jueves, 30 de noviembre de 2017

LA BATALLA DE BELGRADO

Se cumplen cuarenta años del encuentro que la Selección disputó en Yugoslavia de cara a clasificarse para el Mundial de Argentina-78

Como es lógico, no recuerdo nada del 30 de noviembre de 1977, pero sí que sé que aquel día se vivió uno de los capítulos que más se suelen mencionar a la hora de evocar la biografía de uno de los grandes mitos del madridismo. Tal día como hoy de hace cuarenta años Juan Gómez 'Juanito' recibió en Belgrado el famoso botellazo del que todos hemos escuchado hablar. Obviamente, como ya todos sabréis, esta Historia no la vivió con la camiseta del Real Madrid sino con la de la Selección. Aprovechando el aniversario me apetecía indagar un poco respecto a ese capítulo del fútbol español y de la vida de Juanito.

España se clasificó aquel día para jugar el Mundial que se disputaría el año siguiente en Argentina. No era un asunto menor. España no acudía a un Mundial desde Inglaterra-66, es decir, se perdió las citas de México-70 y Alemania-74. A la de 1974, por cierto, no fuimos por caer precisamente contra Yugoslavia en un partido de desempate que se decidió con un gol de Katalinski. Pues tocó jugarse la presencia en el siguiente Mundial de nuevo con los balcánicos.

El Yugoslavia-España disputado en noviembre de 1977 correspondía a la ronda de clasificación del Grupo VII, en el que también estaba encuadrado Rumanía. España inició el camino para la clasificación en el Sanchez Pizjuan de Sevilla, donde ganó precisamente a los yugoslavos por 1-0 con un gol de penalti de Pirri tras una zancadilla a Juanito dentro del área. Los yugoslavos volvieron a perder como locales frente a Rumanía por 2-0. Los rumanos también ganaron 1-0 a España con un gol en propia puerta de los de Kubala. España ganó posteriormente a Rumanía por 2-0 en el Vicente Calderón. Los rumanos volvieron a caer con Yugoslavia por 4-6. Estos resultados convertirían en decisivo el Yugoslavia-España de Belgrado. Para clasificarse, los yugoslavos tenían que ganar por dos goles. A España le servía incluso una derrota por la mínima.

Este partido, además de ser recordado por el botellazo a Juanito, siempre se suele recordar por el auténtico calvario por el que pasaron los jugadores españoles. Todas las reseñas que existen sobre ese encuentro hablan de la excesiva violencia con la que se emplearon los anfitriones. De ahí el apelativo con el que se suele recordar el choque y que yo mismo he terminado utilizando para titular la entrada. La Batalla de Belgrado. Y no, no era un evento de la Segunda Guerra Mundial. Era un partido de fútbol... En el programa que el espacio Informe Robinson dedicó a Juanito en 2012 con motivo de los veinte años de su fallecimiento se recogía, cómo no, el incidente del botellazo y algunos de los jugadores allí presentes constatan la dureza del encuentro. "Había mucha presión, mucha tensión", señalaba Santillana, que estuvo en el banquillo ese día. "Una batalla campal. Aquello fue un desastre. Nos dieron unas patadas... Ellos tenían que ganar a la fuerza porque si no ganaban no pasaban.  A nosotros con el empate nos servía", afirmaba en el programa Eugenio Leal

Suele decirse que el fútbol de antes era mucho más duro que el de ahora. Algo completamente cierto, por otra parte. El fútbol que yo recuerdo de cuando era niño, allá por los ochenta, desde luego era mucho más áspero y de mayor contacto que el de la actualidad. Sin embargo, he de reconocer que a veces pienso que se tiende a exagerar un poco las cosas o que las idealizamos en exceso. Y, sinceramente, pensaba que se había exagerado un poco a la hora de hablar de la dureza con la que nos recibieron en el llamado "pequeño Maracaná" de Belgrado en noviembre de 1977. "No será para tanto", pensaba yo...

