martes, 31 de diciembre de 2013

TREINTA AÑOS DEL DEBUT DE PARDEZA

Tal día como hoy de 1983 jugaba por primera vez con el equipo del Real Madrid

Actualmente nos parece mentira, pero en el último día de 1983 hubo partido de Liga. Se jugó la decimoséptima jornada en la que el Real Madrid se impuso al Español por un gol a cero. Anotó Juanito, en el minuto 58, el único tanto de un encuentro en el que debutó de forma oficial con el Madrid otro integrante más de la Quinta del Buitre. Miguel Pardeza Pichardo saltó al terreno de juego en el minuto 83 en sustitución del alemán Uli Stielike. Se convirtió así en el cuarto integrante del famoso quinteto que vestía la elástica del primer equipo. Coincidió en el campo con Sanchís y Martín Vázquez, a los que Alfredo Di Stéfano seguía manteniendo como titulares varias semanas después de sus respectivos estrenos. También jugaron aquel partido Chendo, con el que Pardeza había compartido vestuario en el Castilla, y Bernardo, que había salido unos minutos antes que el onubense.

La formación blanca de aquel día estuvo compuesta por Miguel Ángel, Chendo (Bernardo, 75'), Sanchís, Camacho, Metgod, Bonet, Martín Vázquez, Stielike (Pardeza, 83'), Ángel, Juanito y Santillana.

Con ese partido el Madrid finalizaba la primera vuelta del Campeonato liguero en primera posición, con un punto más que el Athletic Club de Bilbao. Campeón de Invierno. La Liga, con dieciocho equipos, tenía treinta y cuatro jornadas.

sábado, 28 de diciembre de 2013

LA INOCENTADA DE HUGO SÁNCHEZ

El ariete mexicano regresó al Real Madrid el 28 de diciembre de 1992

Era, ya no lo es tanto, una tradición en los medios de comunicación. El 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes, periódicos, radios y televisiones solían hacerse eco de alguna 'mentirijilla' para gastar una pequeña broma a su público. Se trataba de una práctica no muy bien aceptada por todos, especialmente si la inocentada provenía de un medio generalista o, digámos, serio. En el caso de los diarios deportivos, sin embargo, estas bromas eran bien recibidas y hasta esperadas por los lectores.

Sin ninguna duda, la que me quedó marcada en la cabeza en su momento fue la del diario Marca del 28 de diciembre de 1992, es decir, tal día como hoy de hace 21 años. El diario madrileño clamaba por la vuelta al Real Madrid del ariete mexicano Hugo Sánchez. Recuerdo que aquel lunes, de vacaciones ya, mi padre me comentó lo que publicaba Marca en su portada. Ambos estábamos de acuerdo en que se trataba de la clásica inocentada. Sin embargo, he de reconocer que tenía la pequeña esperanza de que la noticia fuese cierta. Como el dinero de la paga ya me daba para permitirme pequeños caprichos, acudí al kiosco para comprar el periódico. El ejemplar lo he conservado en mi archivo hasta el día de hoy, en el que he decidido recuperarlo para sacar las dos fotografías que ilustran hoy 'Historias del Real Madrid'. 

El Real Madrid de Benito Floro había tenido algún resultado adverso y eso, como ya se sabe, siempre es sinónimo de crisis y augurios apocalípticos por parte de la prensa. Por lo visto, Iván Zamorano, que luchó por el Pichichi hasta la última jornada de Liga y que anotó 26 goles, no bastaba para cumplir con las labores de ataque del equipo. ¿Cual era la solución? Pues según Marca, aquel día, recuperar a Hugo Sánchez. ¡Vuelve Hugo! titulaba el periódico. El delantero mexicano había abandonado la disciplina blanca al término de la campaña 1991-92. Hugo, que militó aquella temporada en el América de México, tenía 34 años. El delantero centro se había complementado a la perfección con la Quinta del Buitre y tenía tan frescos los recuerdos de sus actuaciones, temporadas atrás, que me hubiera gustado mucho su vuelta. Por unas horas, y aún sabiendo que se trataba de una broma propia del día de los Santos Inocentes, estuve ilusionado con la posibilidad de que Hugo volviese al Madrid. Pero no era más que eso, una inocentada.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

ZAMORANO BRINDA POR UN FELIZ... 1994

Don Balón llevó a su portada navideña de 1993 al ariete chileno del Real Madrid

Veinte años. Qué rápido pasa el tiempo. La portada que vemos es de hace dos décadas. En concreto, de las Navidades del año 1993. O de la temporada 1993-94, para que nos entendamos. El chileno Iván Zamorano brindaba por el año 1994 que estábamos a punto de inaugurar. La desaparecida revista Don Balón inició en el año 1987 una bonita tradición que consistía en llevar a su portada, por Navidades, a una relevante figura balompédica disfrazada de Papá Noel para felicitar las fiestas a sus lectores. En aquellas Navidades de la temporada 1993-94, el delantero del Real Madrid fue el protagonista del reportaje.

Iván Zamorano fue el segundo madridista que posó como el tradicional personaje navideño en la revista Don Balón. Dos años antes, Robert Prosinecki brindaba por un 1992 "lleno de paz". El mensaje del croata cobraba aún mayor relevancia teniendo en cuenta los conflictos que asolaba en aquellos momentos la antigua Yugoslavia. También aparecieron como Papá Noel en la revista Don Balón los jugadores del Madrid Mijatovic, Roberto Carlos e Iker Casillas. En el caso del portero, fue el único madridista español que escogió la revista. Hay que tener en cuenta que entre 1987 y 1994 los escogidos eran cracks internacionales. El rojiblanco Julen Guerrero fue el primero en romper esa cadena de futbolistas extranjeros. El brasileño Ronaldo también fue portada navideña de Don Balón, pero en su caso lo hizo en 1996, siendo jugador del Barcelona.

