El guardameta defendió la camiseta del Real Madrid durante diez años
No puedo empezar esta entrada sin contar un recuerdo que tengo en la cabeza. Fue en un partido televisado del Real Madrid, pero no recuerdo ni el rival, ni el campo... Sé que fue a finales de los ochenta, eso seguro. El caso es que, no sé cómo, allí sobre el terreno de juego alguien soltó un conejo o una liebre... "¡Mira! ¿Y eso?", exclamé yo asombrado señalando a la pantalla con el dedo. Nadie conseguía frenar al veloz animal. Pero entonces, alguien se lanzó al suelo y lo detuvo. No sé por qué, cosas de críos, pero me impresionó mucho todo aquello y quería saber quién había sido el que había conseguido 'cazar' al lepórido. "Ha sido Agustín, el portero", me comentó mi padre. "¡Claro, como es portero!", le respondí entusiasmado con aquella peculiar 'hazaña' que acababa de contemplar.
Por aquella época, Agustín Rodríguez era suplente de Paco Buyo. El guardameta, no obstante, tenía ya una amplia carrera a sus espaldas con el equipo blanco. Le tocó vivir la dura competencia que siempre existe entre los porteros de un equipo de fútbol. Sólo juega uno y a los suplentes, generalmente, les toca esperar la llegada de oportunidades. Qué importante resulta siempre tener a un buen portero reserva en caso de necesidad. Y Agustín lo era. Fue un grandísimo guardameta.
Primeros pasos
Agustín Rodríguez Santiago nació en Marín, Pontevedra, el 10 de septiembre de 1959. Su infancia, sin embargo, transcurrió en Vigo, a donde se trasladó su familia por razones laborales. Allí, desde muy joven, Agustín empezó a destacar como portero. La cosa quizás le venía en los genes. Dos tíos suyos jugaron al fútbol, José Santiago Pereira y Carlos Santiago Pereira. Y los dos como porteros. Se da la curiosa circunstancia de que Carlos y su sobrino Agustín coincidieron en Primera División durante la década de los ochenta, uno como portero del Atlético de Madrid y el otro como portero del Real Madrid.
Agustín Rodríguez había llegado a la capital de España en el año 1974. En una biografía publicada por la revista As Color el guardameta recuerda cómo fue su encuentro con Miguel Malbo, jefe de la sección de fútbol del Real Madrid. "Después de conversar con Malbo y fijar la fecha para realizar la prueba, nos enviaron a una pensión cercana a la plaza del Callao. En el primer examen que hice, frente a un equipo amateur, encajé tres goles. Fue en un campo de tierra y acabé lleno de rozaduras. Después me pasaron a un campo de hierba y se liaron a dispararme balones desde el borde del área. Al día siguiente, de nuevo en liza. Se montó un partido, con dos equipos en los que también había aspirantes a ingresar en el Madrid, y, una vez finalizado, nos dijeron que podíamos regresar a Vigo, pero que fuera preparándome para, en febrero de 1975, incorporarme a la disciplina del Club. ¡Qué alegrón me llevé! No sólo por saber que entraba en el Madrid, sino porque pensé que pronto ganaría un dinerillo y podría ayudar a mis padres", recordaba Agustín sobre su llegada al Real Madrid.
En febrero de 1975 el portero ingresa en el Real Madrid para jugar con el Infantil A. En la temporada 1975-76 formó parte del Juvenil C y del Juvenil B. Con el Juvenil A fue Campeón de España y alcanzó la Internacionalidad de la categoría con la Selección española. En la temporada 1978-79 pasa a formar parte del Real Madrid Amateur, pero antes de concluir el año 78 pasa a jugar con el Castilla en Segunda División a las órdenes de Juan Santisteban. Debutó con la Selección Sub-21 y el 16 de diciembre de 1978 disputa su primer encuentro con el filial.
