martes, 30 de marzo de 2021

SOLER Y LAUDRUP TUMBAN AL ATLÉTICO

El Real Madrid ganó los dos partidos de la temporada 1995-96 al Atlético Campeón de Liga

La primera imagen que siempre me viene a la cabeza de Miquel Soler es una fotografía de Juan Navarro a doble página con la que la revista Don Balón ilustraba su extensa crónica del partido estrella de la jornada 34 del Campeonato Nacional de Liga de la temporada 1995-96. El líder, Atlético de Madrid, perdió 1-2 en el Vicente Calderón con el Real Madrid y el primer gol del encuentro lo marcó Soler. El defensa catalán levantó su brazo derecho y el dedo índice en la celebración, momento que el fotógrafo de Don Balón captó a la perfección. Esa imagen se me ha quedado grabada en la memoria desde hace un cuarto de siglo. Fue el único gol de Miquel Soler como madridista y, para mí, aquel fue su mejor partido de su única campaña con la camiseta del Real Madrid.

El partido se disputó el sábado 30 de marzo de 1996, tal día como hoy de hace 25 años. El Real Madrid seguía deambulando sin pena ni gloria por aquella desastrosa campaña. Hacía 10 días de la derrota con la Juventus que había supuesto la eliminación del Real Madrid de la Champions League. En otras palabras, ya no había opciones de ganar ningún título y el único objetivo era el de tratar de clasificarnos como fuese para la Copa de la UEFA de la siguiente temporada. Pero lo teníamos negro para entrar en Europa, las cosas como son. Tras perder en Turín regresamos al viacrucis de la Liga con un empate 1-1 en Anoeta frente a la Real Sociedad. El 27 de marzo, miércoles, en jornada entre semana, el Real Madrid perdió 1-2 con el Racing de Santander en el Santiago Bernabéu en un partido infumable de los nuestros. Aquella derrota no podía atribuirse a lo que yo llamaba 'El día tonto en el Bernabéu'. Qué va, qué va... Aquella temporada 1995-96 pinchar en casa se había convertido en algo habitual. No era sorpresa cuando perdíamos y ya no éramos capaces de llevar la cuenta de los puntos que se nos habían escapado de nuestro propio estadio. Entre lo que nos dejábamos en casa y lo que nos dejábamos fuera, la situación era más que preocupante. El Madrid era octavo clasificado. Os recuerdo que hace 25 años sólo los cinco primeros se clasificaban para Europa, es decir, teníamos dos equipos (Tenerife y Compostela) entre nosotros y la quinta plaza, que estaba en manos del Betis. Y el siguiente rival era el líder de la Liga, el Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón. Las sensaciones no podían ser más malas. Nosotros teníamos 51 puntos y el Atlético 72, 21 más que nosotros... Y allí que nos tocaba ir a jugar. Bueno... En el partido de la primera vuelta, en el Santiago Bernabéu, habíamos ganado 1-0 con gol de Raúl. ¿Y si había suerte y volvía a sonar la flauta? Aquella temporada estaba siendo tan rara que, a saber...

A media tarde de aquel sábado el Barcelona había ganado 0-1 en Albacete aferrándose a sus opciones de disputar la Liga al Atlético. Los azulgranas habían reducido la diferencia, de manera provisional, de 8 a 5 puntos. Pero faltaba por jugarse el derbi del Calderón. La intención de los de Antic era la de volver a los 8 puntos de diferencia. El partido arrancó a las 20.30 horas televisado en directo. En el Real Madrid, con las ausencias de Sanchís por decisión técnica y de Buyo, Quique Flores y Fernando Redondo por lesión, el técnico blanco Arsenio Iglesias alineó a Cañizares, Chendo, Alkorta, García Calvo, Fernando Sanz, Soler, Milla, Hierro, Laudrup, Raúl y Zamorano. A primera vista se puede apreciar que se trataba de un equipo bien armado atrás, como nos tenía ya acostumbrados Arsenio. El gallego sabía que sufríamos demasiado y toda precaución era poca. Más si cabe visitando al líder de la Liga. Y mira por dónde, resultó que la defensa y la portería fueron lo mejor del Madrid aquella noche.