Por cierto, como se puede observar en la esquina inferior derecha de la portada de Zamorano, la revista incluía un póster del Campeón de la Supercopa. Es decir, como recordaba hace unos días, del Real Madrid.

FELICES FIESTAS!!!

Con mis mejores deseos para todo el mundo

Desde 'Historias del Real Madrid', deseo a todo el mundo una Feliz Navidad y unas felices fiestas. Salud, paz y prosperidad para este 2014 que estamos a punto de comenzar.

sábado, 21 de diciembre de 2013

GOOOOOOOOOOOOOOOOL DE SEÑOOOOOOOOOOOOR!!!

Hoy se cumplen treinta años de la gesta del 12-1 a Malta

Sí. Lo reconozco. Después de ganar un Mundial y dos Eurocopas, parece que no tiene sentido recordar el triunfo de un partido frente a Malta. Sin embargo, para todos los aficionados que vivieron aquel encuentro celebrado tal día como hoy de hace treinta años, el España-Malta de 1983 es un encuentro absolutamente mítico.

viernes, 20 de diciembre de 2013

TREINTA AÑOS DEL 12-1 DE ESPAÑA A MALTA

Mañana se cumplen tres décadas del histórico encuentro

El 21 de diciembre del año 1983 yo no tenía ni idea de lo que era una Eurocopa de fútbol. Aquel día yo no sabía que en 1984 se jugaría un campeonato europeo de naciones en Francia. Por supuesto desconocía si España estaba clasificada o no y no era consciente de que los de Miguel Muñoz necesitaban once goles para poder estar en la Euro 84.

Sin embargo, recuerdo como si fuera ayer aquel partido del que mañana se cumplirán treinta años. En la sala de estar, acompañado de mi padre y de mi madre. Mi hermana todavía no había nacido. Allí estábamos los tres reunidos delante del viejo Telefunken en blanco y negro con el que pasé tantas horas de entretenimiento durante mis primeros años de vida.

Como anécdota, contaré que por aquella época yo pensaba que los futbolistas eran todos enanitos. Sí. Porque, claro, cuando retransmitían los encuentros de fútbol, casi siempre con planos largos y generales del campo, todos parecían pequeños. Mi madre trataba de explicarme, sin mucho éxito, la verdad, que no era así. Que los futbolistas eran personas grandes, lo que ocurría es que por televisión parecían pequeños porque les enfocaban desde lejos. Yo no lo tenía tan claro, la verdad. Pero debía de ser verdad, porque a veces, cuando no jugaban, sí que parecían señores grandes. Como en aquel momento en el que aparecía Santillana hablando con un periodista (Alfonso Azuara) explicando que la cosa estaba un poco difícil, que sólo ganaban 3-1 y que sería complicado marcar nueve goles en la segunda parte.

Y recuerdo aquella segunda parte. ¡Aquello era como los partidos del colegio, en los que marcábamos muchos goles! Un gol, otro gol, y otro... Y otro... ¡Qué gozada! Recuerdo que mis padres celebraban los goles cada vez más fuerte, como si empezasen a creer que aquello era posible. Y yo me contagié, claro. Sentado en mi pequeña silla de madera, que había construido mi padre, y que todavía se guarda en el trastero treinta años después, empecé a saltar cada vez que Rincón, Santillana, Maceda y compañía lograban llevar el balón a la red.

Recuerdo perfectamente las imágenes de Bonello tirado por el suelo cada vez que España marcaba un gol. Mi madre se lo pasó bomba. Ya sé que no está bien decirlo, pero es lo que sucedió. Pero el que de verdad se lo pasó bien fui yo. Aquello, siendo un niño, fue algo indescriptible.

Es mi primer partido de fútbol. El primero que recuerdo clara y nítidamente. Empiezo a recordar el fútbol a partir del España-Malta del 21 de diciembre de 1983. Por ese motivo, puedo decir que mañana el fútbol cumplirá treinta años para mí.

jueves, 19 de diciembre de 2013

SANTILLANA EN LA SELECCIÓN ESPAÑOLA

El delantero madridista disputó 56 encuentros como Internacional y marcó 15 goles

Carlos Alonso González, 'Santillana', fue Internacional con la Selección Española en 56 ocasiones. El jugador del Real Madrid disputó los Mundiales de Argentina 78 y España 82. También estuvo presente en la Eurocopa de Italia en 1980 y jugó la de Francia en 1984. Santillana anotó 15 goles defendiendo los colores de España. Y cuatro de ellos se los marcó a Malta, que es a dónde yo quería llegar. Al partido España-Malta del 21 de diciembre de 1983.

JUANITO Y SANTILLANA

Formaron la dupla de ataque del Real Madrid 1983-84

Cuando la Quinta del Buitre va llegando al Real Madrid, en el año 1983, la delantera del equipo estaba formada por dos pesos pesados del vestuario. Carlos Santillana y Juanito forman una fructífera sociedad que supone muchos goles para el Real Madrid. Estos dos jugadores, junto con Camacho, representaban el alma del Real Madrid que me encuentro de niño cuando me hago aficionado madridista.