Yugoslavia-España

El partido está colgado en YouTube con la narración original del periodista José Félix Pons, QEPD, para TVE. Así que merece la pena verlo. Yo no lo había visto nunca y ha sido toda una sorpresa encontrar el encuentro completo tal y como lo vieron los espectadores hace cuarenta años. Me gusta más que ver partidos emitidos con posterioridad utilizando la técnica de la narración en falso directo. Este Yugoslavia-España de 1977 no fue un espectáculo futbolístico visualmente hablando, todo sea dicho. Pero se trata de todo un documento histórico que merece la pena ser visionado, de verdad. Por cierto, aquel 30 de noviembre de 1977 era miércoles, día laboral y entre semana. Realizo esta apreciación porque revisando las hemerotecas he descubierto, asombrado, que el partido se emitió en directo por TVE... ¡a las 13.30 horas! A la hora de la comida, vamos... Supongo que muchos se lo perderían. A esas horas un miércoles... 

Según las crónicas ese 30 de noviembre fue un día lluvioso, aunque justo antes de arrancar el encuentro el enviado de TVE aclara que el cielo estaba encapotado pero que no llovía. Lo que sí que se percibe era el frío y un aspecto gélido propio de la época del año en la que se jugó el encuentro. Por supuesto, me refiero al tiempo atmosférico. En las gradas el clima era de todo menos frío. "Lleno total, como podrán observar a través de estas imágenes. Multitud de banderas", apreciaba el periodista de TVE. El Estadio Crverna Zvezda estaba literalmente abarrotado de gente. Según comenta José Félix Pons al inicio de la narración, "desde dos horas y media antes del comienzo del partido el campo estaba ya prácticamente lleno". Increíble. 95.000 espectadores en las gradas un miércoles poco después del mediodía... ¿Sería fiesta en Yugoslavia? Pues sí. Por lo visto aquel día fue festivo y por ese motivo el graderío estaba totalmente abarrotado. "Una enorme expectación", decían por televisión. Y, por lo visto, algunos valientes entre la multitud. "3.000 españoles se han desplazado desde nuestra patria, aunque será muy difícil que puedan percibirlos en sus imágenes porque han sido distribuidos en pequeñitos grupos a lo largo y ancho del campo", matizaba Pons.

Por cierto, mientras el narrador estaba relatando el listado de países en los que se ofrecía el partido en directo comenzaron a sonar los himnos nacionales. Con todo el respeto del mundo,  José Félix Pons interrumpió su locución para que se escuchasen las marchas que una banda, allí mismo en el campo, tocaba detrás de los futbolistas. Mientras, los realizadores ofrecían un barrido con las imágenes de los jugadores, tal y como se sigue haciendo hoy en día. Primero el himno español. Después, el yugoslavo. El público rugía y cantaba de manera atronadora. Posteriormente Pirri, como capitán del equipo español, participó en el sorteo inicial y los yugoslavos escogieron campo. Luego los anfitriones ofrecieron unos ramos de flores al trío arbitral. Y eso que después, durante el partido, no fueron precisamente flores lo que repartieron los hombres de Marko Valok.

El seleccionador Ladislao Kubala colocó sobre el terreno de juego el siguiente equipo: Miguel Ángel, Marcelino, Migueli, Pirri, Camacho, San José, Leal, Asensi, Cardeñosa, Juanito y Rubén Cano. En el banquillo quedaron Arconada, Alabanda, Olmo y Santillana. Marañón y López se quedaron sin vestir. Por cierto, en los créditos que ofrecía en pantalla la señal de la televisión yugoslava había un par de errores: Arconada aparecía dos veces y Leal figuraba en la alineación inicial y en el banquillo. En el once del equipo español había cinco madridistas, Miguel Ángel, Camacho, San José, Pirri y Juanito. El delantero de Fuengirola disputaba ese día su quinto partido como Internacional con la camiseta de España. Isidoro San José, por su parte, debutaba aquel día como Internacional jugando su primer partido con la Absoluta.

Arranca el ¿partido?

Bueno. Va a comenzar el encuentro. Españoles a la izquierda del campo, con camiseta roja, yugoslavos a la derecha, con camiseta azul. Pelota para los de Kubala. Rubén Cano y Juanito con el balón. El Sr. Burns pitó el comienzo del choque y... Joder... ¡Ni tres segundos! Uno de los delanteros locales se fue como un toro a por los españoles y primera falta del partido. Y un par de segundos después Juanito estaba en el suelo porque ya le habían debido de dar... Sólo era un anticipo de lo que se iba a ver. En el primer ataque español ya se podía apreciar perfectamente que los anfitriones iban a jugar duro. "La entrada no fue excesivamente ortodoxa...", decía José Félix Pons sobre una acción de los de casa.

