Se cumplen treinta años de la consecución del primer título de esta competición para el Real Madrid
El jueves 29 de septiembre de 1988, tal día como hoy de hace 30 años, el Real Madrid se adjudicaba su primera Supercopa de España al superar a doble partido al Barcelona por un global de 3-2 favorable a los blancos. El conjunto de Leo Beenhakker se impuso 2-0 en el Santiago Bernabéu en el encuentro de ida y perdió 2-1 en el Nou Camp, resultado que le permitía levantar un trofeo que llevaba por primera vez a sus vitrinas.
El Real Madrid volvió a jugar esta competición después de haber participado en la primera edición, disputada en la temporada 1982-83 frente a la Real Sociedad. En aquella ocasión el equipo que dirigía Alfredo Di Estéfano ganó 1-0 en el Bernabéu con un tanto de Metgod pero cayó 4-0 en Atotxa. En las temporadas 1986-87 y 1987-88 la Supercopa no se disputó por no encontrarse fechas, así que las dos primeras Ligas que ganó la Quinta del Buitre no permitieron a los blancos volver a intentar el asalto del nuevo torneo. Sí que se jugaría la de la temporada 1988-89, en la que participaron Real Madrid y Barcelona como campeones de Liga y Copa del Rey de la temporada 1987-88.
Aquella Supercopa de España se jugó en el mes de septiembre, con la temporada futbolística ya empezada. Y supuso el morbo de ver en acción a Bernd Schuster frente a su ex equipo. El centrocampista había fichado por el Real Madrid después de ocho temporadas en el Nou Camp. "No hay que dramatizar porque vaya a enfrentarme al Barcelona. Simplemente, se trata de un equipo en el que he estado ocho años. Evidentemente, es importante pero no hay nada más", señalaba el alemán en declaraciones recogidas por el diario Marca. "Cuando firmé por el Real Madrid ya era consciente de que esta ocasión llegaría algún día. No va a pasar nada por eso", añadía Schuster, al que se le preguntaba si sentiría algo por medirse a sus ex compañeros. "No, no creo que sienta nada especial. Además, gran parte de los jugadores que se van a alinear con el Barcelona son nuevos y yo no he coincidido con ellos. Hay muchos que no han jugado conmigo", explicaba el nuevo jugador del Madrid.
Precisamente Schuster formó parte del once inicial del Real Madrid en el primer duelo de aquel enfrentamiento con el Barcelona junto a Esteban, otro de los fichajes de cara a esa temporada que acababa de arrancar. El alemán llegaba a la cita con algunas molestias, al igual que Gordillo. El que era baja segura era Chendo, que sufría un esguince de tobillo tras un lance del anterior partido, tres días antes, frente a la Real Sociedad. Así las cosas, aquel 21 de septiembre de 1988 el equipo blanco formó con Buyo, Esteban, Sanchís, Tendillo, Solana, Martín Vázquez, Gallego, Schuster, Míchel, Hugo Sánchez y Butragueño. En el minuto 66 Gordillo sustituyó a Martín Vázquez y Llorente entró por Butragueño en el minuto 78.
Ganó el Madrid con un marcador de 2-0 gracias a los goles de Míchel y Hugo Sánchez. Fue muy superior el Real Madrid, que conseguía un triunfo que servía para calmar un poco los ánimos después de un arranque de campaña con tres empates en los tres primeros partidos de Liga frente a Osasuna, Sporting y Real Sociedad. Todos ellos acabaron 2-2. En Copa de Europa se había ganado 3-0 al Moss, pero hubo algunas críticas por el inicio liguero. Nada grave, en realidad. El equipo empezó a carburar precisamente en aquel primer partido de la Supercopa de España y metería la directa en Liga para adjudicarse el título por cuarto año consecutivo.
El Barcelona no inquietó casi nada a los madridistas, salvo en una acción de Julio Salinas que el bilbaíno no acertó a resolver. El Madrid ya había tenido algunas ocasiones muy claras como un disparo cruzado de Sanchís y un par de remates de Butragueño, uno de ellos de cabeza, que tampoco llegaron a buen puerto. La imagen del Real Madrid había sido positiva, pero al descanso se llegó con el 0-0. No fue hasta el segundo tiempo cuando se movió el marcador. En el minuto 51 llegó el 1-0. Butragueño cedió de cabeza a Míchel dentro del área y el centrocampista lanzó un potente disparo que fue bien rechazado por Zubizarreta en una buena intervención del meta vasco. El balón volvió a los dominios de Míchel que, a la segunda, no falló y envió el esférico a las mallas tras un nuevo disparo con la zurda que rozó el travesaño por el centro.