Juanito concluyó la campaña siendo el 'Pichichi' de Primera División junto con el uruguayo del Valladolid Jorge Da Silva. Ambos futbolistas anotaron 17 goles, superando los 14 del cadista Mágico González. Detrás de ellos, Santillana. El jugador cántabro del Real Madrid marcó 13 tantos aquella temporada en la que debutó un joven Butragueño que acabaría 'retirando', entre comillas, claro, a los dos mitos merengues. A finales de 1983, sin embargo, Juanito ya no era convocado con la Selección Española. El de Fuengirola, que acababa de cumplir 29 años, dejó de vestir la camiseta del combinado nacional tras el Mundial de España del año anterior. Santillana sí que seguía siendo convocado. Esto me va a dar paso a hablar del otro gran acontecimiento futbolístico de diciembre de 1983. Sí. Este sábado 21 de diciembre se cumplen treinta años de mi primer partido de fútbol... Se acerca el momento de recordar el España-Malta, el 12-1.

martes, 17 de diciembre de 2013

VETERANOS Y NOVELES

Vicente Del Bosque se retiró del Real Madrid al acabar la campaña 1983-84

En aquel Real Madrid de la campaña 1983-84, las estrellas del equipo no eran todavía los integrantes de la Quinta del Buitre. Había una serie de jugadores con unos cuantos años de servicio al Club que llevaban la voz cantante del vestuario. Como de alguno de ellos voy a tener que escribir dentro de pocos días para recordar la gesta del 12-1 a Malta, voy a dejar de lado un poco a los Butragueño, Sanchís, Martín Vázquez y compañía para centrarme en los teóricos pesos pesados de aquel Madrid.

Miguel Ángel, García Remón, Camacho, Stielike, Juanito, Santillana... Todos ellos ya acumulaban unos cuantos títulos con el Madrid.

Y en aquel Real Madrid de 1983 aún permanecía en activo un jugador al que, siendo francos, no recuerdo verle jugar. Sé que estaba en la plantilla porque salía en los cromos y era una de las figuras del equipo. Me llamaba mucho la atención aquel bigote que lucía. Parecía que estaba siempre cabreado en las fotografías. Como Uli Stielike. Como yo era pequeño todavía, solía confundir a Stielike y a Del Bosque. Al jugador germano sí que le recuerdo como jugador, porque siguió su carrera en el Madrid hasta 1985. Pero Vicente Del Bosque se retiró en 1984.

Tirando de estadística, veo que jugó sólo diez partidos aquel año, cinco en Liga y cinco en Copa. Seguramente por ese motivo no le recuerdo jugar. Se retiró con 34 años, al concluir la campaña 83-84. Unos llegaban, por los jóvenes de la Quinta, y otros se marchaban. Del Bosque concluyó su carrera habiendo disputado 339 partidos oficiales con el Real Madrid y habiendo anotado 25 tantos con la camiseta del Real Madrid. Ganó cinco Ligas y cuatro Copas.

Inmediatamente inició su carrera como entrenador en las categorías inferiores del Real Madrid y dirigió al Castilla. En la campaña 1993-94 volvió al primer plano futbolístico al sustituir a Benito Floro en el banquillo del Real Madrid. Diez años después de su retirada ya pude comprobar que aquel señor tan cabreado de los cromos era, en realidad, un hombre muy sosegado que transmitía mucha calma... Nada que ver con la imagen que me había hecho de él cuando era un crío.

Volvió a dirigir al Madrid un partido en la campaña 1995-96 sustituyendo de manera interina a Jorge Valdano. Se había convertido ya en el apagafuegos del Madrid, el nuevo Luis Molowni del Club blanco. La tercera fue la definitiva. Sustituyó a John Toshack en 1999 para ganar la octava Copa de Europa y prolongó su estancia en el primer equipo hasta que expiró su contrato en 2003. No se le renovó y, a mi juicio, se cometió un grave error. Pero bueno, eso ahora no viene a cuento. Durante aquellas tres temporadas y media el Madrid ganó dos Ligas, dos Champions, una Copa Intercontinental, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Tras una breve estancia en Turquía, Vicente Del Bosque se hizo cargo de la Selección y el resto es historia reciente. Un Mundial en 2010 y una Eurocopa en 2012.

Desde 'Historias del Real Madrid' quiero rendir mi particular homenaje a ese señor que tanto me asustaba en los cromos durante mi infancia y que, hace treinta años, estaba dando sus últimos coletazos como jugador en activo. Don Vicente Del Bosque.

lunes, 16 de diciembre de 2013

VEINTE AÑOS DE LA SUPERCOPA DE 1993

El 16 de diciembre de 1993 el Real Madrid se hacía con su cuarta Supercopa

Desde luego, la campaña 1993-94 no fue de las mejores del Real Madrid. La verdad es que las cosas empezaron ya muy torcidas casi desde el principio, con fichajes que no acabaron de concretarse, derrotas ligueras desde el inicio de campaña, resultados adversos... Quizás por eso, tuvo un pequeño efecto balsámico uno de los pocos buenos recuerdos que quedaron de aquella temporada. Me refiero al triunfo en la Supercopa frente al Barcelona, del que hoy, 16 de diciembre, se cumplen veinte años.

domingo, 15 de diciembre de 2013

RECORDANDO A BERNARDO

Alberto Bernardo Murcia jugó en el Castilla de la Quinta y en el Real Madrid

Hablaba de los jugadores que habían formado parte de aquel Castilla en el que se forjó la Quinta del Buitre y que llegaron al Real Madrid. Hacía referencia a futbolistas como Chendo, Ochotorena... Y no mencioné a uno en concreto porque le quería dedicar una entrada en exclusiva en 'Historias del Real Madrid'. Me refiero a Bernardo, futbolista con una más que curiosa historia. Una historia, por cierto, que arranca lejos de Madrid...

