miércoles, 12 de julio de 2017

BARCELONA 92

Se cumplen 25 años de las Olimpiadas de Barcelona 1992

No sé si le sucederá a más gente. Tengo la sensación de que a medida que me he ido haciendo más mayor, más rápido y más deprisa pasan los años. De niño no era lo mismo. Parecía que los días cundían mucho más, que las semanas avanzaban muy despacio, que los meses transcurrían lentamente y que los años eran largos e interminables...

En 1986 ya sabíamos que en el año 1992 se celebrarían unos Juegos Olímpicos en Barcelona y que aquello sería un acontecimiento único para nuestro país. Incluso el Real Madrid había promocionado la candidatura de Barcelona portando el anagrama olímpico de Barcelona '92 en su camiseta en partidos de Copa de la UEFA, tal y como expliqué en su día aquí en Historias del Real Madrid.

Pero todo aquello parecía tan y tan lejano... 1992 era, literalmente, el futuro. Seis años aparentaban ser toda una eternidad, como si aquel 92 no fuese a llegar nunca... 1992 se convirtió en un año que parecía rodeado de un aura mística. De esta forma, crecí con cierta fascinación hacia aquel año del que permanentemente se hablaba. Aunque faltase mucho tiempo para que llegara, 1992 estaba presente en el día a día de nuestro país y en las noticias. Rara era la jornada en la que no surgiese alguna información relacionada con el evento olímpico. Las obras en la ciudad condal, las remodelaciones de recintos deportivos, planes de toda índole, preparación de los deportistas... 

Por si los Juegos Olímpicos no fuesen suficiente, en 1992 también se celebraría una Exposición Universal en España. La Expo de Sevilla. Y llegaría el AVE. Y también se conmemoraría el V Centenario del Descubrimiento de América... Parecía que España sería el centro de atención mundial en el año 1992.

El tiempo fue pasando y llegó 1992. Sí, al final llegó... El año del que tanto y tanto se había hablado... Recuerdo la mañana del 20 de abril de 1992, el día de la inauguración de la Expo de Sevilla. Estábamos en plenas vacaciones de Semana Santa y seguí con inusitado interés a través de la televisión y de la radio lo que consideraba todo un acontecimiento histórico. En realidad, para mí era un anticipo de lo que a mí me interesaba de verdad... Los Juegos Olímpicos.

Un año deportivo

Por aquella época, como ya he comentado muchas veces en el blog, el deporte, en general, era una de mis principales aficiones. No sólo el fútbol y el Real Madrid. Me encantaba el ciclismo y en general todo tipo de pruebas y campeonatos... Había más tiempo libre y uno podía prestar más atención a todo tipo de competiciones. Y eso que aquel año fue bastante frustrante... Recientemente expliqué lo mal que lo pasé con el fútbol en 1992. La temporada 1991-92 terminó en despropósito para el Real Madrid y Tenerife supuso un auténtico trauma para mí con aquella Liga perdida en el último partido. Tenerife fue el disgusto deportivo más gordo de mi vida. 

Pero aquel 92 hubo más decepciones... Recuerdo el palo que me llevé en la Vuelta Ciclista a España cuando en la última contrarreloj, en la antepenúltima etapa, un suizo llamado Tony Rominger explotaba como corredor a sus 31 años para llevarse la etapa y enfundarse el maillot amarillo de líder. Yo era fanático de Pedro Delgado, que había ganado en el ascenso a Lagos de Covadonga y se había colocado segundo en la general. Yo estaba convencido de que Perico ganaría aquella contrarreloj y que le arrebataría el primer puesto a Jesús Montoya. Estaba convencido de ello. Y de que el Real Madrid ganaría la Liga... No sé cómo no me olí lo que pasaría en el fútbol después de que mis pronósticos ciclistas saltasen por los aires en pedazos. Qué decepción me llevé en aquella crono del 15 de mayo de 1992...

Pues sí. Tony Rominger ganó aquella Vuelta del 92 por delante de Jesús Montoya. Perico Delgado subió al podio con un tercer puesto que me supo a poco... El Real Madrid perdió la Liga. Y la Copa del Rey. Tanto hablar y tanto esperar el año 1992... Y deportivamente estaba resultando un auténtico truño para mí...

Mis ídolos de la época no estaban teniendo fortuna... Por suerte, en el Tour de Francia las cosas fueron mejor con Miguel Indurain. Qué recuerdos de aquellos veranos de julio, con las vacaciones recién estrenadas y todas las asignaturas superadas con buena nota y sin ninguna materia pendiente para septiembre... Y Miguelón apalizando a sus contrincantes pedalada a pedalada... Bueno. Por fin buenas noticias para mí. Pero el Tour no sería aquel verano el principal acontecimiento deportivo. ¡Ni mucho menos! Por fin estaba a punto de dar comienzo el evento marcado en rojo en la agenda deportiva del país... Barcelona '92.

