"Volteretas en Vallecas", titulaba en su Editorial la revista Don Balón en su ejemplar número 930 correspondiente a la semana del 24 al 30 de agosto de 1993. El mexicano Hugo Sánchez regresaba a España para jugar con el Rayo Vallecano de cara a la nueva temporada 1993-94 tras disputar una campaña con el América de su país. "Las volteretas, en este caso sinónimo de gol, en Vallecas", concluía la revista, que acompañaba el texto con una fotografía en blanco y negro en la que se mostraba al jugador boca abajo, o patas arriba, durante el lance de un partido de su etapa con el Real Madrid, la más fructífera del delantero. Hugo celebraba sus goles con una espectacular vuelta de campana que repitió una y otra vez a lo largo de su carrera deportiva. Sin embargo, viendo aquella fotografía de Don Balón, recuerdo que me llamó la atención algo de la imagen. Había algo raro. Aunque aparentemente se trataba de una de sus clásicas volteretas tenía la sensación de que la postura era un tanto extraña y que, en realidad, el mexicano no estaba celebrando un gol. Hugo no estaba dando una voltereta en esa fotografía...
Hugo Sánchez era un futbolista muy fotogénico. Era puro espectáculo sobre el campo con sus remates imposibles, sus lanzamientos a la primera, sus disparos de chilena, sus acrobacias y, por supuesto, las volteretas con las que celebraba sus goles. "Practiqué la gimnasia olímpica con mi hermana. Ella fue a las Olimpiadas de Montreal y gracias a ella comencé a tomar gusto a las piruetas", explicaba el propio jugador en un reportaje publicado en la obra 'Historia Viva del Real Madrid' de ABC. "Toda la alegría que se siente al marcar un gol para tu equipo hay que dejarla salir de alguna manera. Es una forma de demostrar mi alegría", sentenciaba el ariete. El 28 de febrero de 1988 el semanal As Color publicó un extenso reportaje de Luis Miguel González en el que el periodista se reunía en casa del jugador con su familia. La hermana de Hugo, Herlinda, explicaba cómo el madridista había aprendido a dar las volteretas o 'maromas', como las llaman los mexicanos. "Mi hermano Hugo siempre fue muy inquieto. Cuando yo empecé a acudir al gimnasio, siendo muy niña, él me acompañaba e incluso se interesó por esta disciplina deportiva", contaba Herlinda Sánchez, gimnasta olímpica en 1976. Detallaba que le enseñó a dar la voltereta a los doce o trece años. "Como sólo nos llevamos un año de diferencia, él es mayor que yo, siempre estábamos juntos. Jugábamos al voleibol, al baloncesto y, sobre todo, hacíamos mucha gimnasia. Él hasta pretendía perfeccionarse", apuntaba Herlinda destacando la técnica futbolística y la preparación física de su hermano. "Es un jugador muy completo. Otro de los ejercicios que realiza es saltar por encima del guardameta contrario para evitar chocar con él. Sale volando. Es el salto del tigre. Para llevar a cabo este salto hay que tener habilidad y destreza", argumentaba la ex gimnasta, que también mencionaba sus "chilenas" y "la rodada atrás" en sus declaraciones. Ojo a este pasaje de la entrevista: "Y cuando Hugo está en el suelo y se apoya en sus manos para ponerse en posición vertical, el ejercicio que realiza es un resorte de brazos", contaba Herlinda Sánchez.
Sí. Ahí está la clave de todo. Al margen de las celebraciones de sus goles con las volteretas había otra pirueta que Hugo Sánchez solía practicar muchísimo en casi todos los partidos. Cuando tras un remate fallido, una caída o una dura entrada se quedaba tumbado sobre el césped, Hugo se solía levantar realizando una voltereta hacia atrás. Impulsaba sus piernas con fuerza hacia atrás y su tronco se levantaba colocándose en vertical. A continuación, se apoyaba en sus manos y haciendo fuerza con los brazos terminaba de dar la voltereta inversa quedando en pie. Lo hacía muchísimo, en casi todos los partidos, y es una maniobra mucho más fácil de lo que parece. De hecho, cuando yo era niño la aprendí a hacer viendo a Hugo por televisión. No me atrevía a dar su voltereta, pero sí que hacía lo de ponerme en pie como Hugo dando la voltereta hacia atrás. Eso sí, había que hacerlo sobre césped o suelo blando. Como lo hicieses sobre el patio del colegio, con toda aquella gravilla que había, te podías clavar las piedrillas en la parte alta de la espalda y dolía lo que no estaba escrito...
Esas volteretas hacia atrás de Hugo Sánchez también eran captadas por los fotógrafos de la prensa gráfica, lo que muchas veces ha originado errores y confusiones. Si la fotografía estaba tomada justo en el momento en el que Hugo estaba con la maniobra a medio hacer, o con las piernas ya en lo alto, daba la sensación de que estaba dando una voltereta normal, es decir, que estaba celebrando uno de sus goles. Por ese motivo, han quedado para la Historia imágenes en las que Hugo Sánchez aparentemente está celebrando un gol y no es así, en realidad sólo se está poniendo en pie. Hay muchísimos casos y muchos libros y revistas en los que los pies de foto son erróneos. Hugo "celebrando" goles que no se marcaron o volteretas en partidos en los que Hugo Sánchez no marcó...
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