viernes, 20 de abril de 2018

LA NOCHE NEGRA DE EINDHOVEN

El Real Madrid se quedó a las puertas de la Final de la Copa de Europa 1987-88 tras empatar 0-0 en el campo del PSV

El miércoles 20 de abril de 1988 quedó para los anales de la Historia del Real Madrid como un día de infausto recuerdo. Un día realmente triste. El sueño de la Copa de Europa se evaporaba una vez más. Después de haber completado una magnífica campaña europea y de haber dejado a los equipos más fuertes en la cuneta el Real Madrid quedaba apeado de la competición a las puertas de la Final. El PSV fue quien se quedó el billete para jugarla y en Stuttgart se proclamaría Campeón al doblegar al Benfica en la tanda de penaltis. Los neerlandeses se hicieron con la Copa de Europa sin ganar ni un solo partido desde cuartos de final. Cinco empates consecutivos, incluyendo la Final que acabó con 0-0 y se resolvió desde los once metros al fallar Antonio Veloso ya en la muerte súbita. 

El 1-1 del partido de ida había despertado cierta inquietud entre los madridistas. Y había motivos. El gol de Linskens, aquel gol de Linskens que supuso el empate a uno en el Santiago Bernabéu terminó siendo decisivo y decantó la balanza en favor del equipo de la Philips

El choque arrancó con los anfitriones sacando de centro de campo y la primera jugada concluyó con un pase atrás al portero, que se tomó todo el tiempo del mundo en volver a sacar. El PSV estaba por delante en la eliminatoria y no tendría ninguna prisa. La presión era para el Real Madrid, que era quien tenía que marcar al menos un gol. Un gol...El primer tiro a puerta fue para el Real Madrid en las botas de Martín Vázquez, pero la pelota se marchó alta. El Madrid empezó bien y en muy poco tiempo se hizo con las riendas del control del juego. El PSV esperaba atrás. Aquel día Jankovic estuvo un poco espeso y le costó asentarse en el terreno de juego. Pero, en cualquier caso, el Madrid era quien tenía la posesión. Faltaba llegar con más claridad al área ante una defensa local bien posicionada y con muchos efectivos.

A los diez minutos el equipo español tuvo una ocasión clarísima. Tendillo combinó en pared con Míchel y el defensa valenciano se internó por la derecha para enviar un centro al área para el Buitre. Butragueño recibió la pelota entre los dos centrales dentro del área, controló y terminó disparando a puerta casi a bocajarro... Pero enviándola por encima del larguero. ¡Qué ocasión! Increíble lo que falló Emilio. Hubiese cambiado todo. Todo. 

El Madrid siguió a la carga. Tardó un poco en tener su primer disparo con cierto peligro el equipo de Guus Hiddink. En el minuto 25 volvió a tener otra de mucho peligro el Real Madrid. Tras una buena triangulación entre Míchel, Gallego y Jankovic el yugoslavo desde la derecha envió un pase en profundidad para la carrera de Butragueño, que acosado por dos defensas y el portero consiguió hacerse con la pelota. Van Breukelen había salido del marco y la portería estaba vacía, pero el Buitre estaba escorado y prefirió enviar al centro del área. Gallego no llegó por los pelos y le quitaron el balón. A partir de la media hora la presencia del equipo blanco, aquel día de azul, en los alrededores del área local fue constante. Todo el PSV estaba metido atrás y el Madrid llegó a lanzar cinco saques de esquina consecutivos. Míchel desde la derecha y Gallego desde la izquierda colgaban los balones pero no había manera de marcar gol. 

En el minuto 42 una falta muy peligrosa sobre Hugo Sánchez cerca del borde del área supuso un nuevo intento de gol para los visitantes. Ejecutó el lanzamiento el mismo Hugo, pero la pelota chocó con la poblada barrera. La jugada concluyó con un disparo de Míchel que se marchó a la izquierda de la portería. Y al borde mismo del descanso tuvo otra más el Madrid. Espectacular jugadón de Míchel por la banda derecha que se marchó en carrera de tres rivales, incluyendo un túnel sobre uno de ellos, y cuando el cuarto se le echaba encima envió un balón al área que Hugo Sánchez no acertó a enviar a la red. El mexicano picó perfecto sobre la salida de Van Breukelen pero el esférico hizo un efecto rarísimo y no entró, se marchó fuera. Así terminó la primera parte. Una primera parte en la que fue clarísimamente mejor y en la que mereció el gol.

De cara al segundo tiempo al Madrid no le quedaba más remedio que jugársela. Con el tiempo en contra, además. Quedaban 45 minutos y seguía siendo necesario un gol. En los primeros compases de este segundo periodo el Madrid dispuso de una peligrosa contra que fue frenada con una clarísima falta sobre Butragueño que el colegiado no pitó. Y poco después el PSV tuvo su mejor ocasión del partido tras un saque de banda de Gerets que el danés Lerby aprovechó para soltar un tremendo chut desde fuera del área que acabó en el poste derecho de la portería de Buyo.