El primer córner del partido fue para los yugoslavos. Pirri se hizo con el balón y trató de salir con el esférico jugado escorado por la banda derecha, pero un rival le caza de manera aparatosa en la pierna izquierda. Mientras estaba tendido en el suelo, le da unas palmaditas. "No ha sido nada", parece decirle. Pero el capitán se retuerce de dolor y tiene que ser atendido en la banda. Un error de Marcelino propició una nueva jugada de ataque de los balcánicos que Camacho desvió a córner. Pirri regresó al campo y Cardeñosa envió a las nubes un balón sobre la portería local. A Pirri le vuelven a dar una nueva tarrascada. El número cinco del combinado español cojeaba y tuvo que ser atendido poco después en la banda mientras Olmo calentaba. No pudo seguir. A los trece minutos se produjo el cambio y Pirri abandonó el césped cojeando de manera ya definitiva.

Los españoles caían con demasiada facilidad en el fuera de juego mientras que los yugoslavos forzaron varios saques de esquina. Quizás demasiados. En uno de ellos, en el minuto 26, llegó la ocasión más clara en un perfecto cabezazo que Olmo sacó bajo palos de manera providencial. El juego no era nada fluido y las interrupciones eran constantes. La necesidad de marcar obligaba a los anfitriones, que habían salido muy fuerte la primera media hora, pero a partir del minuto 30 se apreció un cambio de tendencia y los españoles empezaron a llegar arriba con más criterio. El juez de línea invalidó una acción de Juanito en la que el malagueño, muy pillo, había robado la cartera a un defensor. No obstante, los de casa trataban de irse rápido hacia el marco rival cada vez que podían y los defensores españoles tuvieron que emplearse a fondo. No deja de ser curioso que las dos primeras amarillas del partido fuesen para jugadores españoles. La segunda, a Rubén Cano en una recta final de primer tiempo en la que ya hubo jaleo...

Con el balón parado tras la falta en la que el colegiado le sacó la tarjeta al delantero hispano argentino, el número 8 yugoslavo empujó con ambas manos en la cara a Rubén Cano. Los jugadores españoles señalaban a Susic, al que sus compañeros alejaron inmediatamente para no empeorar las cosas. El árbitro no pitó absolutamente nada pese a las quejas de los visitantes. La televisión yugoslava no repitió las imágenes, que sólo se pudieron apreciar en directo. Parecía tarjeta roja, sí, lo que hubiera dejado con diez a los anfitriones justo en el ecuador del encuentro. La cosa se fue animando y las entradas de los yugoslavos empezaron a ser más aparatosas. Lo que sí que pitó el británico, en el minuto 40, fue unos pasos del portero Katalinic y el consiguiente libre indirecto dentro del área contra la portería de los de Belgrado. Dos veces se adelantó la barrera y tarjeta... ¿para Juanito? Surrealista. Rozando el minuto 45 una buena acción de Rubén Cano marchándose por línea de fondo concluyó con pase atrás para que Leal, desde la línea del área, lanzase a la izquierda de la portería. Terminaba el primer tiempo con 0-0 en el marcador y tres tarjetas para los españoles: Cardeñosa, Rubén Cano y Juanito. 

Segunda parte

"Comienza la segunda parte... Y preparémonos a sufrir". José Félix Pons se olía lo que terminaría pasando y avisaba al personal. Lógico, por otra parte. Los yugoslavos tenían 45 minutos por delante para marcar dos goles. Un minuto después de echar a rodar el balón de nuevo Rubén Cano fuerza una falta al borde del área a favor de España... Y se queja en el suelo de que le han dado un golpe. Cardeñosa lanzó alto el balón. Los balcánicos tuvieron una aproximación muy clara en el área de Miguel Ángel que finalmente desbarató la defensa española. Y poco después una internada de Juanito acabó en córner. El malagueño sacó de esquina mientras desde la grada, según la narración de TVE, le estaban lloviendo objetos. El público se impacientaba, claro.

