lunes, 15 de mayo de 2017

LA VOLEA DE ZIDANE CUMPLE QUINCE AÑOS

El 15 de mayo de 2002 el Real Madrid consiguió La Novena Copa de Europa

Es increíble cómo pasa el tiempo de rápido. Qué fresco lo tengo todo en la memoria. Parece que fue hace unos pocos años... Y sin embargo hoy se cumplen quince. Tal día como hoy, 15 de mayo, del año 2002 el Real Madrid consiguió La Novena. Hoy se cumplen quince años de aquel inolvidable gol de Zinedine Zidane. Posiblemente el más bonito que yo haya contemplado por la belleza de su ejecución y por lo que significó. Un gol que suponía una nueva Copa de Europa para el Club.

Los madridistas tuvieron que esperar 32 años para ver a su equipo ganar su Séptima Copa de Europa. Pero tras La Séptima llegó La Octava y tras La Octava llegó La Novena. Fue algo increíble. En un periodo de cinco temporadas conseguimos tres Champions League. Fue un periodo inolvidable de máxima alegría en las competiciones europeas que nos llevó de nuevo a la élite futbolística continental.

El camino hacia La Novena arrancó un día de infausto recuerdo a nivel mundial. El 11 de septiembre de 2001, pocas horas después del derrumbe tras los atentados del World Trade Center, el Real Madrid jugó en el Olímpico de Roma un encuentro que estuvo a punto de suspenderse por lo que estaba sucediendo en Nueva York. Finalmente, el partido se jugó y el equipo blanco se impuso al AS Roma por 1-2 con goles de Figo y Guti. Fue el primer encuentro de aquella liguilla previa en la que también nos enfrentamos al Locomotiv de Moscú y al Anderlecht belga. El Madrid accedió a la liguilla de la segunda fase, en la que los rivales fueron el Sparta de Praga, Panathinaikos y Oporto

En Cuartos de Final nos encontramos, una vez más, con el Bayern de Múnich. Dos años antes habíamos eliminado a los alemanes con los goles de Anelka en las semifinales camino de La Octava y un año atrás habían sido los teutones los que nos habían eliminado a nosotros en semifinales. Esta vez, el cruce con los bávaros era en Cuartos. En la ida nos pusimos por delante 0-1 con un tempranero gol de Geremi. Sin embargo, los anfitriones remontaron el marcador en las postrimerías con dos tantos de Effenberg y Pizarro en los minutos 82 y 88. Tocaba remontar en la vuelta. Otra gran noche europea para el equipo que dirigía Vicente Del Bosque. Y triunfo del Real Madrid 2-0 con goles de Iván Helguera y Guti. No se me olvidará en la vida los nervios que pasé en aquel partido. Sobre todo en la recta final...

Estábamos en Semifinales. Y el rival no podía ser más morboso. El Fútbol Club Barcelona. Aquello no podía ser bueno para mis nervios. Sin embargo, el encuentro de ida nos dejó un triunfo en el Nou Camp que no podré olvidar nunca. 0-2 con goles de Zinedine Zidane y Steve McManaman. Recuerdo con muchísimo cariño aquel tanto de Zizou elevando la pelota por encima de Bonano. Pero, sobre todo, no olvidaré nunca el segundo, el 0-2 de McManaman y mi celebración, de rodillas en el salón y levantando los brazos como si yo mismo hubiera sido el autor del gol. Un gol que llegó en el descuento y que suponía una magnífica ventaja de cara a la vuelta. Un tanto que merecía ser celebrado por todo lo alto. La vuelta, en Madrid, concluyó con empate 1-1. Nos adelantamos con aquel golazo de Raúl por toda la escuadra a poco del descanso. En el segundo periodo los azulgranas igualaron el marcador con un gol en propia puerta de Helguera. Pero el global era favorable a nosotros 3-1. ¡Estábamos en la Final!

En su primera campaña como jugador blanco Zinedine Zidane había sido decisivo en semifinales con su gol en Barcelona. Pero lo iba a ser mucho más en el encuentro más decisivo de la competición... 

La Final 

El partido se disputó, tal y como venimos recordando, el 15 de mayo de 2002 en Glasgow. Allí, en el Estadio Hampden Park, el Real Madrid había conseguido adjudicarse su quinta Copa de Europa. Fue en 1960, frente al Eintracht Frankfurt, al que se doblegó 7-3 en una histórica final que se considera la mejor de toda la historia de la competición. Cuarenta y dos años después sería otro equipo alemán el que se mediría contra nosotros por el gran cetro continental. El Bayern Leverkusen. Si en 1960 fueron Di Stéfano y Puskas los grandes protagonistas con sus goles y sus actuaciones individuales, en 2002 iba a ser Zinedine Zidane el que se llevara todos los focos...

