El Real Madrid de Benito Floro venció 2-1 al Barcelona en el arranque de la segunda vuelta de la temporada 1992-93
El sábado 30 de enero de 1993 el Real Madrid recibía al Barcelona en el Santiago Bernabéu para disputar el partido correspondiente a la vigésima jornada de Liga, es decir, el arranque de la segunda vuelta. El conjunto madridista era tercero en la clasificación y los azulgranas eran líderes con tres puntos de ventaja. Dada la situación, el encuentro resultaba crucial para los blancos, que en caso de perder quedarían a cinco puntos. Hay que recordar que por aquella época la victoria suponía sumar dos puntos, no tres. En la primera vuelta, en el encuentro disputado en el Nou Camp en la jornada inaugural de aquel campeonato, los anfitriones se impusieron 2-1 en un encuentro que se resolvió en los minutos finales.
Aquel encuentro fue muy especial para mí. Habían pasado unos meses horribles para el madridismo. Era la siguiente Liga a la del primer tropiezo en Tenerife y recuerdo que yo todavía no me había repuesto. De hecho, había empezado a ver el fútbol de otra manera, con ojos diferentes a como lo hacía antes de perder aquella Liga en las islas. De hecho, recuerdo que viví la previa de aquel partido con nervios y preocupación. Los primeros meses de aquella temporada 1992-93 habían sido complicados para el Real Madrid. Los resultados no eran del todo malos y había que tener en cuenta que se había iniciado un nuevo proyecto deportivo. Pero la paciencia era nula y desde los medios de comunicación las críticas eran constantes. Nunca llegué a entender la animadversión que generó un entrenador tan educado como Benito Floro entre un buen sector de la prensa. Y, sobre todo, nunca entendí la poca consideración y el poco respeto que se le tuvo. Pero bueno, eso es otro tema... El caso es que había ciertas dudas alrededor del equipo y el Real Madrid llegó al arranque de la segunda vuelta con necesidades. Desde Barcelona se deslizaba la idea de que un triunfo azulgrana en el Santiago Bernabéu dejaría al equipo blanco casi fuera de la lucha por la Liga. La diferencia sería de cinco puntos con el golaveraje además perdido. El título liguero y el de la Copa se habían convertido en objetivos prioritarios para el Barcelona ese año, puesto que los de Cruyff habían sido eliminados por el CSKA de forma prematura en aquella primera edición de la Champions League.
El Barcelona, por tanto, llegaba a Madrid dispuesto a dar un buen zarpazo a la Liga. Pero, insisto, creo que la situación del conjunto blanco no era tan mala como algunos pretendían hacer ver. El Madrid estaba vivo en las tres competiciones de la temporada. Había arrancado el año 1993 con una goleada 1-5 en el siempre complicado campo de Atocha frente a la Real Sociedad, un empate a uno en el Calderón frente al Atlético y un triunfo por 3-0 frente al Tenerife. Desde mi punto de vista el equipo había empezado a remontar en cuanto a juego y resultados. Zamorano estaba demostrando ser un buen delantero centro en su difícil cometido de tratar de hacernos olvidar a Hugo. Y había varios jugadores que atravesaban un gran estado de forma. Sobre todo Buyo, Hierro y Míchel, los hombres más en forma de aquel Real Madrid en aquellos momentos.
El partido
El duelo arrancó a las 20.30 horas con lleno absoluto en el Santiago Bernabéu. El encuentro fue retransmitido en directo por televisión. Benito Floro alineó a su once habitual de aquella temporada: Buyo, Nando, Rocha, Sanchís, Lasa, Hierro, Prosinecki, Míchel, Martín Vázquez, Butragueño y Zamorano. Nando jugó de lateral derecho aunque curiosamente llevaba el dorsal número 4. El 2 lo llevó Rocha que jugó, lógicamente, como central. En las filas visitantes la gran novedad fue la presencia de Pablo Alfaro en la zaga, que jugó su primer partido de Liga como titular con la camiseta azulgrana. Cruyff colocó a un lateral derecho como Ferrer por la izquierda, supuestamente para tapar las subidas de Míchel, aunque como veremos enseguida el cambio táctico no le dio muchos frutos. Arbitró Manuel Díaz Vega y puso el balón en movimiento el Barcelona.
