sábado, 30 de septiembre de 2017

EL NÁPOLES, ELIMINADO

El Real Madrid empató 1-1 en San Paolo y dejó al campeón italiano en la cuneta

El miércoles 30 de septiembre de 1987 al Real Madrid le tocó disputar la vuelta de la eliminatoria de Copa de Europa frente al Nápoles. Lo hacía con la renta del 2-0 cosechado en el encuentro de ida disputado en un Santiago Bernabéu vacío. El 'partido del silencio'. El partido en el que Chendo anuló a Maradona y que supuso empezar con buen pie aquella edición europea en la que tendríamos que cumplir dos encuentros de sanción como locales por castigo de la UEFA.

El partido generó una enorme expectación. Durante los días previos ya se hablaba del duro recibimiento que tendría el equipo en Italia. "Salir vivos del infierno" fue el titular de portada del diario Marca el día del choque entre los campeones de Italia y España. El ambiente fue muy tenso. Los italianos tenían que remontar la eliminatoria y trataban de darse ánimos y generar optimismo entre sus filas y entre sus aficionados. En cierto modo, comprensible. Pero algunas manifestaciones y declaraciones quizás fueron un tanto exageradas. El hostigamiento comenzó para la expedición blanca en el momento de poner pie en Italia, en el mismo aeropuerto. Los aficionados locales incluso llegaron a presentarse en el hotel de los blancos para tratar de molestar a los futbolistas todo lo posible. Tras un entrenamiento en San Paolo, el autobús del equipo fue atacado por los 'tifosi' napolitanos y debido al lanzamiento de todo tipo de objetos una de las lunas del vehículo acabó hecha añicos.

El ambiente estaba caldeado. "No es ético el montaje que están haciendo. Pero da igual; en el campo seremos once contra once", aseguraba Hugo Sánchez. "El Madrid tiene más equipo", apuntaba Miguel Tendillo, por su parte. "Lo importante, no caer en provocaciones", advertía Leo Beenhakker en la previa del encuentro. "El ambiente está muy caliente y la afición del Nápoles, lógicamente, quiere favorecer a su equipo. Pero nosotros vamos a salir a luchar y a ganar", manifestaba el técnico del Real Madrid.

Además, había 'cuentas pendientes' del partido de ida. Bagni y Míchel las tuvieron tiesas en el Santiago Bernabéu. "No creo que Bagni sea el que me vaya a marcar. Además, lo tengo muy claro. Yo me enfadé con él en Madrid, pero cuando ya las cosas eran muy descaradas", comentó Míchel en declaraciones recogidas por Marca. "Mi problema no es Bagni, sino el Nápoles", añadió. "Ellos intentarán provocarnos, pero como futbolistas somos superiores. Intentaremos ganar el partido por todos los medios. Nos quieren desconcentrar, pero nos da igual", añadía el centrocampista madrileño, que había sido uno de los destacados en la ida.

Pues sí... Desde Nápoles se trató de 'calentar' el ambiente todo lo posible y el público respondió con un lleno en el estadio San Paolo. El encuentro supuso un récord de recaudación en la historia del fútbol italiano. Según los medios de la época el Nápoles-Real Madrid generó cerca de 1.000 millones de las antiguas pesetas en concepto de taquilla y retransmisión televisiva. El choque fue televisado en directo para quince países.

El partido

Respecto al encuentro de ida hubo novedades en los dos equipos. Hugo Sánchez pudo estrenarse en Europa aquella campaña después de cumplir con su sanción y acompañó a Butragueño en la punta de ataque en detrimento de Santillana. El capitán ese día fue Ricardo Gallego, que tuvo que ser sustituido por Mino en el segundo tiempo a causa de una lesión en el tobillo derecho que le tendría alejado de los terrenos de juego cuatro meses. El resto fueron los mismos en el cuadro de Leo Beenhakker. En las filas locales, por su parte, el Nápoles pudo alinear a su equipo de gala con la recuperación del brasileño Careca. Maradona, Giordano y Careca formaron la línea de ataque de los italianos. También jugó Francini, que no estuvo en Madrid dos semanas antes y que resultaría ser el autor del primer gol del partido en San Paolo.


Tal y como presagiaba Marca en su primera página los aficionados italianos convirtieron el estadio en algo parecido a un infierno. Y además, casi de manera literal. Las bengalas con las que los 'tifosi' aderezaron la previa del encuentro generaron tal humareda que el inicio del choque se retrasó unos minutos sobre el horario previsto, las 20.30 horas. Desde luego, fue una dura prueba para los madridistas en todos los sentidos.

Arbitró el alemán Dieter Pauli. Los italianos salieron en tromba de inicio. Era normal. Tenían dos goles en contra y no tenían más remedio que salir a morder. Se adelantó el Nápoles a los diez minutos por medio de un balón colgado al área. Careca cabeceó el balón y Solana trató de sacar el peligro sin conseguirlo. El esférico cayó en los dominios del local Francini que remató de cabeza casi a bocajarro. Buyo detuvo el disparo pero el despeje fue cazado por el propio Francini quien, a la segunda, consiguió llevar el balón a la red.