De las botas de Juanito salió la ocasión más clara que tuvo España en la primera hora de partido. Un perfecto pase largo que superó a tres rivales permitió a Rubén Cano desbordar al guardameta local en su salida. El balón se marchaba por línea de fondo y el delantero corrió hacia él mientras la portería permanecía desguarnecida. Cano logró frenar el esférico, pero no pudo frenarse a sí mismo y resbaló fuera del campo mientras la pelota, lentamente, también se marchaba por línea de fondo. Ocasión clara para los de Kubala. Por cierto, las crónicas reflejan que el terreno de juego estaba en buenas condiciones. No sé si sería el frío o por qué, pero el caso es que había muchos resbalones a la hora de jugar. Por ambos bandos, ojo.

En el minuto 64 el seleccionador local Marko Valok efectuó un doble cambio, quemando las naves dado que el cronómetro corría y sus pupilos se veían incapaces de perforar el arco contrario. Jugaron muy precipitados y el público protestaba cada vez de manera más ostensible. Marcelino vio la cuarta cartulina amarilla para los nuestros. Una internada de Migueli por el centro del campo concluyó con el defensor recibiendo una patada. A estas alturas del encuentro impresionaban los rugidos de la grada. Hay un momento que se percibe de manera nítida los gritos de "Yugoslavia, Yugoslavia" a través del sonido ambiente. Apretaban los de casa. El recién incorporado Vukotic, en jugada individual, consiguió marcharse de tres defensores y lanzó un disparo que se marchó muy cerca de la portería de Miguel Ángel. Respiraron los españoles...

¡Gol de España! 

La Selección había aguantado bien hasta el momento un marcador que le servía para clasificarse. Los yugoslavos necesitaban los dos goles, pero sería España quien anotase. El único tanto del partido se registró en el minuto 71. Juanito envió un milimétrico pase al área entre tres adversarios y Cardeñosa, entrando en carrera por la izquierda, consiguió alcanzar el balón en la misma línea de fondo, a metro y medio del área, aproximadamente. El futbolista del Betis, de primeras y algo forzado, centró con la zurda al interior del área. Rubén Cano, también a la primera, conectó el balón con la diestra de manera un tanto peculiar, todo hay que decirlo. La jugada transcurrió medio a trompicones, pero lo cierto es que el hispano-argentino acertó con el golpeo y la pelota botó delante del portero yugoslavo desconcertando un poco al arquero. Adentro. ¡Gol de España! ¡Rubén Cano ha marcado a centro de Cardeñosa el primer gol del partido! ¡Gol de España!

La alegría con la que los españoles celebraron el tanto estaba más que justificada. Quedaban veinte minutos para el final y Yugoslavia pasaba a necesitar tres goles si quería estar en Argentina. Ahora sí que se iba a calentar el tema... Muchas prisas en el cuadro local. E imprecisiones, muchas imprecisiones. Un yugoslavo falló un pase de lo más sencillo y le entregó el balón a Juanito. El siete trató de evitar que un rival le quitara el balón. Lo consiguió en primera instancia pero entonces recibió una durísima entrada con la pierna en alto de Hatunic. Tarjeta amarilla que, seguramente, hoy en día hubiese sido roja. Protestaban los anfitriones, sin razón, y se montó un amago de trifulca que, afortunadamente, quedó en nada. Olmo sacó en largo la falta para Rubén Cano, en fuera de juego. El delantero se quejó de una nueva patada sin que el colegiado le hiciese caso. En la banda Kubala se disponía a efectuar un cambio. Y ahí llegó el momento que todo el mundo recuerda. El incidente por el que pasó a la Historia este partido...

El botellazo 

El seleccionador realizó un cambio en la delantera. Juanito, el hombre más peligroso del equipo español y uno de los objetivos más claros de las entradas de los futbolistas yugoslavos, cedería su sitio a Dani Ruiz-Bazán. Los dos jugadores se saludan y mientras el malagueño cruza la pista de atletismo camino del banquillo levanta su brazo derecho y hace el gesto, con el pulgar hacia abajo, indicando al público que su equipo va a caer y que están eliminados. La narración en directo de TVE es bastante ilustrativa de aquel momento. "Juanito se retira, en un gesto que no debe hacer... No nos ha gustado nada ese gesto de Juanito.... ¡Que recibe un botellazo en plena cabeza! No nos gustaba el gesto de Juanito pero el botellazo que ha recibido en la cabeza el jugador español es indigno de una afición deportiva", comentaba José Félix Pons.