Alberto Bernardo Murcia nació en Lieja, Bélgica, donde vivían sus padres, el 14 de septiembre de 1960. Con 15 años, captado por ojeadores del Real Madrid, viene a España para incorporarse a las categorías inferiores del club blanco. Jugó en el Castilla las temporadas 1981-82 y 1982-83. Debutó con el Real Madrid en el mismo partido que otros ilustres jugadores merengues como Míchel, Ochotorena o Chendo, en el ya mencionado partido de Castellón que los equipos de Primera División tuvieron que afrontar con sus filiales por la huelga de futbolistas. Bernardo jugó en el Real Madrid la campaña 1983-84 disputando 31 partidos oficiales. En total, jugó 32 encuentros con la camiseta blanca y marcó dos goles. Tuvo muy mala fortuna con las lesiones y la campaña siguiente la pasó en el dique seco formando parte de la plantilla del Sporting de Gijón. Regresó a los terrenos de juego en la temporada 1985-86. Osasuna y Valladolid fueron sus otros equipos en Primera División.

sábado, 14 de diciembre de 2013

CHENDO Y LA QUINTA DEL BUITRE

Miguel Porlán Chendo coincidió con ellos en el Castilla, filial del Real Madrid

Durante años me pregunté por qué razón algunos de los jugadores del Madrid que habían coincidido con Butragueño, Míchel, Martín Vázquez, Sanchís y Pardeza en el Castilla no eran considerados como miembros de la Quinta del Buitre. La razón era, obviamente, porque el artículo de Julio César Iglesias en el que se hablaba de esta generación de canteranos se destacaba a esos cinco jugadores. Basándonos en el texto que había publicado el periodista en El País los cinco componentes de la Quinta del Buitre eran los jugadores ya mencionados. A veces, injustamente, incluso se suele dejar al margen a Pardeza y se cita a Butragueño, Míchel, Sanchís o Martín Vázquez como los únicos componentes de aquel selecto grupo de canteranos.

Sin embargo, había otros jugadores que habían compartido vestuario con ellos y que, a ojos de muchos, también merecían ser considerados como integrantes de aquella 'quinta' o 'generación'. Es el caso de futbolistas como Ochotorena o Miguel Porlan 'Chendo', que coincidieron en el Castilla con Butragueño, Míchel, Sanchís, Martín Vázquez y Pardeza. De hecho, Ochotorena era el guardameta de aquel Castilla 1983-84 y llegaría al primer equipo con el comienzo de la siguiente temporada 1984-85. El caso de Chendo es más particular. Coincidió con la Quinta en el filial de la temporada 1982-83 y arrancó la temporada 1983-84 con el primer equipo. Es decir, cuando Julio César Iglesias publicó su artículo Miguel Porlán ya jugaba con el Real Madrid. Además, él había nacido en 1961, es decir, era dos años mayor que Míchel y Butragueño y cuatro años mayor que Sanchís y Martín Vázquez. Técnicamente quizás no fueran de la misma quinta, aunque coincidieron en el Castilla y subieron todos al primer equipo por las mismas fechas. Por ese motivo algunos consideran que Chendo era uno más de la Quinta del Buitre o, como mínimo, una especie de 'hermano mayor' de sus componentes. Llevaron trayectorias paralelas y Chendo incluso llegó a estar en el primer equipo más tiempo que casi todos ellos. Sólo Sanchís superó en longevidad al de Totana en la primera plantilla. Chendo se retiró al finalizar la temporada 1997-98 y Sanchís lo hizo al acabar la 2000-01.

jueves, 5 de diciembre de 2013

EL PARTIDO DE CASTELLÓN EN 1982

Ilustres madridistas como Michel y Chendo debutaron en aquel partido

Ni que decir tiene que no recuerdo absolutamente nada de aquel partido. Temporada 1981-82. De aquel 82 sólo recuerdo vagamente lo relacionado con el Mundial de España, los dibujos de Naranjito... Y poco más. Ni siquiera había empezado a coleccionar cromos de fútbol. Por lo que me cuenta mi madre, yo ya era del Madrid. Pero no conservo ningún recuerdo de ver partidos de fútbol todavía.

En definitiva, que del partido de la huelga de futbolistas de abril de 1982 supe tiempo después, cuando comenzó a interesarme y apasionarme la historia y la estadística sobre el fútbol, en general, y sobre el Real Madrid, en particular. Buceando en las biografías de mis ídolos de infancia me topé con aquel curioso partido en el que el Real Madrid tuvo que tirar de la cantera para afrontar el encuentro de Liga que el equipo tenía que disputar en Castellón. La alineación, sin duda, es llamativa. Y ojo, que era un partido oficial. Es decir, que casi todos los que saltaron al terreno de juego de aquel día debutaron en Primera División. Digo casi todos porque, por ejemplo, José Antonio Salguero ya había jugado con el Málaga en Primera. Aunque sí que fue su primer partido oficial con el Real Madrid.

La alineación del Real Madrid aquel domingo 11 de abril de 1982 estaba compuesta por: Ochotorena, Juanito, Casimiro, Salguero, Espinosa, Fraile, López Miró, Francis, Juliá, Míchel (Chendo, 86') y Serrano (Bernardo, 59'). 

Ganó el Real Madrid 1-2 con goles de Míchel, de penalti en el minuto 35, y Salguero, de cabeza a balón parado en el 85'.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

LOS DEBUTANTES DE MURCIA

Tal día como hoy de 1983 Sanchís y Martín Vázquez jugaban su primer partido con el Real Madrid

Pues sí. Hoy es el día, llamémosle, 'oficial'. El 4 de diciembre de 1983, es decir, hoy hace treinta años, el Real Madrid visitaba el estadio La Condomina de Murcia para medirse en partido de Liga al cuadro local. En ese partido debutaron, además como titulares, Sanchís y Martín Vázquez. El técnico Alfredo Di Stéfano alineó a los dos jóvenes futbolistas del Castilla que, de esta forma, se estrenaban en competición oficial con el primer equipo.

martes, 3 de diciembre de 2013

SUS PRIMEROS PARTIDOS

El ascenso de la Quinta del Buitre al Real Madrid fue escalonado

Los cinco integrantes que protagonizaban aquel artículo de Julio César Iglesias sobre el Castilla acabaron llegando al primer equipo. Pero lo hicieron de forma escalonada. Mañana día 4 de diciembre se cumple el trigésimo aniversario del partido de Murcia en el que se estrenaron Sanchís y Martín Vázquez. Pero ellos no fueron los primeros debutantes. Michel, que fue el último en llegar de manera definitiva a la primera plantilla madridista, fue en realidad el primero en jugar un partido oficial con el primer equipo.

