Rafael Martín Vázquez era el mejor de aquella generación de canteranos. Y estoy completamente de acuerdo. Era un jugadorazo. Técnicamente era el mejor de la Quinta del Buitre. Quizás le faltaba la espectacularidad de Butragueño, pero era un centrocampista soberbio, con un dominio de balón espectacular.
Su punto débil, probablemente, era la falta de garra. Un poco más de 'mala leche' sobre el terreno de juego, por así decirlo. Eso hizo que desde ciertos sectores de la grada del Bernabéu le llegaran pitos y críticas en determinadas ocasiones. Se le exigía mucho, aunque seguramente era debido a que la gente veía que tenía un talento descomunal para jugar al fútbol y le exigía más que al resto.
Hay que tener en cuenta que veníamos de una época en la que la garra de los jugadores era una de las características principales de mitos del madridismo reciente de aquella época. El temperamento de los Santillana, Juanito o Camacho fueron santo y seña de una generación a la que le tomó el relevo otra con menos 'furia' pero con más talento técnico. La calidad que tenían aquellos jugadores de la Quinta del Buitre era tremenda. Pero, cuando las cosas se ponían feas, como sucedía en la Copa de Europa, el público echaba en falta la casta de aquellos veteranos que se habían ido retirando poco a poco y no aguantaba la tibieza que se percibía en el juego de futbolistas como Martín Vázquez.
En cualquier caso, poco se le podía reprochar al interior izquierdo aquella temporada 1989-90. Martín Vázquez, pese a contar con sólo 24 años, acumulaba ya siete campañas en el primer equipo. Su participación había ido incrementándose con el paso de las campañas, así como su aportación al juego y sus cifras realizadoras.
Recuerdo que aquella temporada estuvo pletórico. Muchos de sus goles fueron auténticos cañonazos desde fuera del área, entrando por banda izquierda o recibiendo el pase de algún compañero que se apoyaba en el madrileño cuando se incorporaba al ataque desde atrás.
En total, en la que fue su mejor temporada con la camiseta del Real Madrid, Rafael Martín Vázquez jugó un total de 42 partidos oficiales y anotó quince goles. En Liga disputó 34 encuentros, todos ellos de titular, por supuesto, e hizo catorce tantos. Jugó otros tres choques en Copa de Europa y cinco de la Copa del Rey, competición en la que también vio puerta anotando un gol.
Sin duda era el mejor de la quinta
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