Lo cierto es que al Madrid le costó un poco ubicarse sobre el terreno de juego durante los primeros compases del choque, algo que coincidió con los compases de mayor presión de los italianos. El 1-0 incrementó las esperanzas locales, pero curiosamente poco a poco el Madrid, que seguía por delante en la eliminatoria, se fue encontrando a sí mismo. Hugo lanzó fuera un balón de chilena y Sanchís cabeceó alto un saque de esquina botado por Míchel. Atrás, Buyo desbarataba las llegadas de los anfitriones como un cabezazo de Careca cerca del minuto 40. Poco después, de nuevo Careca dispuso de otra oportunidad tras recibir un centro desde la izquierda de Francini. El guardameta madridista salvó de nuevo al equipo. Y del posible 2-0 se pasó al 1-1...

El Real Madrid igualó el partido con un gol de los denominados 'psicológicos', justo antes de alcanzarse el ecuador de la contienda. Fue un gran gol. La jugada se inició por la banda derecha. Pugnaban por el esférico cuatro futbolistas de los dos equipos. Míchel terminó interceptando el balón a Francini y combinó con Hugo Sánchez. El mexicano realizó un precioso envío al interior del área al apreciar el desmarque que estaba efectuando Butragueño. Emilio, que entró corriendo en las inmediaciones de la portería de Garella, sorprendió por completo a la defensa italiana. El Buitre tocó el balón lo justo para cruzarlo a la izquierda y superar la salida del arquero anfitrión estableciendo el 1-1. Lo dicho, preciosa jugada y gran gol.

El tanto de Butragueño obligaba a los italianos a marcar dos goles más para pasar una eliminatoria que se ponía 3-1 a favor de los de Leo Beenhakker, que además no habían encajado en Madrid y habían marcado fuera de casa. El 1-1 cayó como un jarro de agua fría en las filas locales. La situación se ponía ya totalmente de cara para el conjunto madrileño.

El segundo tiempo transcurrió con el cronómetro corriendo a favor de los visitantes y con los italianos cada vez más desmoralizados. Trataron de apretar en los primeros compases de la reanudación, sobre todo a balón parado, pero sin éxito. Maradona tampoco tuvo un gran día. El astro argentino volvió a estar perfectamente marcado por Chendo. El de Totana brilló en el encuentro de ida, pero en el partido de Nápoles volvió a demostrar su enorme capacidad de sacrificio por el equipo. El Madrid incluso tuvo opciones de desequilibrar el marcador como en una buena jugada de Hugo Sánchez, en una contra, que concluyó con un centro desde la izquierda que Jankovic, que había sustituido a Martín Vázquez, remató alto. Y en el minuto 85, en otra contra, Míchel llegó a plantarse solo delante de Garella pero tampoco acertó. En cualquier caso, a esas alturas de encuentro el pase del Madrid estaba ya hecho... A falta de tres minutos para el final el Nápoles se quedaba con diez por la expulsión de Carnevale, que le dio una patada a Buyo. No hubo para mucho más. 1-1 en San Paolo y 3-1 en el global de la eliminatoria para el Real Madrid. La única mala noticia de aquella noche, la lesión de Gallego en un choque fortuito con Romano.

"Maradona es el más grande, pero nosotros tenemos los mejores jugadores del mundo", manifestó con orgullo el presidente Ramón Mendoza a la vuelta de Italia. El equipo fue recibido por los aficionados a su llegada a Madrid. Algo muy diferente a lo que habían vivido los anteriores dos días en suelo transalpino. En plena madrugada, miles de seguidores se acercaron a Barajas.

El Real Madrid superó el primer escollo de la Copa de Europa 1987-88. El campeón italiano y Maradona habían quedado en la cuneta y el conjunto blanco pasaba a octavos de final. Pero el siguiente rival también sería de peso. Nada más y nada menos que el vigente Campeón, el Oporto. Pero de eso ya hablaremos cuando toque. Será otro capítulo de las 'Historias del Real Madrid'.

NÁPOLES: Garella, Ferrara, Ferrario, Renica, Francini, De Napoli, Romano, Bagni, Maradona, Careca y Giordano (Carnevale, 67').

REAL MADRID: Buyo, Chendo, Tendillo, Sanchís, Solana, Míchel, Gallego (Mino, 52'), Martín Vázquez (Jankovic, 45'), Gordillo, Butragueño y Hugo Sánchez.

