El partido del 5-0 al Barcelona fue la actuación más destacada del chileno Iván Zamorano con la camiseta del Real Madrid. El delantero militó cuatro campañas en el Santiago Bernabéu dejando muchos goles para el recuerdo y siendo uno de los referentes del equipo durante el primer lustro de la década de los noventa.
Iván Luis Zamorano Zamora nació el 18 de enero de 1967 en Colonia de Maipú, Chile. Su trayectoria futbolística se inició en el Cobresal chileno antes de dar el salto a Europa en el año 1988. Fue fichado por el Bologna italiano, pero el conjunto transalpino lo cedió al FC St. Gallen suizo, que fue el equipo en el que realmente militó durante las campañas 1988-89 y 1989-90 antes de recalar en el fútbol español.
El Sevilla fichó al chileno en la temporada 1990-91. Dirigía al equipo hispalense, por aquel entonces, Vicente Cantatore. El técnico había nacido en Argentina pero contaba con la nacionalidad chilena. Zamorano demostró en el Ramón Sánchez-Pizjuán ser un buen delantero y durante la recta final de su segunda campaña con los andaluces empezó a sonar con fuerza su nombre como posible refuerzo para el Real Madrid.
Aún recuerdo un reportaje emitido en el programa El Día Después en 1992 en el que se destacaba su capacidad de salto y sus certeros remates de cabeza para comparar al jugador con un helicóptero de combate.
También fue en el programa de Canal Plus donde el propio Zamorano explicó el origen de su apodo Bam Bam. El chileno, que acudió al plató de televisión para estar junto a los presentadores Nacho Lewin y Michael Robinson, detalló que Bam Bam hacía referencia a uno de los personajes de la serie de dibujos animados Los Picapiedra (Bam Bam era el hijo de Pablo Mármol). Recuerdo que Lewin insistía en que también tendría ese apodo por su condición de cañonero frente a las porterías. Zamorano asintió sin mucha fe, supongo que por no llevarle la contraria o dejar en mal lugar a Lewin.
El Real Madrid
El caso es que Iván 'Bam Bam' Zamorano realmente era un buen ariete. Y en el verano de 1992, efectivamente, el Real Madrid se hizo con sus servicios como recambio del mexicano Hugo Sánchez, del que heredó el dorsal con el número nueve. El Madrid fichó del Sevilla al delantero y al defensa Nando, que había militado las anteriores dos campañas en el Fútbol Club Barcelona cedido por el conjunto andaluz. Eran los dos refuerzos de un equipo que sería entrenado por Benito Floro y que debía reponerse del varapalo sufrido en Tenerife en la última jornada de la Liga 1991-92.
Durante la pretemporada de aquel verano olímpico de 1992, Iván Zamorano empezó a demostrar en los encuentros amistosos que el Real Madrid parecía haber acertado con el fichaje del delantero, que contaba con 25 años. Zamorano, junto al brasileño Ricardo Rocha y el croata Robert Prosinecki, que se había pasado la anterior campaña casi en blanco por culpa de las lesiones, formarían el trío de jugadores extranjeros de aquel Madrid 92-93. Habían causado baja Hugo Sánchez y el rumano Hagi, algo que a mí me dolió especialmente y que, como ya expliqué en su día aquí en 'Historias del Real Madrid', no llegué a entender.
En competición oficial, una vez iniciada la Liga 1992-93, Iván Zamorano confirmó las expectativas y demostró que no le pesó la etiqueta de sustituto de Hugo Sánchez. Se estrenó como goleador, de forma oficial, en la segunda jornada liguera, en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se impuso 3-0 al Burgos, que como anécdota cabe destacar que se presentó en el campo madridista como primer clasificado tras haber doblegado en la primera jornada a la Real Sociedad por 4-0, no se me olvida. Fernando Hierro anotó el 1-0 frente a los burgaleses y los otros dos goles llevaron la firma de Iván Zamorano. Sus dos primeros goles oficiales con la camiseta del Real Madrid.