En la campaña 1979-80 sigue formando parte del Castilla. Aunque el equipo empieza la temporada con Santisteban, es Juan José García Santos el que lleva las riendas del equipo desde la cuarta jornada de la competición. Con el malogrado Juanjo, el equipo filial termina séptimo en Liga y alcanza una de las mayores gestas que se recuerdan en la Copa del Rey. El Castilla se plantó en la Final de la Copa del Rey después de eliminar a cuatro escuadras de Primera División: Hércules, Athletic Club de Bilbao, Real Sociedad y Sporting de Gijón. ¡Casi nada!
El Castilla 1979-80 disputó la Final en el mismísimo Santiago Bernabéu frente al Real Madrid. Ha sido la única vez en la que un equipo y su filial se han encontrado en una Final de Copa. El histórico encuentro se disputó el 4 de junio de 1980 y Agustín fue el portero titular del Castilla. El segundo equipo blanco formó aquel día con Agustín, Juanito, Herrero, Castañeda, Casimiro, Álvarez, Gallego, Bernal, Pineda, Cidón y Paco. El resultado fue de 6-1 favorable al primer equipo, pero al término del encuentro hubo intercambio de camisetas y los jugadores del Real Madrid y del Castilla celebraron juntos el título sobre el césped.
De aquel equipo tres jugadores dieron el salto al primer equipo de cara a la temporada 1980-81. Agustín, Gallego y Pineda pasaron a formar parte de la plantilla del Real Madrid. Ángel Pérez García, que también había jugado con el Castilla el año anterior, también pasó a ser jugador del Real Madrid, aunque ya la recta final de la temporada 1979-80 la había jugado con el primer equipo.
Agustín Rodríguez jugó con la Selección Olímpica, con la Selección española de aficionados y con la Sub-23. Cumplió sus obligaciones con el Servicio Militar y pasó a entrenar con el primer equipo. Su progresión era más que evidente. ¿Cuál era el siguiente paso? Lógicamente, el siguiente paso era el de jugar con el Real Madrid. Y la oportunidad le llegó antes de terminar la temporada 1980-81.
Debut en Primera
El sábado 4 de abril de 1981 el Real Madrid visitó el Helmántico para enfrentarse al Salamanca en partido de Liga. García Remón, el portero titular aquel día, sufrió una lesión fortuita sin haberse alcanzado el cuarto de hora de partido y Vujadin Boškov dio entrada al suplente Agustín, que disputó así sus primeros minutos oficiales con la camiseta del primer equipo. Ganó el Madrid 1-3 con tres goles de Juanito. Unos días después, Agustín jugaba su primer partido como titular con el Real Madrid, y lo hizo nada más y nada menos que en Copa de Europa frente al Inter de Milán en el Santiago Bernabéu.
Agustín no desaprovechó la oportunidad y pasó a ser el portero titular para lo que restaba de campaña. El equipo estuvo a punto de llevarse la Liga en aquel final de infarto con la Real Sociedad. En la última jornada el equipo blanco ganó en Valladolid 1-3 pero los donostiarras empataron en Gijón 2-2 en el último minuto y la Liga se escapó.
Tampoco hubo suerte en la Final de la Copa de Europa. El Madrid, que había eliminado al Inter con Agustín como titular en ambos duelos, jugó en París frente al Liverpool. Era la primera gran Final para el guardameta gallego. En el minuto 82, Alan Kennedy anotó el único gol de aquel encuentro en el que el conocido como Madrid de los García se quedó a las puertas de la gloria. La Séptima aún se haría de rogar unos cuantos años para el Real Madrid.
El joven Agustín dejó buenas sensaciones en su primera temporada en el Real Madrid. En la siguiente campaña, 1981-82, el portero siguió contando en el equipo. En su segunda campaña el canterano jugó un total de 26 partidos oficiales. Entre ellos estaban los de la Copa del Rey, competición en la que Agustín fue titular en los siete encuentros que disputó el equipo. Final incluida, por supuesto. Y Final que se adjudicó el Real Madrid en el célebre triunfo frente al Sporting de Gijón en el Nuevo Zorrilla de Valladolid. 2-1 ganó el equipo blanco con Agustín en la portería. El guardameta saboreaba así sobre el césped su primer triunfo con la camiseta del Real Madrid.