Fue el 11 de abril de 1982 en Castellón. El famoso partido de la huelga de los futbolistas profesionales. Aquel día Michel fue alineado con el Real Madrid en un equipo de circunstancias que se impuso por 1-2 siendo Michel, precisamente, el autor del primer gol del partido.

El 4 de diciembre de 1983 Sanchís y Martín Vázquez fueron los que debutaron en competición oficial con el Real Madrid. Se suele considerar este encuentro como el primero en el que aparecían miembros de la Quinta en el primer equipo, aunque como acabamos de ver no fue así. El carácter especial de aquel partido de la huelga de 1982 es el que hace que se le suela dejar en el olvido, pero era un partido oficial.

Pardeza fue el siguiente jugador en llegar. Disputó sus primeros siete minutos con la camiseta blanca en el Estadio Santiago Bernabéu frente al Español el día 31 de diciembre de 1983, en la última jornada del año. Era el cuarto en llegar a la cima. 

Emilio Butragueño, el jugador que puso nombre a la Quinta, debutó el 5 de febrero de 1984 en Cádiz. Curiosamente el futbolista quizás más emblemático de aquel ramillete de canteranos fue el último en estrenarse como futbolista de la primera plantilla.

domingo, 1 de diciembre de 2013

AQUEL DICIEMBRE DE 1983

Los recuerdos de La Quinta del Buitre y del España-Malta 

Llega el mes de diciembre. Un mes, sin duda, especial para mí. Se van a cumplir treinta años de dos acontecimientos que marcaron mi infancia futbolística. Los primeros debuts de los jugadores de la Quinta del Buitre y el partido del España-Malta que acabó con aquel 12-1.

Las cosas como son. De lo primero no recuerdo absolutamente nada. Quiero decir, que no me acuerdo de aquellos primeros partidos de los integrantes de la Quinta del Buitre. Mi memoria respecto a jugadores y partidos del Real Madrid se remonta a la campaña 1984-85. Butragueño, Sanchís y compañía ya eran integrantes del primer equipo del Madrid. Incluso Míchel, que fue el último en dar el salto definitivo desde el Castilla, estaba ya jugando con la camiseta blanca.

Del segundo acontecimiento sí que me acuerdo. Ya lo creo que sí. De hecho, es el primer partido de fútbol del que tengo un recuerdo claro y nítido. Me acuerdo perfectamente de aquella noche del miércoles 21 de diciembre de 1983. Tengo recuerdos muy vagos del Mundial de España del año 1982. Pero además, son recuerdos que tienen más que ver con el ambiente festivo que generó la celebración del Mundial que con lo que fue la competición futbolística como tal. El fútbol ya me gustaba y claro que había visto partidos anteriormente. Más aún cuando en mi casa el balompié era uno de los mayores entretenimientos de mi padre, que veía todos los partidos que se emitían por TVE. Pero no los recuerdo. Sin embargo, de aquel 12-1 a Malta me acuerdo como si fuera ayer. En la sala de estar, acompañado por mis padres y sentado en una pequeña silla de madera. El partido lo vi en blanco y negro, en aquel viejo Telefunken que había en mi casa. Un partido histórico, qué duda cabe. De hecho, así de primeras, me atrevería a decir que no he vuelto a ver un partido de fútbol oficial con doce goles. Siendo un niño, aquello me pareció una gesta inigualable de los Santillana, Rincón, Maceda y compañía…

Guardo un grato recuerdo de aquel partido. De hecho, en las típicas conversaciones con amigos futboleros siempre he dicho que aquel España-Malta fue mi primer partido. Es decir, mi contador como futbolero de verdad arranca con aquel histórico choque. En otras palabras, este mes de diciembre, el fútbol cumplirá treinta años para mí.

sábado, 23 de noviembre de 2013

CRISTIANO IGUALA A HUGO SÁNCHEZ EN LIGA

El crack portugués acumula 164 goles en el campeonato de la regularidad

Con el gol que hoy ha anotado en Almería, Cristiano Ronaldo suma ya 164 goles en Liga y se coloca como el cuarto máximo anotador de la historia del Real Madrid en el torneo liguero. El dato me sirve para recordar en 'Historias del Real Madrid', un día más, al mexicano Hugo Sánchez. Además, como estos días estoy recordando el treinta aniversario de la ebullición de la Quinta del Buitre, la ocasión me viene que ni pintada para recordar al ariete de aquel legendario equipo blanco de los años ochenta.

Hugo Sánchez marcó sus 164 goles de blanco a lo largo de las siete temporadas en las que vistió la camiseta merengue. Es decir, entre las campañas 1985-86 y 1991-92. Siete años en los que sembró el terror entre los porteros rivales a base de goles, acrobacias y volteretas. Durante aquellas siete temporadas obtuvo cuatro veces el Trofeo Pichichi. Durante el lustro en el que el Real Madrid encadenó cinco Ligas seguidas, al mexicano sólo se le escapó el galardón de máximo anotador una vez, en la campaña 1988-89. El ariete del Atlético Baltazar fue el Pichichi en aquella ocasión. Sin embargo, Hugo volvió a ser el delantero más letal y en la temporada 1989-90 volvió a hacerse con el Pichichi igualando la mítica marca de 38 goles del futbolista del Athletic Club de Bilbao Telmo Zarra. Aquellos 38 goles le valieron, además, una Bota de Oro. Todo un logro teniendo en cuenta que en aquella época no existía el valor corrector de los puntos ponderados, algo que beneficiaba, sin ninguna duda, a los goleadores de las ligas europeas menores.