Desde la banda derecha Michel y desde la izquierda Martín Vázquez, que regresó al Real Madrid con la Liga ya empezada, surtieron muchos balones a Zamorano y el ariete respondió con goles. En su primera campaña como jugador madridista Zamorano fue muy regular frente al marco contrario y peleó hasta el final con el brasileño Bebeto por el Pichichi.
Zamorano jugó en su primera temporada en el Madrid un total de 45 encuentros oficiales y marcó 37 goles. De ellos, 26 fueron en Liga, 6 en Copa del Rey y 5 en Copa de la UEFA.
Aún recuerdo con cariño la celebración de sus goles. El delantero corría mientras se sacaba la camiseta del pantalón y la estiraba con fuerza con ambos puños. Así festejó muchos de sus tantos, como el gol con el que se abrió el triunfo frente al Barcelona por 2-1 el sábado 30 de enero de 1993... O el día que remató un centro forzado por Villarroya en Valencia para anotar el gol del triunfo del Madrid cuando el encuentro agonizaba... O el día que firmó su primer hat trick de blanco frente al Sevilla de Maradona...
Sí. Fue una bonita temporada la 1992-93. ¡Además, ganamos la Copa del Rey! Y eso que Zamorano no pudo estar presente en la Final de Valencia frente al Zaragoza. Aquel día le sustituyeron entre Alfonso y Juan Eduardo Esnaider, que empezó la campaña en el filial blanco pero concluyó el ejercicio en la primera plantilla.
Caída y auge
La primera temporada de Zamorano en el Madrid fue satisfactoria. La segunda, no lo fue tanto. Salvo por el título de la Supercopa de España conquistada frente al Barcelona, la campaña 1993-94 fue un suplicio. Y Zamorano se vio afectado por el bajo rendimiento del equipo al atravesar una dolorosa sequía de goles que le hizo perder mucho del crédito que había ganado. Diecisiete jornadas de Liga pasó el chileno sin marcar hasta que, por fin, en Sevilla, anotó su noveno gol liguero de la campaña. No se me olvidará nunca la alegría que me llevé al escuchar por la radio el tanto de Iván Zamorano con el que los madridistas certificaban el triunfo 0-1 en el Sánchez-Pizjuán.
La prensa, tan dura como siempre, había sido muy cruel con el nueve blanco. Muchos perdieron la fe en el chileno. Se le dio por acabado y ya antes de concluir la temporada 1993-94 se le estaba buscando recambio.
Lo que sucedió en el verano de 1994 ya lo he contado muchas veces aquí en 'Historias del Real Madrid'. El nuevo técnico del equipo, Jorge Valdano, no contaba con Zamorano. Pero el chileno se empeñó en seguir en el club, con el que tenía contrato en vigor, y acabó dando la vuelta a la situación. Iván Zamorano resurgió de las cenizas como Ave Fénix y terminó siendo pieza fundamental del Real Madrid que se proclamó Campeón de Liga en la temporada 1994-95.
Zamorano, estrella con sus tres goles en el 5-0 al Barcelona del que se acaban de cumplir veinte años, terminó el campeonato 94-95 siendo Pichichi de la Liga con 28 goles. De nuevo, los focos, los flashes y los micrófonos volvían a dirigirse al jugador sudamericano. "He pasado de paquete a Dios", comentó en una entrevista publicada por la revista Don Balón.
Adiós al Madrid
La temporada 1995-96 fue la última de Iván Zamorano en el Real Madrid. Si la temporada 1993-94 había sido un calvario, la 1995-96... fue calvario y medio. Aquella sí que fue una mala temporada. La verdad es que, salvo en el caso de Raúl, todo el equipo bajó de nivel de manera inexplicable.
A finales de agosto, en la Supercopa frente al Deportivo, quedó bien claro que aquella temporada no iba a tener nada que ver con la anterior. Problemas dentro del campo, cambios en el banquillo con el cese de Jorge Valdano, problemas institucionales que desembocaron en la dimisión de Ramón Mendoza como presidente en noviembre de 1995, derrotas... El Real Madrid no ganó ningún título y quedó fuera de las competiciones europeas por segunda vez en su historia.
Fue algo curioso. Las cuatro campañas de Iván Zamorano en el Real Madrid fueron, a nivel colectivo y a nivel individual, una buena, una mala, una buena y una mala.
