Tal día como hoy de hace veinte años el brasileño fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid
La temporada 1997-98 fue bastante extraña, la verdad. Concluyó con el gran éxito de la consecución de La Séptima Copa de Europa y, como supongo que todos los madridistas, guardo un cariñoso recuerdo de aquel ejercicio. Pero hay que reconocer que ese año el equipo tuvo dos caras. Se había iniciado ya una curiosa tendencia que, personalmente, creo que todavía se mantiene dos décadas después. El equipo ofrecía una imagen en las competiciones domésticas y otra distinta en la Champions League. En Europa las cosas marcharon muy bien y sólo se cedió una derrota frente al Rosenborg BK de Noruega. Pero en Liga las cosas no fueron tan bien...
El alemán Jupp Heynckes había sustituido a Fabio Capello en el banquillo. En agosto de 1997 ganamos la Supercopa de España al Barcelona pero la Liga arrancó con un empate 1-1 en un derbi con el Atlético de Madrid en el que Seedorf soltó aquel tremendo latigazo a larga distancia. Los resultados durante los primeros meses de competición no es que fuesen malos, de hecho sólo se perdió un partido con el Barcelona en el Bernabéu. Pero... No sé. Las sensaciones eran un poco raras. Quizás algunos empates algo inesperados lastraron un poco al equipo. A finales de noviembre de 1997 llegamos a ponernos líderes, pero sólo duramos dos jornadas en lo más alto. A principios de diciembre caímos a la segunda posición y ahí nos quedamos hasta la recta final, cuando las cosas se torcieron del todo. Terminamos cuartos. E, insisto, las sensaciones fueron raras ese año en Liga.
No sé si fue por esa marcha un poco irregular del equipo, pero lo cierto es que el Real Madrid buscó refuerzos para la plantilla en el mercado invernal. Había
pasado más de un año del inicio de la Liga de las Estrellas, aquella
temporada 1996-97 que supuso un punto de inflexión a la hora de fichar
extranjeros. Con la entrada en vigor de la Ley Bosman los equipos
españoles se habían lanzado a la caza de jugadores comunitarios que no
ocupaban plaza de foráneos. El dinero de las televisiones había
permitido a todos los equipos buscar refuerzos. El
equipo, como ya he explicado en varias ocasiones, había dado un salto
de calidad tremendo. Pero el Club seguía buscando jugadores en el exterior. Seguíamos pendientes de Karembeu, al que ya se había tratado de incorporar el año anterior pero que se quedó en Italia por la negativa de la Sampdoria, que no quería desprenderse del jugador y que posteriormente había llegado a un acuerdo con el Barcelona. Y también estábamos pendientes del brasileño Sávio.
Sávio Bortolini
Por aquella época, sin internet ni YouTube, resultaba difícil obtener información de un futbolista extranjero más allá de las imágenes que ponían por televisión o de las referencias que nos pudieran llegar a través de la prensa escrita. Los primeros recuerdos que conservo sobre Sávio Bortolini se remontan a una improvisada tertulia que montaron dos compañeros de clase en las que aseguraban que el brasileño era un auténtico espectáculo. No tengo ni idea de dónde le verían jugar, porque estoy remontándome a finales de noviembre de 1997, cuando el futbolista militaba en las filas del Flamengo. Seguramente le verían en algún reportaje de los de Canal Plus, que solían prestar bastante atención al fútbol internacional. En cualquier caso, hablaban auténticas maravillas de Sávio. Un fuera de serie que regateaba con una técnica impresionante...
Sávio Bortolini Pimentel nació en Vila Velha, Espírito Santo, Brasil, el 9 de enero de 1974. Comenzó a jugar al fútbol a los ocho años. Empezó a despuntar en el Flamengo, equipo con el que debutó, a los 18 años, en 1992. Disputó seis campañas con la escuadra de Río de Janeiro y acabó siendo uno de los ídolos del equipo y uno de los futbolistas más emblemáticos del fútbol brasileño de la época pese a su juventud. Compartió vestuario con estrellas como Romario, Edmundo o incluso durante unos pocos meses con Bebeto.
A mediados de noviembre surgieron los rumores del interés del Real Madrid por el jugador y el 13 de noviembre el presidente Lorenzo Sanz llegó a un principio de acuerdo con su homónimo del Flamengo por el que se dejaban las puertas abiertas a la posible incorporación del futbolista. El 5 de diciembre de 1997 el acuerdo quedó cerrado en una operación en la que también entró Zé Roberto, que regresaría a Brasil para jugar en el Flamengo abaratando el coste de la operación. El 8 de diciembre el jugador llegó a España para pasar el reconocimiento médico. Unas pruebas médicas que fueron muy exhaustivas dado que el jugador arrastraba fama de tener los tobillos de cristal.
Su presentación oficial se realizó el martes 9 de diciembre de 1997, es decir, tal día como hoy de hace veinte años. "Aquí está Sávio, un jugador sobre el que se ha especulado mucho acerca de si podíamos ficharlo o no", comentaba Lorenzo Sanz delante de los periodistas aludiendo a cierta polémica surgida pocos días antes según la cual el Deportivo habría firmado en su momento con el Flamengo una opción preferencial sobre Sávio. En cualquier caso, el futbolista acabó en el Real Madrid. Firmó por lo que restaba de temporada y por cinco más. Sávio contaba en aquellos momentos con 23 años, a pocas semanas de cumplir los 24. Y se mostraba feliz con su salto a Europa. "Va a ser un año muy importante para mí, por delante tengo la posibilidad de triunfar en uno de los clubes más importantes del mundo como es el Madrid y de jugar en el Mundial", afirmó el nuevo jugador blanco, que posó con su nueva camiseta para los medios de comunicación que se dieron cita en el acto.