GOLES
1-0 min. 10 Francini
1-1 min. 44 Butragueño 

miércoles, 27 de septiembre de 2017

OTRO TRIUNFO EN ALEMANIA

El Madrid se impuso anoche al Borussia Dortmund en el Westfalenstadion

Ayer por la tarde, después de comer y tomándome un descanso antes de volver al trabajo, estuve viendo en Real Madrid Televisión la primera parte del 0-4 en Múnich de hace tres años. Cómo me gusta la programación del espacio 'Historia que tú hiciste'. Qué partidazo el de aquellas semifinales de abril de 2014... Y por la noche, en directo, otro partido en Alemania. Y otro triunfo. Esta vez 1-3 en Dortmund frente al Borussia, equipo al que nos hemos enfrentado unas cuantas veces a lo largo de estos últimos años. Es curioso cómo cambia la cara del equipo siempre que vamos por Europa. En ocasiones titubeamos en las competiciones domésticas, como nos está pasando en este inicio de temporada en Liga. Pero es escuchar el himno de la Champions y saber que la cosa, afortunadamente, suele cambiar. Europa motiva al Real Madrid, eso es indudable.

Al término del encuentro no hacía más que recordar lo duro que siempre había sido visitar Alemania para el Real Madrid. Durante años y años ir allí era sinónimo de ir a sufrir. Muchas decepciones nos hemos llevado los madridistas en Europa cuando acudíamos a jugar a suelo germano. Actualmente, el panorama ha cambiado mucho. De los últimos siete encuentros que hemos protagonizado en Alemania el equipo se ha impuesto en cinco. Ayer ganábamos por primera vez en Dortmund, donde acumulábamos un saldo de tres empates y tres derrotas. Por fin llegó el primer triunfo en el Westfalenstadion.

El partido nos deja otra efeméride para la Historia. El de anoche fue el partido número 400 de Cristiano Ronaldo con el Real Madrid. El astro portugués pasa a formar parte de uno de los selectos grupos de futbolistas históricos del Club. Sólo otros 21 jugadores han alcanzado dicha cifra de encuentros con la camiseta blanca. El luso celebró la ocasión firmando una nueva exhibición y anotando dos tantos. 412 goles para el Real Madrid, Club del que es su máximo goleador histórico.

Quiero hacer mención, hablando de los goles de Cristiano, de las imágenes que hemos podido ver por televisión tras el 1-3. El realizador ofreció un plano de un sector de la grada en el que se ubicaban aficionados del Real Madrid y pudimos contemplar la simpática celebración de una niña pequeña, ataviada con su camiseta del Real Madrid, imitando el gesto y las formas con las que Ronaldo festeja sus goles. Con grito incluido, oye. La pequeñaja lo clavó. Qué salada. Sin duda, otra de las imágenes que van a quedar para el recuerdo del partido en Dormund. Es más, minutos después, el GIF con la celebración de la pequeña madridista ya estaba circulando por foros y redes sociales...

En fin. El duelo de este martes 26 de septiembre de 2017 será otra de esas noches europeas que recordaremos en el futuro. Otro capítulo más de las 'Historias del Real Madrid'. 

BORUSSIA DORTMUND: Burki, Pisczek, Sokratis, Toprak, Toljan (Dahoud, 60'), Sahin (Weigl, 60'), Castro, Götze (Pulisic, 76'), Yarmolenko, Aubameyang y Philipp.

REAL MADRID: Keylor Navas, Carvajal, Varane, Sergio Ramos, Nacho, Casemiro, Kroos, Modric (Ceballos, 91'), Isco (Asensio, 76'), Bale (Lucas Vázquez, 85') y Cristiano Ronaldo.

GOLES
0-1 min. 18 Bale
0-2 min. 50 Cristiano Ronaldo
1-2 min. 54 Aubameyang
1-3 min. 79 Cristiano Ronaldo 

jueves, 21 de septiembre de 2017

73 PARTIDOS CONSECUTIVOS MARCANDO

Nuevo récord en el fútbol europeo para el Real Madrid

Ahí se queda el dato para la Historia del Club. El Real Madrid ha marcado gol en 73 partidos oficiales de manera consecutiva. La racha se inició el 30 de abril de 2016 en Anoeta y se prolongó hasta el 17 de septiembre de 2017 en el mismo estadio, qué curioso. Durante ese lapso de tiempo, un reguero de goles distribuidos de la siguiente manera: 121 en Liga, 41 en Champions League, 22 Copa del Rey, 6 en Mundial de Clubes, 5 en la Supercopa de Europa y 5 en la Supercopa de España. Total, 200 tantos. A lo largo de este año y medio el equipo se ha adjudicado 2 Champions, 1 Liga, 1 Mundial de Clubes, 2 Supercopas de Europa y 1 Supercopa de España. 7 títulos.