El chileno concluyó aquella temporada 1995-96 con 16 goles en 38 partidos. Había sido más regular de cara a la portería que en la 1993-94, aunque curiosamente firmó un gol menos que entonces. Con menos partidos disputados, eso sí.
Con 29 años, creo que Iván Zamorano hubiese tenido sitio en el nuevo Real Madrid que Lorenzo Sanz estaba diseñando para la temporada 1996-97. Pero se barajaban nuevos nombres para incrementar el nivel de una plantilla que, hay que reconocerlo, quizás se había quedado corta de calidad. Entre los jugadores de los que se hablaba como futuribles para el Real Madrid, había dos extranjeros de peso que reforzarían una delantera en la que Raúl iba a seguir siendo fijo. Suker y Mijatovic completarían un tridente con el que Zamorano veía cerrada su carrera en el Santiago Bernabéu.
Etapa en Italia
En el verano de 1996, el ya ex madridista recaló en el Calcio para jugar en las filas del Inter de Milan. Con los Nerazzurri ganó la Copa de la UEFA en la temporada 1997-98 en una Final frente al Lazio en la que Iván firmó uno de los tres goles de su equipo.
Aporto una curiosa anécdota de la carrera de Zamorano desde nuestro punto de vista como madridistas. Si en el Sevilla 91-92 había compartido vestuario con el croata Davor Suker, que años después jugaría en el Real Madrid, en el Inter de Milan coincidió con el brasileño Ronaldo, que años después también acabaría convirtiéndose en ariete del Real Madrid.
Precisamente la presencia de Ronaldo Nazário de Lima en el Inter, que jugaba con el 9 a la espalda, dio paso a otra curiosidad. La implantación de los dorsales personalizados hizo que Iván Zamorano acabara luciendo el número 18. Pero él incluía en el dorsal el símbolo + entre los números 1 y 8. La suma de 1 + 8 es igual a 9, el dorsal que siempre había lucido como delantero centro.
En el Inter de Milan disputó cuatro campañas completas. Inició la quinta en la temporada 2000-01, pero sólo disputó cuatro encuentros oficiales y concluyó el ejercicio jugando para el América mexicano. En México permaneció tres temporadas y en el año 2003 regresó a su país para competir con el Colo-Colo. Aquel fue su último equipo profesional.
Sus números
Con 35 años, Iván Luis Zamorano colgó las botas. Atrás quedaron más de dos décadas perforando las porterías rivales. A nivel de clubes jugó 610 partidos oficiales y marcó 293 goles. Fue internacional absoluto con Chile en 69 ocasiones anotando 34 goles. Jugó el Mundial de Francia en el año 1998 y fue Medalla de Bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. Estuvo presente en la Copa América durante las ediciones de 1987, 1991, 1993 y 1999.
Con el Real Madrid disputó un total de 173 partidos oficiales y anotó 101 goles con la camiseta merengue. Ganó una Liga (1994-95), una Copa del Rey (1992-93) y una Supercopa (1993-94), además de ser Pichichi como máximo realizador de la Liga 94-95. Anotó en todas las competiciones que disputó con el Real Madrid. De sus 101 goles, 77 los marcó en Liga, 8 en Copa, 8 en Copa de la UEFA, 4 en Champions League, 2 en la Recopa y 2 en la Supercopa de España.
Estoy seguro de que todos los madridistas que fuimos adolescentes a mediados de los años noventa recordamos con cariño a Iván Zamorano. Además de los muchos goles que hizo y de sus potentes remates de cabeza, el chileno destacó sobre todo por la enorme garra que imprimía a su juego.
Quizás no haya sido el delantero más técnico que hemos visto con el balón en los pies, pero las ganas que ponía sobre el terreno de juego, su esfuerzo y su tenacidad a la hora de sudar la camiseta blanca le sirvieron para escribir muchas páginas en la Historia del Real Madrid. Como aquel 7 de enero de 1995, cuando le hizo los tres goles al Barcelona. Grande Iván... 'Bam-bam, bam-bam, bam-bam Zamorano...".
No hay comentarios:
Publicar un comentario