Juegos Olímpicos

Fue el sábado 25 de julio de 1992. El gran día. Tanto se había hablado de los Juegos Olímpicos de Barcelona durante años que para mí la expectación fue brutal. Seguí la ceremonia de apertura por la segunda cadena de TVE y por Antena 3 Radio. Me resulta curioso rememorar la atención que le prestaba antiguamente a la radio a la hora de recibir información. Sin duda una influencia de mi padre. Crecí viéndole siempre pegado a la radio. Recuerdo de aquella retransmisión radiofónica la presencia del periodista Christian García, que narró la ceremonia desfilando entre los propios periodistas para descomunal sorpresa de sus propios compañeros de estudio. 

A través de la pantalla los espectadores asistimos al espectáculo de La Fura dels Baus, a las actuaciones de Montserrat Caballé, Plácido Domingo, Carreras... Pero, sin duda, el gran momento de aquella noche llegó después de que el Rey declarar inaugurados los Juegos Olímpicos. Sí, me refiere al encendido del pebetero. El baloncestista Epi, último relevista, ofreció el fuego al arquero paralímpico Antonio Rebollo, que prendió una flecha y se colocó en posición de disparo. La verdad es que ver aquello en directo, al igual que hacíamos millones de personas, fue impresionante. Esos segundos de espera, ver la flecha surcando el cielo y finalmente las llamas brotando del pebetero... Impresionante. Impresionante.

Arrancaron unos Juegos Olímpicos inolvidables. Los seguí con un interés terrible. Todo tipo de pruebas, modalidades... Recuerdo a Carl Lewis volviendo a ganar el oro en Salto de Longitud. Y, cómo no, al mítico equipo de baloncesto de Estados Unidos. El Dream Team. Por primera vez podían participar jugadores de la NBA y los norteamericanos se presentaron en Barcelona con Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Bird, Charles Barkley, Karl Malone, Scottie Pippen, David Robinson, Pat Ewing, John Stockton, Chris Mullin, Clyde Drexler y Christian Laettner. Aquel equipo de ensueño dirigido por el difunto Chuck Daly fue una apisonadora. Ni siquiera el lituano  Sabonis, en semifinales, ni Drazen Petrovic, en la Final, pudieron frenarles. Era un Oro adjudicado antes de empezar.

Y hablando de oros, cómo olvidar los nuestros... ¡España se salió! Por una vez aprovechamos bien lo de 'jugar en casa' y firmamos como país nuestra mejor participación en unos juegos olímpicos. Alcanzamos el sexto puesto en el medallero con un total de 22 metales. 13 oros, 7 platas y 2 bronces. ¡Impresionante!

Las medallas empezaron a llegar bien pronto. No se me olvida el oro de José Manuel Moreno en ciclismo en pista. Fue el lunes 27 de julio, día en el que la vela, deporte que nos ha dado siempre muchas alegrías, nos dejó cuatro oros y una plata. En total, seis medallas en una sola jornada. Al día siguiente, Martín López Zubero, en natación, dejó un nuevo oro. 

Recuerdo especialmente la jornada del viernes 31 de julio. Mi padre ya tenía vacaciones y aquel mismo día nos marchamos al pueblo. Con la tarde ya avanzada y en pleno viaje, en el coche, llegó la noticia a través de la radio (cómo no) del oro de Daniel Plaza en 20 kilómetros marcha. Y aquella misma noche, ya en casa de mi abuela, presenciamos en directo otro oro, el de Miriam Blasco en Judo. También en Judo, al día siguiente, cayó otro oro, el de Almudena Muñoz

Los días sucesivos seguí pegado al televisor. Matías Prats y Olga Viza nos ponían al corriente de todo lo que sucedía a través de TVE. Hubo más medallas. Oro en tiro con arco masculino, hockey sobre hierba femenino, un bronce para Arantxa Sánchez Vicario y otro para Javier García Chico en salto con pértiga...

Pero la traca final llegó el sábado 8 de agosto... Aquel día tuvimos visita en casa, puesto que un compañero de trabajo de uno de mis tíos vino con su familia a comer. Se montó una buena parrillada. Un día inolvidable, la verdad... Y por la tarde volví a pegarme al televisor y empezaron a caer más medallas para nuestros deportistas. Cuatro platas para Faustino Reyes en boxeo, Carolina Pascual en gimnasia rítmica, Jordi Arrese en tenis individual masculino y Arantxa y Conchita Martínez en dobles femenino. Y dos oros legendarios. El de fútbol, del que ya escribiré mañana más en profundidad, y el del atleta soriano Fermín Cacho en la prueba de 1.500. Creo que son las dos medallas más recordadas de aquellos juegos.