El Real Madrid ya había superado el pasado mes de mayo el récord de Europa que estaba en manos del Bayern de Múnich, que alcanzó los 61 partidos consecutivos marcando en todas las competiciones entre marzo de 2013 y abril de 2014. Una vez superado el récord europeo las miras estaban puestas en el récord mundial... Aunque la barrera era ciertamente compleja de fija. Aunque desde hace varias semanas en los medios de comunicación se mencionaba que el récord mundial lo había establecido el Santos de Pelé con 73 partidos el dato no era correcto. De hecho, ni siquiera es el récord del fútbol brasileño. Según parece, el River Plate argentino llegó a marcar en 96 partidos consecutivos entre los años 1936 y 1939

Y, quién sabe, quizás ese tampoco sea el récord absoluto. Es posible que buceando y rebuscando entre datos y estadísticas alguien encuentre a algún equipo, de alguna Liga, de algún país, que en vete a saber qué década de principios del Siglo XX encadenara vete a saber cuántos partidos seguidos viendo portería... Muy complicado llegar a saber a ciencia cierta cuándo, dónde y quién llegó a más partidos seguidos marcando gol. Otra cuestión sería valorar la dificultad y el mérito de esas cifras basándose en el nivel de las competiciones en las que se hubiesen logrado esas marcas. Y también habría que comprobar si esas cifras realmente se alcanzaron y si se pueden verificar, puesto que seguramente se conseguirían en la década de los años treinta, veinte o incluso con anterioridad... Y claro, las fuentes y registros de aquella época no siempre eran certeras o fiables. La verdad es que tiene que ser muy complicado analizar estadísticas deportivas de finales del XIX y principios del XX.

En fin... Ya da igual. El Real Madrid deja en 73 el número de partidos consecutivos marcando, lo cual es una cifra magnífica. Salvo que alguien saque algún nuevo dato que desconocíamos, estos 73 partidos suponen un récord en la Historia del Real Madrid, en el fútbol español y en el continente europeo.

lunes, 18 de septiembre de 2017

ZÉ ROBERTO

El futbolista brasileño participó en dos campañas diferentes con el Real Madrid

El partido frente al Rosenborg BK noruego con el que se inició la Champions League de la temporada 1997-98 se ganó 4-1 y uno de los goles fue anotado por el brasileño Zé Roberto. No deja de ser un pequeño dato, pero lo cierto es que aquel fue su único gol con la camiseta del Real Madrid. Una efeméride que nos sirve para echar de nuevo la vista atrás y recordar a este jugador. Fue un caso curioso el de este futbolista. Sólo pasó unos meses con nosotros en el Santiago Bernabéu, repartidos entre dos campañas diferentes. Fue en 1997, hace ahora veinte años. Y lo más alucinante es que a día de hoy, dos décadas después... Zé Roberto sigue siendo jugador en activo. Sí, sí... A sus 43 años, el brasileño sigue jugando al fútbol en las filas del Palmeiras.

La llegada de Zé Roberto al Real Madrid fue, la verdad, un tanto curiosa. Y hay que ponerla en su contexto. La primera vez que se vinculó el nombre del brasileño con el Madrid fue en diciembre del año 1996. Por aquel entonces había un par de asuntos claros, que el fichaje de Roberto Carlos había sido un total acierto y que con Secretario la cosa no había resultado tan bien, por desgracia. Era tal el entusiasmo que había con Roberto Carlos durante los primeros meses de estancia con nosotros que al parecer la directiva del Club puso sus ojos en Brasil de cara a buscar más refuerzos y jugadores de futuro. Recordemos que aquella era la temporada 1996-97, la de 'La Liga de las Estrellas' y la llegada de los extranjeros amparados en la Ley Bosman. Dado que con Secretario no había habido tanta suerte y el portugués no terminaba de ofrecer el rendimiento esperado se trató de buscar a 'otro' Roberto Carlos para la banda derecha. Y fue ahí cuando salió el nombre de Zé Roberto.

Sí... Sé que suena muy raro todo eso puesto que, evidentemente, Zé Roberto era un futbolista de banda izquierda. Pero el interés inicial por Zé Roberto se basaba en la búsqueda de un lateral para la banda derecha de cara al mercado de invierno 96-97. Una cosa muy rara. No sé si el hecho de llamarse Roberto y ser brasileño influyó, pero el caso es que se habló del jugador como de un nuevo Roberto Carlos para la banda derecha. 

José Roberto da Silva Junior, nacido el 6 de julio de 1974 en Ipiranga, Brasil, tenía por aquel entonces 22 años y militaba en la Portuguesa. Pese a que se daba por hecho que el brasileño llegaría al Bernabéu en el mercado de invierno la contratación se torció, lo que originó que el Real Madrid buscara nuevas opciones para el lateral derecho. Recordemos que finalmente quien llegó para sentar a Secretario fue el italiano Christian Panucci. Pero también se fichó a otro brasileño, César Prates, con vistas a futuro. Prates llegó en enero de 1997 para jugar en el Castilla, por aquel entonces Real Madrid B. Pero en aquellos viajes de Lorenzo Sanz a Brasil el presidente y su círculo de colaboradores seguían empeñados en cerrar la contratación de Zé Roberto. La Portuguesa, sin embargo, no parecía dispuesta a dejar marchar a media temporada al jugador, que finalizaba su contrato en marzo de 1997. Para liarse un poco más la situación entró un nuevo actor en escena. El Lazio italiano también estaba interesado en contratar a Zé Roberto pese a que, según parece, el jugador ya tenía un compromiso con el Real Madrid. Así lo aseguraba el presidente Sanz, que daba por hecho que en el mes de marzo el futbolista se pondría la camiseta blanca. Al mismo tiempo, Zé Roberto firmó una ampliación de contrato con la Portuguesa hasta julio de 1997. Un auténtico lío. El típico culebrón de fichaje... Sólo que no estábamos en verano, no... ¡Estábamos en plena temporada 1996-97!

