El ariete mexicano regresó al Real Madrid el 28 de diciembre de 1992
Era, ya no lo es tanto, una tradición en los medios de comunicación. El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, periódicos, radios y televisiones solían hacerse eco de alguna 'mentirijilla' para gastar una pequeña broma a su público. Se trataba de una práctica no muy bien aceptada por todos, especialmente si la inocentada provenía de un medio generalista o, digámos, serio. En el caso de los diarios deportivos, sin embargo, estas bromas eran bien recibidas y hasta esperadas por los lectores.
Sin ninguna duda, la que me quedó marcada en la cabeza en su momento fue la del diario Marca del 28 de diciembre de 1992, es decir, tal día como hoy de hace 21 años. El diario madrileño clamaba por la vuelta al Real Madrid del ariete mexicano Hugo Sánchez. Recuerdo que aquel lunes, de vacaciones ya, mi padre me comentó lo que publicaba Marca en su portada. Ambos estábamos de acuerdo en que se trataba de la clásica inocentada. Sin embargo, he de reconocer que tenía la pequeña esperanza de que la noticia fuese cierta. Como el dinero de la paga ya me daba para permitirme pequeños caprichos, acudí al kiosco para comprar el periódico. El ejemplar lo he conservado en mi archivo hasta el día de hoy, en el que he decidido recuperarlo para sacar las dos fotografías que ilustran hoy 'Historias del Real Madrid'.
El Real Madrid de Benito Floro había tenido algún resultado adverso y eso, como ya se sabe, siempre es sinónimo de crisis y augurios apocalípticos por parte de la prensa. Por lo visto, Iván Zamorano, que luchó por el Pichichi hasta la última jornada de Liga y que anotó 26 goles, no bastaba para cumplir con las labores de ataque del equipo. ¿Cual era la solución? Pues según Marca, aquel día, recuperar a Hugo Sánchez. ¡Vuelve Hugo! titulaba el periódico. El delantero mexicano había abandonado la disciplina blanca al término de la campaña 1991-92. Hugo, que militó aquella temporada en el América de México, tenía 34 años. El delantero centro se había complementado a la perfección con la Quinta del Buitre y tenía tan frescos los recuerdos de sus actuaciones, temporadas atrás, que me hubiera gustado mucho su vuelta. Por unas horas, y aún sabiendo que se trataba de una broma propia del día de los Santos Inocentes, estuve ilusionado con la posibilidad de que Hugo volviese al Madrid. Pero no era más que eso, una inocentada.
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