Aquel año 2002 había Mundial y las competiciones concluyeron semanas antes de lo que suele ser habitual. Unos días antes de disputarse la Final de la Copa de Europa había terminado la Liga. El Real Madrid concluyó en tercera posición de la tabla por detrás de Valencia y Deportivo y por delante del Barcelona, cuarto. En la Copa del Rey habíamos caído en la Final disputada en el Santiago Bernabéu frente al Deportivo. Habíamos ganado la Supercopa de España a comienzos de aquella temporada 2001-02. Pero el Real Madrid tenía la gran oportunidad de hacer algo grande... La Champions League era el regalo más deseado para celebrar el Centenario del Club

El partido

Vicente Del Bosque dispuso el siguiente once titular aquel miércoles 15 de mayo de 2002. César, Michel Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos, Makelele, Figo, Solari, Zidane, Raúl y Morientes. Por delante noventa minutos para alcanzar la gloria... Había que ganar y el Real Madrid se puso manos a la obra. Nos adelantamos 1-0 bien pronto. A los ocho minutos...

Fue en un saque de banda de Roberto Carlos. No se suele recordar mucho el detalle, pero el brasileño hizo gala de una fuerza descomunal en sus brazos a la hora de poner el juego el balón. Estaba casi en el centro del campo y la pelota hizo una impresionante parábola para botar muy cerca del pico izquierdo del área rival y entrar en las inmediaciones de la portería alemana. Raúl, muy atento a la jugada, se había metido corriendo para conectar con el balón. Raúl golpeó con la zurda para cruzar el esférico. No iba muy fuerte, pero Butt no acertó a detener el cuero y la pelota entró rasa a gol. El Real Madrid se ponía por delante.

La alegría no duró mucho. El Leverkusen empató el partido justo antes de alcanzarse el primer cuarto de hora de partido. Lo hizo a balón parado. Los germanos botaron una falta desde la izquierda y Lucio se anticipó a Hierro para rematar de cabeza y superar casi a bocajarro, por alto, a César.

Con el 1-1 los dos equipos siguieron trabajando para desnivelar el marcador. Y fue el Real Madrid el que lo consiguió gracias a un gol que ya es absolutamente legendario... Sí. Antes de alcanzarse el descanso asistimos a uno de los momentos más bellos de la Historia de la Copa de Europa. Una genialidad propia de un genio. Desde mi modesto punto de vista, lo más bonito que he visto sobre un campo de fútbol...

La volea 

Era el minuto 45. Santiago Solari controló un balón por banda izquierda mientras Roberto Carlos, como siempre, ya corría por la banda como una locomotora. El balón, que iba por alto, botó tomando cierta altura, puesto que el argentino lo había lanzado con fuerza. Roberto Carlos, acosado por un defensa del Leverkusen, metió la puntera para centrar. Lo hizo por arriba, con un enorme globo. El balón cogió altura y cayó del cielo. Prácticamente en la línea que delimitaba el área, aguardaba el receptor, Zinedine Zidane. El francés no dejó botar el balón. Empaló el balón de primeras... Y le salió la volea perfecta. La volea PERFECTA. A la misma escuadra. Golazo. ¡Menudo golazo!

No me lo podía creer. Increíble. Absolutamente increíble. En la retransmisión de la televisión, en las radios... Cualquier exclamación se quedaba corta para describir lo que acabábamos de contemplar. "Viva la madre que te parió, Zidane".

Un gol de los llamados 'psicológicos'. Justo antes del descanso. Zidane firmó una maravilla para ponernos por delante en el marcador y colocar al Real Madrid en disposición de llevar a sus vitrinas una nueva Copa de Europa.

Pero quedaba la segunda parte y la cosa no iba a resultar sencilla. Todo lo contrario. En el minuto 66 el guardameta titular, César, se torció el pie al caer en una salida. No pudo seguir y tuvo que dejar su puesto a Iker Casillas. El canterano terminó siendo el otro 'héroe' de la noche con sus intervenciones. Especialmente en los últimos compases del partido. Lógicamente, al Leverkusen no le quedó más remedio que quemar las naves y se lanzó a la desesperada en busca de un gol para igualar el marcador. Fueron minutos de nervios y agobio. Los alemanes apretaron y Casillas salvó bajo palos lo que le echaron. Sobre todo dos balones a bocajarro que el portero rechazó. Ahí también se ganó la Champions League...

Con el pitido final, la euforia. Otra vez éramos Campeones de Europa. Y por Novena vez. El Real Madrid hizo Historia una vez más. Y uno de sus jugadores también. Aquella Novena Copa de Europa estará por siempre ligada a un jugador y un gol. Zinedine Zidane y su volea.

Quince años después me sigue fascinando aquel gol. No sé cuántas veces lo habré visto ya. Cuando pienso en la Champions League lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de Zidane empalando a gol en Glasgow. No lo puedo evitar. Por muchos años que pasen, ese gol no lo olvidaré nunca. Siento un orgullo enorme cada vez que lo veo. Me siento feliz y orgulloso de que Zinedine Zidane marcase ese gol en una Final de la Champions League con la camiseta del Real Madrid.

REAL MADRID: César (Casillas, 67'), Michel Salgado, Hierro, Helguera, Roberto Carlos, Makelele (Flavio, 73'), Figo (McManaman, 61'), Solari, Zidane, Raúl y Morientes.

BAYERN 04 LEVERKUSEN: Butt, Sebescen (Kirsten, 65'), Zivkovic, Lucio (Babic, 90'), Placente, Schneider, Ramelow, Ballack, Basturk, Brdaric (Berbatov, 38') y Neuville.

GOLES:
1-0 min. 8 Raúl
1-1 min. 14 Lucio
2-1 min. 45 Zidane

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