Las cosas se suelen arreglar hablando y negociando. A primeros de marzo de 1997 el presidente Lorenzo Sanz volvió de Brasil tras cerrar un acuerdo con la Portuguesa por el que el Real Madrid se hacía con los servicios de Zé Roberto y con una opción de compra sobre Rodrigo Fabri. Un 2x1 de manual, vaya. El primero se incorporaría de manera inminente a la plantilla y el segundo lo haría, supuestamente, ya de cara a la siguiente temporada 1997-98. Como apuntaba antes, estábamos en plena fiebre de fichajes en el extranjero. Sanz incluso cerró un principio de opción de compra por Denilson, que posteriormente ficharía por el Betis. Y no viene de más recordar en este punto que desde varios meses atrás el Madrid trataba de cerrar el fichaje de Christian Karembeu, del que ya escribiré en su momento dentro de unas cuantas semanas, y de Thierry Henry, un jovencito francés que apuntaba maneras en el Mónaco y que prometía mucho... Pero bueno. Eso son otras 'historias'... Lo cierto es que quien ya era nuevo jugador del Real Madrid era José Roberto da Silva Junior. Zé Roberto. 

Estancia en Madrid 

Zé Roberto fue presentado en Madrid el martes 18 de marzo de 1997. Aquella semana el equipo de Capello recibía al Zaragoza en Liga y todos los medios apuntaban que el nuevo jugador blanco debutaría frente a los maños. Pero no. Fue en la siguiente jornada, en Tenerife, donde Zé Roberto se enfundó por primera vez la camiseta blanca en partido oficial. El Madrid acudió a la isla, que tan malos recuerdos nos traía, cargado de bajas. Así las cosas, Zé Roberto tenía vía libre para jugar. Lo hizo de titular, además. Dejó buenas sensaciones en su primer partido con nosotros. El duelo acabó 1-1, un empate satisfactorio por el lugar en el que se conseguía y porque aquella jornada también empataron los tres equipos que tenía por detrás el Madrid. Seguíamos siendo líderes en una Liga cuya recta final estaba ya a la vuelta de la esquina. Y de cara a ese final de campaña Zé Roberto aportó minutos saliendo desde el banquillo. En realidad, sólo fue titular en dos partidos, ambos a domicilio, el día de Tenerife y la salida a Bilbao de la jornada 39. Por cierto, en San Mamés disputó su único encuentro completo jugando los noventa minutos.

El nuevo brasileño elevaba a ocho el número de fichajes extranjeros que efectuó el equipo aquella temporada 1996-97. Suker, Mijatovic, Seedorf, Roberto Carlos, Secretario, Illgner y Panucci tenían un nuevo compañero con pasaporte. El Barcelona había fichado a otros siete extranjeros al amparo de la nueva Ley Bosman. Hago este apunte para explicar la portada del número 1119 de la revista Don Balón, publicado la semana del 24 al 30 de marzo de 1997. "Con Zé Roberto ya van quinZÉ", titulaba la revista sobre una foto del brasileño cabeceando un balón en la antigua Ciudad Deportiva. "Juicio a los nuevos extranjeros de Barça y Madrid", añadía el semanario, que publicó un completo análisis del rendimiento que habían ofrecido hasta aquel momento los fichajes de los dos equipos. Al mismo tiempo, el reportaje servía para presentar a los lectores al nuevo jugador blanco. "El clon de Roberto Carlos", aseguraba Don Balón. "La banda izquierda del Real Madrid ya habla brasileño de punta a punta. Zé Roberto, algo así como un clon de Roberto Carlos, es un centrocampista zurdo o lateral eventual de largo recorrido, gran velocidad, enorme potencia física a pesar de su endeble aspecto y potente disparo. Dotado de una técnica notable, como buen brasileño, perteneció siempre a la Portuguesa, convirtiéndose en jugador profesional hace tan solo dos temporadas. Joven y con proyección, ya es un habitual en las convocatorias de Mario Zagalo, que le ha convocado en 14 ocasiones aunque sólo ha participado en 7 encuentros sumando un total de 430 minutos", apuntaba en la revista.