Trofeo Zamora
Con los antecedentes que había, no es de extrañar que Agustín Rodríguez se hiciese con el puesto de guardameta titular del Real Madrid en la temporada 1982-83. Lo consiguió además desde el mismo inicio de la temporada oficial y en todas las competiciones que afrontó el equipo. A nivel particular aquella fue su mejor temporada con la camiseta del Real Madrid. Los números lo corroboran. Alfredo Di Stéfano confió en el gallego, que jugó 46 partidos oficiales. García Remón jugó ocho y Miguel Ángel sólo actuó en cuatro encuentros de la Copa de la Liga y en uno de Copa del Rey. El resto, fue todo para Agustín, que pese a su juventud se mantuvo durante varios meses bajo los palos.
Pese a la titularidad, el cancerbero tuvo que afrontar ciertas críticas incluso desde las propias gradas del Bernabéu. "Ya afronto la realidad. Me duele que haya aficionados que sólo vean defectos en mí. También tengo mis virtudes. Yo sólo quiero y deseo lo mejor para el Madrid. ¡Ojalá nunca tuviera un fallo! ¡Ojalá nunca viera mi puerta batida! Los aficionados me merecen un gran respeto. Por eso les pido que tengan un poco de paciencia. Cada domingo, durante la semana en los entrenamientos, intento superarme al máximo", contaba Agustín en una entrevista publicada por el boletín oficial del Real Madrid en enero de 1983.
El joven portero ofrecía mucha sensatez en sus declaraciones, en las que dejaba patente que aún tenía margen de mejora. "Tengo veintitrés años. De los tres guardametas que tiene el Madrid en la actualidad soy el más joven. La experiencia la dan los años. Lo he dicho en más de una ocasión y lo tengo que volver a repetir: aún me queda bastante que aprender. Hace un año, o un par de ellos, cuando fallaba o recibía alguna crítica se resentía mi moral. Ahora, cada día que pasa, afronto más la realidad. Tengo que empezar a dar importancia al estar defendiendo la portería del Madrid. Cuando los técnicos me ponen será por algo. Y se lo digo con toda sinceridad: no me gusta defraudar a nadie", sentenciaba Agustín.
El equipo llegó lo más lejos que pudo. Llegó a todas las finales posibles. Pero las perdió todas. Fue el año de las cinco finales perdidas. Liga, Copa del Rey, Recopa de Europa, Copa de la Liga y Supercopa de España. El fútbol y el deporte también tienen este tipo de crueldades...
Agustín al menos tuvo el consuelo de ganar el Trofeo Zamora al portero menos goleado de la Liga. Sólo encajó 22 goles en 29 partidos cosechando un coeficiente de 0,75.
En la temporada 1983-84 siguió en el banquillo del conjunto blanco Alfredo Di Stéfano. Y la terna de porteros siguió siendo la misma. Agustín siguió disputándose el puesto con Miguel Ángel y García Remón. La participación del canterano en competición oficial se redujo a cinco partidos, tres de Liga, uno de Copa del Rey y otro de Copa de la UEFA. No hubo títulos aquella campaña.
La temporada 1984-85 tampoco fue muy satisfactoria para Agustín a nivel particular. Sólo jugó dos partidos oficiales en Liga. El 21 de noviembre de 1984 disputó su último partido de la temporada, un 1-0 frente al Osasuna en el Santiago Bernabéu. Una grave lesión le apartó del equipo y tendrían que pasar catorce meses hasta disputar su siguiente partido. "Después de haber estado arrastrando una lesión durante la pasada temporada, en la cual Miguel Ángel hizo una campaña excelente, estuve mentalizándome este verano para que la actual fuese mucho mejor. Me desaparecieron totalmente las molestias y he de decir que llegué al inicio de pretemporada con una gran fuerza. Lo que ocurrió es que en Cabeza de Manzaneda, durante los primeros entrenamientos, en un ejercicio sin la mayor trascendencia, empezaron otra vez las molestias. Seguí aguantando como pude, hasta que ya no pude continuar. Fue en el mes de diciembre. Hasta ese momento había actuado en dos encuentros", relataba Agustín a la revista del Club en julio de 1985.
El portero recordaba entonces los duros momentos que había tenido que padecer durante la recuperación. "Han sido unos momentos que sólo saben lo duro que son las personas que están a mi alrededor y que han ayudado en la recuperación. Es muy importante para nosotros en esos días el apoyo que recibes por los que te rodean, hay veces que te desanimas y pagas el enfado con quien te está ayudando. Por fortuna he tenido, además de mi familia, una serie de fisioterapeutas que han tenido la enorme paciencia de aguantar todo. Gracias a ellos y al trabajo que hemos desarrollado mañana y tarde he podido ponerme en perfectas condiciones de jugar; es lo que más merece la pena, volver a tratar de jugar y cuando esto venga, hacerlo lo mejor posible", puntualizaba el cancerbero.
1984-85 fue una dura temporada a nivel personal para Agustín. A nivel colectivo, eso sí, el Real Madrid volvió a saborear títulos de nuevo. Especialmente satisfactorio fue el triunfo en la Copa de la UEFA. "He vivido dos finales anteriormente y por desgracia no pudimos ganarlas, ahora debido a mi lesión no he podido estar presente, pero puedo decir que vivo el triunfo como el resto de la plantilla. Estuve al finalizar el partido con el resto de mis compañeros en el terreno de juego y cuando cogí el trofeo sentí como una sensación de bienestar que es muy difícil de explicar ahora. Me gustó mucho el detalle de los críos con los globos, pude hablar con ellos y estaban muy ilusionados por estar a nuestro lado en un momento tan importante. En esos instantes pensé en el futuro del Real Madrid, que considero está bastante bien amarrado", comentaba Agustín a la revista oficial del Club.
Temporada 1985-86
Con la Copa de la UEFA y la Copa de la Liga los títulos habían vuelto al Santiago Bernabéu superándose así unos años algo revueltos en lo deportivo. De cara a la nueva temporada 1985-86 el Real Madrid partía con el propósito de seguir cosechando éxitos. "La plantilla está muy mejorada y ello va a traer una mayor exigencia. En todas partes van a estar pendientes de si hemos sido capaces de conseguir una perfecta conjunción entre todos. Estoy convencido de que no vamos a defraudar a nadie y que los que han venido van a brindar grandes alegrías al seguidor madridista. Además, hay que contar con la experiencia que durante la anterior campaña han adquirido los más jóvenes y que será muy importante. Para mí lo único que pido es una mayor fortuna, no lesionarme y llegar, de esta forma, a alcanzar pronto una alta cota en mi juego. Yo pondré todo lo demás", apuntaba Agustín en la presentación del equipo.
El guardameta había superado sus problemas físicos derivados de la lesión que le había dejado más de un año en el dique seco. "Se habló de que tenía que dejar el fútbol. Pero yo estaba suficientemente mentalizado para no decaer moralmente", apuntó Agustín. Tanto él como Ochotorena se disputaron la portería en la pretemporada del verano de 1985. Miguel Ángel seguía lesionado de gravedad y antes de arrancar la temporada oficial el Club repescó a Mariano García Remón para que ocupara la plaza de tercer portero.
