El futbolista asturiano jugó cinco años con la camiseta del Real Madrid
Luis Enrique, actual entrenador del Celta de Vigo, volverá a pisar el Santiago Bernabéu. Un día fue su casa, aunque ahora él reniegue de su pasado madridista. Desde los medios de comunicación ya ha comenzado a removerse el morbo recordando sus enfrentamientos con jugadores del Madrid sobre el césped durante los partidos en los que se enfrentó a su ex equipo vistiendo la camiseta del Barcelona. Yo, la verdad, prefiero recordar en 'Historias del Real Madrid' su pasado como jugador blanco. Es lo que me interesa.
Luis Enrique Martínez jugó en el Real Madrid entre las temporadas 1991-92 y 1995-96. En aquellos cinco años el asturiano disputó 213 partidos oficiales y marcó 18 goles. Fue Campeón de Liga, de Copa y de Supercopa con el Real Madrid, además de ganar la medalla de oro de fútbol en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Fue Internacional con España en 62 ocasiones y disputó los Mundiales de 1994, 1998 y 2002 además de la Eurocopa de 1996.
Llegó al Santiago Bernabéu procedente del Sporting de Gijón, equipo con el que había debutado en la máxima categoría en la temporada 1989-90. En el equipo de su ciudad natal había destacado como delantero centro llamando la atención de los grandes. Finalmente fue el Real Madrid el que consiguió hacerse con sus servicios en el verano de 1991. El Club blanco le incorporaba con vistas a futuro. Se trataba de un delantero muy joven pero con experiencia contrastada y llegaba en una campaña en la que se empezaba a hablar de relevos generacionales en la delantera. Hugo Sánchez, cerca de los 33 años, afrontaba la que sería su última temporada en el equipo. Luis Enrique tendría que pelear para jugar en la delantera con otros jóvenes valores como Juan Eduardo Esnáider, al que se le había fichado meses antes pero acabaría jugando ese año en el Real Madrid B, o el canterano Alfonso, con el que llevaría una carrera paralela. Pese a llegar como delantero, en el Real Madrid tanto Antic primero como Beenhakker después retrasaron su posición sobre el campo y a partir del año siguiente, en la campaña 1992-93, Luis Enrique se consolidó como un auténtico comodín de lujo.
Era un jugador con una técnica más que notable. Pero sobre todo era un futbolista de mucha garra y de mucho derroche físico. Se vaciaba sobre el campo. Llegó como delantero pero la polivalencia fue su principal virtud en el Real Madrid. Jugó de todo menos de portero y, creo que, de central. ¿El resto de posiciones? Jugó en todas. Y siempre lo hizo bien. Delantero, mediapunta, centrocampista por la izquierda, interior derecho, lateral derecho y hasta lateral izquierdo. Precisamente el fuerte carácter del que hacía gala era una de sus señas de identidad y le ayudó mucho para sobreponerse a las adversidades y cumplir siempre que se le requería fuese en el puesto que fuese. A lo largo de su estancia en el Bernabéu contó casi siempre con la confianza de todos sus entrenadores. De ahí su elevada cifra de partidos jugados. En 1996 cambió la camiseta del Real Madrid por la del Barcelona, equipo con el que jugó hasta el día de su retirada, al finalizar la temporada 2003-04.
No hay comentarios:
Publicar un comentario