El duelo arrancó con un toma y daca entre los dos equipos madrileños. En los primeros compases Raúl, asustando por banda izquierda en una jugada, entró en el área sorteando rivales, tras tocar con Laudrup, para meter un balón que nadie aprovechó. Fueron minutos de dominio alterno en los que Raúl volvió a intentarlo con una vaselina que salió alta por encima de la portería de Molina. Los rojiblancos probaron fortuna con un disparo lejano de Simeone y un lanzamiento de falta muy cerrado de Milinko Pantic que obligó a Cañizares a intervenir con acierto en el despeje. Al cuarto de hora la defensa local trató de enviar de cabeza un balón a su guardameta pero el esférico quedó corto y Zamorano se propuso alcanzarlo obligando al cancerbero a tirarse a los pies del chileno. Los de Antic se fueron creciendo y cada vez se aproximaban con más peligro al área de Cañizares, sobre todo con jugadas a balón parado. La baza de Pantic era importantísima. La defensa blanca tenía trabajo y las manos de Cañizares resultaron providenciales durante los mejores minutos del Atlético de Madrid. En ese periodo de acoso Geli falló un gol clarísimo al lanzar fuera, a bocajarro, un balón que parecía medio gol. Y de repente, cuando peor lo estaba pasando, el Real Madrid se sacudió la presión forzando un saque de esquina a cuyo remate no llegaron por poco ni Raúl ni Zamorano. Poco después, Miguel Porlán 'Chendo' realizaba uno de sus clásicos saques de banda con los que conseguía meter el esférico en el mismo área. Hierro, muy marcado, no pudo saltar y Zamorano se impulsó lo justo para rozar de cabeza al centro del área. Por allí, justo, se incorporó Miquel Soler y el lateral zurdo empalmó con fuerza un tiro ajustado al palo izquierdo anotando el 0-1 para el Real Madrid. Los blancos se ponían por delante pese a las ocasiones de las que habían dispuesto los anfitriones, que trataron de sobreponerse al mazazo del gol. Sin embargo los madridistas volvieron a generar peligro gracias a la inspiración de un Soler pletórico de confianza. Desde su banda izquierda, y tras hacerse con un balón que trataba de conducir Hierro, el lateral catalán montó una jugada de ataque con un perfecto pase largo para Laudrup. El danés, acosado por un solo defensor, metió un buen pase a la derecha del área para Raúl pero el joven delantero no llegó a tiempo y terminó saltando sobre Molina. Lo siguieron intentando los de casa pero no lo tenían fácil ante el buen hacer de la poblada defensa de Arsenio Iglesias. En la última jugada de la primera parte Cañizares estuvo atento para desbaratar una ocasión de Pantic, que se quedaba solo delante del guardameta blanco.

En los primeros compases del segundo tiempo Fernando Hierro trató de sorprender con un disparo desde el quinto pino que se marchó alto por encima del larguero. Pantic respondió enviando también por arriba otro saque de falta, su especialidad. El líder apretaba y volvió a tener otra oportunidad clarísima... Tras un saque de lateral Simeone se las ingenió para meter un globo al área superando por arriba a la defensa merengue y dejando a tres colchoneros rodeando a Cañizares. El portero del Real Madrid consiguió atrapar la pelota y se quedó tumbado en el suelo evitando el peligro. A los diez minutos Simeone realizó una falta por detrás a Fernando Hierro y el colegiado, Carmona Méndez, señaló la infracción. Parecía que vería la amarilla pero el argentino protestó con vehemencia y, por lo visto, insultó al colegiado, que no dudó en sacar la roja directa. El Atlético se quedaba con diez futbolistas. Incluso con uno menos los de Radomir Antic trenzaban jugadas de mérito. En aquel partido Soler estuvo tocado por la varita y frente a los que habían sido sus compañeros cuatro años antes cuajó seguramente su mejor partido con la elástica blanca. Tras una galopada suya por banda izquierda metió un pase al medio, por alto, que Zamorano, tras pugnar con un rival, consiguió prolongar a la derecha. Recibió Michael Laudrup, libre por todo el centro del campo durante todo el encuentro sin ataduras de obligaciones defensivas. El centrocampista nórdico avanzó con el balón controlado perseguido por un defensa mientras el meta salía un poco y se colocaba tratando de tapar su portería. Pero Laudrup consiguió disparar por el único hueco posible y acertó junto al palo para marcar el 0-2. La definición fue perfecta. Era el minuto 63 y todo se ponía de cara para un Real Madrid que dominaba el marcador y contaba con un futbolista más. El Atlético lo seguía intentando pero las contras del Real Madrid, con uno más, eran muy peligrosas. En una de ellas, de nuevo el protagonista Soler llegó al pico del área para enviar un pase perfecto al punto de penalti que Zamorano no consiguió conectar bien de cabeza. El lateral izquierdo catalán estaba haciendo lo que quería por su banda y en otra incorporación al ataque, tras combinar con Hierro, llegó al banderín de córner (aparentemente en falta, todo hay que decirlo) y recorrió unos metros de la línea de fondo para meter otro pase que Zamorano, de nuevo, no pudo aprovechar. Ya en la recta final, en el saque de una falta que los atléticos colgaron al área, Hierro despejó el balón con la mano de manera muy clara. El colegiado señaló el punto de penalti y mostraba la amarilla al capitán madridista, que ya tenía una tarjeta y, por lo tanto, debió dirigirse a vestuarios expulsado. Milinko Pantic fue el encargado de ejecutar la pena máxima desde los 11 metros y su disparo fue a la derecha de Cañizares. El portero, soberbio toda la noche, adivinó la trayectoria y llegó a tocar la pelota, pero no lo suficiente para evitar el gol de los rojiblancos. 1-2 en el minuto 84 y el Atlético se volvía a meter de lleno en la contienda, igualada en cuanto efectivos, diez jugadores para diez, en los últimos compases del choque. El líder achuchó en las postrimerías pero el Real Madrid defendió con mucho acierto y mucha seguridad atrás sin olvidarse de contragolpear cuando era posible. La última gran ocasión del Madrid, en el minuto 92, fue un disparo desde fuera del área de... Miquel Soler, cómo no. El balón del catalán se marchó alto por poco. La presión era del Atlético, que también mandó un balón por encima de la portería e intentó, sin éxito, desmontar a la defensa blanca. Pitido final y victoria 1-2 del Real Madrid. 