La grave lesión que sufrió Hugo Sánchez en su rodilla izquierda en 1991, que le obligó a pasar por quirófano en abril de aquel año, quizás le privaron de haber sumado un nuevo Pichichi a su vitrina particular. Aunque su efectividad realizadora había descendido respecto a campañas anteriores, Hugo marcó 12 goles en 19 partidos. Teniendo en cuenta que el máximo goleador de aquella Liga 1990-91 fue su compañero Emilio Butragueño con 19 goles, es posible pensar que Hugo, jugando una decena más de partidos, hubiera podido alcanzar o superar el registro de 19 goles. En cualquier caso, sólo es una hipótesis. Lo realmente cierto es que Hugo Sánchez fue cinco veces máximo goleador de la Liga durante su estancia en España, una vez con el Atlético de Madrid y cuatro con el Real Madrid. En total, el 'macho' marcó 234 goles en Liga, 164 de ellos con el Real Madrid. Igual que Cristiano Ronaldo.

Por supuesto, deseo que el portugués siga sumando más y más goles. Pero siempre recordaré con cariño aquellas volteretas que tanto me gustaban cuando era niño. Las volteratas con las que celebraba sus dianas Hugo Sánchez.

jueves, 14 de noviembre de 2013

AMANCIO Y LA QUINTA DEL BUITRE

Hoy se cumplen treinta años de la publicación en El País del artículo de Julio César Iglesias en el que el periodista ponía nombre a La Quinta del Buitre

El lunes 14 de noviembre de 1983, es decir, tal día como hoy de hace treinta años, el periodista Julio César Iglesias publicó en las páginas de deportes del diario El País un artículo titulado Amancio y la quinta de El Buitre.

Acompañado de una fotografía de Amancio Amaro, entrenador del Castilla, con toda su plantilla, obra de Raúl Cancio, el periodista analizaba de manera pormenorizada los entresijos de aquel equipo filial del que todos hablaban maravillas y destacaba a un grupo de jugadores que terminarían haciendo grandes cosas en el fútbol español. Emilio Butragueño, José Miguel González, Manolo Sanchís, Rafael Martín Vázquez y Miguel Pardeza empezaban a llamar a la puerta para marcar una época y Julio César Iglesias fue el que bautizó a ese ramillete de futbolistas. Lo hizo en aquel mítico artículo que hoy cumple treinta años y gracias al cual nació La Quinta del Buitre.

El artículo era el siguiente:

Castilla Club de Fútbol, esplendor en la hierba

AMANCIO Y LA QUINTA DEL BUITRE 

Si el fútbol fuese una ciencia exacta, el éxito del Castilla sería sólo una igualdad matemática: con la jornada de ayer, quince puntos, cinco positivos, veinticinco goles a favor, once en contra. Si el fútbol fuese únicamente una ciencia, el éxito de Butragueño, delantero centro titular, sería un simple dato numérico: quince goles en once partidos. La serie goleadora de Butragueño, El Buitre, es una muestra de calidad personal y es también el resultado de una suma de esfuerzos. Detrás de El Buitre están el trabajo de un entrenador con imaginación, Amancio Amaro, míster AA, y el ingenio colectivo de Michel, Pardeza, Sanchís y Martín Vázquez. Una promoción a la que los hinchas comienzan a llamar La quinta de El Buitre.

Julio César Iglesias
Las primeras noticias sobre El Buitre datan de hace dos años y de un trofeo Santiago Bernabéu. Aquélla era una tarde cubierta de estaño, estaño fundido, cuyas últimas luces llegaban, divididas, desde las azoteas de los edificios más próximos.

A las siete de aquel miércoles de cerveza y fundición, los cronistas comenzaban a deslumbrarse con cierto Taland, un holandés berrendo en surmoluqueño que llevaba el balón con ceremonia, como si fuese un pastel de cumpleaños. Una vez en área, le enseñaba el pastel al defensa, y en el último momento lo escondía con el donaire de un prestidigitador. Luego bajaba la cabeza como si quisiera recoger los aplausos en el hoyo del cogote.

Uno a cero gana el AZ al Real Madrid juvenil. Faltan quince minutos.

Pero en aquella tarde metálica los ojeadores descubrirían un segundo fenómeno: para responder al holandés berrendo en surmoluqueño, Grande, el entrenador local, sacó a un extraño chico dotado de una tosca figura de repartidor. Tenía la espalda recta, las piernas robustas y cortas, y los brazos, largos y pendulares. Por si fuera poco, estaba rematado por una cabecita poliédrica cuyo punto de fuga era una nariz triangular. Como contrapartida, no tenía un pelo de tonto; alguien, seguramente un aprendiz, le había rapado al cero. Aquel tipo se llamaba Emilio Butragueño.

Cuando recibió el balón, las cosas cambiaron radicalmente. Dio un toque para controlar, levantó la cabecita, vio un hueco entre los defensas y metió un pase que era medio gol. Unos minutos después se había confirmado como un virtuoso del juego corto, uno de esos seres nacidos para la picardía de los salones de palacio. En el último minuto empató el partido. “Ni un pelo de tonto”, reconocieron los escépticos.

Muchos meses más tarde, aquel tipo microcéfalo reaparecía en el Real Madrid de Tercera División, antes llamado el amateur. El partido se jugaba en la Ciudad Deportiva. Había mucho público. En aquella fría mañana de estaño y limonada los chicos no lograban hacer un gol. A última hora llegaron al graderío dos desconocidos, seguramente dos locos. Eran bajitos, barbudos y medio incendiarios, y venían hablando de Butragueño. Decían que era un hombre de cinco velocidades. Sabía jugar a la carrera y tenía la plusvalía de una quinta marcha.

Cuando faltaba un minuto, El Buitre recibió el balón. En el círculo central metió la primera, en la demarcación de medios volantes la segunda, en línea de media luna la tercera, y en la línea frontal la cuarta. Los dos desconocidos empezaron a gritar “¡la quinta, Buitre! ¡La quinta!”

Fuera por prodigio o por casualidad, El Buitre dio un definitivo acelerón, se presentó ante el portero y disparó suavemente hacía la izquierda. Más que una jugada, aquel lance fue una conversación de El Buitre consigo mismo. Un monólogo que sólo podía terminar en gol.

Desde entonces El Buitre ha demostrado mil veces en el Castilla que la distancia más corta entre dos puntos no es la línea recta. Avanza en zigzag, o más exactamente, en zigzag y plata, como el relámpago. Su picado en el área es un flash, una explosión de luz rápida y deslumbrante. 

La quinta de “El Buitre” 

Sin embargo, la ascensión de El Buitre ha sido un fenómeno asociativo; su juego y sus goles han sido posibles gracias a la rara coincidencia de una emoción popular, de un gusto de la hinchada por la fantasía, y de una quinta de extremos fulgurantes y mediocampistas finos y geométricos. Los goles de El Buitre son cosa de Fuenteovejuna. De todos a una.

Todo empezó un jueves, a quinientos metros del casino de Montecarlo. Se disputaba la final del torneo juvenil Príncipe de Mónaco de selecciones nacionales, un campeonato de Europa oficioso. Había participado la selección española, y uno de sus jugadores, Miguel González, Michel, era designado mejor futbolista del año. Se rumorea que en la entrega de premios a la princesa Carolina se le cayó la pamela en presencia del joven interior izquierda, y que a Philip Junot se le empezó a caer Carolina. Tal episodio es, sin duda, un bulo con el que los cronistas quisieron reflejar su deslumbramiento ante los pases de Michel al espacio libre, ante su imaginativo juego de estudiante. “La imaginación, al poder”, dijeron los rezagados del Mayo francés; “La imaginación, al Castilla”, dijeron los aficionados madridistas que pretendían tomar por sorpresa los cuarteles de invierno de la vieja guardia. Pasaron el tiempo y los partidos. Hoy, con veinte años, Michel, capitán y líder del equipo, ensaya algunas viejas suertes olvidadas en los desvanes del Mundial de México; Junot se está quedando calvo, y la princesa Carolina deja caer su pamela ante Guillermo Vilas y Roberto Rossellini.

A la sombra de Michel comenzó a crecer Miguel Pardeza en los valles planos del estadio Santiago Bernabéu. Había venido de algún lugar de Huelva. Tenía la sagacidad de los linces de Doñana y, sobre todo, su misma rapidez. Para Pardeza, el gol es, antes que una jugada, un presentimiento. Tiene, como su compañero El Buitre, un pálpito especial que le permite situarse en el punto exacto, justo un segundo antes de que el balón haya llegado hasta allí. Luego toca, amaga, vibra y se esfuma entre los defensas como un muñequito electrónico. A la vista de su baja estatura, de su juego entre cósmico y tercermundista, los aficionados sospechan que no es únicamente una modesta versión de Maradona y una versión superior de Pato Yáñez; podía ser muy bien una mutación de Amancio y Johnstone; tal vez un ordenador japonés de bolsillo. Hasta ahora ningún defensa ha logrado tomarle el programa, y en Segunda División comienza a rumorearse que, de noche, todos los gatos son Pardeza. 

Meridiano de “Greengoal” 

Detrás de él, más bien hacia el centro, se mueve Lolo Sanchís. Seguramente nació por primera vez cuando su padre le hizo un gol agónico a Suiza en el mundial de Londres. Aquel Sanchís de tupé, barro y medias caídas se alzó del suelo gritando gol y soñando con una perpetuidad llamada Lolo.

Hoy Lolo tiene dieciocho años, una especie de ceja única, como de Polifemo, y es un niño terrible. Si estás en el equipo contrario, te persigue, te quita el balón, te pasa por encima, se escapa, y mata al portero de un disparo a bocajarro. Es muy malo, muy peligroso y muy positivo, y lleva una crónica negra escrita en la frente. Si no se regenera pronto, podría convertirse en uno de los mejores medios-matraca de Europa, borrar la memoria de Nobby Stiles y Bobby Moore, y aburrir a Sócrates, Falcao, Antognoni  y otros sabios de Grecia en el Mundial de 1986. Si Dino Zoff decide volver, peor para él. Porque dicen los augures que el próximo grito de la hinchada será “¡Mata, Sanchís!”

Los cambios de juego hacia la izquierda suelen comenzar en Martín Vázquez. Como su amigo y protector Ricardo Gallego, aprendió en un colegio de frailes. Es, sin duda, la nueva frontera del fútbol. Tiene el ascetismo seco y disciplinario de los trapenses y el misticismo barroco de las carmelitas. Vive sin vivir en él, es decir, se desvive. Pero lo hace jugando al primer toque, o conduciendo con prudencia el balón, o persiguiendo al enemigo con la tenacidad de los peregrinos. Tiene la disciplina de Overath, la paciencia de Gárate, la solidez de Gerson y la fantasía mediterránea de don Manuel Velázquez Villaverde, duque de la Menta. Hay una línea imaginaria, un meridiano de Greengoal, que une Wembley con Maracaná a través de Chamartín y del Camp Nou. Pasa por Rafael Martín Vázquez.