Durante su estancia con nosotros Zé Roberto recibió la ayuda de su compatriota Roberto Carlos para integrarse lo más rápido posible. "Para mí todo hasta el momento es perfecto. Me gusta España, me gusta Madrid y me gusta el equipo. Encima está Roberto Carlos, así que tengo suficientes motivos para estar a gusto", contaba Zé Roberto en una entrevista que le realizó Alberto Adeva para la revista Líder. En las páginas de aquella publicación el jugador también ofrecía detalles sobre su juego. "Yo soy un futbolista rápido, pero a mí me gusta correr hacia delante. El problema es que en el Madrid hay una obligación doble. Correr en ataque y bajar a toda velocidad a defender. En Brasil el fútbol es mucho más tranquilo y eso para mí es perfecto", apuntaba el jugador. El periodista le replicaba que de sus palabras se entendía que no le gustaba mucho lo de "correr detrás" del rival. "Esa es una obligación del sistema. Está claro que si uno no lucha, lo tiene muy difícil en el fútbol actual. Pero a mí, como a casi todos los futbolistas brasileños, lo que nos gusta es el balón", comentaba un Zé Roberto que, eso sí, también apostillaba que era consciente de que en el sistema de aquel Madrid era beneficioso "que todos los jugadores" se sacrificaran.

Zé Roberto fue Campeón de Liga 1996-97 con el Madrid de Capello. Dejó pinceladas y buenas maneras en sus intervenciones, lo que le convertía en un jugador interesante de cara a futuro. Con la llegada de la temporada 1997-98 su rol en el equipo creció en cuanto a protagonismo se refiere. Jupp Heynckes, nuevo técnico blanco, le dio minutos en la pretemporada del verano de 1997, aunque no fue hasta el comienzo de la competición oficial cuando de verdad empezó a entrar en el equipo. Ganó la Supercopa de España frente al Barcelona. En la ida, en el Nou Camp, salió del banquillo para jugar casi media hora. En la vuelta, en el Bernabéu, el brasileño fue titular el día en el que se goleó a los azulgrana 4-1. Su segundo título con el conjunto blanco en pocos meses. 

Arrancó la Liga jugando los noventa minutos en la primera jornada frente al Atlético de Madrid. También fue titular en el primer partido de Champions League frente al Rosenborg BK, día en el que marcó un gol. Durante los dos primeros meses de campaña, septiembre y octubre de 1997, todas las intervenciones de Zé Roberto con el Madrid fueron saliendo de titular. En noviembre el brasileño dejó de aparecer en el equipo salvo en dos encuentros de Liga en los que saltó al césped como suplente. Volvió a ser titular en el segundo partido frente al Rosenborg BK de la fase de grupos de la Champions League. Fue el jueves 27 de noviembre de 1997. Esa noche, Zé Roberto jugó su último encuentro oficial con la camiseta del Real Madrid. En el mes de diciembre, el jugador fue traspasado al Flamengo como parte de la operación por la que Savio Bortolini llegaba al Madrid. 

En total, Zé Roberto disputó un total de 21 partidos oficiales con el Real Madrid repartidos entre las dos campañas. 9 en Liga en el tramo final de la temporada 1996-97 y 12 en los primeros meses de la temporada 1997-98. De esa docena de encuentros, 6 fueron en Liga, 2 en la Supercopa de España y 4 en la Champions League, competición en la que marcó su único gol como futbolista blanco. Ganó una Liga, una Supercopa de España y un pedazo de la La Séptima, título que se conseguiría en mayo de 1998 cuando el brasileño ya no formaba parte de la plantilla madridista.

Siempre me quedó una sensación rara con Zé Roberto. Jugaba por la izquierda pero no terminé nunca de ubicarle con acierto durante su etapa como futbolista blanco. ¿Era lateral izquierdo? ¿Era interior zurdo? ¿Jugaba de interior porque en el lateral estaba Roberto Carlos, que era titular indiscutible en el puesto? No sé si me explico... Cuando le fichamos, en la recta final de la temporada 1996-97 Roberto Carlos era inamovible en su puesto y teníamos en la izquierda, jugando como centrocampista, a Raúl. El delantero, además, lo estaba haciendo de maravilla en esa posición. También contábamos con Amavisca. Fue el año en el que Álvaro Benito se lesionó pero, sinceramente, creo que había jugadores de sobra para la banda izquierda. No sé... Me quedó la sensación de que fue un fichaje algo innecesario. Y, además, jugó más bien poco, lo cual no explicaba para qué se le fichó con tanta prisa y celeridad durante aquel mes de marzo de 1997

Ojo, no me pareció mal jugador, ni mucho menos. De hecho, completó una más que notable carrera futbolística en el fútbol europeo, como ahora veremos. Pero sí que pienso que le perjudicó mucho esa etiqueta de "nuevo Roberto Carlos". El listón se ponía demasiado alto y, sinceramente, tampoco me pareció que fueran jugadores tan similares más allá de que los dos fuesen zurdos, se llamaran Roberto y fuesen brasileños. Cada uno tenía sus características y en cualquier tipo de comparación Roberto Carlos siempre saldría ganando porque se trataba de un futbolista extraordinario. El mejor lateral izquierdo de la historia, desde mi modesto punto de vista. Y claro... En la comparación, Zé Roberto salía perdiendo. Creo que no le ayudó mucho esa catalogación de "clon de Roberto Carlos". Demasiada expectación para unos aficionados que, en aquellos meses de 1996 y principios de 1997, estábamos flipando con el rendimiento de Roberto Carlos.