Al día siguiente, última jornada de los juegos, llegaron las dos últimas medallas, dos platas para el equipo de waterpolo masculino y para Antonio Peñalver en decatlón. En total, 22 medallas al cierre de unos juegos en los que el deporte español brilló como nunca. La preparación de nuestros deportistas mereció la pena.

Clausura

Una cosa que me chocó mucho de Barcelona '92 fue que todo terminó muy rápido. Las dos semanas que duraron los juegos olímpicos se pasaron en un volado. ¡Tantos años hablando de Barcelona '92 y resulta que todo transcurrió en un santiamén! Se me hicieron muy, muy cortos. Hacía nada que habíamos visto a Antonio Rebollo encendiendo el pebetero y resulta que ya estábamos apagándolo. Sinceramente, me dio mucha pena. 

La ceremonia de apertura fue espectacular, pero lo de la de clausura fue tremendo también... Aquella actuación de Tricicle, el Amigos para Siempre, los fuegos artificiales, Los Manolos, los atletas bailando en el estadio olímpico... ¡Y la despedida de Cobi! Qué emotivas imágenes aquellas de la mascota abandonando el estadio y surcando los cielos en un barco hinchable...

Le acabé cogiendo mucho cariño a Cobi, la mascota de los juegos. Y eso que yo había sido de los detractores... Cuando fue presentada al público, en el año 1988, muchos no recibieron de buen grado el diseño de Javier Mariscal. Bueno... No recibimos. Me incluyo. Y eso que yo era un crío y supuestamente los chavales deberíamos haber sido los primeros en recibir con los brazos abiertos a la simpática mascota. Pero no... Es que era... Muy raro. Cobi era un perro muy raro. Un tanto amorfo. Y parecía dibujado por un niño de seis años. Parecía un poco cutre... Como Los Aurones. Sí, que veías las marionetas, te entretenías... Pero los muñecos te parecían un poco cutres, con perdón. Tampoco es que Curro, la mascota de la Expo de Sevilla, fuese para tirar cohetes... Muchos teníamos la sensación de que ni Cobi ni Curro fuesen las mejores mascotas para nuestros principales eventos del año 1992. Además, uno se acordaba de Naranjito y... Es que no había color. Naranjito sí que parecía una mascota chula, no había comparación...

En cualquier caso, Cobi se convirtió en un personaje más de la actualidad española de finales de los ochenta y principios de los noventa. Se comercializó todo tipo de imágenes, juguetes y figuras con su imagen... Cromos, barajas, pegatinas... Y a fuerza de verle y de verle, pues resulta que mi percepción fue cambiando y acabé aceptando a Cobi como mascota. Al final resultó que aquel perrito tan deportista me acabó cayendo bien. Muchos años después, y gracias a la mediación de un compañero de trabajo, conseguí que el mismísimo Javier Mariscal me dibujara un Cobi original. ¡Cobi jugando al fútbol, cómo no! Guardo este dibujo dedicado con muchísimo cariño.

Sí. Recuerdo el final de aquellos juegos olímpicos y me viene a la cabeza automáticamente la imagen de Cobi marchándose del estadio olímpico de Montjuic en aquel barco... Era el punto final de un evento deportivo histórico... "Los mejores juegos olímpicos de la historia", como dijo Juan Antonio Samaranch. Algo que recordaríamos en el futuro. Y, juro que es verdad, no sé por qué, aquella noche empecé a pensar cómo recordaría esos juegos 25 años después... No sé por qué. 25 años... ¿Cómo sería la vida 25 años después de los juegos olímpicos de Barcelona? Parecía una eternidad. Toda una vida... Pero la vida pasa y, aunque parezca mentira, esos 25 años han pasado. Ya estamos en 2017 y dentro de unos días se cumplirá un cuarto de siglo de la inauguración de Barcelona '92. Y aquí estoy, plasmando algunas pincelados de tantos recuerdos que tengo agolpados en la cabeza de aquellos días...

Siento mucha nostalgia cuando recuerdo los meses de julio y agosto de 1992. Por diversos motivos, aquel verano fue el último que vivimos juntos unos cuantos amigos de infancia del barrio. Mudanzas, cambios de residencia, nuevos estudios... La vida es así. Pero echo la vista atrás y nos recuerdo a todos juntos en julio del 92. Recuerdo que al día siguiente de la ceremonia de inauguración todos estábamos hablando de aquel espectacular encendido de la llama olímpica. Allí estábamos todos juntos. Hablando, riendo, jugando en la calle, dándole patadas a un balón... Aquello fue el verano de 1992. Un verano inolvidable marcado por los Juegos Olímpicos de Barcelona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario