Hoy es 17 de junio de 2014. Exactamente tal día como hoy de hace veinte años, daba comienzo el Mundial de Estados Unidos. Alemania y Bolivia abrían la competición en el partido inaugural y después, encuadrado en el mismo grupo, llegaba el duelo entre España y Corea del Sur.
Era viernes. En lo personal, recuerdo aquel día como si
fuera ayer. Último día de clase, nos entregaban las notas y arrancaba un largo
verano de vacaciones. Sí. Cuando las vacaciones eran de algo más de tres meses.
Qué tiempos aquellos. Todo el tiempo del mundo por delante para descansar,
reponer fuerzas, distraerse y divertirse. Y deporte, por supuesto. Mucho
deporte. Para practicarlo y para verlo. En unas semanas arrancaría el Tour de
Francia, con Indurain en pleno reinado.
En lo futbolístico, con la Liga acabada afortunadamente para
el Real Madrid (al final nos caímos del pódium y en la última jornada perdimos
con el Zaragoza cayendo a la cuarta posición) las esperanzas estaban puestas en
los fichajes que se estaban cociendo para la nueva campaña 1994-95. Pero de eso
hablaré más extensamente otro día y con una entrada propia.
Sí. Porque, para dar carpetazo a la campaña 1993-94, llegaba
el Mundial de USA 94.
Guardo un grato recuerdo de aquel campeonato. Quizás porque
fue el que más disfruté. No recuerdo absolutamente nada de España 82 por
razones de edad. De México 86 recuerdo que los partidos eran por la noche y mis
padres no me dejaron quedarme a verlos. Los resultados me los daba mi madre a
la mañana siguiente cuando me iba a despertar a la cama. Italia 90 ya fue otra
cosa. Aquel fue realmente mi primer Mundial. Pero USA 94 me llegó en el momento
justo. Aquel lo disfruté ya de lleno. También había partidos de noche y de
madrugada, pero ya tenía edad para quedarme despierto viendo fútbol. Me tragué
entera aquella Copa del Mundo.
En clave madridista, tres fueron los jugadores del Madrid convocados
por el entonces seleccionador Javier Clemente. Fernando Hierro, Luis Enrique y
Rafa Alkorta. Alfonso Pérez Muñoz tenía todas las papeletas para acudir al
evento, pero su grave lesión de rodilla en Barcelona supuso el final de la
temporada para él.
Hablando de ausencias, cabe recordar la polémica que generó
la decisión de Clemente de no llevar al combinado nacional a determinados
futbolistas del Real Madrid. En especial, los casos de Buyo y de Míchel, que se
encontraban en el mejor momento deportivo de sus carreras. Finalmente, Míchel
estuvo en Estados Unidos aquel verano... Pero no para jugar. Fue uno de los dos comentaristas
que acompañaron en las retransmisiones a José Ángel de la Casa para TVE. El
otro era el director de cine y reconocido aficionado futbolístico José Luis
Garci. Y la verdad es que me agradó mucho la labor que realizaron.
Recuerdo que, en su momento, me molestó mucho la no
inclusión de Míchel. Como a todos los madridistas. Javier Clemente prescindió
de la Quinta del Buitre por su bajo rendimiento en la Selección a lo largo de
los dos años anteriores. Ayudó bastante, yo diría que mucho, el resentimiento y
el odio que el periodista radiofónico José María García sentía por los componentes
de la Quinta. Javier Clemente y García son íntimos amigos.
En cualquier caso, con el tiempo y sin los sentimientos forofos
de mi adolescencia, he de reconocer que el Seleccionador estaba en todo su
derecho de convocar a quien considerara oportuno.
No voy a valorar si los
jugadores que fueron a USA 94 eran o no eran los más adecuados para la cita. La
decisión correspondía a una persona, el seleccionador nacional. Él era el
encargado de hacer las listas y lo hacía con la mejor de sus intenciones y
siempre pensando en ganar. Luego, los aficionados tendríamos nuestras
preferencias sobre unos u otros jugadores. Vamos, lo que ocurre siempre en estos
casos. No tenemos más que ver lo que ha pasado con la convocatoria de la
Selección para el actual Mundial de Brasil. Cada seguidor tendrá sus criterios
y preferencias para hacer un combinado diferente.
Con pasado blanco
En aquel Mundial también participaron futbolistas que habían
militado en el Real Madrid como Hugo Sánchez con México, Georghe Hagi con
Rumania y Ricardo Rocha con Brasil. ¡Faltaba Prosinecki para completar el
cuarteto de extranjeros blancos de la campaña 1991-92! Con Argentina acudió un
ex Campeón del Mundo, Óscar Ruggeri, que había vestido la elástica blanca en la
campaña 1989-90. Con la Selección española también fue convocado Julen
Lopetegui como tercer portero, que venía de hacer una gran temporada con el
Logroñés. Jugador de la cantera, el guardameta militó en el primer equipo del
Real Madrid las temporadas 1989-90 y 1990-91 antes de ser traspasado al
conjunto riojano.
Otro guardameta de la cantera madridista, Santiago
Cañizares, había sido seleccionado y llegó a jugar el primer partido contra
Corea del Sur. Cañizares, que había sido Zamora con el Celta de Vigo, regresó
aquel mismo verano al Real Madrid. Meses antes, había sido el héroe de la
clasificación de España para el Mundial. Fue en aquel partido frente a
Dinamarca en el que tuvo que saltar al campo por la madrugadora expulsión de
Zubizarreta. Cañizares cuajó aquel día una actuación memorable frente al equipo
de los hermanos Laudrup. Aquel 17 de noviembre de 1993, España selló su pase al
Mundial con el famoso gol de cabeza de Fernando Hierro.
Siguiendo con los futuribles jugadores blancos, otro que
estaba ya a punto de llegar al Madrid era Fernando Redondo, que jugó con
Argentina su primer y único Mundial en Estados Unidos. También estuvo allí, con
la Selección de Colombia, Freddy Rincón, que llegó al Madrid un año más tarde,
en 1995, para disputar una campaña con la camiseta merengue. En 1996 fichamos
a Bodo Illgner, guardameta germano, Campeón del Mundo en Italia 1990 y que en
Estados Unidos volvió a ser titular con el combinado de Alemania.
Y allí en Estados Unidos también estuvo un muchacho
brasileño de 17 años que no llegó a jugar ni un minuto pero que daría mucho que hablar en
el futuro. Se trataba de un tal Ronaldo Luís Nazário de Lima, que en aquel 1994
daría el salto a Europa para jugar en el PSV holandés.
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