Después de Madrid

Cuando Zé Roberto llegó al Real Madrid ya era Internacional con Brasil. Había debutado en 1995 con la Canarinha, con la que llegaría a disputar 84 partidos internacionales. Estuvo presente en los Mundiales de Francia 98 y Alemania 2006.

Como acabo de apuntar, el futbolista salió del Real Madrid con rumbo de vuelta a Brasil para jugar con el Flamengo como parte de la operación por la que Savio llegó al Real Madrid. Su nueva estancia en Brasil fue breve. En la temporada 1998-99 volvió a Europa. En concreto, a Alemania, donde hizo carrera. Recaló en el Bayer Leverkusen en plena campaña y allí estuvo hasta la temporada 2001-02. De hecho, formaba parte del Leverkusen subcampeón de la Champions League el año que jugaron contra nosotros en la Final de La Novena Copa de Europa en Glasgow, en 2002. Zé Roberto, sin embargo, no jugó aquel día. Del Leverkusen pasó al Bayern de Múnich, club en el que militó seis temporadas entre la 2002-03 y la 2008-09 en dos etapas diferentes separadas por una breve estancia en el Santos en la campaña 2006-07. Posteriormente jugaría dos temporadas con el Hamburgo, 2009-10 y 2010-11. Zé Roberto llegó a ser el futbolista extranjero con más partidos en la Bundesliga cuando en 2011 dejó Alemania para probar fortuna en el fútbol de Catar. Tenía 37 años. Jugó en el Al-Gharafa. En 2012 regresó a su país para enrolarse en las filas del Gremio de Porto Alegre, donde jugó entre 2012 y 2014. En enero de 2015 ficho por el Palmeiras, su actual club. ¡Y ahí sigue a día de hoy a sus 43 años!

domingo, 17 de septiembre de 2017

17 DE SEPTIEMBRE DE 1997

El inicio de la edición de la Champions League de la temporada 1997-98

Una de las cosas que con más satisfacción recuerdo de mi época de estudiante son aquellos largos veranos y aquellas vacaciones que, aunque a mí siempre me parecían cortas, realmente cundían. Cundían mucho. En el instituto y en la universidad, además, los días de descanso eran aún mayores que en el colegio. Durante la EGB había que volver a clase durante los primeros días del mes de septiembre. Pero ya siendo algo más mayor no había que regresar a las aulas hasta finales del noveno mes, lo que nos proporcionaba dos o tres semanas extra de descanso antes de comenzar el nuevo curso lectivo.

El 17 de septiembre de 1997. Fue tal día como hoy de hace ya veinte años. Y recuerdo ese día como si fuese ayer. Hasta tal punto llegó a ser tan fuerte mi afición al fútbol, en general, y al Real Madrid, en particular, que muchísimas fechas han quedado grabadas en mi memoria por razones puramente balompédicas. El día que jugamos tal partido, el día de tal jugada, el día de tal gol, el día de tal final, el día de tal título... Y recuerdo perfectamente qué es lo que hice ese día, cómo transcurrieron las horas previas, dónde vi el partido, con quién lo vi...

Fue un día con un tiempo espléndido. El miércoles 17 de septiembre de 1997 estuve en la playa con un grupo de amigos. Pegaba el sol pero la sensación era agradable. No era el calor típico de agosto. El verano expiraba dando sus últimos coletazos. Sol agradable del mes de septiembre, tumbado en la toalla y con unos cuantos días libres todavía por delante... Paradisíaco todo. Resulta que uno de mis amigos de la cuadrilla se encontró con una compañera de su clase y se sentó con nosotros. Lo que no sé es de qué manera surgió la cosa... El caso es que yo comenté que no me pensaba quedar toda la tarde porque quería ver el partido de las 20:45 horas. Sí. Ese día jugaba el Real Madrid. Resulta que esta chica también era madridista y ahí que nos lanzamos en amena tertulia a analizar la situación del equipo y las posibilidades que teníamos en la nueva competición que se iniciaba ese día.

Aquel 17 de septiembre de 1997 arrancaba la Champions League para el Real Madrid. La Champions League de la temporada 1997-98. Y claro... Ya sabemos todos cómo acabó aquella edición, no hace falta decirlo... 

Ese miércoles pasaba por el Santiago Bernabéu el Rosenborg BK noruego. No era un rival de los que podríamos denominar 'fuertes'. Pero claro, hay que contextualizar mucho todo. Estábamos en la década de los noventa y yo seguía padeciendo el Síndrome del Transworld Sport. Como cada año, además, tocaba empezar con la misma cantinela de siempre. Juro que acabé aborreciendo la 'tradición'... Sí, los medios de comunicación se encargaron, como cada año, de recordarnos que el equipo no ganaba la puñetera Copa de Europa desde 1966. Y claro, de aquello habían pasado ya 31 años. Y 31 años eran muchos. Por el medio, unas cuantas decepciones, sí... Algunas, como la del PSV Eindhoven, las llegué a vivir aunque sin darme cuenta de lo que se nos había escapado realmente en ocasiones como la del año 1988. Ya en los noventa fui consciente de la gran oportunidad perdida. En los noventa los 'palos' fueron constantes en las competiciones europeas y siguiendo los efectos del condicionamiento clásico y el 'perro de Pavlov' cada vez que escuchaba el nombre de cualquier equipo europeo al que se enfrentara el Real Madrid me temblaban las piernas. Todos me parecían difíciles. Nos enfrentáramos a quien nos enfrentáramos, terminaríamos fracasando en la competición. Copa de Europa, Copa de la UEFA o Recopa. Daba igual. Yo estaba convencido de que no llegaría a ver nunca al Real Madrid levantar una Champions League.