La ocasión de Lerby fue lo más peligroso que tuvo el PSV, aunque sí que es cierto que los anfitriones parecieron algo más enteros que en la primera mitad. Seguramente el verse cada vez más cerca del objetivo de acceder a la Final les hizo crecer en cuanto a confianza y seguridad. El Madrid se iba arriba y los de casa trataban de salir en alguna contra. En el minuto 61 los anfitriones tuvieron otra clara ocasión al quedarse Vanemburg solo delante de Buyo. Afortunadamente la echó fuera... La siguiente fue para el Madrid tras botar una falta Gordillo y enviar Míchel por encima del marco holandés. Beenhakker tenía que arriesgar y los cambios fueron claramente ofensivos. En el minuto 66 dio entrada a Paco Llorente por Tendillo y en el minuto 75 retiró a Martín Vázquez para meter a otro delantero, Carlos Santillana. Aquellos serían sus últimos minutos en Europa... El Madrid había vuelto a tomar la batuta, ejerciendo la presión, tratando de atacar y peleando todos los balones.

Un espectacular centro largo desde la derecha de Míchel fue cabeceado por Butragueño pero Van Breukelen evitó el gol. El guardameta del PSV sería muy decisivo en la recta final del partido. El empuje del Madrid fue tremendo durante los últimos diez minutos. Y a medida que las manecillas del reloj avanzaba todo se volvía más dramático. Una combinación entre Chendo, Míchel y Butragueño acabó con el balón a córner. Míchel se dio prisa en enviar al área, donde sus compañeros aguardaban ansiosos. Volvió a rozarse el gol... ¡Pero Vanemburg sacó bajo palos! 

El Madrid seguía atacando. Otro saque de esquina para los de Beenhakker. Sacó Míchel en corto para Llorente y éste le devolvió a Míchel que, ahora sí, envió un centro del área para que Hugo Sánchez ejecutase una espectacular chilena que Van Breukelen salvó cuando el gol estaba cantado. ¡Increíble! Qué golazo hubiera sido... Y lo que habría significado aquel tanto... Ahí estuvo otra vez el pase a la Final... Ahí estuvo. De hecho, es la gran jugada que se recuerda siempre de ese partido. La postrera chilena de Hugo y el fallo de Butragueño de la primera parte...

Los anfitriones trataron de perder tiempo en aquellos últimos compases. Vanemburg se llevó una amarilla por tirar a puerta una vez que le habían señalado un clarísimo fuera de juego. Llorente se internó por la izquierda, como en Oporto, y envió un centro... Pero no hubo rematador. Una falta a favor y un córner del PSV... Los neerlandeses no se daban ninguna prisa en sacar, claro... Minutos dramáticos para el equipo español. Se acababa... Y se acabó. Minuto 90. El colegiado suizo Bruno Galler no concedió ni un segundo de prolongación. Ni uno. En el minuto 90 pitó el final del partido ante el asombro de los madridistas, que protestaron, evidentemente...

Lo que es el fútbol... De nada sirvió eliminar al Nápoles de Maradona, al Oporto Campeón de Europa y al subcampeón Bayern de Múnich. El Real Madrid estaba eliminado. Las crónicas de la época y las biografías de los jugadores nos recuerdan que el vestuario estaba hundido al término del encuentro. Muchos se dieron cuenta de que no volverían a tener tan cerca la Copa de Europa. Ante los medios lamentaban las numerosas ocasiones desperdiciadas pero, sobre todo, lamentaban el desenlace del partido de ida en el Bernabéu, que fue lo que realmente había propiciado que el equipo blanco se quedara fuera.

No sólo fue una mala noche para futbolistas y cuerpo técnico. Muchos aficionados recuerdan este partido como su mayor frustración como madridistas. Y les comprendo. En mi caso no fue así puesto que, como muchas veces he contado, todavía no era consciente de lo importante que era la Copa de Europa para el Madrid. A mí, por aquella época, me interesaba mucho más la Liga y todavía me resultaban un tanto extraños aquellos partidos que se jugaban los días de colegio por la noche. Bendita inocencia... Años después comprendí lo trascendental que fue aquel tropiezo en Eindhoven y entendí los lamentos de aquellos aficionados que sufrieron tanto con aquel empate a cero y aquella eliminación. El 20 de abril de 1988 se escapó la gran oportunidad de la Quinta del Buitre para conseguir la Copa de Europa, aquella ansiada Séptima que tanto se le estaba haciendo de rogar al madridismo. Una Copa de Europa que, sin duda, merecieron jugadores como Míchel, Butragueño, Hugo Sánchez, Gordillo, Camacho, Santillana... Una magnífica generación que se quedó sin ese premio que tanto merecieron. Aquella Copa de Europa de la temporada 1987-88...

PSV EINDHOVEN: Van Breukelen, Gerets, Nielsen, Van der Kerkhof (Koot, 67'),
Heintze, Van Aerle, Lerby, Vanemburg, Linskens, Kieft y Gilhans (Arnessen, 75').

REAL MADRID: Buyo, Chendo, Tendillo (Llorente, 67'), Sanchís, Gordillo, Míchel, Jankovic, Gallego, Martín Vázquez (Santillana, 75'), Butragueño y Hugo Sánchez.

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