De repente, Martín Vázquez, la próxima gran figura de la fiesta, centra con la parte exterior del pie, controla Michel, toca, ¡top!, hacia la derecha, recibe Pardeza, quiebra, pasa hacia el punto de penalti, llega Butragueño, desvía hacia la izquierda. Gol, goool. Gol de El Buitre. Catorce goles en diez partidos.

Hace mucho tiempo Alfredo Di Stefano tenía hilo directo con el Olimpo. Hoy debe tenerlo con las brujas de Macbeth y con el espíritu de Maquiavelo, como lo tuvo cuando volvió a River Plate. Allí, Beto Alonso estaba indispuesto; Fillol quería irse; Pasarella pensaba en Italia, y Tarantini, en su mujer, la vedette Pata Villanueva. Don Alfredo llamó a la última promoción de juveniles del club, a la quinta de Clausen y Vieta. Y ganó el campeonato.

Si los augures no se equivocan, ahora tiene diez minutos, acaso dos o tres partidos de Liga, para movilizar a la quinta de El Buitre. Para llamar a la imaginación, a la disciplina y a la calidad.

Tal vez así no logre ganar el campeonato, pero algunos hinchas recordarán el espíritu aventurero de Old  Trafford  y dirán: “El viejo don Alfredo ha vuelto a ser Di Stéfano”. 

Un quinteto de 94 años 

Emilio Butragueño. Delantero centro. Nacido en Madrid. Veinte años, 1,68 metros de estatura, 65 kilos de peso. Seleccionado Sub-21.

Miguel González, Michel. Madrid. Interior de ataque. Veinte años, 1,83 metros, 75 kilos. Una vez campeón juvenil de España. Veinticinco veces internacional juvenil. Dos veces internacional Sub-21. Mejor jugador del Torneo Juvenil de Mónaco.

Manuel Sanchís. Medio defensivo. Madrid. Dieciocho años, 1,79 metros. 74 kilos.

Miguel Pardeza. Extremo. Huelva. Dieciocho años, 1,67 metros. 63 kilos. Dos veces campeón de España juvenil. Dieciséis veces internacional juvenil.

Rafael Martín-Vázquez. Interior de ataque. Madrid. Dieciocho años, 1,80 metros. 74 kilos. juvenil. Campeón de España infantil. Mejor jugador del Campeonato Mundial Infantil de Argentina.

La quinta de El Buitre suma 94 años.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

LA QUINTA DE 'EL BUITRE' CUMPLE TREINTA AÑOS

Mañana se cumplen tres décadas de la publicación del artículo de Julio César Iglesias que dio nombre a una generación

Mañana, 14 de noviembre, la Quinta del Buitre cumplirá años. O mejor dicho, La Quinta de 'El Buitre'. Porque así se titulaba la pieza que el periodista Julio César Iglesias publicó tal día como el de mañana pero en el año 1983. El artículo pasó a la historia por dar nombre a la generación de canteranos que acabarían dando el salto desde el Castilla al Real Madrid durante la campaña 1983-84 y que acabaría haciendo historia en el Club. Butragueño, Míchel, Sanchís, Martín Vázquez y Pardeza fueron así 'bautizados' por la pluma de Julio César Iglesias. Todos ellos posaban junto a sus compañeros de equipo en una emblemática fotografía obra de Raúl Cancio.

LA REVISTA LÍBERO RECUERDA A LA QUINTA

La publicación también recuerda las tres décadas de la irrupción de Butragueño y compañía

Líbero también recoge en su último número el recuerdo a la Quinta del Buitre en su trigésimo aniversario.

La revista también contiene una entrevista con el actual seleccionador Vicente Del Bosque. Curiosamente, la última temporada del salmantino como jugador en activo, la campaña 1983-84, fue la del debut de los jóvenes de la Quinta, que tomaron el relevo de algunos pesos legendarios del equipo.

jueves, 24 de octubre de 2013

PANENKA REMEMORA A BUTRAGUEÑO

La revista llevó en su portada de septiembre a Emilio Butragueño

Me ha costado mucho adquirir, en papel, el ejemplar de septiembre de la revista Panenka. Quizás acuciado por el retraso y el fastidio de no haber podido tener antes la revista en mis manos he devorado la publicación con un ansia terrible. Por supuesto, me interesaba mucho degustar el gran reportaje que Panenka le ha dedicado a la Quinta del Buitre en su trigésimo aniversario. Fabuloso.

miércoles, 23 de octubre de 2013

LA 'SÉPTIMA' y 'LA QUINTA'

Manolo Sanchís dedicó la Copa de Europa de 1998 a sus compañeros de generación

El duelo de esta semana frente a la Juventus me ha hecho recordar la Final de Amsterdam de 1998. Aquel inolvidable 20 de mayo de 1998 el Real Madrid se adjudicaba la tan esperada Séptima Copa de Europa. El Madrid se hizo con aquella ansiada Copa de Europa que el Madrid de la Quinta del Buitre rozó con los dedos. Sin embargo, en 1998, uno de los integrantes de aquella extraordinaria camada de canteranos aún seguía en activo. El capitán, Manolo Sanchís, encargado de recoger el preciado trofeo, tuvo un precioso detalle al acordarse de sus compañeros de generación que ya no estaban en el equipo. Sanchís se encargó de que la Quinta del Buitre tuviese la Copa de Europa en su palmarés.