En el minuto 9 se gestó la jugada del primer gol del partido. Ferrer tenía controlado un balón por la izquierda y trató de marcharse. Míchel, sin embargo, le robó el esférico y penetró unos metros por la banda derecha. Una jugada muy de Míchel... Según avanzaba ya oteaba el horizonte con la vista buscando a un jugador para centrar. La rosca del centrocampista se dirigió en aquella ocasión al pico izquierdo del área de la portería de Zubizarreta, hacia donde se incorporaba Iván Zamorano. El balón botó una vez antes de que el chileno lo controlara y mientras tres defensores azulgranas trataban de taparle el delantero madridista soltó un tremendo disparo con la zurda que se coló por la escuadra del segundo palo. ¡Golazo!
Al cuarto de hora, sin embargo, llegó el empate del Barcelona. Michael Laudrup, desde bien lejos, realizó uno de sus espectaculares pases a un Guillermo Amor que se incorporaba desde atrás y que entró en el área rompiendo el fuera de juego. El azulgrana controló con el pecho quedándose solo ante Buyo, a quien superó tocando la pelota a gol. 1-1. Insisto, impresionante el pase de Laudrup. Marca de la casa.
En el minuto 42 llegaría la jugada en la que se fraguó el segundo gol del Madrid. Tras una combinación entre Martín Vázquez y Míchel el ocho blanco realizó un pase al área buscando la penetración de Butragueño. Emilio tocó ligeramente con la intención de devolvérsela a Míchel, que entró también en el área para recibir un empujó en el brazo de Ferrer. El madridista cayó al suelo y el colegiado señaló el punto de penalti. La pena máxima sería ejecutada precisamente por Míchel, que engañó a Zubizarreta disparando a media altura por la izquierda. El Real Madrid volvía a ponerse por delante en el marcador cuando faltaba muy poco para alcanzarse el ecuador de la contienda.
En el segundo tiempo los madridistas siguieron trabajando duro. El Barcelona quizás ofreció una mejor imagen que en el primero. Sobre todo en los minutos iniciales tras la reanudación. Incluso tuvo un par de ocasiones en sendos disparos de Amor y de Koeman a balón parado. Sin embargo, los blancos fueron asentándose y recuperando la supremacía. En el minuto 54, tras una buena jugada de ataque local, Míchel se sacó un fuerte disparo desde fuera del área que obligó a lucirse a Zubizarreta en el despeje a saque de esquina. Tras botarse el córner el Madrid volvió a rondar el gol pero a Hierro se le marchó alto un disparo casi a bocajarro. La incorporación de Luis Enrique a falta de media hora le dio mayor empaque al centro del campo madridista. Poco después de incorporarse al terreno de juego, el asturiano participó en una muy buena jugada de ataque junto a Míchel y Prosinecki que concluyó con Martín Vázquez enviando un balón desde la izquierda al centro del área. Zamorano no llegó a conectar en condiciones y Pablo envió a córner. Míchel, que cuajó un partidazo aquella noche, forzó una falta cerca del área tras otra gran jugada. Prosinecki ejecutó alto el lanzamiento. Zamorano cabeceó alto, algo forzado, otro buen centro de Míchel desde la derecha. El Real Madrid siguió acumulando ocasiones de cara al tramo final, aunque no terminaba de concretar. En el minuto 75 Míchel volvió a probar desde fuera del área con otro peligroso disparo cruzado que se marchó junto al poste por la izquierda. Y otra más llegó a tener 'ocho' blanco, que fue el que más hizo trabajar a Zubizarreta en ese partido. Alfonso sustituyó a falta de diez minutos a un Zamorano que acabó agotado por el enorme esfuerzo realizado. El derroche de fuerzas siempre estaba garantizado con el chileno, que se marchó ovacionado por el público.
El encuentro llegó a la recta final con la incertidumbre de un marcador demasiado ajustado. Una pena, la verdad, porque el Madrid lo estaba haciendo muy bien y había dispuesto de bastantes oportunidades para haber ampliado su renta. A falta de cinco minutos del final Stoichkov tuvo en sus botas el empate al quedarse solo ante Buyo. El guardameta gallego tocó lo justo para evitar el gol y Julio Salinas tampoco supo resolver ante Rocha. El resultado, afortunadamente, no se movió y la contienda concluyó con el más que merecido triunfo de la escuadra local.