El de Sávio fue uno de esos fichajes en los que nunca quedó claro si fue una reclamación del entrenador o fue una iniciativa del propio Club. La plantilla contaba con varios jugadores para los puestos de ataque del equipo, la zona en la que teóricamente sería útil la incorporación de Savio. "Yo soy delantero. Con el Flamengo he jugado en alguna ocasión como centrocampista por la izquierda, pero la verdad es que yo soy delantero", comentó el jugador en su presentación.
Pero claro, jugar de delantero en el Real Madrid estaba muy caro en aquellos momentos. Hasta Raúl tuvo que jugar de centrocampista por la izquierda un año antes. Además de Raúl estaban Mijatovic y Suker, si bien el rendimiento del croata había descendido de manera evidente en comparación con lo que había ofrecido en su primera campaña en el Real Madrid. 13 goles anotó Davor aquella campaña 1997-98. La gran sorpresa fue Fernando Morientes, que llegó sin hacer mucho ruido en el verano de 1997 con todas las papeletas para ser suplente de relleno y, sin embargo... ¡acabó jugando 45 partidos! Con Raúl, Mijatovic, Suker y Morientes jugando arriba, a Dani García Lara, que había vuelto al Club tras dos buenos años en el Zaragoza, sí que le quedó el papel de suplente en una campaña en la que sólo tuvo minutos en 12 partidos entre las cuatro competiciones. Sólo jugó un partido de titular, en Copa frente al Alavés. Peor fue lo de Manuel Canabal, fichado aquel mismo verano procedente del Mérida. El chaval ni llegó a debutar en competición oficial con la camiseta blanca y en el mercado de invierno se marchó cedido al Valladolid.
Siendo evidente que no había sitio en punta, a Sávio no le iba a quedar más remedio que concienciarse de que en el Madrid jugaría de centrocampista por banda izquierda. Zé Roberto se marchó y supuestamente Sávio ocuparía su puesto. Ojo, que tampoco tenía la titularidad asegurada ahí, ni mucho menos. Hay que recordar que Álvaro Benito estaba ultimando su reaparición como jugador tras la gravísima lesión que le tenía apartado de los terrenos de juego desde hacía un año. Y por allí por la izquierda también podía jugar José Emilio Amavisca. Desde luego, competencia iba a tener. Pero las cualidades que atesoraba el brasileño eran precisamente ideales para jugar por banda izquierda. Velocidad, técnica, buen regate...
Tras la presentación oficial llegaron las fotografías y los reportajes como el que tomó el reportero gráfico Juan Lázaro para la revista Don Balón. El brasileño llegó a vestuarios para enfundarse la camiseta de Kelme, calzarse las botas y saltar al césped del estadio en el que pasaría las siguientes temporadas. Al día siguiente, miércoles, el Real Madrid recibía al Oporto en partido de Champions League que Savio presenció en directo en el Bernabéu. Goleó el equipo blanco 4-0. Al término del choque el fichaje madridista bajó a vestuarios para felicitar a sus nuevos compañeros. Había que ir aclimatándose a ellos. No habría problemas. De hecho, allí estaba un compatriota que se había convertido en uno de los pesos pesados del equipo, Roberto Carlos. Él facilitaría la integración, sin duda, con su arrolladora personalidad. El sábado 13 de diciembre el brasileño pasó por la Ciudad Deportiva y allí firmó sus primeros autógrafos a los aficionados que aquel día nos acercamos a ver el entrenamiento.
Debut en enero
Debutó con la entrada del año nuevo. Concretamente, el 3 de enero de 1998, en el transcurso de un Betis-Real Madrid que concluyó con triunfo de los locales por 3-2. Sávio saltó al campo a falta de poco más de un cuarto de hora para el final sustituyendo a Guti. Era el último partido de la primera vuelta. Una semana más tarde arrancaba la segunda y lo hacía con un Atlético-Real Madrid. De nuevo el brasileño inició el duelo desde el banquillo y saltó al césped en el minuto 63 sustituyendo, otra vez, a Guti. Cinco minutos después, se estrenaba como goleador en Europa. Sávio fue el autor del tanto madridista en un derbi que acabó como el de la primera jornada, con 1-1.
La participación del brasileño en el equipo a partir de aquel mes de enero de 1998 fue algo irregular, mezclando partidos de titular con encuentros de suplente. Algo lógico, por otra parte. Había mucha competencia y la necesidad de superar la fase de adaptación. No obstante, jugó 15 partidos y marcó 3 goles. Y las sensaciones que transmitía siempre fueron buenas. Se confirmaban las virtudes que le habían llevado a fichar por el Madrid. Parecía una buena incorporación de cara al futuro. Sávio. Magia blanca, como titulaba la portada de Don Balón en diciembre de 1997 después de su presentación. En Champions League disputó de inicio los dos partidos frente al Leverkusen de los cuartos de final, siendo por tanto partícipe del logro de La Séptima.
En total, Sávio Bortolini Pimentel jugaría cinco campañas en el Real Madrid disputando un total de 160 partidos oficiales y anotando 29 goles con la camiseta blanca. Fue uno de los jugadores que se adjudicó las tres Champions League que ganó el Madrid entre finales de los noventa y principios del nuevo siglo (1997-98, 1999-00 y 2001-02). También ganó una Liga, una Supercopa de España y una Copa Intercontinental. Fue Internacional absoluto con Brasil en 44 ocasiones, anotando 17 goles con la 'canarinha'.
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