La botella que se lanzó desde la grada impactó sobre la cabeza del futbolista, que cayó fulminado al suelo. El sonido ambiente en el estadio era terrible. Terrible. Pero, de verdad, hasta el punto de que casi no se le escucha al locutor de TVE. "Decíamos que no nos gustó nada el gesto de Juanito porque eso no se puede hacer tampoco...", se le entiende al periodista mientras en pantalla se aprecia el tumulto que se forma junto a los banquillos. Miembros de los dos equipos se enfrentaron en aquel momento mientras se trataba de atender a Juanito, todavía tirado en el suelo. En las imágenes se puede observar al periodista José María García, pasando 'desapercibido' con un abrigo naranja chillón entre la maraña de gente que se congregó allí. 

Mientras se atendía a Juanito, el juego se reanudó. Insisto, los chillidos y los cánticos desde la grada eran atronadores. El sonido ambiente prácticamente sepultaba la voz de la narración. No había pasado ni un minuto desde el botellazo y ya se había montado una tangana impresionante. A Cardeñosa le intentan cazar con una entrada durísima, pero en pocos segundos se monta una trifulca en la que son varios los jugadores españoles que reciben. Impresionante el número 11 yugoslavo, que suelta una patada de auténtico cafre a Migueli. ¡Y no ve la roja! Volviendo a ver las imágenes hay algo que me deja con la boca abierta.... En pleno partido, hay un fotógrafo allí metido en el campo, junto a los jugadores, captando cómo se tratan de sacudir unos a otros. ¡El esperpento de Valle-Inclán llevado al fútbol! 

Mencionaba al comienzo de la entrada que el título de La Batalla de Belgrado evocaba a un capítulo de las Guerras Austro-Turcas o de la Segunda Guerra Mundial... Bueno, pues resulta que hay una fotografía de esos precisos instantes que parece sacada de una puta guerra. Se trata de una instantánea de la Agencia EFE del momento en el que están retirando en camilla a Juanito después del botellazo, mientras en el campo sus compañeros están en plena refriega. De verdad, ver esa fotografía de los camilleros, en blanco y negro, transmite miedo. Las caras de quienes aparecen en la imagen reflejan el temor del momento. 

Por si había poco desmadre en el campo y en las gradas un balón por alto acaba entrando en la portería de Miguel Ángel pero el colegiado, por extraño que parezca, invalida el tanto por fuera de juego. Los yugoslavos, desquiciados, protestaban reclamando el gol. Ya casi no se jugaba. Empujones, entradas a destiempo, caídas al suelo... A ocho minutos del final los anfitriones volvieron a rozar el gol en una acción en la que un jugador local elevó la pelota por encima de Miguel Ángel marchándose el esférico fuera por poco. En cualquier caso, poco fútbol. Como durante casi todo el partido. Por cierto, que en ese tramo final se escuchan perfectamente cohetes y explosiones. Desde la grada, los aficionados utilizaban los fuegos artificiales con los que presuntamente pensarían festejar una clasificación que en aquellos momentos ya parecía imposible para los balcánicos. En cualquier caso, el público no paraba de gritar y de animar a los suyos. A Rubén Cano le volvieron a realizar dos duras entradas y a Dani otra. Seguramente todo era fruto de la impotencia.

Con el pitido final terminó la contienda, nunca mejor dicho. José Félix Pons concluye la emisión contando que aquella misma noche, a las 21.30 horas, la Selección llegaría al aeropuerto de Barajas. "Cuando están cayendo botellas a la entrada del foso", advierte por último el periodista antes de despedirse. Lo de las botellas debió de ser generalizado y no sólo un hecho aislado con Juanito. Según la narración del reportaje efectuado de aquel partido por el NO-DO, "la violencia continuaría fuera del campo contra los informadores y aficionados españoles". Vamos, que los incidentes se sucedieron también al término del choque. "Los yugoslavos han dejado bien claro lo que no debe ser el deporte", añadían en el noticiario. 