El Real Madrid salió muy reforzado de aquel partido en todos los aspectos. En lo deportivo y en lo psicológico. Sobre todo por la imagen que ofreció el equipo, con un juego vistoso y fluido con el que se generó muchas ocasiones de gol. El conjunto de Benito Floro había comenzado a encadenar buenos resultados y entró en una fase de la temporada en la que rayó a gran altura. El propio entrenador asturiano salió fortalecido. Sus métodos, su estrategia y sus planteamientos parecían empezar a calar y a dar resultados. Fue el vencedor de la noche. Su homólogo azulgrana, Johan Cruyff, seguía sin conseguir ganar en el Bernabéu. "Esta es una victoria merecida por nuestro esfuerzo, y hemos tenido ráfagas de buen juego. Quizá un tres a uno final sería un resultado más justo", declaró Floro a los medios tras el choque. Con aquella victoria el Real Madrid seguía tercero pero a un solo punto del Barcelona, que perdía el liderato y caía a la segunda plaza. A lo más alto se aupaba el Deportivo, que sumó un punto al empatar a cero en el derbi gallego disputado en el campo del Celta de Vigo. El Súper Dépor de Arsenio Iglesias había sido la gran revelación de aquella campaña y arrancaba aquella segunda vuelta del Campeonato como líder.
Fue una gran alegría ganar aquel partido. Escuchar la radio aquella noche, ver los resúmenes al día siguiente. Aquel domingo compré el diario Marca que destacaba el "partizado del Real" en su portada. "¡Genial! Repaso al Barça", titulaba el rotativo madrileño sobre una foto de Prosinecki, Nando y Zamorano celebrando el primer tanto del partido. "El Madrid necesitaba una alegría así", rezaba el periódico en su contraportada sobre tres imágenes de los madridistas celebrando los goles de aquella noche. Tres días más tarde fui el chaval más feliz del mundo comprando el Don Balón de aquella semana, el ejemplar número 901, cuya portada, como no podía ser de otro modo, estaba dedicada al Real Madrid-Barcelona con una preciosa fotografía en grande de Iván Zamorano justo después de la consecución de su gol. "2-1. La Liga ¡al rojo! El Madrid ganó al Barça en un vibrante partido", titulaba el semanario. Curiosamente, por cierto, la entrevista a fondo de aquella semana se la hacían, precisamente, a Iván Zamorano. La revista oficial del Real Madrid no recogió el triunfo sobre el Barcelona hasta un mes más tarde, en su ejemplar correspondiente al mes de marzo de 1993. Como el partido se disputó el sábado 30 de enero el número de febrero ya estaba cerrado para ser enviado a los kioscos con el comienzo de mes, así que hubo que esperar. El número 44 de la publicación madridista, eso sí, llevó a su portada los recientes resultados positivos cosechados por las diferentes secciones del Club frente a los azulgranas. "Así, así, así gana el Madrid... al Barcelona", titulaba la revista. "Brillante victoria en el Bernabéu (2-1). Paliza en baloncesto (70-86) en el Sant Jordi. Meritorio empate del B en Barcelona (2-2)".
Aquel partido del 30 de enero de 1993 fue muy especial para mí. Suponía recuperar algo de orgullo y levantar un poco el ánimo tras unos meses muy duros. Además, en lo deportivo, el Real Madrid inició unos meses de crecimiento en los que el equipo fue de menos a más, una tendencia diferente a la de la anterior temporada 1991-92. Aunque, por desgracia, el resultado fue el mismo y volvimos a perder la Liga el último día en Tenerife, las sensaciones fueron muy diferentes a las de la anterior campaña. De hecho, guardo un recuerdo bastante bueno de aquella temporada que, además, concluyó con un título, la Copa del Rey. Y nos dejó algunos partidos para el recuerdo como el de la victoria liguera frente al Barcelona de la que precisamente hoy se cumplen 25 años.
REAL MADRID: Buyo, Nando, Rocha, Sanchís, Lasa, Hierro, Prosinecki, Míchel, Martín Vázquez, Butragueño (Luis Enrique, 60') y Zamorano (Alfonso, 80').
BARCELONA: Zubizarreta, Nadal (Begiristain, 46'), Pablo Alfaro (Julio Salinas, 80'), Koeman, Ferrer, Eusebio, Amor, Bakero, Goikoetxea, Laudrup y Stoichkov.
GOLES
1-0 min. 9 Zamorano
1-1 min. 15 Amor
2-1 min. 42 Míchel (penalti)
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