El que empezó a jugar de manera asidua una vez comenzadas las competiciones oficiales fue José Manuel Ochotorena. Luis Molowny confió en el canterano vasco que se mantuvo bajo los palos hasta que el 5 de enero de 1986, en Valencia, un encontronazo con un rival le provocó una fractura de tabique nasal. Agustín saltó al terreno de juego para sustituir a su compañero. A partir de entonces, el portero gallego encadenó nueve partidos seguidos jugando. "Jugar en el Real Madrid siempre es difícil por la calidad de todos. Al que coge el puesto no se le puede quitar si no es a causa de una lesión. Esto sucedió en Valencia, cuando por desgracia se tuvo que retirar Ochotorena. Cuando Luis Molowny me dijo que calentase, que iba a salir, piensas que ha sucedido lo que desgraciadamente tenía que suceder, la lesión de un compañero y la consiguiente oportunidad para que otro juegue. Salí, después de tanto tiempo, a confirmar lo que en los entrenamientos estaba haciendo. No da tiempo para pensar en otra cosa", recordaba Agustín sobre su vuelta a los terrenos de juego en una entrevista publicada en el número correspondiente a marzo de 1986 de la revista del Club.
"Creo que los partidos que he jugado los he realizado a satisfacción de todos. Me he notado más comprensivo conmigo mismo, incluso también se lo he apreciado al público y eso ayuda. Soy consciente de lo que tuve al alcance de la mano hace años, lo perdí, quizá por culpa propia y otras veces por circunstancias de otras personas, y ahora, después de haberlo aprendido, he ganado en experiencia, he visto mucho fútbol y todo ello es importante. Creo que soy más seguro debajo de los tres palos y no arriesgo tanto como lo hacía antes. En definitiva, pienso que he ganado mucho", analizaba Agustín en aquella entrevista sobre su vuelta a los terrenos de juego.
Agustín tenía palabras de elogio hacia su compañero de portería Ochotorena. "Creo que en un principio no se le valoró su labor dentro del equipo como era debido, quizá por ser proveniente del Castilla. Tal vez sea violento para algunos que guardametas como Ochotorena o Agustín, que proceden de la cantera, a una edad temprana estén en la titularidad del Real Madrid. Además, pienso que también ha influido el que parece que cara a los seleccionadores nacionales la portería de este equipo no cuente para nada. No sé los motivos, ya que siempre somos uno de los equipos menos goleados. Ochotorena estaba hasta su percance como el segundo portero menos goleado y esto, con un equipo muy ofensivo como es el Real Madrid, lo ha tenido muy poco en cuenta el público e incluso los periodistas. Su labor, en su primer año de titular, ha sido realmente magnífica", aseguraba el gallego.
En la recta final de campaña Ochotorena y él se repartieron algunos partidos. No obstante, aunque en el cómputo global de la campaña Ochotorena jugó más, se puede decir que Agustín terminó la temporada 1985-86 siendo el guardameta titular. De hecho, Agustín jugó los dos partidos de la Final de la Copa de la UEFA frente al Colonia y los dos partidos que el Madrid disputó en la Copa de la Liga.
"Ha sido una temporada inicialmente un poco difícil para los porteros, porque se nos produjo una tensión muy grande al decir que el equipo podía flojear en la portería. Esto nos dio más fuerza para afrontar la temporada y al final nos salió muy positiva. Los jugadores nuevos se acoplaron espléndidamente, no tuvieron grandes problemas físicos. La base de nuestro triunfo fue que sin descuidar la zona defensiva hemos realizado un fútbol de ataque. El Madrid ha conseguido que se le vuelva a temer en Europa", analizaba el cancerbero finalizada la temporada 1985-86.
Nueva competencia
Miguel Ángel y García Remón se retiraron acabada la temporada 1985-86. De cara a la 1986-87 el Real Madrid se hizo con los servicios de un nuevo portero, el Internacional Paco Buyo, procedente del Sevilla. La portería del Real Madrid, por tanto, contaba con Buyo, Agustín y Ochotorena como cancerberos. "Salimos con el listón muy alto, pero soy consciente de que podemos ponerlo aún más arriba. Por ello pido que esta temporada la plantilla tenga fortuna, porque no se puede ser campeón si ésta no te acompaña. Por lo que a mí me corresponde, intentaré estar siempre en las mejores condiciones para luchar por un puesto en la portería. Siempre hay competencia, y más en el Real Madrid", aseguraba Agustín el día de la presentación de la plantilla.