Epílogo

No cabe duda de que el Yugoslavia-España de 1977 fue un partido muy duro. Una vez visualizado sí que tengo que decir que tampoco me ha parecido tan violento como me había imaginado después de escuchar todo lo que se ha hablado respecto a ese encuentro a lo largo de los años. Eso sí, me refiero a lo estrictamente futbolístico, a lo que pasó sobre el terreno de juego. No me refiero a lo que sucedía alrededor porque ahí sí que son unánimes todas las crónicas y todos los testigos a la hora de referirse a la hostilidad del público local. De hecho, el equipo español tuvo problemas incluso durante el calentamiento previo al partido. Y es evidente que se tiró de todo desde las gradas. En cualquier caso, sí que fue un partido de mucha dureza y sorprende que los yugoslavos acabaran con once, porque merecieron perfectamente un mínimo de dos o tres tarjetas rojas. Por otro lado, el arbitraje, aunque casero y muy permisivo, también fue valiente en algunas acciones puntuales. Me ha sorprendido mucho el gol que les anula a los de casa en la recta final. Me imagino que el colegiado Kenneth Howard Burns, QEPD, y sus asistentes tratarían de contentar a todos como buenamente podían teniendo en cuenta las circunstancias... El clima que rodeaba al envite era el que era...

El partido será siempre recordado por las imágenes del botellazo a Juanito. Eso ya es inevitable. Como señalaba al comienzo de esta entrada, se trata de un capítulo obligatorio en todas las biografías y documentales sobre la vida del legendario futbolista de Fuengirola. Afortunadamente todo quedó en un susto y pese al dramatismo del momento el incidente terminó siendo recordado con un pequeño toque humorístico. "También era fácil darle, eh, porque Juan...", comentaba Eugenio Leal en el reportaje de Informe Robinson mientras gesticulaba con las manos aludiendo al tamaño de la testa del malagueño. "Entonces todo el mundo teníamos motes, pero él era, lógicamente, cabezón", matizaba con una sonrisa su gran amigo y compañero José Antonio Camacho en ese mismo programa.

Hace unos pocos meses Manuel Jiménez 'Lolino', preparador físico del Mérida cuando Juanito entrenó al equipo extremeño, me comentaba que curiosamente sólo un par de días antes del fatídico accidente estuvieron comentando aquel famoso incidente de la botella en Belgrado. Recupero el fragmento de la entrevista que le hice y que ya publiqué aquí en su día. 

Lolino: Él, por ejemplo, me contaba que lo del botellazo en Belgrado, con el campo tan largo hasta la grada, tendría que haber hecho el gesto diez segundos antes para que alguien le tirara la botella. Es decir, que la botella ya venía a él hiciera o no hiciera el gesto. Era un campo que tenía pista de atletismo y la grada estaba muy lejos. Con lo cual, cuando hace el gesto, a los dos segundos le ha dado la botella. Eso me lo contó dos días antes del accidente. Fuimos a recogerlo mi padre y yo a Sevilla. Habíamos hecho un partido en Barcelona y él se quedó haciendo el Estudio Estadio. Hizo un vuelo al día siguiente a Málaga y me pidió que le fuera a buscar, porque le acercaban de Málaga a Sevilla. Esto fue dos días antes del accidente. Estando en el coche me contó varias y una de ellas fue ésa de la botella. Mi padre le preguntaba qué pasó aquel día. Juanito le decía: "Yo me la merecía por haber hecho aquello... ¡Pero coño, que la botella ya venía!". (Risas) 

Ahí quedó la anécdota del botellazo a Juanito. La cosa terminó bien a pesar de todos los contratiempos ese 30 de noviembre de 1977 del que hoy se cumplen cuarenta años. España ganó 0-1. La Selección regresó con algunos heridos en su expedición pero España selló su pase para el Mundial de Argentina-78. Quizás ahora, cuatro décadas después y tras haber visto al equipo nacional ganar un Mundial y dos Eurocopas, nos parezca algo de lo más trivial. Pero es que hubo un tiempo en el que, para la Selección, conseguir la clasificación para un Mundial era todo un logro. Me imagino que tuvo que ser toda una proeza para quienes lo vivieron a través de la televisión y para los futbolistas que lo vivieron in situ a pie de campo. Y eso hay que respetarlo.

YUGOSLAVIA: Katalinic, Hatunic, Muzinic, Stojkovic, Boljat, Trifunovic, Sead Susic (Halilhodzic, 64'), Surjak, Popivoda (Vukotic, 64'), Kustudic y Safet Susic.

ESPAÑA: Miguel Ángel, Marcelino, Pirri (Olmo, 13'), Migueli, Camacho, San José, Leal, Asensi, Cardeñosa, Juanito (Dani, 76') y Rubén Cano.

GOL
0-1 min. 71 Rubén Cano