El golazo de Míchel fue todo un revulsivo para el equipo blanco, y no sólo en lo que se refiere a este partido. En cierto modo, y aunque suene exagerado, ahí empezó de verdad la temporada para el Real Madrid. Por fin empezaron a verse las buenas jugadas de un equipo que dominaba de forma contundente el fútbol español de aquellos años. El Madrid se fue creciendo con el paso de los minutos y definitivamente superó a los azulgranas. Las llegadas se sucedían y era cuestión de tiempo que llegara un nuevo gol. El segundo gol llegó en el minuto 78 y de nuevo con participación de Míchel. Un envío del centrocampista desde la derecha no fue bien interceptado por Urbano, lo que dejó a Hugo Sánchez con el balón frente al marco rival. El mexicano, de primeras, soltó un zurdazo inapelable para batir a Zubizarreta, colocar el 2-0 en el marcador y dar la voltereta de turno. El marcador pudo ser más amplio, pero aquel miércoles 21 de septiembre de 1988 lo cierto es que no estuvo el equipo especialmente fino de cara a puerta. Se llegó y se jugó bien, pero quedó la sensación de que al Barcelona le pudo caer alguno más.
La vuelta
El 2-0 del primer partido era un buen resultado. Pero no estaba todo decidido. Ocho días más tarde, el jueves 29 de septiembre de 1988, se disputó el segundo acto en el Nou Camp. Si Schuster ya había sido centro de atención de los focos en el encuentro de ida no hay que sorprenderse de que lo fuera aún más en su vuelta al estadio en el que había jugado ocho años. Estaba claro que no le iban a recibir con los brazos abiertos... "Ni me emociono con facilidad, ni me importan demasiado los silbidos", señalaba el alemán en declaraciones recogidas por Marca el día del partido. "La realidad es que no sé qué recibimiento me espera en la Ciudad Condal, ni tampoco me preocupa, ya que sólo voy a jugar con el Real Madrid y habrá que ver cómo reacciona el público ante la salida de nuestro equipo, sin que la presencia de Schuster en el mismo vaya a variar el comportamiento de los seguidores hacia el resto del equipo", contaba Schuster al periodista Luis Timiraos. Lo cierto es que la pitada fue monumental para el Real Madrid en el momento de salir al terreno de juego y Schuster fue recibido... Bueno. No hace falta explicarlo...
La vuelta en Barcelona se afrontó con el siguiente equipo titular: Buyo, Esteban, Sanchís, Tendillo, Solana, Martín Vázquez, Gallego, Schuster, Míchel, Hugo Sánchez y Butragueño. Gordillo participó en la recta final al sustituir a Butragueño. Los jugadores lucieron brazaletes negros en señal de duelo por la muerte de la madre del entrenador Leo Beenhakker. Se había llegado a barajar la posibilidad de que Ramón Grosso diera las órdenes desde el banquillo, pero el técnico regresó a tiempo desde Holanda para dirigir al equipo.
Un cuarto de hora de partido transcurrió hasta que el Real Madrid anotara el primer gol del partido. Un pase en profundidad de Míchel fue aprovechado en su incorporación al ataque por el Chucho Solana. El defensa llegó al área y envió un pase a la izquierda para que Butraueño, a placer, empujara a la red el pase de la muerte poniendo el 0-1 en el electrónico. En esos momentos los blancos se ponían con un global de 3-0 y la Supercopa parecía todavía más blanca. Superada la primera media hora Hugo Sánchez a punto estuvo de marcar el segundo con un espectacular remate de chilena que terminó con el balón en la madera. Ese 0-2 hubiera sido ya la puntilla definitiva. Pero el balón no entró... Y unos minutos después el que sí que acertó fue Bakero al cabecear un balón para marcar el 1-1 con el que se llegaría al descanso. En el segundo tiempo sí que es cierto que el Barcelona apretó más ante un Real Madrid que trataba de apaciguar el duelo. El tiempo corría a su favor. En el minuto 77 de nuevo Bakero acertó con la portería al aprovechar un rechace de Buyo tras disparo de Roberto desde fuera del área. Era el 2-1, resultado con el que finalizaría el partido. La derrota no impedía que el Madrid se hiciera con el título de la Supercopa de España por primera vez en su Historia.
Al término del partido el presidente de la Federación, Ángel María Villar, entregó al capitán Ricardo Gallego el trofeo de Campeones entre pitos, silbidos y abucheos del público. La cosa se puso mucho peor cuando el equipo trató de dar la vuelta de honor, claro... Como anécdota de aquella primera Supercopa de España, por cierto, hay que reflejar un apunte curioso. El trofeo que se le entregó al Real Madrid no era igual al de las demás Supercopas que se han jugado. El diseño no era el mismo...
La Supercopa de España fue el primer título que consiguió el Real Madrid de la temporada 1988-89, una campaña en la que se haría triplete al adjudicarse también la Liga y la Copa del Rey. La última temporada de la primera etapa de Leo Beenhakker como entrenador madridista resultó muy productiva en cuanto a competiciones nacionales se refiere. Se dio la circunstancia de que al ganarse también la Liga y la Copa el Madrid se adjudicó también la Supercopa de la siguiente campaña, lo que supone la curiosa paradoja de que aquel Real Madrid 'ganó' dos Supercopas de España aquella temporada 1988-89.
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