Desde luego, la competencia iba a ser muy dura. Sobre todo teniendo en cuenta el nivel del nuevo guardameta que acababa de contratar el Madrid. Durante la pretemporada Francisco Buyo no tardó en hacerse con el puesto que ocuparía durante toda la campaña. Como ya expliqué en la entrada dedicada a Ochotorena, la temporada 1986-87 tuvo a un único inquilino en la portería del Madrid. Buyo jugó todos los partidos oficiales y no faltó ni un solo minuto. Agustín y Ochotorena se pasaron la temporada en blanco.
Temporada 1987-88
En la temporada 1987-88 los tres porteros del Real Madrid siguieron siendo los mismos y el entrenador Leo Beenhakker seguía confiando en Paco Buyo. El de Betanzos volvió a cuajar una temporada magnífica y se alzó con el Trofeo Zamora al portero menos goleado de la Liga. La portería madridista estaba a buen recaudo y a los dos suplentes no les quedó más remedio que seguir esperando oportunidades.
En abril de 1988 la revista Real Madrid, en su número 452, publicaba una entrevista con Agustín. Resultaba interesante conocer cómo vivía un jugador la marcha del equipo desde el banquillo de los suplentes. "En el terreno personal, digamos que como sucedió la última temporada, ésta es de aguante, en mi línea de no meterme nunca con nadie y, en este caso, mantenerme al margen de todo, porque el entrenador considera que está jugando el que cree más conveniente", señalaba Agustín, al que se le preguntaba también si se sufría estando ausente. "A todo jugador lógicamente lo que le gusta es jugar. Tanto Ochotorena como yo somos realistas y respetamos al máximo a un compañero que está jugando y sabemos de la dificultad que entraña el hacerlo, pues se está realizando una campaña muy buena", comentaba el de Marín.
Aquel año, al menos, los guardametas suplentes no se lo pasaron totalmente en blanco. Ochotorena jugó dos partidos de Liga. Y Agustín jugó uno. Fue el domingo 8 de mayo de 1988. El Real Madrid ya era Campeón y el Murcia, que visitaba el Santiago Bernabéu, hizo pasillo al equipo blanco, que aquel día jugó con Agustín en la portería. Ganó el Madrid 3-1 con dos goles de Aldana y uno de Sanchís.
Para Agustín aquel fue su primer partido en casi dos años. "A lo que aspira un jugador es a demostrar su valía en el terreno de juego y desgraciadamente yo no lo he podido llevar a efecto muy a menudo, por ello estoy un poco triste, pero a la vez contento por todo lo alcanzado", señalaba el guardameta a la revista oficial del Club una vez concluido el ejercicio. "Creo que el único 'pero' posible a tan excelente campaña es la Copa de Europa, pero estoy seguro que el año que viene estará en las vitrinas de Concha Espina", añadía Agustín. La temporada que viene, en definitiva el futuro, ¿cómo se presenta?, preguntaban desde la revista. "Soy reacio a contestar esta pregunta porque ni yo mismo sé qué va a pasar conmigo. Tengo contrato con el Real Madrid y lo demás, son simples rumores", respondía Agustín.
Temporada 1988-89
Efectivamente, Agustín tenía contrato con el Real Madrid de cara a la temporada 1988-89. No así Ochotorena, que concluyó su periplo en la casa blanca para poner rumbo a Valencia. Agustín y Buyo serían los porteros del Madrid de cara a esa nueva campaña y a los dos contrastados cancerberos se les unió una joven promesa del filial como tercer portero del equipo: Santiago Cañizares.