"Resucitó", tituló al día siguiente en portada el diario Marca, que señalaba que el Real Madrid "le hizo la pascua al Atlético" y que ponía "la Liga al rojo vivo". El semanario Don Balón, esa semana, también llevó el resultado del derbi a su portada. "El Real Madrid anima la Liga con su victoria en el derby", apuntaba la revista que titulaba la "La fiesta fue blanca" sobre una fotografía de García Calvo y Rafael Alkorta en plena celebración. Para la Revista Real Madrid, en su crónica del encuentro, el mejor del equipo había sido Santi Cañizares"El portero madridista estuvo inconmensurable, tanto debajo de los palos como en las brillantes salidas que realizó", argumentaba la publicación oficial del Club. La revista Don Balón, por su parte, había señalado a Rafa Alkorta como el mejor jugador del partido. "Dado el discreto nivel creativo del Real Madrid, su zona defensiva fue la que más sobresalió a lo largo del partido", argumentaba el periodista Juan Carlos Casas antes de destacar el papel del central bilbaíno. "En el poblado sistema defensivo de Arsenio, Alkorta es el rey, ya que está sobrado de cualidades para jugar de último defensa", sentenciaba Casas. Era cierto que la retaguardia había sido lo mejor del equipo blanco en el Vicente Calderón pero, además de los destacados por la prensa, recuerdo la buena impresión que me seguían dejando los jóvenes García Calvo y Fernando Sanz. Y recuerdo sobre todo el partidazo que, para mí, protagonizó Miquel Soler.

Aquel sábado 30 de marzo de hace 25 años nos fuimos a la cama pendientes del cambio horario. Dormiríamos una hora menos, pero los madridistas nos fuimos a la cama satisfechos por el respiro que nos daba el buen resultado del Calderón. No fue nuestro mejor partido de ese ejercicio, ni mucho menos. Las estadísticas del partido así lo reflejaban. El Atlético nos había superado en casi todo pero nosotros habíamos marcado dos goles de seis disparos y ellos solo uno de dieciséis intentos. Y ganamos. Ganó el que peor estaba. Tal y como marchaba la temporada era para estar muy contentos. No fue un encuentro brillante en lo técnico, pero sí muy intenso y disputado, un derbi que se sacó adelante con esfuerzo y trabajo, lo cual deja un buen sabor de boca cuando se consigue la victoria. El Real Madrid necesitaba los puntos en su lucha por entrar en Europa. Con ese triunfo consiguió avanzar un puesto en la clasificación para colocarse séptimo a 3 puntos del Betis, quinto en posiciones europeas. Pero además de los 3 puntos la victoria suponía un soplo de moral para la plantilla. Pese a lo mal que marchaban las cosas ese año, el conjunto blanco había sido capaz de ganar sus dos encuentros con el Atlético de Madrid. El conjunto de Radomir Antic, que estaba a punto de ganar la Copa del Rey al Barcelona, terminaría llevándose también aquella Liga, de tal manera que, en el año del doblete rojiblanco, resultó que el Real Madrid se impuso en sus dos compromisos ligueros con el Campeón de Liga.

ATLÉTICO DE MADRID: Molina, Geli, Santi, Solozabal, Toni (Roberto, 87'), Caminero, Vizcaíno (López, 68'), Pantic, Simeone, Penev (Juan Carlos, 76') y Kiko.

REAL MADRID: Cañizares, Chendo, Alkorta, García Calvo, Fernando Sanz, Soler, Milla, Hierro, Laudrup (Míchel, 85'), Zamorano (Luis Enrique, 82') y Raúl (Lasa, 90').

GOLES
0-1 min. 26 Soler
0-2 min. 63 Laudrup
1-2 min. 84 Pantic (penalti)

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