¿Nunca? Bueno... Igual había sido demasiado pesimista. 

Aquella edición de la Champions League fue muy especial. No sé... Se notó desde el principio. La temporada anterior, 1996-97, el Real Madrid no jugó competiciones europeas. Supongo que en parte motivados por ese detalle yo creo que los aficionados esperábamos ansiosos el comienzo de aquella edición de la máxima competición continental. Quizás enfrentarnos al Rosenborg BK me hubiese causado desasosiego temporadas atrás... Pero, mira por dónde, aquella temporada 1997-98 algo parecía estar cambiando. Por primera vez salíamos a Europa con una plantilla que, la verdad, daba muy buenas sensaciones. Había mucha calidad y nombres propios de esos que causaban respeto y admiración en el extranjero. El salto cualitativo que había dado el Real Madrid en la temporada 1996-97 con Capello fue más que evidente. Los Suker, Mijatovic, Seedorf, Roberto Carlos, Panucci y compañía junto a Raúl, Redondo y Hierro, entre otros, nos permitían salir a Europa con otra actitud. Ya no se trataba de que nos tuviesen respeto porque el Real Madrid fuese el Club con más títulos en la competición. No. Ahora se nos tenía que tener respeto porque realmente teníamos un muy buen equipo y no teníamos que envidiar nada a nadie. Podíamos ser firmes candidatos a levantar la 'orejona'.

Veníamos de ganar la Liga y hacía pocas semanas le habíamos ganado la Supercopa de España al Barcelona, con goleada en el Bernabéu (4-1) incluida. La Liga también había empezado bien... No sé... Parecía que las cosas podían ir por buen camino... ¿Y si resulta que aquel podía ser nuestro año?

El Real Madrid goleó al Rosenborg BK. Panucci abrió el marcador en los primeros de minutos de juego. Los noruegos empataron. Pero no, el Madrid no se dejaría sorprender. Zé Roberto volvió a adelantar a los blancos y poco antes del descanso Raúl encarrilaba de manera definitiva el triunfo. 3-1 al descanso. En el segundo periodo el Madrid siguió dominando y en las postrimerías Fernando Morientes, que saltó al terreno de juego sustituyendo a Suker, establecía el definitivo 4-1 para los de Jupp Heynckes. Menudo comienzo de temporada tuvo el 'Moro'. Llegó sin hacer ruido al Real Madrid. Yo incluso pensaba que no iba a tener casi oportunidades y sin embargo, mira por dónde, había empezado a tener minutos y a responder cara a portería. Ya teníamos a otra nueva incipiente estrella aportando goles a la causa madridista. ¡Otro fichaje que nos salía bien!

Vale, quizás la entidad del rival no permitió que el partido pasara a los anales de la historia. Pero, para mí, aquel 4-1 fue importantísimo. Importantísimo. La Champions League se empezó a ganar aquel miércoles 17 de septiembre de 1997. Recuerdo que vi el partido con enorme satisfacción. Después de varios años y varias temporadas en las que ver un partido de competición europea suponía sufrir y padecer un suplicio, aquel día disfruté viendo al Real Madrid. Fue una especie de reafirmación. Una reafirmación de lo que sospechaba. Que teníamos un muy buen equipo. Que teníamos mucha calidad. Y que, por fin, iban a tener que ser los demás los que sufrieran para ganarnos. Ya fuese el Rosenborg BK o cualquiera que tuviésemos delante. Aquella noche comenzaba a hacerse realidad, poco a poco, el sueño del que había estado hablando esa misma tarde con aquella chica en la playa... ¿Y si resulta que podíamos ganar la Champions?

REAL MADRID: Cañizares, Panucci, Karanka, Hierro, Roberto Carlos, Seedorf, Sanchís, Zé Roberto (Víctor, 74'), Raúl, Suker (Morientes, 58') y Mijatovic (Redondo, 58').

ROSENBORG BK: Jamtfall, Bergdolmo, Bragstad, Hoftun, Strand, Berg, Skammelsrud, Mini Jakovsen (Mayer, 74'), Rushfeldt (Boateng, 58') y Brattbakk.

GOLES
1-0 min. 7 Panucci
1-1 min. 22 Jakovsen
2-1 min. 38 Zé Roberto
3-1 min. 44 Raúl 
4-1 min. 83 Morientes