Aunque Buyo siguió siendo el portero titular del Real Madrid, en la temporada 1988-89 sí que se pudo ver con más asiduidad en la portería al suplente Agustín. En diciembre de 1988 Buyo fue sancionado con cuatro partidos tras los incidentes que se registraron en el polémico derbi frente al Atlético de Madrid de la decimocuarta jornada. La sanción permitió la entrada en el equipo titular de Agustín, que jugó cuatro partidos consecutivos que terminaron con victorias para los blancos.
"Primero he de decir que estoy dolorido por la forma en que se ha desarrollado la situación, pues a nadie le gusta jugar de esta manera. Creo que se cometió una injusticia grande a la hora de desarrollar un caso como el de Paco Buyo. Lógicamente en estos momentos te encuentras muy a disgusto, porque además la gente está pendiente de que juegues como el mejor, sin parar a pensar en el tiempo que llevas sin jugar. El resto lo valoro positivamente, pues han sido unos partidos en que he vuelto a jugar. A medida que pasaban los encuentros me fui encontrando mejor, aunque muchas veces las cosas dependen no sólo de cómo te encuentres, sino también, de cómo están tus compañeros y el equipo contrario", declaraba Agustín en una entrevista para la revista del Real Madrid publicada en febrero de 1989.
Aquellos cuatro partidos de Liga no fueron sus únicos encuentros de aquella temporada. Una tarjeta amarilla a Buyo en Eindhoven le acarreó un encuentro de suspensión y Agustín defendió la portería madridista en Copa de Europa. Su última actuación en esa competición se remontaba a la Final de París del año 1981. La vuelta de Agustín al marco del Madrid en la máxima competición continental coincidía con un choque importantísimo. El PSV era el vigente Campeón de Europa y aún estaba muy fresco el recuerdo de la eliminación de la anterior temporada. Aquella eliminatoria se tomó como una revancha. En la ida, en Holanda, se había empatado 1-1. En la vuelta, en el Bernabéu, el Madrid se adelantó por mediación de Hugo Sánchez pero Romario igualó el marcador. Con el 1-1 tocaba ir a la prórroga, que se decantó del lado blanco con un gol de Martín Vázquez.
Agustín jugaría otros tres partidos de Liga más aquella temporada, elevándose su participación con el Real Madrid en la temporada 1988-89 hasta los ocho partidos oficiales, la más alta desde la temporada 1985-86. "Considero que ha sido una temporada pobre, pero, a la vez, un poco más rica que la del año pasado, porque he jugado más partidos. No se puede hacer un balance serio de lo que ha sido. Creo que cuando me han dicho a jugar, pues he salido; creo que no lo he hecho mal. Sinceramente, más no se puede decir", analizaba el portero al término de la temporada en el suplemento dominical del diario Ya publicado el domingo 25 de junio de 1989.
Temporada 1989-90
Con la temporada 1989-90 llegó un nuevo entrenador al Real Madrid. El galés John Benjamin Toshack se hizo con las riendas del equipo. La llegada de un nuevo técnico siempre puede suponer la llegada de cambios y puede ser un aliciente para los jugadores. En la portería, otro joven guardameta de las categorías inferiores, Julen Lopetegi, se incorporaba a la plantilla del primer equipo como tercer portero tras un año de cesión en Las Palmas. Cañizares seguiría jugando con el Castilla. En cuanto a la titularidad de la portería del primer equipo, no hubo cambios. Toshack también contó con Paco Buyo, aunque en la prensa de la época se especulaba con que el de Betanzos no era un portero de su agrado.
En cualquier caso, Buyo siguió siendo titular y a Agustín le tocó un año más esperar oportunidades. Tres partidos jugó en la temporada 1989-90. Se estrenó en un partido de Copa de Europa frente al Spora de Luxemburgo, al que se goleó 6-0 en el Bernabéu. Después jugó un partido de Liga en San Sebastián frente a la Real y en las postrimerías de la temporada, en la jornada 36, jugó en Pamplona frente a Osasuna en un partido que ganó el Madrid 0-2. Aquel partido en tierras navarras sería el último encuentro oficial que Agustín jugó con la camiseta del Real Madrid. Cerca de cumplir los 31 años, llegó la hora de buscar nuevos horizontes y nuevos retos para la recta final de su carrera deportiva.
Agustín y Chendo recogieron en el palco del Bernabéu el trofeo que acreditaba al Real Madrid como Campeón de Liga 1989-90. Es la última imagen que recuerdo de Agustín con el uniforme madridista. El portero ponía fin a su etapa en el Madrid.
En las diez temporadas en las que permaneció en la plantilla del primer equipo del Real Madrid, Agustín disputó un total de 123 partidos oficiales. Jugó una Final de la Copa de Europa, otra de la Recopa de Europa y otra de la Copa de la UEFA. Ganó cinco Ligas, dos Copas de la UEFA, dos Copas del Rey y una Copa de la Liga. Además, se adjudicó el Trofeo Zamora al portero menos goleado en la temporada 1982-83.
"Creo que en el Madrid debí de gozar de más oportunidades, aunque he de reconocer que tenía delante de mí a dos excelentes guardametas, como lo fueron Miguel Ángel y García Remón. En el Real viví momentos apoteósicos y otros que me dejaron triste. Como aquella final de la Copa de Europa, en 1981, en la que, a falta de ocho minutos, recibí un gol de Alan Kennedy que me dejó helado. ¡Cuánto me dolió esa diana! Luego, aquella temporada en la que siendo entrenador Alfredo Di Stéfano disputamos cinco finales y no ganamos ninguna. Tampoco hay que olvidar que viví alirones de Liga, de Copa, dos finales de la Copa de la UEFA..., las cuales conquistamos. Trofeos, agasajos, popularidad... En suma que nunca podré olvidar mi amplia trayectoria en el Real Madrid. Cierto es que tuve varias ofertas para cambiar de aires. Algunas las estudié a fondo hasta que me decidí a dar el paso y firmé por el Tenerife", recordaba el portero a Luis Miguel González para la biografía publicada por la revista As Color en 1990.
Etapa en Tenerife
Efectivamente, tras abandonar el Real Madrid en el verano de 1990, Agustín Rodríguez recaló en el Tenerife, equipo con el que jugó cuatro campañas. Se da la curiosa circunstancia de que en las dos últimas, 1992-93 y 1993-94, tuvo como compañero de equipo a José Manuel Ochotorena. Los dos ex madridistas volvieron a compartir vestuario y portería. Además, con Jorge Valdano de entrenador. Al término de la temporada 1993-94, cerca de cumplir los 35 años, Agustín puso punto y final a su carrera deportiva.
Epílogo
Con su metro noventa y dos de estatura, Agustín Rodríguez fue uno de los clásicos del Real Madrid de los ochenta. De hecho, estuvo en el primer equipo del Real Madrid durante toda la década de los ochenta. Llegó muy joven al primer equipo y formó parte de aquel Madrid de la Quinta del Buitre que encadenó cinco Ligas consecutivas y que recuerdo con tanto aprecio. Tuvo mala suerte con las lesiones en momento puntuales que fueron cruciales en el devenir de su carrera y siempre se mostró muy crítico consigo mismo. No jugó todo lo que le hubiera gustado. Es lo que tiene el puesto de portero... Pero, aun así, Agustín completó una trayectoria deportiva más que notable. No muchos jugadores pueden decir que han vestido la camiseta del Real Madrid durante diez años. Y pocos porteros podrán decir que han defendido a su equipo en una Final de la Copa de Europa, en una Final de la Copa de la UEFA y en una Final de la Recopa. Agustín Rodríguez Santiago lo hizo. Y trabajó duro para estar siempre a disposición del entrenador en caso de necesidad. Sirvan estas líneas a modo de humilde homenaje y reconocimiento.
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